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Semental [TERMINADO] por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

Holi~

Ali viene a dejar el 3er cap ^^

Disfrútenlo~

Abajo les leo~

—Buen día —saludó Baek en su tercer día en aquel trabajo de jardinero.


Sí, él había escogido aquel oficio. Afortunadamente las plantaciones se hacían en un invernadero especial, donde había varios frutos, verduras, flores e inclusive plantas medicinales. Su jefe era un hombre llamado MinSeok, cambia forma lechuza. Amable, de buen carácter, comprensivo y paciente. Al principio le había sido completamente ajeno la manera de ser de aquél que poseía ojos grandes y era de baja estatura.


—Buen día, Baek —respondió su jefe con una sonrisa brillante dejando de lado el regado de las plantas desde el otro lado de un pequeño barandal que dividía la entrada convencional del invernadero.


El castaño sonrió levemente, encaminándose a un pequeño cuarto al fondo donde había casilleros. Se aproximó a uno dejando colgada su chamarra y colocándose sus botas para no ensuciar sus zapatos, un delantal especial con sus herramientas e implementos además de un sombrero y guantes especiales. Estando listo salió y recorrió un pequeño pasillo que le llevaría al invernadero.


Aunque llevara sólo un par de días ahí, la sensación de tranquilidad le tenía contento. La sabiduría de las plantas que le transmitía MinSeok, le entretenía y le llenaba de curiosidad por lo que, en sus ratos libres, iba a la biblioteca a pedir libros relacionados a las plantas que había en el invernadero. LuHan sonreía feliz de ver que, aunque aún persistían pesadillas, Baek mostraba interés en su trabajo y se distraía.


—La pequeña Lily tiene sed —habló su jefe en cuanto cruzó la puerta —. Dale de beber, ¿sí?


Baek sonrió y asintió, caminando hacia su jefe y tomando la regadera que le había extendido amablemente. El castaño se dirigió a Lily, que era nada menos que un brote de lo que sería una fresa. Sí, su jefe tenía la costumbre de nombrar a sus plantas. Todas poseían un nombre y un pequeño letrero donde se anotaban los días que llevaban en aquel lugar.


Era una mañana tranquila, como había notado que así eran en aquel lugar que, LuHan le había comentado, D.O protegía. Le fue increíble saber que aquel alfa de mala reputación (igual o peor que SeHun) custodiara aquello. LuHan le explicó que la reputación del alfa ayudaba a no levantar sospechas y que ese lugar se mantuviera en secreto. Maravillado y agradecido estaba, por ello trabajaba diligentemente.


—¡Hola! Tiempo sin verte, ChanYeol-ssi —exclamó MinSeok, llamando la atención de Baek.


El castaño dirigió su mirar a aquel hombre de mayor altura que él, con cabellos negros como el ébano, recordándole un poco a aquel semental que había visto la noche que fue liberado. Sus ojos fríos, dorados, asemejándose a las flamas bravas de una chimenea, se posaron en él. Su rostro era proporcional a su cuerpo, con facciones bien delineadas. Su torso cubierto por una camiseta blanca de manga corta, dejando ver sus brazos trabajados y con un par de tatuajes en sus antebrazos. Pantalón de mezclilla con manchas de barro en sus rodillas y muslos, le dio a entender que había estado trabajando.


Le recorrió de la cabeza a los pies con lentitud, asimilando que también el otro le miraba con intensidad. El ambiente se sentía algo tenso, como si cualquier acción pudiera romperla.


A ChanYeol le estaba molestando, no tanto que el otro le mirara, sino la sensación que le estaba ocasionando. Su rostro fino, pequeño, con labios delgados, rosados, ojos curiosos y con toques de inocencia, piel blanca y que recordaba portaba marcas que se escondían tras aquellas ropas de jardinero que le hacían ver como un adolescente. En su interior, al hacer contacto visual con aquellos orbes chocolate, tuvo la iniciativa de acercarse a él y tocarlo, para constatar que era real, porque no concebía que fuera tan hermoso.


