El ambiente era tan pesado como siempre, llegando a inundar su fosas nasales.
El olor a alcohol, sexo, semen y cigarrillo calaba en lo más profundo de su ser omega, logrando que éste se tambaleara en el inodoro ante la poderosa corriente de placer que recorría su delgada complexión luego de masturbarse en el baño público del prostíbulo donde trabajaba desde hace cinco años. Ser un omega que no atraiga con su aroma pero que fuera poseedor de excelente sentido del olfato era un arma de doble filo que en muchas ocasiones le había jugado en contra. Y justo como ahora, donde el olor a feromonas excitadas eran más fuertes que de costumbre, obligaba a su cuerpo a saciar de una vez por todas esa necesidad de alfa que su interior no había tenido el privilegio de recibir desde hacía un buen tiempo.
Cinco años para ser exactos.
La única solución era saciarse por sí mismo, ya que sabia que no le resultaba atractivo a casi ningún alfa o beta.
Habiendo terminado la sesión, decidió arreglarse la ropa para continuar trabajando como el mesero titular en que se había convertido desde que llegó laborar en el burdel. Esta noche era una muy importante, debido a que alfas de altos rangos sociales pertenecientes a las ciudades aledañas irían a reunirse para ser espectadores del último descubrimiento erótico de éste lugar, es decir, a la hermosa omega Ji Eun.
Pensando en las grandes propinas que iba a recibir esta noche, se detuvo a mirar una cicatriz en forma de cruz que estaba formada en su muñeca izquierda descubierta gracias a que la manga de su camisa, que usualmente la cubría, se encontraba semi - abierta.
Aquella cicatriz producto de esa fatídica noche.
Aunque quisiera evitarlo, cada vez que observaba esa cicatriz normalmente escondida escondida bajo prendas gruesas, recordaba por defecto esa noche calurosa donde había sido utilizado como carnada fácil para atraer al objetivo en cuestión y donde también, se había dado cuenta de la triste condición natural con que nació: Ser un omega desechable que le sirviera a las personas que estaban en la cima de la cadena alimenticia solo cuando les fuera útil.
Y cómo olvidar la cantidad de lágrimas derramadas cada vez que tenía una pesadilla con ese sujeto quien siempre parecía a acecharlo desde las sombras jurándole, con una muda promesa en su mirada, la dolorosa venganza que vendría si en cualquier segundo bajaba su guardia.
Claro que cuando decidió abandonar la comisaría para preservar la poco dignidad que le quedaba, no había planeado a el próximo lugar donde iba a parar. Solo lo había hecho para mantener su honor como el omega auto - suficiente que supuestamente era; sin embargo, la situación no era tal fácil como la imaginaba. Ya no quedaban trabajos dignos como los había antes de lograr en la jefatura, ahora solo quedaban empleos denigrantes, tales como el ser esclavo en casonas lejanas en las montañas, ser adorno en fiestas sociales de alfas como objeto a relucir y convertirse en un bailarín de danzas prohibidas y sensuales. Y como nuestro protagonista actualmente estaba escaso de dinero y desde nacimiento era carente de belleza, lo unico que le quedó fue dormir en las bancas de los parques durante un par de semanas antes de que un beta, desconocido por cierto, le mencionara que cerca de su ex - apartamento se encontraba un burdel que reclutaba omegas para que sean partícipes de sus libidinosos espectáculos.
Al principio el pelinegro se había negado rotundamente a trabaje como prostituto, porque ello seria como darle la razón a ese arrogante beta de la comisaría. A pesar de que siguió buscando más propuestas, todas lo dirigían a lo mismo: Trabajar como bailarín en burdeles.
El hambre había hecho acto de presencia en un débil organismo, provocando que su moral y terquedad se doblegara ante sus necesidades primitivas.
Hasta que su situación financiera se mejorará lo suficiente como dejarlo, Decidió trabajar temporalmente en un popular prostíbulo denominado: "Killing me softly" , donde en empezó a laborar como bailarín. Por los próximos cinco días lo habían instruido con los mejores movimientos y danzas sensuales, vistiéndolo con las prendas más pequeñas y atrevidas para que resultara atractivo al público espectador de su desenvolvimiento. No obstante, luego de que el dueño observará que la cantidad de clientes disminuía cada vez que el pelinegro se presentaba, fue inevitable el que lo degradaran como camarero regular del bar del local debido a la carentes habilidades seductoras que el mismo poseía.
