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7. La Promesa de Ren por dayanstyle

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Notas del capitulo:

a leer

Baekho veía a Ren, quien bailaba alrededor del estudio jugando video juegos. Se colocó en cuclillas y se deslizó hacia el sofá tomándolo de los tobillos.

— ¡Ahhhh! —Ren gritó y saltó en el aire, perdiendo el equilibrio. Baekho lo atrapó antes de que cayera sobre su trasero.

— ¡No lindo, Baekho! —Ren le gritó sujetándose a su pecho.

Baekho se rió cayendo al sofá con Ren, besándolo hasta que se calmó.

— No lindo, pero si divertido. —Envolvió sus brazos alrededor de Ren y apoyó su frente en el hombre— Te amo. —Baekho le dio un rápido beso en los labios a Ren.

— ¿En serio? ¿Baekho me ama?

— En serio. —¿Por qué Ren se veía tan sorprendido?

— Ren también ama a Baekho. —Baekho se rió cuando Ren gritó de forma no muy varonil cuando Baekho lo lanzó a su hombro y corrió escaleras arriba tomando dos escalones a la vez.

Depositó a su pareja en la cama, y subió sobre él como un depredador. Ren se reía graciosamente y se deslizaba apartándose de Baekho.

— Si tú huyes, te cazo —Baekho le advirtió.

— No atrapas —Ren lo provocó corriendo hacia la puerta de la recámara, una carcajada hizo explosión detrás de él mientras Baekho le daba tiempo antes de empezar. Él podría atraparlo fácilmente pero quería que Ren se divirtiera con eso.

Baekho salió de la cama y comenzó la cacería. Él sabía que Ren estaba cerca porque podía sentir la emoción de su pareja saliendo de él. Llegó a una puerta y oyó la graciosa risa tratando de ser suprimida. Sonrió y siguió adelante, permitiendo que su pareja continuara con el juego un poco más. Ren salió del cuarto tan pronto como Baekho había pasado y corrió en dirección opuesta.

Baekho presionó su palma en su erección. La emoción de la cacería era jodidamente excitante. — Voy a encontrarte pareja- Baekho advirtió mientras recorría otro pasillo y vio las pequeñas puntas de los pies de Ren asomándose tras unas pesadas cortinas que cubrían una ventana. Baekho mordió el interior de su boca para evitar carcajearse mientras se ponía sobre sus manos y rodillas y se dirigía hacia las inquietas puntas. Ren estaba tratando de mantener quietas sus inquietas puntas.

— Atrapado. —Atrapó las piernas de su pareja y lo jaló. Ren soltó bufidos y graciosas risas mientras Baekho lo jalaba a sus brazos.

— Baekho no justo. Lobo ayudó —Ren hacía pucheros mientras rodeaba el cuello de Baekho con sus brazos.

— Mi lobo no ayudó. Tú ruidoso. —Llevó su preciosa carga de regreso a la recámara, esta vez cerró con llave la puerta. Su pareja no escaparía de nuevo. Baekho le quitó la ropa a Ren y lo lanzó suavemente a la cama mientras él se quitaba su ropa.

— Guau. —Ren veía entre los muslos de Baekho con los ojos más abiertos.

— ¿Te gusta? —Baekho se flexionaba y posaba para su pareja, orgulloso de que Ren lo aprobara.

— Realmente gusta. —Ren lamió sus labios y el pene de Baekho saltó ante la oportunidad de ser lamido como un pirulín. Sabía que Ren nunca lo había hecho antes, pero él estaría feliz con lo que Ren pudiera hacer.

— ¿Quieres saborearlo? —Tomó el pene en su mano y le indicó a Ren que se acercara al borde de la cama.

— Yo–yo… —Ren parecía intimidado con la pregunta, sus ojos veían del pene de Baekho a sus ojos.

— Lo sé. Te enseño. —Joder si eso no era enormemente excitante. Él iba a ser la primera vez de Ren en todo y Baekho no podía estar más complacido con eso.

— Está bien. —Ren se arrastró al borde y se sentó en sus talones— ¿Cómo?

— Saca tu lengua. —Pre-semen goteaba de Baekho con la anticipación mientras ondas eléctricas se formaban. Rezaba por atravesar la enseñanza sin una prematura erupción. Ren era todo lo que siempre quiso y más.

Ren sacó la lengua y apoyó sus manos en los musculosos muslos de Baekho. Baekho frotó la cabeza de su pene en la lengua de Ren y un gemido salió de su pecho.

