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8. El turno de E.Den por dayanstyle

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Notas del capitulo:

el reclamo de Rasa señoressss

— Me gustaría invitarte a cenar a mi casa. —E.Den dijo entrando a la cocina, viendo a Rasa cocinar. Hombre, si eso no era una hermosa vista: ajustados jeans, camiseta azul media noche que se estiraba en su impresionante pecho, y botas vaqueras negras. E.Den luchó contra la urgencia de jalar a su pareja sobre el mostrador de mármol y follarlo hasta la inconsciencia.

— Está bien. ¿Pero sabes que no puedo salir sino hasta las nueve? —Rasa se giró para ver a E.Den. Sus ojos cafés brillaban con la luz.

— Sí. Entonces ¿a esa hora te recojo?

— Puedo manejar. Solo dame la dirección. No debe ser difícil encontrarla. —Rasa hablaba suavemente y la erección de E.Den pulsaba bajo sus jeans. Su pareja se veía como uno de esos chicos promedio. Hermoso, duro y como para babear.

— Está bien, la escribiré. —E.Den se dirigió a las puertas y regresó al área del comedor. Fue al mostrador por una hoja de papel, tomando una pluma de la taza junto a la registradora.

— ¿Tienes una cita? —Baekho preguntó tranquilamente llegando al lado de E.Den.

— Si, aceptó ir a cenar. ¿Qué le daré de comer a alguien que puede cocinar como yo no puedo? —E.Den escribió la dirección. Era una propiedad a las afueras de la carretera dentro del bosque para tener espacio para que los lobos corrieran.

— ¿Comida preparada? —Baekho sugirió.

— No había pensado en eso. Quizás pueda llevar dos órdenes de comida.

— E.Den, no puedes pedirle que cocine la comida que le vas a ofrecer. Prueba con la comida china de la ciudad. Oí que es muy buena. —Baekho se rió.

— Bien. Tampoco había pensado en eso.

— ¿E.Den tiene pareja? —Ren preguntó desde la silla junto a la registradora.

— Casi, amigo. Casi. —E.Den rizó el cabello de Ren y regresó a la cocina a entregarle la dirección a Rasa, ambos hombres se vieron el uno al otro durante un momento. E.Den sabía que Rasa sentía el jalón, y que por eso había aceptado verlo. Ahora sólo necesitaba que estuviera de acuerdo en ser reclamado. Lo que era más fácil decirlo que hacerlo.

 

 

 

Rasa revisó la hoja que E.Den le dio, entonces miró la enorme casa frente a él. Eso no podía ser. El lugar era enorme. Había al menos diez camionetas pick up en línea en el camino de grava y tres grandes camionetas de pasajeros. ¿E.Den tendría una fiesta?

Rasa apagó el motor y abrió la puerta. Esperó un momento preguntándose si tenía la dirección correcta. Vio la camioneta de media tonelada de E.Den y sabía que estaba en el lugar correcto. Tomó una profunda respiración, y subió los escalones de la entrada y tocó el timbre. Él no era una persona de fiestas. Quizás debería disculparse y salir de ahí.

— ¿Puedo ayudarle? —Un pequeño hombre abrió la puerta. Se parecía a Ren, la pareja de su jefe.

— Estoy aquí para ver a E.Den. —Rasa se apartó cuando un gran hombre gruñó y tomó al pequeño hombre en sus brazos.

— ¿No te dije que no abrieras la puerta, dragonfly?

Rasa notó que los ojos del tipo se arremolinaban en diferentes colores. Eso era hipnotizaste. El pequeño hombre se rió y besó al gran hombre, abrazándolo más cerca. Una parte de Rasa envidiaba el amor que era obvio entre esos dos. Quería algo así para él.

¿Y podría ser tan abierto? Eso era un sueño imposible para Rasa.

— Él está aquí para ver a E.DEn. —El pequeño tipo abrazó al grande.

— Vamos, entra. Debes ser Rasa. Soy Minho. —El moreno extendió la mano y estrechó la de Rasa— Y este pequeño es mi pareja, Taemin.

— Él se parece a Ren. —Rasa entró al vestíbulo y el ruido lo asaltó inmediatamente. Oyó gritos y música de rock que amenazaba con reventar sus tímpanos.

