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Semental [TERMINADO] por Ali-Pon

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¿Cómo sabes cuando hay amor? 


¿Qué es lo que te hace creer que ese sentimiento lo estás viviendo?


¿Será esa sensación de tranquilidad, de armonía contigo mismo y de confianza?


¿Será la felicidad que te da al escuchar un "Te amo" de tu pareja?


BaekHyun no estaba seguro, quizás estaba aún en la etapa donde todo resulta demasiado hermoso estando con su pareja. Era probable, pero no del todo cierto. El tiempo sanó sus heridas y también le hizo ver, sentir y vivir lo que era tener una pareja destinada. 


Poco después de su reunión con ChanYeol, se propuso en conocer al más alto, darle una oportunidad al destino y seguir la corriente. No recordaba que el mayor fuera bastante elocuente y en ocasiones tierno. Vio un lado del semental demasiado sensible, tan a flor de piel que las sonrisas que le brindaba, se las contagiaba sin problemas. Ambos pasaron un tiempo donde se abrieron por completo, aceptándose entre ellos y a sí mismos.


Con ellos las palabras cariñosas no salían con frecuencia, pero los gestos eran suficientes para demostrarse el amor que sabían estaba ahí. Ellos lo palpaban en sus cuerpos al acariciarse, lo veía en los ojos brillantes del otro, lo saboreaban en sus intentos fallidos de cocina y lo oían en sus respiraciones tranquilas. Su amor no era dicho con esas dos palabras, no vieron la necesidad de desgastar tan hermosa frase que se dijeron en una ocasión, cuando su lazo se había vuelto tan fuerte para poder apoyarse entre ellos.


Sus pasados fueron encapsulados en botellas de cristal, dejándolos ahí, manteniéndolos porque todo lo que vivieron —incluso lo malo— los llevó hasta ese punto: conocerse. 


A sabiendas de la cruel realidad en la que vivían, ellos crearon un mundo teñido de hermosos colores, buscando no pensar de forma negativa. En la aldea que KyungSoo levantó en China, ellos permanecieron dos años, conviviendo con viejos conocidos y amigos, viviendo tranquilamente. No obstante, esa molestia de querer tener una manada —aunque fuera pequeña— seguía ahí. A temprana edad, a BaekHyun le arrebataron la suya y a ChanYeol le ocurrió una gran desgracia; sin embargo, ambos decidieron confiar de nuevo y formar una propia.


Fueron charlas extensas, buscando un lugar un poco alejado de la aldea, pero habitable y libre de posibles intrusos. El alfa les prometió protección absoluta aunque se alejaran, la cual no fue rechazada.


Las vivencias hacen sabio al inocente.


Después de afinar detalles con KyungSoo y Kris —quien les ayudó con el papeleo de su país—, dejaron la aldea, después de celebrar una pequeña fiesta.


Incluso en esos dos años, BaekHyun no fue tocado por el semental de ninguna manera sexual. Con mucho trabajo logró besar al más alto, confiando que su pareja esperaría por él hasta que estuviera listo. El castaño jamás se sintió tan conmovido por palabras tan sinceras.


Al cabo de un año viviendo lejos de la aldea, ellos habían logrado levantar una cabaña similar a la que antes tuvo ChanYeol en Corea. También montaron un pequeño invernadero y un granero con lo básico. 


Vivieron juntos varios altibajos, donde el mayor tenía sus arrebatos y en ocasiones hería al menor. De igual forma el omega seguía con sus pesadillas, con sus crisis y miedo a ser tocado de más. En ese año terminaron de conocerse, de saber manías, alcances, limitantes y que su amor se fortalecía con todo ello.


Al final de ese año duro, solos en el mundo, BaekHyun hizo a un lado sus miedos y permitió que el mayor le recorriera con devoción. Nunca olvidaría el brillo de admiración que tuvo ChanYeol al ver su cuerpo cicatrizado. Cada herida, cada surco fue acariciado con delicadeza, con amor y con una disculpa muda de no haber estado ahí, cuando más se requería. Esa tarde su memoria y cuerpo borraron rastro dañino de SeHun para reemplazarlo con la forma tan paciente y encantadora con la que ChanYeol lo tomó y lo marcó como su pareja, terminando el lazo que habían creado tiempo antes.


A partir de ese día, todo cambió para ellos, como si por fin esa pequeña barrera se hubiese caído cuando vieron sus cuerpos y almas desnudos.


