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Semental [TERMINADO] por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

¡Y el segundo cap! ^^

Disfruten!!!

BaekHyun sentía como si el tiempo fuera más lento. Un joven de baja estatura, cabello con corte tipo militar, ojos grandes, labios con forma de corazón, completamente vestido de negro y con una llave maestra en mano, había abierto. Le vio acercarse a él y retirar los grilletes de muñecas y tobillos. Sus ojos marrones veían con estupefacción a aquellos de color obsidiana.


Afuera aún se sucitaba una disputa; tan fiera y despiadada como solía ser entre las manadas de SeHun y D.O. Baek dirigió su mirar a sus muñecas, observándolas libres a pesar de tener heridas y cicatrices. KyungSoo se alejó un poco, yendo hacia la puerta y mirando en todas direcciones, viendo si no había moros en la costa. El castaño seguía admirando su tan ansiada libertad y no sabía cómo reaccionar. Sentía felicidad y a la vez miedo. Una sensación contradictoria, sin embargo. ¿Así se sentía ser libre?


—¡Yah! —llamó D.O con su voz grave y suave a la vez. ¿Eso era posible? Baek miró al alfa, demostrando su completa atención. —Luego te admiras, necesito que salgas de aquí, ahora.


El castaño, con cierta dificultad, se incorporó y acató la orden del otro. Al llegar a la puerta, donde KyungSoo estaba, se dignó a mirarle otra vez.


—Sal por la puerta trasera, Kai está ahí. No te separes de él, ¿entendiste?


Baek asintió y sin más corrió hacia donde el otro le había dicho. Más explosiones ocurrían, alterándole y obligándose a apretar el paso. Corrió por un pequeño pasillo que le llevaría a la puerta trasera, no obstante, la sensación de desconfianza le hizo detenerse abruptamente antes de siquiera llegar donde Kai esperaba. Baek podía ver la espalda del muchacho, quien vigilaba la puerta con desespero. ¿Debía confiar en D.O? Se cuestionó repentinamente. ¿Qué tal si no le estaban liberando? ¿Y si D.O ahora sería su "amo"? Él ya no quería estar bajo el mando de alguien más, no quería seguir sufriendo, no sabía si podría soportarlo más.


—¡BaekHyun!


En ese instante, tanto Baek como Kai se viraron para ver al fondo la figura de SeHun lleno de sangre en sus ropas y con el hombro derecho lesionado así como una pequeña renguera. Baek entró en pánico al verle acercarse con una mirada aterradora y transformándose de inmediato en un lobo de pelaje castaño que comenzó a gruñir y correr hacia él.


—¡Oye! ¡Corre! —gritó Kai, queriendo alentar al chico castaño que se había anclado al suelo.


JongIn, al ver que el muchacho no se movería, corrió hacia él y se transformó de un salto en un hermoso lobo gris con blanco que se puso frente a Baek. Con su cuerpo empujó al castaño para quitarlo del camino y así recibir a Sehun que había saltado en busca de caer sobre Baek.


En ese instante BaekHyun reaccionó y su temor aumentó al ver la fiera pelea entre el beta, pareja de D.O, y el alfa, que fue su verdugo por años. Su cuerpo quedó estático al ver cómo, con el hocico y sus largos colmillos, SeHun rompía una pata trasera de Kai. La mirada que SeHun le dedicó a Baek fue suficiente para que éste al fin se echara a correr, no mirando atrás, adentrándose en el bosque.


Al poco tiempo escuchó un aullido familiar y su pulso se aceleró aún más cuando hubo respuesta. Sin pensarlo dos veces, se transformó y a cuatro patas comenzó a correr por el bosque, siendo seguido por la manada de SeHun o la de D.O. A esas alturas ya no lograba distinguir quien pertenecía a cual manada.


Su galope siguió, notando que algunos lobos habían logrado alcanzarle a sus costados, anunciando que pronto sería rodeado. Y tal cosa sucedió, frente a él apareció un lobo marrón y ojos amarillos, con gruñidos infernales y lanzándole mordidas. Desesperado, Baek comenzó a dar de patadas deseando darle a alguno. Eran seis lo que tenía a su alrededor y todos se abalanzaban hacia él con mordidas dando en alguna de sus patas o costados.


