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Unnie por Yong Mun

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Notas del capitulo:

Hola, lamento la demora.

Aquí dejo el nuevo cap., disfrutenlo. =)

–Tae –El hombre respiró profundamente –Está grave…muy grave –Logró decir aunque sin verla a la cara –Ella… –Su voz se quebró –Su corazón está débil y…me temo que no hay mucho que los doctores puedan hacer –Miró a la nada.

 

–… ¿Qué? –Bianca sentía caer al mundo sobre ella –Co… ¿cómo que no hay mucho que hacer? –Preguntó atónita, mientras que Ángelo desviaba la mirada al suelo.

 

–El doctor dice que el estado de Taeyeon es muy delicado para enfrentarse a una operación a corazón abierto y…en el remoto caso de que la resistiera, ésta no tendría gran resultado –Comenzó a explicar –Ni siquiera hablemos de un trasplante, además de que encontrar a un donante tan pronto, sería imposible –Por fin la miró –El doctor dice que lo mejor es dejarla aquí el tiempo que resta hasta que… –Calló, no se atrevía a terminar, no se atrevía a siquiera pensar la palabra –Lo siento…de verdad lo siento Bianca.

 

–No…no… ¡NO! –Sus lágrimas corrían sin pudor alguno –Tae…Tae no se puede morir, ella… ¡ella no puede morirse! –Lo tomó bruscamente de la solapa de su saco –Ella no –Bajó la voz –Ella no… –Susurró.

 

–Lo siento cariño –La abrazó –No sabes cuánto lo siento –Besó su frente.

 

– ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasarle esto? –Preguntó aun abrazada a él –Tan sólo tiene siete años, tío, sólo…siete años.

 

Después de hablar con Ángelo, fue el doctor quien le explicó a detalle lo que estaba ocurriendo con su pequeña hermana. Al parecer lo que parecía un simple asma se volvió más complicado con el paso del tiempo, y al no atenderlo y tomar el tratamiento adecuado, el corazón de Taeyeon se volvió cada vez más débil, complicando a la vez su asma y que éste se volviera crónico, llegando así al punto donde se encontraba ahora.

 

Luego de hablar con el doctor, Jessica la esperaba afuera de la habitación de Taeyeon, y al mirarla, trató de poner su mejor cara. Ahora la castaña también estaba al tanto de la situación de la pequeña.

 

– ¿Lista? –Preguntó y Bianca se limitó a asentir –Bien, ¿quieres que entre contigo?

 

–No –Miró la puerta –Debo hacerlo sola –Ésta vez miró a la más baja y sonrió de lado –Pero…quédate ¿sí? Yo… –Jessica comprendió y sonrió.

 

–Estaré aquí cuando me necesites. Ahora entra.

 

La pelinegra asintió una vez más y tomó la perilla, respiró profundo, preparándose mentalmente para lo que seguía, pero jamás imaginó toparse con aquella imagen tan impactante. Ahora comprendía la reacción de Jessica, ahora comprendía por qué estaba tan desecha después de ver a su hermana. La pequeña Taeyeon se encontraba tumbada en aquella cama, inconsciente, con un tubo atravesando su garganta, un catéter en su mano izquierda y por si fuera poco, conectada a un sinfín de máquinas. Se veía frágil, indefensa, como si la cosa más mínima la pudiera dañar al instante.

 

Bianca ahogó su llanto, estaba desecha, aun no podía, no quería creer que la niña en aquella habitación fuera su hermana, la pequeña Taeng. Para ella, la castañita era la más fuerte, la más saludable y activa del resto de sus hermanas, jamás imaginó que el asma aparentemente inofensivo de Tae, ahora la tuviera atada a esa cama de hospital.

 

–Hola Taeng –Llegó hasta ella y tomó su mano derecha –No sé si me escuches, pero aun así quiero hablar contigo –Sonrió o eso trató, pues el llanto que tanto retenía no pudo contenerlo más –Lo siento, Tae –Tomó con más fuerza la pequeña mano entre la suya –De verdad lo siento. Si no fuese por mí, tú no estarías aquí, no debí tratarte y hablar así –Recordó la escena de hace unas horas atrás en casa –Tú sólo quisiste defender a Jessi –Sonrió recordando tan conmovedor momento, pero su llanto volvió –Y yo me comporté como una tonta.

