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Apariencias por Momoka Yuuki

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Notas del capitulo:

¡Hola! °w°/

Nuevamente aquí, con un nuevo capítulo :D

Espero y les guste. Me costo un poquitín redactarlo >.<

Notas:

-Posibles faltas de ortografía y redacción.

- Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

Cap.08 Envidia

Su fin de semana había sido como todos los anteriores, monótono y aburrido.  Salvo por una cosa que hacía la excepción, su hermano mayor no le dirigió la palabra en todos esos dos días. Lo veía molesto, pero sobre todo confundido.

Sasuke había visto como su amada madre se preocupaba y trataba de sacarle las palabras a Itachi, mismo que se había sumergido en un largo mutismo, respondiendo la mayor parte de las veces con simples gestos o monosílabos. Mikoto le había atribuido a él el humor de su hermano, no reprochándole nada al caer en cuenta que desde que “discutieron” en su habitación, fue cuando el mayor se había molestado.

Seguía sin comprender porque, y honestamente no quería seguir pensando en ello en esos momentos, lo único que quería traer en mente era como iba disculparse con el rubio, sin dejar que su orgullo se interpusiera en su labor. Sin ser totalmente consiente, ya estaba a nada de llegar al colegio, tan sumido estaba en sus pensamientos que no se había dado cuenta de que Haruno y Yamanaka estaban prendadas de sus brazos. Sin darle mayor importancia, ingreso al instituto.

Naruto había llegado temprano aquel día, en primera porque a Kiba no le gustaba llegar derrapando al colegio, además de que primero habían pasado a la casa de este a recoger el uniforme, además de que, sin quererla, recibió el sermón que le tocaba al castaño nada más por estar ahí presente. Soltó un suspiro, recargando la barbilla sobre la palma de su mano, nadie en el salón cruzaba palabra con él, solo le dedicaban miradas cargadas de desprecio y decepción, optando mejor por mirar a través de la ventana, esperando la llegada del profesor.

Escuchando la singular risa de Sakura volteo en dirección a la puerta, viendo como su ex amiga venía bien abrazada del hombro de su amigo al igual que la rubia, molestándole el hecho de que Uchiha pareciera no importarle en traer en cada uno de sus lados a las chicas “más bellas” del colegio. Notó como el varón volteaba a su dirección, regalándole una pequeña sonrisa como saludo y quitándose al par de féminas de su espacio personal. Una gran sonrisa formó sus labios al ver como el moreno se sacudía para apartar a Sakura e Ino.

— Sasuke-kun, eres malo— fingió molestia la chica de cabello color rosa, cruzando ambos brazos e inflando levemente sus mejillas, haciendo un puchero de disconformidad.

El azabache ignoró por completo a Sakura, acomodándose correctamente su mochila sobre el hombro y caminando con calma hacia su lugar, mismo que estaba al lado de Uzumaki. Ino agarro del hombro a su amiga para ambas dirigirse a su respectivo asiento, sabía y además era más que obvio la atracción que sentía el varón hacia el rubio doncel. Recitándole en apenas unos murmullos a su compañera palabras conciliadoras, ambas tomaron asiento.

— Dobe— fue el emotivo saludo que le dedico Sasuke al rubio, tomando asiento y sacando un libro como siempre hacia. El blondo hizo un ligero puchero por el “insulto”.

— Teme— le devolvió el saludo, conteniendo una risilla al notar como el moreno volteaba en su dirección, retándolo con la mirada por haberle dicho de esa forma.

No cruzaron más palabras salvo esas. Las clases comenzaron en cuanto el profesor hizo acto de presencia en el aula, transcurriendo con normalidad hasta que llegaron a la hora del receso.

Sasuke vio como el rubio se levantaba de su lugar, con su almuerzo en las manos y salía del aula sin ni siquiera mirarlo. Quería suponer que el doncel todavía estuviera molesto con él, pero en reparar en su actitud de la mañana, no había sido por ello. Sintiendo a alguien acercándose por su espalda, volteó.

