– ¿No me digas? –Ironizó mentalmente y el ángel rió.
–Sí, como sea. Hyuna y Jessica tienen una rivalidad…mmm… ¿cómo llamarla? ¿No directa? Sí, eso, una rivalidad no directa.
–No entiendo.
–Sí, mira; Krystal la hermana de Jessica y Minho el hermano de Hyuna asisten al mismo colegio. Ellos tienen una rivalidad muy parecida a la tuya con Donghae, Krystal siempre supera en todo al hermanito de tu novia: deportes, notas, popularidad, en fin, todo. Y bueno, eso ha provocado una rivalidad no directa entre tu amor y tu amor platónico. Cada vez que sus pequeños hermanos compiten, Krystal y Jessica terminan burlándose de los Choi, al no ganar Minho ni si quiera un premio de consolación.
–Ahora entiendo.
–Bianca, estoy esperando una explicación –La voz de Hyuna la trajo a la realidad –Vino Jessica Jung aquí, ¿sí o no?
–Bueno… –Rascó su nuca –Sí…ya te lo dije, vino para realizar un proyecto.
–Unnie –Llegó Sunny a su lado y tomó su mano –Entonces ¿Jessica-shi no es tu nueva novia?
– ¿¡Qué!? –La castaña volvió a gritar histérica – ¿Qué acaba de decir Sunny?
– ¡Oh, oh! Creo que yo mejor me voy, esto se va a poner feo –Y con un tronar de dedos el ángel desapareció.
– ¡Nada! –Entró en pánico –Mira Hyu…te lo voy a explicar.
–Eso espero –Dijo con una mano en la cintura.
–Por alguna extraña razón, Sunny –Miró a la nombrada –Cree o imagina que Jessi es mi novia, pero es sólo eso, la GRAN imaginación de Sun. Vamos amor, no te enfades por un comentario inocente de mi hermana.
– ¿Y desde cuando la llamas “Jessi”? –Al parecer fue a lo único que prestó atención.
– ¡Oh, por favor Hyu! ¿En serio me vas a reprochar el que la llame con un sobre nombre?
– ¡Sí! Si es de Jung de quien hablamos, sí –Hizo un infantil y gracioso puchero, cruzándose de brazos.
–Hyuna unnie –Tiffany se acercó a ella y el resto salió de su escondite –No te enfades con unnie, ella no tiene la culpa de que la cabeza hueca de Sunny imagine cosas.
– ¡Oye! –Reprochó la nombrada.
–Unnie no tiene una nueva novia, ¿verdad? –Miró a la pelinegra y ésta negó repetidas veces, aun con algo de pánico por la mirada que le dedicaba su novia – ¿Ves? Unnie sólo te quiere a ti –Hyuna se puso su altura, viendo a la pequeña acomodar mejor sus lentes –Además tú eres más bonita que esa tal Jessica –La castaña sonrió conmovida.
– ¿Eso crees?
–Sí, tú eres mucho más bonita, aunque OTRAS –Enfatizó, volteando a ver a Taeyeon –Piensen lo contrario –La pequeña castaña se escondió tras Bianca.
– ¿Uh? ¿Cómo? –Hyuna volteó a verla – ¿Acaso mi adorable Tae me ha cambiado por otra? –Fingió pena con algo de dramatismo.
– ¡Claro! Si ya hasta la llama unnie y le dio un sobre nombre –Tiffany soltó con cierto…celo y enfado.
Bianca y Hyuna debían reconocer que se estaban divirtiendo con la “escenita” que la pequeña pelinegra le estaba montando a Taeyeon.
– ¡Oh no! ¡Mi corazón! –La castaña siguió con el drama –Mi pobre corazón –Fingió limpiar sus lágrimas.
–No importa unnie, yo te sigo prefiriendo a ti –Dijo Tiffany –Tú eres mucho mejor. Ya no te enojes con unnie, ¿sí? –Tomó entre sus manitas las manos de Hyuna, mirándola a ella y luego a Bianca.
–Ok, tú ganas –Sonrió y la pequeña también.
–Entonces ¿ya no estás enfadada? –Preguntó la pelinegra mayor con cierto temor.
–No, pero le tienes que dar las gracias a Tiff, o ahorita mismo estarías tumbada en el piso, retorciéndote del dolor.
–Ok –Respondió, aun manteniendo su distancia con ella –Entremos, aquí afuera hace bastante frío.
Su novia y sus hermanas entraron a casa, dejándola a ella y a Tiffany algo atrás. Entonces la mayor tomó a la pequeña en sus brazos.
