–Me temo que no están viviendo en el mejor de los ambientes –Continuó –Sus hermanas me han contado a detalle su pleito con aquel joven. Y siendo sincero, señorita, creo que usted bien pudo evitar el problema, sin embargo no lo hizo y prefirió actuar con violencia.
–Ese tipo insultó a Sunny –Trató de objetar.
–Usted pudo haberlo ignorado y llevarse a sus hermanas de aquel lugar, demostrando así que usted tiene madurez, mayor tolerancia e inteligencia.
–La señorita Bianca no sólo defendió a su hermana, también lo hizo con una chica que acompañaba a aquel hombre y… –Hyemi quiso ayudarla.
–Sí, sí –Interrumpió el hombre –Eso también me lo contaron las niñas, sin embargo ese asunto ya no era de la señorita Galieni, debió dejar que la otra jovencita solucionara su problema, sola.
– ¡Vaya! Creo que para ser psicólogo, no está siendo muy objetivo ¿o sí? –Retó la menor y el hombre frunció el ceño.
–Ese no es el punto, señorita Galieni –Evadió –El punto aquí es que sus hermanas elogian y ven correcto el que usted actúe de manera agresiva, hablan de usted como su fuera una heroína. Cuando ciertamente, ambos sabemos que no reaccionó de la mejor manera, además… –Se levantó de su asiento y se acercó al escritorio –También me han hablado del romance que sostiene con dos jovencitas a la vez –Bianca se lamentó por dentro al escuchar las palabras del hombre. Hyemi la interrogó con la mirada.
–Ese es un malentendido que he tratado de explicarles a todas, una y otra vez –Respondió, alternando su mirada entre psicólogo y la mujer –Los últimos días, una…amiga ha venido a casa para realizar un proyecto de clase. Yo sólo tengo ¡UNA! novia –Enfatizó –Pero por una extraña razón, que aun no comprendo, ellas creen que ésta amiga es “mi nueva novia”.
–Bueno, si sus hermanas que apenas son unas niñas, perciben eso –Movió los hombros de arriba a abajo –Por algo será.
– ¿Qué está tratando de decir? –Bianca se alteró.
–Tranquila –Hyemi la tomó del brazo.
–Lo obvio, señorita Galieni –Continuó el hombre –Que usted es un mal ejemplo para ellas –Acusó, retando con la mirada –No sólo creen que la violencia en buena, sino que además les está inculcando su promiscuidad –Explicó.
–Doctor, creo que usted está tergiversando las palabras de esas niñas –Opinó Hyemi –Ellas no elogian y creen correcto que Bianca actúe con violencia. Ellas ven correcto que su hermana mayor haya ayudado a alguien que lo necesitaba y que las defendió de una persona que pudo haberlas lastimado –Aun tomaba a la pelinegra del brazo, algo que el hombre no dejó pasar –Además el tema de las “dos novias”, ella misma acaba de aclararlo. Usted mejor que nadie, sabe que los niños tienen mucha imaginación. Tal vez a algunas de ellas les agrade más la amiga de Bianca que su propia novia, y es por eso que tienen esa fijación en la señorita…
–Jessica –Completó la menor.
–Por favor doctor –Continuó la castaña –Son niñas, ellas no ven nada malo en que su hermana mayor tenga dos novias, porque ni siquiera saben que eso no es lo correcto, pero estoy segura que si ambos dejamos que Bianca les explique, ella sabrá hacerlo, ¿cierto? –Miró a la pelinegra.
–Por supuesto –Respondió segura. El psicólogo dudó, lo pensó unos segundos, respiró profundo y al final cedió.
–Ok, tiene razón. Tal vez exageré las palabras de las niñas –Miró a Bianca –Apresúrese a aclarar ese asunto con ellas, ¿de acuerdo, señorita Galieni?
–Tenga por seguro que eso haré –Afirmó. El hombre asintió, tomó sus cosas y caminó hacia la puerta, pero se detuvo al tomar la perilla.
–Una cosa más, señoritas –Ambas prestaron atención –Creo que debo recordarles que…los lazos afectivos entre ambas partes están prohibidos –Fue ese momento donde las dos notaron que Hyemi aun sostenía el brazo de Bianca –Porque en su caso…puede traer más inconvenientes –La mayor la soltó de inmediato –Por ahora no haré un informe, lo escribiré y mandaré cuando tenga la próxima visita con sus hermanas y corrobore que usted ha hablado con ellas y que todas se encuentran bien aquí.