— Sasuke — sonrió Suigetsu, tomando asiento en donde anteriormente estaba Uzumaki — a pesar de tener esa apariencia —soltó una risilla, obteniendo un bufido del contrario— tienes a las chicas más guapas a tus pies.

El moreno levantó una ceja, tratando de pasar desapercibido con aquel gesto su asombro. ¿…l llamando la atención de las mujeres, cuando anteriormente estas le repudiaban o más bien le veían como un igual?, quiso dudar de lo dicho por el albino, pero aquellas simples palabras lograron que su pecho se inflara de orgullo. Aun así, quiso hacerse el desentendido, obligando con la mirada a que el dientes de tiburón hablara.

— Verás— comenzó diciendo, recargándose cómodamente en el respaldo de la silla— desde que todos y todas— extendió sus brazos, haciendo una representación dramática señalando toda el aula— se enteraron de que eras varón, además que viéndote muy pero muy detalladamente…—calló abruptamente al ver la mirada amenazante del pelinegro, borrando su sonrisa, continuo—  obviamente no eres un lindo doncel.

— Al grano— exigió, los minutos corrían rápido y quería pasar tiempo con su rubio amigo.

— Bien, el detalle es que tienes a medio grupo a tus pies y no se diga a los de otros grupos— dijo, volviendo a formar aquella burlesca sonrisa— además, que envidia te tengo amigo, tener tras tus huesitos a la bella Sakura y la sensual Ino…

Sasuke bufó molesto, eso a él no le interesaba en lo más mínimo, él lo único que quería era arreglar las cosas con Naruto, su único “amigo”. Verificando que traía la cartera en el bolsillo de su pantalón y que haya guardado sus cosas correctamente, se levantó para salir del aula, ignorando completamente al albino.

— Lástima que tu atención haya sido atraída por la persona incorrecta— se dijo en un murmullo Suigetsu, viendo como Uchiha se perdía entre los pasillos.

Sacó el móvil para ver la hora, faltaban diez minutos para que el almuerzo terminara. Maldijo a Hōzuki por haberle quitado tanto tiempo por cosas sin sentido. Pensándolo bien, aquello que le dijo sobre ser más atrayente al sexo opuesto si había sido de utilidad. Con pasos rápidos se dirigió al comedor.

Naruto en cuanto vio como Suigetsu se acercaba a su lugar, decidió marcharse sin necesidad de cruzar palabra con él ni con el moreno. Desde que había empezado el curso, había sido testigo de cómo ellos dos empezaban a relacionarse hasta parecer simples amigos. No es como si le molestara la idea de que Sasuke tuviera más amistades a parte de él, al contrario, le causaba alegría el ver que a pesar de su arisca personalidad haya entablado una amistad más, el único detalle era que conocía la afilada lengua del Hōzuki y del como también trataba de acaparar toda su atención luego de aquella “salida”.

Soltó un suspiro, ya había concluido su almuerzo y al parecer Sasuke se quedó con el albino. Necesitaba disculparse, seguía sin comprender la razón, pero se sentía con la obligación de hacerlo. Vio a su par de amigos en otra de las mesas, estaba dudoso en acercarse, ya que no se encontraba ellos solos, estaban rodeados de otros chicos y chicas que compartían curso con ellos. De haber sabido que la iba pasar solo en su receso, hubiera sacado uno de los tantos folletos que le gustaba releer.

— ¿Puedo sentarme? — Naruto sonrió de oreja a oreja al reconocer esa voz, levantando su mirada y esbozando una amplia sonrisa, asintió con la cabeza— lamento haber tardado tanto.

— No importa, come— dijo el rubio, viendo atentamente como el otro abría una barrita de avena e insertaba la pajita en la caja de jugo —¿nada más vas a comer eso?