— ¿Conoces a mi primo? —Taemin sonrió.

Los nervios de Rasa estaban comenzando a deshacerse con la fuerte música. Esperaba ver niños salir corriendo en cualquier momento por el alto ruido de los videojuegos. — Si, Trabajo en el restaurante. Él va mucho con Baekho. —Miró hacia el ruidoso cuarto de nuevo. Quizás debió de haber tomado algunas aspirinas antes de venir aquí.

— Debes ser el nuevo cocinero que Jae Suk contrató. —Minho lo guió a un cuarto que sería la envidia de cualquier hombre, excepto por la fuerte música. Había dos sofás a la izquierda con una mesa de póker atrás, cuatro hombres jugando póker con… ¿pretzel? Ellos usaban pretzel en lugar de fichas de póker. Miró a la derecha y vio una gran mesa de billar con dos grandes hombres jugando y un bar completo a la izquierda. Un tablero de dardos en la pared cercana a la mesa de billar.

Rasa vio de dónde venían los gritos. Frente a la pantalla de televisión había dos hombres saltando, gritándose maldiciones el uno al otro mientras jugaban el video juego. Rasa deseó poder encontrar el botón para apagar la maldita música. Su dolor de cabeza estaba empeorando.

Un hombre pequeño corrió hacia él, sus mechones castaños saltaban mientras corría. — Soy Baekhyun. Debes ser Rasa, la pareja de E.Den. —Él abrazó a Rasa.

Rasa se quedó impactado, el pequeño se colgó de él durante un breve momento antes de soltarlo. Un gruñido desgarró el aire y Rasa levantó la cabeza para ver al hombre más feroz que un hombre podría imaginar en su peor pesadilla. El tipo de hombre por el que cruzas la calle para evitarlo. Él tenía el cabello negro azulado y era tan alto como E.Den, excepto que se veía como salido de las entrañas del infierno.

— Lo siento, Baek está un poco emocionado. —El hombre levantó al castaño— ¿De qué hemos hablado, lindo bebé?

¿Lindo bebé? La cabeza de Rasae giraba. Quizás esto no fue una buena idea. Él se sentía fuera de lugar, esto era como un lugar de pequeños hombres versus grandes hombres, y Rasa estaba entre ellos. Bueno, no es que todos fueran pequeños hombres. Dos de los chicos en una esquina eran solo un poco más pequeños que Rasa. Ellos estaban sentados ante la mesa de póker. Y se parecían el uno al otro. Deberían estar emparentados. Uno de ellos tenía piercings decorando sus orejas y su labio inferior. El otro tenía el cabello castaño un poco más largo.

— Lo hiciste.

Rasa se giró y vio a E.Den parado junto a él. E.Den se veía asombroso. Rasa no tenía idea de que pudiera estar más atractivo de lo que estaba con una camiseta negra. La maldita camisa se ajustaba sobre su pecho y mostraba todos los músculos, lo que hizo que Rasa lamiera sus labios.

E.Den ni siquiera era su tipo, pero Rasa sabía cuándo un chico era caliente cuando lo veía. Y él justo estaba viendo uno ahora. Giró la cabeza alrededor cuando oyó que las bolas de billar chocaban. Dos grandes hombres estaban uno frente al otro. El hombre con el cabello negro y rubio resoplaba.

— No les prestes atención a Chan Hee y a Minsoo. Ellos son muy competitivos. —E.Den se rió— Son inofensivos.

— Si, realmente se ven inofensivos. —El que tenía el cabello negro y rubio era algunos centímetros más alto que Rasa.

El otro tendría la estatura de Rasa, con el mismo cabello rubio, solo que más firme, no voluminoso. Rasa pensó que estaría loco si desafiaba al otro tipo.

— Ven, vamos a comer. —E.Den lo guió por un pasillo que parecía tener miles de puertas. Rasa vio unas puertas dobles de caoba que estaban abiertas y mostraban una costosa biblioteca. Estos tipos debían ser ricos. Se sintió un poco intimidado por eso. Él solo era un pobre chico de campo que trataba de sobrevivir y todos estos tipos vivían en la opulencia. No estaba celoso de su riqueza. Sólo se sentía abrumado. Un pobre chico granjero no estaba acostumbrado a estos lujos.

