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8. El turno de E.Den por dayanstyle

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Notas del capitulo:

oh oh.. van a sodomizar al pobre E.den??  O_O

— Quiero estar arriba en esta ocasión.

E.Den miraba a Rasa como si fuera el mismo diablo que le estaba pidiendo que hicieran negocios con su alma.

Rasa esperó a que E.Den le contestara, sintiendo ya la animadversión construyéndose en su interior. Sabía que E.Den nunca había estado abajo, pero tampoco él. No quería decir que no le gustara. Eso era diferente, y él se había sentido genial, pero, maldición, era su turno.

E.Den asintió.

Rasa quería reírse. El hombre se veía como si hubiera aceptado ir al frente de un escuadrón de fusilamiento.

E.Den debía haber estado pensando que él iba a hundirse en Rasa, por favor. Esperen un minuto, ¿E.Den aceptó? — ¿En serio? —Rasa lo miraba con la boca abierta.

— Cierra la maldita boca, y lo digo literalmente. Será mejor que nadie se entere. —E.Den tomó el lubricante del cajón y se lo dio a Rasa.

Ambos se cayeron tratando de quitarse sus ropas. Rasa se movió fuera del camino de E.Den que comenzaba a desbalancearse al atorarse en sus jeans, y casi cayéndose.

— Lo juro. —Rasa sonrió de oreja a oreja y subió a la cama con E.Den— Está bien, pareja, dóblate.

— No empieces, Rasa —E.Den gruñó y subió a la cama rodándose de espaldas y abriendo las piernas.

— Un hombre puede tener algo de diversión… —Él palmeó la cadera de E.Den— Dóblate.

— No. —E.Den cruzó los brazos sobre su pecho.

— ¿Por qué estás haciéndolo tan difícil? Yo cedí sin discutir. Ahora apresúrate a girarte y colocarte sobre tus malditas rodillas.- Rasa palmeó el muslo de E.Den con la botella de lubricante.

— ¿Por qué no puedes hacerlo de esta manera? Quiero mirarte a los ojos. —E.Den hizo pucheros. Rasa pensó que se veía tan lindo con el borde de su labio inferior hacia afuera.

— Eso es tan dulce…dóblate —Rasa entrecerró los ojos y miró a E.Den.

— Bien, pero yo estaré arriba la siguiente vez. —E.Den se giró y se colocó de rodillas.

— Buen señor.

— ¿Qué? —E.Den lo miró sobre su hombro.

— Simplemente, uh, Guau. —Rasa lubricó su mano, empujando dos dedos dentro del apretado agujero de E.Den.

— Hey, podré ser un tipo grande pero ese de ahí es un territorio virgen —E.Den gruñó.

— Lo siento. Estoy un poco emocionado. —Rasa comenzó a abrir en tijeras sus dedos mientras con su otra mano acunaba las bolas de E.Den.

— Más —E.Den gimió.

— Pensé que te gustaría. —Rasa movió sus dedos alrededor, tratando de encontrar el dulce punto de E.Den.

— ¿Qué se supone que quieres decir?

— ¿Podemos dejar de discutir? Vas a matar mi erección.- Rasa empujó de nuevo sus dedos.

— ¡Santa jodida!

Lo encontré.

— Se siente bien, ¿no es así? —Rasa agregó un tercer dedo, estirando a su pareja todo lo que pudo—  ¿Listo?

— No.

— De cualquier manera, deslizaré mi víbora dentro de tu agujero. —Rasa palmeó su culo— Arriba Vaquero.

— ¿Huh?

— Aquí viene el truco. —Rasa se empujó al interior, deteniéndose cuando E.Den se tensó. Joder, estaba apretado. Tenía los ojos cerrados y tomó una larga y lenta respiración para calmar su inminente orgasmo. Sus ojos lentamente se abrieron cuando E.Den palmeó sus caderas.

— Está bien. —E.Den se empujó un poco hacia atrás mientras Rasa se empujaba hacia adelante.

— E.Den, joder, tan apretado. —Rasa apenas se controló disfrutando la sensación tan caliente y tan apretada que envolvía su pene.

— No hables —E.Denn gimió.

— ¿Por qué?

— No sé. Silencio. —E.Den se empujó hacia atrás.

— ¿Por qué?

— Rasa —advirtió.

— ¿Por qué? —Rasa comenzó a reírse. El sonido era como el de un niño de cinco años, pero él se estaba divirtiendo durante el sexo por primera vez, y le gustó eso. E.Den era algo que él nunca había esperado, y sorprendentemente comenzó a ver que no podría vivir sin eso.

