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Unnie por Yong Mun

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Notas del capitulo:

Hey!! Lamento la demora.

He aquí el nuevo cap. Disfrutenlo!!

Después de correr por todo el hospital y ser detenidas por los guardias, regresamos a la habitación. Todas seguían consintiendo y pasando un buen rato con Taeyeon; Sooyoung peinaba su cabello, ayudada por Sunny y Hyoyeon, a Tiffany se le había pasado el enojo y ahora le daba de comer las galletas que Carmen horneó para ella, Krystal, Yuri y Yoona decoraban la habitación con los globos y flores que todas habían traído, y Seo…la pequeña Seohyun se divertía con la máscara de oxígeno de Taeyeon.

 

–Por lo visto no logró matarte –Dijo Krystal con una sonrisa plasmada en el rostro.

 

–No, un guardia evitó mi fatídico final –Dramaticé.

 

–Esto no se queda así, Bianca –Afirmó ella, dándome un fuerte pisotón antes de ir con mis hermanas.

 

– ¡Ouch! –Tomé mi pie, mientras Krystal se reía de mi desgracia.

 

–No te preocupes, ya se le pasará –Aseguró antes de regresar a su labor con Yoona y Yuri.

 

Al acercarme a la camilla, noté que Seohyun ahora se encontraba a un lado de Taeyeon y no despegaba su mirada de ella. Estaba a punto de preguntarle qué ocurría, cuando de pronto habló.

 

– ¿Te duele mucho? –Señaló la garganta de Tae, la cual seguía cubierta por un par de gasas. Tiffany prestó atención al escucharla.

 

–No –Respondió ella –Sólo da un poco de comezón a veces –Rascó alrededor de las gasas.

 

– ¿De verdad Tae-tae? No tienes por qué hacerte la valiente con nosotras si realmente te duele, sólo dilo y ya –Dijo Tiffany con simpleza, encogiéndose de hombros.

 

–De verdad no duele –Aseguró ella, con una sonrisa algo fingida.

 

– ¿Y cuándo volverás a casa? –Preguntó Hyoyeon.

 

Ante su pregunta, mi cuerpo se tensó y fue tan obvio que Jessica tomó mi mano de inmediato, dando un ligero apretón en ella.

 

–Mmm…no lo sé, unnie dice que me iré hasta que esté bien –Todas voltearon a verme –Pero yo ya me siento bien y aun así no salgo de aquí –Se cruzó de brazos.

 

– ¿Por qué no puede irse, unnie? –Preguntó Yoona llegando hasta mí –Tae unnie dice que ya está bien.

 

–Niñas…ya hemos hablado de esto –Comencé a pasar saliva con dificultad –Aunque Taeng se sienta bien ahora, no puede irse hasta que…hasta que el doctor sea quien decida si ella puede regresar a casa o no.

 

–Sí, Tae. Sé que debe ser muy aburrido estar aquí, pero es por tu bien –Mencionó Krystal, acariciando el cabello de mi pequeña hermana, y dándome a mí una mirada cómplice  y comprensiva. Jessica le había contado la verdad algunos días atrás.

 

–Pero yo quiero estar en casa –Susurró, haciendo un tierno mohín.

 

–Y…lo harás –Aseguré, sintiéndome la mayor mentirosa del planeta –Aunque por ahora lo mejor es que permanezcas aquí –Traté de sonreír, sin éxito alguno.

 

–Niñas, creo que ya hemos molestado a Taengoo por mucho tiempo, es hora de irnos –Dijo Jessica, provocando quejas por parte de todas.

 

–Pero queremos seguir aquí con Tae unnie –Protestó Sooyoung.

 

–Sí, todavía no queremos irnos –Siguió Yuri.

 

–Niñas, vayan con Jessi. Taeyeon debe descansar, podrán venir  a verla otro día –Prometí, sin saber si eso sería posible o no.

 

Aún seguía creyendo que si Taeyeon continuaba deteriorándose cada vez más, no sería sano ni para ella ni para las demás verla en ese estado.

