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Under Your Control - Killing Stalking Omegaverse por Boo Bear LOL

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A pesar de que el encuentro entre su mirada y la suya había sido demasiado breve para su gusto, ello no había sido obstáculo para que el menor grabara en su memoria esa mirada curiosa junto, a esa sonrisa ladina, que más tarde le darían dolor de cabeza durante más de una noche.

¿O que más tarde lo satisfacería durante sus fantasías sexuales?

Aunque pareciera inconcebible de pensar, nuestro pelinegro había contraído un trauma luego de esa noche remembrante de su pasado.

Había sido diagnosticado con un problema severo de transición límite de personalidad, el cual, lo llevaba a cambiar de estado de ánimo y de emociones rápidamente sin que necesariamente concordaran con la situación en que se encontrara.

Por ello, aún cuando en estos instantes estuviera siendo retirado del escenario por su jefe que, sorprendentemente lo estaba felicitando por la actuación que había logrado atraer aún más clientes al burdel; lo único que ocupaba su mente era recibir las placenteras y escalofriantes sensaciones de corrientes eléctricas que parecían recorrer desde la punta del dedo de sus pie hasta la más fina hebra de sus cabellos azabaches como producto de la intensa mirada que el inidentificable alfa le había dedicado únicamente a él: un omega simple y carente de talento seductivo.

¿A quién quería engañar? Aún cuando tal alfa le había brindado esa mirada que al principio le había erizado todos los vellos de su piel a causa del miedo de ser el objetivo del mismo; ello cambió para dar paso a sensaciones de emoción, excitación, felicidad y curiosidad, los cuales se manifestaron en un gracioso y fuerte sonrojo que se extendió a lo largo de todo su rostro y orejas.

Total, no siempre se recibe miradas ardientes de alfas desconocidos.

Y que él fuera la razón del interés de tal desconocido simplemente subía un poco más la casi nula autoestima la cual, nuestro omega había adquirido desde el preciso momento en que tuvo 13 años.

Cuando en esa noche invernal del último año con sus abuelos, su mundo adquirió una nueva perspectiva de la realidad en que se situaba.

No se detuvo a recordar ya que no era el momento indicado para traer de regreso memorias tristes y crueles.

Solo pudo salir de su trance mental cuando sintió que el calor que emitía la mano de su jefe, la cual e había mantenido sujeta a su muñeca desde que el mismo lo recibió luego de retirarse del escenario, había desaparecido para dejar su extremidad libre y su conciencia despejada.

Reconoció el lugar donde lo había estado guiando sin que él se diera cuenta. Se trataba de su cálido y estrecho camerino que usualmente ocupaba para colocarse el traje de mesero sin que los demás betas se vieran incómodos por su presencia.

- Mira Bum.- Su jefe había empezado por hablarle en un tono serio, lo cual lo extrañó a pesar de que hace momentos atrás lo había estado elogiando.- En realidad nunca me imaginé que un omega como tú, que al principio demostró que no tenía materia para seducir a los demás a pesar de que ello es una característica representativa de todos los de tu clase, pudiera haber hecho esta "maravilla" por así decirlo.- Bum no se sentía ofendido de lo que su jefe dijera o pensara sobre él o de los omegas; ya que, en realidad nunca le prestaba la debida atención cuando se trataba de sus sutiles quejas de sus compañeros de trabajo.

- Pero no te hagas ideas erróneas de que, debido a este inimaginable acontecimiento puedas ascender a un puesto con mejor paga de lo que tu anterior trabajo te hubiera podido dar alguna vez. O bien tu suerte tendría que mejorar un millón de veces para que te reasignara como bailarín regular o sino tendrías que renacer con un mejor rostro. Cámbiate y sigue con tu labor de servir, omega mesero.- Si dijera que se sentía algo desganado por haber perdido esa oportunidad de trabajo, ello sería una completa mentira, ya que apenas su jefe se retiró de su camerino, una inusual sonrisa se dibujó entre las delgadas comisuras de sus labios.

Estaba rebosante de felicidad al saber que no lo expondrían como un trozo de carne ante el público. Ello siempre fue parte de los principios de su "Dignidad como Omega": Nunca exhibirse como un objeto desechable.

No obstante... ¿a quién quería engañar? No pudo evitar el sentir algo de desilusión floreciendo desde el interior de su frágil corazón cuando se percató de que, quizás nunca más podría tener la más mínima oportunidad de volver a ver a ese alfa que lo había hecho sentir por un momento anhelado y único ante todos. Ni en sus más deprimentes e imposibles fantasías nocturnas se había sentido tan querido como hacía unos minutos se había encontrado.

