-No estoy seguro de entenderte. Nunca he estado enamorado.- Trato de romper la atención que se formó.
-Por favor Naruto, a otro perro con ese hueso. Y valla que él era uno muy distinto -¿Estás seguro? ¿Ni siquiera ahora estás enamorado? ¿Ni un poquito?- Interrogo como buscando información.
-Bueno, quizá un poco. No lo sé sigo aterrizando sentimientos encontrados- Sus mejillas se ruborizaron y bajo su vista, hasta poder mirar sus calcetines.
-Lo vez, con eso me basta. Entonces si me entiendes.- Extendió su pulgar a modo de aprobación. ¿Puedo saber cuál es la chica afortunada?-
Hoy kiba hacia muchas preguntas. Preguntas que ponían más y más nervios al rubio al punto que no pensaba bien en las respuestas que daba.
-No es una chi…- Se detuvo al darse cuenta de lo iba a decir. Pero ya era demasiado tarde, la oración ya había sido entendida por el castaño. –Bueno es solo que..- Decidió mejor quedarse callado.
-Pues que afortunado el tipo- Sin escandalizarse ni sorprenderse. Una ligera sonrisa de lado, quizá de satisfacción se esbozó en Kiba. –No te preocupes será nuestro secreto-
Kiba decidió llevar por otro rumbo la plática, no quería arruinar la visita. Comenzó a recrear verbalmente las experiencias de la academia. Y poco a poco fue logrando sacar al rubio de aquel silencio en el que había caído.
Después de varias horas de charla, Naruto se sentía totalmente relajado. Incluso paso una mano por los hombros del castaño, mientras miraban un álbum de fotos en su improvisada sala de estar.
-No puedo creer cuanto has crecido. Recuerdo la primera vez que te mira cuando regresaste- Ya entrados en confianza Kiba podía hacer bromas pasadas. –Incluso dije, “yo si lo violo” JAJAJAJA-
Aquellas palabras resonaron en Naruto. Qué más quisiera el que justo eso estuviera haciendo el castaño, en lugar de estar mirando viejas fotos.
-Oye ¿Querías violarme? Alzo una de sus cejas tratando de comprender el humor del moreno. –Creí que tu áreas 100% macho-
-Puede ser- Sonriendo sin dejar de ver las fotos, contesto al rubio.
Aquello extraño a Naruto, pero pensó que seguían siendo las bromas de Kiba ¿O no?. Así que siguieron con s charla llena de bromas. Naruto aprovechaba para mirar de reojo las carcajadas del moreno.
Aunque muy en el fondo Naruto estaba extrañado de tener a Kiba en su casa, aquello no era normal y hacia preguntar al rubio ¿Por qué hoy? Kiba no es así. ¿Y que son todas esas indirectas? Estaba inmerso en sus pensamientos.
-Oye Naruto.- Movió su mano frente la vista perdida de este. –Te miro incomodo ¿Te molesta mi presencia?-
-Para nada- Luego de una ligera ausencia de respuesta le contesto. –Me agrada que estés aquí- Se abalanzo sobre el castaño para darle un abrazo, esperando que este lo apartara, pero no fue así. –Deberías visitarme más seguido-
-Lo intentare- No correspondio el abrazo, pero dejo que el rubio se aferrara de su torso, sonriendo miro la cabellera rubio.
Antes de que Kiba y Naruto se dieran cuenta buena parte del día se había ido. Entre bromas, chistes y recuerdo no se percataron del tiempo. Menos Naruto quien a cada minuto que pasaba cercas de Kiba, reafirmaba sus sentimientos hacia un Kiba que le parecía diferente, más tierno y lleno de felicidad. Y aquello no era producto de su muy reciente sentimiento. En verdad podía notar una gran diferencia en la actitud del moreno, y aquello le agradaba.
Kiba le parecía una tierna melodía romántica, aquellas que se bailan lenta en medio de la pista de baile de una graduación. *Te necesito* pensó recordando aquella canción (Hombres G) la letra encajaba perfectamente con su citación actual.
-Mira la hora- El castaño contemplo un reloj de pared. –Debo irme. Y sabes hoy tendré una cita- Se incorporó dejando a un lado el álbum de fotos y se dirigió a la puerta seguido de su anfitrión.
-Permíteme abrirte Kiba- Se adelantó y realizo lo que dijo, dejando ver la imagen de aquella tarde, por el espacio de la puerta. –Gracias Kiba-
-¿Por qué?- Interrogo incrédulo.
-Por tu visita. Últimamente he estado muy solo. Y tu visita fue muy divertido- Inesperada pensó, pero le agrado.
-Sé que los últimos años nos distanciamos. Pero tratemos de acabar con ello-
-Suerte con tu cita- Esbozo una enorme sonrisa. –Espero que si llegue-
-llegara, ya lo veras- Volteo a ver e horizonte. –Cuando te platique claro-
-Adiós Kiba- Sabia que Naruto se despedía pero no Naruko.
-Bien, nos miramos más al rato- Se disponía a marcharse, pero se detuvo. –Quiero decir luego, quizá mañana.- Extendió su mano a manera de despedida y salto del segundo piso.
Naruto regreso a su color de piel original. En menos de cinco minutos Kiba le había hecho más de un susto. Esto de cargar con la presión de ser Naruko, y con el miedo de que quizá ya lo descubrieron no era nada fácil.
-Nos vemos en un rato más- Recordó las palabras del moreno. Tan llenas de verdad. Una verdad que él no debía conocer. –Supongo- Comenzaba a dudar.
Cerró la puerta y se dejó caer recargado a la pared. *Te necesito* pensó nuevamente, mientras cerraba sus ojos e imaginaba los triángulos invertidos del castaño. (En serio escuchen la canción, Te necesito de Hombres G, creo es una buena expresión musical de esta historia)