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Decapitador por Ghost princess Perona

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Notas del fanfic:

Naruto no es mío

Notas del capitulo:

Espero que les guste...

“Soy tu padre y sé lo que es mejor para ti… eso fue lo último que me dijo” lloraba la chica mientras los oficiales trataban de calmarla. Sasuke Sarutobi negó con la cabeza, sería un gran problema consolarla. Al parecer hace unas horas esa señorita se había peleado con su padre. Estaba furiosa y regresó para decirle un par de cosas más… sólo para encontrarlo muerto en su cama, decapitado. Sus gritos atrajeron a otros espectadores, que llamaron a la policía. “Yo… inspector, yo… yo le dije… muchas cosas hirientes… todo porque… porque quería… que me casara con… con…”

“Tranquila, no fue tu culpa” le aseguró el otro, dándole palmadas en la espalda. Ella siguió llorando sin saber qué más hacer. Una mujer policía se le acercó por detrás y la llevó a una patrulla para llevarla a su casa, pero el hombre se quedó a ver la escena. “Demonios…”

“¿Qué?” preguntó su compañero, que venía detrás. Dan Shimura observó el cuarto delante de él y entonces lo comprendió todo. “Ah, el decapitador. Parece que se te ha escapado de nuevo, mejor suerte para la próxima.”

“Lo tenía… estaba tan cerca en el momento en que…” apretó los puños y salió del cuarto, hablando entre dientes. Llevaba tantos años persiguiendo a ese sicario, más no entendía. Joder, ¡no entendía por qué hacía lo que hacía! A todas sus víctimas las mataba de una manera especial, pero a las que eran padres los decapitaba y se llevaba su cabeza. “¿Qué diablos tiene este individuo en contra de los padres?”

“Quizás tuvo problemas con el suyo” Shimura se encogió de hombros. “Si es así, entonces debieron ser muy grandes.”

“Sumamente” comenzaron a caminar hacia su auto. “No sé qué creer ya, he intentado con todas las teorías que…”

“Ey… tranquilo, darás con la solución” miró su reloj. “Mira, ya es tarde. Tenemos que ir a esa reunión de padres y maestros en la escuela de Danzo y de Hiruzen. Más nos vale no llegar tarde o nuestras esposas nos matarán.”

“No sé si pueda con eso…”

“¡Qué va! ¡Tu Saru es un buen chico, todo estará bien!”

“No me preocupo por él” suspiró Sasuke, pero continuó andando. Sus hijos se habían esforzado mucho para entrar en una escuela de elite con beca, él también debía hacer su parte. Finalmente llegaron a la reunión justo a tiempo. Tomando de la mano a sus hijos, caminaron hacia los salones. En medio de ese trayecto se toparon con una pareja bastante extraña, acompañada de una niña pelirroja que corría alrededor de ellos. “Mito, Kawarama” se sorprendió él. Conocía a la familia y no entendía qué estaba haciendo ese joven con ella. “no sabía que te interesara tanto tu sobrina”

“No, claro que…”

“Y que pasaras tanto tiempo de calidad con tu cuñada” siguió con un tono levemente acusatorio. Dan se apartó un poco, arrastrando a Danzo consigo.

“Yo no… escucha, no sé qué estás pensando, pero no es lo que crees” terció el Senju, dándole a entender a Sasuke que había dado en el clavo. “Aniya está ocupado y no podrá venir, así que yo lo suplo esta noche”

“Vaya, y yo que creí que las familias ya no eran tan unidas” los dos familiares se alejaron sin decir ni una palabra más, dejando a los dos. “Menuda cara la de ellos… y sobre todo la de él. Mira que acostarse con la esposa de su hermano.”

“No estamos en el medioevo” le recordó su compañero, dándole un golpe en las costillas. “¿Y cómo es el padre de la niña? Sé que tú lo conoces, eres su amigo…”

“En eso te equivocas, soy amigo de Tobirama. El que está casado con Mito es Hashirama, el mayor de todos” se estiró. “Sólo lo he visto un par de veces. No es una persona muy… sociable. Según Tobirama antes era el alma de la fiesta, pero ahora yo diría que es un recluso amargado al que no le interesa ni su propia familia.”

“¿Por qué será?” a muchos kilómetros de ahí, un castaño tiraba desde su auto al canal un conjunto manchado de sangre. El agua se encargaría de lavar todas las pruebas. Sacó una caja de su coche, que regaba un líquido carmesí. Tras hacerlo estuvo unos cuantos minutos más en la carretera antes de volver a casa.