— Es tarde, dobe— se limitó a responder, tomándose su tiempo para saborear su escaso alimento. Notando como el rubio bajaba su mirada y se concentraba en mirar sus manos, el moreno se reprochó mentalmente por hablarle tan secamente— pero si no estás ocupado en la salida te invito a comer.

Los azules ojos del rubio volvieron a posarse sobre el perfil del moreno, dibujando nuevamente esa bella sonrisa que derretía al varón. Lo que no espero Sasuke fue que Naruto lo abrazara al aceptar su invitación. Aunque nunca le había agradado que invadieran su espacio personal y mucho menos de esa manera tan cariñosa, lejos de sentirse incómodo le agradaba la cercanía del doncel, causándole un cálido sentimiento en su pecho.

+*+*+*+

¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que había dejado de cruzar palabras con su insolente y tonto hermano menor? No lo recordaba y no era en sí que le interesara en ese momento saberlo, aunque le causaba cierta gracia que siempre era el menor quien le aplicaba la “ley del hielo” y no viceversa.

Estaba sentado en el sofá individual de la sala “leyendo” un libro, mientras que su madre no se encontraba en casa y su padre como todos los días en la oficina. El reloj marcaba las catorce horas del día con veinticinco minutos, su hermano menor ya no debería tardar en llegar. Cerró el libro de anatomía, ya que desde que había tomado asiento no había cambiado la página en todo ese tiempo.

Ya no estaba molesto con Sasuke, conocía al menor a la perfección (o eso quería creer todavía) y estaba casi por seguro que se iba a disculpar con Naruto en cuanto lo viera. Aunque esa parte en sí era la que le molestaba y no era con su hermano como tal, era consigo mismo. Sentía que estaba por caer nuevamente en un triángulo amoroso familiar, mismo en donde él llevaba las de perder nuevamente y en esta ocasión lo último que quería era volver a enamorarse.

Le gustaba Naruto, sentía una fuerte atracción por aquel doncel cinco años menor y por muy extraño y bizarro se escuchará, era la primera que quedaba prendado a una persona con tan solo verla. No lo catalogaba como amor a primera vista, eso ya sería demasiado cliché y además no concordaba con su apática personalidad, pero no negaba que la poderosa atracción y el deseo que sentía por volver a verlo, aunque no cruzara palabras con él, era demasiado. Nunca se había sentido de aquella manera, ni siquiera con las pocas personas con las que anteriormente había salido o el “amor” que llegó a sentir hacia la pareja de su primo. Con Uzumaki era diferente, no sabía qué, pero por primera vez quería averiguar que era ese sentimiento de querer protegerlo incluso de su pequeño, insulso y adorado hermano menor.

Ya se estaba cansando de darle tantas vueltas al asunto, siempre los mismos pensamientos. No estaba enamorado, estaba más que seguro, entonces, ¿por qué no se lo podía sacar de la cabeza? Escuchó como el seguro de la puerta principal era removido, probablemente y lo más seguro el menor de la familia ya haya llegado a casa. Volvió a mirar el reloj que estaba postrado en la pared, pasaban poco más de las tres de la tarde. Soltó un corto suspiro, había desaprovechado más de treinta minutos pensando en lo mismo de estos últimos días.

— Estoy en casa— Itachi escuchó a su hermano, levantándose del sofá y llevando consigo su libro se dirigió a la entrada para darle la bienvenida.

Ya había sido suficiente de tanta seriedad e indiferencia, en lo que llegaba al recibidor ya estaba planeando que travesura le aplicaría al menor, tenía que ser algo digno que recompensara esos dos días en los que no cruzaron ni una palabra. Ya tenía todo planeado en menos de un minuto, lanzaría el libro hacia la pared para que su hermanito se distrajera por el impacto que este había ocasionado, aprovechando la distracción se posicionaría detrás de él y tomándolo en un rápido movimiento por el torso lo levantaría para arrojarlo al sofá y empezarle a proporcionar un ataque de cosquillas. Una maquiavélica sonrisa formo, Sasuke aborrecía las cosquillas tanto como él, ese sería una estupenda broma y castigo.

