–Un placer señorita Galieni –Sonrió –Mi nombre es Pyo Hyemi, soy la trabajadora social que se está haciendo cargo del caso de sus hermanas.
– ¿Trabajadora social? Perdón, no entiendo.
–Oh…tal vez no recuerde. Mire, después del incidente de la pequeña Taeyeon en la escuela, la directora solicitó que servicios infantiles mostrara interés por ella y el resto de sus hermanas –Señaló a las pequeñas que se encontraban ajenas a su presencia.
– ¿Incidente? –Bianca estaba cada vez más confundida –Perdón pero…sigo sin entender –De pronto, Kevin apareció de nuevo a su lado.
–Taeyeon sufrió un momento de pánico en el colegio, hace ya algunos meses –Comenzó a explicar el ángel –Lo que provocó un ataque de asma, pero ese no fue el problema, sino lo que sucedió después.
– ¿Qué sucedió? –Peguntó mentalmente.
–La profesora notó que Taeyeon no traía su inhalador, la situación empeoró y tuvieron que llevarla al hospital. Cuando salió de peligro, el doctor comenzó a hacerle preguntas, llegando a la conclusión de que tú no estabas al pendiente de ella ni de las demás como es debido. Así que después de hablar con la profesora y la directora del colegio, ésta última llamó a servicios infantiles. Te han tenido en la mira estos últimos meses –Terminó de explicar.
–Entonces…ésta mujer es a quien he estado evitando las últimas semanas, como dijo Taeyeon.
–Así es –Respondió él.
–Señorita Galieni, ¿se encuentra bien? –Preguntó la castaña, mirándola con extrañeza –Llevo hablándole un buen rato y parece no escucharme.
– ¿Eh?... ¡Oh! Sí, lo siento. Ya, ya recuerdo. Pero no tiene de qué preocuparse, Taeyeon ya está bien, muy bien a decir verdad, no ha vuelto a tener un ataque de asma –La pelinegra ni siquiera sabía que Taeyeon sufría de tal enfermedad hasta hace un momento –Así que no se preocupe, no tiene que seguir viniendo.
–No señorita Galieni, creo que no me ha entendido, yo no he venido sólo por eso, aunque me alegra saber que la pequeña está mejor, sin embargo…
– ¿Qué?
–La directora del colegio al que asisten sus hermanas, insiste en que usted no cuida de ellas como debería, que debemos investigar más afondo y corroborar que ellas de verdad se encuentren bien a su lado.
–Lo que usted me está queriendo decir es que ¿esa mujer cree que yo no soy capaz de poder cuidar bien de mis hermanas? –Se puso a la defensiva. Era la primera vez que decía aquella última palabra en voz alta.
–Relájate Bianca, o empeorarás las cosas –Aconsejó Kevin.
–Señorita Galieni, no se enfade –La mujer trató de razonar con ella –Entiendo que reaccione así al escuchar lo que le digo, pero… –Suspiró –Comprenda, es responsabilidad de nosotros el investigar que sus hermanas realmente se encuentren bien estando a su tutela.
–Pues lo están, así que…
–Y le creo –La interrumpió –Pero entienda, no sólo basta su palabra y ya, debo llevar pruebas a servicios –Explicó.
– ¿Qué tipo de pruebas? –Seguía a la defensiva.
–Bueno, debo hacerles algunas preguntas a sus hermanas, entrevistas individuales, hacer visitas constantes y ver cómo es su relación con ellas, en fin, comprobar si el ambiente familiar en el que se encuentran es el adecuado o no.
–En pocas palabras usted observará a mis hermanas y a mí las veinticuatro horas del día –Ironizó.
–No, para nada, no me mal interprete, no voy a invadir su privacidad, simplemente debo asegurarme de…
–Sí, sí, ya entendí. Debe asegurarse de que ellas estén bien conmigo.
–Así es –Respondió gentil.
–Esta es mi verdadera prueba ¿no? –Preguntó de nuevo al ángel.
–Supongo –Contestó serio y sin apartar la vista de las ocho niñas, luego sin decir más, desapareció.
–Bien, entonces ¿cuándo piensa hacer esas “pruebas”? –Cedió.