–Gracias doctor –La pelinegra hizo una reverencia.
–No agradezca y haga lo debido. Permiso –Ambas volvieron a respirar al perderlo de vista.
– ¡Vaya! Eso estuvo cerca –Apareció Kevin tras Bianca –Ese hombre por poco manda un pésimo informe sobre ti y siendo una muy mala influencia para tus hermanas. Agradece a Hyemi, salvó tu pellejo.
–Cierto… Gracias Hyemi, de no ser por ti, ahora mismo ese psicólogo estaría redactando el peor informe sobre mí.
–No agradezcas –Sonrió –Pero de ahora en adelante cuando él esté presente, hablémonos con formalidad. Tiene razón, nosotras hemos creado una amistad, y eso ante los ojos de servicios infantiles, está mal…y si lo saben, podrían sustituirme del caso y poner a alguien más.
–Bien. Entonces, de ahora en adelante cuando esté él, usted sólo será la señorita Pyo –Ofreció su mano a la nombrada.
–Perfecto señorita Galieni –Estrechó su mano y sonrió.
– ¿Puedo hacerte una pregunta? –La mayor asintió – ¿Por qué te tomas tantas molestias por mis hermanas y por mí? Digo, cualquier otra trabajadora social se limitaría a realizar sus reportes sin esperar ningún tipo de explicaciones de mi parte. Y…no habría puesto en riesgo su trabajo por defender a una posadolescente que está hecha un caos, ante un psicólogo que bien pudo haber escrito un reporte con lo justo y necesario para que apartaran a mis hermanas de mí.
–Bueno, es porque he visto lo mucho que te preocupas por ellas, lo mucho que las cuidas y ves por su bienestar. Si realmente fueras una mala influencia, no harías nada de eso. Bianca… –Puso su mano en el hombro de la pelinegra.
– ¡Oh! Esto se pone interesante –Dijo el ángel, acercándose a ambas.
–Eres una buena persona –Continuó la mayor –Y si puedo ayudarte para que servicios deje de molestarte, entonces lo haré.
–Antes… –Bajó la mirada –Antes no era así. Cuando mis padres vivían, yo…
– ¡Ay no Biany! –Kevin casi gritaba, aunque claro, sólo ella lo escuchaba – ¡Lo vas a arruinar!
–Yo no era la mejor hermana del mundo –El ángel se golpeó la frente y Hyemi la miró con extrañeza –En realidad era pésima, la peor.
–Bianca –Tomó sus manos –Mírame –La menor obedeció –Lo importante ahora es esto: el presente. Todos cometemos errores cuando somos jóvenes, tú no fuiste la excepción y lo reconoces, eso es un avance y algo bueno, porque quiere decir que estás arrepentida y que no volverás a cometer esos errores.
–Nunca –Afirmó y la castaña sonrió, al igual que el ángel.
–Bien, entonces no se diga más, quita esa cara y ve con ellas, yo vendré la próxima semana junto con el psicólogo –Tomó sus cosas –Me voy, despídeme de todas –La pelinegra asintió –Y por cierto…quién lo diría, al parecer eres toda una casanova –Sonrió divertida, guiñándole un ojo y saliendo del lugar.
– ¡Hyemi! –Su sonrojo apareció de inmediato.
–Me agrada –Dijo Kevin llegando a su lado –Pero ¡tú! –Golpeó su nuca, aunque ésta sólo sintió un leve escalofrío –Cabeza hueca, casi lo arruinas.
– ¡Oye! Yo no hice nada.
– ¿Ah no? Por poco y le cuentas qué tan bruja eras con esas lindas niñas, ¿sabes lo que habría pasado? –Bianca se encogió de hombros –Vaya que eres ¡leeenta! Si tú le hubieses contado la mitad de lo miserable que eras con ellas en tu “otra vida”, ahora mismo tus pequeñas hermanas estarían empacando para irse al primer orfanato disponible.
–Ok, ok, tienes razón, fue algo tonto de mi parte. Lo siento, no volverá a pasar.
– ¡Eres increíble! –El ángel desapareció, vociferando una y mil cosas.
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Bianca
– ¡Lo siento! –Grité al perderlo de vista, pero no recibí respuesta.