E.Den comenzó a reírse con él. — Sólo fóllame ya. Y si dices por qué, voy a golpearte.

— Bien. —Rasa se aferró a las caderas de E.Den, empujando su pene como un toro bronco. Cambió el ángulo, haciendo que E.Den gritara su nombre. -Eso es correcto. ¿De quién es el pene dentro de ti?-

— Cállate. —E.Den se empujó hacia atrás, golpeando a Rasa con su culo y casi lo empuja.

— Entonces, quieres jugar, ¿eh? —Rasa tomó los hombros de E.Den, levantando una pierna y montándolo como si estuviera en el rodeo. Joder sí. Él sintió el hormigueo comenzar en la base de su columna. Rasa se inclinó hacia su pareja tratando de alcanzar su pene. Finalmente lo alcanzó y lo jalaba mientras se empujaba.

— Rasa…voy a… —E.Den bajó la cabeza y levantó el culo.

— Dámelo. Dámelo papi —Rasa sonrió.

— Engreído —E.Den gruñó.

— Creo que te gusta eso —él se rió— O puedes llamarme Rey Rasa.

Rasa dejó de hablar cuando sintió que el cuerpo de E.Den temblaba y se tensaba. Apretó el eje de E.Den mientras se empujaba una vez más. El pulsante pene de E.Den estalló en su mano cediendo su cremoso premio a Rasa.

— E.Den —Rasa gritó mientras él golpeaba duro, luces explotaban detrás de sus ojos. El musculoso culo de E.Den lo apretaba con un agarre de muerte. Se dejó caer en la fuerte y sudada espalda de E.Den.

— Joder, hombre. —E.Den se cayó hacia adelante.

— Lo acabo de hacer. —Rasa se rió mientras E.Den trató de palmearlo.

E.Den jaló a Rasa sobre él, besándole la sien. — Sabes que eres mío. No comparto.

— Si, porque el Señor sabe que golpearías al chico.

— ¿Qué acerca de Hyosung? —E.Den se movió para verlo a los ojos.

— Uh, es mujer. Duh.

— Está bien, pero voy a estar observándola. —E.Den jaló a Rasa más cerca. Suspiró y pasó la palma de su mano sobre el pecho de su pareja.

— No tan malditamente cerca —murmuró, entonces bostezó y se acurrucó más cerca de su calentador personal. Rasa lo miró con una traviesa sonrisa.

E.Den sonrió. — ¿Celoso?

— Ya quisieras. —Quizás lo estaba, pero eso no significaba que lo tuviera que saber E.Den— Ahora será mejor que duerma algo o amarraré tus cuatro patas y te amordazaré. —Rasa enterró su cabeza entre el mentón y el hombro de E.Den. Si solo estuviera así de cómodo todo el tiempo.

 

 

 

Rasa silbaba mientras salía de la recámara de E.Den, pero eso se murió en sus labios cuando vio a un pequeño tigre caminar hacia él. Podía haber jurado que E.Den dijo que ellos eran lobos. Quizás su pareja estaba un poco loco y no podía recordar qué animal era porque eso frente a él definitivamente era un tigre.

Rasa tragó saliva cuando un gran lobo dio vuelta en la esquina detrás del tigre. Se frotó los ojos para asegurarse de que estaba viendo bien.

Si, ahí seguían.

Rasa sintió la mano de alguien en su hombro, y él la retiró y se giró. Uno de los guerreros inclinó la cabeza y se carcajeó. — No dejes que te asusten.

— Lo siento. —Rasa se limpió la garganta, se sentía un poco avergonzado de que los animales salvajes lo pusieran nervioso— ¿Hay gatos y perros viviendo aquí?

El hombre se rió. — Hola, soy Eunhyuk. Debes ser Rasa, la pareja de E.Den.

Estrechó la mano ofrecida sin dejar de ver al extraño par que caminaba lentamente hacia él.

— Nosotros somos lobos. Taemin, el de ahí, y su primo Ren, son tigres, shifters del sur de Japón.

— Espero que no creas que eso explica esto. —Rasa se reía nerviosamente mientras se rascaba la cabeza. El pequeño tigre se detuvo frente a él y se sentó en sus patas traseras. Levantó una pata como lo haría un gato. ¿Eso era normal en un tigre?

— Creo que Taemin quiere jugar. —Eunhyuk se reía. Rasa vio cómo el hombre rascaba al tigre, detrás de la oreja, el lobo le dio un bajo gruñido.

— Al señor lindo y gruñón no parece gustarle la idea de que el tigre sea tocado, creo que me gustaría mantener mis diez dedos intactos si no te molesta. —Rasa dio un paso hacia atrás.