—¿ChanYeol? —llamó el mayor de los tres, quien había notado el ambiente tenso y con una profundidad impresionante, manteniéndose al margen hasta que vio el amago del semental de querer acercarse.


El aludido miró a MinSeok y luego a BaekHyun para después retirarse sin decir una palabra.


Para el castaño fue extremadamente raro, sin embargo, la sensación de seguirle y conocerlo estaba presente y con fuerza abrumadora.


—¿Baek? —volvió a hablar su jefe, quien le miraba curioso.


El chico sonrió y se apresuró en seguir regando a Lily y, al terminar, ir por fertilizantes y demás cosas para tratar a las plantas con plagas y algunas con frutos ya maduros que debían atender.


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Sólo había ido con MinSeok para pedirle las tijeras de poda, pues necesitaba cortar algunas ramitas de los arbustos que adornaban su casa algo alejada de la población. Había estado parte de la mañana limpiando su pequeño jardín y su casa. Todo había estado bien, todo normal y malditamente tranquilo hasta que llegó al invernadero y lo vio.


No contó con ver a aquel muchachillo con un ligero aroma atrayente. Recuerdos del corcel con pelaje marrón, crines un tono más claro y un poco más pequeño que él. Sabía que no era un Semental, su aroma lo delataba, por tanto, era un omega*.


Se encontraba sentado en la lejanía del invernadero, bajo la sombra de un árbol frondoso. Sus ojos no dejaban de seguir cada movimiento que realizaba el castaño con delicadeza y gracia, pareciéndole encantador. Desde que le vio en su forma de caballo, un pequeño regocijo creció en su pecho. En aquella aldea, él era el único de su especie. Había sido Semental de una pequeña manada, con pareja quizás no destinada, pero tuvo una. Una chica menuda, alegre y que conoció desde su adolescencia. Se había encariñado con la muchacha y poco a poco fue cortejándola, convirtiéndola (ya siendo adulto) en su pareja.


Cumpliendo la mayoría de edad, se despidió de su manada madre y fue a formar la suya, siempre acompañado de su pareja, pasando inviernos a su lado, pasando momentos de dicha cuando su manada ya tenía cinco o seis miembros. Y quizás habría marcado a la chica, pero nunca lo hizo, nunca se sintió con la seguridad de permanecer con ella para el resto de su vida con un lazo tan importante, aunque el cariño estuviera ahí. Con ella tuvo un hijo, un bebé hermoso y que amó con todo su ser.


Fue una noche, una sola donde todo se fue a la basura, donde conoció la peor de las desdichas, donde se dio cuenta que había cosas que, aun siendo lo que era, no podría con ellas. Porque fueron muchos, fueron varios los que perecieron, entre ellos su familia.


Lloró amargamente, sintiéndose inútil y con el deseo de irse con ellos. Tantas noches errante, tantos días recordando quienes le sacaron sonrisas sinceras y amorosas, tanto tiempo andando solo.


—¿Observando a mi pareja trabajar?


El hilo de sus pensamientos fue interrumpido por JongDae, un cambia forma lechuza, pareja de MinSeok. Aquel joven de sonrisa alegre casi felina, tan astuto como su otra mitad, tan valiente que había perdido su brazo derecho peleando contra Zico, un lobo que quería hacerse de MinSeok.


ChanYeol no respondió a su pregunta y sólo se limitó a hacerse a un lado para dejar que el otro se sentará con él.


—Es trabajador y muy obediente —continuó JongDae, sonriendo con orgullo —. Hablo del chiquillo de ahí —. Señaló a BaekHyun que escuchaba atento al mayor y asentía para después acuclillarse, acercándose una canasta y así cosechar unos frutos.


—Es callado, sólo habla lo necesario. Le he visto ir con YooNa —comentó al notar que el pelinegro no hablaría —. Ya sabes, corren rumores que SeHun le usó como esclavo sexual —dijo con pena —. Sin embargo, parece querer superar eso, por ello va con noona. Es admirable, ¿no lo crees? MinSeok dice que ni él tendría esa voluntad estando en su lugar. Al parecer formó parte de la manada Byun (LuHan nos dijo que se apellida igual) la que sabemos fue asesinada por SeHun y sólo a él conservaron, aunque creo que el chico no lo sabe.


