Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unnie por Yong Mun

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hey!! Qué tal? Lamento mucho la demora, pero sin más, he aquí el cap.

Disfrutenlo!! =)

Bianca


Mi cabeza dolía y mis ojos pesaban. En realidad todo mi cuerpo se encontraba adolorido. No quería abrir los ojos, no quería saber en dónde me encontraba o qué me había ocurrido, aunque lo más seguro es que me haya desmayado y tío Ángelo me haya traído hasta mi habitación. En verdad no quería saber de nada ni de nadie, ahora lo único que quería y necesitaba en éste momento…era a mis hermanas.


Me levanté y comprobé que me encontraba en mi habitación, y ahora también comprendía el porqué de mi dolor físico e incomodidad, había dormido con la ropa puesta. Salí de allí algo adormilada, bajé las escaleras buscando a tío Ángelo y a Jessica, pero no los encontré, prácticamente habían desaparecido. Seguí buscando por toda la casa y al pasar por la sala de tv,…juro que pude oír claramente risas venir de allí. Quede en shock, no podía ser, simplemente no podía ser.


Abrí las puertas del salón y…las vi, ahí, a todas, riendo y bromeando entre ellas, y podría jurar que sonreí como tonta por volver a verlas, por volver a ver esos rostros adolescentes. Sin embargo ellas callaron en el acto al verme entrar.


–Todo fue un sueño –Susurré para mí misma –Sólo…un sueño –Volví mi vista a ellas, de nuevo pudiendo asegurar que sonreía como idiota –Chicas –Mis ojos se cristalizaron de inmediato – ¡¡Chicas!! –Corrí a ellas y abracé y besé a todas y cada una, quienes me veían como bicho raro.


–Unnie… –Dijo Seohyun, reprendiéndose ella misma al instante –Perdón…Bianca-shi, ¿se siente bien?


–No podría sentirme mejor, Hyunnie –Respondí, sonriendo y tomando sus manos.


Por un momento vi un brillo en sus ojos, pero así como llegó se fue, entonces tuve que tranquilizarme y recapitular todo lo que había ocurrido la noche anterior. Realmente me había comportado como una tonta.


–Sentimos si te despertamos con todo el ruido –Habló Sunny –Creíamos que no estabas y… –Bajó la mirada.


Las miré a todas de nuevo, ninguna se atrevía a decir nada, nadie me miraba, al contrario, mantenían la avista clavada al piso. Por un momento vi mi reflejo en el espejo de media luna, aquel que se hallaba sobre la repisa, al fondo del lugar y, ahí estaba, de nuevo era yo, ¡sí! yo, la misma de siempre, por lo menos así era a la vista de ellas, pero… ¡no! Ya no sería más la de siempre, al menos no mentalmente, no quería ser la misma basura que venía siendo con mi familia los últimos diez años.


–Lo siento chicas –Todas voltearon a verme en cuento escucharon  mis palabras –Yo…lo siento –Me acerqué de nuevo –Ayer me comporté como una completa idiota. Dije…


–Lo que sentías –Interrumpió Yuri, mirándome fijamente –No tienes que disculparte, creo que por fin ahora todas comprendemos muchas cosas que antes no –Desvió la mirada.


– ¡No! Yo…ayer dije cosas que no debí decir, cosas que no siento de verdad y que por mi enojo…solté sin más. Palabras que las lastimaron y que no debieron salir jamás de mi boca. Perdónenme –Mi voz se quebró –Sé que no lo merezco, sé que las lastimé pero…déjenme remediarlo, déjenme mostrarles la otra cara de mí –Las miré a una por una –Por favor, sólo denme una oportunidad y les juro que haré hasta lo imposible por enmendar mis errores, haré que la noche de ayer desaparezca, que ninguna de ustedes la recuerde nunca más…por favor.