 

Sin protestar más, cada una se despidió de ella y luego de mí, tomaron sus abrigos y salieron de la habitación junto a Jessica y Krystal.

 

–Las llevaré a casa y estaré un rato más con ellas ¿ok? –Asentí tras las palabras de Jessica, quien besó mi mejilla y sonrió una vez más a Taeyeon antes de marcharse junto al resto.

 

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando de repente una pequeña pelinegra entró de nuevo corriendo a la habitación.

 

–Recupérate pronto Tae-tae –Subió a la cama y la abrazó tan fuerte como pudo. Por un instante tuve que mirar a otro lado para no llorar.

 

–Lo haré Fanny –Respondió con una sonrisa y la besó en la mejilla –Y di a Carmen que prepare más galletas para mí ¿sí? –Tiffany asintió feliz.

 

–Cuídala unnie –Pidió al bajar de la cama y llegar hasta a mí.

 

–Lo haré princesa –Acaricié su cabello –Lo haré –Me abrazó y por fin salió.

 

Al volver mi vista a Taeyeon, ésta ponía de nuevo sobre su cara, aquella máscara de oxígeno. Me miró y sonrió sin mucho afán.

 

–De verdad ya no la necesitas ¿cierto? –Señalé y ella negó –Entonces no la uses –La retiré de su rostro.

 

–Pero tú dijiste que…

 

–Olvida lo que dije, si respiras bien sin ella… –Me encogí de hombros –Supongo que no es necesario que la uses.

 

–Gracias unnie –Sonrió, ésta vez con sinceridad –Te quiero –De pronto me abrazó.

 

–Y yo a ti, Taeng –Respondí su abrazo –…No sabes cuánto.

 

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Pasaron tres días más y el fin de semana llegó, lamentablemente durante ese tiempo el estado de Taeyeon empeoró de repente, tuvieron que volver a colocarle en la garganta aquel tubo, y de nuevo pasaba la mayor parte del tiempo inconsciente. Ángelo seguía cuidando de ella por las noches y yo en el día. En casa, Jessica y Hyuna seguían siendo de gran ayuda para Carmen, pues ahora las demás estaban más inquietas e insistían constantemente en volver a ver a Taeyeon.

 

–Creí que la visita de las demás hace unos días, ayudaría –Dije a Ángelo, mientras caminábamos por los jardines del hospital. 

 

–Cariño…tú sabías que eso no cambiaría nada, el doctor fue muy claro, Taeyeon no…

 

– ¡Lo sé!...lo sé –Lo interrumpí –Sólo…tuve la esperanza –Sonreí amarga –Pero sé que eso es imposible –Suspiré.

 

–Vaya momento en el que se marcharon mi amigo y tu madre ¿no es así? –Detuvo su andar y puso su mano en mi hombro –Ahora les necesitas más que nunca, al igual que tus hermanas –Asentí y una lágrima rebelde escapó.

 

–Sí, pero estoy yo aquí para ellas –Aseguré, limpiando aquella lágrima.

 

–Lo estás cariño…lo estás –Sonrió comprensivo –Ahora anda, debes irte, pronto anochecerá y  estoy seguro que las niñas deben estar esperándote en casa –Asentí de nuevo –Vamos, ve tranquila, yo cuidaré bien de Tae.

 

–Siempre lo haces –Sonreí.

 

Después de un beso y un abrazo, me marché. Claro, no sin antes pasar una vez más a la habitación de Taeyeon y despedirme de ella también.

 

Estaba cruzando la puerta de entrada del hospital, cuando de repente una voz detuvo mi andar.

 

–Señorita Galieni –Era el doctor Choi.

 

–Doctor, ¿puedo ayudarle en algo? –Estreché su mano.

 

–No, descuide, es sólo que… –Respiró profundo y desvió la mirada –Lamento lo que ocurre con su hermana. Taeyeon ¿cierto? –Asentí –De verdad lo siento, me he enterado por uno de mis colegas.