— Iba a utilizar el comedor formal para nuestra comida, pero me pareció un poco impersonal. Espero que no te moleste que comamos en la cocina. —E.Den lo guió hacia una gran cocina con una mesa desayunador para ocho personas. La cocina tenía mostradores de mármol verde y un refrigerador cromado de lado a lado. Eso era hermoso. Sonrió consigo mismo cuando vio que E.Den había colocado velas encendidas románticamente acomodadas.

E.Den jaló la silla y esperó que él se sentara.

— Ya te dije que no soy chica —Rasa bufó, cruzando los brazos sobre su pecho.

— Compláceme por esta noche. Por favor. —E.Den pasó sus dedos por el antebrazo de Rasa causando que la piel se le pusiera de gallina.

— Bien, pero si te levantas cuando yo lo haga, vamos a tener problemas. —Rasa suspiró fuerte y permitió que E.Den deslizara la silla.

E.Den caminó al otro lado y comenzó a servir lo que parecía ser pollo agridulce. ¿E.Den cocinaría esto o lo ordenó? Rasa se mordió el interior de la boca para evitar sonreír. Sabía lo duro que E.Den había trabajado para esto, y no iba a quejarse ni burlarse. Apreció el esfuerzo que el hombre había hecho para impresionarlo.

— Espero que te guste la comida china. No pensé en preguntarte primero. —Sirvió la salsa roja sobre el pollo de Rasa, sus manos temblaban ligeramente.

— Así está bien. —Rasa levantó la mano cuanto E.Den trató de agregar más pollo a su plato— Gracias.

E.Den sonrió y se recargó en su asiento viendo el plato de Rasa y luego el suyo. Se había servido una pequeña cantidad de arroz y pollo en su plato. Rasa señaló con el tenedor el plato de E.Den. — Sé que comes más que eso. No seas escrupuloso por mi causa. Come. —Rasa tomó un bocado para cubrir su sonrisa.

E.Den bajó el tenedor y tomó un trozo de pollo con los dedos. Miró a Rasa y se rió mientras llevaba otro trozo a su boca. E.Den se estaba esforzando realmente duro por él.

E.Den tragó.

— ¿Estás bien? —Rasa bajó el tenedor y miró con preocupación a E.Den.

— Si, tú estás...solo tan impactante.

¿El gran tipo realmente se ruborizó? Las defensas de Rasa bajaron al ver al gran galoot estar tan inseguro y nervioso. Eso hizo que se sintiera de tres metros de alto, y poderoso al saber que era el responsable de la vulnerabilidad de E.Den.

— Gracias. —Llevó el tenedor lleno a su boca, inseguro de qué más decir. ¿Qué se decía en casos como este? Gracias parecía inadecuado.

Terminaron de cenar y Rasa ayudó a E.Den a limpiar mientras que E.Den protestaba diciéndole que los invitados no debían limpiar. Rasa tiró los restos de su plato y sonrió al ver las cajas de comida para llevar en el bote de basura. Quizás él podría invitar a E.Den a su casa y cocinarle algo agradable, como gruesos filetes.

— Lo descubriste.

Rasa miró sobre su hombro para ver que E.Den estaba tan cerca de él que podía sentir su aliento en la nuca.

— Lo había sospechado. De cualquier manera estuvo bueno. r13;Rasa se giró y acortó la distancia, tomó los labios de E.Den en un inseguro beso. E.Den no se precipitó esta vez. El beso que le correspondió fue sin prisas, como si estuvieran sentados en el porche, un tranquilo domingo en la mañana, bebiendo limonada. Los lentos movimientos de E.Den incendiaban la sangre de Rasa.

Un hormigueo de excitación recorrió a Rasa cuando los dedos de E.Den recorrieron su brazo. Podía sentir a su cuerpo responder al suave toque, y Rasa estaba asustado de su reacción, pero él no podía alejar al gran hombre.

Los lentos movimientos de E.Den, lentamente llevaron los besos a otro plano.

Rasa detuvo un gemido antes de que se le escapara cuando E.Den se apartó. Sus labios querían el calor y la humedad de los labios de E.Den.

Ambos se quedaron ahí durante un momento como si estuvieran en trance.