Todas estuvieron atentas a cada una de mis palabras, sin embargo nadie se animaba a decir nada. De pronto comenzaron a verse unas a otras; unas negaban, otras se encogían de hombros y otras simplemente miraban a la nada.


–Yo… –Seohyun se acercó y tomó mis manos –Yo si quiero conocer ese otro lado tuyo…unnie –Sonrió –Quiero conocer a la chica de la que tanto hablan mamá y papá –Y sin decir más, me abrazó. De inmediato una felicidad y calor indescriptible corrieron por todo mi cuerpo.


–Entonces… –Tiffany se acercó despacio –Lo que dijiste ayer sobre nosotras, ¿no es verdad? ¿No nos odias? –Preguntó, evitando a toda costa que sus ojos se mostraran llorosos.


– ¡Por supuesto que no! –Respondí a prisa, la abracé y ella se aferró a mí –Lo siento, fui una idiota, una completa idiota –Susurré a su oído y una leve risa escapó de mis labios al verla asentir –Y… ¿qué dicen ustedes? –Pregunté a las demás, aun abrazando a Seohyun y Tiffany – ¿Tengo otra oportunidad? –Sin decir nada, Yoona se unió al abrazo y detrás de ella lo hicieron Sooyoung y Hyoyeon, pero Sunny Y Yuri se mantuvieron en la misma posición –Sé que no es fácil –Dije a ambas –Las lastimé –El resto se separó de mí y pude acercarme a ellas dos –Fui una basura, yo…


– ¡Tonta! –Soltó Yuri, abrazándome al instante, como si su vida dependiera de ello –Nunca vuelvas a decir todas esas cosas horribles que mencionaste anoche ¿sí? Promételo –Comentó aun en mis brazos y sorbiendo la nariz.


–Lo prometo –Respondí, besando la coronilla de su cabeza –Ahora…sólo faltas tú –Miré una vez más a Sunny –Dime, ¿estoy perdonada?


Ella frunció las cejas y limpió sus lágrimas, no quería verse débil ni sentimental, mucho menos frente a mí. Sin embargo, después de dudarlo unos segundos, respiró hondo y aun con ojos llorosos y voz quebrada, respondió:


–Tendrás que esforzarte mucho, ¿entendido? –Trató de ocultar una sonrisa.


–Entendido –Sonreí  de oreja a oreja, pero entonces caí en cuenta. Taeyeon no estaba ¿Cómo no lo noté antes? Ella no estaba. Comencé a sudar, entré en pánico y desesperada la busqué con la mirada por toda la sala, pero…no estaba –Y… –Tragué en seco – ¿Y Taeyeon? ¿Dónde está Taeyeon?


–Unnie –Tiffany susurró –Tae…


– ¿Bianca?... –Respiré con alivio y sonreí al oír su voz tras de mí.


Giré y, ahí estaba, con un par de pinceles, sus acuarelas y un pequeño lienzo bajo el brazo. Miró toda la escena sin comprender nada, luego volvió su mirada a mí y su expresión cambió por completo.


–Oh, ya llegó –Dijo Tiffany –Creí que pasarías más tiempo en el parque –Se dirigió a ella.


–Sí pero –Miró hacia la entrada –Pronto lloverá, así que… –Se encogió de hombros.


– ¡TAE! –Solté feliz. Por un momento creí que ella de verdad había… – ¡Taeng! –Corrí hacia ella, atrapándola entre mis brazos y dando vueltas por todo el lugar – ¡Estás bien! ¡Estás bien! –Repetí una y otra vez, riendo y sin parar de girar, provocando que ella tirara sus materiales.


– ¡Bianca! –Habló entre vuelta y vuelta – ¡Bianca! ¡Bájame! –Pidió con una mezcla de asombro y enfado, así que obedecí de inmediato –Me puedes decir ¿¡qué rayos pasa contigo!? –Preguntó furiosa, acomodando su ropa y levantando sus cosas ­– ¡Genial! –Soltó aún más molesta, viendo algunas de sus acuarelas (las cuales habían salido volando por todo el lugar) rotas o aplastadas ­–Me debes unas acuarelas –Soltó todavía más furiosa.


