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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa...

¿Que tal, lectores hermosos? ¿Como les va? Yo espero que súper bien. Me pasaba por aquí dejarles la nueva actualización. Usndkdndkdnxkdnxdi

A quienes leyeron el capítulo antrios, y a esas lindas y sensuales personitas que me dejaron su hermoso y zepzy reciew. Muchísimas gracias. Los amodoro. 

Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Leí varias veces al contenido antes de publicar, pero ya saben que soy medio pendeja y seguro que mase de un par se me paso. 

Sin más que decir. Los dejo leer. 

 

 

JUST FRIENDS

—Capítulo 23—

Lost

 

 


Cuando Eithan y Will ingresaron a su salón de clases, uno muy cerca del otro, Jonna no lo noto al instante, pues alrededor de sus amigos siempre había un aura diferente e intima que los envolvía, apartándolos del resto del mundo. Pero entonces, Cristal volteo a verlo, y en su mirada había una especie de cruce entre asombro del bueno y espanto terrible. Sus ojos castaños abiertos de par en par y sus pupilas dilatadas.

Ella intento atraer disimuladamente la atención del rubio, y por disimuladamente era que prácticamente empezó a agitar las manos de arriba hacia abajo una y otra vez, lo cual provoco que todos sus compañeros voltearan a verla de forma extraña, hasta que al fin Jonna centro sus ojos caramelo en ella.

—¿¡Ellos ahora sí están saliendo o estoy alucinando!? ¡Jonna, dime que puedes ver lo mismo que yo! —susurro a gritos.

Ante sus palabras, todos giraron la vista de forma sincronizada hacia los chicos, quienes habían tomado asiento hasta el fondo uno junto al otro en filas diferentes.

Y, oh, Jonna estuvo a punto de golpearse contra la superficie del escritorio por no haberlo notado antes, por creer que entre esos dos las cosas continuaban como siempre. Porqué ¡rayos! Claro que no estaban como siempre. Era tan claro que había sucedido algo entre ellos, como que el fuego quemaba y el agua era liquida. Lo podía saber al observar el brillo en los ojos de ambos, y en como a cada dos segundos volteaban a verse. Will se mordía el labio inferior de manera inconsciente, sus mejillas con un suave rubor pintado en ellas. Mientras que Eithan se quedaba observando, como aletargado, ese mismo gesto inconsciente del de ojos verdes, humedeciéndose los labios a la vez que pasaba saliva. Luego ambos se veían a los ojos, y el rubor en las mejillas del de cabellos castaños claros se volvía más fuerte; y en los pómulos del de ojos grises también se dibujaba uno del mismo tono que del otro chico. Se sonreían con timidez y gran complicidad, luego desviaban la vista avergonzados. Entonces repetían la acción. Y el aura que los rodeaba, oh, Jonna estaba casi seguro de que podía ver corazones flotando sobre ellos, junto con un mundo rosa que los absorbía y los desconectaba de todo.

Primeramente estaba asombrado, no lo podía creer, luego esa incredulidad se quedó de lado y una sincera sonrisa se formo en su rostro. Giro hacia Cris. 

—También puedo verlo —Le dijo, y ella suspiro aliviada antes de sonreír y dirigir la mirada nuevamente hacia la pareja. A su alrededor, escucho los murmullos de sus compañeros de clase: indignados por la escena, algunos chicos; decepcionadas y otras diciendo lo lindos que se veían, en el caso de las chicas. A otros, simplemente les daba igual.

Aprovechando que la profesora que impartiría la siguiente clase al parecer estaba retrasada, Jonna saco su celular y le tomo una fotografía a sus amigos, capturando en ella el como ellos estaban abstraídos en su propio mundo y lo demás a su alrededor dejaba de importar, el como se veían con infinito cariño mientras sus irises irradiaban felicidad, y como el aura que los rodeaba destilaba amor.

Con una sonrisa en los labios mientras observaba la fotografía, se dijo que sin duda Juli iba a querer golpear a los chicos cuando viera la imagen, y Jonna estaba seguro que lo haría en el momento en el que los tuviera frente a frente. Ellos habían estado hablando de que hacer para darles una mano, sobre todo a Eithan; habían acordado un par de cositas pero estas ya no serian necesarias. Y Jonna estaba feliz por ello, no porque fuera tedioso, si no porque Will y Eith se habían percatado por su propia cuenta de como era que se sentían y lo aceptaban. Siempre era mejor que uno mismo comprendiera sus sentimientos, que lo aceptara y entendiera que no era algo malo incluso si el mundo entero te decía que sí.

