JUST FRIENDS
—Capitulo 11—
Mantra
En su sueño, Eithan veía como Liam era alejado de él. No, no era alejado de él. Era el de verde mirada quien se marchaba de su lado por voluntad propia.
—Liam, ¿Qué estás haciendo? —Cuestiono tomándolo de la mano e impidiendo que continuara su camino—. ¿Por qué me haces esto?
Liam se soltó de su agarre con brusquedad, retrocedió dos pasos y luego lo observo a los ojos. Por unos segundos ninguno de los dos dijo nada, pero entonces, Liam sonrió. Su sonrisa no era una de esas que a Eithan le gustaban tanto. No, la curvatura de sus labios era sínica y burlona.
—Eithan, Eithan, Eithan —negó con la cabeza—. No pensaste que en verdad iba a quedarme a tu lado para siempre, ¿o sí?
Los ojos grises del de cabello negro ardieron al escuchar las palabras de su mejor amigo. A quien en ese momento no reconocía en lo más mínimo.
—Pero…
Una estruendosa carcajada por parte de Liam le impidió el continuar hablando. Eithan lo observo doblarse por la mitad, sosteniendo su vientre sin dejar de reír.
—¡De verdad lo pensaste! —se burlo de cabellos casi rubios. Limpio un par de lágrimas que habían escapado de sus ojos debido a la risa—. No seas imbécil —y repentinamente, ahora estaba completamente serio—. ¿Porque debería estar contigo cuando puedo estar con Alessa? ¿Qué puedes ofrecerme tu que sea mejor que ella?
Se sintió como un fuerte puñetazo directo al pecho, uno tan fuerte que presiono sus pulmones e impidió que el oxigeno llegara a estos.
Alessa.
Otra vez la estúpida de Alessa.
—¡Ya deja de mencionarla! —le exigió—. ¡Deja de hablar de ella a cada segundo!
—¿¡Porque!? —Cuestiono Liam en forma de burla—. ¿Por qué debería de hacerte caso? Es normal que hable tanto de una persona si me gusta. Y Alessa me gusta, me gusta demasiado.
—¡Pero es una arpía!
—No hables de ella de esa forma.
—Es una estúpida que solo está queriendo separarte de mí. Ella no te quiere, esta mintiéndote. ¿Por qué no puedes verlo? —Eithan sentía que podía llorar de la impotencia.
—¿Porque no solo lo admites, Eithan? —el entrecejo de Liam se frunció, y sus manos formaron puños. El oji-gris se mostro confundido ante sus palabra y el repentino cambio en su expresión. El oji-verde parecía dolido.
—¿Admitir que?
Liam rio amargamente.
—Que estas celoso.
Eithan abrió los ojos como platos en una mueca de completa estupefacción. ¿Celoso, él? ¿Es que Liam se había vuelto loco?
—¿¡Porque debiera estar celoso!? ¿¡Es que acaso no me has escuchado!? ¡Alessa es una arpía! ¿¡Porque carajos iba a gustarme!?
Antes de que supiera que estaba ocurriendo, el puño de Liam se estrello de lleno en su mejilla. Su rostro giro 90° y su cuerpo retrocedió dos pasos. Estupefacto, llevo su mano hacia su rostro y observo a Liam a los ojos.
El estaba llorando.
—¡No celoso por ella! —le grito él—. ¡Celoso por mí! ¡Por mi!
Eithan estaba incluso más confundido que antes.
—¿Porque debería estar celoso por ti? —cuestión sin entender nada de lo que ocurría—. Eres mi mejor amigo y no una chica que me guste.
—¡Sí! ¡Ese es mi maldito problema! —las lágrimas desfilaban por sus mejillas, humedeciéndolas—. ¡No soy una estúpida chica! ¡No soy una maldita chica en la que te puedas fijar, a la que puedas querer!
—¿De qué estás hablando?
Liam volvió a darle otro puñetazo.
—Deja de ser tan malditamente estúpido y date cuenta de una buena vez.
Sangrando de la nariz, con el labio inferior roto y con la mejilla inflamada, Eithan lo observo detenidamente a los ojos.
—¿Darme cuenta de qué?
—Que te amo.
Eithan abrió los ojos como platos.
—Te amo, Eithan, y no como un mejor amigo debe de amar a su mejor amigo. Te amo tanto que duele —llevo una mano a su pecho y estrujo la tela se su playera en dicho lugar.
El oji-gris negó con la cabeza.
—No puedes amarme —dijo—. Somos hombres y dos hombres no pueden amarse.
—¿Por qué no?
—Porque es imposible.
—¿Porque es imposible?
—Porque… Porque no es normal. No se puede —negó con la cabeza en repetidas ocasiones.
Las lágrimas en el rostro de Liam aumentaron así mismo el dolor en su pecho.
—Te odio —susurro lleno de dolor—. Te odio, Eithan.
Y entonces Eithan se despertó.
Durante algunos segundos, se quedo completamente inmóvil en la cama procesando el sueño que acaba de tener. Y entonces reparo en la presión sobre su pecho.
Con la ayuda de la iluminación otorgada por la luna a través de su ventana, observo el rostro durmiente de Liam, quien descansaba cómodamente enroscado a su cuerpo. El chico se removió en sueños con una sonrisa en sus labios, sin embargo, no despertó. Eithan sonrió al verlo.
Desvió la vista segundos después, hacia la lámpara que se encontraba en el pequeño mueble junto a la cama. Tratando de no moverse demasiado para no despertar a Liam, encendió dicha lámpara. Pronto se encontró con más iluminación y recordó que se encontraba en casa de su mejor amigo, pues habían tenido una tarde hermosa. Habían visto anime, comido comida chatarra, reído, bromeado. Al final el sueño les había ganado y como siempre hacían, durmieron en la misma cama. Eithan se fijo el reloj despertador junto a la lámpara, 2:15 a.m. marcaba dicho aparato.
