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Retaliación del príncipe por Vampire White Du Schiffer

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El primer mes resistieron ambos con buen talante, con ánimos lanceolados, todos percibían la presión contra sus gargantas; Pero por un acuerdo que parecía tácito procedieron a encontrarse en medio del pasillo sólo para cruzar las miradas, uno quería comprobar que el otro siguiera vivo para derrotarlo, el otro rogaba por tener la dicha de asesinarlo en caso de que perdiera, así sería el viudo más joven de la historia del reinado.

Está demás explicar las estrategias indignas que Reborn empleó para asegurarse la obediencia del país vecino y de la rectitud con la que Colonnello se congració con el gobierno del sur. Sin embargo es necesario hacer mención que la alianza que por su parte correspondía a Colonnello trabar tuvo un interesante desenlace: su regente aceptó toda condición del rubio con tal de salvaguardar su nación, pues las condiciones del sur se volvieron insostenibles en el último medio año y atravesaban una de las sequías más abrumadoras de su historia. Esa debilidad fue motivo de menosprecio para más de uno, más sabio reconocer la inexperiencia en el cargo, para ello tuvo que entregarse como rehén y así garantizar por un lado la obediencia de los súbditos  y, por otro totalmente diferente a lo imaginado, conocer al barbaján que logró trepar de la cloaca y ascender al escaño de oro.

El moreno estuvo a punto de enrojecer por la indignación que ocasionaba el avance de su rival, aunque desconocía que él mismo encarnaba la razón de la abdicación del sur; le purgaba ver a una estúpida vaca yendo detrás de Colonnello, de ida y vuelta, a cualquier lado. Era difícil imaginarse a semejante debilucho como gobernante del sur.

Al estar de pie con los brazos cruzados golpeó su antebrazo con el índice.

–¿Cerramos el trato? –preguntó a un joven de cabellos blancos y preciosos ojos violáceos.

–Tu voz puede ocasionar derrumbes pero tu lenguaje corporal sugiere otra cosa.

–Es la impaciencia. Llevas dos minutos sentado allí.

–Sé que tienes una interesante urgencia por lograr convencerme por la buena, ¿a quién quieres impresionar? ¿Será acaso a ese lindo miliciano de ojos azules? Incluso en el Norte llegaron las sorpresivas noticias que debajo de tanta sábana se escondía semejante dulce –inclinó la cabeza sobre su mano mientras con la diestra extraía un malvavisco del tazón –. Eres temerario Arcobaleno Reborn –perfiló la seriedad –. Derrocarás al actuar régimen, yo asumiré el mando y de allí enfocaremos nuestros objetivos en destruir a un pobre país que tuvo la desdicha de ser apuntado por ustedes, para repartir el botín. 

–Tengo tu respuesta, entonces.

–Contigo como patrocinador ¿qué podría salir mal?

 

 

Con un movimiento energético de mano pasó el reporte firmado a Lal sin mirarla, no habría prestado atención a lo que decía sin embargo sacó al innombrable a colación.

–Me pregunto cómo librará con su propia abstinencia.

–Dudo que tener una conquista internacional en mente le quite el apetito sexual-kora –continuó firmando.

–Según mis informantes parece que sí.

–Ha estado ausente por semanas –detuvo la pincelada en el aire –. ¿Qué dicen tus informantes?

–Creí que no te interesaba.

–Simplemente entablo plática-kora.

–Últimamente lo único que he escuchado desde que decidieron semejante barbaridad es que no has dado respiro a nadie. Las personas no tienen tiempo de relacionar tus juegos de guerra con el torbellino que lleva dentro.

–Cuando termine con esto les diré qué pensar-kora

–Suenas como él... lo estás utilizando.

–Eso hasta él lo sabe –se reclinó en la silla –. La paz, por duradera que la deseemos, no será eterna. Este tiempo en el que Reborn tiene ocupada la mente en lugar de la verga servirá a ese efímero propósito –dijo extrañado –Lo que de él quiero es sentir la pálida sombra del poco amor que es capaz de dar y sólo lo obtendré con artimañas–comentó de paso, sin embargo su amiga sabía cuán profunda era la herida por la cual había supurado esa declaración.

–Ojalá ambos acaben pronto –replicó con varias intensiones.

 

 

Colonnello recorría el pasillo de mármol al tiempo que comparaba dos reportes que tributaban buenas noticias a su objetivo, seguía obcecado en dar el siguiente paso cuando un agarre que no previno lo sacó del principal y lo atrapó en el recoveco. Inhaló profundamente por la sorpresa e identificó a su captor, especialmente cuando éste estampó la boca contra la propia. Arrugó las hojas en medio de sus puños, prestó forcejeo sin embargo saboteó su estanco cuando fugazmente entreabrió los labios y volvió a tener la lengua de Reborn dentro.