El amor no discriminaba a nadie.

Entonces la sonrisa en los labios de Jonna poco a poco se esfumó, y él suspiro al momento en el que se dejaba caer sobre su escritorio. El sonido de golpe resonó y algunos de sus compañeros voltearon a verlo con una sonrisa burlona pintada en la cara.

—Si tan solo tuviera su numero —susurro el rubio para si, un tanto decaído. Se lo había pedido ya en varios ocasiones al chico, y lo único que obtuvo de él fue un punta pie en la espinilla.

¿Por qué Juli tenia que ser tan huraño? Aunque, claro, eso era algo que lo volvía increíblemente muy lindo. Su ceño fruncido, sus labios contraídos en una fina línea y sus somnolientos y muy claros ojos puestos sobre el. Ah, daban terribles ganas de quitarle esa expresión con una metida de lengua hasta la garganta y un fuerte apretón en las posaderas. Jonna solo se abstenía porque sabía que Julian era plenamente capaz de castrarlo sin titubear en ningún segundo. Y perder a Junior no era algo que Jonna estuviera dispuesto a aceptar.

Pero lo haría, algún día lo haría. O sea, se refería a meterle mano y no a volverse eunuco.

¡Y ahora sus probabilidades habían aumentado! Puesto que Juli había aceptado para si, y para el rubio también, que creía que era apuesto. ¡Se lo había dicho en la cara! Y le había sonreído de una forma tan hermosa. Jonna aún recordaba el abrazador calor que había sentido en el rostro y en todo su cuerpo, y como su corazón le había amenazado con destrozarle el pecho. ¡Rayos, se había sentido tan increíblemente feliz!

Con las manos cubriendo su rostro y el celular a un lado en la superficie de su escritorio, el rubio dio un gritito ahogado mientras sacudía la cabeza de una lado hacia otro, ganándose nuevas miradas extrañas y divertidas sobre su persona por parte de los demás jóvenes presentes. Pero a Jonna no le importaba, pues ni las había notado, y aun si lo hubiera hecho, sería la misma historia. A él solo le interesaba que, el hecho de que Julian aceptara que él era atractivo, era un paso muy grande sobre el sendero que iba directo hacia el corazón del de ojos celeste hielo.

Jonna tuvo grandísimas ganas de verlo, siempre quería hacerlo, pero en ese momento fueron más fuertes. Hubiera salido corriendo si la profesora no hubiera ingresado al mismo tiempo que él se ponía de pie, disculpándose por la tardanza y pidiendo que todos sacaran sus textos y lo abrieran en una página en especifico.

El rubio suspiro resignado mientras tomaba asiento y hacia lo indicado. De reojo observo como Eithan y Will pegaban sus escritorios puesto que uno de ellos habían olvidado su texto. A Jonna no lo engañaban, eso era pura estrategia para estar muy pegados el uno del otro. Estaba seguro que observo como sus manos se entrelazaban debajo de los escritorios. Ay, eran tan tiernos y a Jonna le entro una jodida envidia de la buena.

Sonrió antes de clavar la mirada en el frente y tratar de centrar su atención en la profesora.

 

 

Las clases habían finalizado hacia unos treinta minutos, por lo que los estudiantes se preparaban cada uno para ir hacia su respectivo club. Los días en que estos se reunían, eran los días martes, miércoles y jueves durante el resto de la tarde.

En los pasillos aun circulaban jóvenes, pero la mayoría ya se encontraba cambiándose en las diferentes habitaciones de los clubes, o al menos quienes tenían club, puesto que no todos pertenecían a alguno, como era el caso de Juli. Quien caminaba entre los casi desolados pasillos en busca de su primo y Eithan. Había ido a buscar a cada uno respectivamente, pero sus compañeros le informaron que no se habían presentado aun, pero que quizá lo harían pronto. Jonna caminaba a su lado con las manos ocultas dentro de las bolsas de su calzoneta blanca con negro, mientras silbaba, con demasiada desentonación, una canción que nunca antes había escuchado.

Para el gusto de Julian, parecía muy feliz… y jodidamente atractivo. Y, al parecer, siempre lucía así. Él, al notar los ojos del peli-negro sobre su persona, volteo a verlo con una sonrisita dibujada en la cara y le guiño un ojo.