 

–Entiendo. Aunque es bastante delicado,…mi tío y yo nos estamos haciendo a la idea –Miré en otra dirección –Es lo único que nos queda,…resignación –Ambos nos quedamos callados por largo rato.

 

–Señorita Galieni –Llamó mi atención de nuevo –Sé que no es el momento, aunque en situaciones como ésta nunca es el momento, sin embargo…como doctor debo hacérselo saber –Respiró hondo –Su hermana Taeyeon, ella podría… –Dudó un segundo –Ella podría ser la candidata ideal para la donación que tanto hemos buscado para Tiffany –Habló con toda honestidad –Sé que en estos momentos usted no tiene cabeza para ello, pero…recuerde, aunque Tiffany no esté internada en un hospital como lo está Taeyeon, su caso también es delicado.

 

Debo reconocer que durante todo este tiempo no había pensado en ello. El doctor Choi tenía razón, Taeyeon podía ser la donante que tanto habíamos esperado, pero es que…cómo pensar en eso si ni siquiera podía…ni quería pensar en que pronto mi pequeña hermana ya no estaría más con nosotros.

 

–Lo sé doctor, sé que Tiffany también necesita atención, aunque debo aceptar que no he pensado en su situación en estos últimos días.

 

–La entiendo, todo lo que está pasando con sus hermanas no es fácil, incluso entendería si usted rechazara la idea. Créame  que entendería hasta cierto punto sus motivos –Puso su mano en mi hombro –Sólo…piénselo ¿quiere? –Sonrió de lado.

 

–Lo haré –Devolví el gesto, y sin más, me marché.

 

Al llegar a casa, todas se encontraban en la sala de tv. Al parecer Hyuna tenía toda su atención al estar relatando un cuento.

 

La primera en notar mi presencia fue Hyoyeon, quien corrió a mis brazos de inmediato.

 

– ¡Unnie, llegaste! Hyuna unnie nos está contando el cuento de la bella y la bestia –Decía feliz. El resto también se acercó.

 

– ¿Cómo está Tae-tae, unnie? –Preguntó Tiffany. Esa era su pregunta de todos los días desde que Taeyeon se encontraba en el hospital.

 

–Bien, princesa, ella está bien –Respondí, bajando a Hyo de mi regazo y sonriendo, o por lo menos eso traté – ¿Cómo se han portado? –Pregunté a Hyuna.

 

–Perfectamente –Sonrió mirando a todas –Carmen fue a revisar que la cena vaya bien –Señaló en dirección a la cocina –Y Jung…Jessica –Corrigió al ver que mis hermanas seguían atentas a nuestra plática –Tuvo que ir a su casa por un momento, pero  dijo que ella y su hermana vendrían a cenar, supongo que pronto llegarán –Dedujo, mirando su reloj de pulsera.

 

–Bien, ¿y tú nos acompañas a cenar? –Pregunté, viendo a las demás regresar a  la sala.

 

–No presiones, Bianca. El que Jung y yo hayamos hecho tregua por un tiempo, no quiere decir que ahora seamos amigas.

 

–Supongo que ese es  un no –Traté de no reír. Ese par sí que estaban poniendo de su parte para no pelear, por el bien de mis hermanas.

 

–Como sea, me voy –Tomó su chaqueta.

 

–Te acompaño –La guie hasta la entrada –Gracias por cuidar de mis hermanas.

 

–Sabes que no es ningún problema –Tomó la perilla de la puerta y de nuevo volteó – ¿Sabes? Yuri tuvo un día difícil, su profesor de karate dijo que ella ha estado actuando con mucha violencia, incluso decidió sacarla de clase por algunos días –Hizo una pausa –Y desde que llegamos a casa ha peleado con las demás por las cosas más insignificantes –Suspiró –Bianca, estoy preocupada –Se sinceró –Creo que ambas sabemos por qué está así –Asentí.

 

–Descuida, hablaré con ella –Aseguré.

 

Al regresar a la sala, comprobé lo que Hyuna me había contado. Al parecer Yuri había comenzado una nueva pelea, ésta vez con Sunny, ambas peleaban por el control remoto de la tv.

