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37. A la Manera de Dino (03) por dayanstyle

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Las piernas de D.K. se movían a toda velocidad mientras corría rápido a través del bosque. Estaba realmente cerca de jadear, sostenía sus cuchillos en sus manos mientras agachaba la cabeza ante las ramas bajas. Sus pies se estrellaban contra la dura tierra, Tae Ho, Jaehyo y Jung Min corrían con él.

No estaba seguro por qué Jaehyo no los transportaba a la ubicación, pero no iba a discutir el punto. Lentamente bajó el ritmo cuando llegó a una muralla. Vio por encima del hombro a su hermano detrás de él. La cara de Tae Ho era sombría mientras veía la muralla.

Los brazos de Jaehyo estaban tensos mientras abría la muralla, Jung Min a su lado. Los hermanos levantaron la vista mientras los cuatro entraban en la oscuridad. D.K. notó que no se oía ni un solo animal en el área. El silencio era inquietante. Jaehyo les indicó que se detuvieran, D.K. llegó al lado del Príncipe.

Ahí, de pie en medio del bosque, D.K. oyó un ruido extraño a su izquierda. Casi sonaba como un canto, pero ¿quien estaría cantando en medio de la nada? Él escuchó con atención. Jaehyo no dijo por qué estaban ahí. Él sólo dijo que necesitaba que Tae Ho y D.K. lo ayudaran.

El canto comenzó a apagarse, bajando a un suave zumbido. El príncipe y Jung Min avanzaron lentamente hacia una pequeña masa de arbustos, D.K. y Tae Ho los seguían de cerca. La ira de D.K. se encendió cuando vio a Jung Mo de pie en un pequeño claro, los brazos en alto mientras hablaba en voz baja. Había media docena de hombres que estaban ahí, tarareando. Estaban de pie en un círculo alrededor del ex Anciano, todos viendo a Jung Mo con una mirada de respeto en sus rostros.

D.K. quería caer sobre el bastardo y sangrarlo dejándolo seco.  Jung Mo no merecía vivir después de lo que le había hecho a Dino. Las cicatrices de su compañero podrían haber sanado, pero eso no significaba que Dino se había olvidado de ninguna de las terribles cosas que le habían sucedido.

Jaehyo se acercó un poco más, levantando las manos en alto cuando comenzó a cantar en un idioma que D.K. no reconoció. Jung Mo giró alrededor, entrecerrando los ojos mientras veía a los cuatro. —¿Creen que me pueden detener?

Jaehyo no respondió mientras seguía cantando con los ojos cerrados y los brazos levantados. D.K. de pie junto a su Príncipe, dispuesto a morir para defenderlo.

—Atrápenlos —gritó Jung Mo a los seis hombres que lo rodeaban, formando el círculo. Gritaron mientras corrían hacia los cuatro. D.K., levantó los cuchillos, cortando al primero que lo atacó, D.K. cortó el hombro del ghoul. D.K. no tenía duda de qué eran esas cosas. El hedor único los delató.

La cosa aulló tratando de morder a D.K.. Quería maldecir a la cosa, pero temía romper la concentración de Jaehyo. Su hermano y Jung Min permanecían en silencio, mientras luchaban contra una demonio lamia que se movió rápidamente hacia ellos. D.K. utilizaba sus habilidades con los cuchillos. No había manera de que él fuera a morder a una de esas horribles cosas.

—¿Qué estás haciendo? —Jung Mo gritó desde la distancia.

 

D.K. quería ver, pero estaba demasiado ocupado tratando de matar la profana cosa frente a él. Él debería de ser el que fuera tras Jung Mo, el que lo matara, pero en su lugar D.K. utilizó su rabia contra el ghoul. Sabía que Jung Mo había aumentado su poder, demasiado poderoso para que D.K. lo matara con sus propias manos.

D.K. blandió su cuchillo, cortando el cuello de la lamia. Empujó todo su peso sobre el chuchillo, decapitando a la tonta criatura.

