Yoseob estaba sentado ante la mesa durante la cena, comiendo macarrones con queso y viendo disimuladamente a Doo Joon. ¿Cómo podrían ellos ser pareja? No estaba listo para un gran compromiso como ese. Doo Joon le había explicado que el lazo no podría romperse y era de por vida.
Aunque había visto were-criaturas cambiar, nunca le habían dicho sobre las parejas. ¿Y esas garras? Eso era algo espeluznante.
Doo Joon abiertamente veía a Yoseob, dándole una pequeña sonrisa cada vez que sus miradas se encontraban. Yoseob optó por sentarse en el lado opuesto en lugar de al lado de él. Para ser honestos, la idea de Doo Joon siendo un shifter no lo enloqueció como la duración de la cosas ‘de por vida’ del compromiso que quería.
Yoseob se sentó al lado Lee Joon. El hombre podría ser grande pero era amistoso y divertido, y no estaba tratando de comprometerse con Yoseob. Levantó su vaso de té helado viendo a Doo Joon por el borde mientras bebía.
—¿Cómo te fue en el pueblo hoy, Yoseob? —el señor Eric preguntó.
Yoseob inclinó la cabeza mientras tragaba y dejaba el vaso. —Estuvo realmente bien. Mi consejero estuvo bien.
—Es bueno oír eso. No creo en todo eso de lo psicoloco, pero si funciona para ti, entonces está bien.
Lee Joon miró a Yoseob, su mirada recorría la cabeza de Yoseob. —Tu cabeza no se ve más pequeña para haber estado con un loquero.
Gritó cuando una mano golpeó la mesa. —Yo te quebraré.
—Entonces serás el único —dijo su papá y entonces se rio.
—Está bien, eso fue divertido.
Yoseob sonrió mientras masticaba su comida. Entre más conocía a los Moon, más le agradaban. Ellos se divertían todo el tiempo.
—Si tengo un tomate, te lo lanzo —Hoon agregó levantando una ceja.
Yoseob se rio y bajó el tenedor. Era divertido ver a esos grandes hombres provocarse los unos a los otros. Por lo que había aprendido, los hermanos eran muy cercanos. —Sólo si quieres que patee tu culo.
—Niños —el señor Eric advirtió.
—Lo siento, Pa —Lee Joon y Hoon dijeron.
—Esta es una muy buena cena, señor Moon —Yoseob alabó. Él no había regresado a tiempo para cocinar, pero las habilidades culinarias del señor Eric eran excelentes.
—Dime Pa. Señor Moon es mi padre —dijo el señor Eric.
A Yoseob le agradó eso. Lo hacía sentir que de nuevo tenía un padre.
Aunque nadie podía remplazar a un padre real, el señor Eric le recordaba a Yoseob a su padre. Había deseado tener hermanos cuando crecía. Quizás podría conocer a los hombres Moon un poco mejor. Ellos lo trataban como a uno de ellos.
—¿Cómo va el trabajo? —Pa le preguntó a Doo Joon.
Eso hizo que Yoseob viera la mesa de los osos. —Va bien.
-;Doo Joon le sonrió.
—Es bueno oír eso —dijo Pa poniéndose de pie—. Ahora el postre.
Yoseob notó que a esos hombres les gustaba lo dulce. Parecía que se servían más postres que comida. Pa colocó un gran platón de pan glaseado y un pastel de manzana en la mesa. —Yoseob, sírvete primero antes de que estos chicos lo devoren.
Lee Joon colocó una pieza de pan glaseado en el plato de Yoseob. Él ni siquiera había terminado su comida, pero parecía que los hermanos no podían esperar. Yoseob levantó la mano cuando Lee Joon tomó el pastel. —No me gustan las manzanas.
Todos en la mesa lo veían como si fuera un extraterrestre.
-¿Cómo infiernos no? —Hoon preguntó.
Yoseob miró disimuladamente a Doo Joon. —No sé. Sólo nunca le encontré el gusto.
Doo Joon le dio un guiño y tomó el pastel de manzana. —Yo lo amo.
Los hombres en la mesa limpiaron los platos cuando terminaron el pan glaseado y devoraron el pastel de manzana. Yoseob tomó su plato pero Lee Joon se lo quitó. —¿Por qué no sales a relajarte al porche? Es una hermosa noche. Es algo que tienes que ver por ti mismo.
