Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unnie por Yong Mun

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, lamento mucho la demora, pero he aquí el último cap.

Espero que la historia haya sido de su agrado de principió a fin y les agradezco enormemente a quienes leyeron desde el primer capítulo hasta éste ultimo.

Pero sin más interrupciones, aquí dejo el desenlace. Disfrutenlo!!

–…Hyuna –Apenas pronunció.


La chica que años atrás se fue (no por voluntad propia), dejándola desolada, de nuevo se encontraba frente a ella después de tanto tiempo.


En definitiva ya no era aquella adolescente algo escuálida y pálida, no, ella, al igual que Bianca, había crecido, y en qué forma. Era una mujer bellísima, los años le habían sentado de maravilla.


–No sabes lo que me alegra volver a verte –Sonrió aún más –En cuanto Minho me dijo que te había visto, no dude ni un segundo y vine hasta aquí –Se acercó a ella, tomado sus manos –Pero mírate nada más, ¡estás preciosa! –La miró de arriba abajo –No lo puedo creer –Su sonrisa no desaparecía –De nuevo estamos aquí, una frente a la otra –Y sin previo aviso, la abrazó. Mejor dicho, la estrujó entre sus brazos.


Bianca seguía en shock, no podía creer que la mujer que tenía en frente era Hyuna, ¡HYUNA! La chica a la que alguna vez creyó el amor de su vida. Poco a poco y saliendo del trance, respondió aquel apretado y ansiado abrazo.


–Yo también me alegro de volver a verte, Hyu –Dijo al fin –Tú también estás guapísima –Sonrió.


Después de un par de minutos, la tención de Bianca bajó. Charlaron un poco de todo y nada; de sus vidas profesionales, viajes, amigos, en fin. Pasaron horas en aquella sala, poniéndose “al día” una con otra. Y Bianca ya sintiendo las piernas adormecidas, propuso a Hyuna dar una vuelta por el jardín de la casa.


–Tus hermanas son muy lindas –Comentó la castaña –Tal y como las recordaba –Miró a donde se encontraban aquellas ocho adolescentes, incluyendo a su hermano –Aunque casi no las reconozco, por un momento creí que Taeyeon era Sooyoung –Ambas se encontraban a unos cuantos metros del resto.


–Sí, lo sé –Respondió la pelinegra con una sonrisa, mirando en la misma dirección –A mí me pasó lo mismo cuando regresé –Rieron al unísono.


–Al parecer no me recuerdan mucho –Mencionó la castaña –Pero no las culpo. Prácticamente eran unas niñas cuando tú y yo…dejamos de vernos –Sonrió nostálgica –Sólo llegaron a verme un par de veces.


Las dos callaron por un momento sin saber qué más decir o hacer. Siguieron caminando por los alrededores, tratando de retomar la charla y acabar así con ese incómodo silencio.


–Minho me contó lo sucedido a noche –Comentó la más baja, haciendo detener a Bianca en el momento, quien la miró confusa –Yuri se lo contó ayer. Llegó llorando a casa, diciéndole a Min sobre la fuerte discusión que tuviste con tus padres –Explicó mejor.


–He sido una completa idiota en estos últimos días –Sonrió irónica –Mejor dicho, lo he sido los últimos diez años de mi vida –Dijo sin despagar los ojos del piso –La noche de ayer me superé a mí misma –Sonrió con amargura –Hablé de más y las lastimé demasiado, incluyendo a mis padres.


–Tranquila –La castaña sobó su espalda –Todos cometemos errores –Hizo una pausa –Yo también culpé a mis padres por años después de lo que me hicieron…lo que nos hicieron –Bianca fijó su vista en ella –Sé que nuestros padres se equivocaron, Bianca, pero no podemos seguir condenándolos por lo que pasó hace ya más de diez años. Debemos seguir a delante, incluso tratar de entender su actuar –La más alta frunció el ceño y Hyuna sonrió de lado –Además, creo que todo ocurre por algo, tal vez nuestro destino no era estar juntas –Sonrió de nuevo, con nostalgia.


–…Aun me siento culpable –Confesó la pelinegra –Por mi culpa tus padres te mandaron lejos de aquí y…te casaron con un hombre al que ni siquiera conocías –Miró hacia otro lado –Por mí, tú pasaste demasiado.


