Ren vagabundeaba alrededor de la tienda de videojuegos de la ciudad. Luhan le había rogado a Jong In que lo llevara ahí, diciéndole que ellos ya eran maestros en todos los otros juegos que tenían y necesitaban nuevos. Ren tomó una revista con caracteres japoneses en el frente. La hojeó, leyendo la historia.
Podría pedirle a Baekho que se la comprara. Nunca le había pedido a su pareja que le comprara cosas porque Ren no estaba seguro si su pareja era tan pobre como él y Taemin habían sido en Japón. Los lobos no parecían serlo, pero nunca se sabe.
Ren hojeó algunos más, seleccionando tres de ellos. Esperaba que no fueran tan costosos.
— ¿Discúlpeme? Baekho te necesita afuera. Está herido.
Ren levantó la cabeza para ver al extraño parado al lado de él. No vio a ninguna de las parejas o guerreros alrededor. Ren se apresuró a salir para buscar a su lobo. Si su Baekho estaba herido, Ren le ayudaría.
Una mano cubrió su boca cuando Ren estaba cerca del estacionamiento. Él luchó, pero la mano lo sostenía firmemente. Fue lanzado dentro de una van y entonces la puerta se cerró. Ren entró en pánico. Él quería a su Baekho.
— ¡Ren! —Baekho gritaba con toda la fuerza de sus pulmones. Su pareja había desaparecido de la tienda de video juegos y Baekho estaba furioso. Él había desgarrado la tienda buscando una y otra vez a su pareja.
— ¡Tienen que encontrarlo! —le gritaba a los guerreros, jalándose el cabello mientras su pecho se sentía como si fuera a explotar.
— Lo encontraremos, Baekho. —E.Den salió por la puerta, buscando cualquier rastro que pudiera encontrar. También estaba en pánico. Ren significaba el mundo para él y él iba a desgarrar el maldito mundo hasta encontrar al chico.
— ¿Algo? —Eunhyuk preguntó mientras corría hacia él.
— No. —E.Den golpeó el costado del edificio, el concretó crujió bajo su asalto.
— Lo encontraremos, E.Den. Él es demasiado inocente. No creo que pueda vivir si algo le sucede —dijo Eunhyuk.
— Lo sé. —E.Den tomó una profunda respiración— ¿Quién jodidos se lo llevó?
— ¿Vampiros? ¿Reveldes? ¿Humanos? No sé. —Eunhyuk revisaba el área cuando Baekho salió de la tienda, su mirada salvaje, buscando a su pareja.
— Tengo… —Un sollozo desgarró a Baekho— Tengo que encontrarlo. —Corrió cambiando en medio del estacionamiento. E.Den y Eunhyuk vieron alrededor para ver si había testigos, pero el estacionamiento estaba vacío.
— Creo que Baekho puede volverse salvaje si no encontramos a Ren. —E.Den frotó su cabeza con las manos.
— Sin duda.
Ren gimió cuando vio al feo coreano que lo había raptado junto con Taemin y los había traído a Corea.
— Sabía que finalmente regresarías. Perdí a tres buenos chicos de alquiler a causa de tus amigos. Tú ayudarás a pagar el dinero perdido y todo el que debería de haber conseguido. —El feo coreano palmeó la cara de Ren. Ren dejó de llorar. Él no iba a dejar que esos hombres supieran cuánto lo asustaban.
— Tú eres el más lindo. Muchos billetes pagarán por ti. —El feo coreaano tomó un mechón del cabello de Ren en sus manos, frotando su cara.
Ren jaló la cabeza hacia atrás, no quería a nadie más que a Baekho tocándolo.
— También con espíritu. —El hombre se carcajeó. Jaló a Ren más cerca, lamiendo un lado de la cara de Ren.
Ren se limpió la cara rápidamente. Su piel estaba ardiendo por el toque. Quería fregar su cara con una esponja áspera.
Ren se empujó de los brazos del hombre mientras sentía que el vehículo disminuía la velocidad y se detenía.
— ¿Qué jodidos estás haciendo? —El feo coreano le gritó al conductor.
— Yo no. Alguien bloqueó el camino adelante.
— Bueno, rodéalos, Maldición.
— No se puede.
Ren vio con horroroso asombro cómo el conductor maldecía y luego fue sacado por la ventanilla.