Por la intensidad de las sensaciones, el vuelco en su corazón, supo que mantenía los ojos cerrados. Retrajo su barbilla y, con toda el alma, intentó en vano no cimbrar por tener el empecinamiento del moreno aún sobre sus labios. Sumido brevemente por esa sorpresa, se recuperó cuando ya no tuvo nada entre sus manos.

–Mal… dito –una ira burbujeante ascendía por su tráquea. Sabía que detrás del ataque se escondía una intención, aquí estaba: Reborn leyendo los reportes, logró arrebatárselos al tiempo que se recomponía.

–Espera –le jaló por el antebrazo.

El militar, en otra ocasión, hubiera podido hacer un revés y estampárselo directamente en la atractiva cara, pero hoy no quería volver a verlo enrojecido por el enojo y la vergüenza.

–Esta noche.

–Ahora lo sabes-kora –le temblaba la quijada –, es propicio que marche antes del amanecer-kora.

 

 

Alcanzaba a ver de reojo el gran patio a través del balcón, daba la vuelta, se topaba con la puerta y emprendía el regreso. Su consternación iba a crear pronto una zanja, se arrancó la banda de color verde de su frente, la estrujo entre ambas manos y la arrojó al piso. Dio dos recorridos más con las manos sobre su cintura. Se cubrió la boca con la diestra, miraba al piso, hasta que por fin se dejó sentar en el diván.

La promesa consistía en esperar. Una hora bastará para que investigue lo que está detrás de estos reportes. Un toque en la puerta y un bajito entra enlazó nuevamente las vidas de ambos.

–Es una trampa –inició la explicación de lo que había obtenido, el rubio lo escuchó en medio de mutismo reflexionando sobre ello, lo peor que era creíble lo que Reborn aducía. Se había dejado engañar como un niño de cinco años, ese error podría haber pasado a cualquiera, pero él no se perdonaría jamás.

–Si eso es todo…

–¿Quieres que te ayude para terminar tu parte?

–Ahg, cállate –se mordió el dedo pulgar.

–Reconozco que tuviste buenas ideas, casi parecieron mías. Desviar el curso de los ríos para causar la sequía en el sur, sólo faltó que envenenaras la poca agua que les quedaba. ¿Por qué no lo hiciste? Tu nigromante confesó que tenía listo el antídoto para cuando tomaras la decisión. Por otro lado, cizañar una guerra civil en otro país para que un bando solicitara tu ayuda para al final subyugarlo…

–Basta, haces que suene como un monstruo-kora.

–Eso eres. No hay nada que puedas esconder de mí. –era cierto.

–Me doy cuenta que todo lo que he hecho ha sido para tratar de impresionarte, como si valieras la pena-kora.

–Abdica y eso me sorprendería más.

–¡Eres tú el que no se rinde-kora!

–¿Qué dices?

–Eres mío por derecho-kora –repitió la frase que Reborn había soltado tiempo atrás –Fui yo quien te eligió, no mi antecesor...  cuando te conocí en la pocilga que llamas hogar-kora. Por todo tu vicio, tu corrupción, todo lo que yo no habría hecho hasta ahora; era inevitable que quisiera tenerte para mí solamente –al ir declarándolo se libraba de las pesas sobre sus hombros –¿Al fin te quedaste callado-kora? –sonrió con amargura –será esa mi única victoria.

Entonces Reborn supo que ambos se habían estado mintiendo desde hacía mucho, él también, reconociéndolo, había tomado una símil decisión cuando lo conoció, pero eso no tenía por qué decírselo. Tenían más en común de lo que hubiera gustado admitir, allí soterraba el peligro que Reborn no quería descubrir. Ambos ambiciosos, ambos fuertes, ambos cansados de tenerlo todo, ambos frustrados por estar frente al otro y no tenerlo como a su deseo.

–¿Qué harás con los traidores?

–Procederé con sevicia-kora. –Colonnello sonrió y por dentro agradeció el cambio de tema –, estaré receptivo a opciones –se mesó los cabellos –. Iré a dormir después de redirigir mi tropas-kora.

 

 

A partir de ese día retomaron las reuniones y aunque los demás miembros de sus respectivos consejos, ahora unidos, dudaron al principio de la bipolaridad de las decisiones de sus jefes, al final concedieron que cualquiera que fuere la razón por la que entraron en tregua era bienvenida con los brazos abiertos. Con ambas mentes trabajando por fin como por un ensalmo lograron lo que nadie creyó posible en el primer año de reinado conjunto: unificaron cinco naciones.