 

Se dio la vuelta para ayudar a su hermano, cuando un suave resplandor se inició. Giró la cabeza para ver a Jung Mo lentamente elevarse en el aire, gritando mientras se retorcía. Jaehyo siguió cantando. Sus rasgos faciales relajados, y luego extendió sus brazos.

D.K. hizo una mueca mientras el Anciano sufría una muerte horrible. Se dio la vuelta, enfermo de lo que había sucedido. Su atención regresó hacia su hermano, ayudándolo a destruir a las repugnantes criaturas que Jung Mo había convocado.

Cuando él y Tae Ho mataron a la última que seguía luchando, D.K. se giró para ver a Jung Min terminando con el ghoul que intentaba morderlo. El líder del Aquelarre del norte fue feroz y rápido cuando mató a la cosa. D.K. tenía un nuevo respeto por el vampiro.

—Todo está terminado —dijo Jaehyo mientras se difuminaba al club, llevándose a los hermanos con él.

D.K. dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio a Dino sentado en el sofá esperándolo. Se giró hacia el Príncipe. —¿Por qué no solo aparecimos en donde estaba él?

Jaehyo se dirigió hacia la puerta de la oficina, dándole una mirada a D.K..

—Debido a que nos habría sentido si lo hiciéramos. Necesitábamos el factor sorpresa de nuestro lado.

 

Tenía sentido para él.

 

Tae Ho salió de la oficina después de Jaehyo. D.K. se giró hacia su pareja, jalándolo a sus brazos. —Jung Mo está muerto.

Dino asintió mientras veía a D.K.. Maldición, nunca se cansaría de ver los hermosos ojos color avellana de su pareja. Eran como gemas brillantes. Bajó la cabeza y capturó los labios de Dino. Eran tan suaves y perfectos. D.K. acunó la parte de atrás de la cabeza de Dino mientras exploraba la maravillosa boca de su pareja.

D.K. acercó más a su pareja, Dino subió arriba de él, envolviendo sus piernas alrededor de su cintura. Empujó sus dedos dentro de la pretina de los pantalones de Dino, sus dedos jugando en la suave piel de su pareja. Las cicatrices se habían ido, finalmente eran un recuerdo lejano.

Dino tenía un cuerpo compacto y sólido que D.K. amaba explorar. Mordió suavemente los labios de Dino, bebiendo la sangre mientras lentamente caminaba hacia la puerta de la oficina y la cerraba con llave. Su mano regresó a la piel de Dino, acariciándolo con los dedos mientras profundizaba el beso. Sabía que su pareja aún estaba sufriendo por su padre. Dino le había dicho lo que le dijo en la entrada, y D.K. estaba agradecido de que Carl quisiera seguir siendo parte de la vida de Dino, aunque pasara un momento difícil debido a la preferencia de su hijo.

El pene de D.K. latió cuando Dino empujó su culo contra su eje, lo que hizo que olvidara lo que fuera que había  estado pensando. Rompió el beso, pasó su pulgar por arriba y abajo de la mejilla de Dino mientras veía los increíbles ojos. —Te amo, Dino.

—También te amo, D.K. —dijo Dino mientras sus labios comenzaron a recorrer el cuello de D.K.. Apoyó la espalda contra la puerta, la cabeza inclinada hacia atrás, empezó a jadear. La lengua rosa de Dino lamía su cuello, provocándolo.

Dejando a Dino de pie, ambos se quitaron rápidamente sus pantalones y luego la camisa. Dino saltó de nuevo a los brazos de D.K., sonriendo mientras besaba el pecho de D.K., su lengua iba de un pezón al otro. D.K. gimió cuando Dino se pegó a uno de ellos y comenzó a chupar duro. Su cabeza daba vueltas cuando su pareja pellizcó el otro bronceado disco.

D.K. alineó su pene, trabajando lentamente, mientras Dino mordía su pecho, bebiendo de él y al mismo tiempo empujándose hacia abajo hacia su pene. Las piernas le temblaban a D.K. y apoyó su peso contra la puerta. Su cabeza se balanceaba de un lado a otro mientras su pareja se alimentaba, jalando su piel mientras chupaba de su vena.

