Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unnie por Yong Mun

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lamento la demora. Sin más, aquí el cap.

Disfrutenlo!!

Autor


A la mañana siguiente, Bianca decidió salir a correr un poco, antes de ir al hospital. Al regresar a casa, encontró a las pequeñas desayunando, pero en cuanto Yuri la vio, corrió hacia su habitación.


 La pelinegra creía que ya había dado el espacio y tiempo suficiente a su hermana, era el momento de hablar con ella, así que subió las escaleras de manera tranquila, tratando de ordenar las ideas en su mente, tratando de hallar las palabras precisas y adecuadas que tendría que utilizar con la pequeña si no quería empeorar las cosas.


– ¿Puedo pasar? –Preguntó tras tocar la puerta, y a pesar de no recibir respuesta, lo hizo.


Al entrar, vio a Yuri recostada en su cama, dándole la espalda. Respiró hondo, se armó de valor y caminó hasta ella.


–Vete –Dijo la pequeña en cuanto la tuvo en frente.


–Yul –La mayor se arrodilló, recargando brazos y mentón sobre la cama –Yo… –Suspiró al ver cómo su hermana giraba para volver a darle la espalda –Lo siento Yul –Puso su mano sobre el hombro de la pequeña, pero ésta no se movió ni un poco –Lamento lo de anoche. Fui una completa tonta y desquité mi enfado contigo. No debí gritarte, mucho menos golpearte –Apretó el hombro de la menor –De verdad lo lamento –Yuri siguió en la misma posición –Ahora… ¿puedes decirme por qué has estado peleando con las demás por todo? –Yuri no respondió – ¿O por qué tu profesor de karate ha decidido sacarte de clases por unos días?


–Ese tonto no sabe nada –Soltó con enojo –Para eso es el karate ¿no? Para pelear, pero me sacó sólo porque la “niñita” de Heechul se quejó de que lo golpeé muy fuerte –Aun en la misma posición, cruzó sus bracitos.


–No Yul –Bianca caminó hasta el otro lado de la cama para poder quedar frente a la pequeña, de nuevo –El karate es una disciplina para que uno tenga mejor control de su cuerpo, de sí mismo, para defenderte en una situación de peligro, para tener mejor equilibrio físico y mental –Yuri frunció el ceño al no comprender del todo algunas de las cosas que dijo la mayor –Mira princesa –Tomó una de sus manos –Sé que todo esto que está pasando con Taeng te afecta a ti y a las demás…pero ese no es pretexto para que saques tu coraje con compañeros de clase, y mucho menos con el resto de tus hermanas –Yuri bajó la mirada.


–Lo siento unnie –Dijo sincera. Bianca sonrió comprensiva.


–No es precisamente a mí a quien debes disculpas, sino a las demás. Ayer pasaste el día peleando con ellas ¿no es así? –La menor asintió con la cabeza gacha –Bien, entonces pídeles disculpas a ellas y a ese compañerito tuyo, Hechol…Hechul…o como se llame –La pequeña rió.


–Es Heechul, y la verdad es que ni siquiera le pegué tan fuerte.


–Yuri…


–Ok –Respondió resignada –Cuando vuelva a karate le pediré disculpas.


–Perfecto –Sonrió complacida –Ahora vamos a desayunar con el resto –Tomó su mano y la llevó consigo, pero la menor se detuvo a unos cuantos pasos de la puerta.


–Unnie –La pelinegra puso toda su atención en ella –Anoche te dije cosas feas… ¡pero no es verdad! –Se apresuró a decir –Te quiero mucho y no quiero que te pase nada –De pronto se aferró a las piernas de Bianca.


–Yo también te quiero mucho Yul –Tomó en brazos a su pequeña hermana y respiró hondo para no llorar.


Después de hablar con Yuri y desayunar con el resto, salió rumbo al hospital. Al llegar, Ángelo aún se encontraba allí; recostado en el sillón a un lado de la cama de Taeyeon, con notable cansancio y un vaso de café en la mano. No despegaba su mirada de la pequeña castaña.


–Aun sigues aquí –La joven llamó su atención, llegando hasta el otro lado de la cama.


–Oh…cariño, no te oí entrar. Sí, no quise irme hasta que tú llegaras –Comentó mientras se incorporaba de su asiento –Fue una noche difícil para Tae –Ella lo miró de inmediato al escuchar sus palabras.


– ¿Qué pasó? –Sonó alarmada.


