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24. El viaje de Yoseob (20) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

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tengo unos asuntos que organizar con los fics y necesito ayuda... osea AIUDAAAA... 

los voluntarios que quieran participar en esta pequeña misio son bienvenidos... les digo esto por aqui porque no hay un foro donde podamos hablar en tiempo real...

esta es mi correo personal por si quieren contactarse conmigo y saber de que se trata

dayanstyle@hotmail.com

dayanurbina@yahoo.com.ve

Yoseob estaba sentado en el porche sintiéndose como un completo cobarde. ¿Por qué infiernos tenía que desmayarse cada vez que sabía que algo extraño sucedía a su alrededor? No se sentía muy varonil en este momento.

—Deja de golpearte —dijo Doo Joon mientras salía por la puerta de malla empujándola con los hombros, llevando dos vasos de té helado. Le dio uno a Yoseob mientras tomaba asiento en el columpio—. Eso sucede.

—No te veo a ti desmayándote —dijo Yoseob mientras aceptaba el vaso.

Yoseob pasó su mano a través de su cabello, tomando una profunda respiración. Estaba caliente ahí afuera, su cabello estaba pegado a su sudada piel. Los Moon no tenían aire acondicionado así que Yoseob salió al porche en un intento de tomar algo de brisa fresca.

—No, nunca me he desmayado, pero no hay nada de malo en  eso.

Yoseob podía oír el humor que Doo Joon estaba tratando de esconder.

—Claro que nunca te has desmayado, mírate. —Yoseob movió la mano hacia Doo Joon.

Doo Joon se inclinó y dejó el vaso en el suelo al lado de la mecedora. Se recargó entrelazando sus dedos y apoyándolos en sus asombrosos abdominales. —¿Que me mire?

 

Yoseob estaba perdido. Los ojos grises de Doo Joon parecían ver el interior de su alma. Era muy masculino. Doo Joon tenía anchos hombros. Estaba bronceado, con lindos bíceps, un pecho que parecía estar hecho para que Yoseob se acurrucara. La parte superior de su cuerpo disminuía hacia una estrecha cintura que gritaba porque Yoseob envolviera sus piernas en ella. Doo Joon tenía poderosos muslos, del tipo que podía sostenerlo mientras se enterraba hasta las bolas en Yoseob. Sus cejas se elevaron y su corazón se aceleró. —Eres muy hermoso—. Se ruborizó con sus propias palabras.

Doo Joon le indicó a Yoseob moviendo sus dedos que se acercara, con una seductora sonrisa en sus labios. Yoseob estaba nervioso como un virgen, eso era ridículo. Él no era un virgen desde hace mucho, pero Doo Joon era tan varonil que imponía, Yoseob dudó por un momento en dejar el vaso y acercarse.

Doo Joon sacudió la cabeza, moviendo los dedos de  nuevo.

Yoseob tragó y se deslizó un par de centímetros más cerca.

 

—Acércate, tigre. —Doo Joon se giró y separó las piernas.

 

La mirada de Yoseob se centró en el bulto bajo los pantalones de Doo Joon. Eso era enorme, gigantesco, colosal...estaba en grandes problemas. Doo Joon levantó la mano y Yoseob nerviosamente colocó sus dedos en la palma de Doo Joon.

Sus dedos se curvaron alrededor de los de Yoseob dándole un ligero apretón.

Yoseob levantó las rodillas, acurrucándose en el cuerpo de Doo Joon hasta que estuvo sentado entre los muslos de Doo Joon. Su pene creció cuando Doo Joon lamió sus labios. —Quiero otro de esos  dulces  besos.

Yoseob asintió, cerró los ojos y se inclinó hacia adelante. Sus ojos se abrieron cuando Doo Joon acunó su cara y tomó su boca en lo que sólo podría describir como el mejor beso de su vida. Sus ojos se cerraron de nuevo, gimiendo mientras Doo Joon le mostraba lo que era un verdadero beso.

La cabeza de Yoseob giraba mientras abría la boca y la lengua de Doo Joon entraba. Se retorció en el regazo de Doo Joon, sus dedos aferrándose a la tela de la camisa de Doo Joon.

Doo Joon quebró el beso y lamió el labio inferior de Yoseob.

—Sabes tan malditamente dulce.

 

—G–gracias. —Está bien, eso era la única cosa que llegó a su mente. Él podía manejar eso. Yoseob rezó porque no fuera tan intenso que se desmayara. Podría ser la madre de todos los embarazosos momentos.