La calidez de los labios de Dino en su pecho  era embriagadora. Envolviendo sus brazos alrededor de su pareja, D.K. comenzó a  entrar y salir del apretado  agujero, sintiendo como    si estuviera en una espiral descendente a las profundidades del placer. Su cuerpo zumbaba, su pene palpitaba mientras lo empujaba aún más dentro del cuerpo de su pareja. Sus malditos ojos rodaron hacia atrás. La sensación era increíble.

Cerrando la herida lamiéndola, Dino envolvió sus brazos alrededor del cuello de D.K., apoyándose en mayor medida en D.K. que tomaba su turno alimentándose de su pareja. Cuando la sangre de Dino salpicó su lengua, D.K. tomó las caderas más determinado de hacer correr a su pareja. Gruñó mientras bebía profundamente, retirando su pene y volviendo a empujarlo dentro del cuerpo de su pareja. Dino se echó hacia atrás, inclinando la cabeza más hacia un lado.

D.K. extrajo sus dientes y lamió la herida cerrándola mientras pasaba sus manos arriba y abajo de la espalda de su pareja, sintiendo que su orgasmo se acercaba.

Metiendo la mano entre sus duros cuerpos, jaló el pene de Dino mientras empujaba sus caderas.

Dino echó la cabeza hacia atrás, gritando mientras D.K. ordeñaba hasta la última gota de su pareja. El que el agujero de Dino se tensara alrededor del pene de D.K. fue demasiado y D.K. rugió cuando se corrió, derramando su semilla dentro de su pareja.

Su piel estaba pegajosa y sudada cuando apartó el cuerpo de Dino de su cuerpo. Echó de menos la cercanía tan pronto como Dino se alejó. Nunca tendría suficiente de Dino, ni en un millón de años.

 

Dino balanceaba sus caderas, haciendo todo lo posible para imitar los movimientos de D.K. en la pista de baile. No podía creer que ¡en realidad estaba bailando en público! Él normalmente tenía dos pies izquierdos, pero con la ayuda de su pareja, en realidad era bastante gracioso.

 

D.K. sonrió seductoramente mientras Dino se movía a su manera alrededor de él, con las manos agarrando el muy bien formado trasero de D.K.. Visiones de la noche que D.K. montó el pene de Dino, tenía al eje de Dino endureciéndose.

Frotó su pene contra el trasero de D.K., empujándolo hacia su culo mientras sus manos subían y bajaban por la espalda de su pareja. Esta era una especie de diversión. Nunca antes se había sentido tan liberado. A Dino no le importaba lo que otros pensaran mientras se movía hacia el frente de D.K..

—Me vas a joder —D.K. susurró en el oído de Dino, haciendo que instantáneamente jadeara ante la sucia promesa. Tenía que admitir que joder a D.K. había sido todo y más. Dino era generalmente el receptor, pero rápidamente se convirtió adicto también a dar.

—Será un placer. —Estuvo malditamente cerca de ronronear las palabras en el oído de D.K.. El pensamiento lo tenía caliente como una jodida. Imágenes de empujarse profundo dentro del culo de D.K. tenían a su boca hecha agua. Dino pasó la mano por el gran bulto en los pantalones de D.K., apretando la cabeza del pene mientras su pareja colocaba sus manos en los hombros de Dino, jalándolo más cerca.

Dino  vio a Jaehyun haciéndole señas desde  la  barra. ¿Ahora?”, marcó con los labios.

 

Jaehyun asintió y agitó la mano una vez más. Dino gruñó por lo bajo diciéndole a D.K. que ahora regresaba. Dino iba a castrar a Jaehyun en el bar si no era importante. Se abrió paso a través de la multitud, tomando asiento en una de las sillas altas vacías. —¿Qué?

Jaehyun le dio una sonrisa diabólica mientras deslizaba el vaso de carmesí sobre el maltratado mostrador. —Por fin he perfeccionado esto. Toma una copa.

