-¿Y si la asuste? Quizá no debí haber….- Sus palabras bajas fueron interrumpidas, al sentir la presencia de alguien en su espalda.
-Hola guapo. Creo que cada día estas más candente- Se recargo sobre el tronco del árbol de manera provocadora. –Veo que también viniste, me encanta-
El suspenso de kiba llego a su fin, tan pronto miro a la chica, vistiendo aquel atuendo de colegiala con su minifalda y sus dos colas de cabello rubio.
-Y tu cada días vistes más…- Paro, trato de buscar las palabras más adecuadas para no ofenderla. –Más ligero- Sonrió falsamente.
-Gracias, supongo- Examino el rostro del castaño, algo no andaba bien, su. -¿No te gusta?- Cuestiono separándose del árbol en el que estaba recargada.
-Sí, claro. Disculpa estoy un poco distraído.- El castaño entro de repente en un estado de pensamiento profundo. Dejo de sonreír y se quedó quieto olvidándose de la rubia.
-¿Está todo bien?- Naruko se acercó hasta el chico, y puso su mano en uno de los hombros de este.
-Sí, ¿En que estábamos?- Entro en sí y recordó el presente que llevaba en sus manos. –Esto es para ti- Le entrego una caja.
Naruko abrió la caja. Dentro ella un enorme y único chocolate, en forma de pirámide redonda (Kisses). Se sorprendió y pensó en que podía sacar provecho de la situación.
-Gracias, un chocolate muy propio para un…-Interrumpió a la dar una mordida al chocolate, luego de mascarlo, comenzó a pensar en si debía hacerlo. *Si esta noche estoy dispuesto a todo* pensó Naruto. –Para un beso.-
Naruko se puso de puntas, coloco una de sus palmas en el pecho del moreno y otra por el cuello de este. Lenta y dudosamente se acercó hasta los labios de Kiba. Mordió el labio inferior del chico y abruptamente lo beso.
Kiba podía sentir el cálido calor de los labios de Naruko. Y el suave y dulce sabor del chocolate, como si fuera el quien había dado la mordida. Tom a la chica por la cintura, quería tomar el control de la situación, pero antes quería hacerlo saber y se separó delicadamente de los labios de esta.
-Una inexperta- Sonrió al recordar el primer beso. –Promete que esta vez no te asustaras.-
-Enséñame.- Recordó como la noche anterior había huido al recibir un beso de Kiba. –Esta vez quiero más-
Kiba reforzó su agarre de las caderas de la chica. Unió nuevamente sus labios, lo que comenzó como un contacto labial, pronto se convirtió en algo intenso. Hacia pequeños mordiscos con sus labios para indicarle a Naruko que abriera su boca, lo cual esto hizo. Y luego del primer contactos, sus lenguas jugaban traviesamente en un beso lleno de pasión he intensidad.
Aquello se convirtió en un besuqueo, movían sus cabezas bruscamente y llevaban una batalla campal por decidir quien tendría el mando. Lugo de un rato aquello termino.
-¿Mejor?- Naruko podía sentir como sus piernas le temblaban. No había duda disfrutaba de Kiba. Por dentro el verdadero Naruto se resignaba.
-Quizá y podamos, ya sabes- Kiba susurro aquello en el odio de la chica. Su voz estaba llena de lujuria y pasión.
-Tranquilo tigre- Lo empujo con sus dos manos en una forma para nada agresiva, sino más bien cómica. –Kiba por dios- Se sonrojo al mirar, la entre pierna del castaño. Quizá los besos habían sido demasiados.
-¿Qué?- Kiba siguió la mirada de la chica. Y bajo la suya hasta su entre pierna *NO PUEDE SER* Quería que la tierra se lo tragara, al ver su erección bien marcada sobre su pantalón. –No es lo que tú piensas- Se sonrojo y entró en pánico.
-¿Y entonces que es?- Se hacía tonto, bien sabía que era. *No es divertido ¿verdad?* recordó que por culpa del moreno el había tenido una anoche. (Que rara es esta historia JAJAJA)
-Es, es, es- Al ver que no se le bajaba, decido sentarse de tope en el césped cruzando sus piernas.
Naruko se burlaba de la situación. Esto se no miraba todo los días el gran Kiba avergonzado por una erección. Se sentó a un lado del sonrojado chico. Aunque había descubierto algo, al menos ya se daba una idea de lo que se cargaba el moreno. Pero quería descubrir más, sabía que arriesgaba mucho, pero quería información del cuerpo del moreno y la excusa perfecta había salido, sus deseos de morbo se encendieron como el miembro de Kiba.
-¿Qué paso con el gran conquistador Inuzuka?- Recargo su mentón n el hombro del castaño. –Solo es un pene ¿No? Todos los hombres tiene uno, todos tiene erecciones ¿No?-
-¿Hee?- La miro, y en sus ojos pudo ver pasión. –Parece que sabes mucho ¿Has visto alguno en tu vida? Niñita-
-Pues sí, la verdad es que sí. Solo uno- Se sonrojo, pero de pensar que solo el suyo. –Pero descuida, sigo más virgen que las de la iglesia, solo te comento- Guiño un ojo y se recostó sobre las pernas cruzadas de Kiba, cercas de su erección. Donde podía ver desde abajo la barbilla del moreno.
-Oye- Kiba puso sus ojos en blanco, ya estaba casi solucionado su problema. Pero al recostarse Naruko sobre sus piernas y semiereccion, esta despertó nuevamente.
-Ho por dios Kiba, cuidado puedes sacarme un ojo- Sintió como el miembro del chico creía nuevamente. Y aunque Naruto dentro de Naruko también estaba excitado, gracias a su transformación no tendría ese problema.
-Es por que estas provocándonos- Hablo en plural, como su abogara por su amigo. Kiba sudaba en frio y no pida hacer nada con Naruko así, solo podía suplicar por que se le bajara.
-¿Todos son iguales?, ya sabes los miembros de los chicos.- Miro con incredulidad al moreno, quien ya estaba pálido de la pena.
-No lo sé, supongo que sí.- Sentía como Naruko se acurrucaba más y más, como torturándolo. –Claro no del mismo tamaño. Nunca he visto uno-
-¿No? – No sabía cómo interpretar aquello, su era bueno o malo. ¿Cómo es el tuyo?- Pregunto sin el más mino inconveniente, como cual diablilla traviesa.
-Por qué no lo descubres ¿Te gustaría?- Trato de sacar provecho.
-Ya se, moreno como tu piel, acaricio la barbilla de Kiba. Y espera, espera. Con bello castaño ¿Si?- Miro al moreno esperando una respuesta afirmativa. Esto era su verdadero regalo.
-Puede ser. Insisto deberías conocerlo-
Kiba trataba de convencerla. Si por el fuera ya estarían rumbo a su casa. Pero tal como estaba ahora indefenso no podía hacer mucho.