ChanYeol procesaba toda aquella información sintiendo cierta empatía al saber que no era el único sin manada en aquella aldea, no obstante, saber lo de SeHun... Aunque tenía una idea de lo que había sufrido BaekHyun, por las cicatrices que alcanzó a ver la vez que le vio desnudo, no pensó que había sido vejado por seis años. Porque la matanza de la manada Byun, resonó en toda Corea del Sur.


El rostro apacible que el castaño mostraba, ese brillo peculiar que sus ojos denotaban...


ChanYeol sin más se levantó y se retiró de ahí, puesto que en su interior algo semejante a la ira iba creciendo, algo que le estaba desconcertando.


—Fue un gusto hablar contigo —dijo JongDae a pesar de quedar solo —. Sólo es cuestión de tiempo para que entiendas, ChanYeol. Ese muchacho se volverá importante para ti, yo lo sé y una lechuza nunca se equivoca.


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—Me voy primero, Baek —anunció MinSeok, quien se encontraba en los casilleros —. ¿Seguro que no quieres ir al comedor? Ya es hora.


El castaño sonrió y asintió, dejando sus guantes en su casillero.


—Estaré bien, MinSeok-hyungnim —respondió suave —. No tengo mucha hambre. Le daré un último vistazo a las enfermas antes de cerrar.


El mayor pareció no muy convencido, sin embargo, con un resoplido, asintió y se despidió. Le entregó las llaves del lugar y, palmeando su hombro, se fue de ahí. El oficio que había escogido BaekHyun no era de estar muchas horas, puesto que no había mucho que hacer (al menos eso le decía MinSeok) hasta que fuera temporada de cosecha.


BaekHyun hizo lo que había dicho, yendo con cautela a las plantas con plagas y que había rociado con una sustancia que iba ayudando poco a poco a recuperar el verdor de las mismas. Verificó que todas habían sido rociadas, también checó las mangueras de regado por goteo que algunas verduras tenían, así como limpiar un poco la mesa donde colocaban los canastos con flores que irían a la florería de la aldea. En ese momento recordó que había un pedido de ramos de flores y que no le recordó al mayor que tendría que entregar al día siguiente.


Resoplando con cansancio, se arremangó, fue por unas tijeras y comenzó a cortar las flores que habían solicitado. Cortó los suficientes para el pedido de siete ramos y, recordando las instrucciones de cómo cortar las flores y cómo envolverlas, dio por iniciada su tarea. Con tranquilidad y concentrado, cortó cada tallo, quitó espinas a algunas rosas y fue formando pequeños manojos, separándolos por ramo. Retiró hojas que fueran a impedir que se pudieran envolver bien, también cortó el papel y el plástico especial que se usaba, así como el listón de color beige.


Tarareando una canción cualquiera, es que realizó su tarea, olvidando que el tiempo existía. En ese momento se sentía en calma, con una sensación de seguridad que le extrañaba sentir. Durante los días que había estado en aquella aldea, nuevas sensaciones, nuevas experiencias había comenzado a vivir. Era cierto, no podía ignorar los recuerdos que iban y venía sin aviso alguno, provocando que sufriera temblores y unas inmensas ganas de gritar.


YooNa-noona le había explicado que el oficio le ayudaría a tener su mente enfocada en cosas del momento, omitiendo lo mejor posible el pasado, sin embargo, las secuelas de los tratos que había sufrido estarían aún por más tiempo. A pesar de sonar desalentador, noona le dejó en claro que, con paciencia, voluntad y perseverancia, era probable que tendría una vida normal pronto. No le dio un tiempo definido, puesto que dependía de cada quién cómo superar circunstancias traumáticas.


Amarrando el último ramo y colocándolo en el canasto correspondiente es que escuchó la puerta abrirse, girándose asustado y toparse con el mismo tipo de la tarde, esta vez vistiendo un pantalón de chándal, una playera de tirantes blanca y unas zapatillas deportivas negras.


