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24. El viaje de Yoseob (20) por dayanstyle

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Notas del capitulo:

...

—¿Qué jodidos estás haciendo, Seung Jin? —Doo Joon le gritó a su primo, su voz hizo eco en la vacía tienda de motocicletas. Estaba más que enojado. La familia se suponía que se respaldaban unos a otros, no que se jodían.

—No sé qué infiernos te dijo ese loco vampiro. Yo estaba tratando de encontrar una relación, no es tu asunto.

Doo Joon pasó sus manos a través de su cabello. ¿Cómo había terminado con esa mierda como primo? Estaba cansado de limpiar sus líos. Eso tenía que terminar. Él tenía que madurar, rápido. Esta vez había ido demasiado lejos ¿Involucrar al príncipe? ¿Seung Jin habría perdido la cabeza?

—¿Por qué él mentiría? —JongIn preguntó mientras caminaba alrededor de la circunferencia de la tienda—. ¿Contra quién  conspiras?

Doo Joon cruzó los brazos contra su pecho, esperando oír la mentira que estaba seguro que su primo diría. El Alfa había llevado tres shifters con él, y no se veían muy amistosos.

Doo Joon sabía que el Alfa podría haber venido solo. Era más que capaz de manejar la situación. Trayendo a esos musculosos le decía a Doo Joon lo serio que esto era. Doo Joon temía que este era un lío del que no sería capaz de sacar a Seung Jin y quizás esta vez dejaría que Seung Jin limpiara sus propios líos, correr cada vez que su primo gritaba por ayuda lo estaba agotando.

—Te dije que fui buscando una relación en el club.

 

Doo Joon podía ver el sudor empezar a formarse en la cara de Seung Jin. Se sentía mal por él, pero su primo se había metido en este lío, uno más de la larga línea de líos. No había nada que él pudiera hacer. No si quería quedarse en la villa Kim. Doo Joon tenía que pensar en su pareja. Yoseob necesitaba una manada y la familia de Doo Joon lo protegía. No se arriesgaría a enojar al Alfa.

Los tres shifters se acercaron a Seung Jin mientras su primo seguía de pie orgulloso. Qué mal que eso no fuera algo bueno. Doo Joon sabía que eso no iba a terminar bien. —Si tengo que preguntarte una vez más, no te gustarán las consecuencias. —La voz de JongIn no se prestaba a discusiones, era baja y amenazadora.

—¿Sólo te quedarás parado ahí, Doo Joon? —Seung Jin le preguntó con miedo en la mirada. Su primo finalmente entendió la situación.

Doo Joon le había visto ese miedo antes, cuando Seung Jin sabía que había ido demasiado lejos.

Sacudió la cabeza. —Lo siento primo, pero tengo una pareja a quien  cuidar.

La cara de Seung Jin se retorció y gritó. —¿Eliges a un puto sobre mi?

Doo Joon cruzó el cuarto en segundos, tomó a su primo de la camisa y lo levantó del suelo. —Te advertí que no lo llamaras así

—le gruñó.

 

Seung Jin pateó, tratando de golpear las bolas de Doo Joon. Doo Joon movió su cuerpo y lanzó a su primo al otro lado del cuarto. Seung Jin rápidamente se puso de pie, corrió hacia Doo Joon, inclinó su cuerpo, listo para derribar a Doo Joon.

 

Doo Joon se giró, encajando su codo entre los hombros de Seung Jin, tumbándolo al suelo. —Detente —le gritó—. Sólo lo estás empeorando.

—Jódete, traidor. —Seung Jin se puso de pie, lanzándole un puñetazo a Doo Joon que falló por un pelo.

Doo Joon golpeó a Seung Jin en el plexo solar, sacándole el aire a su primo. Tomó su mandíbula y acercó su cara a un par de centímetros de la de su primo. —Mejor deja esa mierda ahora.

Doo Joon lo soltó y se giró hacia el Alfa. JongIn se movió más rápido que la velocidad del sonido, empujando a Seung Jin contra la pared y quitándole un cuchillo de plata de la mano. El Alfa lo lanzó hacia uno de los shifter. —Ya no eres bienvenido aquí. Recoge tu mierda y lárgate antes de una hora o un grupo saldrá a cazar tu cabeza.

