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Letters To You [YEHYUN/KYUSUNG] por KYUNNIE-SJ

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Notas del capitulo:

Bueno, con este capítulo se termina este ff. Espero les guste

Jongwoon leyó por horas la carta que había llegado de Seoul, directamente de la casa de Kyuhyun, por lo que parecía.

Esa mañana, antes de encontrar la carta dirigida a él, se había quedado media hora pensando a lo que tenía que hacer, sentado a la mesa de la cocina de un viejo amigo. No podía continuar a quedarse en casa de Junho ni podía quedarse por mucho tiempo lejos del trabajo. Claro que se había tomado vacaciones, pero no quería desperdiciar todos sus días de vacaciones encerrado entre cuatro paredes que no le pertenecían. Además, su jefe lo llamaba todos los días para saber cuándo regresaría.

Así que, cuando había encontrado entre las cartas dejadas por el cartero una dirigida a él, la primera cosa a la que había pensado era “me despidieron”, por lo que su estado de ánimo no era el mejor al momento. Cuando leyó la carta, sonrió como un imbécil, asustando al hermano de Junho.

“¿Buenas noticias?” Preguntó el chico, notando que el pelinegro no había levantado la vista de la hoja y sonreía como el gato de Cheshire.

“Tal vez. Tengo que descubrirlo”, murmuró en respuesta Jongwoon antes de levantarse de la mesa y correr a su cuarto, la carta en una mano y el celular en la otra.

Por primera cosa, llamó a su jefe y le informó que habría regresado al trabajo el día siguiente. Luego contactó a su madre y la avisó de que esa misma noche estaría en casa, rogándole que no le dijera nada a Kyuhyun y también de invitarlo a cenar.

Durante el resto de la mañana alistó sus maletas y arregló el cuarto de huéspedes, limpiando hasta el rincón más pequeño del cuarto. Cuando llegó la hora del almuerzo y Junho regresó a casa, Jongwoon le agradeció por su amabilidad y por haberlo dejado quedarse en su casa, pero que era tiempo de regresar y afrontar todo lo que lo oprimía.

Jongwoon había decidido de que era hora de coger en mano su propria vida y dárle un sentido, a partir de las cosas pequeñas que en realidad eran importantes para él: restablecer su relación con Kyuhyun y con su familia.

“No dejaré que un muchachito me pase por encima”, pensó Jongwoon mirando por fuera de la ventanilla del vagón en el que estaba viajando.

 

 

“Claro que esta noche voy a estar allí, señora Kim”, afirmó Kyuhyun antes de colgar.

Apenas había llegado de la universidad y todo lo que quería hacer era relajarse con un baño caliente y luego ir a la cama, pero la madre de Jongwoon lo había llamado para invitarlo a cenar, mandando al aire sus planes.

Habían pasado cinco días desde que había mandado la carta al mayor y eran cuatro días que esperaba una respuesta. Estaba nervioso y frustrado porque pensaba de no haber hecho y escrito las cosas que el pelinegro necesitaba escuchar. Estaba convencido de que Jongwoon ya no le habría hablado, ni escrito ni mirado.

Como faltaba poco a la hora de la cena, Kyuhyun se duchó y se vistió rápidamente, sin perder de vista el reloj, preocupado de llegar tarde. A las ocho menos veinte salió de casa directo al barrio en el que vivía la familia Kim.

Cuando se encontró delante de la casa, una conocida casa rosada con dos pisos que conocía como si fuera la suya, sonó el timbre y esperó a que le abrieran.

“Hola querido”, chilló la señora Kim antes abrazarlo con fuerza.

“Hola señora Kim.”

“Ya te he dicho de decirme mamá… Bueno, pasa y acomódate”, respondió sonriendo la mujer, haciéndose a un lado para dejarlo entrar.

Kyuhyun no sabía como era posible, pero esa casa le parecía un lugar… pacífico. La entrada daba en un salón bastante grande para contener el comedor y la sala de estar, delante se encontraba el pasillo donde estaban el cuarto de los padres y las escaleras que llevaban al piso en el que dormían Jongwoon y su hermano menor, Jongjin. Todos los muebles, sin contar los de la cocina, eran en madera, dando un atmosfera más íntima a la casa.

“Mientras termino de preparar la cena, te dejo esta carta que ha llegado esta mañana”, le informó la señora Kim, pasándole un sobre antes de ir a la cocina.

Kyuhyun cogió entre las manos la carta y deseó con todo el corazón que trayera bbuenas noticias.

 

Bucheon, 10 diciembre 2015

 

No soy un tipo romántico, ¿eh? De hecho, yo tampoco lo soy. No me esperaba que confesaras tu amor infinito por mi, tampoco después de que yo casi lo hago en la última carta. Te preguntarás, “¿por qué dijo casi?” Te recuerdo que yo escribí que el sentimiento podía ser amor, pero si ese fuera el caso, habría preferido decírtelo en la cara. No dije que estaba enamorado de ti. Eres tan engreído.

¿Tú crees que, después de esas cartas llenas de sinceridad, en las que nos abrimos, tendría que regresar a casa? Puedo hacerlo, pero sabes que tengo mucho miedo y soy un cobarde en estas cosas. O almenos tendrías que haberlo entendido a este punto de la correspondencia.

¿Si te dijera que no tengo intención alguna de volver a casa? ¿Qué aquí en Bucheon empecé a vivir nuevamente? ¿Qué pensarías de mi si no regresara a casa y no te confesara nada? Sé que no vendrías a por mi y me dejarías en paz por un tiempo, es decir, hasta que no te cansarás de esperar y me llamarás incesantemente al celular.