Estaba a nada de empezar con su magnífico plan, cuando reparo en la segunda persona que acompañaba al menor de los Uchiha. Su brazo quedo en el aire, manteniéndose inmóvil en su lugar y quedado prendado ante aquella persona que iba tomada de la mano de su hermano y mostraba una pequeña pero bonita sonrisa. La mente de Itachi se puso en blanco, admirando cada uno de los sutiles movimientos que hacía el doncel para quitarse los zapatos de la escuela. Salió de su estupor cuando escucho un ruido seco impactar sobre el piso, volteando en dirección al libro que había soltado sin darse cuenta de ello. Con agilidad se agachó a tomar el libro y volviendo a portar su semblante serio se irguió correctamente, más al sentir la mirada de ambos adolecentes sobre su persona.

— Itachi— en apenas un murmullo, ese fue lo primero que escapo de los labios del rubio, que no quitaba su azulada mirada del nombrado, viéndolo con sorpresa.

Sasuke frunció el ceño al escuchar el nombre de su hermano provenir de la boca de Naruto, << entonces era cierto que se conocían >>pensó, frunciendo el ceño y mirando retadoramente al mayor. Mientras tanto, Itachi se encontraba feliz de ver nuevamente al menor y todavía más al escuchar su nombre de aquella hermosa personita. Los tres no dijeron nada en un corto periodo de tiempo.

+*+*+*+

— ¿No has pensado en dejar ya de esparcir aquellos rumores? —cuestionó Ino, mientras cepillaba el cabello de su amiga de cabellos rosas.

— ¿De qué hablas? — la rubia vio a través del espejo como Haruno levantaba una ceja sin comprender a que se refería, dejó el cepillo a un lado, acariciando con sus dedos la cabeza de la contraria.

— Hablo de Naruto —soltó un suspiro lleno de resignación y más en reparar en la mueca de disconformidad que dibujaba Sakura y del como negaba lentamente con la cabeza.

— Se lo merece— hablo con cierto desprecio, viendo su ceño fruncido gracias a la imagen que proyectaba el espejo frente a ella— además no soy la única que los empieza— se mofó, tratando de ver asombro, culpa o algo en su rubia amiga, pero nada, solo la veía tan concentrada con su cabello.

— Es cierto, pero ya no quiero involucrarme más en esto— dijo seria, sin despegar su vista del colorido cabello de su amiga.

Sakura se tensó en su lugar, arrugando más el entrecejo. Sin importarle jalar sus cabellos, se levantó bruscamente de su asiento y volteo a ver a Yamanaka de manera despectiva y dolida. De todas las cosas que le podía “pedir” su amiga, ¿por qué tenía que ser esa? En sus ojos se podía apreciar a simple vista el dolor de la traición, cruzándose de brazos y mirando fijamente a la rubia que se mantenía sentada en la orilla de la cama, sin inmutarse ante la mirada de superioridad que le era dirigida.

— ¿Por qué? — fue lo que cuestionó Sakura, caminado unos pasos hacia atrás para recargarse en el tocador— no afectamos a nadie, salvo a él…

— ¡Exacto! Nada más estamos arruinándole la vida a él— exclamó, interrumpiendo a su amiga— este no era el plan desde un principio, solo era fastidiarlo un poco y ya.

— ¿Y qué tiene de malo? — dijo fastidiada y con cierto aburrimiento, mirando disimuladamente sus limadas y perfectamente uñas pintadas de un ligero rosa.

— ¡Todo, Sakura! — alzó la voz, logrando que Haruno volviera a fijar su atención— ¿acaso no has visto como todo el grupo ya no cruza palabra con él?, y no solo eso, también los demás grupos de nuestro mismo grado y poco a poco los de nuevo ingreso ¿Acaso no recuerdas lo susceptible que es Naruto ante el rechazo?