–Vendré a verlas durante la próxima semana –Sonrió complacida –Haré algunas preguntas a todas juntas y después individualmente.
–Ok.
– ¡Perfecto! Éste es mi número –Mostró una tarjeta con nombre y teléfono –Llame si tiene alguna duda o inconveniente, ¿de acuerdo? –Bianca la tomó.
–De acuerdo.
–Fue un placer señorita Galieni.
–Llámeme Bianca –Bajó un poco la guardia.
–Sólo si tú me llamas Hyemi y me hablas de tú –Propuso, ofreciendo de nuevo su mano –No es muy ético de mi parte pero…me agradas –Reconoció, sonriendo ampliamente.
–Ok, Hyemi –La pelinegra aceptó y estrechó su mano. La mujer frente a ella sonrió una vez más y caminó hacia la salida, sin embargo paró a unos cuantos pasos de ésta.
–Bianca –Llamó en tono preocupado.
– ¿Sí?
–Por favor no sigas negándote a recibirnos. ¿Sabes? Quizá no siempre sea yo quien las visite, y si te niegas a ver a alguien más de servicios, las cosas podrían malinterpretarse y empeorar.
– ¿Empeorar cómo?
–Servicios infantiles podría pensar que te “escondes” porque estás ocultando algo.
–…Entiendo –Volteó a ver a sus hermanas, quienes seguían jugando sin prestar atención a ninguna de las dos –No volveré a negarme –Sonrió de medio lado sin mucho afán –Puedes venir cuando quieras.
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Bianca
Como Hyemi prometió, hizo dos visitas de rutina durante la semana. Al principio las niñas desconfiaban de ella, incluso yo, pero no lo voy a negar, supo ganarse a todas. Según su punto de vista, todo iba perfecto, las niñas decían estar felices viviendo conmigo y ella no veía ningún otro inconveniente, decía que si en sus próximas dos visitas todo seguía igual, por fin podría quitarme de encima a servicios infantiles.
Me encontraba descansando en la estancia, leyendo un libro mientras que todas ellas jugaban en la sala de tv, sin embargo, de pronto Sooyoun llegó corriendo hasta mí.
– ¡Unnie!... ¡Unnie!
– ¿Qué pasa? –Dejé el libro a un lado y la tomé en mis brazos.
–Jardín –Decía jadeante por la carrera que pegó –Una señorita…está…en el jardín –Logró articular.
– ¿Una señorita? ¿Es Hyemi tal vez? –Ella negó.
–No, ésta es más linda –Comentó con inocencia.
– ¡Soo! –Reproché y ella encogió los hombros.
–Señorita –Llamó mi nana –Ésta jovencita pregunta por usted –Tras ella se encontraba…mi delirio.
–Jessica –Me levanté de inmediato, bajando de mi regazo a Sooyoung.
–Vine para adelantar un poco del trabajo del señor Marín–Dijo en el mismo tono y actitud que tiene hacia mí desde que nos encontramos en el parque.
–Claro –Mi ingenua esperanza se fue al caño. No lo voy a negar, por un momento creí que ella había venido por el simple hecho de querer pasar tiempo conmigo, pero ésta Jessica no es la misma que conocí en aquel internado. No, definitivamente no lo es –Ven, sígueme, trabajaremos en el estudio de mi pa… –Callé al recordar que Sooyoung seguía allí –Soo, regresa con las demás –Asintió sin despegar su mirada de Jessica –Vamos –Comencé a caminar y ella tras de mí.
Pasamos bastante tiempo trabajando en el proyecto. Ella se limitaba a hablarme sólo para aclarar algún punto o duda del proyecto, y por mi parte hice lo mismo. Si ésta Jessica no me quería en su vida, entonces…yo respetaría su decisión, aunque eso me partiera el alma.
De repente escuché algunas vocecillas tras la puerta y sonreí al imaginarme de quiénes se trataban. Dejé mi portátil sobre el escritorio y caminé hacia la puerta. Jessica seguía mi actuar sin comprender. Pegué mi oreja a la madera.
–Cállense, no me dejan oír –Escuché a una de ellas.