–Tuvo problemas para respirar en dos ocasiones durante la madrugada, afortunadamente los doctores lograron estabilizarla –Bianca suspiró, y con mirada tiste comenzó a acariciar el cabello de su hermana.


–Debiste llamarme –Salió de sus labios.


–No quise preocuparte –Fue la corta respuesta de Ángelo.


–Aun así debiste hacerlo –Respondió sin despegar su vista de la pequeña.


–Tienes razón –Dijo resignado, mirando hacia la ventana –Prometo que la próxima vez lo haré.


–…Tal vez no haya una próxima vez.


–Bianca…cariño…


–No tío, no podemos seguir evadiendo la realidad –Por fin lo miró –Taeyeon está cada vez peor. Nos hemos estado engañando todo este tiempo, queriendo hacernos creer a nosotros mismos que lo hemos aceptado, que nos hemos resignado…pero no es así. Yo jamás me resignaré,…jamás aceptaré que Tae…que mi hermanita va a morir, sin embargo va a suceder, y ni tú ni yo podremos hacer nada –Caminó hasta él y sin querer decir más, lo abrazó.


Y lloró, lloró de nuevo, lloró a pesar de haberse prometido a ella misma no volver a hacerlo, se lo prometió aquella noche cuando se enteró de la situación de Taeyeon, se prometió no llorar más, por sus hermanas, por ella,…por Tae.


Ellas no merecían verla así, no, pues la necesitarían fuerte, más fuerte que nunca. Sin embargo, ya era demasiado, había soportado tanto en las últimas semanas, que no pudo más y por un momento se dio el permiso de derrumbarse frente a su “tío”.


–Bianca… –La tomó en sus brazos, cediendo al consuelo y silencio que tanto necesitaba la pelinegra.


El día no fue mejor para Taeyeon, los problemas para respirar continuaron, ocasionado que su pulso se acelerara sin poder evitarlo. Bianca sentía desfallecer cada que la pequeña empezaba con las convulsiones. Y doctores, enfermeras y demás, iban y venían, tratando de controlar la situación.


La pelinegra jamás se sintió tan cansada como ese día, los anteriores habían sido un juego de niños en comparación a éste. Se mantuvo sentada frente a la cama y no despegaba la mirada de su pequeña hermana, quien por ahora se encontraba estable, aunque el doctor había sido claro: los eventos como los de la madrugada de ese día y el día en general, se repetirían cada vez más conforme pasara el tiempo. Aun así nadie sabía a ciencia cierta cuánto tiempo le quedaba a la pequeña Taeyeon, podían ser semanas, días, o tal vez…horas.


–Deberías comer algo –Kevin apareció a su lado, con la vista fija en Taeyeon –Has estado aquí todo el día, no has salido ni para ir al baño.


–No voy a dejarla sola –Fue su corta respuesta.


–No lo estará, yo me quedaré con ella, además así te despejaras un poco –Trató de convencerla –Vamos Biany, necesitas salir de aquí…por lo menos unos minutos.


–Pero…


–Nada de peros, ya te dije que yo me quedaré con ella –Insistió.


Bianca, resignada aceptó y salió, encaminándose a la cafetería del lugar. Al llegar a la barra, comprobó que no tenía apetito alguno, lo único que quería en ese momento era regresar al cuarto de Taeyeon, pero sabía que si hacía eso, Kevin le reprocharía, así que sin otro remedio tomó un croissant y pidió un americano. Se dirigía a una mesa de uno cuando de pronto alguien llamó su atención.


– ¡Señorita Galieni! –Un par de mesas al lado derecho de donde se sentaría, se encontraba el doctor Choi – ¡Espere un momento! –Pidió mientras se disculpaba con algunos colegas y se dirigía hacia ella –Qué bueno verla –Con un ademán, la invitó a sentarse en la mesa frente a ellos.


–Doctor Choi, lo siento, no lo vi.


–Descuide, pero… ¿qué le parece si por un momento dejamos las formalidades a un lado, y tú me llamas Siwon y yo a ti Bianca? –Sonrió encantador.


–…Claro, por qué no –Cedió, sonriendo sin mucho afán.


–Ha sido un día largo y pesado ¿no es así? –Comentó él mientras tomaba su café.


–Más que eso…ha sido angustiante –Respondió, mirando a la nada.


–Lo sé, uno de los doctores que atiende a Taeyeon me ha comentado algo –Hubo un largo silencio –…Lo siento Bianca –Logró atrapar la atención de la chica –Lamento lo que tú y tus hermanas están pasando –Respiró hondo –Taeyeon y Tiffany apenas son unas niñas, no tendrían por qué estar pasando por todo esto –Tomó la mano de la pelinegra –Sé que apenas nos conocemos pero…si yo puedo ayudarte…cuenta conmigo –Sonrió de nuevo.