–Tae… –De un momento a otro los nervios se apoderaron de mí y rasqué mi nuca, bajando la mirada –Creo que te debo una disculpa. No, no creo, ¡te debo! una disculpa –Aseguré. Las demás estaban atentas pero se mantenían al margen –Yo… –De nuevo rasqué mi nuca. Vaya ironía, días atrás los papeles eran otros, siempre había sido así, ellas se ponían nerviosas con sólo mirarme, sin embargo, ahora soy yo quien quisiera meterse debajo de una roca y no salir de allí en mucho, mucho tiempo –Anoche yo…


–Anoche fuiste muy clara –Me cortó –Así que descuida, ninguna de nosotras volverá a molestarte –Trató de irse.


–Espera –En cuento mi mano tocó su brazo, ella se alejó como si mi tacto quemara –Es que precisamente de eso quiero hablar, o mejor dicho, aclarar –No respondió, así que continué –Anoche dije tonterías –Bajé la mirada –Tonterías que no son verdad, y las herí –La miré de nuevo –A todas, incluyendo a papá y mamá.


– ¿Y no crees que tu disculpa llega algo tarde? –Preguntó con indiferencia, mirando hacia otro lado.


– ¡Vamos Tae-tae! Lo está intentando –Tiffany se compadeció de mí.


–Pues intentar, para mí no es suficiente –Aseguró, mirándome de arriba abajo.


–Tae –Ésta vez intentó Yuri.


– ¡No! ¡Estoy harta! Harta de que sea ella quien se comporta como una idiota y seamos nosotras quienes se sientan mal, harta de seguirles el juego a mamá y papá cuando hablan maravillas de ella, harta de fingir que todo aquí está bien cuando no es así, harta de… –Me miró de nuevo – ¡Harta de ti! –Dijo con todo el rencor del mundo y salió sin esperar respuesta.


– ¡Tae! –Sunny trató de ir tras ella.


–Espera Sun. Fui yo quien provocó toda ésta situación, así que seré yo quien lo arregle –Miré una vez más a todas –Ahora vuelvo.


Subí las escaleras de dos en dos y cuando me encontraba a medio pasillo, oí claramente cómo azotaba la puerta de su habitación. Respiré hondo, conté hasta diez y me preparé mentalmente para lo que seguía, pasé las manos por mi rostro y finalmente toqué su puerta.


– ¡Largo! ¡No quiero escucharte! –Fue su corta respuesta.


–Taeyeon, por favor, debemos hablar –Pedí con serenidad –Sólo escúchame, si después de hacerlo, aun así no quieres saber más de mí, entonces lo entenderé, respetaré tu decisión y seré yo quien no vuelva a molestarte a ti –No hubo respuesta, así que supuse esa era la señal para poder entrar.


–Tienes sólo cinco minutos, no más –Mencionó, dándome la espalda, fijando su vista en la ventana.


–Sé lo que piensas de mí, que soy una idiota, una basura.


– ¿Ahora lees mentes? –Soltó sarcástica, sin voltear.


–Tienes todo el derecho de pensar eso y más, porque…así es, soy una basura, una persona que no merece a la familia que tiene. Por años creí que ustedes eran un problema en mi vida, pero la realidad es que el verdadero problema soy yo –Por fin volteó a verme.


– ¿Ah sí? ¿Y a qué viene esa repentina “iluminación divina”? –No pude evitar reír ante lo irónico de sus últimas palabras.


–A un sueño –Susurré.


– ¿Cómo? –Al parecer logró escucharme.