Eran exactamente las 11:00 p.m. cuando la moral de Yoon Bum y su corazón se vieron contrariados por primera vez en lo que iba de esa noche por culpa de los irregulares e inconcebibles sentimientos que nuestro omega había empezado a albergar a causa de la aparición de tal alfa.

Regresando a sus labores de mesero, Yoon Bum decidió colocarse nuevamente esa imperceptible máscara de indiferencia como siempre había hecho desde el preciso instante en que había comenzado a trabajar en tal local.

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A las 11:30 p.m. se registró un hecho inimaginable para Yoon Bum.

Se encontraba recogiendo los platos de una mesa que había sido utilizada por unos clientes, cuando de la nada, su jefe apareció detrás de él con una de las sonrisas más grandes e infantiles que alguna vez en su vida hubiera podido apreciar.

Sosteniéndolo por los hombros, su jefe le dijo la noticia de la manera más suave y alegre para que el omega lo asimilara de la mejor forma posible.

Había sido solicitado para brindar un baile privado a uno de los comensales del burdel bajo el nombre de Ji Eun.

Un alfa que había dado una gran cantidad de dinero él mismo lo satisfaciera con sus contorneos y movimientos sugerentes.

Si fueras espectador de ello, podrías que, lo que Bum sintió al escuchar tales sentencias no fue meramente más que sorpresa y nerviosismo. Pero si fueras más observador, podrías descubrir de manera certera que lo que su rostro demostraba era miedo e inseguridad en su máxima expresión.

En serio que estaba teniendo una mala noche...

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Luego de 20 minutos, Yoon Bum se encontraba de pie en frente de la cortina color borgoña que daba paso a una sala privada y sofisticadamente decorada para este tipo de solicitudes y/o encuentros.

Recordaba un par de detalles que le había comentado su superior.

"El cliente debe ser nuevo, porque sino sabría que Ji Eun es en realidad una mujer; por lo que, para evitar futuros reclamos, debes colocarte un antifaz."

Su jefe debería ser demasiado idiota para saber que ya todos lo había visto con el rostro descubierto la primera vez que bailó en la noche.

Y no podía creer que esta fuera la segunda.

"Trata de no buscarle conversación o en lo mínimo dirigirle un saludo, solo quiere que bailes para él sin palabras de por medio. Al parecer, ésa fue su única indicación"

Realmente no podía creer que nuevamente fuera a estar envuelto en esa atmósfera de seducción vistiendo esas provocativas y desinhibidas prendas por segunda vez en la noche.

Y lo peor, estar bailando y rodeando con movimientos elegantes y excitantes al cuerpo de un alfa desconocido y silencioso que había pagado por sus servicios carentes de delicadeza y belleza.

Intentó deducir qué alfa de los cuales habían estado entre el público espectador se hubiera fijado en él aparte del otro sujeto de mirada achocolatada.

Su memoria era un completo desastre.

 

Ignorando el sentimiento de angustia y duda que empezaba a brotar desde lo más profundo de su ser, se limitó a abrir la cortina de la habitación para ingresar dentro de ella.

Sus ojos se pasearon por toda la sala como si la misma se tratara de una exhibición de arte, sorprendiéndose de la decoración con la cual estaba envuelta. Quiso distraerse para evitar mirar al sujeto que estaba frente suyo.

No pudo más con la incertidumbre de su destino; por ello, decidió dirigir la mirada al centro de la sala.

Sentado en un gran sillón de terciopelo rojo se distinguía una figura que era la representación de todos los alfas que alguna vez Bum recreó durante sus fantasías sexuales.

Era el prototipo perfecto de hombre.

Con su cabello rubio ocre levemente desordenado, dándole un toque de rebeldía y jovialidad; su anatomía perfectamente ejercitada y diseñada para proteger a cualquier omega entre esos fuertes brazos que relucían bajo la tela negra de su camisa manga larga; junto a esa piel tan apetecible de mordisquear lentamente hasta llegar a saborearla, y esos labios tan prestos a morder dolorosamente hasta hacerlos sangrar, le daban un aura de una divinidad bendecida con una belleza mortalmente imposible.

Ascendiendo la mirada, quiso observar sus orbes, los cuales ya se imaginaba la profundidad y la expresión de los mismos. Incluso pensó que eran del mismo color ónix que los de ellos.