— No, a Minho no le molesta. Eso es algo de pareja. Taemin ama que le rasquen detrás de las orejas.

Y el lobo parecía que amaría comerse a Eunhyuk. No gracias. — Um, está bien. Me voy a ir, solo sigue rascando al gato. Buena suerte.

Rasa se giró y caminó un poco más rápido que lo normal para poner la mayor distancia posible entre su cuerpo y esos agudos dientes.

Entró al estudio y cambió la música del estero a una estación local de música country. Sus oídos iban a empezar a sangrar en un minuto si seguía oyendo esa guitarra gemir con esa horrible música.

— Hey, ¿qué infiernos es eso? —Luhan cubrió sus oídos.

— Eso se llama música, pruébala alguna vez. —Rasa caminó hacia el bar, buscando una cerveza.

— Podría si perdiera a mi esposa o quisiera a mi perro de regreso. —Luhan movió el botón hasta colocarla de nuevo en el heavy metal.

— Sigue escuchando eso si quieres que cometa suicidio.- Rasa tomó una botella y volvió a cambiar la música.

— ¿Quieres un duelo al mediodía? —Luhan colocó sus manos en sus caderas.

Rasa se mordió una sonrisa. — Mañana al atardecer, en el patio trasero.

— Bien. Hasta entonces… —movió el botón de nuevo a Metállica. Rasa podría no escuchar música, pero a él le gustaban las bandas populares.

— Hasta entonces. —Rasa la regresó de nuevo a la canción country.

— ¡Alto! Quiero matar a mi esposa y perder a mi perro al mismo tiempo —Baekhyun gritó.

El estéreo dio un fuerte zumbido y entonces murió.

— Mira lo que hiciste. —Luhan miró a Rasa, entonces jugó con el botón.

— ¿Yo? Eso era música satánica. Debió haberse chupado el alma del estéreo. —Le tomó todo lo que tenía a Rasa para no soltar una carcajada.

— ¿Qué sucede aquí? —Jong In entró al estudio.

Rasa y Luhan se señalaron el uno al otro.

— Él lo hizo —dijeron al unísono.

Jong In se acercó a Rasa, lo miró de arriba a abajo.  -Nosotros no hemos sido presentados formalmente. Verte en el club nocturno cuando buscábamos a las parejas no cuenta. Soy Jong In, Alfa de la manada Kim.-

— Soy Rasa, cocinero del restaurante —Extendió su mano.

Los labios de Jong In se elevaron en una sonrisa mientras estrechaba la mano de Rasa.

— Otro humano con fuerte carácter. Al menos no tengo que considerar matarte.

— Uh, ¿gracias? —Rasa lo vio sobre Luhan, quien estaba sonriendo.

Jong In se rió fuerte esta vez. — No hay problema. Bienvenido a nuestra familia.

— Hey, no me diste la bienvenida a mí —Baekhyun hizo pucheros.

— No, Baekhyun, no lo hice. Lo siento. Bienvenido.

Baekhyun brillaba. — Gracias.

Jong In sacudió la cabeza. — ¿Puedo hablar contigo un momento en mi oficina, Rasa?

— Seguro. Sólo muéstrame el camino. —Rasa siguió al enorme hombre por el pasillo. Jong In se sentó en una silla de cuero detrás del escritorio.

— Sé que eres nuevo en todo esto de las parejas y de los lobos y vampiros, pero apreciaría si no dejaras que mi pareja, Luhan, hablara contigo acerca de otro escape. Ellos no son prisioneros, pero nosotros cuidamos a nuestras parejas cuidadosamente. Hay quien les gustaría dañarlos o matarlos. Eso te incluye a ti ahora. —Jong In se recargó en su asiento.

— Entiendo lo que dices, pero si no te molesta, te diré que ellos se sienten atrapados. Quizás si salieran una vez al mes, quizás dos. Dejar que se sacudan la fiebre de cabaña. —Rasa se encogió de hombros.

— Buen punto. Tomaré eso en consideración —Jong In  sonrió— Me agradas. Hablas respetuosamente.

— Si eso es todo, tengo un duelo con tu pareja pronto. —Rasa se puso de pie e inclinó el sombrero.

Jong In arqueó una ceja. — Solo no lo mates. Él es travieso, pero lo amo entrañablemente.

— Lo comprendo. —Rasa regresó al estudio.

 

 

 

Rasa dio vuelta en la esquina, con un rifle de asalto frente a él, listo para atacar. Rápidamente miró hacia la biblioteca y vio que estaba vacía, así que siguió adelante.