–Nada, olvídalo, cosas mías –Callé por varios segundos –El punto, Taeyeon, es que… –Di un paso hacia ella, pero entonces retrocedió dos –Lo lamento y te pido disculpas por todo lo que dije ayer, por ser como soy contigo y el resto –Trató de hablar, aunque lo impedí –No tienes que decir nada, ni siquiera tienes que perdonarme si no quieres, sólo…tenía que decírtelo. Y también decirte que, te quiero –Quedó estática al escucharme –Que lo hago con todas mis fuerzas –Mis ojos y los suyos se volvieron acuosos –Que te quiero a ti y a las demás como jamás creí y…como jamás quise aceptarlo, pero la verdad… –Traté en vano de mantenerme firme –La verdad es que sin ustedes me muero –Ella negó con fuerza y limpió sus lágrimas.


– ¡No! Eso lo dices para que yo olvide todo, pero no, tú no…


–No miento, Taeyeon –Aseguré –Lo sé. Lo negué por tanto tiempo que hasta yo logré creerme, creer que no sentía el más  mínimo cariño por ustedes –Me acerqué de nuevo y ésta vez no se alejó –Pero las quiero, te quiero –La abracé. Por uno momento no reaccionó, pero al pasar los segundos, poco a poco correspondió mi abrazo –Perdón, perdóname Taeng. Te prometo que haré todo lo que esté en mis manos para remendar todos y cada uno de mis errores, para recuperar el cariño y la confianza de…mis hermanas –Al oír las últimas dos palabras, me miró directamente a los ojos.


–Nos llamaste... –Dijo con asombro y cierto brillo en los ojos.


– Sí Taeng, dije mis her-ma-nas –Era la primera vez que decía la palabra en voz alta y frente a alguna de ellas.


– ¡Unnie! –Un vez más me abrazó, aunque con más fuerza que antes.


–Entonces –La alejé un poco de mí – ¿Me das la oportunidad de arreglarlo todo? –Pregunté y ella asintió, limpiando de nuevo sus lágrimas y tratando de limpiar las mías.


–Aunque tendrás que esforzarte mucho –Aseguró con una sonrisa.


–Lo sé, Sunny dijo lo mismo.


Luego de ello, volvimos con la demás y pasamos largo rato charlando entre todas, algo que jamás había hecho con ellas. Me enteré de muchas cosas que nunca me imaginé, supe un poco más de sus vidas, hobbies, miedos, gustos, fobias, en fin. Incluso les conté un poco más sobre mí, sobre mi vida en Italia, y por insistencia de algunas, sobre mi larga lista de conquistas, aunque eso de “larga” no lo dije yo, ellas lo supusieron. Después de algunos momentos bochornosos que me hicieron pasar al hacerme ciertas preguntas, dejé el tema por la paz y propuse ver una película.


 Al parecer mis padres no se encontraban en casa debido a un almuerzo con un viejo amigo. La verdad es que había tenido otro pre infarto al no encontrarlos por ningún lado, pero entonces Sooyoung me devolvió “el alma al cuerpo” al contarme sobre su compromiso.


Ya estábamos a mitad de película cuando de pronto sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal. No queriendo creerlo, no moví un solo músculo, pero al sentir una mirada penetrante a mi lado izquierdo, no pude evitar mirar.


– ¡Hola!


– ¿¡Qué rayos!? –Y ahí estaba, con su traje blanco, corbata negra y sonrisa de comercial de pasta de dientes. Todas voltearon al oírme gritar como una verdadera loca.


– ¿Estás bien, unnie? –Preguntó Yoona con la preocupación plasmada  en su rostro, al igual que el resto.


–Yo…es que él –Lo señalé pero me vieron aún más raro.


–Recuerda que ellas no pueden verme, Biany –Seguía con la misma sonrisa. Y me maldije por ser tan idiota y a él, por ser tan cabeza hueca –Olvídenlo, es que yo… –Estaba obligando a mi cerebro a pensar en una excusa, la que fuese –Recordé que tengo que hacer algo con urgencia, pero ustedes sigan con la película. Ahora vuelvo –Sin esperar respuesta, salí de ahí.