Trató de alejar al feo coreano para esconderse, pero él no podía liberarse, luchó y finalmente lo logró.
— ¿Qué infiernos? —Los ojos del feo coreano estaban más abiertos mirando alrededor. Las puertas de la van saltaron de sus bisagras y el feo hombre fue sacado.
Ren se metió debajo del asiento. Todo su cuerpo temblaba, temía que él fuera el siguiente en ser sacado de la van. ¿Dónde estaba Baekho?
— No me temas. —Ren oyó una suave y tranquilizadora voz— Vamos, hermoso. No te haré daño.
Ren se asomó de debajo del asiento y vio al hombre del club. Su miedo se elevó al cielo. Sabía que ese hombre lo quería apartar de Baekho. Ren negó con la cabeza y se empujó más adentro por debajo del asiento. ¿Cómo el feo coreano lo había encontrado, y cómo el vampiro lo había encontrado?
— Vamos, precioso. Te regresaré con tu lobo. Lo prometo. —El vampiro extendió la mano.
Ren se asomó desde debajo del asiento y vio al vampiro sonreírle. Él conocía esa mirada. Era la misma que Baekho le daba cuando quería tener sexo. Ren estaba aterrorizado para dejar su refugio.
El vampiro se arrodilló. — Realmente quitas el aliento. Nunca antes había visto a un hombre tan inocente. Tan impactante.
Con un gemido, Ren sacó su temblorosa mano y tomó la del vampiro. Sabía que no podía quedarse bajo el asiento. Sabía que Jaehyo lo sacaría. Ren solo rogaba porque Jaehyo dijera la verdad y lo regresara.
— Eso es, hermoso. Ven conmigo. —El vampiro jaló a Ren a sus brazos, abrazándolo más cerca. Ren no quería que el hombre lo tocara, aunque el hombre olía realmente bien— ¿Cuál es tu nombre, precioso?
— R–Ren.
— Un hermoso nombre para un hermoso hombre. —El vampiro llevó a Ren a su carro. Entró al asiento trasero con Ren aun en sus brazos— Yo voy a llevarte a mi casa…
Ren gritó y trató de alejarse. — Promesas. Tú prometiste.
— Tranquilo. Si, te lo prometí, y te regresaré. Pero debo hacer que tu Alfa venga a recuperarte. No querrás que los lobos me ataquen a mí y a mis hombres pensando que tuvimos algo que ver con esto. —El vampiro acarició el cabello de Ren.
— ¿Prometes?
— Si, pequeño.
Ren se relajó un poco. Ahí estaba su estúpida confianza de nuevo, pero el vampiro parecía sincero.
Ren se empujó hasta que el vampiro lo dejó ir. Se deslizó en el asiento y levantó las piernas al pecho. Su estómago comenzaba a dolerle. Se había perdido la comida, y ahora su estómago estaba quejándose. Ren vio hacia afuera de la ventana como la villa Kim comenzaba a desaparecer, su ansiedad hizo que temblara.
Él quería a Taemin y a todos los amigos que había hecho en su nuevo hogar y se preguntaba si él y Baekhyun podrían incluso ser capaces de hacer otra travesura. Pero más que todo él quería a Baekho.
Entraron en un largo camino. Ren gimió cuando el vampiro abrió la puerta trasera para sacarlo.
— No te lastimaré.
Ren se deslizó del asiento saliendo y cerrando la puerta. Estaba haciendo su mejor esfuerzo por ser valiente mientras seguía al vampiro al interior de la casa. El agudo dolor cortaba el estómago de Ren. Tropezó, entonces cayó a tierra gritando.
— ¿Qué sucede?
— Estómago. Duele. —Los brazos de Ren comenzaron a temblar. Se rodó de lado, el dolor lo desgarraba. Estuvo vagamente consciente de los brazos que lo rodearon y lo levantaron.
Jaehyo se paseaba en su mansión. ¿Qué se suponía que debería hacer? Sabía que le había prometido a Ren que lo regresaría, pero él no esperaba que el hermoso empezara a gritar con dolor.
Su mejor apuesta era llamar al Alfa, decirle dónde estaba Ren y dejar que ellos trataran con esto, pero su corazón estaba agonizando por los gritos de dolor que venían de la recámara. Había dejado al pequeño humano ahí cuando empezó a llorar y sostenerse su cintura.
Al infiernos con eso. Tenía que llamar. Quizás ellos sabían lo que le estaba sucediendo.
