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7. La Promesa de Ren por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leer

Ren escuchó rogar a Baekho. No sabía qué creer. ¿Ricky se había ido? ¿Baekho solo lo quería porque Ricky ya no estaba aquí? Su cabeza dolía por tratar de entender todo esto.

Ren se bajó de la cama y cruzó el cuarto. Apoyó su mano en la puerta. — Salto de fe —murmuró— Por qué tú lastimas corazón, yo golpeé con libro. —Ren movió su puño en la puerta.

Tomó una profunda respiración, le quitó la llave a la puerta y se apartó. Rogaba por no estar cometiendo un gran error. Él sabía que confiaba muy fácilmente en la gente.

La puerta lentamente se abrió y Baekho entró, cerrando detrás de él. Se apoyó contra la puerta, su mirada baja. Ren estaba ahí de pie, tenso. No estaba seguro de qué esperar.

Parte de él estaba emocionado con el hecho de que Baekho estuviera aquí, y parte de él quería patearlo fuera.

— Lo siento, Ren. He sido un estúpido. No quería lastimarte.-. Baekho se movía de un pie a otro. Su cabeza aun baja.

Ren no tenía ni idea de qué decir. Entendía las palabras de Baekho. Solo que no sabía cómo responder. ¿De qué estaba hablando Baekho? ¿Por qué él había sido estúpido?

— No entiendo. —Ren dio un paso atrás, cuando Baekho se alejó de la puerta en la que había estado apoyado. Sus ojos llenos de angustia, hicieron que Ren quisiera alcanzarlo, pero el lobo siempre huía cuando él lo intentaba. No quería ser rechazado de nuevo. Choi Ren había terminado de hacer cosas estúpidas por la gente. Su necesidad empezaba a estar en primer lugar, porque esa era la única manera de proteger su corazón.

— Tú eres mi pareja. Yo…yo esperé para reclamarte. Ricky sufría, así que esperé. Yo amo a Ricky…

— No —Ren gritó, corrió al cuarto de baño y cerró la puerta de golpe. Sabía que debía de haberlo pateado fuera del cuarto. Estúpido, estúpido, estúpido. ¿Cuándo iba a aprender?

— Ren, espera. Escucha. —Ren no escuchaba cuando Baekho le gritaba que esperara. Apoyó la cabeza contra la puerta del baño, el dolor era inenarrable. Sus manos sobre sus orejas, incapaz de aceptar el dolor que le causaba la voz de Baekho.

Entonces era cierto. Según E.Den se suponía que Baekho era su novio, pero el lobo le acababa de confesar que amaba a Ricky. Su pecho dolía con la pena que sentía en su interior. Sus puños golpeaban la pared, enojado por la manera en que las cosas estaban en su vida.

— Yo amo a Ricky como amigo, no como novio. Yo te quiero a ti como novio —Baekho gritaba a través de la puerta.

— No. Tú no quieres a mí —Ren gritó del otro lado. Se deslizó por la pared y abrazó su estómago, tratando de controlar el dolor— Tú no quieres a mí —repitió suavemente para sí mismo.

— A la mierda con esto —Ren oyó al lobo gritar cuando Baekho rompió la perilla y abrió la puerta. Jaló a Ren a sus brazos pero éste luchaba contra él. Si Baekho pensaba que él iba a caer en sus brazos y perdonarlo, tendría que pensar en otras cosas.

Baekho se quedó ahí sosteniendo a Ren mientras él golpeaba con su puño el pecho de Baekho. Finalmente exhausto y derrotado las lágrimas empezaron a caer. No importaba lo mucho que luchaba por mantenerlas dentro, fluían como una presa rota.

El lobo lo llevó a la cama y se sentó. Ren fue sostenido por lo que pareció una eternidad mientras lloraba hasta quedarse seco. Baekho acariciaba su espalda tratando de calmarlo.

— ¿Te sientes mejor? —Baekho preguntó cuándo Ren empezó a hipar.

— No, corazón roto. —Ren se secó la cara tratando de nuevo de salir de los brazos de Baekho. Se sentía tan bien, y eso era tan malo. Él no quería acostumbrarse a ser sostenido solo para que Baekho corriera lejos de nuevo.