– ¡Vaya! –De nuevo apareció frente a mí –Eres un genio con las excusas –Soltó sarcástico.


– ¡Cállate Kevin!


– ¡Oh! Pensé que estarías de buen humor, creo que me equivoqué.


–Es que…creí que todo había sido un sueño pero…si tú estás aquí, eso quiere decir que… –Lo miré.


–Así es, no lo fue, o digamos que sí, sólo que fue uno muy…real –Sonrió divertido.


– ¿Y qué? Es que acaso nunca voy a poder deshacerme de ti ¿o qué? –Rió al escucharme.


–Yo también te amo, Biany –Acomodó su corbata –Pero descuida, sólo tendrás que soportarme un par de minutos más. Ahora sígueme –Sin otra opción, me hizo seguirle –Entra –Ordenó al estar frente al despacho de mi padre.


–No entiendo, ¿para qué quieres entrar aquí? –Revoló los ojos en respuesta.


–No hagas tantas preguntas y entra –Obedecí y él se dirigió al escritorio –Allí –Señaló uno de los últimos cajones del mueble.


– ¿Qué? –Respiró hondo y con fastidio ante mi reacción.


–Allí adentro hay algo que tal vez resuelva algunas dudas que aun rondan tu cabeza.


–Pero…


–Sin peros –Se acercó de nuevo –Eso es todo, es lo último que me faltaba para cumplir ésta misión –Sonrió de lado –Fue un placer conocerte, Bianca –Tomó mis manos y aquel típico escalofrío se intensificó esta vez –Ciao…bella –Y con una última sonrisa, desapareció frente a mis ojos.


–Adiós Kevin.


Caminé hasta el escritorio, miré por unos segundos aquel cajón y, reconozco que tenía miedo por lo que fuese a encontrar en él. Ese cajón en particular siempre fue un misterio para mí. Papá siempre lo tuvo bajo llave y aunque muchas veces en mi infancia traté de abrirlo, nunca lo logré.


Luego de pensarlo largo rato, busqué la llave, y como si el destino me hablara, mi vista se dirigió al portalápices sobre una esquina del enorme escritorio. Allí estaba, la llave que mi padre siempre guardo con tanto recelo. La tomé y en un segundo ya había abierto el cajón, en él había fotografías, algunos documentos de mi padre, pero al fondo…al fondo se hallaban ocho carpetas negras. Las tomé y miré por unos segundos, no sabiendo si estaba bien abrirlas o no, pero como dicen por ahí: “la curiosidad mató al gato”.


Tomé la primera, eran los papeles de adopción de Taeyeon, traía algunos datos suyos, el nombre y dirección del orfanato, sin embargo, lo que llamó mi atención fue algo en específico de su historial;  Taeyeon había sufrido  de problemas del corazón desde el sexto mes de nacida, necesito varias operaciones y al final tuvo un trasplante. Todo eso fue costeado por mis padres incluso antes de adoptarla. Al parecer sus padres biológicos murieron en un accidente.


Leí el resto de expedientes y conforme los leía, mi incredulidad iba en aumento. A Sunny se le había hallado en un basurero a las pocas horas de nacida. Supongo que la madre biológica no tenía nada que ofrecerle y esa fue su mejor idea.


Tiffany obtuvo un trasplante de corneas  a los pocos meses de cumplir los dos años, y de nuevo quienes se encargaron de todos los costos, fueron mis padres. Al parecer, de sus padres biológicos no se sabía nada.


Hyoyeon llegó al orfanato al año de edad, su padre había matado a su madre por supuesto adulterio, y al ir éste a la cárcel, ella prácticamente quedó huérfana.


En el caso de Yuri, llegó al orfanato cuando tenía sólo dos años, fue su madre quien la abandonó, pues el padre había hecho lo mismo con ambas un año antes. Vaya canallada la de aquel par.