ChanYeol no esperaba encontrarse con BaekHyun. Había visto a MinSeok en el comedor, pidiéndole permiso para tomar sus tijeras de poda, tomando como un "sí" su sonrisa ya que tenía comida en la boca. Ni bien se dirigió al invernadero, notando que estaba abierto (para su buena suerte ya que olvidó que el mayor solía pasar llave antes de ir a comer). Extrañado de encontrarlo de esa manera, escuchando un tarareo dulce y el sonido de ser algo envuelto, es que abrió abruptamente la puerta, topándose con aquellos orbes chocolate.


Ambos estaban en silencio, pareciendo que nadie quería hablar, como si desearan que alguno se retirara pronto.


Al parecer, el valiente de los dos resultó ser BaekHyun.


—¿S-se le ofrece... algo? —preguntó quedo el castaño, mirando en todas direcciones menos a ChanYeol.


—Vine por las tijeras de poda. MinSeok-hyung me permitió tomarlas —respondió neutro el más alto, estremeciendo al castaño, quien asintió y se agachó para sacar de una caja de plástico, lo que había pedido el otro.


Con nerviosismo, BaekHyun se acercó al otro y con mirada asustada, tendió las tijeras. ChanYeol las tomó con delicadeza, observando detenidamente al otro y cada una de sus reacciones. En su pecho sintió algo semejante a un tirón o como si alguien hubiera cortado un pedazo de él, pues la manera temerosa de ser del otro le resultaba intrigante y a la vez frustrante, sabiendo el por qué.


—Gracias —dijo ChanYeol, recibiendo un asentimiento y una sonrisa algo forzada y nerviosa.


El castaño se giró sobre sus talones, volviendo a limpiar la mesa que había ocupado para hacer los ramos, sintiéndose torpe al sentir la mirada penetrante del otro. Aunque no era la misma mirada de SeHun, el aura dominante estaba presente y eso afectaba a su mente.


—¿S-se le ofrece algo más? —inquirió el castaño, sin mirar al otro quien seguía viendo cada uno de sus movimientos, sintiéndose ansioso al verle con las manos temblorosas y la respiración agitada.


Con tranquilidad se aproximó al otro, posando una mano en el hombro del otro quien al instante alejó de un manotazo, creando distancia entre los dos. ChanYeol sintió una opresión en el pecho al verle con miedo de él, aunque sabía que no era así, era de sus recuerdos, no había que ser un genio para saberlo.


—Lo siento —habló por lo bajo BaekHyun, tragando grueso —. Pero si ya no se le ofrece algo más, por favor, retírese.


La mirada suplicante fue todo lo que necesitó ChanYeol para acatar la petición del otro. Al principio dudoso, salió del invernadero escuchando después ligeros sollozos sintiéndose culpable.


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—¿No vas a dormir? —cuestionó LuHan al ver al castaño aún sentado en la isleta de la cocina y con un té de canela en sus manos.


—En un rato, hyung —respondió suave y con una ligera sonrisa formándose en sus labios finos.


—Ya es tarde, la luna ha salido —insistió el mayor, preocupado por cómo se comportaba el otro luego de regresar del invernadero abrazándose a sí mismo y encerrándose en su habitación, saliendo ya cuando el sol se había metido.


—Descansa, hyung —cortó BaekHyun, aún sonriendo.


El mayor, entendió lo que el menor pedía por lo que devolviendo la sonrisa subió a su alcoba.


Cuando quedó solo el castaño, bebió a sorbos su té sintiendo esa necesidad de salir y transformarse para cabalgar un poco y así calmarse. El toque de aquel tipo alto aún seguía y su ansiedad iba en aumento, no encontrando la manera de controlarse apropiadamente. En cuanto escuchó el rechinar de la cama del mayor, sin más salió de la casa, cerrando con cuidado la puerta principal y dirigirse a un camino boscoso que le llevaría a un claro, que había visitado con anterioridad con LuHan. El mayor le había dicho que muy pocos en la aldea sabían del claro puesto que estaban más ocupados de sus trabajos, de crecer a sus pequeños, que sólo dos (contando a LuHan) sabían de ese lugar y en ese momento Baek se volvería el tercero.