—Está bien. —Yoseob dejó que Lee Joon tomara su plato y salió de la casa, abrió la puerta de malla y salió a la noche. Inhaló el aire del campo, escuchó el canto de los grillos mientras se sentaba en el columpio. Yoseob se quitó los zapatos y empujó el columpio con la punta de los pies, haciendo que se moviera con un lento movimiento de atrás hacia adelante.
Acomodó su brazo en el respaldo y apoyó la cabeza contra la cadena mientras la noche se oscurecía. Era hermoso. Si tenía que iniciar una nueva vida, ese pueblo era el lugar perfecto.
Yoseob oyó la puerta de malla abrirse y sabía quién era. Doo Joon cruzó frente a él y tomó asiento a su lado en el columpio. Se columpiaron en silencio. Yoseob tenía un millón de preguntas pero ninguna salía de sus labios.
—Es una hermosa noche.
—Si, lo es. —Yoseob curvó sus piernas bajo él mientras Doo Joon seguía moviendo el columpio. Envolvió sus brazos alrededor de su cintura viendo las camionetas en el camino, la cortadora de heno cerca del establo y cualquier cosa en donde podía dejar caer su mirada, ignorando al hermoso hombre a su lado. La noticia de que Doo Joon era su pareja estaba haciendo un lío en su cabeza.
¿Cómo podían ellos ser pareja?
—No quise asustarte en la tarde —dijo Doo Joon suavemente a su lado.
Yoseob había pasado toda la tarde y parte de la noche pensando en eso. No era que le molestara ser pareja de Doo Joon. Después de todo, el hombre era hermoso y con gran personalidad. Pero ¿de por vida?
—Si te preocupa que te lastime eso no sucederá. —Doo Joon se inclinó y colocó sus brazos en las rodillas, entrelazando sus manos. Yoseob podía ver las ruedas de la cabeza de Doo Joon girar.
—¿Cómo puedes garantizar eso?
—Porque puedo hacerlo —Doo Joon declaró firmemente, Yoseob veía sus manos. No estaba seguro de qué decir. ¿Parejas?—. No vas a cambiar a oso, ¿verdad?
—No. No quiero asustarte de nuevo.
—Gracias. —Esa era la más loca conversación que Yoseob hubiera tenido—. Desmayarme no es mi pasatiempo favorito.
—Lo hiciste como un profesional, si eso ayuda. —Doo Joon giró la cabeza y le sonrió a Yoseob.
—Jesús, gracias. ¿Babeè?
Doo Joon se rio. —No, pero tenías la boca abierta.
Yoseob se rio suavemente. —Apuesto que era una linda vista.
—Impactante. —Su voz un poco más gruesa. Yoseob alejó la vista.
Doo Joon estaba de nuevo coqueteando con él. Al menos ahora sabía por qué. Él era un humano y Doo Joon…no lo era. Sus pensamientos se comprimían haciendo que le doliera la cabeza. Se masajeó las sienes.
—Hey. —Doo Joon retiró las manos de Yoseob jalándolo más cerca y colocando la cabeza de Yoseob en su regazo. Sus dedos comenzaron a masajear las sienes de Yoseob haciendo que su piel se erizara con placer.
Yoseob se estremeció. —Relájate, tigre.
Yoseob cerró los ojos, dejando que los dedos de Doo Joon alejaran sus preocupaciones. —¿Pueden un humano y un oso estar juntos?
—Más que definitivamente.
—¿Pero eso no va contra la naturaleza?
—Soy humano. Así que puedo decir que no.
—Pero…
—Soy humano, Yoseob. Enfócate en eso.
Yoseob se quedó en silencio, reflexionando en las palabras de Doo Joon. Correcto, ahora él era un humano y sus manos se sentían maravillosas. Hyeong Kon nunca le había hecho nada como eso. Si Doo Joon continuaba con eso malcriaría a Yoseob. Los dedos de Doo Joon trazaron la cara de Yoseob antes de regresar a las sienes.
Yoseob se rodó de un lado y luego sobre su abdomen, viendo a Doo Joon. —He descubierto que ahora me es difícil confiar en la gente.
Las manos de Doo Joon se movieron en el aire, levantó las cejas y entonces las bajó y asintió. —Es de esperarse después de lo que te ha sucedido.
—Aun no puedo entender qué hice mal para hacer que Hyeong Kon actuara de esa forma. —Yoseob no podía entender por qué le estaba diciendo eso a Doo Joon. Lo había conversado con SeungRi, pero las respuestas del consejero no lo hacían sentir más cerca de descubrirlo—. Mentí.
Doo Joon se recargó y frotó con su mano su mentón.