— Ese es su castigo por habernos cambiado—soltó con resentimiento, mirando fijamente a la rubia— además, tú fuiste la de la grandiosa idea cuando sentiste que Naruto ya no pasaba tanto tiempo con nosotras ¿qué te hizo cambiar de opinión?

— Nada, realmente— trato de sonar segura, conocía a la perfección a su amiga de cabellos color rosa, sería un error decirle que quería dejar a un lado los rumores por el simple hecho de querer ayudar a Sasuke a conquistar al rubio, además de que sentía que ya había sido suficiente “castigo” para el doncel— solo el cargo de conciencia— trato de restarle importancia, levantando los hombros e inclinado sutilmente la cabeza.

— Supongamos que te creo y que quiero dejar también de esparcir “rumores”— soltó un largo y pesado suspiro Haruno, sin dejar de contraer las cejas y mirar acusadoramente a su amiga— pero antes de que eso ocurra, necesitamos terminar con lo que empezamos.

Ino se sintió un poco aliviada al escuchar como la otra fémina al parecer si iba a apoyarla, pero lamentó hacer fiesta antes de tiempo, ya que lo que escucho pronunciar de la persona que consideraba una amiga le dejó muda y porque no decir, anonada.

— Tenemos, no, debemos y es nuestra obligación el separar a Naruto de Sasuke-kun— su mirada se tornó seria y decidida— no importa que es lo que debemos y tengamos que hacer para logar que Sasuke se aleje de ese… —hizo una mueca de asco— y lograr que su atención sea dirigida única y exclusivamente hacia nosotras.

— Pero…

— No Ino, no hay pero que valga— levanto su dedo índice derecho, moviéndolo de un lado a otro— es más que obvio que nuestro Sasuke-kun está más que interesado en Uzumaki, siendo también foco de los fatídicos rumores que iniciamos. Es por ello que voy a tomar tu oferta de dejarlos, no tanto por Naruto, siempre lo considere una molestia competencia, es solo para no perjudicar a mi Sasuke.

— Eres de lo peor— murmuro despectivamente, mirando fijamente a la contraria— dime, ¿qué significaron todos esos años de amistad con Naruto? ¿acaso mi amistad y la de él valen tan poco para ti? —dijo un poco dolida.

— No Ino— se acercó a su amiga para rodearla en un abrazo— ambos son especiales para mí, pero a su manera.

Sakura apreciaba y valoraba la amistad que había forjado con Naruto, aunque nunca pudo simpatizar con el hecho de que este fuera huérfano, pasando por alto sus comentarios o en ocasiones hiriéndolo sin ser realmente consiente al hacer chistes o quejas hacia sus padres. Estimaba cada minuto de su compañía y apoyo, y esa estima era la que siempre le decía que ya parara cada rumor o chisme que divulgaba. Era cierto que todo había salido “mejor” de lo esperado, pero aun así era cierto que no merecía más de aquello. Lo único que justificaba su actuar (según ella), era el hecho de que el doncel recalcara y sobresaliera más que ellas en todos los sentidos: belleza, carisma, simpatía, humildad y demás. Mientras que ellas solo eran bonitas e inteligentes. Por ello, Naruto se merecía el desprecio de todos, sí con ello podían obtener toda la atención y admiración de la escuela y, ¿por qué no también la del todo el pueblo?

Sus pensamientos eran egoístas y agradecía internamente que solo ella podía escucharlos y visualizar cada uno de sus maquiavélicos planes. Solo esperaba que todo saliera bien y que no se arrepintiera después de lo que poco a poco su joven mente de dieciséis años estaba maquinando.