–Deja de culparte –La más baja tomó su rostro, mirándola a los ojos.


–Todo lo que pasó, hubiese ocurrido de todos modos. Mis padres ya tenían planeado ese viaje y ese compromiso para mí –Aclaró –El que tú les hayas dicho a tus padres sobre lo nuestro, provocó que los míos aceleraran el proceso…sólo eso –Hizo una pausa y sonrió –Además, mi matrimonio duró relativamente poco, no más de un año. Fue el tiempo suficiente para que yo me armara de valor y enfrentara a mis padres, pidiera el divorcio a mi esposo y me decidiera en ir a estudiar a Holanda. Y todos estos años que he vivido allá me han hecho pensar y reflexionar sobre muchas cosas.


– ¿Como en qué? –Preguntó al notar que Hyuna se perdía en sus recuerdos.


–Como que no puedo guardarles rencor a mis padres para toda la vida, como que no puedo alejarme de mi hermano sólo por los errores que ellos cometieron, como que no puedo ni quiero seguir permitiendo que mi pasado arruine mi presente –Miró de nuevo a Bianca –Y aunque no lo creas, mis padres están arrepentidos –Con incredulidad, la joven italiana volteó hacia ella –No me mires así –La castaña rió por lo bajo –Es verdad. Hace un año, cuando vine a pasar las fiestas decembrinas con ellos, ambos se disculparon conmigo –Sonrió recordando –Jamás los sentí tan sinceros y arrepentidos como ese día. Creo que por primera vez logré conectar con ellos, entendernos mutuamente –Explicó –Y aunque  no ha sido tan fácil para mí, cada vez me cuesta menos abrirme a ellos y contarles sobre mi vida. Por supuesto ahora los visito más seguido y la convivencia es mucho mejor que años atrás –Sonrió de nuevo –Así que… –Posó su mano en el hombro de Bianca –Suelta el pasado de una buena vez, deja de atormentarte con cosas que pasaron hace ya mucho tiempo.


–Entonces… ¿no me guardas rencor? –Preguntó con pena.


– ¿Yo guardarle rencor a quien fue mi primer amor? –Sonrió coqueta –Jamás. Siempre recordaré los maravillosos momentos que vivimos juntas, siempre los llevaré conmigo pase lo que pase. Te quiero Bianca –La miró a los ojos –Y siempre lo haré, pero creo que ahora somos conscientes de que lo nuestro no era amor como tanto juramos alguna vez –Rió entre dientes –Creo que tus padres y los míos sí tenían razón en algo; ambas éramos muy jóvenes para saber lo que realmente era el amor. Supongo que ellos actuaron creyendo que lo que hacían era lo mejor para nosotras, tal vez quisieron evitar que cometiéramos alguna estupidez –Bianca rió sin mucho afán.


–Teníamos quince años, Hyun, ¿qué tontería podríamos haber hecho como para creer que pudiese ser tan grave?


–Mmm…no lo sé, tal vez nos hubiéramos fugado queriendo “vivir nuestro amor”, sin pensar en las consecuencias y peligros que podíamos pasar siendo tan sólo un par de adolescentes, solas, un poco vulnerables, sin un techo donde resguardarse, ni comida ni…nada –Explicó a la más alta, que ahora veía y comprendía mejor las cosas.


–Ok, tú ganas –Sonrió –Pudimos haber cometido una locura –Reconoció –Pero afortunadamente no lo hicimos.


–Entonces… ¿qué dices? ¿Dejamos el pasado ahí…en el pasado? –Hyuna ofreció su mano.


–Lo dejamos –Bianca cedió y estrechó su mano.


– ¡Perfecto! –Sonrió feliz y miró su reloj de pulsera – ¡Rayos! Debo irme, tengo una cita con alguien y…


– ¿Una conquista? –Interrumpió la pelinegra con tono pícaro.


–Tal vez –Respondió de la misma forma –En fin. Pasaré unos días más aquí antes de volver a Holanda –Comentó, de nuevo mirando su reloj – ¿Seguiremos en contacto?


–¡Por supuesto! –Afirmó la más alta –No te desharás de mí tan fácilmente. Le pediré tu número a Minho. Pero anda, vete ahora o darás muy mala impresión a tu cita –Dio un leve empujón a la chica.