-¿Acerca de qué?
—El consejero no ayuda —Yoseob confesó sentándose y jalando las piernas de nuevo bajo él. Sus dedos jugaban con la Cadena preguntándose qué pensaba ahora Doo Joon de él—. Traté, pero simplemente no tiene sentido para mi. Nada de eso lo tiene.
—¿Le hablaste de lo que Hyeong Kon te hizo?
—Si. —Yoseob apoyó su codo en el columpio, frotándose con el dedo índice en medio de la frente, tratando de pensar en qué fue lo que había hecho mal para merecer lo que le había sucedido. Escuchaba el ruido de las hojas en los árboles mientras trataba de darle sentido a todas las cosas.
La mano de Doo Joon acunó la parte de atrás de su cuello, su otra mano lo tomó de la cintura y jaló a Yoseob al hueco de su brazo. Su mano se apoyó en la cabeza de Yoseob, haciéndolo que se apoyara contra su cuerpo. —No hay una razón lógica, tigre. Tendrías que estar dentro de la cabeza de Hyeong Kon para saber lo que piensa. Puedo decirte que no fue nada que hicieras. No puedes controlar sus acciones.
Yoseob no objetó lo que Doo Joon decía. —Sigo pensando que si me hubiera quedado callado o hubiera estado de acuerdo con él, eso no hubiera sucedido.
—Y si yo decido que te quiero a mi lado. Esa es mi decisión, no la tuya. No importa lo que digas, yo te jalaría más cerca. Esa no es una buena analogía, pero espero que entiendas el punto.
—Entonces, ¿me estás diciendo que sin importar lo que yo hiciera él de cualquier manera me golpearía? Eso no tiene sentido.
—Probablemente nunca lo tenga. Sólo síguete diciendo que no fue tu culpa, tigre. Porque no lo fue. —Doo Joon enfatizó las palabras para que le llegara el mensaje.
Yoseob se apoyó contra Doo Joon, preguntándose si incluso podría darle sentido. —¿Cómo confiar de nuevo?
—Eso es difícil. Supongo que tienes que creer que no toda la gente es de esa manera. Tienes que abrirte de nuevo.
—Estoy asustado, Doo Joon.
—Lo sé, tigre.
Yoseob despertó de mejor humor después de hablar en la noche con Doo Joon en el porche. Se sentía mucho mejor. Era extraño cómo SeungRi le había dicho lo mismo. Bueno, él no usó exactamente las mismas palabras. Pero no le cayeron cuando las dijo el consultor, pero cuando Doo Joon le dijo que no fue nada que él hubiera hecho, Yoseob le creyó.
Arregló la cama y se apresuró emocionado para ver a Doo Joon esa mañana. Yoseob tomó una rápida ducha y se vistió apresuradamente. Empujó el pensamiento de que Doo Joon era su pareja fuera de su cabeza mientras se ponía los tenis y se anudaba las agujetas.
Yoseob cerró la puerta de la recámara y bajó la escalera.
Era sábado y no tenía que ir al pueblo.
—Aquí estas —dijo Pa cuando Yoseob entró a la cocina—.
Pensé que dormirías hasta el medio día.
—Son sólo las seis de la mañana. Es demasiado temprano.
—Infiernos si él estaba acostumbrado a esas tempranas horas. Hyeong Kon vivía su vida de noche, así que Yoseob estaba acostumbrado a dormir hasta mediodía. Yoseob se cubrió la boca y bostezó.
—Perezoso —Lee Joon bromeó.
—Buenos días, tigre. —Doo Joon lo saludó dándole una taza de café. Yoseob se ruborizó y se sentó al lado de Doo Joon.
—Buenos días —dijo mientras veía a Doo Joon servir mas café en su taza. Los labios de Yoseob ya extendidos para darle un trago a su bebida. Doo Joon se reía mientras Yoseob tomaba la taza y la llevaba a sus labios. Sus ojos rodaron con el fuerte sabor. No había nada como una taza de café recién hecho para empezar el día.
—Maldición, si una taza de café hace que se vea de esa forma —Lee Joon bromeó.
Doo Joon gruñó. —¡Mio!
—No estoy tocando a tu pareja. Sólo digo que…
—Suficiente, Lee Joon —Pa advirtió.
—Si, Pa.
Yoseob los ignoró mientras sentía su cuerpo despertar con su primer trago de cafeína. Ahora tenía incluso más cosas sobre las que reflexionar, le empezaba a gustar la idea de ser la pareja de Doo Joon.