 

De la nada, sintió un leve escalofrío en la espalda y no tuvo que voltear para saber de quién se trataba. Kevin mantenía su mano apoyada sobre su hombro derecho. No fueron necesarias las palabras, con ese simple gesto la pelinegra comprendió lo que el ángel quería transmitirle.

 

Se quedaron así por mucho tiempo, ninguno dijo nada, no había nada que decir, ambos mantenían su mirada puesta en Taeyeon, quien a ratos suspiraba y apretaba la mano de Bianca.

 

– ¿Cómo se lo diré a las demás? –Preguntó sin despegar la vista de la pequeña – ¿Cómo les explicaré lo que está ocurriendo? –Las lágrimas volvieron a escapar.

 

–Todo saldrá bien, Biany –Dijo él con cautela –Toda va a…

 

–No te atrevas a repetirlo –Soltó con enfado –Cómo te atreves a decir eso cuando ella… –Bajó la mirada –Cuando ella…se irá.

 

–Todo pasa por algo, todo tiene un por qué.

 

– ¡Al diablo con toda esa mierda! –La tristeza de la pelinegra se transformó en ira pura – ¿Ahora me vas a decir que esto también es parte de lo que sea que tu “jefe” me quiere enseñar? ¿Dar una lección? –Preguntó irónica –Si así es… ¿por qué rayos de ésta manera? ¿Por qué terceros tendrían que pagar mis errores? ¿Por qué con ellas? ¿Por qué con Taeyeon? ¿Por qué? ¿¡¡POR QUÉ!!? –Quedó a escasos centímetros de él –Si así es como resuelven las cosas allá arriba, entonces todo esto es basura –Se alejó –Vete Kevin, no quiero verte –Le dio la espalda.

 

–Bianca, yo sé que estás molesta pero…

 

– ¡Vete! ¡¡Lárgate!!

 

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Al llegar la noche, Bianca, Ángelo y Jessica regresaron a casa y en cuanto las niñas los vieron entrar, corrieron hacia ellos. La pelinegra trató de poner su mejor cara ante sus hermanas, quienes de inmediato preguntaron por Taeyeon al no verla llegar junto a ellos. Bianca sintió un nudo en la garganta al escuchar la pregunta, y con desespero buscó la mirada de su tío, que con gesto comprensivo asintió, posando una mano en su hombro.

 

–Niñas –Respiró profundo –Tae no está muy bien de salud y… –Miró una vez más a Ángelo y luego a Jessica, quien la animó a continuar –Por ahora pasará algunos días en el hospital hasta que se encuentra mejor.

 

Después de hablarlo todo el camino de regreso a casa, Ángelo y ella habían llegado a una conclusión: no le dirían la verdad al resto de las niñas, por lo menos no toda. Sabían que no era justo, pero tampoco era justo preocuparlas de esa manera. Al final de cuentas, Taeyeon, según los doctores, no iba a mejorar pero tampoco sabían cuánto tiempo le quedaba de vida, no sabían si sería un día, una semana, un mes, en fin. Bianca había decidido que no torturaría de ese modo a sus hermanas, manteniéndolas con la agonía de no saber cuándo ocurriría tan lamentable suceso, así que se los diría…cuando llegara el momento.

 

– ¿Qué tiene Tae-tae? –Preguntó Tiffany con ojitos preocupados.

 

–Ella está…delicada debido al ataque de asma que sufrió hoy –Respondió la mayor tratando de no alertar más de la cuenta a sus pequeñas hermanas.

 

–Pero ella va a estar bien, ¿verdad, unnie? –Yoona preguntó con algo de temor.

 

–…Todos esperamos que así sea, Yoong –Sonrió o eso trató.

 

– ¿Qué ocurre con Taeyeon, Sica? –La menor de las Jung preguntó en un susurro a su hermana.

 

–Te lo contaré al llegar a casa –Respondió en el mismo tono.

 

– ¿Y podremos ir a verla? –Preguntó Sunny.