— Bebé, no voy a ir a ningún lado. Lo prometo.

Los ojos de Ren se abrieron más cuando se dio cuenta que él había verbalizado sus pensamientos en lugar de solo pensar en ellos. Escondió la cara en sus manos, humillado. Su cerebro siempre parecía derretirse alrededor del lobo.

Baekho se reía. — Entendí algo, lo suficiente para conocer ahora tus miedos. —Baekho besó su sien— Mírame, bebé. —Baekho trató de apartar las manos de Ren de su cara.

— No, roja cara. —Ren sostuvo sus manos más fuerte en su cara.

— Huh, ¿quieres decir que estás avergonzado? —Baekho se apartó y miró a Ren a través de sus dedos.

— Sí. —Ren asintió y cerró ambas manos juntándolas.

— No lo estés. Nunca te avergüences conmigo. —El lobo lo abrazó más fuerte. Ren no debería de estar feliz solo porque lo sostenía. El olor que venía de Baekho era tan bueno. Sentía calor y su piel hormigueaba cuando estaba en brazos de su pareja.

— ¿Nunca? —Ren separó los dedos y miró a Baekho entre ellos.

— No, nunca. —Baekho sonrió una asimétrica sonrisa y el corazón de Ren se derritió. Trató de no dejar que Baekho entrara en su corazón. Demasiado tarde. Pero eso no quería decir que la iba a tener tan fácil.

— Tú no quieres a mí —dijo enojado, rehusándose a dejar que la sonrisa lo controlara.

— Sí, lo hago. Ricky es mi mejor amigo desde hace mucho tiempo. No quería que sufriera.

Ren sacó su labio inferior. — Así que, ¿tú actuar como si yo no aquí?

— Yo la jodí. Lo siento.

— ¿Para que yo diga está bien?

— Porque te lo estoy pidiendo. —Baekho sonrió y Ren casi cede, casi.

— No, no bueno. —Señaló con su dedo a Baekho— Tú lastimaras de nuevo, y yo no hablo a ti por mucho tiempo.

— No planeo lastimarte.

— Veremos. —Ren giró los ojos y vio hacia el cuarto de baño, rehusándose a ceder, y él lo haría si veía al hermoso lobo.

— ¿No me crees? —Baekho preguntó, levantando suavemente el mentón de Ren.

Ren entrecerró los ojos. — No tan estúpido como la gente cree. Tengo sentimientos, y ellos duelen, demasiado.

— ¿Puedes darme una oportunidad? —Baekho le rogó.

Ren podía ver el miedo y la esperanza en los ojos del lobo.

— No lastimar —Ren le murmuró a Baekho. No podría soportarlo si Baekho lo lastimaba de nuevo. No quería volver a experimentar ese tipo de dolor de nuevo.

— Lo prometo. No lastimar. —El lobo besó a Ren a un lado del cuello, su mano recorrió su espalda y acunó el trasero de Ren.

Ren empujó el pecho de Baekho y negó con la cabeza. — No ganar. —Sus labios en una delgada línea cuando empujó su dedo contra el pecho de Baekho.

Baekho lanzó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada. ¿Entonces él tenía que ganarse el pene de su pareja? No era problema. Él podía hacerlo. Después de lo que había hecho, podía caminar sobre vidrios rotos si Ren se lo pedía.

— Entonces vamos a comer. —Baekho se puso de pie con Ren en sus brazos, y su corazón lo sentía más ligero cuando bajaron a la cocina. Él sabía que su pareja se había saltado la cena, y Baekho no iba a dejar que se quedara sin nada.

Sentó a Ren en una de las sillas y sacó unas tiras de pollo del congelador. Baekho sabía que a Ren le encantaban. Él no era el mejor cocinero del mundo --realmente apestaba-- pero podría freírlas.

Baekho se movió por la cocina consciente de que Ren observaba cada movimiento. Si, él le mostraría sus proezas a su pequeño. Se flexionaba más de lo que debería y movía sus caderas de lado a lado, viendo que Ren veía fijamente su trasero. Baekho abrió un gabinete y flexionó sus bíceps, sonrió cuando oyó a Ren jadear.

— Ten, bebé —Baekho dejó el plato frente a él. Se sentó al lado de su pareja y cortó las tiras de pollo alimentándolo con ellas.