El historial de Sooyoung era algo parecido al de Sunny, ella no había sido botada en un basurero, pero sí fue abandonada en un hospital. Al parecer después de que la madre diera a luz, se dio a la fuga.


Yoona fue un caso especial, al llegar al orfanato a la edad de cuatro años recién cumplidos, no hablaba absolutamente nada. Según lo escrito por el psicólogo del orfanato, era debido al trauma padecido; la pequeña había presenciado la muerte de sus padres tras haber sufrido un asalto a mano armada. Necesitó dos años más de terapia para superar tal acontecimiento.


Por último estaba Seohyun. Al nacer, su vida pendió de un hilo debido al intento suicida de la madre biológica, quien se hallaba en depresión por el trauma de haber sido violada por su propio hermano. En cuanto Seo salió de peligro, la madre la entregó al orfanato.


Quedé en shock. Jamás me puse a pensar en todo lo que ellas habían sufrido antes de llegar a ésta casa, jamás creí que tuviesen pasados tan difíciles y obscuros. De nuevo me sentí la peor persona de éste mundo por haber sido tan estúpida e hiriente con ellas.


Era un hecho, tendría que esforzarme demasiado si quería enmendar aunque sea sólo un poco, todo el daño que les causé. Pero lo haría, definitivamente lo haría.


De pronto, un recuerdo vago de aquel “sueño” llegó a mi mente:


Flash Back


–Pero…hay algo que no entiendo. Jessica tiene mi edad, y su hermana aparentemente tiene la edad correcta.


– ¿A qué te refieres?


–Quiero decir, que Jessica le lleva nueve años a Krystal, por lo tanto si ella tiene mi edad, entonces Krystal tiene nueve o diez. Sin embargo… ¿Por qué Taeyeon y el resto no tienen la edad que deberían tener? Se supone que les llevo siete, ocho, nueve y diez años. Entonces Taeyeon debería tener once, Sunny, Tiffany, Hyoyeon y Yuri diez, Sooyoung y Yoona nueve y Seohyun ocho, pero…ellas no tienen esa edad, claramente son más chicas que Krys, ¿por qué? 


–Eso no puedo responderlo, es parte de tu lección, tú debes deducir eso. Y tienes razón, no tienen esas edades; Taeyeon tiene siete,  Sunny, Tiffany, Hyoyeon y Yuri tienen seis, Sooyoung y Yoona cinco y…


–Seohyun cuatro.


– ¡Exacto!


Ahora lo entendía. Cuando yo me alejé de su lado, tenían las mismas edades que en mi “sueño”.


Meses antes de irme al internado, me alejé por completo de ellas, en realidad comencé a alejarme desde mucho tiempo antes, prácticamente era como si no existieran para mí, dejé de dirigirles la palabra, de notarlas. Cuando mis padres llegaron con Yoona a casa, ni siquiera me digné a mirarla, y cuando Seohyun llegó, no salí de mi habitación en todo el día y toda la noche, entonces semanas después me fui, sin despedirme de ellas ni de mis padres, sin mirar atrás, sin sentir pena o tristeza, sin pensar en nada, simplemente…me fui.


XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX


Autor


–Cariño, ¿qué haces aquí? –Preguntó Elisa, entrando junto a Antoni. La pelinegra había olvidado por completo cerrar la puerta.


–Pensamos que no estabas en casa –Mencionó su padre, pero calló al ver las carpetas sobre el escritorio –Bianca…


– ¿Por qué nunca me lo dijeron? –Miró a ambos – ¿Por qué no me contaron todo por lo que ellas habían pasado? Esto es… –Su voz se quebró y su vista se tornó borrosa –Ellas pasaron cosas horribles; abandono, operaciones, trasplantes, padres criminales, terapias, madres inhumanas, padres asesinados… –Decía al tomar uno por uno aquellos documentos.


–Nosotros no creímos que… –Su madre trató de explicar.


