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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Hola.


Aquí estoy nuevamente, y con una actualización.


Quiero agradecerles grandemente por haber leído el capitulo anterior, me hizo muy feliz ver sus bellas lecturas. Sobre todo, muchas gracias a esas lindas personitas que me dejaron sus comentarios hermosos. Gracias, gracias.


Disculparan ustedes si hay faltas de ortografía, revise lo escrito pero supongo más de algo se paso.


Espero les guste.


Sin más que decir por ahora.


A leer.

 

JUST FRIENDS

—Capitulo 8—

180°

 

 

Eithan estaba molesto.

No, bueno, no estaba molesto. Él estaba feliz. Muy feliz.

Felicidad era lo único que ocupaba su mente mientras observaba como esa castaña: de buenas curvas y cabello largo y ondulado, con ojos negros y piel pálida y suave, quien era hermosa por cierto, muy hermosa; se pegaba al brazo de su mejor amigo y restregaba sus suaves pechos cubiertos por la blusa del uniforme contra este. Ella mostraba una sonrisa, muy bella con esos dientes blancos y perfectos, y escuchaba atentamente lo que Liam decía.

No, Eithan no estaba molesto. Después de todo, él había alentado a Liam a que fuera a esa bendita citación a escuchar lo que esa chica, que le había dejado la carta de amor en su casillero, tenía que decirle. Ella era linda y además se veía que quería sinceramente a su mejor amigo, además de que Liam parecía encantado con ella.

Ellos no estaban saliendo, Liam se lo había aclarado, pero desde ese día, hacia una semana, habían quedado en que se conocerían mejor. Pues era estúpido comenzar una relación a base de una confesión de una chica de la cual no sabía nada. Bueno, de hecho, si sabía muchas cosas acerca de ella, al menos a base de rumores que iban de aquí para allá, y por lo que había visto.

Lo cierto era que, Alessa, era una de las chicas más populares y hermosas del instituto. Tanto Liam como Eithan, Jonna y Julian, habían quedado con la boca abierta, quizá Julian no pues él estaba más molesto, cuando observaron a la chica que esperaba al oji-verde en su lugar de reunión.

—¡Recházala! —Le había exigido inmediatamente Jonna, Y no era porque sentía celos de la chica. Algo había cambiado en él respecto a cómo se sentía por Will—. Tienes que mandarla a volar. Créeme, esa chica no te conviene.

En ese momento, Liam entendía a que se refería el rubio, pues Alessa tenía su reputación, pero el oji-verde pensó que era muy dulce la forma en la que había llamado su atención, primero con la carta y luego citándolo, además de que se veía tan dulce y nerviosa mientras esperaba por él.

—Maldición —había susurrado Julian—. El cabeza de pato este —señalo a Jonna, quien se mostro excitadamente indignado—, tiene razón. De todos modos, ibas a rechazarla, ¿verdad? —cuestiono, y luego volteo a ver a Eithan.

—¿Tu qué piensas? —pregunto Liam a su mejor amigo oji-gris, evadiendo la pregunta de Julian. Quien frunció aun más el entrecejo.

Eithan se había mantenido en silencio durante unos segundos, con el seño un tanto fruncido mientras observaba hacia Alessa.

—Escucha que tiene que decir —le sonrió—. Es tu decisión salir con ella o no.

Tanto Julian como Jonna fruncieron el seño y abrieron la boca completamente indignados ante las palabras de Eithan.

Liam vacilo un instante antes de sonreír y asentir. Luego, los chicos observaron como hablo con la chica, quien se veía muy nerviosa. Quisieron, intentaron escuchar la conversación, pero no se oía nada.  Y entonces, después de varios minutos de conversación entre ellos, mientras los chicos continuaban observándolos, Alessa mostro una radiante sonrisa y se lanzo al cuello de Liam y lo abrazo fuertemente.

—¡Ese hijo de p…! —dijo Julian pero su frase se corto casi al final, pues al igual que había sucedido en la enfermería hacia unos días, sufrió un ataque de cataplejía por la fuerte cólera que Liam le había provocado por no hacerles caso.

Jonna lo atrapo antes de caer, y lo sostuvo en sus brazos el par de minutos que duro antes de reaccionar y soltarse rápidamente de ese estúpido rubio, y justo después observaron como Liam se marchaba con la Alessa sujetada de su brazo. Liam había volteado a verlos y les sonrió haciendo señas que iría a tomar algo con la castaña.

Sinceramente, a Jonna le había dado cólera pero no por sí mismo, sino porque observo la expresión de Eithan mientras veía a su amigo marcharse con alguien que no era él. Lucia mal, la verdad. Pero entonces su expresión había cambiado y había sonreído. No era del todo verdadera su sonrisa, cabía decir.