— Yo no un bebé. —Ren hizo pucheros.

Baekho sonrió, viendo a Ren de arriba abajo. — No bebé, claro —gruñó suavemente mientras se inclinaba y besaba a Ren.

Ren hizo un puchero hacia Baekho apartándose y deteniéndolo con la mano. — No. Dije no ganar.

— Está bien —Baekho cedió— ¿Puedo al menos besarte?

Los ojos de KRn lo veían con cautela. — ¿Tratas de engañarme?

— Prometo que no. —Baekho le juró.

Ren asintió. — Solo un beso. Yo vigilo tus manos —le advirtió.

Baekho jaló a Ren a sus brazos, acunando su cara. Baekho dudó. No quería apresurarse sabiendo que su pareja era inocente. ¿Podría este ser su primer beso?

— Ren, ¿has besado antes?

—No. —Ren se ruborizó inclinando su cabeza hacia atrás y haciendo un puchero con sus labios. El corazón de Baekho se hinchó. Él era tan malditamente adorable. Se inclinó y ligeramente trazó con su lengua el puchero en la boca de Ren.

Ren gimió.

— ¿Te gusta? —Baekho sintió a su pareja temblar. Su pene se movió y Baekho se recordó que Ren solo le había permitido un beso.

Abajo, niño.

— Uh-huh. —Los ojos de Ren seguían cerrados, su cabeza inclinada hacia atrás.

Baekho podría devorarlo. Él era malditamente demasiado lindo, lamible, chupable y comible.

Ren sostuvo sus manos frente a él, casi en un puño como si estuviera rezando. Baekho vio cómo Ren lentamente abría los ojos.

— ¿Más? —dijo en un grueso murmullo.

Baekho pasó su mano por el cuello de Ren, dándole un suave beso en los labios, lo suficientemente cerca para sentir el caliente aliento de Ren.

— ¿Más? —Ren preguntó de nuevo.

Baekho sonrió entonces su lengua recorrió los dientes de Ren. Cuando Ren jadeó, Baekho empujó su lengua al interior, explorando la dulzura de Ren.

— ¿Qué carajos sucede aquí, Ren?

Baekho gruñó mientras sus brazos envolvían al pequeño hombre.

— No le gruñas a mi pareja, Baekho —Minho le advirtió.

— Entonces dile que no le grite a la mía —Baekho respondió.

Minho y Taemin tenían el shock escrito en toda su cara.

— ¿Tú? ¿Tú eres su pareja? —La expresión de Taemin cambió de shock a ira, su rostro cambió peligrosamente— Pensé que follabas con Ricky —siseó.

Baekho se puso de pie tan rápido que la silla cayó al suelo. — Ni siquiera he tocado a Rick desde que Ren entró por la puerta del frente.

— ¡Déjalo! —Taemin dio un paso al frente, pero Minho tomó su brazo y lo jaló hacia atrás.

— No, dragonfly. Está prohibido meterse entre las parejas.- Minho vio a su pareja tristemente.

— No, Ren. No lo hagas —Taemin rogó.

Ren se aferró a Baekho. — Ojos Stormy, llévate a Taemin —Ren rogó.

— Si lo lastimas, personalmente me convertiré en tu peor pesadilla, Baekho. —La cara de Minho estaba llena de ira al pronunciar la promesa.

Baekho estaba enojado pero sabía que ellos tenían derecho a estar enojados. Él había esperado demasiado, meses evitando a Ren en cada oportunidad. Todo lo que podía hacer era probarle a todo el mundo que sus intenciones eran verdaderas. Él amaba a Ren, lo amó desde el momento en que puso los ojos en él. Ahora todo lo que tenía que hacer era convencer a Ren y el resto caería en su lugar.

Baekho inclinó la cabeza. — Nunca. Fui un tonto una vez. Nunca de nuevo.

Minho asintió, pero sus ojos le decían a Baekho que él lo estaría vigilando.

Baekho tomó el plato de Ren y salió de la cocina, con su pareja colgada frente a él. Llevó a Re a su cuarto, dejó el plato en la cómoda y se sentó en la silla al pie de la ventana. Aun no estaba listo para dejar a su pareja, así que la sostuvo en sus brazos.