– Que ¿qué? –Preguntó ella con algo de enfado – ¿Que fuese correcto saber sobre el pasado de MIS hermanas? –Ambos padres quedaron confundidos y asombrados, era la primera vez que la oían usar aquella palabra para referirse a ellas. Respiró profundo, tratando de recuperar la calma –Si yo hubiese sabido esto desde un principio –Miró de nuevo las carpetas –…Todo…habría sido tan distinto.


– ¿Por qué, Bianca? –Preguntó su padre – ¿Por qué habría sido distinto? Porque les habrías tenido ¿lástima? ¿Pena? –Negó repetidas veces –No cariño, no te confundas. Nosotros queríamos que tuvieras una gran familia, no una casa llena de caridades,…como alguna vez tú las llegaste a llamar.


–Deseábamos que las quisieras por ser quienes eran, por ser ellas –Continuó su madre –Por ser tus hermanas, no por tenerles compasión o lástima como ha dicho tu padre –Suspiró –Todas han tenido un pasado difícil, tienes razón, pero tu padre y yo hemos hecho hasta la imposible por darles todo el cariño y atención que ellas merecen, al igual que tú.


–Lo sentimos – Antoni se disculpó de pronto –Ayer dijiste algo en lo que tienes razón. Tu madre y yo jamás tomamos en cuenta tu opinión al adoptar a tus hermanas, no nos preocupamos por saber si tú estabas de acuerdo o no, si te sentías feliz o no cada que una de ellas llegaba a ésta casa.


–Sentimos si te hicimos pensar que no eras lo suficientemente buena para nosotros y que por eso las adoptamos a ellas, pero no es así –Explicó Elisa –Nosotros te amamos, y eres más, mucho más de lo que esperábamos y merecíamos –Se acercó a ella y tomó su rostro entre las manos –Jamás pienses que no eres lo suficiente para tus padres o alguien más…jamás –Los ojos de ambas se cristalizaron –Tu papá y yo siempre hemos querido lo mejor para ti, y aunque tal vez no lo hemos hecho de la manera correcta, créeme que nunca hemos querido hacerte mal –Lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas.


–Lo sé –Bianca trató de retener su llanto –…Ahora lo sé –Sin soportarlo más, abrazó a su madre.


– ¿Y yo qué? ¿Estoy pintado acaso? –Preguntó su padre con los brazos abiertos. Ambas rieron y la pelinegra lo abrazó con fuerza.


–Creo que ahora voy yo –Mencionó ella, sorbiendo la nariz y limpiando sus lágrimas –Ayer perdí el control, dije cosas hirientes y…no saben cómo me arrepiento –Miró al piso, sintiéndose de nuevo una adolescente, la cual pide disculpas a sus padres por haber llegado tarde casa –Ya he hablado con mis hermanas. Y aunque me han perdonado, sé que tendré que hacer mucho para conseguir su cariño y confianza, pero lo haré…y no me rendiré hasta conseguirlo –Miró de nuevo a sus padres, quienes sonrieron orgullosos.


–Ya tienes su cariño –Dijo su madre –Aunque no lo creas. Y bueno…tal vez ganarte su confianza sí te cueste un poco más –Rió por lo bajo al ver el desánimo de su hija –Pero tú lo has dicho: lo lograrás, yo lo sé.


–También…quiero pedirles perdón a ustedes –De nuevo bajó la mirada –Los he juzgado de manera dura y he sido cruel sin siquiera ponerme a pensar que todo lo que hacían era por mí, por darme una “gran” familia como mencionó papá. Por mi bienestar, por verme feliz…por hacerme feliz –Rectificó –Y por hacerlas felices a ellas –Sonrió –Gracias –Los abrazó de nuevo.