–Gracias princesita, ya oíste a Hyu, gracias a ti estoy viva –Ambas rieron –Pero… –Miró a todos lados, asegurándose de que nadie más la escuchara –Creí que Jessica te agradaba.
–Sí, lo hacía –Respondió simple, jugando con el cuello de la blusa de su unnie –Pero ya no.
– ¿Por qué?
–Porque Tae-tae no deja de hablar de “lo linda y maravillosa”… –Imitó la voz de Taeyeon –Que es “Sica unnie”.
– ¿Celosa? –Preguntó con sonrisa ladina.
– ¡No! ¡Claro que no! –La pequeña miró para otro lado con el ceño fruncido y de brazos cruzados.
–Ok, ok, no se hable más del tema –La bajó de su regazo –Mejor vayamos con las demás ¿sí? –La menor asintió gustosa y pronto alcanzaron al resto.
Después de pasar media mañana abriendo obsequios, Hyuna insistió en preparar el almuerzo para todas. Binca y las niñas intentaron ayudarla pero ésta se negó. Se hallaba en la cocina, cortando algunos vegetales, estaba tan concentrada que no notó a cierta castañita entrar al lugar.
–Unnie –Llamó su atención jalando de su mandil.
– ¡Oh, Tae! ¿Qué haces aquí, lindura? ¿Pasa algo? –Dejó de lado su labor y puso toda su atención a la pequeña.
–Yo… –Jugaba con sus manos –No quiero que estés enojada conmigo –Dijo sin mirarla a los ojos.
– ¿Y por qué crees que estoy enojada contigo?
–Por…lo que dijo Fanny –Bajó su cabecita –Yo no te he cambiado, de verdad –Hyuna sonrió ante la ternura que le provocaba la menor.
–Descuida linda –Revolvió el cabello de la pequeña –No estoy enojada.
– ¿En serio? –Preguntó con emoción.
–En serio, así que quita esa carita ¿sí? –La castañita asintió feliz.
–Pero… –Su expresión cambió por una de confusión –A ti ¿no te agrada Sica unnie? Ella es linda, ¿por qué no te agrada? –Preguntó con inocencia.
–Bueno Tae…ella y yo… –No sabía cómo explicarle –Es complicado ¿sabes? No nos llevamos muy bien porque…
–Porque algunas personas a veces no saben perder –Se escuchó tras ellas.
–Jung –Soltó Hyuna con recelo – ¿Qué rayos haces aquí? Vete, aquí no eres bienvenida.
– ¡Sica unnie! –Taeyeon corrió a ella, abrazándola por las piernas.
–Creo que no todas piensan lo mismo, Choi –Respondió la recién llegada con sonrisa triunfante –Hola Taengoo –Puso su atención en la menor – ¿Cómo has estado?
–Aun no has contestado mi pregunta –Interrumpió la castaña oscura – ¿Qué haces aquí? –Jessica bufó con fastidio.
– ¿Acaso no te lo ha contado Bianca? Vengo a continuar con un trabajo que tenemos pendiente. Además… –Se acercó a ella –En todo caso, yo podría hacerte la misma pregunta, ¿qué haces aquí?
–Vaya que eres distraída, Jung –Sonrió fingida –Pero para que te quede claro y no hagas preguntas tontas, yo soy la novia de Bianca –Ante la revelación, Jessica quedó en shock por unos segundos.
–Sica unnie –Taeyeon la regresó a la realidad – ¿Por qué viniste a la cocina? Unnie está con las demás en el jardín.
–Bueno, tu nana me recibió y dijo que la podría encontrar aquí –Respondió simple.
– ¡Oh! Carmen es muy distraída –La menor rió por lo bajo –Ven, yo te llevaré con unnie –Tomó su mano, caminando hacia la puerta.
–Vale –La siguió, pero entes de salir por completo, volteó a ver de nuevo a la castaña oscura –Siempre es un gusto verte, Choi –Sonrió altanera, provocando aún más el enfado en Hyuna.
– ¡Unnie! ¡Unnie! –Gritaba Taeyeon desde lejos.
– ¿Qué pasa Taeng? –Bianca dejó de jugar con el resto para prestarle atención, pero quedó desconcertada al ver allí a Jessica, sonriente y tomando la mano de su pequeña hermana.
– ¡Mira! Sica unnie está aquí –La felicidad de la castañita era inocultable.
–…Hola Bianca –Saludó con cierta timidez –Vine a…
–Sí, me imagino, el trabajo del señor Marín. Ven, sígueme –Ni siquiera la miró.