Debo reconocer que “mi ángel guardián” (si es que en verdad es él), a pesar de ser bastante desfachatado, mal hablado y simplón…mmm, es buen ángel. No sólo me procura a mí, también a ellas y eso lo agradezco infinitamente, aunque a veces logre sacarme de mis casillas. Aun no puedo creer que seres con actitud como la suya logren ser ángeles, pero supongo que “el jefe”, como él lo llama, sabe lo que hace.
*Toc, toc*
–Adelante.
–Unnie… –Yoona entró, tomada de la mano con Seohyun.
– ¿Qué pasa, Yoong? –Me puse a su altura.
–El amigo de Hyemi-shi ya se fue y…
–Y… –Animé.
–Aún es temprano –Continuó –Y Hyunnie y yo aún queremos ir al… –Eran tan adorables cuando querían pedir algo –Al cine, ¿nos llevas, unnie? –Sonreí.
–Por supuesto. Vayan y pidan a las demás que se alisten, nos vamos en cinco minutos –Los ojitos de ambas brillaron al instante.
– ¡Sí! –Seohyun gritó emocionada –Vamos, vamos Yoonnie –Jaló de su brazo.
No tuvieron que pasar los cinco minutos para que todas ya me esperaran ansiosas, frente a la puerta.
– ¡Vamos unnie! –Gritó Yuri – ¡Apresúrate!
– ¡Unnie! ¡Ya estamos listas! –Le siguió Hyoyeon.
–Ya voy, ya voy –Bajé las escaleras lo más rápido posible –Vaya que tienen prisa –Reí al verlas desesperadas y ansiosas por partir.
– ¡Vamos! Vamos unnie –Tiffany tomó mi mano y la de Taeyeon.
Subieron a prisa a la van y pronto llegamos al lugar. Y antes de siquiera poder decir algo, todas salieron corriendo a la dulcería, todas menos Seohyun, que como siempre, le agradaba ir sobre mis hombros. Llegué a la taquilla y el tipo que me atendió, me miró algo raro al pedirle nueve boletos y ver sólo a Seohyun y a mí.
– ¡Niñas!... ¡Niñas! –Llamé al resto que seguía en la dulcería, pidiendo a diestra y siniestra cualquier cantidad de golosinas a dos señoritas que las atendían encantadas – ¡Niñas! Basta, no podemos comprar tanto, están pidiendo tantos dulces como para montar nuestra propia dulcería –Todas rieron cómplices.
–Lo sentimos unnie –Se disculpó Sunny.
–Pero… –Sooyoung intentó protestar con la boca llena de palomitas.
– ¡Soo! –Reprocharon todas.
–Primero traga y luego hablas –Taeyeon golpeó su brazo.
–Ok, no peleen. Tengan –Les entregué un boleto a cada una –Cuando lleguemos a la sala tendrán que dar su boleto a la persona que esté en la entrada, ¿lo recuerdan? –Todas asintieron –Bien, vamos.
–Emm…señorita –Una de las vendedoras llamó mi atención –Aún no ha pagado –Mencionó, entregándome la cuenta.
–Oh claro, lo siento –Tome el ticket y casi dejo caer a Seohyun de mis hombros al leer la cantidad – ¿¡Qué!? Señorita, mis hermanas compraron unos cuantos dulces, ¡no media dulcería!
–Unnie… –Seohyun llamó mi atención y señaló a Yoona y Sooyoung que traían consigo un par de mochilas, llenas de dulces, latas de refresco y más.
–Ejem… –La misma vendedora me miró con cara de pocos amigos.
–Lo…lo siento –Sonreí nerviosa, rasqué mi nuca y con toda la vergüenza del mundo, pagué – ¡Y ustedes! –Señalé al dúo de barriles son fondo que salieron corriendo de ahí – ¡Hey! ¡Vengan acá! ¡No huyan! –Bajé a Seohyun de mis hombros y comencé a perseguirlas por todo el lugar. Algunas personas alrededor se divertían con la situación – ¡Les irá peor cuando las atrape! –Y corrieron aún más, pero algo las hizo de tener de golpe, mejor dicho…alguien.
– ¡Oh! –La persona con quien chocaron, las miró divertida – ¿Qué pasa? ¿De quién huyen tan asustadas?
– ¡De ella! –Me señalaron y de inmediato se escondieron a sus espaldas.