— Sígueme —E.Den dijo con la voz gruesa, tomando la mano de Rasa guiándolo por el pasillo y atravesando una puerta.

Rasa se detuvo cuando vio una recámara. La cama estaba en el centro del cuarto y podía acomodar tres E.Den en ella. Admitía que el beso había sido espectacular o de una mega escala de un millón de dólares, pero él no estaba seguro de ir a la cama.

— Pensé que habíamos acordado que estábamos en un callejón sin salida. —Rasa jaló su mano de la de E.Den y cruzó los brazos sobre su pecho. Estaba más que irritado cuando sintió su cuerpo temblar ligeramente.

— Estoy de acuerdo. Sin presiones. Solo siéntate y habla conmigo. —E.Den cruzó el cuarto y se sentó en el borde de la cama, palmeando sobre el espacio a su lado.

Rasa arqueó una ceja. — ¿No es una línea que usarías con una inocente chica?

— No sé, nunca he estado con una. —E.Den le dio una traviesa sonrisa. Rasa se hundió en un mar de inseguridades. Su cuerpo estaba rogando por estar con E.Den, pero su mente y su corazón temían lo que podría suceder si se abría. Estar con un hombre más grande que él y un hombre que no escondía sus preferencias sexuales era nuevo para él, y Rasa no estaba seguro de poder manejarlo.

— Bien, pero no me palmees. —Rasa se acercó y se dejó caer en la cama. De nuevo cruzó los brazos para esconder el temblor en sus manos.

E.Den jaló los brazos de Rasa fuera de su pecho y pasó los dedos sobre el dorso de la mano de Rasa. El gigante se aclaró la garganta. — Soy un lobo Timber de doscientos dieciséis años, y he buscado a mi pareja desde los dieciocho. Eres tú, si no lo habías descubierto. —E.Den le sonrió suavemente— Nosotros solo tenemos una pareja. Una pareja que estaría con nosotros los mil años que vivimos. Si te niegas a mí, tendré setecientos ochenta y cuatro años de soledad.

— Pensé que dijiste sin presiones. —Su cabeza estaba girando. Esto era mucho para él. Tanto tiempo para estar solo. ¿Un lobo?, ¿mil años? Mierda, necesitaba tiempo para absorber todo eso— Entonces si tú me reclamas, ¿también viviré tanto tiempo?

— Sí. Nunca te enfermarás, sanarás más rápidamente que un humano no emparejado, y prometo que siempre te haré feliz y cuidaré de todo lo que quieras y necesites. —E.Den mantenía su cabeza abajo, temiendo el rechazo que suponía tendría de nuevo de Rasa.

— Aun necesitamos aclarar lo de quién estará abajo. r13;Maldición, ¿qué debería hacer? Él no necesitaba que E.Den lo cuidara, pero ¿tenía ese tipo de devoción? Su corazón se desgarraba.

— ¿Solo una vez? Déjame reclamarte, Rasa. Eso es todo lo que pido. Podemos trabajar todas las cosas después —E.Den rogaba con la mirada.

Rasa se quitó el sombrero, lo dejó al lado de él, pasó su mano por su cabello. — ¿Una vez? —Miró a E.Den totalmente inseguro de lo que había aceptado.

— Lo prometo. —La emoción de E.Den era difícil de contener. ¿Realmente iba a reclamar a su pareja? ¿Podría Rasa aceptarlo? Sostuvo el aliento esperando la respuesta de Rasa.

— ¿Cómo hacemos esto?

¡Joder, si! Sentía como si se acabara de ganar la lotería. E.Den jaló a Rasa a sus brazos, acostándolo suavemente sobre su espalda. — Solo déjame amarte. —E.Den subía sobre Rasa— Solo una vez. —Su cuerpo temblaba, y sus manos temblaban cuando pasó ligeramente sus dedos sobre la bronceada cara del vaquero.

Rasa asintió y jaló a E.Den para un ardiente beso. Rasa envolvió sus piernas alrededor de la cintura de E.Den y abrió la boca para la exploración de E.Den. Con lo bueno que era eso, E.Den no quería desperdiciar el tiempo. El miedo de que su pareja cambiara de opinión hizo que se alejara del beso.