“¿Dónde estabas?” preguntó Mito a su marido cuando este entró en su bonita casa compartida, muy espaciosa y con todos los lujos que una pareja de su clase. Estaba recostada en un sofá, esperando una respuesta del hombre que había amado con locura en un momento y con el que había cometido el más grande error de su vida.

“¿Te importa?” respondió Hashirama con hostilidad. Ella negó con la cabeza y se marchó a su alcoba, sumamente alejada de la de su esposo. Nunca habían dormido juntos, de hecho no le había permitido ni tocarlo. Incluso su hija fue concebida por fecundación artificial. La escuchó llorar en el piso de arriba y sonrió satisfecho. “Perra” Él se marchó por otra puerta, una de metal muy decorada que daba a un patio interior. “Ya estamos en casa” colocó la cabeza cercenada en uno de los anaqueles. “He traído otra”

-Al día siguiente-

“Espero que hayas descansado bien, porque hoy tendremos que trabajar más” Dan dijo alegremente. Sasuke estaba a punto de responderle cuando vio a un chico extraño con una cámara preguntando por algo en el mostrador de información. Tenía diez anillos, uno en cada dedo. “¿Qué…? Ah, ¿no lo has visto antes? Ha venido muchas veces”

“No… ¿Quién es?”

“Su nombre es Izuna Uchiha” siguió su compañero. “Es fotógrafo de investigaciones. Hace mucho tiempo su hermano desapareció y desde entonces viene todos los días a preguntar si lo han encontrado” suspiró con pena. “Cree que aún está vivo”

“¿Y su familia? ¿Por qué no lo está apoyando?”

“Su hermano era su única familia” el Sarutobi de repente se sintió mal por él. Ese chico conservaba la esperanza y ahora… “¿Hace cuantos años que está…?”

“Casi diez años”

-Una semana después-

“No tenías que venir”

“Como te dije, soy aficionado a estos viejos juegos de detective y no tengo ningún problema en ayudarte” Tobirama caminaba a su lado con una sonrisa de suficiencia. “Ya verás, dentro de poco tendré  a ese asesino de rodillas suplicando que lo perdone”

“Francamente lo dudo” ambos entraron en la última escena del crimen. La cabeza del hombre no estaba, pero había algo que la hacía diferente. “Creo que… tiene algo en la mano” con ayuda del albino y unos guantes se las arregló para abrir la mano. De en medio surgió un collar muy especial, uno que ambos reconocían. “Ese no es…”

“No puede ser” Tobirama se horrorizó. De repente algo más cruzó por su cabeza. “¡Mito! ¡Ella no lo sabe!”

“¡Vamos!” ambos salieron corriendo de la casa de la víctima. En otra parte, el asesino apuntaba a su esposa y al amante de esta, su propio hermano, preguntándose por qué diablos había dejado que el vejete ese le cogiera el collar. Era una jugada mala dejarlo con el cadáver, una pésima jugado tomando en cuenta su profesión, pero… estaba tan cansado. Quería que todo esto se terminara de una vez por todas. Bueno, suponía que esa noche todo se arreglaría.

“Hashirama, por favor… por favor” la mujer pedía, siendo envuelta en los brazos de Kawarama. Este miraba a su hermano confundido y retador. ¿Qué había pasado con el amable Hashirama que todos conocían y querían?

“No lo hagas”

“Quédatela” fueron las únicas palabras del castaño oscuro antes de huir. Los dos amantes fueron rescatados de su miedo por Tobirama y Sasuke, que junto con Shimura llegaban para arrestar a su sospechoso.

“¿Están bien?” les preguntó el albino mientras que el otro le echó un vistazo a las ornamentadas puertas que separaban el patio interior. El joven inspector las abrió, retrocediendo cuando se encontró de cara con unas paredes hechas anaqueles por donde había chorreado sangre. En los anaqueles habían cabezas, cabezas de diferentes hombres. Y en el centro.

“La escultura… creo que es una lápida… pero… ¿para quién?” comenzaron a retirar la evidencia, centrándose en las cabezas. Poco después descubrieron que alguien yacía enterrado bajo la escultura central del ángel que parecía ser la pieza central de la macabra exhibición. En medio de la conmoción, el Senju se percató de que alguien estaba tomando fotos de la escena. Se aproximó para reñirlo, aunque la persona no le hizo caso.