– ¡El almuerzo está listo! –Gritó Hyuna desde una de las ventanas de la cocina.
–Vayan con ella, niñas –Pidió la pelinegra.
–Unnie –La llamó Seohyun, tomando su mano, sin ganas de dejarla ir.
–Hyunnie –Sonrió a la pequeña –Díganle a Hyuna que estaré en el estudio con Jessica-shi hasta que terminemos el trabajo –Todas asintieron sin decir más.
–No creo que logremos terminar todo, aún falta mucho –Comentó Jessica ya en el estudio junto a ella.
–Nada perdemos con intentar –Respondió, aun sin mirarla y encendiendo su portátil –Empecemos –La castaña se sentó a su lado sin objetar.
Pasaron las próximas seis horas en ese lugar, y ahora era Bianca quien se mantenía al margen y no decía palabra alguna a menos que fuese algo relacionado con el proyecto. Jessica se sentía mal por lo ocurrido la noche anterior, pero no tenía el valor suficiente para pedir disculpas, no tenía cara para poder ver a Bianca a los ojos.
–Creo que por hoy es suficiente –Se animó a decir, dejando de lado el libro que sostenía hace un momento y comenzando a masajear su cuello.
–Pero con esto apenas llevamos la mitad –Respondió la pelinegra sin despegar la mirada de la pantalla.
–Lo sé, pero aún nos queda tiempo, puedo volver mañana y…
–No –Soltó tajante –No quiero que vuelvas…por eso debemos terminar hoy mismo.
–Pero Bianca…
–Pero nada –Respiró profundo –Está claro que no te agrado Jessica, apenas anoche viniste a reclamarme el pleito con tu novio, y cuando el señor Marín dijo que trabajaríamos juntas para el proyecto, fue evidente tu desagrado, así que no pienso hacer que sigas “torturándote” al venir aquí. Descuida, si tienes otras cosas que hacer, yo terminaré el trabajo y cuando esté terminado te lo enviaré para que lo revises.
–Bianca…no es eso –Bajó la mirada –Yo…lo de anoche…lo siento. Cuando los demás empezaron a divulgar en el campus que ahora tú estabas al frente de la empresa de tus padres, bueno, yo creí que era por algún otro motivo, jamás creí que… –Respiró profundo –De verdad lo siento Bianca, yo no sabía.
–Está claro que no lo sabías –Acusó con enfado, sin embargo su rostro seguía sin expresión alguna.
–Perdón –Apenas susurró, luego tomó algo de su bolso –Toma –Entregó un recipiente cubierto con plástico adherible –Es…esto es una forma de pedir disculpas, espero que las aceptes.
–Galletas –Pronunció Bianca tomando una, intercalando su mirada entre la galleta y Jessica –Acaso tú…
–Sí –Respondió antes de que la pelinegra continuara –Yo las horneé –Un color carmesí tiñó su mejillas.
–…No sé qué decir.
–Sólo…acéptalas como disculpa por la forma tan tonta en la que me comporté ayer –Ambas callaron.
–Yo también debo disculparme, lamento haber golpeado a tu novio.
–No. Tienes razón, se lo merecía, además… –Desvió la mirada –Él y yo ya no somos novios –La mandíbula de Bianca cayó al oír la noticia.
–Yo…lo siento –Trató de sonar apenada, aunque por dentro saltaba de gusto.
–No importa. La verdad es que Donghae y yo ya no estábamos “tan” enamorados como antes, pero creo que seguíamos juntos más por la presión del resto de amigos y compañeros de la facultad, que por el cariño que en verdad nos teníamos.
–No entiendo.
–Sí, ya sabes, la típica pareja ideal: el capitán del equipo de fútbol y la chica popular.
–Ya…comprendo.
–Además, anoche después de lo sucedido, no dejé de pensar en lo que me dijiste, no sólo defendiste a tu hermana, también a mí, él me estaba haciendo daño y tú sólo me ayudaste. Entonces lo medité toda la noche y, llegué a la conclusión de que yo ya no era feliz con Donghae, así que ésta mañana cuando vino a verme, terminé con él.
–Y… ¿cómo lo tomó? –La castaña rió entre dientes antes de responder.
– ¿Tú cómo crees que lo tomó?
–Bueno, supongo que mal.
–Supones bien. Se puso como loco, papá lo corrió de casa prácticamente a patadas –Rió –Como sea –Volvió a sentarse a su lado –Bianca…no me desagradas.