La relación entre ambos pasó a ser simplemente cordial y de alianza, esa tregua también operaba en favor a Colonnello que tenía tranquilidad al cesar los acosos continuos de Reborn. Pensó que tal vez lo mejor para ellos sería concentrar los esfuerzos en mantenerse invictos dejando las pasiones atrás y a pesar de que no se equivocaba sí resentía el resultado.

El moreno lanzó un dardo a la pared, parecía distraído pero tal ilusión se difuminaba al clavarse en el blanco con precisión asesina. Una rara impaciencia se apoderaba de él todos los días, sentir que se apaciguaba al ver a Colonnello aunque fuese por asuntos oficiales.

–No pienso establecer un régimen sobre esto-kora –aventó la carpeta donde le habían entregado un sinnúmero de posibles escaramuzas para culpar a unos saboteadores además de poner en venta escaños de altos mandos de las zonas administradas.

Si sólo se hubiera de elegir a hombres virtuosos y capaces seguro que la mitad o más de los cargos quedarían vacantes, entre ellos el mío –le recordó –. Alcanzamos esta cima porque tomamos decisiones taimadas, fue la carencia de principios la que nos hizo avanzar sin freno.

–Los hijos de las tinieblas son más juiciosos-kora –cedió.

 –Gesso se encargará de examinar a los candidatos.

–Estás depositándole mucha confianza-kora –frunció los labios.

–Al igual que tú a la vaca estúpida.

El concejo se quedó inmóvil, ya era consciente de cómo operaban estos dos y la brisa anunciaba próxima tormenta.

–Antes de que se entreguen al arrebato nos retiramos –terció Lal Mirch que desde hacía unos meses había calmado sus ansias ninfómanas para tomar un papel importante a lado de Colonnello.

Cuando estuvieron a solas el rubio empezó por cruzarse de brazos. Discutieron. En la bravata ninguno pensaba en el ridículo que montaban, su capricho se sostenía en eso, no eran capaces de reclamarse lo que en el interior les desbordaba porque serían débiles, consideraban que los sentimentalismos nobles eran muestra de patetismo. Lo realmente erróneo de cada lado era encandilarse por el orgullo, pues éste era el quid que obstaculizaba su progreso.

–¿Estás celoso? –cuestionó Reborn con aire divertido.

–Soy precavido, no quiero un puñal en mi espalda-kora.

–¿Temes que te traicione con él? No me hagas reír.

–Tú no me hagas enojar-kora.

–Nuestra relación se basa en el respeto mutuo, ¿quieres cambiar eso?

–Quiero algo más que tu cinismo, o mejor, que lo sepas dirigir-kora.

Un dictador siempre tiene que cargar con todos los réprobos, ajustemos nuestros razonamientos o caigamos al abismo.

–De acuerdo-kora –se levantó de su asiento mientras se desprendía de la chaqueta verde a la que se había convertido adepto, dirigiéndose hasta el moreno.

–¿Qué haces?

–Armonizo criterios-kora –se colocó a horcajadas sobre las piernas de Reborn, prestándose al juego del primer beso, le mordió el labio inferior con la consecuencia del moreno aferrándose con cada mano a sus nalgas –hnm… -el roce ansiado de su lengua caliente y húmeda convenció de que no habría nada para detenerse.

Colonnello sintió poco a poco una placentera reacción disparándose en cada nervio por los dedos de su consorte recorriendo su piel; por un segundo en que se separaron el moreno creyó perderlo, sin embargo aquél tenía un plan: estuvo entre sus piernas, hincado ante él, acercando su perniciosa boca lentamente, buscando sustento en los muslos vestidos de negro. Inicia el vaivén.

Reborn cierra levemente el ojo derecho, una placentera embriaguez le llenó al tener la lengua del rubio en su virilidad y especialmente la boca devorándola, más aun por tenerlo en esa posición, de rodillas, a sus pies. Entremetió los dedos en las hebras doradas, éste succiona con mayor velocidad y profundidad.

De un enérgico movimiento lo quita para besarlo de nuevo.

–A… aún no terminaba… -su respiración estaba agitada.

–Estás así sólo por mamármela –sonrió enaltecido al notar la entrepierna endurecida.

–La quiero dentro-kora –tomó el miembro erguido, bombeándolo al son de relamerse los labios.

–Tiene meses que no me recibes –replicó cuando Colonnello estaba perfilándose para montarlo.

–¿Tienes miedo de mí? –la sencilla provocación arrancó la poca paciencia. Reborn lo cargó y lo azotó contra la mesa donde permanecían los mapas. Entró bruscamente, sintiendo líquido caliente. Colonnello no evitó el dolor, ladeó el rostro y una solitaria lágrima descendió hacia la madera.