“¡¿Quieres parar?!” finalmente le gritó, tratando de arrancarle la cámara. “¡Esto no es para que un grupo de fisgones comenten en su grupo de facebook! ¡¿Qué no ves que es un acontecimiento muy importante para…?!”

“Precisamente por eso tomo las fotografías” sonrió el extraño con cara de suficiencia. “Izuna Uchiha, reportero” ante la negativa del albino a responder su saludo bajó la cámara, repasando las fotos. “Eres muy fotogénico, ¿lo sabías?” se las mostró. Sus mejillas se pusieron rojas. “Casi en todas sales, como si atrajeras la lente de mi cámara… y a mí. Como un magneto a otro.”

“Me parece estúpido pensar…”

“Di lo que quieras, pero no me molestaría tomarte algunas fotos más si no te molesta” apuntó con la cámara. “Y otro tipo de fotos también.”

“Sueñas”

“Oh, sí, sueño contigo” ellos no lo sabían, más los policías en ese momento estaban hablando de Izuna. El cadáver que habían descubierto en la parte central del jardín no tenía cabeza, pero tenía diez anillos, uno alrededor de cada dedo.

“¿Aún está aquí el reportero?” preguntó Sasuke a sus oficiales. Ellos guiaron a Izuna a su presencia, que reconoció los anillos y comenzó a llorar. Acunó la bolsa que los contenía en sus brazos, con sendas lágrimas resbalando por sus mejillas. Los policías lo dejaron desahogarse, lo necesitaba después de tantos años manteniendo una esperanza vana.

“Mi madre… nos regaló estos a los dos… antes de morir” lloró “Ella… nos dijo que nos protegerían de cualquier cosa, que serían nuestras armaduras contra cualquier peligro. Creo… creo que a él no le funcionaron bien” las abrazó más fuerte. “¿C… cuando…?”

“Aún no sabemos con exactitud, pero… debió haber muerto al poco de desaparecer.”

“Tan… ¿tan pronto? ¿Todos estos años… para nada?” sonó el teléfono interrumpiendo. La familia, que estaba ahí sacando sus cosas de la casa, se arrojó sobre el aparato para contestar. El ganador fue Tobirama. Para sorpresa de todo el mundo, era Hashirama. Comenzaron a hablar en tono frío, con el albino tratando de alargar la conversación para que rastrearan la llamada, más terminó abruptamente cuando el mayor le gritó que Mito nunca habría tenido que decir que quería casarse con él y que le preguntara a su padre por qué era así.

“Mito” Kawarama miró a su novia con algo de miedo. “¿De qué está hablando?”

“Yo… cuando éramos jóvenes yo estaba perdidamente enamorada de él. Creía que el sentimiento era mutuo, pero él… él ni siquiera me miraba” la pelirroja negó con la cabeza. “Un día visité a Butsuma-sama y a Namie-sama. Conversamos un poco… a mí se me salió en medio de esa conversación que me gustaría casarme con él. Y ellos se mostraron demasiado… contentos. Butsuma-sama incluso dijo que sería la esposa perfecta para su hijo. Unos días más tarde todo cambió, él comenzó a cortejarme y yo me sentía feliz… hasta que nos casamos. Todo se convirtió en un infierno a partir de entonces”

“Algo pasó en medio de eso” Tobirama y Sasuke dejaron a la pareja en una habitación de hotel para que pasaran la noche, regresando a la comisaria con Izuna, que se había negado a moverse de ahí hasta que el asesino de su hermano pagara su crimen. Tras muchas horas, alguien se presentó ahí. Era Namie, acompañada por un hombre de la seguridad de su padre.

“Madre, ¿Qué haces aquí?”

“Vine en cuanto me enteré de todo” contestó ella, suspirando. “También vengo acompañándolo a él.”

“¿A qué vienes?” inquirió Sasuke.

“A confesar” extendió una caja de cartón que contenía una polvorienta vieja calavera. Los forenses no tardaron en identificarla como la del cuerpo recién encontrado, lo que señalaba que el guardia tenía algo que ver con la muerte de Madara Uchiha. El hombre ni siquiera necesitó ser interrogado, en seguida les contó una historia de cómo Hashirama había estado saliendo con el susodicho, que era el amor de su vida… y que por eso Butsuma lo mató delante de sus propios ojos con ayuda de algunos de sus seguratas para asegurar su matrimonio con Mito. Y después de hacerlo cortó el cuerpo en pedazos, lo repartió entre sus cómplices y les dijo que lo escondieran donde nadie lo pudiera encontrar. “Lo único de lo que me arrepiento es de haberlo mantenido en silencio. Si no fuera por mí…”

“¿Reconoce a algunos de estos?” le enseñó fotos de algunas víctimas. Nadie había mandado a matarlos, pero aún así murieron de la misma manera que los otros. Además alguien había rebuscado en sus casas.