Jaehyo tomó una profunda respiración y abrió su teléfono celular. Esto iba a ser divertido, tan divertido como tratar de chuparle la sangre a un cadáver.
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— Jong In.
— Creo que tengo algo que les pertenece —dijo Jaehyo.
— ¿Dónde está? —Jong In gruñó al teléfono.
— ¿Quién? ¿Quién tiene a Ren? ¡Lo quiero de regreso! Si el jodido lo lastimó, lo cazaré hasta por debajo de la tierra y me comeré sus malditas entrañas, —Baekho gritaba mientras E.Den y Eunhyuk lo tomaban de los brazos.
Ellos se habían reunido en la oficina de Jong In para hacer un plan para encontrar a Ren cuando el teléfono timbró.
— ¿Pensé que dijiste que las parejas estarían a salvo? —Jong In ladró.
— Y lo están. Quiero que estés consciente de que yo no tuve absolutamente nada que ver con esto, ni mis hombres. Unos babosos y gordos humanos lo tomaron. Yo estaba pasando cuando vi que lo secuestraron.
— ¿Por qué no viniste directamente a nosotros si ese era el caso? —Jong In cuestionó.
— Correcto. ¿Ves cómo está actuando su pareja ahora? Incluso yo puedo oírlo. Podría haber sido atacado antes de que una palabra saliera de mis labios. Esta era la ruta más segura. Ven a reclamarlo. No necesito un dolor de cabeza.- Jaehyo colgó el teléfono.
— Jaehyo lo tiene.
— Maldito, lo mataré —Baekho aulló liberando sus brazos de los guerreros que lo sostenían con fuerza.
— ¡Detente! —Jobg In ladró con voz de mando.
Baekho se detuvo en la puerta hacia donde había corrido. — ¿Por qué? Si fuera Luhan, nada te detendría.
— De acuerdo, pero debes saber que Jaehyo lo salvó de los humanos que originalmente lo tomaron. —Dios, incluso Jong In había pasado un duro momento para tragarse esa historia.
— No me gusta. Vi la manera en que miraba a mi Ren en el club. Él lo quiere. No sé cuál sea el juego que está jugando, pero lo mataré antes de permitirle que tenga a Ren de nuevo. —Los caninos de Baekho descendieron y sus ojos brillaban carmesí.
— Vamos. Llevaremos a Taemin. Ren va a necesitarlo.- Jong In se dirigió a la puerta.
— Si algo le sucede a mi pareja, mataré a todo el que vea. No discriminaré entre vampiros o lobos —Minho les advirtió a todos.
— Anotado. —Jong In les ordenó a Kang In y a Chan Hee que se quedaran y que cuidaran a las otras parejas con sus vidas.
— Si, Alfa —Chan Hee y Kang In dijeron al unísono.
Se fueron los catorce, incluyendo a Taemin, quien temblaba en los brazos de Minho. Había estado llorando desde que Ren había desaparecido.
— Tranquilo, dragonfly. Vamos por él ahora. —Minho frotaba la espalda de Taemin.
— ¿Qué si está lastimado? ¿Qué si ellos le hicieron cosas inenarrables? No podría vivir sabiendo que le he fallado. —Taemin se aferraba a la camisa de Minho llorando más fuerte.
— No le fallaste, pequeño. Nadie lo hizo. Solo piensa que él está bien. —Minho rezaba porque él estuviera bien porque él se estaba golpeando en ese momento. Todos ellos lo estaban haciendo. Todos los lobos se culpaban a sí mismos por quitarle la vista a Ren. ¿Cómo demonios Jaehyo había logrado sacar a Ren de la tienda sin que nadie lo viera?
Ellos llegaron al frente de una mansión entre su pequeña villa y la ciudad. Minho también se preguntaba cómo eran ellos capaces de salir a la luz del día. Quizás todos los mitos no eran ciertos.
— Baekho, te lo advierto. Quiero oír lo que Ren diga antes de que te deje desgarrar al Príncipe. Nosotros tenemos que estar seguros antes de iniciar una guerra —Jong In le advirtió a Baekho.
Que se joda. — Seguro. —Baekho salió del vehículo. Vestía unos pantalones de estilo militar donde había camuflado cuchillos. Él era un lobo capaz de matar a cualquiera, pero no estaba seguro de cómo matar a un vampiro, así que tomó precauciones extras.