–Creo que no están hablando, Hyo –Oí otra voz.
–Tiff tiene razón –Podría asegurar que esa era Suuny –Tal vez ya no estén allí adentro.
–Oigan…yo creo que no está bien, volvamos a la sala –Taeyeon siempre tan correcta y educada –Si unnie nos descubre espiándola, se enojará.
–Qué… –Callé a Jessica con un ademán. Frunció las cejas y cruzó los brazos –No deberíamos…
– ¡Shshsh! –Insistí.
–Vamos Tae, ¿acaso no te da curiosidad saber cómo es la chica con la que está unnie? –Creo que esa fue Yuri.
–Sooyonnie dice que es muy bonita –Esa era Yoona sin duda.
–Lo es –Afirmó la pequeña “informativa”.
–Yo insistió en que debemos irnos –Repitió Taeyeon –Además es muy mal ejemplo para Seo – Fue ahí donde decidí abrir la puerta.
Y seis personitas cayeron al piso sin siquiera poder meter las manos, mientras que Seohyun y Taeyeon se encontraban un poco más atrás. La más pequeña de mis hermanas sujetaba la mano de Taeyeon y con su mano libre a su “kororo” de felpa.
– ¡Unnie! –La pequeña azabache corrió feliz a mis brazos.
– ¿Me pueden explicar? –Pedí al resto que se levantaba del piso.
– ¡Se los dije! –Dijo Sooyoung ignorando mi pregunta y señalando a Jessica – ¿Acaso no es bonita?
Jessica que hasta ese momento se mostraba sorprendida, cambió su expresión a una de confusión, miró a ambos lados y luego se señaló a sí misma.
– ¿Te refieres a mí? –Preguntó incrédula y Sooyoung asintió frenéticamente.
–Tenías razón, Soo –Dijo Hyoyeon y las demás estuvieron de acuerdo.
Entonces, por primera vez en muchos días volví a ver sonreír de esa manera (que me enloquece) a Jessica. Se levantó de su lugar y caminó hacia ellas, se arrodilló y quedó frente a “mini espía” Sooyoung.
–Bueno…gracias por considerarme una chica bonita, tú también eres muy bonita–Dijo señalándola y pinchando su nariz, luego miró y sonrió al resto –Igual que todas. Y quisiera saber si se puede, el nombre de estás lindas señoritas –Por un instante estaba viendo a la Jessica de siempre, a la que yo conocía.
–Yo soy Yoona –Se plantó frente a ella con una sonrisa de oreja a oreja.
–Yo soy Sooyoung.
–Yo Tiffany –Levantó su mano.
–Suuny.
–Yuri.
–Hyoyeon.
–Ella es Seohyun –En cuanto la nombre, se aferró más a mi cuello, y a “kororo” por supuesto.
–Hola, mucho gusto –De nuevo se puso de pie y tomó la manita de Seohyun.
–…Hola… –Respondió de manera tímida.
–Jessica, mi nombre es Jessica –Sonrió una vez más, luego llevó su vista a Taeyeon quien seguía en la puerta –Y tú eres… –Caminó hacia ella.
–Tae…Taeyeon –Respondió con un leve sonrojo en las mejillas y sin verla a los ojos.
–Taeyeon –Repitió ella –Lindo nombre, mucho gusto Taengoo, ¿puedo llamarte de ese modo? –Y de la nada, los ojos de ese pequeño “minion” se iluminaron.
–Cla…claro –Su sonrojo aumento. ¡Genial! En esta vida también quedó prendada de Jessica.
–Niñas –Las llamé, bajando a Seohyun de mis brazos. Todas quedaron estáticas por un momento y giraron lentamente hasta topar con mi mirada –Sigo esperando una explicación.
–Es que…es que –Comenzó Hyoyeon –Soo dijo que una chica linda estaba aquí…contigo, unnie.
–Y…quisimos saber qué tan linda era –Continuó Yuri.
–Por eso vinimos, pero no quisimos interrumpir –Siguió Yoona –Entonces…
–Entonces decidieron espiar –Terminé por ella y todas bajaron la mirada –Niñas, saben que es de mala educación hacer lo que hicieron, ¿cierto? –Todas asintieron, incluyendo a Seohyun a pesar de no comprender del todo.