Yoon Bum no pudo estar más feliz con esa decisión. Sentía que al fin podría respirar tranquilo luego de pensar que la culpa que sentía al trabajar en lo más denigrante de acuerdo a sus principios, fuera eliminada de su mente felizmente.
Se suponía que dejaría el empleo cuando tuviera un el sufiiciente dinero como para encontrar otro empleo, pero con la paga mínima que le era atribuida, tal plan parecía más lejano cada vez.
Así pasaron sus últimos cinco años.
Estaba tan ensimismado en el lago de sus recuerdos y sueños que perdió la noción del tiempo, haciendo que saliera apresuradamente del cubículo antes de que la cantidad de propinas planeadas a conseguir disminuyeron.
En esos instantes eran las 9:00 p. m.
Todo era tranquilo hasta que dos horas más transcurrieran.
--------------------------------------------------------
Eran las 11:00 p. m. cuando se registró un hecho inimaginable para Yoon Bum.
En estos momentos debía empezar el show nocturno por el cual muchos alfas habían llegado.
La bailarina Ji Eun aún no arrivaba al prostíbulo para dar inicio al erótico espectáculo prometido al público.
Los demás omegas estaban demasiados ocupados con sus propias actuaciones y bien tenían el día libre.
El único omega disponible actualmente era Yoon Bum.
Y fue allí donde su mundo quedó en blanco.
Su jefe estaba gritándole en sus narices que se apresurara en ir al vestidor para colocarse esas prendas diminutas, que desde un principio había detestado, para suplantar a la omega impuntual a la cual, estaba empezando a detestar.
Solo una palabra podía expresar lo que sentía en esos momentos: Estupefacción.
Ese sentimiento fue breve, porque inmediatamente pasó al estadío del miedo y temor que empezaba a corroerlo: ¿Qué pasaría si decepcionaba al público? ¿Y si cometiera alguna torpeza en pleno espectáculo? ¡Sería el hazme reír de todo el bar! ¿Y si lo despedían por alejar a los clientes justo en esta ocasión que era tan importante para el jefe?
Quiso oponerse mencionando su incompetitividad, pera la mirada encolerizada con su jefe le observaba advertía que no iba a ser capaz de aceptar ninguna refutación de su parte.
No le quedó más remedio que obedecer en contra de su voluntad… Ya una vez lo había hecho, pero ello había ocurrido cinco años atrás; ahora era una situación completamente diferente. Si no lograba complacer al público que había pagado costosas reservaciones para estar presentes en tan esperada demostración corporal, toda la furia del personal recaería sobre sobre sus hombros.
Mientras se dirigía con paso lento y desganado al vestidor que estaba ubicado en el fondo de un pasadizo, pudo apreciar la gran cantidad de personas que se encontraban riéndose y charlando con una copa de whisky al lado de sus manos. Todos ellas eran demasiado importantes para su gusto, y eso podía decirlo con solo el poder que demostraban sus feromonas.
La prenda que desde hace unos minutos ya se lo había colocado, constaba de un pequeño y algo vulgar conjunto negro de tiras que se adherían a su pecho, espalda y parte de su tórax, las cuales se unían en la parte baja de su abdomen conformando una especie de tanga que apenas, y cubría su parte íntima. Era algo simple, pero atrevido y suave para un omega que había tenido prácticamente, nulo contacto con los escenarios.
Trataba de repasar mentalmente los pasos sensuales que debía ejecutar, pero aún así no lograba sentirse tranquilo. En serio sentía vergüenza y lástima ajena por los clientes que se verían decepcionados de a un intento de bailarín como él a comparación de la preciosa y talentosa omega a la cual estaban esperando ver.
Bueno, ya no había tiempo para auto – compadecerse más, los aplausos y gritos del público ya daban intención del inicio del espectáculo al cual, Yoon Bum, no esperaba interpretar sinceramente.
--------------------------------------------------------------------
Las luces lo aturdían, y la música con la cual JiEun era la indicada para bailar, era efectuada por él.
A pesar de que el show estaba por comenzar, él ya se sentía cansado por todo ello.
Apoyándose en sus rodillas y colocando una mano en su cintura y lao tra en la comisura de sus labios, empezaba a moverse sensualmente al compás de la canción.
Everybody look at me, me
(Todo el mundo míreme, míreme)
I walk in the door you start screaming
(Camino hacia la puerta y tú empiezas ya a gritar)
Come on everybody, what you here for?
(Vengan todos, ¿para qué están aquí?)