Juli le lanzo un puñetazo en el brazo mientras desviaba el rostro, avergonzado. Lo que solo provoco que la sonrisa del rubio se ensancharán.

—¿Tanto quieres golpearlos? —cuestiono el de ojos de caramelo luego de un momento.
El más bajito evito su mirada.

—Sí… bueno, no —guardo silencio un segundo—. Quiero verlo con mis propios ojos. No puedo terminar de creerlo solo porque tu lo dices.

—¡Auch! —Jonna se llevó una mano al pecho, dramatizando—. ¿Tan indigno de tu confianza soy?

Juli rodó los ojos.

—No me refería a eso… no eres tú. Solo digo que necesito verlo yo mismo.
El rubio lanzo un suave risita.

—Lo sé. Pero, ¿no hubiera sido mejor esperarlos en las habitaciones de los clubes? Tarde o temprano tendrían que mostrar la cara allí. Quien sabe donde estén perdidos en este momento.

—Puedes irte si quieres —soltó Julian con un tanto de brusquedad—. En primera, no te pedí que me acompañaras.

El de ojos celeste hielo observo como la sonrisa dibujada en los labios del rubio se borraba de forma lenta; lanzó un suspiro al aire, resignado, y luego dirigió la vista hacia el frente. Haciendo lo mismo que el chico a su lado, fue que Julian se percato entonces de como una chica corría más adelante, otro poco y pasaría corriendo junto a ellos. Era bonita, acepto Juli para si, con el cabello muy negro, sedoso, largo y ondulado; con ojos del color de la noche más oscura y piel de porcelana. Ella utilizaba un maquillaje bastante suave, lo que resaltaba su belleza de forma fresca. Sus labios se curvearon y sus negros irises brillaron como si dentro de ellos hermosas estrellas resplandecieran.

Sabía quien era. La mánager del club de Fútbol.

—¡Jonathan! —grito ella, agitando la mando de un lado hacia otro; Julian frunció el entrecejo. ¿Cuál era el punto de ser tan escandalosa? ¿No podía esperar dos segundos hasta estar junto al tal Jonathan? ¿Tenía en serio que gritar como tonta?
—¡Hola, Maia! —Saludo entonces Jonna a su lado.

Julian giro el rostro hacia él, con incredulidad. Sus cejas alzadas y los ojos somnolientos abiertos en lo que podían.

—¿Te llamas Jonathan? —susurro apenas.

El rubio no pareció escuchar su pregunta. La chica pronto llego hasta él, sin perder esa sonrisita de tonta felicidad que se le había dibujado en la cara. Y Jonna correspondió con una igual.

—El entrenador manda a decirte que te apresures. Dice que tiene algo importante que anunciar, ¿No encontraste a Will? —giro la cabeza buscando al susodicho, no lo vio por ningún la lado, en cambio, se topo con el entrecejo fruncido de Julian y su mirada somnolienta—. ¡Oh! Hola —saludo, con otra de sus sonrisitas. Parecía amable.

El de ojos celeste hielo no respondió, tan solo dirigió la mirada de Maia hacia Jonna y viceversa. Y repitió la acción una vez más. Luego les dio la espalada y se marchó con rumbo a los baños de chicos. Escucho a Jonna llamarlo en varias ocasiones, pero lo ignoro olímpicamente y continuó con su curso.

 

 

—Inverosímil —Liam susurro con suavidad, de repente le habia llegado ea palabra a la mente, al fin podía comprenderla, contra los ricos labios de su Eithan.

¡Oh, dios! Sonaba tan bien.

Su Eithan. Su Eithan.

Eithan abrió los ojos y, así de cerquita como se encontraban sus rostros, contemplo los hermosos ojos verde esmeralda de Liam. Lo contemplo a él; a sus hermosas y largas pestañas unos tonos más oscuras que sus cabellos; a su linda naricita respingada; a sus suaves y dulces labios de melocotón en almíbar, los cuales dibujaban una sonrisa; al hermoso sonrojo en sus mejillas y el brillo singular en sus irises.

¡Ah! Él era tan hermoso. Sentía ganas de llorar con el simple hecho de tenerlo así, tan cerca de su cuerpo, sabiendo que ambos sentían lo mismo.