 

–Bueno…no lo sé, pero mañana preguntaré al doctor –Mintió. Debido a la situación de Taeyeon, ésta podía tener visitas a cualquier hora, sin embargo la pelinegra no quería que las demás vieran el estado en el que se encontraba la pequeña castaña, aunque sabía que conforme pasaran los días, todas insistirían en ir a visitarla, sin darle tregua alguna a ella. Y cuando eso pasara…bueno, ella pensaba que tal vez para eso entonces ya se le habría ocurrido qué decir a sus hermanas para evitarlo –Ahora díganme, ¿han cenado? –Todas negaron.

 

–Carmen dijo que esperáramos a que ustedes llegaran –Contestó Sooyoung.

 

–Bien, entonces vayan y díganle que hemos regresado –Asintieron y todas fueron en busca de su nana.

 

–Yo regresaré al hospital –Dijo Ángelo a sus espaldas.

 

–Sí, yo estaré allí mañana a primera hora –Giró para verlo a la cara. Él asintió y salió de casa no sin antes despedirse de ella, Jessica y Krystal.

 

–Nosotras también debemos irnos –Fue el turno de la castaña –Mis padres deben estar algo impacientes y preocupados. Prácticamente hemos estado fuera de casa dos días –Sonrió de lado.

 

–Yo iré a despedirme de las demás –Dijo Krystal yendo a la cocina.

 

Al perderla de vista, ambas volvieron su atención una a la otra.

 

–Gracias por haber estado conmigo éste día tan…complicado –La más alta tomó entre sus manos las de la castaña –Gracias por estar a mi lado –Mantuvo su vista fija en la ajena –Gracias por…

 

–Shshsh, deja de agradecer –Pegó su frente a la barbilla de la pelinegra y cerró sus ojos –No tienes que hacerlo –La rodeó en un cálido abrazó –Todo va a estar bien, Bian…todo va a estar bien.

 

–No –Se alejó con cautela –Nada va a estar bien si yo…si ellas van a perder a Taeyeon –Sus ojos volvían a ser cristalinos y su voz volvía a fallar –No vamos a estar bien si ella…va a morir –Las lágrimas corrieron por su rostro y Jessica se esmeró en limpiarlas.

 

–Lo siento, Bian, lo siento tanto –Volvió a abrazarla –No sabes lo que daría porque todo esto fuera una pesadilla.

 

–Yo también pero…es la realidad…mi realidad –Comentó mirando a la nada.

 

–Lo sé –Reconoció con tristeza –Pero yo estaré contigo, no voy a dejarte sola en todo esto, no lo haré –Aseguró mirándola a los ojos –Quiero que cuentes conmigo para todo ¿ok? –La más alta asintió, tratando de detener su llanto –Sé que no es el momento pero… –Sin decir más, la besó. Fue un beso dulce y necesitado, que por un momento apaciguó el afligido corazón de Bianca –Lo siento, sé que no debí y…

 

–Te amo –Soltó la pelinegra sin mayor tapujo y Jessica quedó en shock ante dichas palabras –Sé que es apresurado, que apenas te estás dando la oportunidad de conocerme, de tener algo conmigo, pero yo…te amo –Repitió, ésta vez más despacio y con temor al ver a la castaña sin expresión alguna en el rostro –Lo hago desde hace mucho y no pienso callármelo más. Descuida, no tienes que decir nada si no…

 

–Yo también te amo –Respondió al fin. Bianca aun sorprendida por saberse correspondida, no era capaz de procesar aquellas palabras. Jessica sonrió al ver el estado en el que dejó a la más alta – ¿Me has oído? –Pasó una mano frente a su rostro –Bianca –La pelinegra por fin reaccionó y la tomó entre sus brazos, dando vueltas por toda la estancia –Supongo que eso responde mi pregunta –Dijo riendo por la acción de la primogénita de los Galieni.

 

–Te amo –Repitió ésta vez más fuerte –Te amo, Jessica –Dijo una vez más.

 

–Te amo, Bianca –Respondió ella antes de volver a besarla.

