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8. El turno de E.Den por dayanstyle

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Notas del capitulo:

Rasa se recupero--- siiiiii

a leer

Las parejas estaban sombríamente sentados en el estudio esperando noticias de Rasa.

— Ni siquiera hemos tenido nuestro duelo —Luhan sonrió tras las lágrimas.

— Él lo logrará. Nosotros lo aplazaremos. —Taemin palmeó el brazo de Luhan.

— Escucharé cada maldita cursi canción country que quiera si sale de esto. —Luhan se secó los ojos. A él realmente le agradaba el vaquero. El hombre era definitivamente diferente y se divertía teniéndolo alrededor. Luhan ni siquiera quería contemplar la idea de que algo le sucediera al hombre.

Todos ellos giraron la cabeza cuando la puerta del frente se abrió y E.Den entró como una tromba.

Si E.Den estaba aquí, las cosas eran serias, ¿eso significaba que…?

— Necesito hablar con Jong In. —Luhan se puso de pie y corrió hacia la oficina de su pareja, marcó con temblorosas manos.

— ¿Luhan? —Jong In preguntó cuando contestó el teléfono.

— Si, ¿cómo está? ¿Por qué E.Den está aquí?

— Aún no sabemos, bebé. Pero me alegra saber que E.Den está allí. Te mantendré informado.

— Gracias. —Luhan sentía ganas de llorar por no tener a su pareja con él en momentos como este. Entendió lo fácil que podría perderlo— ¿Jong In?

— ¿Si, bebé?

— Te amo.

— También te amo.

Luhan colgó, aliviado de que la llegada de E.Den no significara que Rasa hubiera muerto. Regresó con las otras parejas, todas las miradas cuestionaban a Luhan.

— Aún no saben nada.

— Pensé… —Min Seok sollozó.

— Yo, también.

 

 

 

Yunho miró hacia afuera por la ventana de la cocina. ¿Qué infiernos estaba haciendo E.Den? ¿No debería de estar en el hospital? Salió viendo los maniáticos movimientos que hacía E.Den.

— ¿Quieres ayuda?

E.Den lo miró como si fuera un fantasma. — Yo…sí. —El guerrero se secó las lágrimas con su camiseta y comenzó a cortar la hierba. Lo que sea que hiciera, Yunho podría ayudar.

 

 

 

Rasa despertó en el hospital sintiéndose como si un toro lo hubiera pateado cientos de veces. Se movió y sintió gasas. Había vendajes cubriendo su hombro derecho y su cuello. Su espalda también dolía como el infierno.

— Hey.

Rasa levantó la vista para ver a E.Den parado cerca a la ventana. Sus ojos nublados. ¿Su gran galoot estaba llorando? -Hola —logró decir. Su garganta estaba seca y quería que E.Den lo sostuviera— ¿Yo…?

— Jong In llamó al Príncipe de los vampiros. No te convertirás. Probablemente te sientas sediento y desees carne un poco sangrante, pero no chuparás sangre. —E.Den se acercó y pasó sus nudillos por un lado de la cara de Rasa— ¿Cómo te sientes?

— Como mierda. —Rasa trató de alcanzarlo pero estaba conectado a demasiadas malditas mangueras— Sácame esta mierda. —Trató de jalar las malditas cosas, pero no cedían. Tenían demasiada cinta sosteniéndolas.

— No puedo. Los necesitas. —E.Den detuvo los brazos de Rasa.

— No, no los necesito. Ahora desenchúfame, o yo mismo lo haré. —Jaló la blanca cinta con sus dedos de la intravenosa en su brazo. Estaba determinado a dejar el hospital y olvidarse de haber sido una víctima. Estaba tan humillado de estar acostado ahí con todos esos tubos saliendo de él. Él estaba bien.

— Deja eso. Los necesitas. ¿O tendré que amarrarte? —E.Den palmeó su mano, alejándola— Hay una diferencia entre estar suficientemente bien como para irte y solo ser un testarudo, y tú eres el hombre más testarudo que he conocido.

— No abuses de un inválido. —Rasa lo miró fijamente. No estaba seguro de qué significaba que entrecerrara esos ojos café, pero él iba a salir de ahí, lo quisiera o no E.Den.

— No eres un inválido, sólo tienes unos raspones. —E.Den tomó sus muñecas, luchando para evitar que se quitara los tubos— Si no te calmas te vas a hacer más daño.

