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24. El viaje de Yoseob (20) por dayanstyle

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Yoseob estaba de pie en el porche sintiéndose siete veces estúpido. Sabía que lo que Hyeong Kon le había hecho no era como la mayoría de los hombres actuaban. Su padre era una prueba de eso. Yoseob también se dio cuenta que él había tomado su experiencia del pasado contra Doo Joon. ¿Por qué se puso rápidamente a la defensiva cuando Doo Joon le preguntó sobre las lágrimas? Hyeong Kon lo ridiculizaba por ser blando. Eso fue un disparador sobre el cual tenía que trabajar.

—Sólo deja que se calme —Chansung dijo saliendo al porche—. Un hombre tiene su orgullo, sabes. Y acabas de acusar a tu pareja de abusador.

—¿Siempre escuchas las conversaciones ajenas? —Yoseob gruñó.

—Esta es mi casa, sabes. La última vez que revisé, se me permitía estar en donde quisiera.

—¡Eso no quiere decir que tengas derecho a escuchar conversaciones ajenas!

—¡Yo no estaría escuchando conversaciones ajenas si no actuaras como un completo idiota!

—Jódete.

 

—Oh, eso es original.

 

Yoseob se dejó caer en el columpio y apoyó la cabeza en sus manos.

 

—Veo lo que tratas de hacer, pero eso no ayuda. No voy a usarte para ventilar mi ira.

—Tenía que intentarlo. — Chansung se apoyó en el barandal del porche.

Yoseob se frotó la cara y miró a Chansung. —Creo que necesito seguir con la terapia. Lo que Hyeong Kon me hizo me afectó más de lo que pensé.

—Puedo matarlo por ti.

 

Yoseob se quedó con la boca abierta. —No puedes  hacer eso.

 

—¿Por qué no?

 

—Porque no serías mejor que él si lo hicieras —Yoseob puntualizo—. Además, matarlo no va a solucionar mis problemas.

—Temes que te deje atrás. Puedo decirlo por tu conversación. Y la respuesta es no. No trataba de escuchar. Sólo salí a ver si querías dar un paseo.

—¿Un paseo?

—No cambies el tema.

—No tengo problemas con el abandono.

—Puedes engañarme.

—Temo hacer algo malo y que mi pareja me levante el puño con ira. Sólo porque nunca viví solo no significa que tema estar solo.

Chansung se puso en cuclillas viendo directamente a los ojos a Yoseob. —Déjame decirte algo. Un shifter espera toda su vida encontrar a su pareja. No hay nada en la tierra que no haríamos por nuestras parejas. Doo Joon puede golpearte tanto como podría cortarse el brazo.

 

—¿En serio?

 

—Créeme, eres afortunado. Al menos no eres la pareja de un jodido vampiro.

—¿Vampiro? —Yoseob se estremeció.

 

—¿Te estremeces sólo por la palabra vampiro?

 

—¿H–hay vampiros?

 

—Nos rodean.

 

A Yoseob se le nubló la vista mientras caía del columpio. Su último pensamiento era que necesitaba una nueva perspectiva de la vida.

 

 

Doo Joon se orilló en el camino y giró la camioneta. No podía dejar las cosas de esa manera con su pareja. El miedo de Yoseob lo golpeaba, y Doo Joon debería de haber sido un poco más comprensivo. Se sentía como una rata bastarda.

Ellos podrían disfrutar su domingo en el camino, si Yoseob pudiera perdonarlo. Doo Joon llevó la camioneta por el camino de tierra, cuando detuvo la camioneta vio a todos los chicos en el porche del frente. Doo Joon salió de la camioneta, cerró la puerta y cruzó el jardín. ¿Qué infiernos estaba sucediendo?

Sus hermanos se apartaron del camino de Doo Joon cuando subió los escalones y vio a su pareja desmayada en el columpio.

—¡Qué jodidos sucedió!

 

Los caninos de Doo Joon atravesaban su encía mientras rugía y caía de rodillas frente al columpio.

 

Revisó el pulso de Yoseob, aliviado de que era bueno y fuerte.