Doo Joon se rio frente a los labios de Yoseob. —De nada.

 

Las manos de Doo Joon bajaron por la espalda de Yoseob y acunaron su trasero. Sus grandes manos masajearon el trasero de Yoseob, haciendo que su agujero pulsara con la anticipación. La respiración de Yoseob comenzó a ser jadeante mientras Doo Joon le besaba el cuello y detrás de la oreja. —Te quiero, tigre.

—Y–yo también. —La cabeza de Yoseob cayó hacia atrás, su pecho subía y bajaba rápidamente mientras los labios de Doo Joon bajaban a su clavícula. La piel de Yoseob se tensó con el aroma de Doo Joon que abrumaba sus sentidos.

Sus manos aferradas a la camisa del hombre, sus dedos se tensaban y se relajaban mientras Doo Joon lo seducía con maestría. Cuando Doo Joon jaló a Yoseob más cerca, haciendo que sus penes se tocaran, Yoseob olvidó que alguien podría salir al porche. —Tócame, Doo Joon, por favor.

Jadeó cuando la mano de Doo Joon llegó a la pretina de sus jeans y los desabrochó. Yoseob lamió sus labios, sentía su garganta seca mientras Doo Joon lentamente desabrochaba el cierre como si esperara que Yoseob cambiara de opinión.

 

—Yo…yo no voy a detenerte.

 

Doo Joon tomó los labios de Yoseob en un fuerte beso mientras sacaba el pene de Yoseob, su pulgar sobre la brillante humedad en la cabeza del pene de Yoseob.

Doo Joon presionó la uña de su dedo dentro de la ranura, haciendo que Yoseob gritara de placer.

Doo Joon gruñó. —Maldición, tigre.

 

Yoseob mordió el labio y gimió apretando su culo mientras empujaba su pene hacia el interior de la mano de Doo Joon. —Has que me corra, Doo Joon.

Doo Joon murmuró dentro de la concha de su oreja. —Con placer. Cuidaré de todas tus necesidades, tigre.

Yoseob gimió cuando Doo Joon apretó su pene y comenzó a jalarlo rápidamente. Estaba ardiendo de deseo. Cada vez que se empujaba hacia adelante, su pene pulsaba en la mano de Doo Joon. Yoseob se inclinó, rozando su frente en los hombros de Doo Joon mientras el capataz aumentaba el ritmo.

—Estoy…Estoy cerca —Yoseob le advirtió y mordió la camisa de Doo Joon sintiendo el placer construirse en sus bolas.

—Cerca es bueno. Ahora córrete para mi, amor. —Doo Joon rozó la bola de nervios bajo la cabeza del pene de Yoseob y eso fue suficiente para que Yoseob gritara de nuevo y su cuerpo explotara. Mordió el hombro de Doo Joon mientras su cuerpo pulsaba con el orgasmo. Se estremecía en los brazos de Doo Joon, sintiendo que Doo Joon frotaba su espalda con su mano libre mientras murmuraba en la oreja de Yoseob. Su cuerpo lentamente comenzó a relajarse, sus músculos se soltaron.

Doo Joon mordisqueó su oreja, besándola para alejar el dolor y finalmente llegó a la boca de Yoseob. —¿Se sintió bueno?

 

—Mhmm. —Yoseob asintió mientras quebraba el beso y enterraba su cara en el cuello de Doo Joon. Una vez que su cabeza se aclaró, Yoseob estuvo totalmente consciente de lo que acababa de hacer. Se tenso en los brazos de Doo Joon, sintiéndose como un libertino puto. ¿Lo vería Doo Joon de esa forma ahora?

—Relájate, tigre. —Doo Joon continúo besándole el cuello—.

Relájate.

 

Yoseob se apoyó contra su pecho. Se preocuparía después de lo que Doo Joon pensaría, por ahora él podría disfrutar el zumbido de la saciedad que lo recorría.

—Ven arriba conmigo. —Doo Joon acarició con su nariz la cara y el cuello de Yoseob. Asintió y entonces Doo Joon se puso de pie y levantó a Yoseob.

Doo Joon cuidadosamente acomodó la ropa de  Yoseob antes de tomar su mano y guiarlo al interior de la casa. Los seis hermanos estaban sentados en la sala hablando y viendo la televisión, pero Yoseob podía ver que todos ellos trataban de esconder su sonrisa. Vio hacia la ventana de la sala y era muy visible donde él y Doo Joon estuvieron sentados. «Oh Dios», ellos los habían visto.