— Maldición, E.Den, me siento bien. Tengo que ir a cocinar.- Rasa miró fijamente a su pareja— No puedo quedarme aquí jugando al enfermo. —Rasa giró la cabeza, no quería que el invencible E.Den viera el dolor en sus ojos. Había pensado que moriría, que nunca volvería a ver a su E.Den de nuevo, discutir con él, hacerle el amor o que él le hiciera el amor. No iba a decir todo eso fuerte. Él tenía su orgullo.

— ¿En serio? Fuiste atacado y mordido por un vampiro, dado por muerto, y ¿todo lo que te preocupa es cocinar? —E.Den giró los ojos— Eres increíble.

— Solo déjame salir de aquí. —Rasa dejó de pelear, sus ojos rogaban que E.Den lo llevara a casa, lo llevara a cualquier lado menos que lo dejara aquí.

— ¿Por qué no puedo decirte que no? Esto va en contra de mi mejor juicio, Rasa. Necesitas quedarte aquí y recuperarte.

— Puedo recuperarme en casa tan bien como aquí. —Rasa sonrió. Sabía que había ganado este round. E.Den podría ser un grande e intimidante hombre pero para Rasa era un gran oso de peluche.

E.DEn se limpió la garganta. — Me gustaría que te mudaras conmigo. —Tomó la silla junto a la cama de hospital y se sentó. Una pelea estaba por venir. La podía sentir en sus entrañas.

Rasa de nuevo luchó por enderezarse. — Haré un trato contigo. Tú me sacas de aquí y seré todo tuyo.

Las cejas de E.Den se elevaron. ¿Estaba su vaquero cediendo tan fácilmente?

Rasa dejó caer la cabeza en la almohada y miró al techo mientras hablaba. — Sé que te he dado momentos difíciles. Nunca fue mi intención.

— Lo entiendo. —E.Den se puso de pie y acomodó las sábanas alrededor del cuerpo de Rasa. No estaba seguro de qué decir. ¿Era su vaquero luchador mientras salía del “closet” o era su chispeante personalidad?

— Nunca he sido un vanidoso, pero honestamente, ¿qué tan horrible soy ahora?

E.Den se recargó en la silla, sus dedos tensos en su regazo. Rezó porque su pareja no cayera en una depresión. — Tú te ves como si Dios mismo hubiera besado tu frente.

Rasa empezó a reírse, sus ojos brillaban con la risa. Giró la cabeza y miró a E.Den — ¿Tratas de entrar en mis pantalones?

— Trato de entrar en tu corazón —dijo E.Den. Él estaba siendo serio, pero Rasa aun no hacía una declaración, él no quería agregar presión para que él dijera la palabra con A, al menos aun no, pero estaba lo suficientemente cerca.

— Entonces, ¿brincarías sobre mi o qué?

E.Den negó con la cabeza. — Primero necesitas mejorar.

Su pareja entrecerró los ojos hacia E.Den — Si tú me sacas de aquí, olvidaré las puntuaciones y me mudaré contigo.

El hombre sabía cómo negociar duro. — Déjame ver qué puedo hacer.

 

 

 

— Puedo hacerlo —Rasa palmeó a E.Den que trataba de ayudarlo a subir a la cama. Finalmente había hablado con el testarudo hombre para que se mudara con él. E.Den aceptó sacarlo del hospital si lo hacía. Él no estaba en contra del chantaje si con eso lograba que su pareja se quedara en su cama cada noche. Además, en ese pequeño departamento se sentía claustrofóbico. Rasa necesitaba lugar para respirar, lugar para mover ese lindo trasero.

Su cuello sanó en tiempo record. El Príncipe Jaehyo dijo que así sería. Y malditamente estaba en lo cierto. Se veía como si el ataque nunca hubiera sucedido. Pero a E.Den le gustaba cuidar de él, así que Rasa solo tendría que lidiar con eso.

— Sé que puedes. Solo déjame cuidar de ti. —E.Den lo ayudó a subir y se sentó al lado de él— Me asustaste.

— Soy más fuerte que eso —su pareja bufó.

— Si eres más fuerte que eso, ven aquí. —E.Den lo levantó y caminó hacia la pared del fondo con Rasa y presionó el botón de reproducción de un reproductor de CD que había comparado para Rasa y su amada música.