Los ojos de Seung Jin estaban llenos de odio. Doo Joon se preguntaba por qué él nunca había visto eso antes. Vio a su primo inclinarse y tomar su cinturón de herramientas del suelo, caminó junto a Doo Joon, golpeándole el hombro mientras salía.

—Doo Joon. —JongIn se giró a verlo.

—No. Él solo se hizo esto. —Doo Joon colocó sus manos en las caderas, preguntándose como Seung Jin había terminado tan mal. Él había sido amado por sus padres que lo criaron. Infiernos, si él pudiera saber cómo el tipo se había convertido en una mala semilla.

—Adviértele a tu familia. Lo siento, pero no confío en él.

 

Doo Joon asintió, salió hacia el edificio de al lado para revisar a su pareja. Vio a Yoseob sentado en una silla al lado del nuevo escritorio que había llegado, sonriendo mientras ayudaba a Zelo. Su ira inmediatamente se drenó. Yoseob valía la pena por todo lo que había atravesado. Su pareja era amable, amoroso, y tenía un corazón compasivo.

—Hey, tigre —dijo suavemente mientras besaba la cima de la cabeza de Yoseob—. ¿Cómo está todo por aquí?

—Bien. Ayudamos a alguien a conseguir financiamiento en el taller de Eli hoy. —Yoseob le sonrió orgulloso—. Está bien, Zelo le ayudó, yo sólo contesté el teléfono.

—Pero lo hiciste muy profesionalmente. —Heechul, una de las parejas, se rio.

Doo Joon pasó su mano por la cabeza de Yoseob, inclinándose para recorrer con sus labios el rubio cabello. Lo apoyó un momento antes de besarlo de nuevo.

—¿Está todo bien? —Yoseob miró sobre su hombro a Doo Joon.

—Lo está ahora. —Doo Joon palmeó la nariz de Yoseob antes de salir. Tomó su celular y llamó a su casa para advertirles sobre Seung Jin.

—¿Cómo Seung Jin terminó convirtiéndose en una  mierda?

—dijo Chansung—. Pero no te preocupes, ustedes dos están seguros aquí. Nadie pasará sobre nosotros.

Doo Joon no estaba preocupado por él. Quería asegurarse de que Seung Jin no se acercara a Yoseob. Tenía la sensación de saber contra quién conspiraba su primo. La ira no tendría fin si su primo conspirara contra Yoseob. ¿Quién más estaba en su radar? Parecía que estaba molesto con su pareja desde que lo vio.

—Vamos, tigre. Vamos a casa. —Doo Joon se hizo a un lado mientras Yoseob se levantaba de la silla. Envolvió un brazo alrededor de los hombros de su pareja mientras se despedía de Heechul y Zelo. Esa era una agradable tarde y estaba perfecta para un paseo si no se preocupara por el imbécil de su primo que podría salir con una mierda.

Doo Joon se aseguró de que Yoseob estaba seguro antes de salir del Centro de Ayuda. Manejó a casa y se estacionó al lado de las otras camionetas y apagó el motor. —Necesitamos hablar.

 

Yoseob desabrochó el cinturón de seguridad y se giró. r13;Está bien.

 

Doo Joon dejó salir un suspiro. —Seung Jin fue expulsado del pueblo.

—¿Qué? ¿Por qué?

 

Doo Joon sonrió. Incluso aunque Seung Jin quería dañar a Yoseob, él aun estaba preocupado. —Él me atacó y trató de matarme con un chuchillo de plata.

La cara de Yoseob palideció y vio fijamente a Doo Joon. Lágrimas brillaban en sus ojos mientras cruzaba la consola del centro y sostenía con fuerza a Doo Joon.

—Estoy bien, tigre. —Frotó la espalda de Yoseob con sus manos—. Vamos adentro. Sólo quería que supieras que tenemos que vigilar nuestras espaldas.

Yoseob asintió mientras liberaba a Doo Joon y se secó los ojos.

—Puedo  hacerlo.  Él no era muy agradable cuando estaba pegado a Hyeong Kon. Siempre actuaba como si Hyeong Kon fuera su novio.

Doo Joon dudó, preguntándose si debería preguntar.

-¿Hyeong Kon te compartía? ¿Te pasaba a otros?