Jaló las piernas a la silla mientras bebía el mejor café que hubiera saboreado. No era la primera vez que bebía el café de los Moon, pero lo saboreaba cada vez que tomaba una taza. No era ni instantáneo ni el genérico que el solía usar. Este tenía un sabor total y el aroma simplemente no tenía palabras.
—Tengo que ver a JongIn hoy. ¿Quieres acompañarme?
—Doo Joon preguntó mientras servía más café en la taza de Yoseob.
—Pero es sábado. ¿Nadie aquí descansa un día? —Yoseob protestó mientras tomaba otro trago.
—Descansaremos cuando estemos tres metros bajo tierra
—dijo Doo Joon.
—Bien, aunque eso es morboso —Yoseob gruñó antes de dar otro trago a su bebida.
—Él me agrada. —Hoon se reía—. Es divertido.
—Iré contigo —dijo Yoseob mientras se terminaba el café—. Pero no puedo estar fuera todo el día. Tengo una agradable cena que preparar hoy. Lo que me recuerda que tengo que ir a la tienda de alimentos, si voy a cocinar para grandes hombres
-dijo, bajando los pies y llevando la taza al fregadero. La enjuagó y la dejó en el lavavajillas. Cuando se giró todos en la mesa lo veían fijamente—. ¿Qué?
—Eso es lo máximo que te he oído decir en una sola oración —dijo Lee Joon.
Yoseob se ruborizó y miró alrededor. —¿Quieres que me detenga?
Pa sacudió la cabeza negando y movió la mano sobre la mesa. —No les prestes atención. Me gusta que hables.
Yoseob vio a Pa y a Doo Joon. Estaba empezando a sentirse cómodo aquí y realmente se estaba abriendo. Ellos sólo tenían que acostumbrarse a que sería una figura permanente por aquí.
—Vamos, tigre. —Doo Joon se puso de pie y llevó la taza al fregadero y la enjuagó. Tomó la mano de Yoseob y lo jaló a través de la casa. Si sus hermanos seguían abriendo sus grandes bocas, Doo Joon iba a esconder todos los dulces de la despensa.
Jaló a Yoseob al porche, lo giró, acunó la cara de su pareja y rozó un suave beso en los labios de Yoseob. Esperó sobre la boca de Yoseob. Si su pareja se apartaba…Yoseob se levantó de puntas reclamando los labios de Doo Joon y rodeando con sus brazos el cuello de Doo Joon.
«Infiernos si». Doo Joon fue contra Yoseob, forzando a Yoseob a abrir los labios y empujó su lengua dentro. Yoseob gimió abriendo los labios, permitiendo a Doo Joon saborearlo por primera vez.
—Ahora eso es de lo que estoy hablando. Desgarra esa cara —dijo Lee Joon a través de la puerta de malla. Tenía una gran y tonta sonrisa en su entrometida cara.
Apartando su boca de su pareja, Yoseob lo vio fijamente. Una ligera excitación era clara en los ojos verde musgo de Yoseob y cuando su pareja le sonrió, Doo Joon sin esperanza se derritió en un charco a sus pies.
—Sólo besé a un oso.
—Sólo besé a un humano —Doo Joon le contestó a su pareja bromeando.
—No lo vi. Hazlo de nuevo —Hoon gimió junto a la puerta empujando a Lee Joon.
—Se terminó el espectáculo gratis, chicos. —Doo Joon pasó su pulgar por el labio inferior de Yoseob, incapaz de romper el contacto visual que tenían.
—¡Aléjense con un infierno de la puerta! —Pa gritó desde algún lugar del interior.
Hoon gruñó. —Maldición, justo cuando comenzaba lo bueno.
—Ahora —Pa gritó de nuevo.
Yoseob comenzó a reírse graciosamente cuando los hombres se alejaron de la puerta. —Creo que la siguiente vez deberíamos besarnos en privado. —Su cuerpo se acercó al de Doo Joon frotándose contra él como si fuera un gato.
El pene de Doo Joon estaba tan duro que era doloroso. —No en tu vida. Me gusta que todo el mundo sepa que eres mio.
—¿Lo soy? —Yoseob agitó sus ojos hacia Doo Joon.
Doo Joon gruñó mientras empujaba a Yoseob hacia el columpio. —Mio y solo mio. No comparto, Yoseob.
—Eso aun no contesta mi pregunta —Yoseob dijo con un poco más de determinación. Doo Joon tenía la sensación de que el verdadero Yoseob estaba saliendo y le gustaba eso.