— ¿Qué estás haciendo? —Rasa se inclinó, sus ojos revisaron. E.Den nunca tendría suficiente de ver esos ojos. Su pareja tenía espíritu, pero E.Den no lo quería de otra manera.

— Sé que te gusta, ¿no es así? —E.Den sonrió y jaló a Rasa a sus brazos y comenzó a oírse la canción.

— Esa es “Beautiful”, de Faith Hill. —Rasa tragó saliva— No sabía que te gustaba la música country, especialmente algo tan romántico.

E.Den se movía de un lado a otro con su pareja en los brazos, acarició el cuello de Rasa. —Te amo, Rasa —E.Den murmuró dentro de su cuello. Él sabía que estaba presionando los límites por decirlo, pero se le salió al pensar lo cerca que estuvo de perder a su hombre.

— Yo…Yo.

— No tienes que decírmelo, solo quería que lo supieras. —Giró a Rasa, sonriendo cuando su pareja se rió fuerte. Él jaló a Rasa de nuevo a sus brazos— Eres el mundo para mí. Nunca me asustes de nuevo. —E.Den lo jaló fuerte hacia su pecho. El pensar que nunca sostendría a su pareja de nuevo, lo había aterrado. Él podría sostener a su hermoso hombre en sus brazos por siempre si pensara que el chico no lo iba a insultar por eso.

E.Den lo sostuvo cerca, pasando sus manos arriba y abajo de la espalda de Rasa mientras repetía la canción que se oía en el cuarto.

— No planeé esto. —Él bailaba con E.Den hasta que sus piernas golpearon contra la cama— Tu turno —Rasa dijo suavemente.

E.Den gruñó mientras le quitaba la ropa a Rasa, desnudándolo en tiempo record.

Rasa cayó de rodillas viendo a E.Den, antes de sacar su lengua y lamer la cabeza de su pene.

— Rasa —E.Den gimió.

Su pareja separó los labios y lo chupó profundamente, tomando las bolas de E.Den en su mano, mientras lamía la fuerte vena bajo el pene.

E.Den pasó sus dedos a través del cabello de su pareja, animándolo a tomarlo más profundamente. Rasa relajó los músculos de su garganta y tomó a E.Den hasta la base.

— Rasa —E.Den gritó, sus caderas, tomaron un errático ritmo— Cerca. —Sus ojos giraron hacia atrás, los sentimientos lo abrumaban. Su cuerpo temblaba con la emoción, de saber que su Rasa estaba de rodillas. No más relaciones de una noche, no más camas vacías al despertar. Rasa le pertenecía en cuerpo y alma.

E.Den recordó la relación de una sola noche de hace tiempo. De la noche en que Luhan fue secuestrado. Se sentía tan solo sabiendo que el tipo que había llevado a su cama no era su pareja, cuando la pareja del Alfa entró abruptamente al cuarto. Gracias a los dioses que el chico que había llevado a casa estaba en la ducha cuando la interrupción ocurrió.

E.Den nunca se sentiría tan solo de nuevo. Nunca sentiría el dolor en su pecho de saber que la persona con la que estaba no era su pareja y que no podía quedarse con él.

Rasa empujó a E.Den que cayó de espaldas, y subió sobre él, tomándolo con su boca nuevamente.

— Si, Rasa, si, si —E.Den balbuceaba cuando su pareja trataba de chuparlo a través de su manguera— ¡Uh! —E.Den aulló cuando se corrió en la garganta de Rasa.

— Fóllame. —Rasa tomó el lubricante del cajón, se lo lanzó a E.Den. Ah joder, esas palabras tenían el pene de E.Den regresando a la vida en tiempo record.

— ¿Impaciente? —E.Den lo preparó y se deslizó en casa.

— Oh, infiernos. —Rasa era salvaje, arqueaba su espalda y se movía contra E.Den mientras tomaba su pene y se masturbaba frenéticamente.

— Bebé, estoy tan malditamente cerca. —E.Den colocó sus manos en las caderas de Rasa y comenzó a empujarse en su interior.

Las manos de E.Den se deslizaron hacia el trasero de Rasa, apretando cada montículo. Quería hacerlo desde que puso sus ojos por primera vez en su pareja, La tentación de esos globos tenían a E.Den listo para morderlo.

Sus caninos bajaron, y sus ojos cambiaron. Acarició la espalda de Rasa y sus dedos trazaron cada vértebra de la columna del vaquero.