 

Yoseob colgó la cabeza moviendo preocupado las manos en su regazo. El corazón de Doo Joon dejó de latir esperando la respuesta de su pareja.

—Trató —dijo Yoseob suavemente—. Discutimos acerca de eso. Él dijo que si lo amaba debería participar. Me rehusé. No era algo que quisiera intentar. —Yoseob miró a Doo Joon, rogando con la mirada que Doo Joon entendiera. Él captó el mensaje.

—Sólo para que sepas, tigre. Yo no comparto. Nunca lo he hecho y nunca lo haré. —Pasó sus nudillos bajo el mentón de Yoseob antes de apretar su mano—. Entremos.

Doo Joon salió de la camioneta, Lee Joon llegó junto a ellos sobre uno de los caballos del rancho. —Oí que podremos patear algunos traseros —gruñó, haciendo que su caballo se moviera un poco.

—Oíste correctamente —dijo Doo Joon mientras Yoseob se les unía del otro lado. Doo Joon pasó su brazo alrededor de la cintura de su pareja, jalándolo mas cerca.

—Ensillé un caballo si quieres que tu pareja dé un paseo.

-Lee Joon le dio un guiño y giró el caballo de regreso al corral.

 

—¿Te gustaría eso? —Doo Joon vio a Yoseob.

—Nunca he estado en uno.

—Entonces vamos a cambiar eso —Doo Joon guió a Yoseob hacia el corral. Un hermoso caballo cuarto de milla estaba ensillado y esperando. Doo Joon tomó la cabeza acariciándolo antes de subir. Extendió la mano hacia Yoseob, su pareja lo veía con cautela antes de tomar la mano de Doo Joon y subir en la montura al frente de Doo Joon.

Tomó las riendas y guió al caballo detrás de Lee Joon. Había pasado un tiempo desde que había montado, pero sintió la misma sensación de libertad. Lo único mejor era cuando estaba en su forma de oso corriendo por el bosque.

—¿Estás seguro que es seguro? —Yoseob preguntó tensándose en los brazos de Doo Joon.

 

Doo Joon se reía y besó la sien de Yoseob. —Lo es.

 

Ellos cabalgaron durante una hora antes de regresar el caballo al establo.

Doo Joon agradeció a Lee Joon y entonces llevó a  su pareja al interior.

Yoseob corrió hacia las escaleras para tomar una ducha mientras Doo Joon entraba a la cocina. Pa estaba ahí sentado ante la mesa leyendo un libro y bebiendo café.

 

—Oí que tenemos problemas —dijo Pa dejando el libro a un lado.

 

—Nada que no pueda manejar. —Doo Joon tomó una taza y se sirvió café. Se sentó ante la mesa viendo el negro líquido.

—Quieres decir nada que nosotros no podamos manejar

-Pa lo corrigió—. ¿Desde cuándo Seung Jin es sólo tu problema, cachorro?

—Estoy tratando de que la familia no se invol… —Doo Joon se detuvo a la mitad de la oración cuando oyó que Yoseob gritaba. Salió corriendo con Pa detrás de él. Se encontró a dos de sus hermanos en el pasillo y subieron las escaleras corriendo.

Yoseob estaba en medio del cuarto parcialmente desnudo, sólo con sus jeans señalando al cuarto de baño con su tembloroso dedo y enormes ojos. Doo Joon cuidadosamente se acercó al cuarto de baño, cuidando sus pasos se asomó por la puerta. Cuándo no vio nada, vio sobre su hombro a Yoseob.

 

—A–araña —dijo Yoseob con una sufrida expresión mientras su cuerpo temblaba—. Odio esas cosas.

 

Chansung y Hoon se reían disimuladamente mientras Pa se carcajeaba. Doo Joon cruzó el cuarto y palmeó el trasero de Yoseob. —Me asustaste como el infierno.

—¿A ti? Cómo crees que me sentí cuando esa cosa trató de atacarme. —Yoseob se estremeció de nuevo—. ¿La mataste?

Doo Joon rodó los ojos, regresó al cuarto de baño y vio a la muy pequeña araña en la tina. La levantó en su mano y entró en la recámara, abrió la ventana y la lanzó afuera. —Está afuera.