A mitad de camino, con la ansiedad cada vez más intensas se transformó y comenzó a cabalgar hasta llegar al claro, donde se detuvo abruptamente para mirar el cielo. Estrellas infinitas, compañeras antiguas de sus noches en aquel establo, brillaban con intensidad para él aquella noche. Bajo la luna, comenzó a cabalgar por todo el perímetro del lugar, dejándose caer en el pasto y rodar, jugando porque en ese preciso instante cayó en cuenta de que era completamente libre, que por fin podía disfrutar de pequeñas cosas como era cabalgar sin llevar a alguien en su lomo.


Una luciérnaga acaparó su atención al posarse en una pequeña flor blanca, acercando su hocico con curiosidad y comenzando a perseguir el insecto cuando comenzó a volar de una flor a otra. Baek relinchaba en ocasiones, demostrando su felicidad con ello.


Sin embargo, la sensación de ser observado le hizo detenerse, irguiendo sus orejas y dirigir su mirada a un costado, percatándose de los mismos ojos dorados que vio anteriormente.


Nuevamente se topaba con el Semental negro.


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KyungSoo se encontraba en su despacho, viendo documentos sobre la entrada de dinero y el saldo que tenía para abastecer la aldea pronto. Llevaba días así, sintiendo su cabeza explotar en cualquier momento. Su humor no era el mejor, ya que no había estado con su pareja en esos días, pues éste seguía en el hospital recuperándose de sus heridas y su pierna rota. Y todo por culpa de ese niñato de BaekHyun.


También estaba al pendiente de ese chiquillo, no porque fuera especial ni mucho menos, sino porque se trataba de un cambia forma equino, igual que ChanYeol. Y no es que fuera un problema, sino que se trataba del único sobreviviente de la matanza de la manada Byun hacía más de seis años. Probablemente durante todo ese tiempo BaekHyun estuvo condenado a estar bajo las garras de SeHun. Ese desgraciado que seguía jodiendo a especies inocentes y todo por el poder y dinero.


—¿Se puede?


Escuchó una voz molesta, pero de alguien sumamente importante para su clan; aunque no fuera un lobo.


—Entra —respondió seco y con hastío de tener que recibir a JongDae.


El aludido se abrió paso en su despacho, con su característica sonrisa de astuto. Él era quien ideaba los mejores planes para salvar a especies inocentes, todos con éxito gracias a D.O. Se habían conocido cuando KyungSoo fue a rendir cuentas con Zico, un bastardo con un fetiche enfermo de capturar parejas de otras especies y hacer que los alfas vieran cómo él ultrajaba a sus omegas.


Fue una pelea brutal y sanguinaria, donde no hubo misericordia. Por aquél entonces, KyunSoo sólo era el líder de un clan lleno de puros matones que hacían trabajos para conseguir dinero, sin embargo, nunca se metía con especies ajenas a los lobos. Eso fue lo que llamó la atención al cambia forma lechuza. Por lo que esa noche, JongDae le propuso algo al lobo alfa: que se volviera el protector de las demás especies.


Fue difícil convencer al terco alfa, pero, gracias a JongIn, quien estaba harto de hacer trabajos sucios, fue que se logró la consolidación de aquella propuesta. Se tardó un año para escoger el lugar idóneo, la distribución, cómo se mantendría oculta la aldea y la forma de ganar dinero sin volver a viejos trabajos.


KyungSoo nunca lo aceptaría, pero estaba agradecido con aquel manco, puesto que le había hecho sentir útil de alguna manera. No peleando, no matando sin medir las consecuencias, sino ofreciendo protección. Para un alfa, saber que su manada no se encontraba en peligro, era algo reconfortante y que llenaba de orgullo.


—¿Cómo has estado? —preguntó amable JongDae, tomando asiento frente al escritorio del alfa.