— Sí —Baekho siseó— chúpalo, Ren.

Ren cerró los labios alrededor de la bulbosa cabeza y Baekho luchó por evitar el inminente orgasmo. Eso era demasiado.

Su pareja chupó y lamió, gotas del líquido transparente que drenaba del pene de Baekho bajaron por su mentón. Maldición su pareja aprendía rápido. Baekho tomó una de las manos de Ren y la llevo a sus bolas, enrollando la mano de Ren alrededor de ellas para luego apretarlas suavemente sin dejar ir la mano de su pareja.

— Tan bueno, Ren. —La cabeza de Baekho cayó hacia atrás. Comenzó a mover sus caderas ligeramente, no era capaz de detenerse.

Gimió cuando Ren lo tomó más profundo en su garganta, moviendo su cabeza arriba y abajo. Todas las terminaciones nerviosas de Baekho cobraron vida y chocaron una contra la otra. Si no detenía a Ren, dispararía en su boca y sabía que su pareja aún no estaba lista para tomar su carga.

— Acuéstate sobre tu espalda.

Ren levantó la vista y lo miró entre sus largas pestañas mientras sus labios envolvían el pene de Baekho.

Baekho se perdió ante la erótica vista y su semen salió de su pene antes de que pudiera evitarlo. Gritó el nombre de Ren mientras olas y olas de su semen eran expulsadas de sus bolas.

Jaló sus caderas hacia atrás, cayó de rodillas y besó a Ren como si su pareja tuviera el aliento de vida para él.

— ¿Te gusta?— Ren preguntó con una traviesa sonrisa en su cara mientras se limpiaba el semen de Baekho que bajaba por su mentón. Baekho tomó su mano y lamió el esperma de sus dedos.

— Lo amo —dijo mientras acomodaba a Ren sobre su espalda, tomó la botella de lubricante del cajón— Te haré el amor. Ren.

— Si, por favor. —Ren jaló sus rodillas hacia su pecho, viendo a Baekho con tal admiración que Baekho tuvo que alejar la mirada. No había nada en el mundo que no hiciera por Ren. No había batallas que no pudiera luchar por él. Ni peticiones que no pudiera cumplir. Su alma le pertenecía a su pareja por siempre.

Baekho deslizó un húmedo dedo dentro de Ren. Acariciando suavemente la piel con la otra mano. Su pene cobró vida de nuevo ante el prospecto de estar dentro de él.

— Más.

— Dios, amo esa palabra. —Baekho deslizó otro dedo dentro de su pareja, abriéndolos en tijera. Él podía sentir el amor irradiar de Ren. Deslizó un tercer dedo, empujándolos hacia atrás y hacia adelante, viendo la dicha cruzar la cara de Ren.

— Más —Ren jadeó, las manos en un puño aferrándose a las sábanas. Inclinó la cabeza y un gruñido salió de sus labios.

Baekho se salió y lubricó su pene para su viaje a casa. Levantó el pequeño y redondo trasero de Ren y se empujó al interior, su respiración quedó atrapada mientras deslizaba su pene hasta estar totalmente dentro.

— Oh Dios, Ren. Se siente tan malditamente bien. —Baekho se apoyó en sus brazos, manteniendo el peso en ellos y lejos de su pequeña pareja.

— Tan bueno —Ren gimió y empezó a moverse. Acunó la cara de Baekho y la jaló para un beso, envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Baekho— Te amo, Baekho —murmuró en los labios de Baekho.

— Siempre. —Baekho comenzó a empujarse en el apretado interior del arrugado agujero de su pareja. Su amor por Ren se profundizaba. Sus caninos bajaron, y sus ojos brillaron mientras se empujaba más profundamente.

— Mi lobo. Muérdeme. —Ren inclinó la cabeza a un lado, arqueando la espalda y dándole a Baekho más espacio para una profunda penetración.

Baekho hundió sus dientes mientras entraba en Ren, gritos y gemidos llegaron a sus oídos de los labios de Ren.

Caliente humedad se esparció por el abdomen de Baekho, y él supo que su pareja se había corrido. Se hundió más profundamente mientras el anillo de músculos aferraba su pene, haciendo casi imposible que Baekho se moviera cuando el culo de Ren mantenía a su pene en su lugar. Esperó a que se relajara antes de empujarse más duro y más profundo, Baekho lamió su cuello y gritó en el cuello de Ren mientras bañaba el canal de Ren con su semen.