—Ese es mi mejor amigo —había dicho. Y Jonna lo observo en silencio mientras Julian le había dado un puñetazo en el estomago que lo dejo sin aire.

Entonces, de vuelta al tiempo actual, Eithan continuaba observando a su amigo y a Alessa, los tres estaban en la cafetería, en la mesa habitual en la que se sentaban, en una de las esquinas del lugar. Las miradas de las chicas no se apartaban de ellos, envidiosas y envenenadas hacia Alessa. Mientras que los chicos, observaban con incredulidad, no podían que creer que la hermosa y sensual Alessa se haya fijado en el rarito de ojos verdes. Al menos la mayoría pensaba así, otros creían que hacían muy bonita pareja.

Eithan era uno de los últimos. Él sinceramente creía que Alessa y Liam se veían muy bien juntos. Pero por alguna razón que desconocía, no podía evitar que su felicidad por Liam se viera, de cierta forma, frustrada.

¡Maldición!

«De verdad que estoy feliz por él —se dijo a sí mismo—. Enserio lo estoy». Y lo estaba, pero es que había algo más. Había algo en su pecho que impedía que la felicidad fuera completa. ¡Pero no sabía que era! Quería entender porque, de que se trataba… pero no sabía cómo hacerlo.

Desde siempre, desde pequeños, ellos habían estado juntos, habían reído y compartido todo el junto al otro. Liam siempre había sido su mejor amigo y él siempre había sido el mejor amigo de Liam. Había tenido otros amigos y conocidos, pero nadie como Liam. Liam era una parte muy importante, una parte indispensable en su vida, en su día a día. Siempre se vio a si mismo junto al oji-verde, riendo, bromeando. No importando haciendo que… simplemente juntos. Y así como Will era especial para él, él también sabía como de especial era para Will.

En ese momento no pudo evitar pensar en todas las cosas que había escuchado de sus compañeros de clase y de otros salones: Que ellos eran inseparables, que cuando estaban juntos solo se centraban en sí mismos y no prestaban mucha atención a su alrededor, que parecían novios. Eithan no pensaba mucho en lo último, pues era absurdo porque ellos eran mejores amigos, además de que era ambos chicos. Y lo normal en una relación eran chico y chica. A lo que iba, era que en ese momento se sentía como Julian le había dicho una vez.

Desplazado a un lado.

Superfluo.

Ignorado.

Algo en su pecho se oprimió. El solo pensar que su relación con Liam podía llegar a cambiar por culpa de Alessa… no, las cosas ya estaban cambiando.

Fijo sus ojos en ellos. Liam sonreía, Alessa sonreía. Conversaban entre sí sin fijarse si quiera que él estaba presente. Liam ni siquiera había volteado a verlo dirigirle la palabra. Estaba ignorándolo completamente y todo gracias a esa chica. Es más, en los últimos tres días casi no habían conversado mucho, ni siquiera por celular, y cuando le decía que quería ir a su casa ver anime, Liam le decía que iba a salir con Alessa.

Alessa esto.

Alessa lo otro.

Alessa aquello.

Alessa, Alessa, Alessa, Alessa.

¿¡No podía por un segundo dejarla de lado y recordar que tenía un mejor amigo!

Era cierto que tan solo habían pasado una semana, pero Eithan lo extrañaba tanto. Había tantas cosas que quería decirle. Cosas que estaban sucediendo en su casa últimamente, con su padre. Pero no, él solo tenía el nombre de Alessa en la boca. Nunca pensó mucho en ello. Eithan no creía que fuera posible que alguna vez su amistad se viera así de afectada, así de dispersa, y mucho menos pensó que sería por culpa de una chica.

Ningún de los dos había pensado nunca seriamente acerca de tener novia. Eso quedo en el olvido luego de sus intentos fallidos en secundaria. De todos modos, tampoco es como si les importara mucho.

Pero entonces apareció esa maldita carta en el casillero de Liam.

Todo estaba cambiando por culpa de esa carta, de esa chica.

—¡Eso suena fantástico! —dijo Alessa, con esa estúpida sonrisa alegre que Eithan comenzaba a detestar, tanto o más que a su portadora. Y entonces ella beso a Liam en la comisura de sus labios, casi sobre estos.

Liam se sonrojo visiblemente, gracias a su piel pálida, y luego sonrió. ¡Oh! Él se veía tan atractivo cuando sonreía, y más con ese sonrojo en sus mejillas.

El pecho de Eithan dolió. Dolió mucho y él no entendió porque. Sus manos golpearon con fuerza la mesa y se puso rápidamente de pie. Los chicos se sobresaltaron, y por primera vez, Liam fijo sus verdes ojos en su amigo peli-negro.

—¿Qué sucede, Eith? —cuestiono preocupado. Y Eithan se odio a sí mismo, porque sabía que su preocupación era genuina.

