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Una historia de amor KibaNaru por Jessie Inuzuka

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Llego solo a la casa de quien visitaba. Aun limpiaba gotas de sudor en su frente. Comenzó a tocar la puerta, primero con ligeros toques, los cuales comenzaron a intensificarse al ver que no había respuesta.  

-No puede ser ¿Aún sigue dormido?- No entendía por qué con una mañana tan excelente alguien seguía dormido. –Supongo que era de esperase.-  

 

Naruto estaba dormido, acomodado como un angelito que trataba de acorrucarse. Sentía el calor de su cuerpo acumulado en las sabanas. Se puede decir que estaba en el punto más cálido de su sueño.

Su sueño fue interrumpido por el golpeteo de su puerta. Abrió sus ojos, los cuales le dolieron al estar totalmente abiertos. Los sentía pesados como si tuviera anclas en ellos.

Con la cabeza ladeada se incorporó, con un hilo de saliva cayendo de su boca. Estaba desorientado, tan pronto se enteró de que lo había despertado se molestó y frunció su rostro con una mueca de molestia.

 

-¿Quién demonios toca a esta hora?.- Coloco sus pies en el frio piso de madera y se incorporó, para salir de su habitación con pesadez. –Sea quien sea lo voy a matar-

-Ya voy, ya voy.- Escuchaba como tocaban la puerta. –¿No sabes qué maldita hora es?, sabes que algunos tratamos de dormir maldita sea-  Fue lo primero que dijo al abrir la puerta, tratando de hacer sentir culpable a quien estaba del otro lado, quería que sus palabras fueran lo más hirientes posibles sin saber de quien se trataba.

-Es bastante tarde, de hecho- Se burló la ver la condición de rubio.              -¿Noche de fiesta?- Extendió su mano para detenerse en el marco de la puerta.

-Ki,Kiba ¿Kiba?- No se creía lo que sus ojos miraban. Rápidamente su pulso se aceleró y su temperatura corporal aumento. -¿Qué haces aquí?-

-¿Qué pasa?- Interrogo indignado. -¿Ya no se puede visitar a un viejo amigo?- Mostro una seductora sonrisa que dio en lo más profundo del rubio.

Naruto lo contemplaba, trataba de disimular que lo miraba de pies a cabeza. Y ver aquella sonrisa, tan candente, dio un vistazo a su alborotado cabello castaño. Maldita sea ¿Por qué es tan sexy? Pensó para si Naruto.

-No,no.- Bobeo por un momento tratando de ocultar su desesperación. –Digo, si. Claro que puedes ¿Pero?- Se quedó callado, incluso sentía como sus pupilas se dilataban.

-¿Pero qué? Parece que has visto un fantasma-

-Bueno, no suelo recibir visitas-

-Excelente, en ese caso. Que te parece si ¿me invitas a desayunar tu remen instantáneo?. Supongo que tienes toda una dotación ¿No?-

Seguía estático. ¿Qué demonios está pasando aquí? Se preguntaba. ¿Se habrá dado cuenta de lo de anoche? ¿Por eso está aquí? Aquellas preguntas volaban por la mente del chico.

-¿Y bien?- Noto la distracción del rubio. –Perdona por molestarte. Buen día- Dio media vuelta y se disponía a comenzar a caminar con sus manos ahora dentro de su sudadera.

-Espera. Claro, vamos a almorzar- Sonrió nerviosamente, carcajeando, por su lentitud ¿Qué te pasa Naruto tienes al chico que te mantuvo despierta y lo dejas ir? Tienes que arreglarlo. –Por favor pasa Kiba- Abrió por completo la puerta.

 

Ya sentado Kiba, miraba como el rubio corría de un lado a otro, tratado de destapar los envases de unicel de ramen. Sirvió un vaso de leche al moreno, trataba de disimular su nerviosismo.

-Solo falta el agua- Tomo el recipiente con el agua caliente. Pero era tana su distracción que resbalo.