–Bien –Hyuna la miró una vez más y de nuevo la abrazó con todas sus fuerzas –Te quiero Biany –Besó su mejilla – ¡Ciao!


– ¡Ciao! –Dijo viéndola partir, no sin antes que la castaña voltease una vez más, agitando su mano en forma de despedida –Bye –Susurró, algo nostálgica pero complacida por el rencuentro con aquella chica de la que alguna vez estuvo perdidamente enamorada.


–Unnie –Giró en dirección a la voz que la llamó, topándose con Yuri.


– ¿Qué ocurre?


–Yo…quería hablar contigo sobre…sobre Minho, sobre su hermana –No la miraba a los ojos –Yo…voy a terminar con él –Aquella confesión dejó a Bianca en jaque.


– ¿Qué? –Después de un par de segundos reaccionó – ¡No! ¡Yul, no! –La tomó por los hombros, logrando que la menor levantara la vista.


–Sí, lo haré. Sus padres fueron crueles contigo, alejaron a Hyuna-shi de ti, y papá y mamá…


–No Yuri –Interrumpió –Lo que pasó con Hyuna y conmigo, con sus padres, es algo que no tiene por qué intervenir en tu relación con Minho –Respiró hondo antes de continuar –Escúchame, yo no estoy en contra de que salgas con él. Y sí, reconozco que anoche me molesté, pero no fue porque él y tú estuvieran juntos, fue con papá y mamá, creyendo injusto que ahora estuvieran de acuerdo con tú noviazgo, cuando tiempo atrás se opusieron al mío con Hyuna. Creía que papá lo hacía sólo porque ahora quien salía con  uno de los Choi, eras tú, una de sus tan amadas hijas –Calló por un momento –Yo tenía muchos conflictos conmigo misma. Yul, por muchos años creí que tú y el resto estaban por encima de mí en cuanto al cariño de mis padres, pero ahora todo ha quedado aclarado –Sonrió –Así que olvida esa tontería de dejar a… –Miró hacia donde se hallaban sus hermanas y el chico – “el pequeño Minho” –Soltó con gracia, logrando hacer reír a la menor.


–Pero tú…


–Yo estoy perfectamente –Sonrió de nuevo –Dime, ¿lo quieres? –La chica asintió – ¿Te hace feliz? –Volvió a asentir – ¿Él te quiere a ti?


– ¡Sí! –Respondió entusiasmada.


–Entonces ¿por qué dejarlo? A mí me agrada, es un chico encantador, siempre lo ha sido –Yuri sonrió plena y la abrazó.


–…Te quiero unnie –Susurró aun abrazada a ella.


Bianca quedó estática al oír las palabras de su hermana, jamás pensó oírlas tan pronto y menos de parte de Yuri, no después de todas las cosas horribles que dijo en la cena de la noche anterior, sin embargo, las había escuchado y se sintió feliz…realmente feliz, como hace mucho no lo hacía.


–Yo también te quiero, princesa –Al fin respondió y vio sonreír a Yuri con cierto brillo en los ojos. Y no supo si fue por devolver aquellas palabras o porque el mote había sido de su agrado –Ahora anda, vuelve con las demás y con tu novio –Animó. La menor asintió, no sin antes darle un beso en la mejilla.


–Unnie… –La llamó de nuevo –A mí también me agrada Jessica-shi –Mencionó, guiñando un ojo a su hermana mayor, quien se sonrojó de inmediato.


–Jessica… –Susurró feliz, viendo a la pelinegra alejarse, pero entonces cayó en cuenta – ¡Jessica! –Lo recordó. Ayer prácticamente la castaña se había confesado ante ella. Y la tonta de Bianca ¿qué hizo? ¡Exacto! Nada – ¡Rayos! –Susurró para sí misma.


Sin más, entró a casa y con prisa tomó llaves, cartera y chaqueta. Al salir, tomó el primer taxi libre que encontró, el cual no tardó más de diez minutos en estar frente a la casa de la familia Jung. Bianca literalmente brincó fuera del auto y corrió hacia la entrada. Al estar frente a la puerta, limpió sus manos sudorosas en el pantalón, acomodó su cabello y chaqueta, respiró hondo y, justo al estar a punto de tocar el timbre, una desesperada Krystal apareció frente a ella.