—Buenas noches, chicos. —Lee Joon se reía disimuladamente.

Yoseob podía sentir toda su piel caliente al ruborizarse mientras Doo Joon inclinaba la cabeza, saludando a sus hermanos con una sonrisa en sus labios. Maldición, él no se sentaría tranquilamente a desayunar mañana. Lee Joon y Seung Ho iban a molestarlo sin parar. Yoseob vio hacia las escaleras, emoción y aprehensión lo llenaban por lo que Doo Joon le haría arriba.

Yoseob aun no podía creer que alguien como Doo Joon quisiera estar con él. Eso era como caminar dormido sobre esos crujientes escalones.

 

Yoseob podía sentir sus nervios aumentar mientras se acercaban a la recámara de Doo Joon. Era un caliente hombre el que iba a joderlo. Un poderoso temblor recorrió su cuerpo con ese pensamiento.

—¿Está todo bien, tigre? —Doo Joon le preguntó mientras abría la puerta de la recámara.

Yoseob estaba más que bien. Su sangre bombeaba rápidamente, oía su corazón en sus oídos y sus palmas estaban sudando.

Si, estaba más que bien. —Si.

 

—No quiero forzarte a hacer nada. Esta es tu elección -dijo Doo Joon cerrando la puerta detrás de ellos.

—No me estás forzando. —Yoseob vio alrededor del cuarto.

¿Debería desvestirse o esperar a que Doo Joon hiciera el primer movimiento?

—Me alegra oír eso, tigre. —Doo Joon presionó su pecho contra la espalda de Yoseob. Podía sentir el largo pene de Doo Joon presionándose en su baja espalda. Yoseob tenía una urgencia de inclinarse y tomar sus tobillos, dejando que Doo Joon hiciera lo que lo complaciera.

Doo Joon apartó el cabello de Yoseob a un lado y besó su cuello mientras sus dedos se curvaban bajo la camiseta de Yoseob. Yoseob se estremeció cuando los labios de Doo Joon dejaron su piel y le quitó la camiseta por la cabeza. Doo Joon dejó la camiseta a un lado y entonces suaves dedos recorrieron los pezones de Yoseob.

La cabeza de Yoseob cayó hacia atrás al ancho pecho de Doo Joon. Sus manos en las caderas de Doo Joon.

 

—Me gusta jugar con tus pezones. —Doo Joon mordisqueó su

oreja.

 

—Siii —Yoseob siseó. No tenía ni idea de que fueran tan sensibles. A Hyeong Kon no le gustaba tomarse el tiempo de explorar su cuerpo.

Siempre era una jodida rápida y entonces su ex se rodaba y roncaba.

Doo Joon estaba ya mostrando que era un muy diferente tipo de amante. Un amante al que Yoseob rápidamente se estaba haciendo adicto y ¡el hombre sólo estaba jugando con sus pezones!

Yoseob gruñó cuando las manos de Doo Joon dejaron su pecho y comenzó a desabrochar sus jeans. Rápidamente se quitó los zapatos, curvó sus dedos mientras Doo Joon bajaba sus jeans y ropa interior. —Levanta tu pie.

Yoseob hizo lo que Doo Joon le pidió. Estaba de pie desnudo mientras Doo Joon le quitaba sus jeans y ropa interior y calcetines. Doo Joon lanzó la ropa a un lado y se puso de pie. Yoseob no estaba seguro de por qué, pero el tener a Doo Joon detrás de él completamente vestido, con la tela rozando su piel desnuda, emocionó a Yoseob. Se sentía erótico y prohibido por alguna razón y lo estaba llevando a la locura.

—Eres hermoso, tigre. —Las manos de Doo Joon recorrieron los costados de Yoseob, sus uñas raspaban ligeramente la piel de Yoseob. Toda la piel de su cuerpo estalló en piel de gallina. Doo Joon lo circuló, tomando las manos de Yoseob y guiándolo a la cama—. Acuéstate.

Yoseob subió a la cama y se acostó sobre su espalda, viendo a Doo Joon. Tenía una urgencia de cubrir su ingle pero Doo Joon se inclinó y separó más sus piernas. —Tienes un lindo pene.

Yoseob podía sentir su cuerpo temblar cuando Doo Joon se arrodilló frente a él y tomó su pene dentro de la boca. —Oh infiernos. —Yoseob jadeó por aire, sus dedos se aferraban a lasm mantas mientras la lengua de Doo Joon giraba alrededor de la cabeza de su pene.