Estudió a su pareja viendo cómo la brisa jugaba con el largo cabello sobre la cara de Yoseob. Doo Joon lo hizo a un lado, sintiéndose como el mas grande imbécil. ¿Le habría hecho esto a su pareja? ¿Yoseob se habría desmayado a causa de que Doo Joon se había enojado? La culpa lo inundaba cuando su tigre gimió.

Yoseob lentamente abrió los ojos viendo que todos alrededor lo veían fijamente. Gimió y cubrió los ojos con su brazo.

—No de nuevo.

 

Los caninos de Doo Joon retrocedieron mientras jalaba a Yoseob a sus brazos. —Mírame, tigre.

—Infiernos no.

 

Doo Joon se apoyó en sus talones y dejó sus brazos en sus rodillas. Vio el suelo del porche, notando que el gris podía necesitar otra capa de pintura.

—¿Se fueron? —Yoseob murmuró.

 

—No, aun estamos aquí. —Lee Joon se reía—. Queríamos asegurarnos de que estés bien antes de que a tu pareja le de un maldito ataque cardíaco.

Yoseob gruñó y se rodó, dándole la espalda a todo el mundo.

Doo Joon pasó su mano por la espalda de Yoseob. —No hay nada de lo que tengas que avergonzarte.

Oyó a sus hermanos reírse disimuladamente. Doo Joon miró sobre su hombro, entrecerrando los ojos hacia ellos. —¿No tienen algo más que hacer?

—Tú le quitas al ‘D’ toda la diversión — Chansung gruñó mientras los seis entraban a la casa.

 

—Ahora estamos solos —dijo Doo Joon jalando a Yoseob de las presillas del cinturón, tratando de que su pareja se girara. Doo Joon dejó salir un ligero suspiro cuando Yoseob no se movió.

Se puso de pie, tomó las piernas de Yoseob levantándolas y entonces tomó asiento, bajando las piernas de su pareja mientras veía a su consciente hombre. —Todos tenemos mecanismos de defensa para tratar situaciones con gran estrés. Tu cerebro lo maneja desconectándose.

—Eso no ayuda —Yoseob murmuró mientras se movía hasta quedar acostado sobre su espalda y veía a Doo Joon con esos hermosos ojos verdes.

—No quise gritarte, lamento que te hayas desmayado por eso. —Doo Joon tomó la mano de Yoseob entre las suyas y comenzó a pasar su pulgar por la suave piel. Tendría que recordar en el futuro mantener el tono cuando se enojara con Yoseob. Esperaba que con el tiempo el disparador en las discusiones con su pareja desapareciera.

—¿Qué? —Yoseob levantó la parte superior de su cuerpo y se apoyó en su codo—. No, no me desmayé por eso.

El pulgar de Doo Joon se detuvo. ¿Si Yoseob no había tenido una reacción adversa a lo que sucedió, entonces qué infiernos había sucedido? —¿Entonces por qué te desmayaste? —Si uno de sus hermanos le había hecho algo a su pareja, eso iba a causar graves problemas en la casa Moon.

— Chansung —Yoseob gruñó señalando con la mano la puerta-, me dijo que había vampiros por los alrededores.

La presión arterial de Doo Joon se fue al techo. Uno de estos días él iba a patear sus traseros. No tenían derecho a asustar a su pareja.

 

—Estoy deduciendo de esas conversaciones que hay todo tipo de were-criaturas en el mundo.

Doo Joon movió el pie y el columpio comenzó a moverse de adelante hacia atrás mientras él veía el jardín. —Las hay.

—Al menos ahora estoy preparado para eso. —Yoseob bajó su cuerpo acomodándose en la mecedora—. ¿Hay algo más que deba de saber?

—Usa tu imaginación.

 

Yoseob lo miró fijamente por un momento y entonces sacudió la cabeza. —Ni siquiera quiero saber —dijo cubriendo sus ojos con su brazo.

Doo Joon jaló la camisa de Yoseob. —Al menos ahora estás preparado para eso. ¿No es lo que acabas de decir?

—No puedes lanzar mis palabras contra mí en momentos como este. Eso no es justo.