Sus deseos se vieron obstruidos gracias a los lentes que el alfa estaba portando en su rostro.

Bueno, cuando se acercase a él, podría saciar su curiosidad.

Al son de la música y dando pasos sensuales, empezó a rodear el mueble donde el alfa se encontraba sentado con las piernas abiertas y los brazos recostados alrededor de los respaldos del mismo.

You're dripping fire tonight.

Estás destilando fuego esta noche.

Caminando tal cual felino hacia el frente para observar directamente al alfa, Yoon Bum empezó a masajear su propio cuerpo con sus pálidas manos lenta y tortuosamente. Primero colocó su dedo índice y medio en la punta de sus labios rozándolos delicadamente para separarlos suavemente e introducirlos en su tierna y pequeña boca, cubriéndolos al mismo tiempo con un poco de saliva para luego deslizarlos inquisitoriamente por su cuello, dejando como prueba de su acción, delgados hilos de la misma hasta la hendidura de su clavícula.

A pesar de que aún se sentía inseguro, decidió contornearse rítmicamente acorde a la música de fondo que sonaba.

La atmósfera silenciosa y fría parecía no haber cambiado; pero, para el olfato de nuestro sensible omega, ello no era del todo cierto. Sentía la mirada fija del alfa sobre su cuerpo, analizándolo desde el comienzo de la punta de los dedos de sus pies hasta la última hebra resaltante de cabello azabache. No podía creer que ya estuviera sintiendo las primeras corrientes de placer descender hasta la zona baja de su cuerpo, haciendo que las mismas crearan un remolino de sensaciones que ni él mismo siquiera pudiera mantenerlas bajo control.

El ambiente comenzaba a tornarse algo picante y extrañamente caliente.

Como si el alfa emanara un aura tan cálida y seductora que te invitaba a seguirla hasta los confines del mismísimo inframundo con tan de que te permitiera naufragar en ese inmenso océano de deleite sexual.

La atmósfera fría de la inseguridad y el desinterés se estaba desvaneciendo de la sala, como la niebla a comienzos de la primavera para dar paso a la refrescante y estimulante sensación de confianza y aprobación que el omega necesitaba para continuar satisfactoriamente con sus movimientos de baile.

Estaba confiando demasiado en su suerte.

Con cada una de sus fuertes y roncas inspiraciones que daba el alfa cada vez que el omega se pellizcaba los pezones exquisitamente a los ojos del rubio, Yoon Bum se aventuró a hacer algo que estaba fuera de las reglas de un baile privado.

Decidió invadir su espacio personal.

Generalmente los comensales están prohibidos de tocar los trabajadores del lugar a menos de que fuer de manera voluntaria, pero en esta ocasión, Bum optó por entregarse sin pensárselo.

You're like a miracle, you got me feeling so,
Ah ah ah hey hey hey hey
Ah ah ah, hey hey hey hey

Tú eres como un milagro, me tienes sintiendo "ello"

Antes de acercase directamente al comensal, decidió estimular el íntimo espacio que ambos estaban compartiendo al masajear, con sus torpes dedos, por encima del trozo de tela que cubría su intimidad, en la cual estaba empezando a percibir el característico palpitar delicioso viajar, junto a un suave estremecimiento, desde la parte baja de su vientre níveo hasta la cabeza de su miembro.

Estaba abusando de su suerte. Pero...

¿Cuándo en la vida se le iba a presentar una oportunidad como ésta?

Colocándose en horcadas sobre el cuerpo quieto del alfa, Yoon Bum continuó en recorrer su delgada anatomía con sus temblorosas manos, tratando de excitar lo suficiente al alfa como para ver, probablemente, a ese gran falo batallar entre la tela de ese apretado pantalón drill verdes oscuro que tenía puesto.

¡Oh! Al parecer, su objetivo se vio cumplido cuando sintió "ello" entre el comienzo de sus piernas.

Se había concentrado tanto en esa parte de su sensual anatomía que no sintió cuando el alfa había colocado sus manos a ambos lados de sus caderas descubiertas para, posteriormente, levantarlo y posicionarlo contra su entrada, la cual empezaba a lubricarse a causa de su naturaleza omega.