–Por favor no dejes que se vaya –Pidió con ojos llorosos, aunque más que pedir, suplicó –Por favor, convéncela.


– ¿Qué? –Tardó en procesar la información, pero luego de algunos segundos comprendió: Jessica se iba, se iba por su culpa – ¿Dónde está? –La azabache señaló las escaleras.


–Segunda habitación a la izquierda.


Y sin darle tiempo a decir más, rápidamente llegó a aquella puerta. Dudó, no sabía la reacción que la castaña tendría al verla, pero supuso que no sería la mejor. Respiró una vez más y con delicadeza, tocó.


–Krystal, ya te dije que no vas a convencerme –Decía la castaña sin dejar de empacar –La decisión está tomada y…


–Soy yo… –Escuchó tras ella. Bianca apenas y asomaba la cabeza por aquella puerta – ¿Puedo pasar? –Jessica sólo asintió –Entonces es verdad, te vas –Se acercó hasta la cama dónde la castaña seguía empacando.


–Creo que ya tomé las vacaciones suficientes, volveré a Milán –Respondió sin mirarla.


–Jessi –La pelinegra llegó a ella y detuvo su acción –Lo lamento –Observó la confusión en la mirada de la más baja –Sí, lamento que anoche hayas visto la peor versión de mí, lamento que escucharas todas esas tonterías salir de mi boca, pero tú me conoces, sabes que todo lo que dije ayer no es verdad, no lo siento realmente –Jessica la miró directamente a los ojos –He pedido perdón a mis hermanas y a mis padres. No sabes lo arrepentida que estoy –Calló por un momento –Pero cambiaré, lo haré, seré una mejor persona por mi familia, por mí…por ti –La expresión de la castaña fue de completo asombro al oír sus últimas palabras.


–Bian…


–No, escucha –Tomó las manos de su amiga entre las suyas –Ayer no sólo fui una idiota con mi familia…también contigo –Se acercó un poco más –Prácticamente te confesaste ante mí y yo…yo sólo me quedé ahí: parada a mitad de escalera, como una completa idiota, cuando lo que tenía que hacer era salir corriendo tras de ti y… –Avergonzada bajó la mirada –Y decirte que…


– ¿Qué? –Preguntó Jessica algo ansiosa –Vamos Bianca, dilo –Insistió.


–Qué…yo también estoy enamorada de ti –Confesó levantando la mirada, sonriendo con timidez. La castaña quedó algo aturdida al escucharla, pero poco a poco reaccionó, sonriendo de la misma forma –Lo estoy desde hace mucho…y creo que con cada día que pasa lo estoy más y más. Anoche cuando te oí decir aquellas palabras, me sentí la mujer más feliz del mundo, pero todo lo que había pasado momentos antes hizo que mi tonto cerebro actuara al contrario de lo que mi corazón pedía a gritos. En lugar de venir a buscarte y decir todo lo que sentía, lo que siento, me encerré en mi habitación y… –Rascó su nuca, de nuevo bajando la mirada –Tuve el sueño más raro y revelador de toda mi vida –Soltó una risita nerviosa  y a los pocos segundos volvió su vista a la castaña –Jessi, te quiero –La más baja se estremeció al oír y ver la sinceridad con la que dijo aquellas palabras –No, querer no…te amo –Respiró hondo –Bella, ¿me darías una oportunidad? –Preguntó sin apartar su vista de ella, quien primero sonrió feliz, aunque poco a poco esa sonrisa se convirtió en una mueca de disgusto.


– ¡Idiota! –Golpeó con fuerza el brazo de la más alta.


– ¡Auch! –La pobre sobó la parte afectada – ¿Y eso por qué?


–Por no haberme dicho antes lo que sentías –Frunció sus cejas aún más – ¿Sabes cuántas noches lloré, creyendo que tú jamás sentirías lo mismo por mí? –Siguió golpeando a la pelinegra una y otra vez mientras que ésta reía – ¡Eres una idiota! –Repitió, dándole un último golpe en el pecho.


–Ok, suficiente –Tomó de nuevo sus manos –Entonces… ¿eso quiere decir que tú también llevas sintiendo esto…hace mucho? –Se mostró incrédula y asombrada.