— ¿Más? —Ren subió por el pecho de Baekho, frunciendo los labios.

Baekho estaba asombrado de que Ren aun quisiera besarlo después de la explosión en la cocina. Pasó sus dedos a través de su sedoso cabello, disfrutando de su suavidad. Baekho jaló a Ren más arriba sentándolo derecho.

— ¿Quieres besarme? —Baekho quería que Ren se sintiera un poco más cómodo tocándolo y explorándolo.

Ren jaló la cabeza de Baekho hacia él, pasando su lengua por los labios de Baekho, imitando lo que Baekho había hecho abajo. Él iba a tener muchas sesiones de masturbación hasta que Ren accediera a que lo reclamara. Tener a Ren besándolo era el más puro erotismo. Luchaba contra sus caninos, para que no descendieran, la urgencia por reclamar a su pareja se hacía más fuerte, con el anhelo de tocar y besar a Ren.

— ¿Más? —Baekho imitó la palabra de Ren.

Ren sonrió y profundizó el beso, su lengua barrió el interior de la boca de Baekho. El lobo podía sentir la erección de Ren, y eso hizo que su erección pulsara bajo los jeans.

Quebrando el beso, Ren lo vio fijamente a los ojos. — Yo gusta —sonrió tímidamente.

— Bueno. Quiero más. —Baekho bebía de sus labios mientras sus manos recorrían los lados de Ren. Si besar era todo lo que se le permitiría se convertiría en un maestro en eso. Sus labios podrían estar permanentemente pegados a los de Ren.

Su pareja empujó el pecho de Baekho, sus ojos con miedo.

— ¿Qué sucede? —Todo lo que ellos habían hecho era besarse. Baekho no lo había presionado para nada más. Sus ojos revisaron el cuarto. Ellos aún estaban solos. Escuchó, pero solo se oía el silencio. Entonces, ¿qué había asustado tanto a su pareja?

— Nada. —Ren bajó la cabeza, su cara se volvió roja.

¿Estaba Ren avergonzado por su erección? Eso era lo único que Baekho podía pensar porque Ren estaba tratando de esconderla con sus manos en su regazo.

— No lo hagas. Se supone que te sientas de esa manera conmigo. —Baekho tomó sus muñecas y apartó sus manos, besó cada una y entonces las llevó a su pecho.

— Yo no entiendo. —Ren giró la cabeza hacia un lado, viendo al suelo.

— Lo harás —Baekho prometió, pasando el dorso de su mano por la hermosa cara de Ren.

 

 

 

Ren bajó los escalones saltando. Llevaba los collares que había hecho para las parejas en sus manos. Esperaba que a ellos les gustaran. Ren había trabajado duro en ellos y estaba emocionado por sorprender a las parejas con los regalos.

Ren pensó en Baekho y los besos que habían tenido. Bueno, al parecer él cedió un poco demasiado fácil. ¿Por qué no lo haría con un hombre tan hermoso como su pareja? El masculino olor lo había llevado a la locura y Ren ahora era adicto a esos suaves labios.

Eso no significaba que Baekho ya estuviera fuera de la casa del gato. Él tenía que hacer mucho para merecerlo y Ren se aseguraría de que Baekho lo besara como parte del castigo. Él se rió graciosamente ante su tonto pensamiento.

Rodeó la esquina y entraba al estudio cuando Taemin lo detuvo. — ¿Baekho te reclamó? —Taemin jaló el cuello de la camisa de Ren para ver la marca de la mordida que su pareja le haría al reclamarlo.

— Detente —Ren empujó a su primo alejándolo.

En su lengua nativa, Taemin le habló enojado. — ¿Qué estás haciendo con él, Ren?

— Ese no es tu asunto. Nosotros somos pareja, y eso es íntimo. Sabes bien que no discutiré esas cosas contigo —Ren se apartó irritado de que Taemin no pudiera aceptar el hecho de que él era un adulto y podía tomar sus propias decisiones.

— ¿Lo besaste? ¿Tu pene se puso duro? —Taemin jaló el antebrazo de Ren.

Ren lo jaló alejándose y bajó la cabeza. ¿Por qué Taemin estaba siendo tan molesto? Lo que Baekho y él hicieran no era asunto de Taemin.