+*+*+*+

Tarde fue que se dio cuenta de su pequeño error, más en reparar en la mirada furiosa que le dirigía Sasuke a su hermano mayor. …l había sido el primero en aclararle al grupo de amigos de Sasori que si llegaban a verlo en compañía de sus compañeros del colegio le trataran como si no le conocieran, todo sencillamente por su contrato de privacidad (y también para evitar que los rumores siguieran creciendo), quedando completamente tranquilo al ver que todos apoyaban aquel hecho. Pero ahora llegaba él y con una simple palabra lo arruinaba todo.

Aun así, Naruto no comprendía el por qué menciono con cierra emoción el nombre del Uchiha mayor. Si de todos los miembros de Akatsuki, con Itachi fue con quien había cruzado solo una simple presentación y una despedida, agregándole que solamente lo había acompañado hasta su pequeño apartamento.

— Hola Naruto— Itachi fue el primero en romper el incómodo silencio que se había formado en la pequeña entrada del recibidor— nunca creí que fueras tú el primer amigo de Sasuke aquí en Konoha.

— Yo tampoco pensé que fueras tú el hermano mayor de Sasuke, ‘ttebayo— expreso emocionado el blondo, rascando suavemente su mejilla y sonriendo de oreja a oreja. Agradeciendo internamente al mayor por haberlo sacado de una manera tan sencilla del pequeño incidente que él mismo había ocasionado.

Sasuke alterno su mirada entre ambos personajes. No les creía a ambos para nada, a Naruto ya le había dicho como se llamaba su hermano y dudaba que este le hubiera ignorado o se le haya olvidado, e n cuanto a su hermano no tenía ni la menor idea, pero ya que uno supiera del otro era más que evidente que se conocían. Su ceño se contrajo al reparar en que ambos le querían ver la cara de tonto.

— Al parecer ya se conocen— bufó un tanto fastidiado el menor de los azabaches, tratando de relejarse para no alterar al doncel— así que no necesitamos de absurdas presentaciones— notó como el rubio bajaba la mirada apenado y su hermano esbozaba una pequeña e imperceptible sonrisa— así que si no es mucha molestia voy a ocupar la cocina— tomo a Naruto del brazo, jalándolo y adentrándose ambos a la casa.

El joven universitario vio cómo su hermanito se perdía entre las paredes de la cocina. Era más que obvio que había invitado a su “amigo” a comer. Le molestaba un poco la idea de que su hermano estuviera con Naruto, que compartiera su tiempo y que ambos empezaran a conocerse más allá de una simple amistad. No tenía por qué negarlo, sentía cierta envidia del menor, pero se había prometido no interferir, si su hermano era feliz y hacía feliz a Naruto él también tenía que compartir esa dicha. Soltando un corto suspiro volvió a dirigirse a la sala, dejando de paso el pobre libro. A pesar de todo se encontraba feliz, probablemente externamente no reflejara aquel sentimiento, pero por dentro estaba que rebozaba de alegría.

Justamente estaba pensando en el rubio, en querer al menos verlo por un efímero segundo y después tratar de volver a su rutina antes de regresar a clases. Y como si los dioses o cualquier entidad divina estuvieran de su lado, su adorado hermanito lo invitaba a comer a su casa. No quería hacerse tampoco tantas ilusiones, no era tonto y tampoco ingenuo, había visto como ambos chicos venían tomados de la mano y eso no era algo que entre amigos (por muy cercanos que ambos fueran) hicieran. No tenía conocimiento hasta donde hayan arreglado sus asuntos, pero quería suponer que todo iba bien. Metiendo ambas manos en los bolsillos de su pantalón se encamino a la cocina, él también tenía hambre y aprovechando que su hermanito iba a hacer uso de la misma podría también echarle una mano.

***

Sasuke había invitado a Naruto a su casa por la simple y sencilla razón de que no traía suficiente dinero para llevarlo a algún pequeño restaurante o a algún puesto de comida rápida. También había maquilado la posibilidad de que su hermano y su madre estuvieran en casa. No le molestaba la idea de presentar a Naruto como su mejor amigo. Todavía le gustaba, pero sentía que era muy pronto para presentarlo a su familia como pareja, además estaba el asunto de que el rubio le había rechazado.