 

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Bianca

 

Pasaron algunos días y la situación de Taeyeon no mejoraba, al contrario, ella se deterioraba cada vez más como lo había predicho el doctor. Tío Ángelo y yo pasábamos gran parte de nuestro tiempo en el hospital, él por las noches y yo por el día. Debo decir que las cosas se facilitaban en casa, gracias a Carmen, Jessica y Hyuna, las tres estaban al pendiente y cuidado del resto de las niñas, incluso Krystal y Minho hicieron tregua para poder cuidar y distraer a mis hermanas de todo lo que ocurría con Taeyeon en el hospital. Ella seguía conectada a todas esas máquinas y despertaba a ratos, pues la mayor parte del tiempo dormía. Hace un día el tubo que pasaba por su garganta fue sustituido por una mascarilla de oxígeno, y a pesar de que tío Ángelo y yo lo creíamos algo bueno, el doctor se encargó de destruir esas esperanzas, dijo que el que Taeyeon lograra respirar mejor no cambiaba nada, pues su corazón no mejoraba…ni mejoraría.

 

Kevin no había vuelto a aparecerse desde aquel día en que prácticamente lo eché, al principio creí que era lo mejor, pero ahora…ahora necesitaba desesperadamente a un amigo con quien poder hablar y desahogarme, porque sí, en eso se había convertido mi ángel guardián: un amigo. Vaya ironía ¿no?

 

–Al fin llegas –Dijo Ángelo a penas me vio entrar a la habitación –Debo ir a casa, tomar una ducha y luego ir a la empresa.

 

–No puedes seguir así –Lo tomé del brazo antes de que se marchara –No puedes seguir viniendo a quedarte por las noches y luego ir a trabajar a la mañana siguiente. Debes descansar, yo puedo quedarme todo el día y toda la noche. Gracias a mi nana, a Jessica y Hyuna, las cosas en casa están más tranquilas –Me miró y sonrió.

 

–Nada de eso cariño, si tú sola pasaras todo el día aquí, todos los días, ya estarías a punto de desfallecer –Rió con gracia –Tranquila, yo estoy bien. En la empresa todo marcha de maravilla, sólo estoy un par de horas allí y luego voy a casa a descansar. Así que descuida, que tu tío Ángelo no pedirá incapacidad por agotamiento laboral –Bromeó y palmeó mi hombro –Ahora me voy. Tae debe estar por despertar, pasó la noche sin mayor complicación –Dijo justo antes de salir.

 

Fijé mi mirada en aquella camilla, efectivamente el pequeño diablillo comenzaba a moverse con pereza y a abrir y cerrar los ojos hasta que la luz dejó de molestarle. Al topar su mirada con la mía, sonrió al instante e inevitablemente hice lo mismo.

 

–Unnie –Llamó con dificultad –Llegaste –Sonrió aún más.

 

–Lo hice, Taeng, ¿dormiste bien? –Pregunté acercándome y tomando su mano.

 

–Sip –Respondió feliz a pesar de que era claro que la herida en su garganta dolía…y mucho.

 

–Genial, eso quiere decir que pasaremos horas jugando con todos estos juegos de mesa que tío Ángelo ha traído –Tomé uno de tantos, todos se hallaban sobre el sofá, al lado de la cama. Ella asintió feliz y se sentó para jugar con más comodidad.

 

–Unnie… ¿cuándo regresaré a casa? –Preguntó minutos después de que el juego comenzara. La pregunta provocó una punzada en mi estómago.

 

–Ya hemos hablado de eso, Taeng –Concentré la mirada en el juego –Lo harás cuando te hayas recuperado –Tampoco a ella le había dicho la verdad absoluta, pues…cómo decirle a una niña de siete años que…va a morir.

 

–Pero ya estoy bien –Protestó, retirando la mascarilla de su rostro –Yo quiero regresar a casa –Frunció el ceño debido al ardor en la herida –Además, ni siquiera han venido a verme las demás –Cruzó sus bracitos.

 

–No te la quites –Le coloqué de nuevo la mascarilla y frunció aún más el ceño –Ya te lo he explicado, aunque te sientas bien, aún no lo estás. Y si las demás no han venido es porque aún son muy pequeñas y no pueden entrar aquí –Y esa era mi excusa para que el resto dejara de insistir en venir.

 

–Yo también soy pequeña –Soltó, mirando hacia la ventana, aun de brazos cruzados.

 

–Bien pequeña listilla, es hora de tu medicamento.