 

– ¡Suéltalo, Sunny! –Exigió.

 

– ¡No! Toda la tarde hemos visto, escuchado y hecho lo que tú quieres, ahora queremos ver una caricatura que nos guste a todas, no sólo a ti.

 

– ¡Suéltalo! –Repitió Yuri.

 

– ¡Que no! –La retó.

 

–No peleen –Seohyun quiso interponerse entre las dos.

 

– ¡Tú quítate! –Yuri la empujó, logrando que cayera al suelo.

 

– ¡¡Yuri!! – Grité, llamando la atención de todas. Sooyoung ayudó a Seohyun a ponerse de pie – ¿Qué rayos te sucede? –Llegué hasta ella y arrebaté el control de sus manos –Hyuna me contó que has estado peleando todo el día con las demás, ¿qué te pasa?

 

–Esa boca floja –Se cruzó de brazos.

 

– ¡Cuidado con lo que dices! –Amenacé –Ahora pídele una disculpa a Seohyun y Sunny.

 

–No quiero –Dijo entre dientes, mirando hacia otro lado.

 

– ¿Disculpa?

 

– ¡Que no quiero! –Gritó a todo pulmón.

 

–Basta de rabietas, vas a disculparte con ellas quieras o no –Me puse a su altura, tomándola de ambos brazos.

 

–No lo voy a hacer y tú no eres mi madre para obligarme –Me retó.

 

– ¡Escúchame Yuri! Yo soy la que está a cargo de todas ustedes y al mando de ésta casa, así que vas a hacer lo que yo te diga ¡y punto! –Apreté mi garré.

 

– ¡Te odio! ¡Ojala tú estuvieras muerta! – ¡¡Plaf!! …La abofeteé.

 

Sí, acababa de golpear a mi hermana de tan sólo seis años, la que ahora ocultaba su rostro y sollozaba en silencio. De inmediato me sentí la peor basura de éste mundo. Todas estaban calladas y sorprendidas.

 

–Bianca… –No tuve que voltear para saber de quien se trataba.

 

–Jessica… –No me moví, no me atrevía a girar y verla a la cara.

 

–Niñas, vayan un momento a sus habitaciones ¿sí? –Pidió con cautela y todas se retiraron en silencio.

 

Yuri limpió sus lágrimas y levantó la mirada, entonces me miró con todo el rencor posible, empuñando sus manos y respirando profundamente.

 

–Tú eras quien tenía que irse…no papá y mamá –Susurró antes de marcharse con el resto.

 

Y me quedé ahí, clavada al piso, con lágrimas a punto de salir de mis ojos y mirando a la nada.

 

– ¿Podrías acompañarlas, Krys? –La oí hablar de nuevo.

 

–…Claro –Cuando escuché un par de puertas cerrarse, por fin me levanté y giré, encontrándome con una mirada algo familiar.

 

Aquella mirada que me dio la noche en que…la noche en que lastimé a las personas por las que ahora daría mi vida entera, aquella noche que por un estúpido deseo cambió, literalmente, mi vida por completo.

 

–Jessi…

 

– ¿Quién te crees? –Me calló de golpe, acercándose despacio –Contéstame, Bianca, ¿¡quién rayos te crees… –Levantó la voz –para sentirte con el derecho de lastimar a esas niñas!? ¿¡Quién rayos te crees!? –Repitió, golpeando mi pecho.

 

–Soy su hermana mayor –Susurré, bajando la mirada.

 

– ¡Exacto! Su hermana, la persona que debe proteger y cuidar de ellas, la persona que debe comprenderlas, quererlas y no esto… –Presionó su dedo índice en mi pecho –Una bruja que no sabe cómo actuar para controlar la rabieta de una niña de seis años, y que la única manera que encuentra es golpeándola.

 

–Yo… –No hallé excusas para defenderme –Lo siento, sé que no reaccioné de la mejor manera pero es que… –De nuevo no encontré palabras para excusarme. Ella respiró hondo y tomó mi rostro entre sus manos.