Mordió el labio inferior de su pareja y lo lamió para alejar el ardor. —Sí, eres mio.
—Pregúntame.
Su pareja lo encendía. Una pequeña mejoría en la actitud de las palabras de Yoseob. Doo Joon estaba duro como una roca, su erección se presionaba contra el cierre de sus panatalones con la audacia de Yoseob.
—¿Quieres ser mio?
Yoseob inclinó la cabeza, tamborileó los dedos contra su mentón. —Déjame pensar.
—Porque pequeño…
Yoseob gritó y corrió por el porche hacia la camioneta mientras una carcajada flotaba detrás de él. Doo Joon se reía listo para dar caza a su pareja cuando vio a Lee Joon y a Hoon en la ventana, dándole una enorme sonrisa y levantando el pulgar.
Les sonrió y salió detrás de su pareja, Yoseob entró en la camioneta y Doo Joon subió en el asiento del conductor. Tomó la mano de Yoseob una vez que encendió el motor y se dirigió a la casa de JongIn.
—Santa madre de mangos. ¿JongIn vive aquí? —Yoseob veía la casa asombrado mientras Doo Joon rodeaba la esquina y tomaba el camino de grava.
—No dejes que la elegante casa te engañe. Los hombres que viven aquí son muy amables.
Doo Joon llevó la camioneta a un lugar de estacionamiento. Guió a Yoseob a la puerta del frente y tocó el timbre. Doo Joon notó la cámara de seguridad que giraba en su dirección.
La puerta se abrió, Rasa estaba ahí con una sonrisa y un gran sombrero vaquero en la cabeza. —Entra, Doo Joon.
Doo Joon guió a su pareja adentro, oyendo mucho ruido que salía de uno de los cuartos. —Hola, soy Rasa —el hombre se presentó ante su pareja.
—Yoseob —estrechó la mano de Rasa.
—Déjame avisarle a JongIn que estás aquí. Eres bienvenido a esperar en el estudio si gustas. —Rasa señaló el ruidoso cuarto.
Doo Joon decidió esperar en el vestíbulo. Había demasiado ruido en ese cuarto, y no estaba seguro de que fuera sabio llevar ahí a su pareja
Un humano salió y les sonrió a ambos. —Hola, soy Mir.
—Yoseob —dijo su pareja—. Esperamos a JongIn.
—Doo Joon —Doo Joon dijo, notando cómo Mir veía a su pareja. Yoseob jaló su mano, pero Doo Joon lo ignoró. Yoseob era suyo, y no apreciaba que el humano apreciara a su pareja.
—Me alegra que pudieras venir —dijo JongIn entrando al vestíbulo. Miró de Doo Joon a Mir estudiando las caras de ambos—. ¿Por qué no vas a buscar a tus papás, Mir?
Doo Joon estaba agradecido de que el humano obedeciera. No quería hacer enemigos, pero él lo haría si veían a su pareja amorosamente. Era consciente de lo hermoso que Yoseob era. Sólo que no quería que nadie más lo notara.
—Él no quiso molestar ni nada como eso —dijo JongIn—. Sólo es que está aprendiendo sobre…nosotros. Creo que es más curiosidad que intromisión.
Doo Joon asintió, envolviendo los hombros de Yoseob con su brazo y guiándolo a la oficina. —Tengo los planos, quiero que los veas.
Doo Joon soltó a Yoseob una vez que estuvieron dentro de la oficina. —Eso fue muy rápido.
JongIn se encogió de hombros. —No soy una persona paciente. No cuando se trata de cosas de mi familia.
Doo Joon se movió a un lado de Yoseob cuando un alto hombre con largo cabello castaño oscuro entró en la oficina.
—Doo Joon, él es Siwon. Él es mi Beta.
—¿Beta? —Yoseob miró a los tres hombres.
Mierda. Doo Joon no le había explicado a Yoseob acerca de que toda la casa era de lobos Timber. Claro que Yoseob sabía que existía lo paranormal, pero él pudo advertirle a su pareja.
Estaba demasiado ocupado pensando en el ardiente beso en el porche.
Doo Joon se giró hacia Yoseob. —¿Recuerdas que te dije que era un oso y que en el pueblo había shifters?
Yoseob asintió.
—Bueno, estos hombres son lobos Timber.
Doo Joon vio cómo Yoseob rodaba los ojos y se desmayaba.
—Bueno, esto es interesante —JongIn dijo desde detrás del escritorio.
continuara...