– ¿Y tú qué crees? –Respondió con otra pregunta, zafándose de su agarre, cruzando los brazos y dándole la espalda.


– ¡Oh!... Lo siento, de verdad lo siento –Se acercó, abrazándola por la espalda y hablándole al oído –De haberlo sabido antes…bueno, te habría pedido que fueras mi novia desde hace mucho –La castaña volteó de inmediato, enfrentándola.


– ¿De verdad? –Preguntó feliz. Bianca sonrió ampliamente y asintió.


–Jessi –Tomó su mano – ¿Quieres ser mi novia? Digo, ya te lo pregunté de otra forma hace un momento, pero entonces te entró un ataque de ira y me agarraste a golpes –Rió por lo bajo, contagiándola.


–Sí –Respondió al fin –Sí quiero ser tu novia.


– ¿¡De verdad!? –La alegría estaba activa en cada célula de su cuerpo, y su ahora novia rió con fuerza.


– ¿Acaso no oíste? –Preguntó divertida, y de la nada, la joven italiana la tomó entre sus brazos y dio un par de vueltas.


– ¡¡Sí!! –Soltó eufórica – ¿Oíste eso Krys? Tu bella hermana ahora es mi novia –Contó feliz, bajando a Jessica y mirando hacia la puerta. Krystal veía todo con una enorme sonrisa.


– ¡Krys! –La castaña no había notado a su hermana hasta entonces ­– ¿Desde hace cuánto estás aquí?


–Desde el bonito discurso de “B” donde dijo que sería una mejor persona por su familia y por ti –Contestó despreocupada.


– ¿¡Qué!? Entonces prácticamente estás aquí desde que ella entró a mi habitación.


–Mmm…sí, prácticamente sí –Sonrió burlona, logrando una mirada de muerte por parte de su hermana mayor –Oh, vamos Jess, no pongas esa cara –Se acercó a ambas –Mírale el lado positivo: a mí me encanta que salgas con “B”, me cae bien –Abrazó a Jessica por los hombros y tomó el brazo de Bianca.


–Sal-de-aquí-ahora-mismo –La mayor resaltó cada palabra, mirando a su hermana directamente a los ojos, entonces la azabache sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo entero.


–Bueno…yo –Sonrió nerviosa – ¡Ejem!...las dejo, ¡bye! –Y sin mirar atrás, huyó.


–Lo siento –Se disculpó, cerrando la puerta de la habitación –Krystal…


–Descuida –Interrumpió la pelinegra –Krys es encantadora, ella también me agrada a mí –Se acercó de nuevo–Entonces… ¿te quedas? –Preguntó dudosa.


–No creo que te gusten las relaciones a distancia ¿o sí? –Respondió, pasando sus brazos por el cuello de la más alta y ésta negó –Eso creí –Sonrió una vez más y entonces…la besó. Y Bianca tocó el cielo en ese instante.


Había añorado tanto ese momento, lo soñó en tantas ocasiones, pero definitivamente la realidad era mil veces mejor. Fue una tonta por no darse cuenta antes de que su amiga, su mejor amiga sentía lo mismo que ella desde hace mucho tiempo. Lo único que lamentaba ahora era todo el tiempo que dejó pasar sin proponérsele a Jessica, pero ya encontraría la manera de recuperarlo, lo haría.


XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX


La familia Galieni corría de un lado a otro por el jardín. Preparaban todo para que la comida con los Jung saliera perfecta. Las chicas ponían las últimas cosas en la gran mesa en medio de aquel jardín, mientras que Elisa revisaba en la cocina la lasaña que ella misma había preparado y Antoni terminaba de colocar una serie de luces y lámparas alrededor del lugar.


– ¡Unnie llegó! –Avisó Hyoyeon, saliendo de la cocina hacia el jardín. A los pocos segundos, Bianca y la familia Jung aparecieron frente a ellos.


– ¡Bienvenidos! –Dijo Elisa, yendo de inmediato a abrazar a Jessica.


–Gracias por la invitación –Agradeció el señor Jung con una gran sonrisa.


–Nada de eso –Apresuró Antoni –Para mi familia y para mí será un honor compartir la mesa con la familia de la hermosa novia de mi hija –Mencionó gustoso.


– ¡Papá! –Bianca enrojeció de inmediato y el resto rió.