Move your body around like a nympho
(Meneen su cuerpo como si se trataran de un ninfómano)
Movía sus caderas frenéticamente alrededor del tubo instalado en medio de la pista, como si de verdad quisiera que todos gritaran de excitación por su presencia; no obstante, la mayor parte de los presentes solo se mantenían en un pesado silencio o dando profundas inspiraciones.
No quería alarmarse, por tanto, solo se limitó a seguir con el show.
Everybody get your neck to crack around
(Todos giren su cuello hacia acá)
All you crazy people come on jump around
(Todos los dementes bengan ya hacia aquí)
I wanna see you all on your knees knees
(Quiero verlos de rodillas)
You either wanna be with me or be me
(Sé que todos quieren al lado mío ser como yo)
Come on now
(Ven ahora)
Sorprendentemente, algunos alfas reaccionaran a su baile, dando aullidos o gruñidos. Incluso, como si acataran literalmente a lo que se mencionaba en la canción, unos cuantos se encontraban apoyados sobre sus rodillas dando gemidos roncos producto de un placer imaginario.
A pesar de que odiaba su posición como omega el cual siempre lo había puesto en desventaja, por primera vez en su corta vida se sintió tan satisfecho y orgulloso de que fuera él, junto a sus débiles feromonas, el único causante de que se produjera tal reacción en tales desconocidos. Incluso se permitió disfrutarlo cuando se deslizaba sensualmente hacia el suelo de la pista, rozando su espalda baja contra el tubo atrás suyo.
Siguió bailando un poco más, ya casi terminando la música de la estrofa final.
Escuchando ya la última frase de la misma para decidir en terminar en la pose más erótica que alguna vez en su breve existencia se hubiera atrevido a realizar para dar el broche de oro a su actuación; optó por ver por última vez al público espectador. Era cierto que aún se respiraba el ambiente lleno de feromonas excitadas… Pero los presentes tenían los ojos desviados de la pista.
Extraño
Había algo inusual, no era él lo que observaban, sino a un hombre sentado en la barra con las piernas cruzadas y una mano apoyada en su mejilla.
- Seguro que se trata de un omega precioso que ha cautivado al público más que yo. Ya sabía que éste era el resultado, pero igual duele…- pensó Bum al sentirse defraudado de sus limitadas capacidades seductivas como el omega que era.
Decidió olfatearlo para reconocer el probable efecto afrodisíaco que generaban sus feromonas en los comensales, pero se sorprendió de que no se tratara de un omega.
Alfa
Pero no olía de manera exótica.
Quería descubrir tanto el secreto que se escondía en sus feromonas como para atraer a tantos (as) alfas y betas que, irremediablemente, se había quedado quieto en medio de la pista con la mirada fija en su persona.
Tenía que, o bien parecer un dios griego o expeler una feromonas endemoniadamente exquisitas como para que tantos alfas se quedaran embobados a comparación de las que liberaban los omegas.
Ello no era normal.
Las luces de los reflectores no llegaban a la barra, por lo que no podía apreciar ni siquiera el color o forma de su cabello, solo un par de destellos que se dirigían completamente hacia él y que resplandecían en medio de tal pesada oscuridad.
No se equivocaba, ese par de destellos se trataba de su mirada.
Una mirada que lo siguió incluso mientras bajaba de las escaleras del escenario cuando su interpretación se vio terminada.
Una mirada que no expresaba odio, placer, confusión o sorpresa.
Solo mera diversión y curiosidad.
Decidió enfrentar tales orbes antes de retirarse para siempre de los escenarios.
Cacao electrizante se encontró con opaco ónix.
Curiosidad Traviesa v.s. Curiosidad Inquisitiva
Ningún alfa lo había mirado de esa manera, por lo que se quedó impresionado de aquél. Y mucho menos, ningún alfa le había dirigido tal sonrisa ladina.
Ninguno le había dirigido esa sonrisa satisfecha de cazador a presa.
Seguro habían sido coincidencias desafortunadas e irónicas que se habían conciliado esa noche, pero la última estrofa de la canción concordaba singularmente con la simple conclusión a la que había llegado.
I been around the world I ain't ever seen a girl like this
(He estado alrededor del mundo cruel y depravado, pero nunca he visto a un alfa como él)
She's a maneater, a maneater
(Él es un manipulador, un manipulador hormonal)
Si solo hubiera sabido que, dentro de unas horas se encontraría de pie en una cabina elegantemente decorada y expuesto ante aquél alfa y su sonrisa impetuosa, quizás y... Sólo quizás…
Jamás hubiera correspondido a esa muda propuesta de posesión.
---------------------------------------------------------