Doo Joon empujó las piernas de Yoseob hacia atrás y usó una mano para jugar con el agujero de Yoseob mientras tomaba más del pene de Yoseob en su boca.

Euforia, es lo que Yoseob estaba sintiendo. Nadie nunca se había tomado el tiempo para mostrarle tanto placer. Buen Dios, él oficialmente había perdido la cabeza.

Yoseob vio a Doo Joon tomar la botella de lubricante del cajón y entonces destaparla y verter algo de líquido entre sus dedos antes de lanzar la botella a un lado. Él sabía lo que iba a venir y arqueó su cuerpo para eso. Gimió cuando los dedos de Doo Joon se insertaron en su ano.

Doo Joon usó su otra mano para rodar las bolas de Yoseob en su mano mientras veía a Yoseob. —Hay algo que debes de saber antes de que te tome —dijo Doo Joon mientras veía el cuerpo desnudo de Yoseob.

—¿A–ahora dices algo? —Por favor, no dejes que cambie de opinión.

 

Doo Joon se rio, torturando a Yoseob con una hermosa sonrisa.

 

Doo Joon insertó otro dedo antes de continuar. —Si te tomo, estaremos enlazándonos de por vida. Eso es lo que es ser una pareja. Tú serás la otra mitad de quien soy.

—¿Cómo sabes eso? —Yoseob preguntó mientras los dedos de Doo Joon rozaban su dulce punto, haciendo que sus caderas saltaran y él gimiera.

—Los were-criaturas saben quién es su pareja correcta. Sentimos la atracción hacia esa persona, una profunda necesidad que no nos permite alejarnos. Eres mi otra mitad, Yoseob. —El sensual timbre de la voz de Doo Joon se hundía en él mientras un tercer dedo era insertado.

 

—No quiero ser lastimado de nuevo, Doo Joon. —Yoseob jadeó mientras sus dedos se aferraban fuertemente a las sábanas—. No quiero salir huyendo de alguien debido a su ira.

Los ojos de Doo Joon se abrieron más y sus labios se tensaron.

—Nunca pondría una mano en ti, y mataría a cualquier que sea lo suficientemente imbécil para intentarlo —dijo con convicción.

Yoseob rodó las caderas empalándose en los dedos de Doo Joon. —Entonces hazme el amor.

Las aletas de la nariz de Doo Joon se movieron y su mandíbula se tensó mientras retiraba los dedos y rápidamente se quitaba la ropa. Subió a la cama y empujó a Yoseob más cerca de la cabecera mientras alineaba su pene. —¿Estás seguro de que lo quieres? No hay vuelta atrás.

—Todo lo que sé es que quiero que me hagas feliz. r13;Yoseob gritó cuando Doo Joon entró en él.

—Yoseob —Doo Joon gruñó mientras aun lo sostenía, todo su cuerpo temblaba. Yoseob vio a Doo Joon asombrado. Tensos y bronceados músculos sobre él. Ese era el hombre con el que podía verse pasar el resto de su vida. Doo Joon lo miró con esos hermosos ojos grises, haciendo que cada parte de Yoseob se derritiera.

Las caderas de Doo Joon comenzaron a moverse, enviando a Yoseob dentro de un remolino de emociones. Su agujero se estiraba asombrosamente mientras Doo Joon lo tomaba. Yoseob se enderezaba rasguñando a Doo Joon mientras su amante, su pareja, se empujaba dentro de él. Sus muslos temblaban mientras Doo Joon golpeaba su culo. El pene de Yoseob se balanceaba mientras su cabeza caía hacia atrás y abría los labios. Con esos poderosos músculos Doo Joon empujaba el pene profundamente.

Doo Joon se apoyó en sus manos y besó a Yoseob como si fuera  su  siguiente  respiración.  Yoseob  envolvió  sus  piernas alrededor de la cintura de Doo Joon, queriendo sentir su eje más profundamente dentro de su culo. Doo Joon lo llenaba hasta el punto de que Yoseob podía sentir cada nervio del pene de Doo Joon en él.

—Oh, tigre. Te sientes tan malditamente bien —dijo Doo Joon mientras rompía el beso. Yoseob pasó sus manos a través del sedoso cabello negro de Doo Joon mientras levantaba más su culo. La cama comenzó a golpear contra la pared mientras Doo Joon se empujaba como taladro neumático dentro de él. Podía sentir el hormigueo del sudor bajar por la línea del cabello de Doo Joon.