—Voy al sanitario —anuncio y no espero que su amigo respondiera, se giro y fue directo a la salida y tomo el pasillo hacia los sanitarios más cercanos.

Una vez en los sanitarios, se planto frente al espejo y observo su reflejo durante eternos minutos. Su entrecejo estaba fruncido y sus labios eran una línea recta debido a la molestia. Su respiración era agitada y sentía el golpeteo frenético de su corazón contra su caja torácica.

Dolía.

Dolía ver a Liam feliz con alguien que no era él.

Detestaba verlo con Alessa.

Lo odiaba.

Quería ir y alejarla de su Liam, gritarle que no se acercara, que ni siquiera volteara a verlo. Que era suyo.

Porque era suyo.

«Es mi mejor amigo —pensó—. Es mi mejor amigo. Mío y de nadie más».

¡Pero no podía, maldición! Cuando hablaba, lo poco que hablaba con Liam, solo mencionaba a Alessa. Y es por ello, y porque veía su expresión al verlo junto a ella, que entendía cuanto a Liam le interesaba esa chica de curvas pronunciada. Si en ese momento seguía su instinto e iba y alejaba a Alessa y le gritaba todo lo que quería gritarle, Liam iba a detestarlo… estaba seguro.

Eithan giro la llave del agua y dejo que esta corriera. Se remojo el rostro una, dos, tres, cuatro, cinco veces y luego restregó sus ojos y mejillas con la palma de sus manos. Volvió a observarse en el espejo y noto lo despelucados que estaban sus negros cabellos. Soltó la media coleta que siempre usaba y dedo que sus hebras del color del carbón cayeran junto con las otras. Su cabello le llegaba un poco por encima de los hombros. Sacudió la cabeza y luego tomo agua con sus manos en jarra para remojarse una vez más el rostro.

Poso sus manos en la cerámica del lavabo, apoyándose, su cabeza estaba inclinada levemente hacia abajo y sus mechones negros ocultaban su rostro.

—Esto es estúpido —susurro para sí mismo.

Era estúpido. Lo viera por donde lo viera. Era estúpido el solo sentirse molesto de ver a Liam feliz con alguien más. Era estúpido el desear que se olvidara de una chica que parecía quererlo en serio y que lo hacia reír. ¿Qué clase de maldito mejor amigo era? ¿Qué malditas estupideces estaba pensando?

Te lo está robando.

Le dijo una voz interior.

Lo está alejando de ti.

—No —Eithan sacudió la cabeza—. Liam es mi amigo, es mi mejor amigo.

Jamás se alejaría de su lado por culpa de una chica. Puede que ahora estuviera un tanto distante, pero era por la misma emoción de que una chica, por primera vez, se fijara en su persona. Además de que ella era muy agradable en personalidad, y hermosa.

Nunca podría cambiarlo por una chica, jamás.

Dolía que ahora pareciera ser Alessa más importante. Pero ahora, Eithan estaba seguro que eso no sería para siempre. Por ahora, debía ser paciente y entender que Liam estaba muy interesado en la castaña. Era la emoción del suceso. Pronto las cosas volverían a ser como antes. Pronto volverían a ser tan inseparables como siempre. Era imposible que pudiera en verdad dejarlo de lado completamente. Sabia cuanto le importaba a Liam.  Por ello, si Liam en algún momento decidía pedirle a Alessa que fuera su novia, debía apoyarlo, y no querer alejarlo de ella lo más que pudiera. Estaba completamente seguro que Liam haría lo mismo estando en su lugar.

Eso significaba ser mejores amigos.

 

Jonna observo salir a Eithan, y segundos después, salió él también de la cafetería, cruzando pasillo tras pasillo con un destino fijo en su mente.

No estaba tan molesto como seguramente estaba el oji-gris, a quien había estado observando desde que tomo asiento en la misma mesa que Will y Alessa, pero si estaba muy enojado. En parte con Eithan, porque el muy idiota había alentado a William a que fuera con esa chica, en vez de detenerlo. Y por otro lado, con Will, pues el muy imbécil estaba dejándose engatusar por la sonrisita inocente completamente fingida de esa estúpida.

¡Por dios! ¿Es que no se daba cuenta de su actuación? ¿Cómo podía creer que era una buena chica? ¿Qué todo lo que decían de ella no era verdad?

Todos en el instituto sabían la clase de persona que era. Conocían su actitud de superioridad y esa afición por hacer de menos a otros, de humillarlos. Podía ser muy hermosa pero era una reverenda perra. Jonna mismo la había visto tratar mal a un chico bajito y de cabello negro. Ella era despreciable.