 

–No es a mí a quien le debes una disculpa –Buscó mi mirada –Sé que toda ésta situación te está sobrepasando, pero eso no significa que puedas desquitarte y sacar toda tu frustración con tus hermanas, ellas no tienen la culpa de nada.

 

–Lo sé –Tomé sus manos entre las mías –Créeme que un segundo después de lo ocurrido, me sentí la peor persona del mundo. Yo…jamás debí hacer eso, no voy a perdonármelo nunca –Aseguré y ella sonrió.

 

–Tampoco seas tan dura contigo misma, estoy segura que cuando hables con Yuri, ella entenderá las cosas y te perdonará –Dejó un beso casto en mis labios –Ahora ven, llamémoslas para que bajen a cenar.

 

–Ok –Sonreí aun no muy convencida – ¿Sabes? –Detuve mi andar –Creo que me quedaré aquí por un rato, pero ve, te alcanzaré a ti y a las demás en un momento –Sin preguntarme nada, asintió.

 

–Ok, pero no tardes.

 

En cuanto salió de la sala, me dejé caer en el sofá, me quité el abrigo y reloj, cerré mis ojos y masajeé mis sienes, necesitaba un respiro. Jessica tenía razón, todo esto me estaba sobrepasando, sentía que en cualquier momento estallaría y no podría más.

 

–Y el premio para la tonta del año es para… –Di un brinco en mi lugar y giré a mi derecha. Sí, el ángel había vuelto.

 

– ¡Kevin! –Me quejé con una mano en el pecho e hiperventilando –Es un hecho, a ti se te da muy bien eso de provocarle paros cardiacos a todas las personas, ¿no?

 

–Mmm…no, no a todas las personas, sólo a ti, recuerda que sólo tú puedes verme –Dijo simple – ¿Me extrañaste? –Preguntó con una sonrisa de oreja a oreja.

 

–Eres un… –Preferí guardarme los insultos para luego –Sí –Sonreí de lado –Te extrañé –Acepté.

 

– ¡Genial! Ya lo sabía –Respondió con auto suficiencia y yo me limité a rodar los ojos –Como también sé qué hace unos momentos alguien hizo algo muy pero muy estúpido –Reprochó, mirándome de mala manera.

 

–Ya lo sé –Me crucé de brazos – ¿Ahora tú también vas a sermonearme? –Lo miré de reojo.

 

 –No, creo que la castaña pedante lo ha hecho bastante bien, sólo venía a asegurarme de que vas a hablar con Yuri.

 

–Claro que lo voy a hacer, si no lo hago me sentiré peor de lo que ya me siento –Fijé la mirada en mis manos –Desde que estoy a cargo de ellas no he hecho más que cometer error tras error.

 

–No, nada de eso. Digo…te has equivocado, pero ¿qué ser humano no lo ha hecho? –Puso su mano en mi hombro. Debo reconocer que extrañaba ese peculiar escalofrío que sentía cada vez que él hacía contacto conmigo –También has hecho cosas buenas por ellas, no debes sentirte inútil ni nada por el estilo –Sonrió –Estás reconociendo tus errores, y lo más importante es que estás aprendiendo de ellos, eso es bueno, porque quiere decir que estás dejando de ser una idiota –Rió gustoso –Sé que ahora te sientes mal no sólo con Yuri sino también con las demás, pero ese no es motivo para que pienses que no has hecho nada bueno por ellas. ¡Vamos Biany! Quita esa cara, si haces lo correcto, todo esto se solucionará pronto, ya verás –Sonrió, convencido de sus palabras.

 

–Gracias Kevin –Imité su gesto –Y…perdón –Desvié la mirada –Perdóname por haberte tratado como lo hice el día que Taeng…

 

–Descuida, tú estabas mal y era lógico que te sintieras de ese modo. Olvídalo, que yo ya lo hice. Si no había aparecido antes fue porque quería darte tiempo y espacio.

 

–Gracias –Repetí –El tiempo que no estuviste ahí para mí…me hiciste mucha falta.