Una onda eléctrica lo recorrió, subiendo por la columna de Yoseob mientras sus bolas se pegaban a su cuerpo. Yoseob gritó cuando su pene hizo explosión. Veía luces brillantes detrás de los párpados mientras gritaba.

Doo Joon se tensó, rugió y llenó a Yoseob con su semilla. Podía sentir el pene de Doo Joon pulsando dentro de su culo mientras se corría regresando a la realidad. Su cuerpo se estremeció sensiblemente mientras las manos de Doo Joon lentamente trazaban los muslos y abdomen de Yoseob.

Nunca en su vida había sentido algo tan malditamente bueno. Doo Joon lo veía fijamente mientras él trataba apenas de sostener algo de cordura.

La espalda de Yoseob cayó a la cama, su piel cubierta con una brillante capa de sudor mientras Doo Joon seguía jadeando. Yoseob sabía de hecho que el grueso pene de Doo Joon seguía pulsando dentro de su culo.

Yoseob ahora no podía unir dos palabras, su pensamiento dejó de preguntarse por qué. Su cuerpo zumbaba completamente y Yoseob planeaba disfrutar eso.

Doo Joon cubrió de pequeños besos la cara de Yoseob mientras  se acomodaba  en cucharita  detrás  de él,  jalándolo cerca    mientras  seguían   conectados. Bostezó, demasiado cansado debido al explosivo sexo.

—Duerme, tigre. Ahora estamos emparejados. Nadie te lastimará de nuevo —oyó la profunda y aguardentosa voz de Doo Joon murmurarle mientras se quedaba dormido.

 

 

Yoseob se movía en la silla de la cocina, mientras trataba de comer su desayuno. Doo Joon lo había tomado dos veces más en la noche y ahora parecía que su culo gritaba en protesta por estar sentado en la dura silla de madera. Doo Joon sonrió recordando cómo Yoseob se había entregado libremente anoche.

Lee Joon se reía mientras rodeaba la mesa con un pequeño cojín. —Esto puede ayudar. —Se lo dio a Doo Joon.

Los Moon aprendieron rápidamente esa mañana que Doo Joon era muy posesivo. Lo había impactado cuando Hoon palmeó el hombro de Yoseob y Doo Joon casi le arranca el brazo. Doo Joon había oído que los osos atravesaban un caliente emparejamiento, pero maldición. Se sentía dolorido y agresivo como el infierno. Era como si no pudiera sentarse ante la mesa calmadamente mientras seis hombres rodeaban a su pareja.

Familia o no, estaba listo para gruñir su  posesividad.

 

—Creo que podría ser mejor si Yoseob se queda aquí hoy mientras tú revisas los sitios de trabajo —dijo Pa mientras le daba un trago a su café—. Si alguien se acerca a tu pareja, probablemente intentes matarlo.

Yoseob levantó la cabeza ante las palabras de su padre. Doo Joon sabía que era verdad. No se sentía tan agresivo cuando era su padre el que estaba alrededor de Yoseob. Quizás eso sería una buena idea. Doo Joon tomó una profunda respiración mientras se terminaba sus pancakes. Era domingo, un día de descanso, pero él quería revisar las casi terminadas obras en la tienda de motocicletas y el Centro de Ayuda.

—¿Estaría bien si uso la casa de invierno? —le preguntó a su padre mientras levantaba la taza de café. Era un buen día para estar lejos.

Quizás cuando terminara de revisar los lugares de trabajo, podría llevar a Yoseob por un largo paseo por el campo. Ellos seguían siendo propietarios de la casa de la que se habían mudado. No se había logrado vender así que Doo Joon no veía ningún problema en conducir algunas horas esta mañana para alejarse con su pareja.

—No, necesita ser ventilada. Ve —Pa le contestó mientras limpiaba su plato.

Doo Joon se recargó y apoyó su brazo en el respaldo de la silla de Yoseob, sintiéndose un poco mejor ahora que tenía su agenda para el día. Su humor comenzó a aligerarse mientras levantaba los platos del desayuno y los llevaba al fregadero. Una vez que los enjuagó los dejó en el lavavajillas.

Doo Joon notó la tensa manera en la que se sentaba Yoseob y se preguntó si era a causa de hacer el amor anoche. Una sonrisa se formó en sus labios cuando pensó en tener a Yoseob de nuevo entre sus brazos.