Cerro sus ojos imaginando que se golpearía contra el suelo. Pero no pudo sentir los fornidos brazos que lo atraparon antes de aquello. Ya que toda su atención se concentró en el agua hirviendo que ahora empapaba su pierna derecha. Le restó importancia al dolor tan pronto miro la cercanía con la que tenía el rostro de Kiba. 

-¿Es tas bien?- Lo miraba con preocupación. Lo que más le aterraba era la nula expresión en el rostro del rubio. –¿Naruto?- Grito.

Naruto aspiro la fragancia del chico que ahora lo tenía entre sus brazos. Noto aquel olor tan típico resultado de un entrenamiento. Pero lejos de ser desagradable, le pareció excitante aquel olor masculino.

Tuvo que contenerse, uso toda su fuerza de resistencia, para no besar al castaño. Debatía mentalmente si debía hacerlo *¿Qué más da? Ya lo tengo aquí.* pero se controló, y busco como romper aquel momento que ya se había prolongado, bastante.  

-Apestas a sudor. Supongo que te levantas muy temprano al ejercicio- Sonrió con su mirada perdida. –DUELE- Grito luego se salir de su trance y sentir su piel irritada.

-Mira que torpe. No te preocupes por mi olor, si no por tu pie. Déjame ayudarte- Lo coloco en un cilla, se dirigió hasta el congelador y tomo un trabo llenándolo de hielo. –Toma, ponlo en la quemadura-

-Gracias. Esto dejara una mancha-

Lego de aquello, Kiba decidió preparar el remen. Luego de que aquel estaba listo. Lo llevo hasta el lugar del rubio. Destapo el suyo y comenzaron a comer.

La comida se desarrolló en calma y tranquilidad. Naruto tomaba cualquier objeto como distracción, olvidando que el castaño estaba justo del otro lado de la mesa.  Hasta que irritado Kiba rompió el silencio.

-Sabes, anoche conocía  una chica que también le fascina el ramen.-

-Es una comida muy popular. Tiene buen gusto-

-casi tanto como a ti. Me sorprendió, cuando la mire comer me recordó a…- Hizo una pausa, meditando lo que estaba a punto de decir. –Me recordaba a ti Naruto-

-¿A mí?- Dio un salto de pequeña y falsa sorpresa.

-Si. Ahora que lo pienso se parace mucho a ti físicamente.- Se inclinó sobre la mesa hasta quedar a la altura de la vista del rubio. –Incluso en las marcas y los ojos.- Kiba aspiro a un costado del cuello de Naruto, como cual sabueso buscando una bomba.

-Pero que dices- Esto muerto, de esta no me escapo. Sudaba en frio, comenzó a sentir como el estrés recorría su cuerpo. –Son imaginaciones tuyas- Rasco su cuello.

-Si, supongo que tienes razón. Solo sé que es muy linda y me, a cautivado. Creo que es nueva en la aldea. No le aria mal conocer al gran Kiba-

-Sí, destrózala- Arrogante, es un idiota, pero es mi idiota. Pensaba el rubio. -¿Y cómo se llama?- decidió arriesgarse.

-Naruko- Que coincidencias pensó Kiba. –Nunca la había visto pero la volveré a ver esta noche-

-Te escuchas muy seguro, al tratarse de una extraña- Decidió retarlo, como cual amigo de la preparatoria. –Quizá no sea así- Bebió un sorbo.

-Hoo la veré, de eso estoy seguro. La veré en el lago esta noche.- Se mostraba seguro y convencido. –Está loca por mí, estoy seguro de que no durmió anoche por pensar en mi- Se burló.

-Bien- Tosió un poco pues, un sorbo de más lo había atragantado. -Bien por ti- que descarado encima venia y se lo restregaba en la cara, sabía que aquello era cierto pero no tenía que restregárselo. Bueno no estaba en posición de reclamar.

-Sí, es tan linda. Creo que es la primera vez que me enamoro- Miro al rubio y bajo su vista. –Bueno yo siempre he estado enamorado de alguien más desde la academia, pero es caso perdido.- 

Notas finales:

Otro capitulo!!


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