Entrando a la cocina, oyó la estática de unos walkie-talkie y órdenes siendo murmuradas.

Acostándose sobre su abdomen, Rasa se arrastró alrededor de la mesa, apuntando el rifle hacia arriba. Apretó el gatillo, disparó una rápida carga y salió corriendo.

— ¿Crees que puedes dispararme? —Jong In le gritó a Rasa quien salía de la cocina y subía las escaleras. Él sabía que le había dado a Jong In, esa no era pregunta.

Siguió por el pasillo, con el arma apoyada en el hombro, sus ojos se enfocaron en Ren que salía de su cuarto. Rasa disparó, golpeando a Ren en el pecho.

— ¡Rasa! —Ren gritó, pero él ya se estaba moviendo.

La estática del radio se oyó y Rasa entró de puntas en el siguiente cuarto en donde Min Seok estaba escondido debajo de la cama. Rasa le disparó y regresó escaleras abajo. Min Seok le gritó que iba a pagar por eso.

Entró al cuarto de E.Den, encontrándose cara a cara con E.Den armado.

— Creías que podías escapar de mí, ¿verdad? —E.Den lo rodeó, señalando con su arma a la cabeza de Rasa, indicándole que quería que la dejara.

— Creo que no. —Rasa levantó su arma pero E.Den fue más rápido y le disparó en la cara a Rasa.

— ¡Ah, mierda! —Rasa corrió fuera del cuarto hacia el estudio. Tres guerreros estaban ahí apuntándole, y dispararon simultáneamente.

Rasa gritó, dejó caer el arma y levantó las manos protegiéndose. Demasiado tarde. Rasa estaba empapado, el agua bajaba por su cabello y ropa.

 

 

 

Rasa subió corriendo los escalones de su departamento. El día había sido muy ocupado, y la cocina estaba caliente. Debía bañarse e ir a encontrarse con E.Den. Su corazón se sentía ligero. E.Den lo hacía más feliz de lo que había estado en toda su vida. Solo en pensar en su pareja lo hacía reír de alegría.

Él estaba tarareando feliz mientras salía. Era una hermosa noche, las estrellas brillaban en un cielo sin nubes. El amor llenaba el aire. Rasa se rió. ¿Desde cuándo había comenzado a pensar tan poéticamente? Sonrió ante sus emociones como de chica, y eso no era un cliché, se sentía como si estuviera en el séptimo cielo. La gran tonta sonrisa que mostraba era porque finalmente se había aceptado como lo que era y con quien quería estar. Hablando de eso, él necesitaba llegar con E.Den.

Rasa silbaba de camino a su camioneta. Quería gritar que era gay y que el gran galoot era suyo. Acababa de llegar a su camioneta, cuando fue sorprendido por alguien detrás de él que lo golpeó a la altura de los riñones. Se quedó momentáneamente sin aire, pero no iba a caer tan fácilmente. Quien fuera escogió al hombre equivocado. Rasa lanzó el codo hacia atrás, pero sintió como si golpeara una pared de ladrillo.

— ¿Creías que te había olvidado?

Rasa gritó cuando el dolor lo inundó a través de su cuello desgarrado. Él lanzó la cabeza hacia atrás y golpeó a quien fuera que estaba detrás de él. Veía estrellas mientras tomaba su cuello y cabeza simultáneamente.

— Jodido humano. Pagarás por esto.

Rasa sintió que desgarraban su espalda y caliente sangre bajó por su piel. Estaba impactado mientras alcanzaba una barra de metal que tenía en la caja de la camioneta, la blandió salvajemente. Ese era el vampiro de la otra noche. El que E.Den había atrapado. Las uñas de sus dedos eran largas como garras. Debió usarlas para desgarrar la espalda de Rasa.

El chupasangre se reía. — ¿Crees que puedes vencerme?

— Puede que no sea capaz, pero tú no te irás ileso.

Rasa tomó la barra y la encajó dentro del pecho del vampiro, usando todo su peso en eso.

Él sabía que no solo estaba luchando por su vida, sino también contra el tiempo. El frente de la blanca camisa se empapó con mucha sangre. Se estaba desangrando rápidamente. Su impecable camisa blanca era como una esponja y podía sentir los jeans también húmedos y pegajosos.

El vampiro rugió, tumbando a Rasa al suelo, mientras se sacaba la barra. — Bastardo. —La criatura cayó de rodillas, cubriéndose el hoyo con las manos, y cayó. Rasa pateó a la criatura para asegurarse que estuviera muerto o muerto de nuevo.