Doo Joon sonrió cuando Yoseob hizo un puchero. Su pareja se veía contrariado acostado ahí. —¿Por qué no te sientas en mi regazo, tigre? —Doo Joon palmeó sus muslos. Anoche parecía tan lejos. Quería conectarse con su pareja, incluso si estaban sentados en el porche.

—Sólo quieres sexo.

 

—¿Qué hay de malo en eso? —Podía sentir el calor del emparejamiento subir a su ingle. Doo Joon necesitaba liberarse pero mantenía en su mente que su pareja era humana.

Yoseob se ruborizó mientras gateaba hacia Doo Joon. Su pareja se veía caliente como el infierno en sus manos y rodillas. Doo Joon quería detenerlo y deslizarse detrás de él. Qué mal que estuvieran en el porche.

 

Doo Joon curvó sus manos dentro de la camisa de Yoseob mientras su pareja rodeaba los muslos de Doo Joon. —Así me gusta más. —Doo Joon circuló sus brazos alrededor de Yoseob, sosteniendo a su pareja que apoyaba la cabeza en el pecho de   Doo Joon. Notó oscuras nubes moviéndose en el cielo y maldijo. Ahí se iba su paseo del domingo.

La mano de Doo Joon se movía de arriba abajo por la espalda de Yoseob mientras veía la brisa aumentar. Comenzó a ser tan fuerte que las hojas en los árboles se movían con ferocidad. Se sentía bien en la piel. Se aproximaba una tormenta que refrescaría todo. Doo Joon inclinó la cabeza y disfrutó la brisa.

—Creo que viene una tormenta —dijo Yoseob levantando la cabeza y viendo alrededor.

—Entonces podemos continuar esto adentro. —Doo Joon vio un relámpago iluminar el cielo, seguido por un estruendoso trueno—. Vamos, tigre. —Doo Joon ayudó a su pareja a ponerse de pie mientras Doo Joon se levantaba—. Entremos.

Yoseob lo siguió de cerca mientras Doo Joon lo guiaba hacia la puerta de malla. Sus hermanos estaban en los sofás viendo el canal del clima.

—Metan los caballos en el establo antes de que llegue la tormenta —Pa ordenó mientras entraba en la sala—. Y revisen a Bella. Su abdomen se está suavizando así que está cerca de dar a luz.

Doo Joon vio a sus hermanos salir de la casa. Pa sacudió la cabeza. —Trato de dejarles libre el domingo, pero con la tormenta cerca y él bebe de Bella cerca… —Pa sacudió la cabeza de nuevo y se puso su sombrero  en la cabeza antes   de dirigirse a la puerta del frente—. Quédate aquí con Yoseob —le dijo a Doo Joon antes de salir.

—No entendí una palabra de lo que dijo —dijo Yoseob viendo hacia la puerta del frente.

—Uno de los caballos está cerca de dar a luz. Eso es el foaling que te explicamos.

Yoseob inclinó la cabeza y vio a Doo Joon. —¿Entonces por qué sólo no dijo eso?

Doo Joon pasó la mano por el cabello de Yoseob mientras se reía. —Lo hizo.

Yoseob cerró los ojos y se apoyó al toque de Doo Joon. Doo Joon lo veía asombrado. Nadie nunca había reaccionado a su  toque de esa manera.

Se estaba enamorando duro de Yoseob. Sólo porque un shifter encontrara a su pareja, no significaba amor instantáneo. Pero Doo Joon sentía que su pecho se oprimía al ver esos hermosos ojos verdes y esa cara.

—Subamos. —Doo Joon caminó hacia las escaleras, sintiendo que su corazón latía sin control cuando Yoseob lo siguió. No creía que pudiera tener suficiente del delicioso cuerpo de Yoseob, era pálido y suave, casi lampiño. Yoseob era un banquete para su mirada y una obra de arte desnudo. La anticipación de Doo Joon de tener a su pareja de nuevo lo hacía prácticamente correr escaleras arriba.

Doo Joon abrió la puerta de su recámara y jaló a Yoseob al interior.