—¿Qué quieres? —respondió agresivo, como era usual en él.


—Estresado, por lo que veo.


—Mira, JongDae, estos días he estado lleno de un puñetero de trabajo, más vale que la interrupción que acabas de hacer, valga la pena —dijo severo y amenazante el pelinegro.


JongDae rio por lo bajo, divertido de la forma de ser del otro. KyungSoo era alguien que no tenía tacto para hablar, las cosas como eran y punto. Algo que beneficiaba a su manada, pues así se sabían quién era el alfa.


—He venido a que decretes algo —propuso con emoción JongDae.


KyungSoo enarcó una ceja, incrédulo y a punto de sacar a patadas al otro.


—Decretar algo —repitió el alfa.


—Ajá. Algo chiquito y sin importancia que...


—Sin importancia, perfecto. Ahora largo de mi oficina.


JongDae, sin creer que el alfa dijera algo como eso, se quedó con la boca abierta. Pero pronto recuperó su compostura y volvió a hablar: —Bueno, es relativamente importante.


—Relativamente —repitió D.O, viendo los papeles que seguían sin cuadrarle.


—Tiene que ver con ChanYeol.


Aquello fue suficiente para acaparar la atención del alfa.


—Ahora qué hizo.


Era bien sabido que ChanYeol no era alguien fácil de tratar, reservado y normalmente con mal genio. Al ser un Semental nato, era difícil hacer que obedeciera. Muchos le respetaban, otros rumoreaban que se trataba de un asesino a sueldo retirado (eso siempre hacía reír al alfa) y otros pasaban de largo y le trataban como a uno más (LuHan, MinSeok y JongDae encabezaban la lista).


Si bien, no era alguien que se metiera en problemas, pero no faltaba el tipo que quería demostrar que era el más masculino al enfrentarse con el alto. Peleas hubo en varias ocasiones, causando destrozos y hasta el hospital se veía atendiendo a por lo menos a cinco tipos gilipollas que KyungSoo se encargó de educar.


—Nada, muy tranquilo —resolvió JongDae, quien se apresuró a proseguir antes de que D.O volviera a sus papeles infernales —. Pero sé que anda ansioso por el nuevo. Por BaekHyun.


—¿Ansioso? —inquirió extrañado el alfa.


—¿Sabes que una lechuza nunca se equivoca?


—Pero cómo jode.


—Estoy un noventa por ciento seguro que es su pareja destinada —ignoró JongDae lo anterior.


Muy bien, aquello le iba interesando, aunque no debería.


—¿Y lo aseguras por qué...?


—Intuición.


KyunSoo resopló resignado de escuchar estupideces ajenas.


—Vienes a mi oficina, a interrumpir mi trabajo, sólo para hablar de una intuición tuya.


—Y de un decreto que hagas.


—¿Sigues con esa mierda?


—No es una mierda, KyungSoo, es una manera de acercarlos. Decreta que los cambia forma que estén solos, deben vivir con uno de su misma especie y mismo sexo en una misma casa.


Silencio.


Una mirada fastidiada.


—Largo.


Y así JongDae fue echado de aquel despacho.


—Bueno, si tú no lo haces, lo haré yo.

Notas finales:

Ali viene de regreso con esta historia~

De hecho, este cap estaba más largo, pero decidí dejarlo hasta aquí, puesto que en el otro cap habrá un mayor desglose.

Por motivos de longitud, les tengo la noticia de que quizás sean un total de seis capítulos en total (incluyendo el epílogo). So.. todavía quedan dos capítulos más, antes del final definitivo ^^

Bueno, también paso a avisar que este fin de semana, esta historia habrá terminado ^^

A partir del 1° de mayo retomaré mis long fics~

También aviso que tengo un OS en etapa de producción ^^ Espérenlo!!! Es ChanBaek~ *corazoncito*

Bueno, sin más que mi agradecimiento a su infinita paciencia, me retiro a seguir escribiendo OwO

Cuídense~

AliPon fuera~*~*


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