Pasaron los meses y una buena tarde recibieron una visita inesperada: Suzy y las otras omegas habían llegado con ellos. Al principio se sorprendieron de verlas frente a su puerta con unas cuantas maletas y un "Esperamos, pareja líder, nos acepten en su manada". BaekHyun aceptó contento de volver a ver a su amiga y las otras chicas que en su momento le ayudaron bastante.


Entonces, comenzó el proyecto para poderles montar sus cabañas. Solicitaron ayuda de KyungSoo para ello, pues aún eran pocos para todo el trabajo. Con sudor, luego de unas tres semanas, se montó una donde se mudaron las muchachas en lo que se construían el resto de las viviendas.


Es así como comenzó una organización para mantener a su pequeña manada, dando roles y actividades a realizar en la semana. Poco a poco llegaron más y más cambia formas equinos, todos de distintas nacionalidades —y que pasaron bajo el ojo inquisidor de KyungSoo y ChanYeol antes de ser aceptados—, volviendo  la pequeña manada de seis a una de veinte (con ambos sexos).


La sorpresa de todos fue cuando BaekHyun resultó ser quien dirigía las expediciones para conseguir ciertas plantas medicinales, agua y algunas veces unos frutos para poderlos plantar en el área donde se asentaron. Muchos jóvenes olvidaron que los omega eran quienes lideraban al grupo, mientras que el semental protegía y velaba por el bienestar de todos, teniendo como prioridad su pareja.


Ya estaban por cumplir cuatro años viviendo en aquella área. BaekHyun y ChanYeol irían con su viejo amigo KyungSoo, llevando un pequeño presente de canastas de fruta y algunas infusiones medicinales. Los líderes dejaron a cargo a Suzy mientras ellos partían con unos cinco jóvenes que les ayudaban a llevar las cosas. La caminata fue hecha estando en su forma animal, llegando al medio día al lugar. Fueron recibidos con saludos y sonrisas, sintiéndose contentos de ver rostros conocidos.


—  ¡Baek! ¡Chan! —exclamó MinSeok, quien les había visto desde lo alto mientras volaba —. Ha pasado un tiempo desde la última vez que vinieron.


Ambos caballos asintieron, para después señalar a los jóvenes que estaban cargando las cosas.


—  ¡Oh! ¿Esta vez qué trajeron? —curioseó el mayor, levantando la manta de un canasto y saltando de felicidad —. ¡Fresas! ¡Baek, sabes que adoro las que tu comunidad cosecha! 


Baek y Chan se acercaron a dos jóvenes quienes tiraron de unas mantas de sus lomos para colocárselas mientras se transformaban y se cubrían inmediatamente.


— Lo sé, hyung. Por eso le traje varias —respondió el castaño con tranquilidad mientras recibía ahora sus zapatos al igual que su pareja.


— Es probable que mi pichón guste de ellas cuando nazca, ¿verdad? —comentó ilusionado el mayor, acariciando su vientre un poco abultado.


— ¡Oh! ¿Sí dio resultado lo que Leila hizo para usted?


MinSeok sonrió ampliamente haciendo que Baek se sintiera feliz por él. El mayor en una ocasión le comentó que, después de lo vivido con Zico, su semilla no volvió a presentarse. Luego de varios intentos, ambas lechuzas se resignaron a vivir sin tener un hijo. Por ello, cuando Leila —una Omega proveniente de Noruega— le comentó que en su manada era normal tratar esos padecimientos con un brebaje, fue que le pidió hacer un poco para su amigo.


Había resultado.


— ¿Está Soo? —intervino ChanYeol.


—  ¡Cierto! Sí, está donde siempre. Ya saben, su segundo hogar es la central.


Los recién llegados rieron pues era sabido que el alfa siempre tenía mucho qué hacer, aunque también se escudaba ahí pues ya no era un cachorro, eran tres los que tenía que cuidar...


No. Gracias.


—  Los está esperando. Vayan, yo llevaré esto a la bodega.


—  Tómense el día, chicos. Partiremos mañana por la mañana. MinSeok-hyung les dirá dónde se quedarán—anunció BaekHyun. Los jóvenes asintieron y siguieron a un MinSeok cantarín.


— Si a él le funcionó, crees...


—  Luego discutimos eso, Yeol-lie. Vamos a ver a KyungSoo.