Con sumo cuidado, se levanto de la cama y fue hacia el cuarto de ducha. Una vez dentro de este, encendió la luz y observo su rostro en el espejo.
«Te amo».
Las palabras del Liam de su sueño hicieron acto de presencia.
«Te amo, Eithan, y no como un mejor amigo debe de amar a su mejor amigo. Te amo tanto que duele».
Giro la llave del grifo y dejo que el agua corriera durante unos segundos antes de ahuecar las manos y remojarse el rostro.
—Fue solo un sueño —susurro para sí mismo—. No le des tantas vueltas —se remojo el rostro una vez más antes de volver a observarse en el espejo. El reflejo de sus grises ojos y su cabello suelto y desgreñado lo saludo—. Es imposible… Liam no puede sentir eso, nadie puede sentir eso hacia otro hombre. No se puede —se hablaba a sí mismo como si se tratara de otra persona y necesitara convencerla de sus palabras. Que no quedara ninguna duda—. Solo se puede sentir amor si se trata de una chica y un chico.
Llevo sus manos hacia sus cabellos y los revolvió con fuerza. Luego inhalo y exhalo hondamente.
—Fue solo un sueño —repitió, como si se tratara de un mantra.
Cerró los ojos tratando de borrar ese sueño de su mente. No tenia caso pensar en tonterías. De todos modos, había sido demasiada extraña la atmosfera y el cambio repentino de tema.
—¿Eith? —Liam apareció en la puerta tallándose los ojos y dando un bostezo—. ¿No puedes dormir? —cuestiono somnoliento.
El peli-negro abrió los ojos y se giro. Sonrió al ver las pintas de su mejor amigo: cabello incluso más greñudo que el suyo, sus ojos casi completamente cerrados, y un hilito de baba en las comisuras de los labios. ¡Ah! Seguro y le había babeado la camiseta ya que estaba durmiendo en su pecho. Eithan rio, no era algo que le diera asco si se trataba de Liam.
—Solo vine a regar las plantas
Muriéndose del sueño, Liam sonrió levemente.
—Volvamos a la cama —susurro, meciéndose de un lado hacia otro, casi cayéndose por la somnolencia.
Así se parecía bastante a Julian.
Eithan contuvo una carcajada. Esos dos no se parecían en nada.
—Volvamos —acepto, sonriendo aun.
Poso las manos en la cintura de su mejor amigo, lo hizo girar sobre sus tobillos y a suaves empujones, lo dirigió nuevamente hacia la cama. Dejo que se recostara y luego él lo hizo a su lado. Rápidamente, Liam volvió a enroscarse a su cuerpo. Eithan solo pudo volver a sonreír.
Desde que conocía a Liam, nunca lo había visto dormir sino se enroscaba a algo: Almohadas, peluches… él.
Por un momento, ese sueño volvió una vez más a su mente, pero negó con la cabeza alejándolo.
Era simplemente algo imposible. Amarse entre hombres no se podía.
Pero entonces recordó a Cris bromeando con ellos. «¿Seguros que no son novios?». Dichas palabras resonaron en su mente con potencia. ¿Podían dos hombres ser novios? ¿Podían dos hombres besarse, acariciarse… amarse?
Siguiendo un impulso, con su mano libre acaricio la mejilla de Liam. El chico sonrió, y Eithan sonrió al verlo sonreír.
—Me haces cosquillas —susurro muy bajito el casi rubio.
—Lo siento.
—Apaga la lámpara, por favor
Eithan no respondió, solo se limito a hacer lo que Liam le pidió.
Los ojos grises del peli-negro se clavaron entonces en el techo de la habitación, iluminada por la luz lunar y las farolas de la calle. Sombras extrañas y un tanto siniestras se formaban. Giro una vez más hacia el rostro de Liam. Dormía tan plácidamente y con esa sonrisa suave en sus labios.
Se veía tan tierno.
Y de alguna forma, Eithan fue consciente de la cercanía de sus cuerpos. De cómo las pieles de sus brazos y piernas se tocaban. Paso saliva sintiéndose repentinamente nervioso. No incomodo, nervioso. Le gustaba estar así con Liam. Se sentía muy bien, demasiado agradable. Pero había ciertas ganas en su ser de que el contacto fuera… diferente. Nunca antes le había dado importancia a que sus cuerpos estuvieron tan pegados el uno al otro, que sus pieles se rozaran. Pero en ese momento no podía dejar de pensar en que quería sentir más el cuerpo de su mejor amigo. El cual sentía que ardía contra el suyo. ¿O era su cuerpo el que ardía ante la cercanía de Liam? Sacudió la cabeza alejando todo pensamiento extraño. El casi rubio volvió a removerse, pero había caído profundamente dormido por lo cual no despertó. Eithan lo observo una vez más. Su rostro, sus largas pestañas raramente negras a pesar del color de su cabello, sus finos labios y esa nariz pequeña. No importaba que dijeran las chicas de él, Liam eran muy lindo. ¿Qué se sentiría besarlo?
Y ahí estaban esos pensamientos extraños otra vez.
¿Qué sucedía con él?
¿Por qué tenía esos repentinos pensamientos?
Todo se debía a ese sueño, ¿cierto?
Eithan negó con la cabeza. Lo mejor era dormir y dejar su mente en blanco. Necesitaba olvidarse de ese sueño que había tenido. No debía pensar mucho en ello, no tenía caso. Cerró los ojos intentando dormir
Sin embargo, Morfeo esa noche se encontraba un tanto caprichoso, lo que ocasiono que el oji-gris pasara toda la noche en vela.