–Pero…cada vez que me miras, es como si quisieras matarme, además aquel día en el parque…
–Lo sé –Interrumpió –Me comporté como una bruja, y no sabes cómo lo siento, incluso negué conocerte –Rió con un deje de ironía –Cuando la verdad es que siempre he tenido la curiosidad por saber más de ti –Se sinceró.
–Entonces por qué… –El rostro de la pelinegra era de confusión total.
–Tal vez suene tonto o superficial lo que voy a decirte pero…como te lo dije ese día en el parque, hay jerarquías, hablo de la universidad. Y dentro de esas jerarquías, bueno…tú sabes, mis amigos siempre decían que yo no podía permitirme el “socializar con cualquiera”…con los “últimos eslabones” de la pirámide –Bianca frunció el ceño –Lo sé, lo sé, es una estupidez y siempre lo he creído, pero la presión de mis “amigos” sumada a la de Donghae…
–Entiendo.
–Además creí que las cosas se pondrían aun peor si yo me aferraba a conocerte mejor. Tu rivalidad con Donghae es cada vez más fuerte, siempre ha sido el tema principal del cual hablar en el campus, todos saben sobre ella, así que…quise evitarte y evitarme problemas –Explicó –Por eso me comportaba tan grosera y cortante contigo, creí que entre más lejos estuviéramos la una de la otra, sería mejor, pero… –Tomó las manos de la pelinegra –La verdad es que siempre me has interesado –La miró directo a los ojos –Siempre he querido descubrir qué hay detrás de esa chica misteriosa y solitaria de la que todos hablan y que además… –Sonrió –Trae locas a todas las mujeres del campus –Bianca se sonrojó en el acto.
–Eso…no es verdad –Desvió la mirada.
–Pues tu club de fans dice lo contrario –Respondió con burla.
–Te… ¿¡tengo club de fans!? –Preguntó horrorizada.
–No oficialmente –La castaña rió gustosa –Pero creo que están a punto de hacerlo.
– ¡Vaya! –Bianca rascó su nuca –No lo entiendo, ¿cómo puedo ser tan popular si no suelo hablar con nadie? No es como si fuera la persona más sociable de este mundo.
–Mmm, supongo que eso es lo que les atrae, lo misteriosa, callada y solitaria que puedes ser.
–Supongo –Rascó su nuca de nuevo.
–Entonces… –La castaña se levantó de su asiento y comenzó a merodear por el estudio – ¿Desde cuando eres novia de Choi? –Preguntó mientras fingía ver un cuadro sobre la pared. Bianca la miró detenidamente –Me la encontré en la cocina, ella misma me lo dijo –Explicó al sentir la mirada de la pelinegra sobre ella.
–Oh. Desde hace ya un año y medio –Inventó al no tener “ese dato”.
–Ah… –Fue lo único que salió de los labios de la joven.
–Pero nos conocemos desde los cinco años, su padre y el mío fueron socios –Explicó. Al menos eso sí lo sabía, o por lo menos así había sido en su otra vida.
–Ya veo –La castaña siguió curioseando por el lugar.
–Tengo entendido que tu hermana y el de Hyuna tiene cierta rivalidad –Logró que Jessica volviera su atención a ella.
– ¿Cómo lo sabes? Ah, claro, seguramente te lo contó Choi ¿no?
–…No precisamente. Me lo contó un…amigo.
–Pues ese amigo tuyo tiene razón. Su hermano y Krys tienen una rivalidad. Krystal siempre gana en todo, y el hermano de tu novia, bueno…hace lo que puede –Le restó importancia.
–Entiendo, pero si es cosa de niños, ¿por qué se involucraron ustedes?
–Fue ella quien provocó eso –La castaña volvió a merodear, tomando un libro, ojeándolo sin el más mínimo interés.
– ¿Cómo?
–Sí, tu querida novia y su hermano…
–Minho –Mencionó la más alta.
–Eso, ella y Minho no saben perder. Cada vez que Krys ganaba en algo, ella y su hermano reclamaban, argumentando que Krystal hacía trampa. Al principio traté de ignorarlo, pidiendo a mi hermana hacer lo mismo, pero entonces tu novia se metió con Krys y eso no lo podía permitir, así que un día terminé diciéndole unas cuantas verdades a la cara, desde entonces las cosas empeoraron.
–Y comenzó la rivalidad entre ustedes –Dedujo ella y Jessica asintió.
*Toc, toc*
–Adelante –Pidió Bianca.
–Unnie –Taeyeon asomó su cabecita por la puerta –Carmen pide que tú y Sica unnie vayan al comedor, es hora de cenar –Explicó la pequeña.