Su pene estaba tan duro que era doloroso. Jaló a Yoseob frente  a  una  silla  situada  en  una  esquina  y  tomó asiento.

-Desnúdate para mi, tigre.

 

No creía que su tímida pareja podría hacerlo, aunque tenía esperanza.

Yoseob no parecía muy conocedor del sexo, lo que intrigaba a Doo Joon. Su pareja acababa de salir de una relación, ¿no debería de tener más experiencia?

 

Doo Joon gruñó bajo cuando Yoseob pateó sus zapatos quitándoselos y entonces se quitó los calcetines. Él estaba ligeramente decepcionado cuando Yoseob comenzó a quitarse la camisa. «Faltaba mucho para ser un show de strippers».

Su boca se quedó abierta hasta el pecho cuando Yoseob comenzó a mover sus caderas mientras abanicaba la camisa. Se la lanzó a Doo Joon mientras se paseaba contoneándose por el cuarto y tomó uno de los cuatro postes de la cama. Santa jodida. Lo estaba haciendo. Doo Joon rápidamente se quitó las botas y desabrochó su cinturón y entonces desabrochó sus jeans. Se los quitó viendo a Yoseob tomar el poste y mover sus caderas adelante y atrás.

Su pene golpeó contra su abdomen mientras lanzaba los jeans a un lado y se quitaba la camisa. Doo Joon palmeó su pene mientras veía a Yoseob seductoramente bajarse sus pantalones. Su boca se hizo agua cuando Yoseob se inclinó y se quitó los jeans y su pequeño y rosado premio le hacía un guiño. Le tomaría dos segundos dejar la silla. Le tomó todo lo que tenía quedarse sentado. A Doo Joon no le importó qué tan torpes fueran los movimientos de Yoseob, eso era absolutamente invaluable.

Yoseob levantó una pierna a la cama y comenzó a rodear el poste. Se deslizaba de arriba abajo mientras su cabeza se caía hacia atrás, sus labios abiertos como si fuera la más erótica danza. Presemen se deslizaba por un lado de su pene mientras Doo Joon veía a Yoseob, sintiendo que estaba en trance.

Yoseob se inclinó y colocó las manos en el suelo abriéndose totalmente entonces se giró y presentó su culo hacia Doo Joon.

 

-Mierda, tigre. Trae tu culo aquí. —Doo Joon tomó la base de su pene mientras se oían los truenos afuera.

Yoseob lentamente se contoneó de regreso a él, subiendo al regazo de Doo Joon con una traviesa sonrisa en su cara. -¿Cómo lo hice?

Amaba el fuego en la mirada de Yoseob. Eso le decía a Doo Joon que su pareja estaba tan encendido como él lo   estaba.

—Perfecto, bebé.

 

Yoseob se ruborizó mientras se inclinaba y tomaba los labios de Doo Joon en un beso que lo hizo gemir y rodear la cintura de su pareja. Amaba cuando Yoseob era audaz. Yoseob salió de su regazo y caminó girando las caderas al cajón en donde tomó el tubo de lubricante y regresó al regazo de Doo Joon.

Doo Joon veía asombrado cómo Yoseob lubricó sus dedos, se inclinó hacia adelante y estiró su propio agujero. Apretó el agarre en su pene antes de perder su carga. Nunca en su vida había mantenido su atención, estaba completamente fascinado con lo que Yoseob hacía.

Doo Joon se recargó manteniendo su mirada en Yoseob y cada movimiento que hacía. Se lamió los labios y su respiración comenzó a ser jadeante. ¿Qué haría Yoseob después? No podía esperar a descubrirlo.

Yoseob veía a Doo Joon bajo sus largas pestañas. Sus ojos eran seductores, pero Doo Joon vio un tinte de miedo en ellos. ¿A qué le tenía miedo su pareja? ¿Al rechazo? No había manera en el infierno de que Doo Joon fuera a rechazar una maldita cosa de lo que hacía Yoseob. —Por favor no te detengas —gruñó mientras Yoseob pasaba su mano lubricada por el fuertemente engrosado pene de Doo Joon.