—Mi héroe. —Yoseob movió sus pestañas antes de entrar al cuarto de baño. Doo Joon se quedó junto a la ventana viendo la  puerta del baño durante un momento. Oh sí, le gustaba cómo su pareja dejaba que su verdadero ser saliera.

—Los dejamos chicos. —Pa empujó a Chansung y Hoon afuera.

 

Doo Joon cerró la puerta, se desnudó antes de abrir la puerta del baño. Su pareja ya estaba en la ducha. Hizo la cortina a un lado, la vista le quitó el aliento al ver a Yoseob desnudo y húmedo.

Su cabello se pegaba a su piel, extendiéndose bajo cuello. Gotas de agua colgaban de sus pestañas mientras levantaba la vista para ver a Doo Joon.

Doo Joon entró a la ducha, levanto a Yoseob de la cintura y su pareja envolvió las piernas alrededor de él. Doo Joon bajó la cabeza y bebió agua del cuello de su pareja, lamiendo  el camino hacia los labios de Yoseob.

Yoseob se abrió para él, sus dedos trazaban la mandíbula de Doo Joon mientras jadeaba dentro de la boca de Doo Joon. La cabeza de su pareja cayó hacia atrás mientras la boca de Doo Joon exploraba la tentadora piel. Sus penes se besaban mientras Doo Joon era indulgente con el intoxicante sabor de la carne de Yoseob.

 

Las manos de Yoseob tomaron en un puño el cabello de Doo Joon, empujando sus bocas juntas mientras lamía los labios de su pareja, probándolo hasta que su pareja abrió la boca, permitiendo que la lengua de Doo Joon barriera su cálida y húmeda boca, saboreando la vida.

El cuerpo de Yoseob comenzó a moverse con un seductor ritmo, tentando cualquier restricción que Doo Joon pudiera tener. Sus dedos trazaron la columna de Yoseob hasta que tocó el estrellado agujero de su pareja, deslizó un dedo dentro y Yoseob gimió.

Otro dedo se unió al primero, causando que se tensara más fuerte en los hombros de Doo Joon. Yoseob le pertenecía en alma y corazón, su pareja le pertenecía.

Doo Joon retiró los dedos, alineó el pene y se hundió dentro de la más suave carne que incluso hubiera tocado.

Yoseob envolvió sus brazos alrededor del cuello de Doo Joon, empalándose  en el eje  de Doo Joon.  —Eso es bebé,     tómame.

-Doo Joon se giró, presionó su espalda contra la pared de la ducha mientras sus colmillos descendían. El agua caía entre ellos, bajando por la espalda de Yoseob mientras Doo Joon lo tomaba.

Yoseob abrió los ojos, el verde brillaba con la baja luz mientras arqueaba su espalda y gritaba, caliente semen los bañó. Doo Joon se perdió en su pareja en ese momento, jurando siempre mantener a su pareja a salvo mientras su semilla surgía en el caliente canal de su pareja. La cabeza de Doo Joon golpeó con la pared de la ducha, cerró los ojos y comenzó a jadear. Yoseob apoyó la cabeza en el pecho de Doo Joon jadeando.

Doo Joon se giró, permitiendo que el agua de la ducha lavara la semilla que Yoseob había pintado en ellos. Tomó una esponja y lavó a su pareja lo mejor que pudo. Finalmente dejó a Yoseob de pie. Salieron y se secaron uno al otro antes de entrar en la recámara.

 

 

Yoseob veía su teléfono celular. Ese era el único lujo que se había permitido tener. Y gracias a los dioses lo tenía. Eso le había ayudado a escapar de la vida que ya no quería tener. Lo único malo que tenía era que gente con la que ya no deseaba hablar aun tenía el número de teléfono.

El corazón de Yoseob comenzó a acelerarse cuando vio el número de Hyeong Kon en la pantalla.

Presionó el botón de silenciado, preguntándose por qué después de dos semanas de nada, su ex le llamaba ahora. Yoseob miró alrededor, con paranoia de que Hyeong Kon pudiera estar en algún lado viéndolo. Doo Joon estaba fuera en casa de JongIn, viendo el proyecto de los cottages que se iban a construir.

—¿Qué sucede? —Zelo preguntó.