– ¡Ustedes! –Me detuve en seco al reconocer a la persona –Krystal, qué… ¿qué haces aquí?
– ¿Eh? Bueno, yo…
–Vamos enana, la función ya va a empezar –Alguien más llegó tras ella.
–Jessica.
–Oh, Bianca ¿qué haces aquí?
–Yo acababa de hacerle la misma pregunta a tu hermana –El resto nos alcanzó en ese momento.
– ¡Sica unnie! –Taeyeon corrió de inmediato hacia ella.
–Hola Taengoo –Le sonrió. Y por un momento fui infantil y tuve celos de mi propia hermana.
– ¿Tú también vas a ver una película? –Preguntó inocente, mostrando su boleto.
–Sí…espera –Miró a detalle –Vaya, creo que veremos la misma que ustedes –Y con eso, los ojos de mi pequeña hermana brillaron aún más.
– ¡Genial! –Soltó feliz.
–Unnie, creo que debemos entrar –Krystal llamó su atención.
–Oh, claro.
– ¡Espera! –Taeyeon la detuvo, tomando la manga de su chaqueta y volteando a verme a mí –Unnie, ¿puede Sica unnie sentarse con nosotras? –Preguntó, ruborizándose en el acto.
– ¡Tae! –Tiffany reprochó, cruzando sus bracitos y frunciendo el ceño.
–Taengoo –Jessica llamó su atención de nuevo –No creo que…bueno, yo no quiero incomodar y…
–No lo haces Sica unnie –Se apresuró a contestar, importándole poco el reclamo de Tiffany, quien incluso bufó con fuerza. No pude evitar reír – ¿Verdad que no, unnie? –Me miró una vez más.
–Descuida Jessica, si a tu hermana y a ti no les importa, a mis hermanas y a mí nos gustaría que se sentaran con nosotras.
– ¡Unnie! –Recibí un pisotón por parte de Tiffany, que reprochó aún más fuerte.
– ¿Qué dices Krys? ¿Te gustaría sentarte con Bianca y sus hermanas? –Revolvió el cabello de Taeyeon tras sus últimas palabras.
–Mmm, por qué no –Contestó con una sonrisa, volteando a ver a Sooyoung y Yoona, que seguían escondidas tras ella.
– ¡Ustedes! –Las señalé – ¡Dejen de molestar a Krystal!
–No importa –Dijo ella –No me molestan, son muy tiernas –Sonrió a amabas, quienes victoriosas mostraron su lengua, burlándose de mí.
–Las voy a…
–Déjalas en paz –Jessica tomó mi brazo –Son niñas.
–Pero es que por su culpa yo…
–Anda, anda, no pudo ser tan malo. Entremos a ver la película –Tomó mi mano pero una tercera la separó de mí.
– ¡Tú! –La señaló –Ya te robaste a Tae-tae, no me vas a robar a unnie también –Amenazó, y Jessica y yo tuvimos que oprimir una sonrisa.
Después de la “advertencia” de Fanny, entramos a la sala. Todas estaban metidas en la trama de la película, y entre golosinas, palomitas y refrescos, ninguna despegaba la mirada de la pantalla. Volteé a mi izquierda y no pude evitar sonreír, aquel par de glotonas estaban sentadas una a cada lado de Krystal, recargándose en sus hombros. A mi derecha estaba Tiffany, Jessica y, al lado de ella, Taeyeon que se sujetaba de su brazo, algo así como coala en árbol. El resto se encontraba en la fila de enfrente; Seo recargada en el hombro de Sunny, mientras que Yuri peleaba con Hyoyeon por una barra de chocolate. Y entonces, a mitad de película, Jessica hizo una jugada para ganarse a Tiffany.
–Tiff –Susurró, llamando su atención, aunque sólo por unos segundos, pues ésta se pegó más a mí al instante.
–Unnie, tu nueva novia me está molestando –Habló sin despegar la mirada de la pantalla. Rodé los ojos al escucharla, pero al parecer Jessica no se lo tomó a mal, incluso rió.
–Tiffany –Volvió a llamarla y ésta vez sacó algo del bolsillo de su chaqueta – ¿Quieres un caramelo? Extendió su mano al frente de ella.
–Unnie, ahora no me deja ver –Respondió en el mismo tono que antes.