–Gracias Siwon –Devolvió el gesto.


–…Sé que no es momento, sin embargo debo insistir, ¿has pensado en  lo que te dije? Sobre…


–Sí –Cortó –Lo he pensado y he tomado una decisión –Respiró profundo –Tae será la donante de Tiffany.


–…Me alegra que lo hayas decidido así –Dijo sincero.


–No tengo otra opción. Además sé que a Taeyeon le agradaría ser la donante de Tiffany…y sé que a Tiff le hará muy feliz conservar, literalmente, algo de Taeyeon, y saber que fue ella quien salvo su vista –Siwon apretó su mano, la cual aún sostenía –Sé que será difícil para ella y para el resto de mis hermanas aceptar la situación… –Sus ojos se cristalizaron –Pero algún día lo comprenderán y entonces atesorarán los buenos momentos que pasaron con ella –Sonrió a la nada, limpiando sus lágrimas.


–Así será –Aseguró él, sonriendo comprensivo.


–Bien –Ella recobró la compostura –Entonces ¿qué harán con Tiffany?


–Bueno…cuando Taeyeon…


–Muera –Completó ella y  Siwon bajó la mirada –Descuida, como te dije antes, en estos últimos días he tratado de resignarme, y aunque es difícil hacerlo, la realidad es que la situación de Taeyeon no tiene vuelta atrás, así que… –Se encogió de hombros –No temas llamar a las cosas por su nombre –El joven doctor sólo asintió.


–Bien, cuando…eso suceda, será el momento en que Tiffany entre a quirófano. Para eso entonces ella habrá tenido que estar internada un mínimo de veinticuatro horas, ya sabes, para tener todo en orden y listo, además de monitorear diferentes puntos de su estado de salud.


–Sí, lo sé –Respondió, haciendo a un lado el ya frío café –Entonces…es hora de que la traiga –Comentó, empuñando su mano derecha y bajando la mirada.


–…Me temo que sí. Mi colega ha dicho que Taeyeon no resistirá mucho y…


–Entiendo –Interrumpió –Traeré a Tiffany hoy mismo, ¿está bien? –Habló sin mirarlo.


–Claro –Fue la corta respuesta de Siwon, compadecido por la situación de la chica frente a él.


–Perfecto –Se levantó de su asiento –Nos veremos en la noche doctor Choi –Volvió a ser formal, y sin esperar respuesta, salió de allí.


–…Nos vemos, Bianca.


XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX


La pelinegra regresaba a la habitación de Taeyeon, cuando de pronto a unos cuantos pasos de ésta, escuchó una pequeña risa, inconfundiblemente de la castañita, pero ¿de qué se reía? Bianca se hizo la pregunta al instante, así que sin esperar más, entró.


– ¡Unnie! –Soltó la pequeña con voz ronca, casi inaudible (debido al constante “quita y pon” del tubo que atravesaba su garganta hasta hace unos días atrás) pero feliz –Volviste –Sonreía de oreja a oreja –Tu amigo Kevin es muy divertido –Y esas simples palabras la dejaron fría.


–… ¿Qué? –Volteó a ver al ángel que no dejaba de sonreírle a Taeyeon –Taeng…tú puedes… –De nuevo lo miró y éste con sonrisa comprensiva interrumpió.


–Bianca, ¿podemos hablar? –Ella no respondió, seguía en shock –Biany –Al no recibir respuesta la tomó del brazo, provocando ese escalofrío tan familiar para la chica, entonces la llevó hasta el pasillo –Volvemos en un momento Tae –Sonrió a la pequeña.


–Aja –Fue lo que alcanzó a escuchar el ángel antes de cerrar la puerta tras de sí.


– ¿Qué diablos está pasando? –Preguntó Bianca la salir del trance – ¿Por qué rayos puede verte? –Con el ceño fruncido y empuñando las manos, no apartaba la mirada del ángel – ¡Vamos! ¡Habla!


–Tranquila, baja la voz o Taeyeon te escuchará –Respiró profundo – ¿Tú crees que yo no estoy sorprendido? También quedé frío cuando despertó, me miró y preguntó quién era –De nuevo respiro hondo –Bianca, el que Taeyeon pueda verme…sólo puede significar una cosa.