–El honor será nuestro –Habló la madre de Jessica –Bianca nos ha hablado mucho de ustedes en éstas últimas dos semanas. Sobre todo de lo maravillosas que son sus hermanas –El sonrojo de la pelinegra volvió –Y ahora veo que tiene mucha razón –La mujer miró a todas y cada una de ellas.


–Basta mamá. Si sigues, creo que “B” se convertirá en un tomate viviente –Y una vez más, todos rieron.


Después de las presentaciones debidas, la comida comenzó, todos hablaban y bromeaban, algunas veces sobre la reciente pareja, logrando sonrojarlas. Al parecer ambas familias lograron congeniar, incluso Krystal se ganó a las hermanas de Bianca de un momento a otro.


La pelinegra sonreía al ver a la menor de las Jung algo “atrapada”, sentada entre Sooyoung y Yoona que no paraban de hacerle preguntas.


– ¿Cuál es la gracia? –Preguntó la castaña acercándose a ella.


La comida había terminado ya hace un rato y ahora todos estaban esparcidos por el jardín; el señor Galieni y el señor Jung hablaban de deportes aun sentados a la mesa, Elisa y la madre de Jessica se hallaban charlando cerca a los rosales, y el resto de las chicas, incluyendo a Krystal, se encontraban algo alejadas, sentadas en círculo sobre el pasto.


–Nada, es que de pronto tuve un…déjà vu –Sonrió sin despegar la mirada de Krystal, Sooyoung y Yoona –Como sea –Tomó un trago de vino tinto y miró a la castaña – ¿Crees que todo salió bien?


– ¿Estás de broma? –Respondió Jessica con una sonrisa –Todo salió de maravilla –Le dio un casto beso en los labios –Lo que realmente debemos preguntarnos ahora es: ¿qué vamos a hacer nosotras? –Al ver que la pelinegra no comprendía, continuó –Cariño, ¿qué vamos a hacer? Dejamos todo en Milán. Y a diferencia tuya que en pocos días te harás cargo de la empresa de tu padre, yo no tengo un trabajo, mis ahorros pronto se acabarán y además no tengo un lugar dónde vivir, bueno sí, obvio con mis padres pero… –Comenzó a tener un debate interno –No me malinterpretes, adoro vivir con mis padres y mi hermana, sin embargo, ya sabes, digo…en Milán ambas éramos independientes, autosuficientes y…


–Te entiendo –Interrumpió la pelinegra –Quieres tener la misma independencia que allá –La castaña asintió con un mohín plasmado en su rostro –Yo pienso lo mismo y creo tener la solución –Dio otro trago a su copa –Tío Ángelo me hizo una oferta antes de irse la semana pasada.


– ¿Ah sí? –La curiosidad fue clara en su voz – ¿Y cuál es?


–Al parecer el compró un departamento aquí hace ya algunos años. Antes pasaba meses en el país debido a los negocios de la empresa, pero ahora que papá y él se piensan retirar, bueno…él dice ya no necesitar el departamento, piensa vivir definitivamente en Italia y… –Hizo una pausa algo dramática.


– ¿Y? –Su novia insistió impaciente.


–Me ofreció el lugar a un muy buen precio –Metió la mano a la bolsa de su chaqueta –Y ahora es mío –Mostró las llaves a la castaña –Mejor dicho, nuestro. ¿Qué dices? ¿Volvemos a vivir juntas? –Preguntó con una enorme sonrisa mientras que Jessica abría los ojos de par en par.


–Bian… –Seguía en shock –Me encantaría pero, no sé, digo…aún está lo de mi trabajo y… –Se cruzó de brazos e hizo un gesto bastante infantil –No quiero ser la típica chica a la cual la mantiene su pareja, ¡no! definitivamente no. Y no pienso aceptar vivir contigo hasta que yo tenga un empleo –Sentenció, mirando hacia otro lado, manteniendo la misma expresión.


La pelinegra sonrió y habló a su oído.


– ¿Sabes? Tu actitud feminista y de “soy completamente autosuficiente” siempre me ha parecido sumamente atractiva, me enorgullece si soy franca, pero ahora está empezando a cansarme –Dijo con gracia.


–Lo siento, así soy yo –Respondió con altanería –Y lo sabes.