 

– ¡No! –Alejó con brusquedad mi mano que sostenía las pastillas – ¡Quiero ver a mis hermanas!

 

–Tae, no quiero pelear, por favor tómalas.

 

– ¡No! Quiero verlas ¡ahora! –Me retó con la mirada.

 

–No Taeyeon, entiéndelo, no pueden venir –La sujete por los hombros –No-van-a-venir –Sentencié y sus ojos comenzaron a cristalizarse.

 

–Quiero verlas –Susurró, dejando escapar un par de lágrimas –Quiero verlas, unnie.

 

–…Taeng…

 

–Por favor –Suplicó y me rendí. Comprendí que no podía negarle ese derecho, no podía hacerle eso ni a ella ni al resto. Respiré profundo antes de acariciar su cabello y sonreír.

 

–Tú ganas princesa, llamaré a Carmen y le pediré que traiga a las demás –Al oírme, sonrió de oreja a oreja.

 

Tomé el celular y llamé a casa, al tercer timbrazo, una pequeña y familiar voz me respondió.

 

¿Hola?

 

– ¿Fanny? ¿Cuántas veces les he dicho que no contesten el teléfono? Sólo Carmen puede  hacerlo o algún otro adulto que esté en casa –Reproché a penas reconocí su voz.

 

…Lo siento unnie –Dijo sincera –Pero Carmen está ocupada y nadie más estaba escuchando sonar el teléfono –Trató de justificarse, lo que me pareció tierno. Era clara la timidez en su voz.

 

–Ok princesita, por ésta vez lo olvidaré. Ahora ¿adivina qué? –Pregunté con entusiasmo.

 

¿¡Qué unnie!? –Se escuchó claramente animada.

 

–Tú y las demás podrán venir a ver a Taeng –No obtuve respuesta por varios segundos.

 

¿¡De verdad!? –Preguntó tan alto que por un momento creí haberme quedado sorda.

 

–De verdad Fanny –Sonreí junto a Taeyeon que estaba atenta a la llamada.

 

¡¡Sí!!... ¡Soo! ¡Sun! ¡Yul! –Comenzó a llamar – ¡Yoong! ¡Seo! ¡Hyo!... ¡Vengan! ¡Iremos a ver a Tae-tae! –Gritaba emocionada.

 

–Bien princesa –Reí al imaginarla tan feliz –Ahora pon al teléfono a Carmen para que pueda pedirle que las traiga.

 

¡Sip! –Después de eso, oí pasos, puertas abriendo y cerrándose, y al final la voz de mi nana.

 

Luego de darle un par de indicaciones, colgué y regresé con Taeyeon al juego, que gustosa y ansiosa esperaba la visita de las demás. Pasó alrededor de media hora cuando ambas oímos claramente que alguien llamaba a la puerta. Los ojos de mi pequeña hermana brillaron al imaginarse de quién, o mejor dicho quiénes se trataban. Al abrir, siete diminutas figuras pasaron de largo hasta llegar junto a Taeyeon, y tras ellas, Jessica y Krystal.

 

–… ¡Oh!...creí que sería Carmen quien las traería –Mencioné al verlas entrar.

 

–Ella y tus hermanas estaban a punto de salir de casa cuando Krys y yo llegamos, así que me ofrecí a traerlas, espero que no te moleste.

 

–Para nada –Aseguré con una sonrisa –Gracias por traerlas –Tomé su mano –Has hecho mucho por nosotras en estos últimos días, gracias Jessi.

 

–Déjalo, a mí me encanta pasar tiempo con tus hermanas…y contigo –Se sonrojó al decir lo último.

 

Miré hacia la cama de Taeyeon. Todas, incluyendo a Krystal, la abrazaban y decían cuánto la extrañaban es casa, comenzaron a darle obsequios que traían consigo, desde peluches hasta galletas que Carmen había horneado para ella. Estaba pasando un buen rato con todas, incluso su ánimo mejoró.

 

La vi quitarse la mascarilla y estuve a punto de correr a su lado y volver a colocársela, pero entonces una mano me detuvo.

 

–Déjala, es obvio que no la necesita –Dijo Jessica posando su mirada en ella –Por lo menos no ahora. Mírala, está divirtiéndose, respira con normalidad.