—Sí —respondió él a lo dicho por el oji-verde, una suave risita broto de su garganta—. Esto es tan irreal. Como si solo fuera una ilusión…

—Pero eres real, y puedo tocarte —unió sus labios a los del más alto, en un dulce piquito—, y puedo hacer esto —le beso una vez más. Pero a diferencia de la primera vez, el contacto fue más profundo y duradero.

—Y yo esto —sus brazos alrededor de las estrechas caderas del casi rubio lo apresaron con fuerza y suavidad abrumadora, y hundió el rostro en el cuello de este. Liam se estremeció ante el contacto de la boca de Eithan contra su piel. Se aferro al cuello de él mientras jugueteaba con sus negros cabellos de forma tierna. Sus ojos cerrados disfrutando del momento.

—Te amo, Eith…

Liam lo sintió estremecerse, y el golpeteo del corazón del oji-gris resonó incluso en sus oídos. El sube y baja de su pecho y su respiración acelerada se mezcló con el propio movimiento de su cuerpo al punto de que no sabia si era Eithan quien temblaba, o él.
—Yo te amo a ti —el oji-verde se apretó con fuerza contra Eith.

Era abrumador. Demasiado abrumador. Pero por nada del mundo cambiarían lo que sentían y no querían estar en ningún otro lugar que no fuera allí, junto al otro; abrazándose como si fuera lo único que pudiera mantenerlos con vida; como si el oxigeno en sus pulmones ya no fuera lo más importante. El deseo y la necesidad de estar uno tan cerca del otro, fundirse en un mismo ser, era asfixiante y aterrador. Pero eran jodidamente hermoso el poder permanecer así, aferrándose al otro y saber que todo estaba bien mientras continuarán queriéndose, incluso si por obvios motivos, como el no vivir juntos, tenían que poner distancia entre ellos. Pero el hecho de saber que al siguiente día podían volver a verse y estar así una vez más, hacia que pudieran soportar la idea.

—No quiero ir al club —susurro Eithan, su voz sonó amortiguada al su rostro continuar contra el cuello del oji-verde.

—Yo tampoco —acepto Liam acariciando aún sus negros y cortos cabellos—. Pero no podemos permanecer aquí todo la tarde… es raro. Además de que si nos ausentamos sin ninguna explicación, podríamos tener problemas.

Eithan se alejo por fin del cuello del más bajito, aunque solo lo suficiente como para verlo a los ojos. Sus irises se encontraron durante largos segundos sin decir ni una sola palabras, entonces, después de ese tiempo, Eithan sujeto las mejillas de Liam con suavidad, pero firmeza, y acerco sus labios a los contrarios, fundiéndose en un nuevo beso que, desde luego, el oji-verde estuvo gustoso de corresponder.

Sus labios se mecían con mejor sincronía, pero con el mismo anhelo que en la azotea. Aun resultaba aterrador el todo lo que sentían por el otro, pero también era hermosa la sensación en su pecho. Esa calidez esparciéndose por todo su cuerpo, estremeciéndolos; esa euforia que recorría cada parte de su ser.

—No me importa tener problemas —Eithan dijo muy bajito luego de que el beso finalizara, pero sus labios continuaban aun muy juntos.

Liam emitió una risita traviesa que sonó hermosa a los oídos del oji-gris.

—A mi tampoco, la verdad —se mordió suavemente, y sugerente aunque de forma inconsciente, el labio inferior. Eithan pasó saliva ante el gesto—. Solo trataba de sonar responsable.

—No lo hagas.

—Ya no lo hare.

Se sonrieron con suma complicidad.

—Pero, hablando en serio —continuó Liam—, al menos deberíamos salir de aquí, lo baños son un lugar algo concurrido y alguien podría vernos.

—Ah, muy tarde.

Ambos chicos pegaron tremendo bote en su lugar ante la voz que llego a sus canales auditivos. Se separaron rápidamente y luego voltearon la vista hacia la puerta, espantados. Recostado en el marco y de brazos cruzados, Julian los observaba con seriedad.

—Ah, eres tú, Juli —Liam suspiro aliviado, al igual que Eithan.

—Yo que ustedes no estaría tan aliviado —dijo y ellos retrocedieron dos pasos, de forma instintiva, ante el brillo escarlata que sus muy celestes y somnolientos ojos desprendieron—. Tengo tantas ganas de golpearlos —acepto con voz gutural. Avanzo hacia los chicos y ellos alzaron las manos para cubrirse de los golpes que, sin duda alguna, Julian les propinaría.