Dentro de su manada corría el rumor que la pareja de Chan no podía engendrar y eso metía en una pequeña crisis su situación, pues sin sucesor, la organización y tranquilidad que había en el lugar se vendría a pique. Posibles disputas de quién sería el nuevo semental dominante se vendrían y... No. 


No querían problemas en ese momento de paz.


Ambos caminaron hasta la central donde les dejaron pasar sin mayores ceremonias hasta el despacho de KyungSoo. Desde afuera se escuchaba que JongIn estaba hecho una fiera.


—  ¿Lo mismo de siempre? —bromeó ChanYeol con una sonrisa burlona.


—  Creo que KyungSoo debería aceptar de una vez que ya no son sólo él y JongIn.


—  La última vez me dijo que nunca pensó convertirse en padre... tan pronto.


Baek miró incrédulo a su pareja antes de reír por lo bajo.


—  Sí, claro. Estar cerca de siete años con su pareja y haber tenido un cachorro primero y al cabo de dos años tuvo mellizos, ahora se le llama "pronto".


El pelinegro sólo se encogió de hombros y fue quien se iba a dignar a tocar para ya no escuchar los reclamos de JongIn, cuando la puerta fue abierta.


— ¡Ni se te ocurra regresar a casa si sigues así de imbécil! — profirió sin miramientos el beta, mirando por unos segundos a los recién llegados —. Hola, chicos.


Y sin más se fue.


ChanYeol permitió que el menor pasara primero y luego él, cerrando la puerta tras de sí. Frente a ellos estaba un KyungSoo mirando el techo.


— ¿Problemas maritales? —molestó ChanYeol, recibiendo un gruñido por parte del alfa.


—  Métete en tus propios asuntos, idiota.


El semental rio sin miramientos, recibiendo unos cuantos golpes discretos de su pareja.


— ¿Cómo has estado?


—  ¿Cómo crees tú, BaekHyun?


—  Con problemas para aceptar de una maldita vez que eres papá de tres lindos cachorros y que tomas de excusa llenarte de trabajo para no afrontar eso. KyungSoo, tu hijo mayor está por pasar su primer cambio, si sigues de terco, no sólo tendrás problemas con SeokA, sino que te volverás un incompetente ante tu manda.


Auch.


— ... He de admitir que has resumido todo lo que me ha venido a gritar, JongIn.


—  De nada.


—  Ugh... sí, lo que sea, siéntense.


ChanYeol se había acostumbrado a la forma directa en la que Baek solía decir las cosas. Supo que era una manera en la que el menor podía sacar lo que le molestaba o enojaba o le hacía feliz. Aunque el chico estuviera explotando de felicidad, su rostro formaba una sonrisa que para el resto del mundo podía resultar falsa, pero en sus ojos se podía vislumbrar un sentimiento puro. El castaño no era el mejor al querer darse a entender.


Así era su Baek.


—  ¿Cómo va su vida en la Pradera Dorada?


—  ¿Pradera Dorada?


—  Han llegado algunos de los suyos contando historias raras de su área, ChanYeol —explicó el alfa.


— ... Historias.


—  Sí, que donde ustedes están es el paraíso y no sé qué tanta mierda. Estoy casi seguro que pronto se volverá como un lugar místico.


Ambos cambia formas equinos se miraron interrogantes.


—  ¿Se quedarán?


—  Sí, trajimos un poco de frutos y medicinas. MinSeok-hyung los llevó a la bodega.


KyungSoo asintió y se levantó de su silla.


—  Bien, entonces vayan a instalarse a su residencia. Max tocará las campanas cuando sea el inicio del festival. Me alegra que hayan venido... uh... sí, eso.


Los chicos se levantaron sonriendo por la forma en la que KyungSoo se ponía nervioso al querer mostrar afecto.


Antes de que se retiraran, Baek fue directo a KyungSoo y lo abrazó.


—  Serás un buen padre... sólo... no tengas miedo.


—  Curioso que me lo digas tú, mocoso.


Ambos se sonrieron una última vez antes de que Baek tomara la mano de su pareja y salieran de la central.


Recorrieron las calles que estaban siendo decoradas con listones y figuras de papel de distintos colores. En la aldea de KyungSoo, cada que se terminaba una estación, se celebraba un festival para conmemorar la estación que finalizaba. Varios conocidos se acercaron a saludarles y tener charlas amenas.