 

Yoseob oyó el ‘beep’ indicando que tenía un mensaje de texto. No estaba seguro de lo que debería de hacer. Deslizó el teléfono a su regazo, abrió el texto.

«Llámame. Lo siento, ¿podemos solucionarlo?».

 Yoseob resopló cuando otro mensaje entró. Curioso, lo abrió.

 

«Te amo».

 

Yoseob tensó la mandíbula. Hyeong Kon nunca le había dicho que lo amaba antes. ¿Por qué ahora? Estaba enojado de que su ex pudiera utilizarlo para tratar de lograr que regresara. Eso se había terminado. ¿Por qué Hyeong Kon no podía aceptarlo y seguir?

No iba a mentirse. Aunque aun había algunos sentimientos. No se hubiera quedado con Hyeong Kon durante cuatro años si no hubiera desarrollado algún tipo de sentimientos por el hombre. Sólo que no eran saludables para él.

Hyeong Kon no era bueno para él.

Se había dicho a si mismo que había terminado con el imbécil, él no lo había amado desde el año pasado, pero algo lo había mantenido ligado y Yoseob necesitaba descubrirlo.

—Nada —Yoseob le dijo a Zelo mientras deslizaba el teléfono en su bolsillo. Salió del Centro de Ayuda y se detuvo en la puerta. Eso dolía. Dolía mucho que Hyeong Kon hubiera comenzado a tratarlo como la mugre bajo su zapato. No siempre había sido así. Hyeong Kon no siempre había sido así. Yoseob vio alrededor sintiéndose perdido.

Tomó su teléfono y marcó el número de Doo Joon, lo escuchó timbrar mientras recargaba la espalda en la pared del edificio, deslizándose al suelo y jalando sus rodillas hacia su pecho.

Hey, tigre. —La profunda y rica voz de Doo Joon llegó por el teléfono.

Yoseob cerró los ojos deseando que su pareja estuviera de pie frente a él en lugar de por el teléfono.

—Hola. —Yoseob apoyó su frente en la palma. Podía sentir el ardor de las lágrimas en sus ojos.

 

¿Qué sucede, Yoseob?Doo Joon preguntó, con alarma en la voz.

 

—Hyeong Kon me envió un mensaje de texto. —Yoseob estaba tan confundido. Sólo porque él había huido, no significaba que inmediatamente sus sentimientos  por el hombre    terminaran.

 

Nunca regresaría con Hyeong Kon. Yoseob sólo necesitaba oír la voz del hombre que sabía que lo amaba.

¿Y qué te dice? —Doo Joon preguntó vacilante.

 

—Que me extraña y que me ama. —Yoseob golpeó la cabeza con la pared detrás de él. Seguro que era más fácil mandar al infierno a Hyeong Kon y continuar, pero en la realidad, en el mundo real, los sentimientos nunca funcionaban de la manera en que uno quería.

—¿Le  contestaste?

 

Yoseob podía oír el dolor en la voz de Doo Joon. Quería alejar eso, pero no podía esconderle nada a Doo Joon, incluso si eso era doloroso. Él sabía que dolería más si no se lo decía a Doo Joon y su pareja descubría los mensajes de texto.

—No.

—¿Quieres que vaya contigo?

 

—No —mintió. Quería sentir los brazos de Doo Joon rodeándolo más que nada ahora pero no podía pedirle que dejara el trabajo sólo porque él estaba tratando con conflictivos sentimientos ahora.

Yoseob sabía que los podría superar. Es sólo que estaba en shock al ver esas palabras en su teléfono. —Sólo necesitaba oír tu voz.

—¿Sabes que te amo, tigre, verdad?

 

Yoseob tomó su camisa, secándose las lágrimas y sollozando asintió. —Si, también te amo. —Sentía las calientes lágrimas seguir cayendo, haciéndolo sentir que se ahogaba. ¿Por qué Hyeong Kon le había enviado el mensaje de texto? Su vida estaba tan bien. El bastardo siempre encontraba la manera de arruinar las cosas. Sabía dónde Yoseob era más vulnerable y lo usaba para su ventaja.

Yoseob finalmente se sentía libre y su cabeza finalmente se había aclarado.

—¿Por qué me amas? ¿Es solo porque somos pareja?— Yoseob preguntó apoyando su frente en sus rodillas y pasando su mano arriba y abajo de su cabeza. Había huido de lo que le era doloroso, sólo para encontrarlo a él.