– ¿Qué? –La pelinegra miró su reloj – ¿Tanto tiempo hemos estado aquí? Bien, dile que ahora vamos –La castañita asintió y salió –Entonces… ¿te quedas a cenar? –Volvió su atención a Jessica, quien de inmediato sonrió.
–Claro, será un placer –Y sin que Bianca se lo esperara la tomó del brazo –Vamos.
Jessica tuvo que ocultar su sonrisa cuando ambas llegaron al comedor y Hyuna sacó chispas por los ojos al verlas tan…juntas. Todas se quedaron en silencio al ver entrar a ambas.
–Unnie, ¿qué no habías dicho que Jessica-shi no era tu novia? –Y como siempre, Sooyoung tenía el don de hacer los comentarios más inapropiados en los mementos menos oportunos.
–Unnie sólo es novia de Hyuna unnie, no seas tonta –Dijo Tiffany dando un manotazo a la autora de tan ocurrente comentario y recibiendo otro por parte de ésta.
–Niñas, no empiecen –Bianca llamó su atención –Ya hemos hablado de esto, Jessica es…una amiga mía –Sonrió a la nombrada y Hyuna abrió los ojos de par en par –Y hoy compartirá la mesa con nosotras, así que compórtense.
–Sica unnie –Taeyeon se levantó de su asiento y fue hacia ella –Ven, siéntate conmigo –La tomó de la mano y la llevó consigo. Jessica sonrió ante el tierno gesto y sin protestar se sentó a su lado.
Tiffany rodó los ojos y cruzó sus bracitos. Bianca rió ante la actitud de su pequeña hermana y para aligerar las cosas, ella se sentó a su lado.
–Tranquila princesa –Susurró a la menor –Taeng sólo está siendo amable –La pelinegra volteó a verla con una mueca, bastante adorable ante los ojos de la mayor.
–Pues no me agrada que sea TAN amable –Soltó un bufido, evidentemente molesta.
–Carmen, podrías poner un plato más a la mesa, por favor –Pidió Bianca.
–Ya lo he hecho señorita –Contestó la nombrada con una sonrisa.
– ¡Genial! Hasta a Carmen le cae bien –Chilló la pequeña Tiffany ahora más irritada que antes.
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El resto de la semana pasó de prisa, y sin notarlo, el fin de semana llegó. Bianca había prometido a sus hermanas ir al cine, pero sus planes se vieron arruinados tras la repentina visita de Hyemi. Sin embargo ese no fue el problema, sino lo que venía con ella; nada más y nada menos que un psicólogo especialista en infantes.
Sus pequeñas hermanas jugaban y charlaban con el “amigo de Hyemi”, ajenas a la verdadera identidad del hombre.
–Lo siento Bianca, de verdad lo siento, no sabes lo que insistí con mis superiores para que no mandaran a nadie más que a mí, pero ellos…
–Temen que vuelva a poner en “peligro” a mis hermanas –Terminó por ella.
–Te juro que traté de explicarles que tu pleito con aquel chico fue provocado por el mismo, sin embargo…
–Lo sé, lo sé Hyemi –Dijo tranquila –Ellos sólo buscan el bienestar de las niñas. Descuida, lo entiendo –Tomó a la joven por los hombros –No te sientas mal –Sonrió comprensiva –Tú sólo hiciste tu trabajo.
–Pero…yo sé lo mucho que quieres y cuidas de ellas. En todas las visitas que he hecho, no dejan de hablar sobre lo maravillosa y extraordinaria que es su unnie –Sonrió recordando –Estoy segura de que el psicólogo no encontrará problema alguno y no volverá más.
Tras decir aquello, ambas vieron al hombre despedirse de las ocho pequeñas. Hyemi miró su reloj y comprobó que la hora había concluido. Entonces aquel hombre que ya contaba con algunas canas, se acercó a ambas.
–Señorita Galieni, ¿podría hablar con nosotros un momento? –Preguntó serio, señalándose a sí mismo y luego a la castaña.
–Claro… –Respondió la menor un poco desconcertada –Síganme –Los guio al estudio.
–Señorita Galieni –El hombre se sentó en uno de los sillones cerca de la ventana –Sus hermanas son niñas encantadoras, inteligentes y…astutas, de eso no hay la menor duda –Sonrió –Pero… –Esa simple palabra puso en alerta a ambas mujeres.
– ¿Pero? –Insistió Hyemi.
–Me temo que no están viviendo en el mejor de los ambientes.