Cuando llegaron a su residencia, un par de cambia formas tejón les recibieron y les informaron dónde estaban sus cosas y si estaba en buenas condiciones la casa. Cuando terminaron, ChanYeol les dio el día para que pudieran irse a poner sus mejores ropas y así asistir al festival que en ese momento conmemoraría el verano.


La pareja llegó a su alcoba y Baek salió al balcón, viendo el movimiento que había fuera de su casa. Estaba nervioso, porque tenía una noticia que darle al mayor y aunque estaba feliz por lo que diría, temía que su forma de decir las cosas fueran a arruinar el momento que debería ser hermoso.


— ¿Ocurre algo, Baek? —susurró el semental, rodeando la cintura del otro con sumo cariño, como siempre era con él.


— Chan... tú...


—  Hueles bastante dulce, ¿qué esencia te pusiste esta vez?


Baek gimió al sentir cómo el mayor inspiraba su aroma en su nuca. 


— No hagas eso...


El mayor pareció ignorarle para molestarlo un poco y así sus manos acariciaron con parsimonia las caderas del menor, apegándose a éste. Sintiendo una enorme necesidad de recostarse y abrazarlo por horas, ChanYeol cargó al menor y lo llevó a la cama que compartían, recostándolo con delicadeza, cuidando a su mayor tesoro.


Cuando sus rostros quedaron frente a frente, acortaron la distancia y se fundieron en un beso cálido y acompasado. Sus manos acariciaban lentamente el cuerpo del otro, deseando que aquello culminara con un BaekHyun sudoroso, gimiendo el nombre del mayor y un ChanYeol encandilado con la belleza de su pareja y la entrega que había cada que hacían el amor.


— ...Chan —llamó en medio del beso el menor, cortándolo y atrayendo la atención de su pareja.


—   ¿No quieres?


—  Sí, pero debo decirte algo importante.


Con aquella oración, las palmas del mayor se quedaron quietas y le dio el espacio suficiente para que el omega se pudiera sentar en la cama.


¿Cómo empezar?


—  Yo.. amm... es algo inesperado y que no creí que sucediera... es... no, no sé cómo...


—  A ver, pequeño, cálmate porque no estoy entendiendo nada y...


—  Funcionó.


ChanYeol se quedó mudo y frunció el ceño.


—  ¿De qué hablas?


—  El brebaje de Leila... funcionó.


El sepulcral silencio martilleó la mente de BaekHyun, quien se estaba mordiendo constantemente el labio inferior, pensando que quizás sus palabras no habían sido las correctas. A veces le molestaba su manera de expresarse, sentía que constantemente hería a su pareja y eso hacía que se sintiera culpable. 


—  ¿Hablas en, en, en serio, Baek? ¿No es una broma?


Baek negó mirándole a los ojos con expectativa de su reacción a la noticia. Nunca borraría de su memoria la imagen conmovedora de un ChanYeol derramando lágrimas, llenándolo de besos y repitiéndole con voz entrecortada cuánto lo amaba. Y eso le hizo feliz, acompañando en el llanto a su pareja, quien se puso a la altura de su vientre aún plano y lo besaba con devoción.


—  Seré papá, BaekHyun — lloriqueó el mayor, abrazando con emoción a su pareja —. Gracias por dejarme ser papá otra vez. Prometo cuidarlos mucho, mis tesoros.


BaekHyun no sabía qué responder por lo que optó por besarlo en medio de su llanto. Sentía el regocijo de su amado, percibía esa ilusión y el brillo en esos ojos dorados, hizo que parecieran lingotes de oro.


 — Te amo, Yeol-lie y confío que lo harás.


ChanYeol asintió aún llorando besando con sumo amor a su pequeño.


Y esta historia pasaría de generación en generación entre los suyos, donde dos almas rotas sanaron y obtuvieron una nueva oportunidad para ser felices y amar. 


F I N

Notas finales:

¡Ay! Lloré mientras escribía esto TT *corazoncito*

Espero les haya gustado y con esto se finaliza esta historia, este ciclo tan bonito ;u;

Gracias por todo y espero leerles en otra historia/proyecto mío ^^

Cuídense mucho~

Ali les quiere~

Ali está agradecida~

Ali quiere que estén bien~

Ali está feliz~

AliPon fuera~*~*

 


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