Su oportunidad para disculparse no se había presentado, su receso fue corto y el camino de la escuela a su casa había sido silencioso y ameno, no queriendo romper aquel ambiente que se había formado entre ellos y aprovechando la cercanía con la que ambos caminaban, tomó la mano del doncel. Se sorprendió que el menor le haya correspondido, sintiéndose más que dichoso y afortunado de caminar de la mano con la persona que le gusta.

Todo hubiera sido perfecto, salvo el hecho de confirmar que su hermano y Naruto si se conocían y lo peor de todo es que trataron de negarlo frente a sus narices. Paso por alto aquel hecho, ya después con más calma le preguntaría al rubio, antes que nada, quería disculparse por su anterior actitud. Por primera vez le daba la razón a su hermano de haberse molestado, Naruto no merecía ni merece ninguna ofensa hacia su persona, de él ni de nadie.

Antes de hacer cualquier cosa y aprovechando que ambos se encontraban solos en la cocina, tomo el aire suficiente para preparase y no echarlo a perder.

— ¿Quieres que te ayude en algo? —pregunto Naruto, mas al ver como el azabache se sumergía en sus pensamientos y se quedaba inmóvil en medio de la cocina.

Uchiha reacciono a la presencia de Naruto en cuanto lo escucho hablar, negando suavemente con la cabeza e invitándolo a tomar asiento en una de las sillas del comedor, quedando parado frente a él.

— Lo siento— lo dijo claro y firme, mirando fijamente al rubio a los ojos. Notando como el joven Uzumaki abría los mismos de la impresión para después pasarlos a la incertidumbre, aclarándose la garganta para hacerle entender al blondo el porqué de su disculpa— lamento haberte insultado aquel día… es solo que… lo siento.

Se reprendió mentalmente por haber dudado. Eran muy pocas las veces en que se disculpaba con las personas y siempre que lo hacía le costaba demasiado trabajo, aunque sintió que con Naruto no le había costado demasiado el haber aceptado su error, aunque no por ello iba a dejar expuesta aquella inseguridad que tiene hacia sí mismo.

— No, yo debería haberme disculpado primero— dijo quedito el rubio, sin dejar de mirar al azabache y levantándose de su lugar para quedar frente a frente. Vio como Sasuke era quien ahora mostraba cierta impresión— si no hubiera dudado de tus palabras, creo que tú jamás me hubieras humillado de esa manera— Uchiha levantó una ceja al no comprender a que se refería el doncel— es decir, si nos hemos insultado y en ocasiones hasta dar unos manotazos a acusa de nuestras absurdas discusiones, pero lo del viernes si fue algo, diferente— bajo su mirada, era cierto que en parte las palabras del varón le habían molestado, pero también le habían herido. Pudo sentir ese desprecio en cada una de las palabras que le dirigía, además de que parecía divertirse con ello. Ya estaba acostumbrado al rechazo de la gente y de las personas que se hacía llamar sus amigas en un principio, pero que Sasuke le haya tratado de la misma manera y más al empezar a sentir algo más que simple amistad por él, le había afectado en muchas maneras — perdóname— susurró sin ser consiente.

Sasuke al escuchar el sonido tan lastimero con el que había pronunciado aquella única palabra, se apresuró a rodear al menor entre sus brazos, apretándolo fuertemente contra su pecho y sintiéndose aún peor por su actuar pasado. Le recitó palabras conciliadoras a Naruto, acariciándole la espalda y susurrándole reiteradamente varios “lo siento” en su oído. Se separaron cuando Sasuke sintió al rubio temblar entre sus brazos, separándolo rápidamente al escuchar una pequeña risa contenida.

— No es para tanto, teme— sonrió Naruto de oreja a oreja, alejándose lo suficiente del varón— pero acepto tus disculpas y gracias.