¿Hablaba en serio? ¿Él lo llamó alejándolo de D.K. para esto? —Sabes que no tomo esas cosas.

—Vamos. —Jaehyun hizo un puchero—. Toma una bebida por los viejos tiempos.

 

Dino vio el vaso, tragando saliva mientras sus dedos envolvían el vaso. Recordó la última vez que Jaehyun le había deslizado un vaso. Esa mierda había sido repugnante. ¿Realmente iba a intentarlo de nuevo?

No estaba muy seguro de eso. No le gustaba recibir la sangre de cualquiera, solo de su pareja. Dino inclinó el vaso cerca de su nariz mientras tomaba el olor. Su nariz se arrugó cuando dejó el vaso. — Huele a sangre.

Jaehyun señaló el vaso y vio a Dino con exasperación. —Se supone que huela a sangre, idiota. Ahora, bebe.

Dino tomó la copa una vez más, la punta de la lengua poco a poco cerrando la distancia con el líquido carmesí. Apartó el vaso en el último minuto moviendo la cabeza. —¡No puedo hacerlo!

Antes de saber lo que estaba haciendo Jaehyun, su mejor amigo metió su dedo en el vaso y luego lo metió en la boca de Dino. El sabor explotó en la lengua de Dino mientras golpeaba la mano de Jaehyun apartándola. —Has eso otra vez y voy a patearte el culo.

—Sí, sí. ¿Cómo sabe? —Jaehyun se apoyó en el mostrador, los ojos fijos en Dino, una mirada de esperanza en sus ojos.

Dino se lamió los labios, pasándose la lengua por encima del techo de su boca en donde estaba la muestra que Jaehyun había empujado. —No está mal. —Se sorprendió de que el carmesí no tuviera un sabor metálico y amargo. Era muy malditamente buena... sangre.

—¡Malditamente caliente! —Jaehyun soltó una   exclamación—. Finalmente lo hice bien.

 

—No, mierda —dijo Jae Kyung mientras caminaba a lo largo de la barra y tomaba el vaso, apenas dejando que tocara sus labios mientras le daba un pequeño sorbo—. Maldición, lo hiciste.

Jaehyun hizo un baile raro detrás de la barra, moviendo el culo y agitando los brazos en el aire. —¡Lo hice!

Dino se echó a reír sacudiendo la cabeza. Las cosas que hacían feliz a su mejor amigo. Cuando se giró hacia su pareja, Dino vio a un tipo empujándose hacia D.K. demasiada cerca, personal. Su carácter se disparó al techo bajando de la silla alta mientras sus colmillos salían y empujaba a la gente fuera de su camino.

—¡Mio! —gritó mientras se acercaba a su pareja apartando al extraño de D.K.—. ¡Mio! —repitió. Su pecho subía y bajaba mientras miraba fijamente al humano con tantas perforaciones en su cara que era difícil reconocer.

—Pero…

 

Dino se dio la vuelta, siseando a su pareja. —¡Eres mio! —No había discusión en eso. No quería oír nada que D.K. dijera. Se acercó y hundió sus colmillos en el cuello de D.K., haciendo su reclamación ahí mismo, en la pista de baile.

D.K. se estremeció en sus brazos mientras envolvía sus brazos alrededor de Dino. Jaehyun podría haber perfeccionado el carmesí, pero nada se comparaba con el sabor de la sangre de D.K. en los labios. Él extrajo sus colmillos, cerrando la herida lamiéndola, cuando se giró hacia el humano. El chico había desaparecido, dejando a Dino una sensación de triunfo.

—Él sólo estaba hablándome al oído porque yo no le oía entre la multitud. Preguntaba dónde estaba el baño —dijo D.K. con una gran sonrisa.

Dino debería de sentir vergüenza por sus acciones, pero no lo hacía. Quería que todos supieran que D.K. era suyo y que no compartía. Agarrando a su pareja de la mano salió de la pista de baile en dirección al segundo piso para enseñar a su pareja sobre acercarse demasiado a alguien, sin importar la razón.