–No tienes que agradecer, cariño –Su padre la tomó por los hombros –Y tampoco pedir perdón. Todo lo que has dicho y hecho, es lo que sentías –Sonrió de lado –Y estás en todo tu derecho. Tu madre y yo reconocemos que también hemos cometido errores contigo. Nosotros también te pedimos perdón –La pelinegra lloró de nuevo ante las palabras de su padre.


–Los amo.


–Y nosotros a ti –Afirmó él –Y debo reconocer que me hace muy feliz el que me llames papá de nuevo y no Antoni –Rió gustoso, contagiando a ambas.


–Lo sé, pero yo reconozco que era divertido ver tu cara de enfado al oírme llamarte “Antoni” –Ahora sólo ella y Elisa reían mientras él fingía indignación –En fin. Las chicas mencionaron que asistieron a un almuerzo, pero… –Miró su reloj de pulsera –Veo que ese almuerzo se prolongó hasta la comida ¿no? –Sonrió.


– Oh, bueno, sí. Lo que pasa es que Ángelo recién llegó de Italia y…


– ¿Ángelo? –Cortó a su padre – ¿¡Tío Ángelo!? –Preguntó feliz.


– ¿“Tío” Ángelo? –Repitió su madre –Cariño, hace años que no ves a Ángelo –Aclaró.


–Y hace años que no lo llamas tío –Aseguró Antoni.


–Eso no importa –Respondió simple –Pero ¿dónde está? –Miró hacía la puerta.


– ¿En dónde más? En el hotel donde se hospeda –Informó su padre con una gran sonrisa al notar su entusiasmo.


– ¿Qué? Pero si tío Ángelo es de la familia, ¿por qué no invitarlo a quedarse en casa los días que tenga planeado estar aquí?


–Bueno… –Elisa miró a su esposo y luego a su hija –Nosotros pensamos que no sería conveniente, no queríamos molestarte aún más.


– ¿Molestarme a mí? –Se señaló –Pero qué tontería. A mí me encantaría pasar unos días con él, y estoy segura que a mis hermanas también aunque, no lo recuerden muy bien –Sonrió, rascando su nuca –Vamos, invítenlo a quedarse en casa y… –Una de las chicas interrumpió.


–Unnie…


– ¿Qué pasa, Yoong?


–Alguien quiere verte, está esperando en la sala –Bianca notó la clara preocupación reflejada en el rostro de su hermana.


–O…ok, voy en un momento.


–No unnie, es que…insiste en verte…ahora –Aclaró, extrañando aún más a la mayor.


–Ve –Dijo su madre.


–Pero nosotros estábamos hablando y…


–Descuida –Interrumpió su padre –Ya habrá tiempo para seguir. Ahora ve con quien sea que esté tan ansioso por verte –Animó.


–Bien –Resignada siguió a Yoona.


Al llegar a la sala, el silencio era sepulcral. Notó allí a Yuri y a Minho, pero había una tercera persona, alguien que le daba la espalda.


–Bianca-shi –Minho la saludó con una sonrisa de lado, aunque sus ojos de inmediato se dirigieron a la persona que aún le daba la espalda a la mayor.


–Es bueno volver a verte Minho –Ella devolvió el gesto.


–Bueno, nosotros… –Yuri comenzó a hablar –Vamos con…con las demás al jardín –Alternaba su mirada entre la pelinegra y la persona desconocida –Vamos chicos –Tomó a Minho y a Yoona de la mano, sacándolos rápidamente de ahí.


–Pero esperen, yo…


–Hola Bianca –Quedó petrificada al oír esa voz. Aquella persona ahora le daba la cara y sonreía ampliamente.


–…Hyuna...

Notas finales:

Y con éste capítulo estamos a sólo uno más para que el fic. llegue a su fin.

Qué creen que pase? Las chicas ya perdonarón a Bianca pero, ahora Hyuna reapareció, a qué creen que haya regresado después de tantos años? |OoO|

Ya saben, sus rw siempre son bienvennidos.

Nos leemos pronto, ciao!! =)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).