El menor de los Uchiha esbozo una pequeña sonrisa. Mirando fijamente al rubio, se percató de que aquel gesto de sonrisa deslumbrante y carente de cualquier tipo de dolor no llegaba en a sus hermosos ojos azules, mismos que se veían opacos y carentes de ese brillo que los hacen únicos.

Naruto dejó de sonreír en cuanto noto que Sasuke volvía a tener una expresión seria en su rostro, dando un paso hacia atrás cuando el varón a paso lento se acercaba hasta invadir su espacio personal. Quedó piedra en cuanto sintió como su amigo le tomaba delicadamente del mentón y le obligaba a verle directamente a los ojos, poniéndose nervioso al mirar fijamente aquellos orbes color carbón que le veían con cierta preocupación y cariño. No fue capaz de parpadear ni hacer que su cuerpo reaccionara en cuanto vio como el azabache cerraba lentamente sus ojos y empezaba a acortar la distancia entre sus rostros. Fue apenas un pequeño roce en sus labios, sintiendo un agradable cosquilleo en los mismos y un ligero estremecimiento en todo su cuerpo, percibiendo el aroma mentolado de Sasuke. Si no hubiera sido por el mismo moreno, quien había vuelto a poner su distancia, estaba más que seguro que hubiese correspondido el contacto.

El doncel vio como Sasuke le dedicaba una sonrisa y mirada cargada de cariño, acariciándole suavemente con el dorso de la mano su mejilla, causando que un notable y ligero sonrojo apareciera sobre sus pómulos. Se encontraba tan avergonzado por lo recién ocurrido que no le importo que el azabache lo apresara nuevamente entre sus brazos con cierta posesividad. Por primera vez se sentía seguro y protegido entre los brazos de alguien, recargando su cabeza en el amplio pecho del varón y aspirando el mentolado aroma que este desprendía. Hubiera seguido de esa manera, si Sasuke no hubiera mencionado el nombre de su hermano con cierta molestia. Sintiendo como los colores se le subían al rostro y el bochorno empezaba a ser más evidente, con un firme empujón se zafó del agarre de Sasuke, alejándose lo suficiente para tratar de despejarse.

El menor de los azabaches tomó mal aquel gesto, comprendiendo después un poco al doncel al verlo tan rojo como un tomate y con la mirada fija en el piso. Volvió a mirar a su hermano mayor, notando como mostraba una pequeña sonrisa socarrona y se dirigía hacia al refrigerador. Sus puños se apretaron inconscientemente, no había sido tan ingenuo para pasar desapercibida esa mirada irritada que le dirigió por tan solo unos instantes.

Instantáneamente todo atisbo de molestia que fluía por su cuerpo se desvaneció, dejando a hora algo parecido a la confusión. Itachi nunca, en todo lo que llevaba conviviendo a su lado y a pesar de todas sus travesuras de más pequeño le había dirigido un gesto de molestia o despectivo, al contrario, siempre eran cálidas y cómplices sonrisas. Su estómago emitió un suave gruñido, recordándole que tenía que consumir más alimentos. Dejó a Naruto ahí parado, para que se le pasara un poco la vergüenza, mientras él se ponía manos a la obra con la comida.

Notas finales:

¡Muchas gracias! por haber llegado hasta aquí

Wii!!! Hubo un acercamiento SasuNaru °w°/

Aunque a mi amado Itachi no le gustó ú.ù

Sakura no es tan mala, solo esta un poco obsesionada (yo diría demasiado) con ser el centro de atención.

Nuevamente, muchas gracias a todas ustedes personitas que me dedican un poco de su tiempo para leerme, en serio me hacen tan feliz. :')

También a todas aquellas que me dejan su bello y sensual review, me hacen doblemente feliz (en cuanto internet o mi computadora me dejen, con gusto los respondo) ;)

Sin más que agregar, nos vemos en el próximo capítulo.

Cuídense y muchos abrazos.

Los quiero!

Bye!

 


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