Pero, entonces, lo vieron detenerse a centímetros de ellos y suspirar muy, muy hondamente. Por un instante, sus ojitos parecieron tristes; quizá tan solo lo imaginaron, puesto que luego de un parpadeo volvía a ser el mismo de siempre. Él busco sus ojos y les regalo una muy bonita y sincera sonrisa.

—Estoy tan feliz por ustedes —dijo, y sus ojitos se humedecieron—. De verdad, muy feliz.
Unos segundos después de sus palabras, los chicos también le sonrieron, agradecidos.
—Siempre lo supiste —Eithan fue el primero en hablar. Julian retuvo el impulso de soltarle que todo el instituto lo sabia—. Gracias por lo que me dijiste aquella vez. Me pusiste mucho a pensar, y si no me hubieras dado ese empujón, seguramente continuaría igual de ignorante de mis sentimientos.

Liam se dijo que debería lucir un poco sorprendido de que su primo aceptara tan bien lo que tenían, y más, el hecho de que, al parecer, él ya había hablado con Eithan de sus sentimientos. Pero no era así, tan sólo estaba hinchadísimo de felicidad.

—¿Aun piensas que eres raro? —Cuestiono Juli, sus párpados entrecerrados.

Eithan río.

—Claro que no… solo que estoy enamorado. Muy enamorado de tu primo.

Liam se llevo una mano al pecho, súper conmovido y afortunado. Sus irises brillando llenos de amor mientras observaba a Eithan. Julian sonrió complacido con sus palabras. Luego les dio a ambos un suave puñetazo en el brazo, que contenía más cariñoso que otra cosa.

—Bien dicho —volvió a sonreír—. Aclarado eso… no puedo creer que estuvieran besuqueándose en los baños. ¿Tienen idea de cuanto llevo buscándolos? Creí que tal vez habían pensado en esconderse en un buen lugar, pero ¿los baños? ¿En serio?... Que antihigiénicos.

Liam sonrió sin separar los labios y Eithan se rasco las sienes avergonzado. La verdad era que ni siquiera se habían puesto a pensar en el lugar, al menos al principio. Lo único que les había cruzado la mente, fue que necesitaban sentirse muy cerca el uno del otro y por ello habían salido corriendo en el instante en el que la campana resonó en los pasillos, luego de obviamente guardar sus cosas, a cualquier lugar que encontraran primero. Los baños en ese caso.

Julian negó con la cabeza, bastante divertido en realidad.

—Bueno, ya que —se encogió de hombros—. Pero la sesión de besos ya termino. Se me van los dos a su respectivo club.

Ellos protestaron, pero una mirada gélida por parte del más bajito les hizo callar y aceptar sus palabras cual perritos regañados.

Se dieron un último beso antes de salir de los baños y encaminarse hacia sus clubes, no sin la promesa de que quien saliera primero, finalizado el horario de practica, esperaría al otro. Luego se dieron la espalada y avanzaron un par de metros antes de girar y, de forma dramática, correr hacia el otro y unir una vez más sus labios.

Julian sentía que moriría de diabetes con esos dos, pero luego sonrió feliz por ellos, y con cierta ternura que sin duda le hubiera provocado una hemorragia nasal Jonna si hubiera visto tan hermosa expresión en la varita de Juli, y diciéndose que, a partir de ese momento, tendría que acostumbrarse a las escenas melosas y rebosantes de miel que, encantados de la vida, iban a brindarle.

Desde luego, eso no iba a molestarle si ellos era felices.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyyyyyyyyy eso fue todo. 

¿Que tal? 

¿Que lea pareció?

¿Les gusto?

Yo espero de todo corazón que sí. 

No tengo mayor cosa que decir, solo que hasta podía sentir la miel con las manos. Uandkwndskfnidf mis chicos hermosos. Menos con Julian, él es muy desabrido. Hahaha, pero ya va a ver, ya va a ver...

Ojala y el cap sí les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un lindo reciew, el cual leere y responder con mucho gusto, saber sus opiniones es siempre una fuerte hermosa de inspiración y es muy importante para el saber que piensan. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, solo no me insultan mucho que mi corazón es sensible.

Cuidesw mucho, mucho. Besos y abrazos para ustedes. 

¡Hasta la próxima!

 


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