–Son rosas –Fue su último intento y…funcionó. De inmediato los ojos de Fanny brillaron y bajaron a la altura de su mano –Taengoo dice que el rosa es tu color favorito –Ambas voltearon a mirar a Taeyeon, quien estaba metida por completo en la función.
Mi pequeña hermana dudó. Veía los caramelos y luego a Jessica, de nuevo a Jessica y luego los caramelos, por último volteó a verme a mí, buscando mi aprobación. Asentí y ella sonrió, volviendo su vista a Jessica.
–…Gracias –Con timidez, tomó un caramelo.
–Por nada –Jessica sonrió y acarició el cabello de Tiffany –Anda, prueba, te van a encantar, son de fresa –Mi hermana asintió y en el acto comió el dulce. La castaña volteó a verme y sonrió con autosuficiencia.
–No lo puedo creer, la diva acaba de ganarse a tu “princesita rosa” –A mi lado izquierdo apareció Kevin en la butaca de atrás, con un bote lleno de palomitas.
– ¿Qué rayos haces aquí?
–A mí también me da gusto verte –Dijo sarcástico –Sólo quería saber qué también había salido mi plan –Contó simple.
–Acaso tú…
– ¿Quién más si no? Además les hice un favor a la diva y a su hermanita, ambas estaban muy aburridas en casa. Así que a tu futura esposa “se le ocurrió” la gran idea de traer a su pequeña hermana al cine.
–Así que aparte de ángel, resultaste ser manipulador de mentes, vaya conducta la tuya –Sonreí.
–Nada de eso –Con un poco de enfado, se llenó la boca de palomitas –Digamos que…sólo le di la idea a tu novia.
– ¡Qué no es mi novia!
–Pero bien que quieres –Se burló.
–ERES UN… –Callé de inmediato al notar que hablaba en voz alta. Tiffany, Jessica, incluso Taeyeon voltearon a verme –Lo…lo siento es que…me…me dio un calambre, ¡sí! Eso. Me dio un calambre y por eso yo…lo siento –Mi cara ardía de vergüenza.
– ¿Y ya pasó? –Preguntó Jessica.
– ¿Qué pasó? –Puedo jurar que oí reír a Kevin.
–Que si ya se te pasó el calambre –Sonrió divertida.
– ¡Oh! Claro, ya…ya pasó –Estoy segura que a pesar de la oscuridad pudo notar mi sonrojo.
– ¿Qué rayos planeas con esto? –Regresé mi atención al “ser divino”.
–Mmm…nada, divertirme un poco con tu conducta tan torpe al estar cerca de ella, sólo eso –Soltó divertido.
–Insisto, cómo puedes ser un ángel con ese comportamiento.
–Ese es un misterio que jamás podrás resolver –Rió con gracia –Ahora calla que no me dejas oír –Centró su mirada en la enorme pantalla.
Al salir del cine, Kevin aún seguía con nosotros, claro, sólo molestándome a mí, ¿a quién más? Si nadie a parte de mí podía verlo. Taeyeon caminaba tomada de la mano de Jessica, y ésta vez era Tiffany quien iba sobre mis hombros. Las demás caminaban unos pasos adelante de nosotras.
–Creo que tus hermanas tienen nueva heroína –Comentó Jessica, señalando a Yoona y Soohyoung que seguían pegadas a Krystal.
–Me temo que sí. Gracias a ella ese par se salvó de mí –Reí.
–Son novias, se gustan, se besan… –Kevin cantaba alrededor de nosotras y yo quería estrangularlo en ese momento. Tenía claro que su pasatiempo favorito era molestarme.
– ¿Tú y Krys traen auto? –Pregunté al llegar al estacionamiento.
–Sí, papá me dejó usar el suyo –Me mostró las llaves.
–Ah, entonces…nos vemos luego –Ofrecí mi mano para despedirme.
–Unnie –Tiffany dio pequeños golpes en mi frente – ¿Qué no los novios se despiden de beso en la boca? –Preguntó inocente.
– ¡Tiffany! Les he dicho muchas veces que Jessica y yo no…somos novias –Me sonrojé y ella rió.
–Descuida Bianca, a mí no me molesta que ellas piensen que tú y yo…bueno –También se sonrojó.
– ¡Oh! Creo que alguien acaba de soltar una indirecta –Canturreó Kevin a mi oído.