Baek se estaba cansando, pensó que, después de todo, no sería libre. No obstante, de un momento a otro aparecieron más lobos junto con un leopardo de las nieves. Los lobos que le habían estado mordiendo, fueron asesinados por la jauría que había llegado, así como de aquel leopardo que, a pesar de ser algo pequeño, había logrado deshacerse de algunos.


Cuando la masacre terminó, Baek seguía alterado, por lo que quiso emprender su huída cuando una soga se ató a su cuello. Tras ella, otras más le rodearon, sus patas también fueron atadas, pues él, al querer zafarse, lanzaba patadas, que resultaban ser blanco perfecto para poder atraparlas con la cuerda.


Baek, en un repentino ataque desesperado, comenzó a tirar de las sogas, a pesar de que le ahorcaran, lo único que quería era ser libre. No obstante, un relincho dominante le hizo detenerse en seco, con la respiración agitada, viendo frente a él un corcel negro y un poco más grande que él. ¿Qué hacía uno de su especie ahí? ¿Quién era? ¿Por qué no recordaba aquellas crines onduladas ni esos ojos increíblemente dorados?


Estaba por acercarse cuando sintió algo enterrarse en un costado de su cuello, alterándolo nuevamente y provocando que volviera a despotricarse. Poco a poco comenzaba a sentirse con menos fuerza, con unas inmesas ganas de dormir, hasta que cayó en el suelo ya convertido en un humano. Quienes habían estado sosteniendo las sogas dejaron escapar un suspiro de alivio al ver que el sedante había dado resultado.


Todos vieron a aquel castaño desnudo, con marcas en piernas, brazos, torso, costados... En ese instante, se acercó el cambia formas leopardo de las nieves, que tenía por nombre LuHan, con una manta en mano.


—Pobre chiquillo —dijo luego de retirar las sogas que aún seguían sobre el menudo cuerpo de Baek, colocándole la manta, cubriéndole lo mejor que podía. Acarició los cabellos del joven para después girarse al corcel negro que mantenía su mirada fija en el castaño.


—¿No te parece lindo? —inquirió con una sonrisa inocente, para después reir por el bufido ruidoso del otro.


—Eso no importa ahora —comentó KyungSoo que hacía aparición junto con su pareja, ayudándole a caminar. —Preparen a ChanYeol, hay muchos heridos —ordenó severo, mirando de reojo al corcel que irguió sus orejas y volvió a bufar, yéndose de ahí.


—Creo que no anda de buenas —dijo JongIn con voz temblorosa por el dolor.


—Él sabe que me da igual si está de buenas o si le lleva el diablo, él se ofreció en apoyar, así que se jode —dictaminó el alfa, haciendo reír a su pareja.


—Lo que digas —respondió el pelinegro.


—¿Ya nos vamos, alfa? —preguntó LuHan, aún en cuclillas a un lado de un inconsciente Baek.


—Sí —afirmó serio . —Y llévense a ese idiota.


A los pocos minutos ChanYeol, el corcel negro, llegó tirando de una carreta. En cuanto arribó, LuHan colocó el cuerpo de Baek, a un costado los heridos y a Kai.


El camino se hizo en silencio y con el alfa a un costado de la carreta, yendo al paso de ChanYeol. Al paso de unas horas, llegaron nuevamente a la montaña del Sol. Ahí, se fueron por un camino que había sido cubierto con ramas de arbustos y algunos escombros, evitando que cualquiera le descubriera y andara por él. Ese camino les llevaría a una aldea repleta de cambia formas inocentes. Todos ellos rescatados y acogidos por la manada de KyungSoo.


Ahí, los distintos cambia formas convivían, crecían a sus hijos, vivían sin la preocupación de ser cazados y vendidos. Todos ahí disfrutaban de la libertad, poseían pequeñas casas, algunos talleres para la producción de textiles, mobiliario, ornamentos e incluso había un comedor comunitario donde todos iban. Todo eso fue gracias a aquel alfa de mala fama.


Cuando al fin llegaron a la aldea, ChanYeol se dirigió a lo que resultaría ser un pequeño hospital. Ahí cuidaban y curaban a los heridos, y atendían a los nuevos cambia formas que estuvieran en malas condiciones de salud. Se ocuparon de BaekHyun por completo, curando sus heridas y poniéndole suero. Su salud era preocupante.