Te agradezco por las bellas palabras que escribiste en tu última carta, eran sinceras y me habrían podido convencer a regresar a casa. Pero acabas de leer correctamente. Dije “habrían podido”. Lo siento, pero no me siento listo para regresar y confrontarme contigo de persona. Estoy seguro que después de un periodo de aparente normalidad, mis pensamientos negativos volverán y caeré nuevamente en ese abismo de compadecerme.

Todo esto no significa que ya no nos veremos. Seguro que vuelvo, solo que no ahora ni en un inmediato futuro. Eres la mejor persona que pudiera encontrar en mi vida. Hasta pronto Kyuhyun.

Con cariño,

 

Jongwoon

 

Kyuhyun dejó caer el sobre y mantuvo la vista fija en frente. No podía creer que, después de todo lo que habían dicho y lo que habría podido decirse, al final Jongwoon había decidido no regresar. Se sentía aturdido, como si le faltara una parte de sí mismo. No podía soportar otro periodo de distancia, era deprimente.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su respiración se aceleró, no lograba ver nada y cuando sintió una mano suave posarse delicadamente sobre la suya, rompió en sollozos.

“Hey, hey. Estoy aquí, no tienes que llorar”, murmuró dulcemente una voz a su oreja.

Su llanto no se interrumpió, así que la persona que trataba de consolarlo le puso la mano sobre sus mejillas y con los pulgares le secó las lágrimas, susurrándole palabras de consolación.

Cuando Kyuhyun se calmó, después de haberse secado los ojos, miró a la persona que le había ayudado. Y en frente, con los ojos que esprimían cariño y una sonrisa dulce en los labios, vió a Jongwoon, que mantuvo las manos sobre sus mejillas.

“No pensaba fueras un llorón.”

“No es cierto. Lo sabes que lo soy; siempre me tomas del pelo”, respondió Kyuhyun .

“Tienes razón. Soy un cabrón, ¿cierto?” Comentó el pelinegro alejándose del amigo.

“Eres El Cabrón, con la mayúscula”, dijo Kyuhyun, sintiendo la falta de las manos pequeñas pero adorables de su amigo sobre sus mejillas.

“Si lo fuera realmente, no habría regresado.”

“Me diste un infarto con esta carta”, estalló Kyuhyun lanzando una mirada de odio a la hoja que estaba en el piso, abandonada a los pies del sillón en el que estaba sentado.

“Lo sé, pero tenía que ver con mis ojos como reaccionabas”, se defendió el otro antes de tomar de la mano al menor y levantarlo. “Mi madre acaba de terminar la cena.”

"¿Y tú pretendes que yo vaya a…?”

Kyuhyun no logró terminar la frase porque Jongwoon le había dado un beso en la mejilla, callándolo por completo. Mientras que el primero trataba de formular palabras con significado, el segundo sonreía complacido y arrastraba a la cocina a un Kyuhyun todavía aturdido.

Los padres de Jongwoon no hicieron preguntas y durante la cena hablaron principalmente con Jongjin, de vez en cuando mirando en la dirección de los otros dos chicos que parecían estar en su proprio mundo.

“¿Cómo sabías que no… que no te habría golpeado?” Logró decir al fin Kyuhyun sin levantar la mirada de su plato.

“Por que eres demasiado bueno para hacerlo”, respondió Jongwoon con seguridad.

Kyuhyun habría continuado la conversación, pero sabía que no habría logrado decir nada de sensato y además, le gustava ver la mirada calma y llena de cariño con la que lo miraba el pelinegro. Sabía que había sentido la falta del mayor, también más de lo que habría querido admitir, y que, además, había algo que lo había llevado al borde de una crisis histérica.

Por su parte, Jongwoon había entendido que Kyuhyun estaba pensando en el asunto, estaba evaluando la posibilidad que entre ellos había algo. Le había dolido dejarlo solo sin ningún preaviso por tres semanas, pero sabía que ese periodo había servido a los dos para entender mejor donde los había llevado su amistad. La decisión parecía fácil, por una parte el amor y por la otra la amistad, pero en realidad era difícil para ambos, sobretodo para Kyuhyun, que nunca había considerado la idea de salir con su mejor amigo.

 

Después de una cena pasada en silencio, a mirarse de reojo, los dos amigos se encontraron en el porche de la casa, listos para darse las buenas noches.

“Si voy a casa, ¿puedo estar seguro que mañana todavía estarás aquí?” Preguntó el más alto de los dos sin lenvantar la vista del piso.

“Sí, aunque mañana trabajo”, respondió sonriendo Jongwoon.

Kyuhyun sonrió débilmente y antes de que pudiera cambiar idea, se agachó hacia el mayor y le dio un beso en la mejilla.

“Ma-mañana, después del tra-tra-trabajo, paso a reco-recogerte”, tartamudeó Kyuhyun en voz baja, sintiendo como sus mejillas se volvían rojas antes de correr hacia su casa, sin dar las buenas noches al pelinegro.

Jongwoon sonrió ampliamente, sabiendo porque le había dado un beso en la mejilla y porque había escapado. Para él, ese beso, valía más de mil ‘buenas noches’ y estaba seguro de que se habría repetido muchas veces desde ese día.

Si incluso Kyuhyun no hubiera oltrepasado el confín de la amistad, a Jongwoon le habría bastado lo que le ofrecía su amigo. Se sentía feliz de tener una persona como el otro a su lado. Una persona que lo había hecho cambiar carácterialmente, pero que lo habría aceptado incluso si hubiera sido la persona más distante del entero planeta.



Notas finales:

Espero les haya gustado.

Volveré con otra YeHyun. No sé cuando (tal vez esta tarde) pero de seguro lo haré


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