Debía admitir que al principio, su aroma a cacao fundido no lo había impresionado tanto, ni siquiera le había conmovido, pero quizás gracias a la atmósfera excitantemente peligrosa en que se encontraban, hallaba el aroma del alfa como algo tan exquisito y deleitable a su habilidoso olfato que no pudo evitar gemir levemente dando suspiros furtivos.

- ¡Ahh!~.- Había gemido de placer y sorpresa al sentir cómo el rubio había cubierto sus ojos con la palma de su mano izquierda, y con la derecha, había introducido todos sus dedos bajo la tela de la tanga oscura que el omega tenía puesta para apretarlo y pellizcarlo hasta que el pelinegro diera pequeños alaridos de placer.

Look like the rest of my life.
You're like a centerfold
I wanna make you go
Hey hey hey hey
I wanna make you go
Ah ah ah, Ow!

Luce como el resto de mi vida...

Tú eres de alta calidad

Quiero hacerte venir...

Hey Hey Hey

No pudo ver el color de sus ojos. Quizás tampoco hubiera podido debido al constante placer que las manos de su acompañante le brindaban al masajear su trasero, cegando por totalidad la mayor parte de sus sentidos.

Sí que se sentía jodidamente delicioso.

Las respiraciones entrecortadas de ambos se detuvieron ara fundirse en un beso hambriento.

El interior de la boca del alfa era tan fresco como su aroma, dejando con más ganas al omega de seguir saboreándolo.

El juego de lenguas ya no era suficiente. Tenía que absorber más, tenía que robar lo que sería el mordisquear esos carnosos labios. Sujetando levemente el labio inferior del alfa entre sus dientes delanteros, Yoon Bum se permitió entre sus labios y lengua.

El alfa en respuesta había dado un ronco suspiro que había encendido la, usualmente, apagada llamada de libido del omega. Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, sus instintos ya habían comenzado por controlar todos los músculos de su cuerpo, provocando que se restregase furtivamente contra el miembro erecto del alfa sentado bajo él. Y, añadiéndole el hecho de que aún se seguían besando tan primitivamente... El omega ya estaba sintiendo las conocidas y asombrosas corrientes eléctricas viajar desde su cerebro hasta l parte baja de su abdomen donde comenzaba a acumularse grandes cantidades de placer.

No prestaba atención a su alrededor; por ello, no diferenció el dolor de una erección con la de un golpe a las costillas que, microsegundos después, lo había lanzado a una esquina de la sala dejándolo encogido de dolor.

En shock, se limitó a ver quién había osado a interponerse entre su cliente y él.

La furia de verse interrumpido pasó a convertirse en miedo al ver de quien se encontraba arriba suyo.

- ¿Qué mierda crees que haces?.- Una omega pelinegra con un corazón la lado de su mejilla derecha lo estaba retando con la mirada.

Rayos, sabía que algún día se enteraría, pero no tan pronto.

De pie con un atuendo igual de provocador que el de él, se encontraba Ji Eun, la verdadera bailarina que debería estar en su lugar complaciendo a ese alfa que, seguramente, estaba igual de sorprendido que él.

Desvió la vista hacia el comensal, y lo que vió no le agradó en lo más mínimo.

Era ese mismo alfa dueño de la mirada curiosa que se había fijado en él durante el show.

No podía con la vergüenza que sentía. Quería hundirse en un pozo y no volver a salir nunca más de la humillación de verse necesitado de un alfa tan sospechoso como él.

Bajó la mirada.

-¿ Te demoraste un poco, no?.- Casi como un susurro imperceptible para la omega al lado suyo, ero lo suficientemente audible para él, recordaba esa voz ronza y singular como ninguna.

Era la misma voz del alfa que lo violó durante su trabajo de medio tiempo como practicante de oficial.

Era el mismo malnacido que le había hecho darse cuenta de su triste condición como desechable omega.

O... ¿se estará equivocando? Era posible que lo confundiera considerando el fuerte golpe que había recepcionado, y que como consecuencia, había aturdido su audición.

Para comprobar su teoría, con pánico y terror de fuera acertada, subió la mirada ara encontrarse con sus orbes.

Vio al dueño de esa intolerable, pero a la vez, masculina voz que lo miraba desde su sillón rojo aterciopleado, con esos orbes chocolates que demostraban excitación, burla, interés y ...

Superioridad.

No podía se verdad... ¿En serio se había metido en la boca del lobo? Y no cualquier lobo...

¿Uno que buscaba vengarse de él?

------------------------Fin del Capítulo 3 -----------------

 

Notas finales:

Por favor,  comenten C:


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