Había sido divertido, excitante y francamente el paraíso estar con su pareja, Doo Joon tomó una toalla de papel, se limpió la boca y la tiró al bote de basura. Primero lo primero, tenía que ir a revisar las construcciones.

—No me tardaré. —Se inclinó y le dio un rápido beso en los labios a Yoseob. Sus hermanos se reían mientras Doo Joon se enderezaba y se dirigía a la puerta del frente. Podía estar en un caliente emparejamiento, y el pensar en dejar a Yoseob no le sentaba bien. Quería preguntarle a su pareja si quería acompañarlo, pero su Pa tenía razón sobre su temperamento ahora y no quería que Yoseob se sintiera abrumado. Ellos habían pasado mucho tiempo juntos. Las parejas necesitaban espacio para respirar. Él no lo necesitaba, pero Yoseob era humano. Seguramente su pareja lo necesitaba.

—Espera —Yoseob llamó a Doo Joon cuando llegó al porche. Se giró y vio la seria expresión de su pareja. Los instintos protectores de Doo Joon lo golpearon, vio alrededor en busca de algún peligro. Cuándo no vio nada, vio de nuevo a Yoseob.

—¿Qué sucede, tigre?

 

Yoseob veía hacia sus zapatos. Doo Joon había notado el pobre estado en el que se encontraban. Iba a tener que llevar a su bebé de compras. El Centro de Ayuda le había donado ropa a Yoseob, lo que Doo Joon agradecía, pero él podía cuidar de su pareja. Quizás de regreso podría detenerse en algún lugar y conseguir algo de ropa nueva.

Yoseob levantó la mirada hacia Doo Joon, lágrimas brillaban en sus ojos.

—¿Por qué me dejas?

 

La cabeza de Doo Joon se fue hacia atrás. ¿De qué en la tierra estaba hablando Yoseob? —No te dejo, tigre. De hecho estaba pensando en preguntarte si querías acompañarme.

Las cejas de Yoseob se juntaron con confusión. —Pero le acabas de preguntar a Pa si puedes usar la casa de invierno.

La luz parpadeó en la cabeza de Doo Joon. Quería carcajearse, pero la expresión de malestar en Yoseob evitó el acto. —Quiero que nosotros la usemos.

 

—Oh. —Ahora Yoseob se veía incluso más molesto. Doo Joon se preguntaba si podría llegar a entender a los humanos. Ellos eran una raza complicada.

—¿Por  qué  sigues  viéndote  como si fueras a llorar?

-;preguntó suavemente.

 

Yoseob se tensó, entrecerró los ojos y miró a Doo Joon. —Yo no voy a llorar.

Wow, su pareja se veía enojado. El pene de Doo Joon empezó a llenarse.

Amaba un desafío, especialmente cuando era con su pareja. Eso era caliente como el infierno. —Dime qué sucede, Yoseob.

 

—No importa —Yoseob dijo molesto. Doo Joon se  encendió más.

 

—Dime, Yoseob —advirtió.

 

—O qué, ¿vas a golpearme?

 

Doo Joon estaba abrumado. Nunca en su vida se había enojado tan rápidamente. ¿No le había prometido a su pareja que nunca lo tocaría enojado? Doo Joon estaba tan enojado que podría masticar clavos. Quizás él necesitaba algo de tiempo consigo mismo. Necesitaba calmarse antes de decir algo de lo que se arrepentiría. Sabía que era un reflejo de lo que Yoseob había atravesado. Pero mierda dolía como el infierno.

—¿Eso es lo que crees? ¿Crees que te pondría la mano sólo porque tenemos un desacuerdo?

Yoseob se veía como si hubiera perdido algo de su valor. Sus hombros se hundieron mientras se encogía de hombros. —¿Lo harías?

 

Doo Joon apretó las mandíbulas y se giró en el porche. —Si es lo que crees de mi. —Salió como tromba rumbo a su camioneta, subió y cerró la puerta. El motor cobró vida y Doo Joon aceleró saliendo al camino. Él no era un monstruo, y no le gustaba que Yoseob lo viera como uno.

Doo Joon se dio cuenta de que su ira estaba disminuyendo.

Nunca quería ver a su pareja con miedo, Y Yoseob lo tenía. Ayudó mucho un agradable recorrido por el campo.

 

 

 continuara..

Notas finales:

dejen rw

 

 


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