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Habían pasado un par de horas más cuando Baek despertó. Sus párpados le pesaban, su boca la sentía algo seca y su cuerpo completamente adolorido le hizo quejarse por lo bajo. Sin embargo, un dolor punzante le azotó en su brazo izquierdo, por lo que dirigió su mirar ahí y se percató de que había algo enterrado. Cerró sus ojos con fuerza, buscando aclarar su visión, siguiendo el tubo y dar con una bolsa de suero. Pronto un pitido le empezó a taladrar la cabeza, giró su cabeza y ahí pudo notar el electrocardiograma que iba registrando su latido algo irregular.


Movió un poco sus piernas notando que estabancubiertas, que había algo suave rodeándolas y fue ahí cuando cayó en cuenta de que estaba en una cama, con cobijas y, además, con una bata blanca vistiéndolo. ¿Dónde estaba?


Un poco más lucido miró su alrededor percatándose de que se trataba de una habitación blanca. Todo estaba en un silencio interesante, omitiendo al pitido del electrocardiograma. En su interior una y mil preguntas se hacía: ¿cómo llegué aquí? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Es un sueño?


Y hubiera seguido con su listado de preguntas existenciales cuando escuchó cómo la puerta de su habitación se abrió, dejando ver a un chico de facciones realmente finas y cabellos blancos un poco ondulados en sus puntas. Sus miradas se encontraron y una sensación incómoda recorrió al cuerpo de Baek.


—Despertaste pronto, eh —habló LuHan, rompiendo el silencio que se había formado.


Baek no respondió, limitándose a mirar las mantas. ¿Quién era aquél?


—Soy LuHan y sé lo que debes estar pensando: "¿Dónde estoy?", ¿cierto?


Baek siguió sin responder y aquello se le hizo adorable a LuHan, por ello se acercó a un costado del castaño, arrastrando un pequeño banco que se encontraba debajo de la camilla de metla.


—Aquí estás a salvo, si eso es lo que te preocupa —comentó suave y gentil, LuHan. —Nadie te hará daño, ni siquiera SeHun.


La sola mención de aquel alfa le trajo los recuerdos de la noche donde fue liberado. Kai había sido herido por su culpa, vio por primera vez en mucho tiempo, alguien más de su especie. Un bello corcel negro.


—Hey —llamó tranquilo el mayor, atrayendo un poco la atención de Baek, quien le miró de soslayo demostrando su desconfianza. —Todo estará bien. Yo estaré contigo de ahora en adelante.


Baek no sabía si confiar en ese tal LuHan. ¿Y si ese trato tan dulce hacia él era una manera de hacerlo caer nuevamente en una esclavitud enferma? No, no cedería. Mucho menos a aquella sonrisa demasiado radiante y alegre...


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Pasaron días y Baek poco a poco cedió ante LuHan. El mayor le había tratado de lo más amable, había sido paciente, le escuchó cuando le relató todo lo que tuvo que pasar bajo las garras de SeHun. Jamás se había sentido tan aliviado y, en ese momento, se retractaba de los primeros pensamientos que tuvo de aquel muchacho mayor que él. Después de todo, le demostró que podía confiar un poco en él.


—¡Buenos días, Baekkie! —saludó LuHan a un castaño avergonzado por el mote.


—B-buenos días.


LuHan nunca preguntó por sus heridas, no fijaba su mirada en ellas, no le hacía sentir incómodo, y eso le hacía bien. Esa fue una de las tantas razones por las que decidió ceder.


Ese día, Baek había sido dado de alta del pequeño hospital y se mudaría con LuHan. Éste se ofreció en darle asilo para ayudarlo a acoplarse al ritmo de vida de la aldea. Aún existían inseguridades, pesadillas que le atormentaban, recuerdos dolorosos, pero Baek se había propuesto en salir adelante. Resultaría difícil, siendo que no soportaba el toque prolongado de alguien (eso lo comprobó con el mayor).


La doctora le había dicho que era normal que rechazara cualquier toque de alguna persona, por lo que había vivido antes. Además de aprender un oficio, para mantenerse ocupado, Baek asistiría a terapias psicológicas para ayudarle a superar su pasado.