– ¿De verdad no te molesta? –Fue lo único que pude decir.
–No –Contestó simple –Además, así se le derramará la bilis a tu novia cada vez que tus hermanas hablen de mí, es decir: de tu “nueva novia” –Sonrió malvada –En fin, creo que debemos irnos. Adiós Taengoo –Besó su mejilla –Krys, vamos –Llamó su atención –Pasé un rato agradable, Bianca, gracias –Ésta vez besó mi mejilla.
– ¿Qué haces, idiota? –Kevin estaba frente a mí – ¡Que se va! ¡Anda! ¡Haz algo! No vas a dejarla ir así como así ¿cierto?
–Yo…yo…
– ¿Tú qué unnie? –Preguntó Tiffany.
– ¡Jessi, espera! –Volteé apresurada. Ella y Krystal detuvieron su andar –A Krys y a ti… ¿les gustaría ir a cenar con nosotras? –Ella sonrió de inmediato ante mi pregunta.
–Claro, nos encantaría.
– ¡Por fin! Hasta que tomas la iniciativa –Y con eso, el ángel desapareció de mi vista.
Llegamos al primer restaurante de comida rápida que se nos cruzó en el camino, y como siempre, el resto salió corriendo hacia el lugar, ahora arrastrando consigo a la pobre de Krystal, aunque…creo que ella también estaba disfrutando el pasar el rato con mis pequeñas hermanas.
– ¡Unnie! ¡Unnie! –Apenas entramos, Yuri llegó corriendo hacia mí – ¿Podemos ir al área de juegos? –Preguntó con ojitos de borrego a medio morir.
–Pensé que tenían hambre.
–Mmm…sí, pero no tanta. Anda ¿sí?
–Ok, pero… –La detuve antes de perderla de vista –Cuiden de Yoona y Seo, ¿de acuerdo?
–Sí –Respondió apresurada y de nuevo salió corriendo.
–Bien, creo que sólo será cena para dos –Dijo Jessica llegando a mi lado.
– ¿Y Krys?
–Divirtiéndose con tus hermanas –Señaló en su dirección.
–Entonces no se diga más, cena para dos –Luego de pedir la orden, fuimos hasta la mesa más cercana al área de juegos.
–Eres increíble –Comentó de pronto, dirigiendo su mirada a mis hermanas –Si yo estuviera en tu situación…no sé lo que haría. Siento que Krys sería mucha responsabilidad para mí sola. No me puedo imaginar lo que es para ti con ocho hermanas pequeñas –Sonrió sincera.
–Bueno, en definitiva no es fácil, pero… –Miré en la misma dirección –Vale la pena –Sonreí.
– ¿Puedo hacerte una pregunta? –Regresó su mirada a mí.
– ¡Suéltalo!
–… ¿Sabes por qué tus padres decidieron adoptarlas…a todas? Digo, ¿alguna vez te lo contaron?
–No… –Ciertamente era la primera vez que alguien me hacía esa pregunta y, la verdad era que mis padres jamás me dijeron las razones del por qué las habían adoptado. Y yo por mi enojo, nunca se los pregunté –La verdad es que no –Completé pensativa.
–Bueno, supongo que un buen motivo los orilló a ello –Comentó, notando mi cambio de ánimo.
–Sí…supongo.
– ¡Unnie! ¡Unnie! –Hyoyeon llegó corriendo – ¡Unnie! –Gritaba con apuro –Tiff…Tiff… –Respiraba con dificultad.
– ¿Qué pasa con ella? –Me alarmé.
–Se…se cayó –Logró decir –Ella, Soo, Yoonnie y yo estábamos brincando a la alberca de pelotas desde la tirolesa, pero cuando le tocó a ella, cayó afuera y… –No había terminado de hablar cuando yo ya corría hacia el lugar.
– ¡Tiffany! –Alarmada, llegué a su lado.
Se encontraba tirada, llorando, con su manita derecha tocando su frente y sus lentes a unos cuantos pasos de ella. Taeyeon estaba a su lado, tratando de consolarla. El resto se mantenía alrededor sin saber qué hacer.
–U…unnie –Me abrazó entre sollozos.
–Tranquila princesa –La cargué. Ella apartó la mano de su frente y entonces lo noté, tenía una pequeña abierta en la ceja derecha. El pánico se apoderó de mí –No puede ser, ¡no puede ser!