E.Den apartó las piernas de su pareja que lo envolvían, y se quitó la camiseta por la cabeza, y el resto de su ropa. Realmente no quería apresurar las cosas, pero su estómago estaba hecho un nudo pensando en que el hombre cambiaría de opinión en el último segundo.

Rasa abrió más los ojos. — ¿Ese es un trozo de carne colgando entre tus piernas? Oh, infiernos no. Creo que voy a cambiar de opinión. —Rasa tragó audiblemente viendo el pene de E.Den.

— No, por favor. No te haré daño —E.Den rogaba mientras jalaba a Rasa a sus pies, para luego besar su cuello mientras desabrochaba los jeans, sacaba su pene y cayó de rodillas.

— E.Den —dijo Rasa mientras sacaba su camiseta de la cabeza. E.Den levantó la vista para ver a su pareja a los ojos, vio la duda, el miedo y la lujuria quemando en ellos. ¿Qué había sufrido Rasa para estar tan aterrado de entregarse?

— Solo una vez —E.Den murmuró y tragó el pene de su pareja.

— Oh, joder. —La cabeza de Rasa cayó hacia atrás y tomó a E.Den de los hombros mientras movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás. E.Den gruñó y aplicó succión, con su boca en el pene de Rasa.

— E.Den —Rasa gimió. Sonaba como un ángel desplegando sus alas a los oídos de E.Den.

Su lengua se movía sobre el pene de Rasa en un duelo de seducción. E.Den era ahora totalmente adicto.

La fría tensión en sus entrañas era demasiada y E.Den necesitaba reclamar lo que el destino le había dado mientras Rasa aún estaba de acuerdo.

Su pareja gritó cuando E.Den lo liberó. El sonido era como una sinfonía en una cálida noche de verano. — Desnúdate —E.Den le ordenó y Rasa no dudó. Se quitó el resto de su ropa de su cuerpo, y subió a la cama, se acostó sobre su espalda y tomó su duro eje. El cuerpo de E.Den vibraba ante la vista frente a él.

— ¿Vas a terminar? —Rasa sonrió y E.Den perdió la capacidad de respirar.

— Tu sonrisa debe de opacar el sol cada mañana. —La piel de su pareja se ruborizó y no había vista más hermosa ni en el cielo ni en la tierra.

E.Den sonrió y se acurrucó entre las piernas de Rasa, y tomó el pene profundamente en su garganta.

— Si, E.Den. —Rasa empujó sus caderas, tomó la cabeza de E.Den y se empujó rápidamente hacia la boca de E.Den.

E.Den humedeció un dedo y lo empujó suavemente dentro del culo de su pareja. Sabiendo que era la primera vez para el vaquero de ser penetrado, E.Den dejó su dedo un momento mientras apretaba el eje de Rasa. Pasó su lengua arriba y abajo por el eje de Rasa y entonces empujó un segundo dedo.

— ¡Santa jodida! —Rasa disparó en la garganta de E.Den, su espalda se arqueó levantándose de la cama. Él bebió todo el semen de su pareja hasta que Rasa ya no tenía nada más que dar.

E.Den no se detuvo. Lamió y chupó su camino hacia abajo, lamiendo las bolas de su pareja, inhalando el fuerte aroma de hombre entre las piernas de Rasa.

— No creo que pueda sobrevivir hasta que se ponga el sol si haces eso de nuevo —Rasa jadeó.

— ¿Te gusta esto? —E.Den sonrió alrededor de las bolas de su pareja, deslizando un tercer dedo dentro.

— Wow. Si no lo has notado tus dedos son del tamaño de salchichas. Tranquilo, niño. —Rasa se movió un poco a un lado. E.Den temía que su vaquero se sintiera lleno e incómodo— Relájate, se pondrá mejor. Lo prometo. —E.Den de nuevo encontró la próstata de Rasa y deslizó sus dedos alrededor, su pareja siseó y movió las caderas. E.Den se apartó y lubricó su pene, impaciente por reclamar lo que era suyo— ¿Listo?

—No. —Rasa tomó las sábanas y giró la cara lejos de E.Den. La vergüenza en la cara del hombre partió a E.Den en dos. Él quería a su vaquero más que el mar necesitaba a la luna, pero no quería tomarlo si él no se entregaba voluntariamente.