 

– ¡Vamos! No te pongas sentimental, agradece que los ángeles no podemos guardar rencor, sino no volvías a verme en tu vida –Rió sonoramente, contagiándome un poco –En fin, nos veremos pronto Biany, bye –Y desapareció.

 

–Adiós Kevin –Respondí, mirando hacia el techo.

 

–… ¿Unnie? –La pequeña Yoona a penas y asomó la cabeza por la puerta.

 

–Yoong, ven –Con un ademán, la invité a pasar – ¿Qué ocurre? –La senté sobre mis piernas.

 

– ¿Estás enojada con Yuri? –Preguntó con sus ojitos clavados en mí.

 

–No princesa, claro que no, es sólo que… –Respiré hondo –Me exalté. Tuve un día pesado ¿sabes? –No despegó la mirada de mí –Lo siento, no debí gritar y asustarlas, tampoco debí bofetear a Yuri –Acaricié su cabello –Soy una tonta ¿no? –Negó inocente.

 

–No, tú eres muy lista unnie –Reí ante su comentario –Y a Yul se le pasará el enojo.

 

– ¿Tú crees?

 

–Ujum –Asintió convencida –No estés triste unnie, Yuri te perdonará –Aseguró –Ven –Bajó de mi regazo –Vayamos a cenar –Tomó mi mano, llevándome consigo.

 

Al llegar al comedor, todas ya se encontraban allí, todas excepto Yuri. Al verme, nadie habló y siguieron comiendo, era claro que todas estaban molestas y asustadas.

 

– ¿Y Yuri? –Pregunté al llegar al lado de Jessica.

 

–Dijo que no tiene hambre, está en su habitación –Estaba a punto ir a buscarla, entonces ella me detuvo –No, déjala. Por ahora lo mejor es darle espacio, si vas, sólo conseguirás volver a discutir con ella, dale tiempo.

 

Sin estar muy conforme, lo acepté, me senté de nuevo y cené con el resto. La noche pasó sin mayor problema e incluso las niñas lograron olvidar el mal rato que pasaron horas antes, y todo fue gracias a Krystal que lograba distraerlas con juegos, ideas y bromas que se le ocurrían al momento.

 

– ¿Estás más tranquila ahora? –Preguntó Jessica, saliendo a mi encuentro en el jardín trasero.

 

–Eso creo –Fue mi corta respuesta, volteando a ver el cielo estrellado.

 

–Fue un día difícil en el hospital ¿cierto? –Tomó mi brazo y recargó su cabeza en mi hombro.

 

–Sí –Respondí tras un largo suspiro –Hoy me topé con el doctor Choi justo antes de regresar a casa.

 

– ¿El doctor de Tiffany? –Asentí – ¿Y?... –Me miró por unos segundos.

 

–Me hizo una propuesta, mejor dicho, una observación –Con extrañeza, volvió a mirarme –Dijo que…Taeyeon podría ser la donante de Tiffany.

 

–… ¿Y qué le respondiste?

 

–Que ciertamente con todo lo que estaba ocurriendo, ni siquiera me había pasado esa idea por la cabeza. Él dijo que lo entendía pero, que lo pensara.

 

– ¿Y lo has hecho? –Se separó de mí y me miró directo a los ojos.

 

–No hice otra cosa de camino a casa.

 

– ¿Y?... –Insistió.

 

–Creo que Tae podría ser ese donante. No puedo desechar la idea sabiendo que tal vez es la única oportunidad que tendrá Tiffany.  …Estoy segura de que a Taeng le haría muy feliz saber que ella puede hacer que Fanny no pierda la vista.

 

–Seguro que sí –Sonrió, acariciando mi mejilla –Lo que tú decidas estará bien…y ellas lo entenderán.

Notas finales:

OoO Y ustedes qué opinan? Yo digo que si Tae se vuelve la donante de Tiff, eso será algo "hermosamente cruel"

En fin, ya saben, sus rw siempre son bienvenidos.

Nos leemos pronto, bye!! =)


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