 

–Pero…

 

–Pero nada, deja que por un momento se olvide de en dónde se encuentra y que disfrute el tiempo con el resto –Miré una vez más en su dirección.

 

–Bien –Me resigné.

 

Pasó alrededor de dos horas y todas seguían con el mismo entusiasmo, tanto que aquella habitación se había vuelto prácticamente un salón de fiesta. Entonces cuando quise tranquilizarlas fue demasiado tarde; en la puerta y con cara de muy pocos amigos se encontraba la enfermera en turno.

 

–Señorita Galieni, ¿me puede explicar todo esto? –Se cruzó de brazos.

 

–Yo…bueno, lo que pasa es que… –Rasqué mi nuca –Mis hermanas querían venir a ver a Taeyeon y…lo siento, no creí que estuvieran haciendo tanto ruido –Desvié la mirada con algo de vergüenza.

 

–…Ok –Respiró profundo –Por ésta vez lo dejare pasar porque no es tan grave lo que hicieron, y además… –De pronto sonrió –Porque Taeyeon es mi paciente favorita –Guiñó un ojo a mi pequeña hermana –Pero… –Volvió su vista a mí –No hagan tanto ruido ¿ok? –Asentí cual niña pequeña.

 

–Así que paciente favorita ¿ah? –Dijo Jessica comenzando a bromear con Taeyeon –Creo que Taengoo tiene novia –Se acercó a ella y pinchó su mejilla, logrando sonrojarla al instante.

 

–Cla…claro que no –Bajó la mirada y Tiffany clavó la suya en ella.

 

– ¿Es cierto Tae-tae? –Preguntó entrecerrando los ojos. Jessica y yo sonreímos ante lo que al parecer sería una nueva escena de celos.

 

–… ¿Qué?...Ya…ya dije que no, Fanny, ¿acaso no escuchas? –Su nerviosismo crecía  con cada palabra dicha.

 

–Vamos Tiff, deja en paz a Tae –Sunny la golpeó ligeramente en el brazo –No vayas a hacer un drama como las mujeres que salen en las telenovelas que ve Carmen –Todas rieron, excepto Tiffany.

 

–Sí Tiff –Apoyó Hyoyeon –No es culpa de Taeyeon  caerle bien a la enfermera, no la molestes.

 

–Sí –Secundó Yuri,  abrazando a Taeyeon –No la molestes –Para mí, la escena era de lo más divertida.

 

– ¿Y desde cuando todas ustedes son defensoras de ésta casanova? –Preguntó Tiffany con el ceño fruncido y cruzando los brazos.

 

–Casa ¿qué? –Preguntó Yoona, ladeando la cabeza hacia un lado.

 

–Casanova –Repitió Tiffany muy segura de sí.

 

– ¿Qué es eso? –Preguntó Yoong de nuevo.

 

–Bueno… –Las demás la veían, atentas a lo que diría –No sé –Rascó su nuca mientras que Jessica, Krystal y yo reíamos entre dientes –Pero tío Ángelo siempre llama así a unnie. Él dice que todas las enfermeras, enfermeros, doctores y demás personas aquí, coquetean con ella –Y con esas simples palabras, Jessica y yo dejamos de reír al instante.

 

– ¿¡Qué!? –Ella me fulminaba con la mirada.

 

–Yo… –Una vez más, Krystal movía los labios diciendo desesperadamente… ¡corre! –Jessi, no…yo…te puedo explicar.

 

–Eso estoy esperando –Comenzó a acercarse peligrosamente.

 

–Yo…las enfermeras… ¡ahahahah! –Salí corriendo de ahí.

 

– ¡Lo siento unnie! –Oí a Tiffany gritar, mientras yo salía corriendo de la habitación y Jessica tras de mí.

 

– ¡Estás muerta, Bianca Galieni!

Notas finales:

Jaja pobre Bianca XP Ya sé, estoy segura que muchos de ustedes quieren asesinarme por lo que está pasando con Tae. Y lo unicó que puedo decir es.... ¡LO SIENTO! pero así esto.

Ya saben, sus rw siempre son bienvenidos.

Nos leemos pronto, bye!! =)


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