–Lo…lo siento, unnie –Dijo Taeyeon –Fue mi culpa, yo debí insistir más en que no viniéramos. Perdón, no fui una buena hermana mayor –Comentó, sin mirarme a los ojos.
– ¡Hey! –Me puse a su altura y tomé su pequeño mentón –No fue tu culpa. Agradezco que quieras ayudarme siendo un buen ejemplo para el resto, pero esto no estaba en tus manos, ellas quisieron venir ¿cierto? –Asintió y yo sonreí – ¿Ves? No es como si hubieras podido amarrarlas a todas a una silla para que no lo hicieran ¿o sí? –Ambas reímos y ella negó.
–Unnie…no vas a castigar a Tae-tae por nuestra culpa, ¿verdad? –Preguntó Tiffany.
–No, claro que no, ni a ella ni a Seo, pero a ustedes sí –Sentencié.
– ¿¡Qué!? –Dijeron a la vez.
– ¡Pero unnie! –Se quejó Sunny.
–Nada, lo que hicieron estuvo mal y deben aprender la lección, por eso…
–Creo que la han aprendido –Interrumpió Jessica – ¿Cierto? –Todas asintieron repetidas veces –Y estoy segura que no lo volverán a hacer –Yo no estaba convencida del todo – ¿Verdad niñas? –Volvieron a asentir, sin embargo yo no cedía – ¡Oh, vamos Bianca! –Tomó mi brazo y por un memento mi piel se erizó. Después de mucho tiempo volvía a escuchar mi nombre salir de sus labios –Son niñas, además sólo tenían curiosidad por saber quién estaba con su unnie –Sonrió una vez más y las demás no apartaban la vista de mí.
–Ok –Respondí derrotada –No habrá castigo.
– ¡Sí! –Hyoyeon festejó.
–Pero deben prometer que no volverán a espiar nunca más, ni a mí ni a nadie, ¿prometido?
– ¡Prometido! –Respondieron al unísono.
–Bien, vayan a jugar –Salieron corriendo, excepto Taeyeon que caminó hasta topar con Jessica –Gracias Jessica-shi –Agradeció, tomando su mano y ésta se puso a su altura.
–No agradezcas Taengoo, además puedes llamarme Jessica, Jess o Jessi, como quieras, no tienes que ser tan formal –Dijo con una sonrisa.
–Y puedo llamarte ¿unnie? –Preguntó tímida.
– ¿Ah?... Claro, por qué no –Sonrió de nuevo, contagiando a Taeyeon.
–Entonces…gracias Sica unnie, por hacer que unnie no castigara a mis hermanas –Le dio un beso rápido en la mejilla y luego salió corriendo. Ambas quedamos estáticas ante su actuar, aunque Jessica sonrió poco después.
–Sica –Repitió –Sólo mi hermana me llama así –Explicó.
–Ah –Fue todo lo que salió de mis labios.
–En fin. Creo que es hora de que me vaya, por hoy es suficiente, hemos avanzado bastante en el proyecto ¿no crees?
– ¿Mmm?... Oh sí, claro.
–Perfecto, entonces vendré pasado mañana a la misma hora, ¿no hay problema? –Tomó sus libros y bolso.
–No, puedes venir cuando quieras –Sonreí, sin embargo por una extraña razón ella volvió a su actitud de antes.
–De acuerdo, nos vemos Galieni –Caminó hacia la puerta, pero se detuvo frente a esta –…Bianca.
– ¿Sí? –La vi dudar por unos segundos.
–No…nada, olvídalo –Sin decir más, salió.
– ¡Vaya! No pasó como yo esperaba –De la nada, Kevin apareció con su clásico traje blanco.
– ¿Y qué era lo que esperabas que pasara? –Esta vez ya no me sorprendió tanto su aparición, cada vez me acostumbraba más.
–Mmm…no sé, tal vez que tú y ella se hicieran amigas…de nuevo.