Aunque no lo decía, el castaño estaba agradecido.


Al fin sentía apoyo, sentía un poco la libertad, su libertad.


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—Aquí es —dijo LuHan, abriendo la puerta de su pequeña cabaña de dos plantas. —Arriba están las habitaciones, aquí es la sala, el comedor...


El mayor le mostraba con entusiasmo el lugar, transmitiéndole su alegría. Para Baek era un sueño al fin tener un lugar al cual llamar hogar, donde alguien estaría ahí, para él.


—Esta es tu habitación, Baekkie —anunció LuHan un cuarto con una cama individual, un pequeño escritorio y un closet. —Es algo modesto, pero en el futuro conseguiremos más muebles para ti, ¿vale?


—Está perfecto así, LuHan-hyung, gracias —murmuró el castaño, sonriendo débilmente al mayor, quien quiso abrazarle, deteniéndose y terminando dándose un abrazo a sí mismo. Aquello hizo sentir mal a Baek.


—Pasa una buena noche —dijo el mayor antes de dejar a solas a Baek, quien miró las ropas prestadas que portaba y la sensación de estar limpio. Sonrió conmovido de lo que estaba viviendo.


No pensó que la libertad supiera tan dulce.


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—¡SeHun! ¡Se te abrirán las heridas de nuevo si no reposas! —gritó el doctor de la manada de SeHun.


El aludido simplemente bufó y se volvió a tirar en la cama.


—Necesito ir a encontrar a BaekHyun... ¡Él me pertenece! ¡¿No lo entiendes?! —vociferó SeHun completamente fastidiado.


Luego haber herido a Kai, fue atacado por D.O, recibiendo incontables mordidas en sus patas y costados, además de una cerca de su yugular. Es por ello que había terminado en cama, recuperándose de las heridas. Sin embargo, él se juraba que hallaría a BaekHyun y lo traería de vuelta adonde pertenecía: bajo su mando. No descansaría hasta verlo nuevamente.


—SeHun —llamó el doctor —, cálmate, ¿quieres? Jodes mi trabajo.


—Vete a la mierda, SuHo.


El nombrado SuHo simplemente rodó los ojos, volviendo a hacer las puntadas que se habían abierto por culpa del desastroso de su hermano menor.


—Lo voy a traer de vuelta —aseguró SeHun. —Él es mío, él debe estar aquí, conmigo.


—Él es sólo un capricho tuyo —resolvió el mayor.


—No pedí tu opinión —. Los dos se miraron a los ojos hasta que SuHo presionó la herida del costado del otro. —¡Hijo de puta!


—No insultes a madre —reprendió, presionando nuevamente en la herida.


—¡Deja de hacer eso, carajo!


—A veces me pregunto, SeHun, ¿por qué tanta obsesión con ese cambia forma? ¿Qué tiene de especial? Lo que debe importarte es que tienes entrega de mercancía en un par de semanas y ahora sólo tienes nada en el desaparecido establo.


—Eso ya lo sé, no tienes por qué recordármelo.


—Bueno, si ya lo sabes, deja en paz a BaekHyun y enfócate en el negocio familiar.


—¡Negocio familiar, mis bolas, yo necesito a BaekHyun!.


—Tú lo que necesitas es que te quite el puesto de alfa —aseveró SuHo. —No te dí la oportunidad sólo para que te beneficies de tu posición y quieras cumplirte tus berrinches.


SeHun le miró desafiante sin causarle algo a su hermano.


—Me iré una semana a China a ver un asunto —anunció SuHo. —Esta será tu última oportunidad para que sigas teniendo el título de alfa de esta manada, ¿ me oíste? Así que, para cuando regrese, los encargos deben estar completos o más de la mitad. Si no veo eso, SeHun, te destituiré y sabes cuál es la penalización, ¿ o no?


El menor asintió forzadamente sin suavizar su mirada.


—Bien, entonces, tienes trabajo que hacer. No lo jodas.

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué les pareció?

Hasta aquí los caps ^^

Espero les haya gustado :'3

Gracias por leer~

Nos leemos en el siguiente cap ^^)b

Cuídense, chiquis~

AliPon fuera~*~*


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