El miedo dejó la mirada de Yoseob cuando levantó su trasero, esperando por el pene que Doo Joon ofrecía. Se  empujóhacia adelante viendo asombrado cómo Yoseob lentamente se empalaba. La cabeza de Doo Joon cayó hacia atrás y se le escapó un gemido de los labios, el apretado ano de Yoseob lo estaba llevando a la locura.

—Jódete, tigre —rogó.

 

Yoseob apoyó las manos en el pecho de Doo Joon y comenzó a moverse de arriba abajo. El duro pene de su pareja estaba golpeando a Doo Joon y hacía que el suyo pulsara con la vista.

—Eso es, bebé, móntame. —Doo Joon apoyó sus manos en las caderas de Yoseob, la lujuria que sentía en el cuerpo de su pareja aumentaba el placer en el suyo. Doo Joon deslizó las manos hacia abajo y acunó los muslos de Yoseob ayudando a su pareja.

—Mastúrbame —Yoseob gritó enterrando sus uñas en la piel de Doo Joon.

Doo Joon rápidamente tomó el pene de Yoseob y comenzó un frenesí de jalones, sintiendo la sedosa piel brillar sobre el duro eje. Yoseob empezó a jadear en busca de aire mientras levantaba la cara.

—¡Doo Joon! —gritó cuando chorros de semilla cayeron sobre el pecho de Doo Joon.

Los músculos del esfínter de Yoseob se apretaron, ordeñando casi dolorosamente su pene. La cabeza de Doo Joon  cayó hacia atrás y él gritó hacia el techo.

Se oían los truenos de afuera mientras una fuerte capa de lluvia golpeaba el techo.

Parpadeó preguntándose si todo esto era un sueño, porque Yoseob era demasiado bueno para ser verdad. No había manera de que el destino le hubiera elegido a alguien tan delicado y aun así tan fuerte. Ellos se vieron a los ojos,  ambos luchando  por  respirar  mientras  Yoseob  tomaba  el cuello de Doo Joon y gritaba de nuevo.

Doo Joon enterró los dedos en las caderas de Yoseob mientras su pene comenzaba a suavizarse, su corazón latiendo fuera de control. Jaló a Yoseob hacia su pecho mientras la euforia lo inundaba. Doo Joon acarició el cabello de Yoseob y su espalda, murmurándole palabras de amor a su pareja.

—Me estoy acalambrando —Yoseob gruñó.

 

Doo Joon soltó la respiración, trató de estabilizar su corazón mientras se levantaba de la silla con las piernas de su pareja rodeando la cintura y subió a la cama, sosteniendo a Yoseob más cerca.

 

 

El príncipe Jaehyo veía desde el balcón cómo el shifter caminaba hacia la parte de atrás del club. Parecía que ese hombre había estado aquí antes. Si él no se equivocaba, y rara vez lo hacía, el nombre de ese shifter era Seung Jin, y él era nada más que problemas.

Los ojos de Jaehyo siguieron al shifter mientras se dirigía hacia Hong Bin, su segundo al mando. Preguntándose qué quería el hombre. Jaehyo sabía que era primo de Doo Joon. Y sabía que Doo Joon era un hombre pacífico.

Se inclinó ligeramente hacia adelante y vio la cara de Seung Jin llenarse de ira, movía las manos alrededor animadamente mientras hablaba con Hong Bin.

Jaehyo se recargó, preguntándose por qué el oso shifter estaba conversando con su segundo. Hong Bin veía aburrido cómo Seung Jin lo apuñalaba con el dedo. Jaehyo sonrió. Si Seung Jin no tenía cuidado su segundo podría usarlo como aperitivo.

Enderezó su camisa de seda cuando una mujer se acercó a él. —¿Puedo servirte, príncipe?

Ella era una gran tentación. Muy grande. Tenía grandes senos y largas piernas que tentarían a cualquier hombre. Lo único que lo detenía era el simple hecho de que Jaehyo sabía quiénes era sus parejas, ambas, y se sentía impaciente porque se había contenido de reclamarlos.

Sabía que ellos necesitaban tiempo, sabía lo que les había sucedido.