–Olvídalo, eso en ésta vida no va a pasar –Aseguré, sentándome en la orilla del escritorio –Por alguna extraña razón ella me odia.
–No te odia.
–Pues se esfuerza mucho para aparentar lo contrario.
–Vamos, no te desanimes, ya verás que mientras más conviva contigo, menos fría será.
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La tarde era calurosa, sumamente calurosa y para mi desgracia yo me encontraba siendo arrastrada por ocho niñas que querían subir a todos y cada uno de los juegos que había en aquel parque de diversiones.
– ¡Mira unnie! –Sunny señaló la montaña rusa – ¡Hay que subir allí! –Dijo con entusiasmo y cuatro personitas más se le unieron, mientras que Tiffany, Yoona y Seohyun se escondían tras de mí.
–Lo siento Sun, pero aún son muy pequeñas para subir, busquemos otro juego ¿sí? –Reí al ver que las tres “refugiadas” tras mis piernas, volvían a respirar con tranquilidad.
–No podemos porque somos pequeñas ¿o porque apoyas a ese trío de miedosas? Di la verdad, unnie –Preguntó Taeyeon con el ceño fruncido, mientras que las mencionadas volvían a esconderse tras de mí.
– ¡Hey! –Sonreí ante tal imagen –Es porque son pequeñas, esa es la verdad. Anda, deja de molestarlas y busquemos otro juego ¿sí?
–…Ok –Respondió no muy conforme.
Caminábamos…bueno, yo caminaba, ellas corrían buscando otro juego al cual subir, entonces Seohyun que ahora iba montada sobre mis hombros, llamó mi atención señalando el gran carrusel frente a nosotras.
– ¡Unnie! ¡Unnie! Vamos allí –Pedió con entusiasmo.
–Claro que no Seo –Contestó Yuri –Ese juego es para bebés, es muy aburrido –La mayoría asintió, entonces de pronto los ojos de Seohyun amenazaron con llorar.
–No, no Hyunnie, no llores –Pedí tratando de evitar el llanto, luego miré al resto –Subiremos al carrusel.
– ¡No! –Reprocharon.
–Oh sí, ustedes han decidido todo el día a qué juegos subir, es turno de Seo para escoger, y si ella quiere subir al carrusel, entonces TODAS subiremos al carrusel –Sentencié.
– ¡Sí! –La pequeña azabache aplaudió emocionada, mientras que el resto nos seguían no muy convencidas.
–Vamos Yul –Yoona tomó su mano al ver que ésta se quedaba atrás –No es tan aburrido –Trató de animarla –Estoy segura que después unnie te dejará escoger el próximo juego, ¿verdad unnie? –Asentí y entonces a Yuri se le iluminaron los ojos y corrió al carrusel junto a ella.
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Después de pasar gran parte del día en aquel parque, todas me pidieron, no, me ¡exigieron! ir por comida, mejor dicho por chatarra. Y luego de que tuvieran otra “guerra” por decidir a qué restaurante de comida rápida ir, por fin decidieron y comeríamos pizza (por mayoría de votos).
Apenas entramos al lugar, todas corrieron a la mesa del fondo, y al llegar a nosotras las dos pizzas que pedí, no pasaron ni cinco minutos cuando ambas habían desaparecido. Sí, tenía a ocho pequeñas hermanas bastante glotonas, o como yo las llamaría: “pequeños barriles sin fondo”. Por otro lado, Sooyoung justificaba esa glotonería con el pretexto del “crecimiento”.
Todas reían y platicaban sobre lo divertido que había sido el parque de diversiones, cuando de repente la campanilla de la entrada sonó y entonces Sunny gritó a todo pulmón:
– ¡Mira unnie! ¡Tu nueva novia! –Señaló hacia la puerta donde Jessica entraba acompañada de Krystal y…del pesado de Donghae.
– ¡Sunny! –Cubrí su boca, pero la mayoría de las personas la habían escuchado, ¿y cómo no? Con semejante grito –Ella no es mi novia –Susurré sólo para nosotras, pero era tarde, el fulano ese se dirigía a nuestra mesa, seguido por Jessica y Krystal.
– ¿¡Qué dijo esa mocosa!?