 

The Manacle estaba lleno hasta el límite un jueves por la noche. D.K. de pie junto a Rome en la puerta principal, ayudándole a controlar la cantidad de gente que salía y a cuántos dejaban entrar.

 

Tenía que admitir que le gustaba ser guardia. Siempre había algo pasando dentro y fuera. Él ya había detenido dos peleas esta noche entre humanos borrachos. Parecía que los humanos borrachos se volvían más violentos de lo que solían ser. Pero no todos los humanos eran así. Algunos se volvían muy participativos y otros reían y pasaban un buen momento.

D.K. comenzaba a tener una idea de quiénes eran los alborotadores en la multitud. Usualmente hablaban muy fuerte cuando estaban en la línea esperando entrar y eran muy groseros. Esos eran a los que le permitieron entrar al último en el club. Ellos siempre tenían unas palabras para él, pero lo sabía bien, para empezar algún problema. Una mirada de D.K. usualmente los tranquilizaba.

Mostrar sus colmillos tampoco lastimaba.

 

Rome palmeó el hombro de D.K. y le hizo una seña con el mentón.

D.K. vio en la dirección en que Rome señalaba con la cabeza. Vio a algunos hombres en la parte de atrás de la línea hablando con algunos humanos. Su vello se erizó con la vista. Podía detectar a rebeldes en una multitud de mil hombres.

—Voy por Jaehyo —dijo Rome entrando al club. D.K. no apartó los ojos de los hombres, maldiciendo cuando vio a los tontos humanos caminar con ellos. Echó un vistazo a la línea y luego de nuevo al club. No había manera de que permitiera que los rebeldes mataran a humanos inocentes.

—Oye, ven aquí —le gritó a un hombre grande en la fila. El hombre salió de la fila y fue hacia adelante—. Necesito que cuides la puerta mientras yo me encargo de un problema. No dejes que nadie entre hasta que el otro guardia regrese. —Pensó en la cosa de lavar la mente y maldijo—. Tampoco dejes que nadie salga.

—Lo entiendo —dijo el hombre asumiendo el cargo en la puerta. Su rostro era sombrío mientras veía a la gente en línea. D.K. rodó los ojos y salió hacia el callejón. Había oído decir que los rebeldes se estaban uniendo. Incluso sabía de hecho que dos rebeldes habían atacado a Jaehyun la noche en que había venido aquí de fiesta, pero el verlo era algo totalmente diferente.

Cuanto más D.K. se acercaba al callejón, más enojado estaba. No entendía la necesidad de matar a un donante. No tenía sentido para él. Si los donantes comenzaran a morir, tendrían miedo de salir de noche. Y entonces, ¿qué harían los vampiros? Eso no tenía ningún sentido en absoluto para él.

Al doblar la esquina, vio que sólo un humano estaba allí de pie entre tres rebeldes. A los otros humanos debió de haberles crecido un cerebro y se fueron. Lástima que el hombre más pequeño no era así. Veía a los tres hombres con una expresión de terror en su rostro.

D.K., maldijo. —¡Apártense con una jodida de él! —gritó.

 

Los rebeldes se giraron y sisearon hacia D.K.. ¿En serio? ¿Qué se supone que hacían, asustarlo? Golpeaba el suelo mientras corría tras los tres vampiros. Ellos corrieron en direcciones opuestas.

«Cobardes».

 

Él dejó de correr y se acercó al hombre aún aturdido. El chico se quedó ahí, mirando a los hombres que huían.

—¡Ellos eran vampiros!

 

D.K. asintió mientras colocaba una mano sobre la cabeza del chico, limpiando su mente.

 

continuara..

Notas finales:


Lamia, monstruo con cuerpo de mujer que chupa la sangre de los niños en la mitología greco romana monstruo con cabeza y torso de mujer y cuerpo de víbora, en otras demonio femenino, o vampiro femenino.


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