“Son los que estuvieron conmigo esa noche”

-En el auto-

“Tenía que haberlo visto… ¡Debí hacer la conexión hace mucho!” gritaba Sasuke mientras conducía por la ciudad. Tobirama, a su costado, sólo podía pensar en una cosa: su padre era el siguiente. Hashirama ya se había hartado de castigar a sustitutos, era hora de terminar con lo que había empezado. Y para hacerlo Butsuma debería morir.  “¡HASHIRAMA!”

“Han llegado” el mencionado le dijo a su padre, que estaba muy serio sentado del otro lado del cuarto. “Supongo que todavía queda tiempo suficiente para hacerte una pregunta más antes de que vengan a por mí” se sentó también con la pistola en la mano. “Ese día, mientras…” volteó la cabeza. “me dijiste que lo hacías porque era lo mejor para mí”

“Eso creí en ese momento”

“¿Y ahora? ¿Te gusta en lo que me he convertido por hacer lo que tú creías que era mejor para mí?”

“Por primera vez admitiré que me equivoqué” concedió Butsuma. “Lo mejor para ti… y para todos hubiese sido que te dejara tranquilo con tu amante ese. No serías lo que eres ahora, pero esas personas estarían vivas y tú no te habrías convertido en un asesino” suspiró. “¿Aceptarías una disculpa?”

“Ya es un poco tarde para eso” se guardó el arma.

“¿Qué no piensas matarme?”

“Por mucho tiempo no me pude decidir a quién odiaba más. Si a ti por matar a Madara o a mí por haber estado tan cerca y no haber podido salvarlo. He tomado una decisión. Adiós” caminó hacia la puerta. Volvió a sacar sus armas una vez afuera, como si fuera a atacar a la gente.

“¡NOOOOOO!” Sasuke no pudo pararlos. Las balas perforaron el cuerpo del sicario, dejándolo tirado en el piso en un charco de sangre. Tanto él como el hermano del caído corrieron a su lado y comenzaron a administrarle los primeros auxilios. El Sarutobi en especial se preocupó de mantenerlo vivo. “No lo permitiré, ¿me escuchaste? Por nada del mundo te permitiré irte sin haber respondido por todo lo que has hecho”

-En su mente-

“Hmmmm… ¿Madara?” cuando Hashirama abrió los ojos no sentía ningún dolor. Es más, estaba mejor que nunca. Miró arriba y se encontró recostado con su cabeza en el regazo de Madara. El Uchiha lo miraba tiernamente, acariciando su cabello. Abrió la boca para decirle algo, más no alcanzó a escucharlo. Cayó… cayó desde muy alto… desde tan alto que…

“¿Ya despertaste?” preguntó Sasuke, sentado al lado de la cama de hospital en la que estaba echado. “Temí que no lo hicieras, después de todo estuviste muerto por unos minutos. Por cierto, estás arrestado.”

“¿Por qué no me dejaste morir?”

“Porque eso era lo que querías” se levantó. “Tú y tu padre irán a la cárcel… pero espero que haya valido la pena. Espero que al menos te hayas sentido vengado.”

“En lo absoluto, nunca me sentí mejor”

“¿En serio? Qué pena”

-En el cementerio-

“No puedo creer que se haya ido, es que…” Izuna veía la tumba de su hermano, al que había estado buscando y esperando por tantos años. “Es tan difícil. Siempre pensé que algún día volvería a mí y ahora…”

“Creo que no habría querido que te siguieras torturando por eso” Tobirama lo consoló. “No podías hacer nada” el Uchiha seguía llorando. “Escucha, no sé si te haga sentir mejor, pero… te invito unas cervezas”

“¿Por qué de repente eres tan bueno conmigo?” preguntó el pelinegro, limpiándose las lágrimas. “Antes no querías ni verme”

“Es que tengo curiosidad, ¿Qué tenía tu hermano que pudo enloquecer al mío?” se fueron conversando, con el menor más animado a pesar del luto. En medio de eso, Izuna tomó de la mano a su compañero y este no se lo impidió. Su mundo en ese momento distaba mucho de ser perfecto, pero al menos… era un lugar feliz.     

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¡Review!


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