— Creo que no sabes lo que Baekho va a hacer con su duro pene. —Taemin jaló la cabeza de Ren para hacer que lo viera a los ojos.

Ren dio un paso atrás. Taemin no debería de decirle esas cosas. Eso era privado. Él no tenía idea de lo que Taemin hablaba, pero no debería estar hablando de esa forma de Baekho.

La mirada de Taemin se suavizó. — No estoy tratando de ser molesto, Ren. Estoy tratando de que sepas que no estás listo.

— Ese es mi asunto —Ren le gritó con ira y corrió al estudio. Él se dejó caer en la alfombra. ¿Por qué no podía Taemin ser feliz por él? Eso no era justo. Ren cerró sus manos en un puño y golpeó el suelo, lanzando los collares por el cuarto.

¿Por qué no podía ser una feliz pareja como todos los demás? Parecía que los mismos dioses trataban de separarlo de Baekho.

 

 

 

E.Den estaba hecho un lio con la moto podadora, tratando de descubrir por qué no funcionaba. Odiaba el hecho de que él fuera el que descubriera que explotaba y se detenía.

La filosofía de Jong In aquí era, “Tú lo encontraste, tú lo arreglas”. E.Den había descubierto que estaba rota.

— Hey.

E.Dem levantó la vista. — Hazlo tú mismo— tenía la impresión de que el Alfa había dejado que Baekho caminara a su propio ritmo. Él aún estaba enojado como el infierno con el lobo— ¿Qué?

— Me alegra ver que mi popularidad sigue siendo fuerte por aquí —bromeó.

— No es divertido y ahora no estoy de humor para escucharte.- Lanzó el instructivo al suelo. ¿Cómo infiernos se suponía que iba a arreglar eso con las indicaciones impresas de internet? El Alfa tenía dinero para contratar a alguien que lo reparara, pero odiaba tener extraños alrededor.

Eso hacía la vida un infierno para los guerreros sin inclinación por la mecánica como él.

— Solo quería disculparme contigo.

E.Den se puso de pie y sacudió la cabeza. — No es conmigo con quien tienes que disculparte —gruñó.

— Estoy trabajando con Ren. Ahora hablamos.

E.Den caminó hacia el otro lado de la moto podadora y la miró. No tenía ni una idea de cómo jodidos debería de verse. La pateó. Funcionaba con su computadora cuando se congelaba.

—Uh, no creo que eso pueda ayudar. —Baekho lo veía con curiosidad— A menos que trates de desbaratarla.

E.Den se giró y colocó su dedo a escasos centímetros de la cara de Baekho. — Mira, no aprecio que salgas aquí y trates de bromear conmigo después de haber lastimado a tu pareja. Él es mi amigo, y ver el dolor que le causaste hizo que quisiera lastimarte.

Baekho levantó las manos. — Muy justo. Honestamente no tenía que explicarte sobre mi pareja y yo. —Baekho se apartó— Pero creo que somos amigos, así que quiero aclarar el aire. Si crees que eres demasiado grande para escuchar, entonces jódete.

E.Den tomó una profunda respiración. — Yo no sé todos los detalles y no quiero saberlos. Solo dime que Ren no saldrá lastimado de nuevo.

— Nunca de nuevo.

E.Den asintió. — Entonces creo que perdono tu feo trasero.

— En tus sueños. Soy el guerrero más caliente aquí.

E.Den se rió. — Después de mí.

— Puedo vivir con eso.

 

 

 

Jong In veía a los dos lobos hablando en el patio desde la ventana de la cocina. Él había sabido que Ren era la pareja de Baekho pero se rehusó a interferir.

La vida tenía que desarrollase de la manera que se suponía que fuera, pero eso no hacía que no viera por Ren mientras atravesaba lo que no era nada fácil.

Sonrió ante los dos frente a él. Si Baekho pensaba que Ren era tímido y dócil, él se iba a llevar un chasco. Su pareja era un espíritu de fuego esperando florecer y descubrir su propia fuerza.

Y Jong In no podía esperar a ver a Baekho correr detrás de él como un amoroso cachorrito.

 

continuara...

Notas finales:

dejen rw nenesss


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