—En parte es por eso, pero no del todo —dijo Doo Joon suavemente—. Tú me haces sonreír, reír y quiero ser un mejor hombre por ti. El resto de mi vida es importante porque la pasaré contigo. Te veo, Yoseob, y sé que no puedo tomar otra respiración si te perdiera. No quiero que te lastimes. Quiero que te recuperes.

Un sollozo salió de la garganta de Yoseob. ¿Cómo había terminado con alguien como Doo Joon? No se lo merecía. No merecía el amor que Doo Joon tan libremente le daba.

—Sé que duele, tigre. Desearía poder sanarte, pero todo lo que puedo ofrecerte es mi amor.

Yoseob levantó la cabeza cuando Doo Joon se arrodilló frente a él, acarició su cabello y masajeó la parte de atrás de su cuello. Yoseob dejó su teléfono y se acurrucó en los brazos de su pareja, aferrándose con fuerza, sus uñas se encajaron en la espalda de Doo Joon.

—Tú me sanas pero con amor. —Yoseob notó la camioneta de Doo Joon estacionada frente al Centro de Ayuda y se preguntaba cómo no la había oído.

Doo Joon besó su cabeza mientras pasó la mano por la espalda de Yoseob. —Sé que aun tienes sentimientos hacia él. Duele, pero lo acepto. Eres humano y necesitas tiempo.

 

Yoseob sentía que estaba traicionando su lazo al sentirse de esa manera. —Lo siento.

—No lo sientas, tigre. Si no hubieras huido con nada más que odio en tu corazón, no hubiera habido oportunidad para nosotros.

Yoseob se limpió los ojos y se apartó ligeramente para ver a Doo Joon. Eso no tenía sentido.

Doo Joon secó las lágrimas de Yoseob con su pulgar. —Eso quiere decir que tienes un gran corazón capaz de amar incondicionalmente. Sanarás, date tiempo. —Doo Joon se inclinó y besó a Yoseob. Eso fue el más suave y tierno beso que Yoseob hubiera tenido.

—No quiero regresar.

 

—Me alegra oír eso. —Doo Joon se puso de pie, levantando a Yoseob y tomando el teléfono de Yoseob del suelo. Caminó hacia la camioneta y abrió la puerta del pasajero, sentando a Yoseob en el asiento—. No te entregaría sin pelear. —Retiró el cabello de la cara de Yoseob y entonces acomodó su cuerpo entre las piernas de Yoseob.

Pasó su mano sobre el pecho de Doo Joon, viendo esos asombrosos ojos grises. —Te amo.

Doo Joon bajó su cabeza y bebió de los labios de Yoseob.

r13;También te amo, tigre. —Yoseob vio cómo con Doo Joon pasaban las nubes que lo inundaban, preguntándose si su vida incluso tendría sentido. Sabía que su pareja lo hacía feliz, más feliz de lo que había sido. No había manera de que él pudiera renunciar a eso. No por Hyeong Kon, no por sus inseguridades, y no por nada en el mundo.

—Tengo que regresar. ¿Quieres venir conmigo? —preguntó Doo Joon sosteniendo a Yoseob en sus brazos.

 

—¿Te molestaría?

 

Doo Joon se inclinó y miró a Yoseob con todo el amor que sentía brillando en sus ojos. —Siempre eres bienvenido en donde estoy. La manada apoya a las parejas y harían cualquier cosa por ellas —dijo tranquilamente.

Yoseob se giró en el asiento, se colocó el cinturón de seguridad, sintiéndose como un verdadero idiota. ¿Cómo incluso podría estar confundido acerca de Doo Joon?

—Mucha gente vive ahí. Podrías sentirte abrumado

-Doo Joon le advirtió mientras encendía la camioneta—. Sólo mantén en la mente que ellos son una agradable manada. Ninguno de ellos haría nada para hacer que te sientas incómodo.

—Está bien.

 

—Excepto Luhan. A mi parecer, no aceptes nada que él pueda planear.

Yoseob pensó en el extraño consejo, pero de cualquier manera asintió. ¿Quién era Luhan, y por qué tenía que alejarse de él?

 

continuara...

Notas finales:

...

 


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