Baekho pateó la puerta del frente con su bota de combate, encajando la punta del pie dentro de la madera. — ¡Entrégame a mi pareja ahora!
— ¡Baekho! —Jong In lo amonestó.
La puerta del frente se abrió y un pequeño hombre se hizo a un lado para que Baekho se apresurara a entrar. — ¡Ren! —Baekho gritó, paseándose de un lado al otro por el vestíbulo.
Un frío recorrió su columna ante el silencio. El pequeño hombre les indicó que lo siguieran. Baekho sacó un gran cuchillo con sierra de su funda, sosteniéndolo en su mano, preparándose.
El pequeño hombre bajó unas escaleras y Baekho miraba todo a su alrededor.
— Será mejor que no sea una trampa —Jong In advirtió.
— No lo es, señor. Encontraran al joven Ren sin lesiones. —El hombre señaló hacia una grande y brillante puerta negra. Se veía sólida y pesada. Algo que un vampiro podría usar para mantener invitados no deseados fuera. Baekho la empujó y corrió hacia una gran cama de cuatro postes, Ren estaba acostado ahí, llorando por él. — Él va a atravesar por el cambio, como Taemin lo hizo- Baekho jadeó.
— No tenemos hierbas aquí. —Jong In paseaba de un lado a otro.
— ¿Qué probabilidades hay de que ambos primos atraviesen por el mismo cambio? Algo no concuerda. —Baekho subió a la cama y masajeó a su pareja, incluso sin la loción que usaban para calmar el dolor del cambio. Ren gritó cuando pequeñas garras salieron de sus manos. Baekho sabía que había una posibilidad de que Ren no pudiera atravesar por el cambio. Él podría perder a su pareja. Baekho lloraba mientras jalaba a su pareja a sus brazos. No podía perderlo.
— Yo no tengo nada que ver con esto —Jaehyo les informó cuando entró al cuarto.
— ¡Lárgate de una jodida vez de aquí! —Baekho gritó.
— No, él salvó. —Ren jadeó— Feo coreano tomó.
— ¿Tienes algunas hierbas por aquí? —Jong In se giró hacia el príncipe.
— No, pero puedo enviar a mis hombres a obtener lo que necesites. —Jaehyo tronó sus dedos y aparecieron dos vampiros— Diles lo que necesitas.
Jong In nombró las hierbas y los vampiros inclinaron la cabeza antes de salir.
— ¿Cómo es que pueden salir a la luz del día? —preguntó Minsoo.
— Mito, aunque no podemos quedarnos fuera mucho tiempo o tendríamos feas quemaduras de sol. Piel blanca, sabes. —Jaehyo miró a Ren— ¿Qué está mal con él? Lo traje aquí para que estuviera más cómodo pero eso fue todo lo que pude hacer por él.
— Él está teniendo su primer cambio. —Jong In vio a Ren. Todo el mundo estaba preocupado por él.
— ¿Cambiará a lobo?
— Me temo que no estoy en libertad de decirte eso. —Jong In se encogió de hombros y se giró hacia Baekho.
Baekho sabía que su Alfa no iba a darle al príncipe ninguna información que no necesitara. Ellos necesitaban sacar a Ren de aquí antes de que cambiara. No querían que Ren se convirtiera en un tigre Xiamen ahí. Eran extremadamente raros y el secreto de Taemin estaba bien guardado. Nadie, ni siquiera la manada del Este, estaban conscientes de que un shifter felino estaba en el estado. Ahora el secreto de su pareja debería también ser guardado.
Los hombres regresaron con las hierbas. Jong In les agradeció y ordenó a Baekho que envolviera a su pareja y lo llevara hacia la camioneta que los esperaba.
— Pero eso puede ser peligroso para él —Baekho protestó, masajeando los miembros de Ren. Sabía que tenían que irse pero temía que el viaje pudiera matar a Ren. Estaba desgarrado.
— Lo haremos rápido, pero debemos irnos. —La voz de Jong In no permitía discusiones.
Baekho envolvió a Ren en el edredón de seda antes de empujar a todo el mundo y subir corriendo las escaleras.
— Yo no diría su secreto —Jaehyo le informó al Alfa.
— Apropiadamente anotado. Gracias por ayudarlo. —Jong In estrechó su mano antes de salir detrás de los guerreros y Baekho.
continuara...