— Rasa, mírame. —E.Den suavemente tomó el mentón de su pareja hasta que vio esos hermosos ojos— Solo una vez.

Rasa tensó la mandíbula y asintió.

E.Den se empujó lentamente pasando el anillo de músculos, permitiendo que la ancha cabeza de su pene abriera más a Rasa. Tomó las caderas de su pareja y se empujó más, viendo a los ojos a Rasa en busca de cualquier signo de dolor. Si se lo pidiera, él se detendría, aunque eso pudiera matar a E.Den ahora que sabía que se sentía como un ángel.

E.Den llegó al fondo y se detuvo un momento para que el cuerpo de Rasa se ajustara a la invasión. Esta era la primera vez que el chico estaba recibiendo y E.Den haría todo lo posible para asegurarse de que fuera lo más placentero posible.

E.Den envolvió las piernas de Rasa alrededor de su cintura y pasó la mano por las piernas de Rasa para calmar la tensión. Se apartó y entonces se empujó más profundo. Rasa cerró los ojos y dejó caer la cabeza hacia atrás, sus labios se abrieron. Gimió y arqueó la espalda, tomando a E.Den a una nueva profundidad.

— ¿Me aceptas como tu pareja, Rasa? —Los caninos de E.Den bajaron y sus ojos cambiaron. Estaba aterrado de que su pareja cambiara de opinión y lo dejara ahora que podía ver a su lobo. ¿Qué podría hacer si Rasa decidía que no iba a atravesar por esto?

— ¿Qué se supone que diga? —Rasa gruñó.

— Un simple “si, E.Den”.

— Si, E.Den.

E.Den estaba muy emocionado. Rasa había aceptado ser reclamado. Se apoyó en los antebrazos y lamió la pulsante vena del cuello de su pareja antes de morderlo.

E.Den sintió los listones de sus almas desanudarse y entrelazarse juntas, sus corazones se sincronizaron. Ellos ahora eran pareja. E.Den estaba emocionado.

Rasa gritó mientras E.Den descargó al mismo tiempo. Su cerebro estaba nublado por la lujuria. E.Den se empujó más duro, quería su semen profundamente en el interior de su pareja. El cuerpo de Rasa era su adicción y E.Den sabía que nunca tendría suficiente. E.Den lamió la herida cerrándola mientras él jadeaba por aire. Cayó a su lado, junto a su pareja.

Rasa llevó sus brazos a los ojos y soltaba cortas respiraciones a través de sus labios. Movía la cabeza de un lado a otro como si estuviera teniendo una lucha interior. E.Den lo jaló a sus brazos y esperó.

Rasa se rodó, se puso de pie y tomó su ropa.

— Rasa, ¿qué está mal? —E.Den se puso de pie y trató de jalar a su vaquero a los brazos. Rasa lo empujó apartándose.

— Necesito tiempo, E.Den. Esto es mucho para manejarlo en mi cabeza. Por favor, solo dame tiempo. —La voz de Rasa se quebró. Bajó la mirada y rápidamente se vistió sin nunca ver a E.Den— ¿Podrías por favor llevarme a mi camioneta?

El corazón de E.Den se desgarraba en su pecho, pero asintió y se vistió. Esto no podía estar sucediendo. Estaba encontrando difícil respirar. Su pecho se sentía como si el mundo se estuviera presionando contra él, aplastándolo.

Él había apresurado a su pareja y ahora estaba pagando las consecuencias. E.Den mantuvo sus emociones dentro, sin demostrar la ira ni la devastación que sentía.

 

 

 

Rasa subió a la camioneta y se alejó, su corazón dolía más y más entre más se alejaba de E.Den. Necesitaba tiempo consigo mismo, dejar que su mente se ajustara al hecho de que él acababa de ser follado. Él había sido reclamado. Sintió la pérdida del hombre fuerte que era. Rasa era un rudo y fuerte vaquero, pero se sentía como la perra de E.Den.

Golpeó el tablero, maldijo porque él quería girar la camioneta y regresar a los brazos de E.Den. Bueno, el hombre logró lo que quería, reclamarlo, y ahora podía mandar a Rasa al mismo infierno dejándolo solo.

 

 

 

Notas finales:

ese Rasa si es complicado..

volvera a los brazos de E.den?

o su perjuicio sera mas grande que su amor


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