— Ren, Ren, Ren —Baekho gritaba repetidamente en el cuello de su pareja, nunca se cansaría de ese hermoso hombre.

— Mi Baekho. —Ren acarició su cabello.

Baekho se deshizo en sus brazos, sus lágrimas bajaban por el cuello de su pareja mientras sollozaba. Ren se envolvió alrededor de Baekho, y él estaba agradecido por su precioso hombre.

— Te amo, Ren. —Baekho se giró de lado. Ren subió en él. No podía creer las emociones que lo desgarraban mientras tenía a su pareja entre sus brazos. Podría matar a quien intentara apartarlo de su amor.

— Duerme, pareja —Ren murmuró al oído a Baekho.

— Duerme —Baekho repitió y jaló los cobertores sobre ellos.

 

 

 

Ren obedientemente se sentó en la cama mientras Baekho cepillaba su cabello. Ellos acababan de bañarse después de hacer el amor dos veces más esa mañana.

— ¿Qué significa Ren? —Baekho preguntó mientras pasaba el suave cabello entre sus dedos.

— Significa Flor de Loto, la flor de la pureza.

— Eso ajusta. —Baekho besó el cuello de Ren entonces lo jaló a sus brazos— ¿Hambriento?— Baekho mordió el cuello de su pareja. No parecía tener suficiente de él. Tres rounds desde anoche, y estaba listo para un cuarto. Su pareja tenía la piel más suave imaginable. Sus gemidos y ruegos volvían salvaje a Baekho. Él agradecía al destino no haber arruinado su oportunidad con esta belleza.

Aunque él no quería lastimar a su mejor amigo, Ren estaba en su corazón y su alma. Él no hubiera podido esperar más.

Baekho vio la cicatriz en el muslo de su pareja. Recordó esa noche. Él había perdido la cabeza cuando Jong In dijo que Ren y Kibum estaban siendo atacados. Ni siquiera lo pensó dos veces, cambió y corrió hacia su pareja para encontrar a esos malditos rudos lobos que trataban de arrancarle la pierna a su pareja. Se estremeció con el pensamiento.

— Sí.

— ¿Quieres desayunar? —Quería mostrarle el mundo a su pareja. Mimarlo y consentirlo.

— Bien. Quiero malteada y tiras de pollo. —Ren salió de los brazos de Baekho y fue a vestirse mientras Baekho hacía lo mismo. Odiaba ver cubierta le hermosa piel de su pareja.

— Deberías tomar un desayuno más balanceado, Ren.

Ren entrecerró los ojos hacia Baekho. — Porque consigues esto- Señaló hacia su trasero— no significa que me digas qué comer.

La mandíbula de Baekho cayó hasta su pecho. — ¿Qué sucede, Ren?

— Quiero malteada y tiras de pollo —Ren repitió.

— Tocino y huevos.

— Consigue lo que quiero o tú no consigues esto más. —Ren se giró y movió su trasero, carcajeándose salió corriendo de la recámara.

— Malcriado.

Ellos bajaban las escaleras sosteniéndose de la mano cuando Taemin y Minho atravesaban la puerta del frente.

— ¿Cómo está mi primo favorito? —Taemin le sonrió a Ren.

— Único primo, tonto. —Ren palmeó juguetonamente el pecho de Taemin.

— Aun así favorito. —Taemin se giró hacia Baekho— ¿Van a salir? Está un poquito frio el día de hoy.

— Llevaré a mi bebé a desayunar. —Baekho ayudó a Ren con su chaqueta y lo guió a la puerta. Se preguntaba cuántos restaurantes con tiritas de pollo había.

— Que se diviertan. —Taemin les dijo adiós mientras Baekho guiaba a su pareja a la camioneta, levantó a Ren y lo acomodó en el asiento. Abrochó el cinturón de seguridad y besó la punta de su nariz antes de cerrar la puerta. Baekho caminó alrededor de la camioneta riéndose. Él estaba perdido. Ren lo tenía girando alrededor de su dedo, el pequeño chico ni siquiera lo sabía. ¿O lo sabría?

Baekho llegó al frente del restaurante y ayudó a Ren a bajar de la camioneta. Se detuvo cuando vio el letrero de “cerrado” en la ventana. Aún era temprano, pero el restaurante debería de estar abierto para esta hora. Otra gente vio el letrero y sacudió la cabeza y se alejaron.