– ¡Vaya que lo sé! –Rió por lo bajo –Como también sé que papá te ha ofrecido un puesto en la empresa.


–No lo he aceptado –Siguió dándole la espalda.


–Eso también lo sé –Dejó de lado su trago y la tomó por los hombros, obligándola a girar y verla de frente – ¿Puedo saber por qué?


–Bian… –Bajó la mirada –No quiero que tu familia piense que soy una “oportunista”, que sólo estoy contigo por…


–Shshsh –Puso una mano sobre sus labios –Ellos jamás pensarían eso, nunca. Papá te ha ofrecido el trabajo porque realmente necesita a alguien con tus conocimientos en ese puesto, no porque me esté haciendo un favor a mí o a ti al ofrecértelo –Aclaró –Anda, no seas orgullosa y acepta.


–No lo sé –Dudó –Además sería poco ético y profesional que ambas trabajemos en el mismo lugar siendo pareja. Dime ¿qué les dirías a tus empleados si llegaran a enterarse de lo nuestro?


–No tienen por qué enterarse, y si lo hacen, mmm…no creo que se atrevan a reprochar algo a la jefa ¿o sí? –Bromeó –Vamos bella mía, no pierdas ésta oportunidad sólo por ser “políticamente correcta”, además necesitaré a mi lado a alguien de mi entera confianza cuando papá se retire definitivamente –Insistió, viendo una vez más dudar a su novia, aunque a los pocos segundos ésta sonrió.


–Bien, tú ganas. Aceptaré el trabajo.


– ¡Genial! ¿Y sobre el departamento? –Jessica rió al notar su entusiasmo.


–También acepto la propuesta.


– ¡Sí! –Ésta vez no fue la pelinegra quien habló, sino Sooyoung que se encontraba a espaldas de la pareja.


– ¡¡Soo!! –Bianca reprochó.


– ¡Chicas! ¡Unnie y Jessica-shi trabajaran y vivirán juntas! –Gritó a todo pulmón, yendo con el resto.  Y la pelinegra estuvo a punto de ir tras ella.


–Vamos, déjala –Su novia la detuvo –De todos modos se los íbamos a tener que decir a ellas y a nuestros padres ¿no?


–Sí pero… –Suspiró resignada –Creo que Sooyoung jamás perderá la mala costumbre de escuchar conversaciones ajenas –De un momento a otro sonrió, recordando situaciones similares con “la pequeña Soo”.


– ¿De nuevo recordando ese sueño tuyo? –Preguntó la castaña al verla perderse una vez más en sus pensamientos. Lo hacía con frecuencia en los últimos días.


–Sí –Respondió aun con la sonrisa en su rostro.


– ¿Algún día me hablaras sobre él? –Preguntó, apartándole un mechón de cabello.


–Algún día –Prometió, volviendo la vista a sus hermanas que ahora hablaban animadamente sobre Jessica y ella –Hoy lo único que te puedo decir es…que gracias a éste aprendí a valorar  lo que tengo –Suspiró –Y en definitiva, a agradecer, porque sin duda tengo más de lo que merezco –Jessica sonrió al escucharla. Ella sabía que tarde o temprano Bianca se daría cuenta de las cosas, y afortunadamente lo hizo pronto –Ellas son únicas, ahora lo sé –Sonrió –Jamás volveré a arrepentirme por tenerlas en mi vida, o por no ser hija única, jamás volveré a arrepentirme por ser la que por “ley de vida” y por ser la mayor, es quien debe cuidarlas y protegerlas,…jamás volveré a arrepentirme por ser su…unnie.


Fin.

Notas finales:

Y eso fue todo. De nuevo agradezco a quien se haya tomado el tiempo de leer mi historia y también de comentar.

Por otro lado, creo que éste será mi último fic. en ésta página, pues lamentablemente el fandom a caido demasiado, por lo menos lo ha hecho en éste sitio, creo que ya no se dsifrutan fic´s Taeny, Yulsic, YooHyun, etc. como antes, así que...adios. Gracias por todo y por siempre dejar sus comentarios buenos, malos, constructivos y demás.

Y de nuevo, espero que todos mis fic´s hayan sido de su agrado, o por lo menos la mayoría. XP

Ciao!! =)

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).