Cubrió la espalda de Rasa y lamió sus hombros. E.Den no iba a morderlo. Él luchaba contra la urgencia, sabiendo por lo que su pareja acababa de atravesar.

— Hazlo. —Rasa inclinó la cabeza, su voz era temblorosa.

— ¿Estás seguro?

— Ahora, maldición, hazlo ahora. —Rasa se movía llevando a E.Den al borde.

Él hundió sus caninos y su cerebro explotó con todo el sabor que consumía de Rasa.

— Oh, Dios. —Rasa bajó la cabeza. E.Den cerró la herida y gritó su liberación mientras Rasa se contoneaba debajo de él.

— Maldición, ahora soy una chica. —Rasa sonrió mientras caía en la cama— Has hecho que me guste estar abajo, es un hecho ahora lo amo.

— Al menos eres más atractivo que una —E.Den bromeó, jalando a su hombre más cerca.

— Cállate. —Rasa palmeó su hombro— Le dices esto a alguien y te amarro a la cama.

E.Den se rió. — Eso se oye más como placer que como amenaza.

— Eso es porque no tienes bien la cabeza.

 

 

 

Baekhyun y Min Seok se reían cuando Rasa lanzó el control.  -¿Cómo infiernos hacen para jugar con esta mierda?-

— ¿El juego te golpeó? —Heechul se reía desde la mesa de billar donde él y su hermano estaban jugando.

Baekhyun levantó el control. — Tienes que intentarlo. Lograrás entenderlo. —A él le agradaba Rasa y su gran sombrero de vaquero. Era divertido y no trataba a los pequeños hombres como si él fuera mejor que ellos.

Rasa miraba el control como si Baekhyun estuviera sosteniendo una víbora. — No muerde. Inténtalo, por favor —sonrió cuando Rasa lo tomó.

— ¿Cómo haces para jugar este maldito juego?

— Tienes que disparar antes de que te disparen. —Baekhyun le mostró cómo usar el control. Rasa gruñía y asentía.

— Creo que puedo manejarlo.

Baekhyun saltaba con sus botas favoritas rosas mientras luchaba contra el vaquero. Rasa logró entenderlo, así que Baekhyun lo llevó al siguiente nivel del juego.

— Oh, no, no lo hagas, renacuajo. —Rasa se reía cuando tomó al hombre de Baekhyun y lo mató. El vaquero gritaba mientras se quitaba el sombrero y golpeaba su muslo— Lo entendí.

— Suerte de principiante. —Baekhyun se reía graciosamente— ¿Quieres una malteada? Aprendí a hacerlas. Baekho me enseñó.- Baekhyun fue detrás de la barra y sacó la licuadora. Cuidadosamente contó ocho cubos de hielo y los echó a la licuadora. Recordar poner la tapa antes de encenderla. Repetía en su cabeza. Lo siguiente que agregó fueron fresas y plátanos, lanzó algunos Cheerios, porque a él no le gustaban las malteadas sin ellos. Mantenía una pequeña bolsa al lado de la licuadora. Baekhyun tomó la botella de miel y cuidadosamente agregó una cucharada, dejando que se hundiera en la mezcla. Lo último que agregó fue el yogurt.

¿Eso era todo?

Decidiendo que lo era, colocó la tapa y presionó el botón, escuchando que se mezclaba.

— Se ve bien. —Rasa señaló con la cabeza la bebida que se mezclaba mientras tomaba asiento en una de las sillas altas. Baekhyun no podía hablar. Él miraba el reloj. Tres, dos uno. Presionó el botón de apagado y le sonrió a Rasa.

— Está listo. —Baekhyun tomó un par de vasos largos de la repisa y sirvió malteada en cada uno de ellos— Dime si te gusta. —Vio un Cheerios en su vaso y entró en pánico, mirando si Rasa la probaba y viendo si en su bebida había alguno visible. Comenzó a tararear para sí mismo mientras Rasa bebía.

— Está bueno. —Rasa chocó su vaso con el de Baekhyun y lo levantó. Baekhyun dejó salir una respiración de alivio. Él no sabía cómo hacer la maniobra Heimlich si el vaquero se ahogaba con un Cheerio.

 

 continuara..

 

Notas finales:

me gusto mucho este cap... ese Rasa es un Testarudo pero su pareja siempre velara por el ante de si mismo...

 

Mi Baekiie haciendo malteada kkkkkk..

dejen rw


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