Aunque pronto, muy pronto, él no iba a ser capaz de seguir lejos de ellos. —Quizás en otro momento, mi dulce. —Jaehyo no tenía edad para ser impaciente. Pronto tendría a sus parejas.

Ella hizo un puchero y se alejó, girándose y bajó las escaleras. Los ojos Jaehyo fueron de nuevo hacia el shifter.

Ahora hablaba con otro vampiro. Jaehyo limpió su mente y la abrió para escuchar la conversación.

—No sé por qué no quieres hacerlo.  Puedo pagarte

-Seung Jin dijo con ira.

—El dinero no me interesa. Tengo suficiente. Encuentra a un hombre virgen que sea puro de corazón y podré considerar tu oferta. —Tae Yong  le sonrió al shifter. Jaehyo sabía que lo que el vampiro pedía era raro de encontrar. Inteligente  movimiento.

—¿Qué? ¿Dónde jodidos se supone que encuentre algo como eso? —Seung Jin gritó.

Tae Yong  mostró los colmillos, haciendo que el shifter retrocediera. —No te daré una mierda hasta que me des lo que quiero, ve y jódete.

 

Jaehyo se puso de pie y se apoyó en el barandal viendo a Seung Jin aproximarse a uno de los vampiros jóvenes. Esta vez oyó la conversación completa.

—¿Puedes convertir a un humano por mi?

 

Esa era una imposible solicitud. El único que podía convertir a alguien en vampiro era uno de los antiguos. Jaehyo nunca podía entender cómo los vampiros de su raza se volvieron rebeldes. Le dolía el corazón cada vez que tenía que matar a uno de esos bastardos.

Pasó la mano por el barandal mientras se acercaba a las escaleras. Esta conversación había ido demasiado lejos. Sus jóvenes vampiros estaban perdidos con el shifter dirigiéndose a ellos ahora. Si no sacaba a Seung Jin del club, él podría dejar el club en pedazos. Aunque eso podría ser algo bueno, realmente le agradaba Doo Joon. Jaehyo sacudió la cabeza. ¿Se estaría suavizando con la edad? Aunque se veía bastante joven, se sentía viejo a sus dos mil años.

—¿Qué debo de hacer con él? —Hong Bin preguntó apareciendo al lado de Jaehyo.

Jaehyo siguió al lado de Hong Bin caminando entre los cuerpos que bailaban en la pista mientras se acercaba al shifter. Caminó lentamente, sus ojos fijos en su presa. Seung Jin estaba siendo un imbécil yendo hacia otro de los jóvenes vampiros, haciendo su mejor esfuerzo para solicitar ayuda en quien pudiera escucharlo.

—¿Hay algún problema? —Jaehyo preguntó, llegando junto a Seung Jin.

Los ojos del shifter se abrieron más mientras sacudía la cabeza negando y retrocedía. —No, Príncipe Jaehyo. Estoy disfrutando su club.

 

«Mentiroso».

 

Odiaba los mentirosos. Jaehyo deslizó sus manos dentro de sus bolsillos, viendo a Seung Jin con malicia. —En tanto te comportes —dijo Jaehyo en advertencia, asegurándose de que el shifter le entendiera.

Seung Jin giró sus fríos ojos, se encogió de hombros y se apartó.

—Aquí no hay problemas. —Jaehyo le sonrió al shifter, asegurándose de mostrarle sus desnudos colmillos.

—Nunca dije que tuviera uno. —Así que el hombre tenía consciencia de culpa. No sabía contra quién estaba Seung Jin conspirando, pero él no iba a permitir que nadie en su aquerrale fuera un peón.

Jaehyo envió un mensaje mental a su aquelarre advirtiéndoles que no trataran con el oso shifter. La gente se alejó de Seung Jin, todos le dieron la espalda.

—Creo que tu tiempo aquí terminó.

 

Seung Jin frunció el ceño mientras caminaba entre la concurrencia hacia la puerta del frente y salía como una tromba a la noche.

Jaehyo pasó su lengua por sus afilados colmillos, preguntándose si quizás debería encargarse del shifter y liberar al mundo de su mala semilla.

 

 continuara...

Notas finales:

O_O

 

 


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