Sabía que fue cuestión de suerte que el primer golpe diera en el corazón. Al parecer el mito acerca de las estacas de madera era inexacto.

Rasa se puso de pie y se tambaleó hacia el restaurante. Casi había llegado a la puerta trasera cuando sintió que su cuello estaba sangrando intensamente y su espalda ardía como el fuego. Se arrastró hacia la puerta y logró entrar, su visión se nubló mientras luchaba por alcanzar el teléfono del restaurante.

Rasa tomó una toalla e hizo presión en su cuello, tratando de detener el sangrado. Tomó el teléfono y marcó el número celular de E.Den, se estaba mareando rápidamente.

— ¿Hola?

— A–ayuda…

— ¿Rasa? ¡RASA! —E.Den gritó del otro lado de la línea.

Rasa cayó al suelo, y la oscuridad lo rodeó.

 

 

 

— Necesito ayuda. Algo le sucedió a mi pareja —E.Den gritó pasando por el estudio mientras se dirigía a la puerta del frente. Él quería cambiar pero ¿qué si Rasa necesitaba ser llevado al hospital?

E.Den salió al camino, levantando grava y golpeando con ella los otros vehículos. Llegó al restaurante y vio la camioneta de su pareja. Oh Dios, hay demasiada jodida sangre, salpicando la camioneta de Rasa y la banqueta. E.Den no creía haber visto tanta en un mismo lugar en su vida. El vampiro de la otra noche estaba tirado en el suelo. E.Den rugió cuando levantó el cuerpo y lo lanzó hacia un árbol viendo que caía flojo al suelo.

Si él no hubiera dejado escapar al vampiro, su pareja no estaría herida. O quizás algo peor. E.Den entró como tromba al restaurante, siguiendo el rastro de sangre. Rasa estaba bajo el mostrador, su cuello estaba abierto por una mordida. ¡Oh Dios, no!

Corrió hacia Rasa, lo levantó en sus brazos, E.Den aulló cuando sintió sus manos pegajosas por la sangre en la espalda de su pareja. — ¡Alguien que nos ayude! —E.Den gritó meciendo al inconsciente vaquero en sus brazos— Por favor no —gritó.

— Vamos, E.Den. Hay que llevarlo al hospital rápido. El centro médico está cerca. —Minsoo jaló a E.Den de los hombros. Él sabía que tenían muy poco precioso tiempo. Rasa podría desangrarse si no llegaban ahí rápido.

— Está bien. —E.Den se limpió los ojos mientras llevaba a su pareja en sus brazos, corriendo hacia la puerta y subiendo al vehículo de Minsoo— Apúrate. No puedo perderlo. —E.Den levantó su camiseta y se secó su cara, limpiándose los mocos y las lágrimas. Tenía al hombre inconsciente en sus brazos. Hay demasiada jodida sangre.

— Nosotros no perderemos a nadie esta noche, amigo. —Minsoo voló, pasándose toda señal de alto y semáforo. Llevó la camioneta frente al Hospital y E.Den salió, gritando que alguien le ayudara.

Un joven doctor se apresuró a llegar con E.Den y jaló a Rasa de sus brazos. E.Den luchó para mantener a su pareja con él.

— No puedo ayudarlo si no me lo entregas. —El doctor tocó suavemente el brazo de E.Den.

— Está bien, pero haz lo mejor por él. —E.Den dejó salir un sollozó mientras el doctor alejaba la camilla.

Los guerreros llegaron al centro médico y rodearon a E.Den.

— ¿Qué sucedió? —Jong In colocó su mano en el hombro de E.Den.

— Jodidos vampiros. ¿Podrían haberlo cambiado? ¿Convertirlo en uno de ellos? —E.Den no había pensado en eso, pero ahora eso era la única cosa que estaba en su mente además de lo que estaba atravesando su pareja.

— Llamaré al Príncipe Jaehyo y lo descubriremos. Espera aquí, E.Den. Él lo superará. —Jong In caminó hacia afuera e hizo su llamada.

E.Den lanzó la cabeza hacia atrás y un aullido desgarró su pecho. Eso fue tan ensordecedor que las enfermeras corrieron detrás de los escritorios, acobardadas.

Minsoo tomó el brazo de E.Den. — Contrólate. Sé que estás herido, hombre, pero no puedes hacer eso aquí.

— Vete al infierno. —E.Den jaló su brazo y se alejó de Minsoo, empujó las puertas y salió hacia la noche.

 

 

 continuara...

Notas finales:

OH NOOO.. vampiros malos atacaron a Rasa...

Se Salvara???... o se convertira en un vampiro chupasangre??

 

nos leemos

dejen rz


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