A él no le gustó eso. Algo estaba mal. — Regresa a la camioneta, Ren. Ahora —Baekho le ordenó a su pareja.

Ren corrió y abrió la puerta, entró y le puso llave, con una expresión de terror en su cara.

Baekho olió a humo mientras miraba por un lado del edificio. Oyó un gemido y luego gruñidos. Mierda, él necesitaba ir atrás pero temía dejar a Ren solo, dado que los vampiros recién descubiertos estaban cerca, especialmente después de la manera en que Jaehyo pasó sus ojos sobre su pareja.

Sacó su celular de su chaqueta de cuero y llamó a Jong In, diciéndole sobre la situación.

— Enviaré ayuda ahora.

— Tengo a Ren conmigo. No puedo dejarlo.

— Entiendo. Solo espera. Alguien llegará pronto.

Baekho deslizaba su teléfono en su bolsillo cuando un humano salió de detrás del edificio, sangrando y pidiendo ayuda a gritos. Baekho miró hacia la camioneta para ver a Ren cubriéndose la boca y señalando al ensangrentado hombre.

— Quédate —Baekho le gritó a Ren mientras corría hacia el hombre.

— Ayuda, por favor. —Sostenía su brazo junto a su cintura y Baekho vio sangre saliendo bajo su brazo.

Dos lobos giraban por la esquina deteniéndose cuando vieron a Baekho. Ellos comenzaron a gruñir y a chasquear sus mandíbulas.

— No, están desafiándome jodidos. —Baekho cambió y atacó, matándolos a ambos.

Cambió de nuevo y tomó los restos de su chaqueta favorita de cuero. Maldición, ¿por qué los lobos no podían cambiar y regresar con su ropa? Él había tenido más chaquetas que una tienda departamental. Sacó su teléfono de nuevo, llamando al departamento de bomberos y a una ambulancia. Rápidamente corrió a la camioneta, abrió la caja plateada que estaba en la caja de la camioneta. Siendo un shifter había aprendido al igual que los otros lobos a llevar ropa extra. Se puso los jeans, botas y una camiseta y revisó el interior de la camioneta para asegurarse de que su pareja estaba a salvo. Baekho corrió hacia el humano.

Chan Hee y Minsoo llegaron en su camioneta. Ellos tomaron a los lobos, mirando alrededor para asegurarse de que no hubiera humanos viéndolos, y entonces lanzaron los cadáveres a la camioneta.

Baekho asintió mientras los Centinelas se iban, retirando la evidencia que existía.

— ¿Qué eres? —El hombre veía a Baekho frunciendo el ceño.

— El hombre que decide si vas a vivir o a morir por ser testigo de un muy bien guardado secreto. —Baekho miró hacia el hombre.

— No lo diré. Lo juro. Los he visto venir a comer a mi restaurante muchas veces. Me agradan todos. Nunca he tenido ningún problema. Buenos negocios. —El hombre gimió ante el dolor que estaba experimentando.

— ¿Eres el propietario del restaurante? —Baekho pensó que su aspecto le era familiar.

— Si, prometo que no lo diré. Me llamo Yoo Jae Suk —extendió su ensangrentada mano hacia Baekho.

Baekho lo miraba con cautela, entonces estrechó la mano ofrecida. — Kang Baekho. Te vigilaré, Yoo Jae Suk.

— No hay problema. Sabes dónde trabajo. —Trató de reírse pero solo salió un gruñido.

El camión de bomberos y la ambulancia llegaron. Baekho se apartó permitiendo que los paramédicos atendieran a Jae Suk.

— ¿Pueden decirnos qué sucedió? —Uno de los médicos le preguntó a Jae Suk.

Jae Suk miró a Baekho por un momento entonces regresó la mirada hacia el hombre que preguntaba. — Estaba tratando de entrar por la puerta de atrás cuando fui atacado por un perro, podría estar rabioso. El fuego se inició porque estaba fumando cuando eso sucedió.

Baekho asintió. — Soy su amigo, Baekho. Él es Yoo Jae Suk, propietario del restaurante. ¿A dónde lo llevarán?

— Al Centro médico. —El paramédico estiró la camilla y lo llevó a la parte de atrás de la ambulancia.

— Te veré en el centro médico, Yoo Jae Suk. —Baekho se giró y regresó a la camioneta. Ren veía el caos frente a él con los ojos bien abiertos.

 

continuara...

Notas finales:

un humano sabe su secreto... que hara Jongin ahora??


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