– ¿De qué hablas? –Preguntó confundida – ¡Vamos! ¡No te quedes callado ahora!


–Si Tae puede verme, eso significa que…su tiempo en éste mundo está llegando a su fin –Desvió la mirada.


–No –Se alejó de él –No, eso no puede ser. Los doctores dijeron que su tiempo era indefinido, hablaron de días, semanas…


–Sí pero…también hablaron de horas –Completó él.


–No –Su voz se quebró al mismo tiempo que sus ojos se volvían acuosos –No, ella no…


–Lo siento Bianca –La abrazó, aunque la pelinegra sólo sintió el tan peculiar escalofrío –Lo he visto muchas otras ocasiones y…


– ¿Cuánto le queda? –Preguntó de golpe.


–No sabría decirlo con exactitud, probablemente cuatro o cinco horas –Bianca se separó del abrazo, limpió sus lágrimas, miró a Kevin y sonrió comprensiva.


–Gracias… –Él no tuvo respuesta para aquello y la chica entró de nuevo a la habitación. Taeyeon sonrió al verlos.


–Unnie, Kevin oppa… ¿pasa algo? –Preguntó al notar lo rojos que estaban los ojos de la pelinegra.


–No princesa –Respondió la mayor –No pasa nada –Sonrió lo más sincera posible – “oppa” y yo sólo hablábamos de algunas cosas, cosas sin importancia, ¿cierto Kevin?


–Cierto –Contestó con una sonrisa similar. 


La pequeña iba a insistir con la pregunta cuando de repente el celular de Bianca comenzó a sonar. Al ver el remitente, no dudó en atender.


–Jessi.


Bianca, tienes que venir a casa cuanto antes –Se escuchaba realmente preocupada.


– ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?


No puedo explicarte todo por teléfono, sólo ven pronto. Pyo Hyemi está aquí y…también el psicólogo. Apresúrate –Sin esperar respuesta, la castaña colgó.  


–Debes ir –Dijo Kevin mientras ella aun miraba con extrañeza su celular.


–Cómo sabes que… –Sacudió un poco la cabeza, tratando de ordenar sus ideas –Claro, eres un… –Recordó la presencia de su hermana –Buen amigo –De nuevo trató de procesar todo.


– ¿Y qué esperas? ¡Ve! –El ser divino la trajo de vuelta a la realidad.


– ¿Ah?...No, yo no puedo dejar sola a Taeyeon –Miró a la pequeña –Ella…


–Ella va a estar bien –Cortó –Yo estaré a aquí –Miró en la misma dirección –Yo cuidaré de ella, ¿cierto Tae? –La mencionada asintió feliz.


–Pero…


–Nada –La interrumpió de nuevo –Ahora el resto de tus hermanas te necesitan. Anda, ve –Insistió. Bianca lo pensó unos segundos para luego mirarlo a él, quien sonreía confiado, entonces cedió.


–Bien, pero volveré lo antes posible –Aseguró, acercándose  a la pequeña castaña – ¿Está bien si te quedas con Kevin oppa por un rato? –Acarició el cabello de la menor, quien se limitó a asentir –Ok. Regresaré pronto, lo prometo –Sonrió a su pequeña hermana y besó su frente –Te quiero –Su voz se quebró al instante.


–Y yo  ti, unnie –La castañita sonrió de oreja a oreja.


Bianca no resistió más y sus lágrimas se hicieron presentes. Abrazó a su hermana y la pegó contra su pecho, tratando de ahogar su propio llanto. Besó de nuevo su frente y sonrió, luego miró a Kevin y éste sin decir palabra alguna, asintió.


Caminó hacia la puerta, tomó el picaporte y antes de salir, la pequeña castaña la llamó.


–Unnie –Esperó a que la mayor la mirase –Diles a las demás que también las quiero y que las extraño mucho –Dijo entusiasmada y alegre a pesar del dolor en la garganta. Bianca tuvo que volver a ahogar su llanto para responder.


–Claro princesa…se los diré –Sonrió, o eso trató. Y no pudiendo soportar más el dolor, se marchó.

Notas finales:

Lo sé, es muy corto, no me maten, pero he tenido días demasiado ocupados y por más que trato de avanzar en la historia no más no puedo, pero en fin. Todo se pone cada vez peor ¿cierto? Ya sé que muchos me odian por lo de Tae y lo siento =P pero espero que sigan leyendo hasta el final.

Y ya saben, su rw siempre son bienvenidos (así sea para decir que me odian XD)

Nos leemos pronto, ciao!! =)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).