–Ya estoy harto de esperarte –expresó inclinándose, permitiendo que el rubio lo abrazara por el cuello cuando sus intromisiones tomaron velocidad y e volvieron constantemente fuertes. El activo buscaba pegar su pelvis al trasero del rubio a como diera lugar, iba a perforarlo hasta que olvidara el rencor que le tenía por haberlo utilizado.

–Nhn -gimió quedito, mordiéndose la mano derecha hasta sangrarla irremediablemente, al moreno le hinchó el ego, lamió el alma roja y compartieron el sello de su matrimonio en cálidos besos.

Lamió su cuello, lentamente arrojando el aliento sobre la zona humedecida, de ello un estremecimiento provocaba que Colonnello sufriera espasmos que contraían al miembro de Reborn.

Suspiros tornándose armas letales, y aun no es suficiente, quiere más. Mucho más. Desea extraerle todo. En ese momento quiere que grite, llore. Acelera la fricción de sus cuerpos, ejerce todo su peso contra el pasivo. Una enorme bestia sometiendo a la presa que todavía se muestra altiva y poderosa a través de esa mirada lujuriosa.

Lo que ambos, por separado, llevaban pidiendo es superado por la realidad. Este momento, sus miradas diciéndose todo lo que sus bocas aún no pueden, el salvajismo encarnado. La erguida hombría de Colonnello palpitando contra su vientre mafioso.

Felinamente la espalda del rubio se arquea, el dolor le es placentero porque es Reborn quien se lo regala. Arruga los papiros que están a su alcance, en un desliz de sus dedos ha destruido cuatro países. Ah, por eso es su obcecación por él.

–¡Ahh! –el militar brama por puro instinto animal, se retuerce. Su cuerpo está a punto de sufrir esa pequeña y deliciosa muerte –. Más… más... Reborn…

–Suplícame, como la primera vez.

Del éxtasis en que estaba sumido es extirpado. Mueve la cabeza en sentido negativo y se arrepiente de hacerlo.

–Quebrarás… mi… espíritu… de nuevo –la oscilación de la cadera del moreno se había detenido, más no su boca y los dientes que estaban divirtiéndose en los pezones del pasivo.

–¿No te das cuenta? –hablaba en volumen bajo para que no se notara el agitación en su voz –. Tu espíritu, tu corazón, tu cuerpo ya son míos para romperlos, devorarlos si se me antoja –en cada palabra retomó las penetraciones y los gemidos del rubio volvieron a llenar la cámara.

Ya lo había entendido, para Reborn sólo existía un ser. No el militar, el rival, el esposo ni el rey. No le estaba reconociendo ningún título, al que tenía enfrente era su igual, él mismo. Su otra parte.

 

 

Se dieron un baño, cada uno en una esquina de la enorme pileta privada. Colonnello escondía el mentón debajo del agua. Reborn permanecía sereno, reconociblemente complacido.

–Me molesta tu cara-kora.

–Es la única que tengo –llevó la mano a su cabeza y acomodó sus cabellos hacia atrás. La visión era casi insoportable, era observar a Narciso sin haberse ahogado y convertido en amante del agua; las gotas cayendo por el rostro tallado con maestría florentina, las hebras azabache dispuestas en un estilo diferente –. Puedes tocar si tanto lo quieres –desplazó las manos a los costados dándole la invitación más obvia.

–No me puedo mover-kora –murmuró enfurruñado.

–Ah, lo había olvidado –sonrió de lado.

–Maldito desgraciado-kora.

–Eso me recuerda, hace rato dijiste cosas muy interesantes mientras me corría dentro tuyo.

–Ni idea-kora. El sexo es una droga no cuenta lo que diga bajo su efecto.

–Eres adicto a mí, confiésalo.

–Claro, si tu declaras lo mismo.

Guardaron silencio. 

Dejaron las cosas al tiempo. Las confesiones no eran para ellos. Lo suyo era buscarse hasta molerse a golpes severos y concluir caricias necias. Lo suyo era ser eternos rivales, los mejores. 

Notas finales:

Bueno, no actualicé en la fecha prometida aunque no morí y obedeció a una razón: Entré a trabajar, regresé al esclavismo así bien Hardcore. Ya saben, jefa tiránica, trabajo tectónico, compañeros incompetentes, la típica noveteada, ¿ya dije lo de la jefa? Debido a eso se cortó, como la leche, mi planeación respecto a las actualizaciones, eso y dejé tesinas botadas (LOL) 
  Este año ocurrieron varias cosas agridulces en mi vida, quizá eso se notó en algunas líneas y así~~~.
  Le paro a la verborrea, esta es mi última actualización del año 2016, espero que sigamos leyéndonos el próximo. ¡Buena vibra y besos de chocolate siluris! ¡Que sus OTP se vuelvan cannon! Excepto si es HibarixTsuna. OK NO.
¡Hasta el 2017! 


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