Necesitaba hacer algo. Algo para que Will se diera cuenta que lo estaba engañando completamente con esa actitud de niña buena. Y necesitaba apoyo. Pero por supuesto, con Eithan no podía contar, el muy imbécil seguro y estaba convenciéndose a sí mismo que debía apoyar al oji-verde. Por lo que no intentaría nada para sabotearlos.

Solo en un persona podía pensar en ese momento, bueno, dos, si incluía a Cristal. Y estaba seguro que ella sería de gran ayuda, pues las chicas podían llegar a ser muy perversas cuando querían, y más si estaban defendiendo a alguien a quien apreciaban. Pero en ese momento solo quería pensar en uno.

En Julian.

Antes de darse cuenta, ya se encontraba frente al salón del chico. Desde hacía tres días que había estado tratando de tener una buena conversación con él, aunque sin mucho éxito. Pero había podido sacarle valiosa información a Eithan, con eso de que Liam se estaba con la estúpida de Alessa, el oji-gris lo buscaba a veces para no sentirse tan solo. En la información que había recopilado, estaba el hecho de que la clase de Historia universal, estaba fija en ser la última antes del receso, y al parecer, Julian usaba ese momento y parte del receso, para tomarse una pequeña siesta. Jonna solo medio había entendido que Julian debía tener un hábito de siestas y ese era un buen momento para tomar una.

Así que era seguro que estaría en su salón. Estaba extrañamente interesado en el de expresión somnolienta, de una forma sexual a medias. No iba a mentir, si le daban ganas de darle duro a veces, y por supuesto, verlo hacer una expresión diferente a la habitual, la cual era su eterno ceño fruncido cuando lo veía. Pero en otras ocasiones simplemente quería saber más de él. Conversar, hablar con él por horas.

Era extraño, en parte le provocaba lo mismo que Will, pero a la vez no. Con Will no sentía esas ganas de verlo a cada rato y escuchar su voz gruñona. Tal vez en parte de se debía a que siempre lo veía en el salón de clases, no sabía. Al menos por ahora, quería que fueran amigos. Y si, puede que fuera un tanto masoquista. Pero de alguna forma, creía que ver una sonrisa sincera por parte de Julian, dirigida hacia él, valdría la pena. Bueno, una sonrisa dirigida a quien sea… nunca lo había visto reír, y algo le decía que ese seria y hermoso espectáculo para observar.

«Debería relajarse un poco de vez en cuando». Pensó.

Sacudió la cabeza repetidas veces y luego inhalo y exhalo, repentinamente se sentía nervios. Qué tontería, él jamás se sentía nervioso. Como sea, estiro la mano, tomo la perilla de la puerta y la abrió. Sus labios mostraban una sonrisa.

Sonrisa que se borro al instante luego de observar la escena frente a sus ojos.

Ahí estaba Julian, pero también el profesor de Historia universal. El tenía unos veinticuatro años y sinceramente, era muy apuesto con su cabello castaño un tanto rizado y sus ojos azul mar, era alto y tenía una complexión notablemente atlética. Si, era jodidamente atractivo. Él lo sabía, todas en el instituto lo sabían.

Y al parecer, Julian también lo sabía.

El rubio sintió un nudo en la garganta y un dolor comparado a mil agujas atravesando su pecho se dejo sentir. Ellos estaba ahí, la mano de Evan, el profesor de Historia Universal, sobre la barbilla de Julian y levantándole el rostro, él, inclinado para poder estar a la altura del peli-negro. Sus rostros a centímetros del otro, casi rozándose, casi besándose… seguramente lo habían hecho antes de que él abriera la puerta. O quizá iba a hacerlo de él no haber interrumpido.

Jonna se quedo de piedra durante unos segundos.

—Ah, eso tiene sentido —dijo y luego se giro y salió rápidamente de ese lugar.

Escucho la voz de Julian llamándole, pero no se detuvo.  Estaba demasiado impactado y dolido como para poder encararlo en ese momento. Llevo una mano a su pecho mientras se alejaba a toda prisa. Dolía.

Ya decía él que era muy raro que el Profesor Evan permitiera que un estudiante se durmiera en su clase, y más con la fama de estricto que se tenía.

—Que idiota soy —susurro para sí mismo mientras continuaba alejándose lo más que podía de los gritos de Julian.

Era increíble que doliera tanto, pero dolía. Lo hacía.

Y es por ese mismo dolor, que Jonna comprendió que no solo quería darle duro a Julian. Sino que también le gustaba mucho, bastante. Y que eso que estaba sintiendo en ese momento era decepción de sí mismo por siempre interesarse sinceramente en personas que no iban, de ninguna forma, a corresponderle.

Porque en verdad había estado interesado en Will, pero había comprendido que eso no pasaría nunca. Y entonces llegaba Julian y se adueñaba de sus pensamientos y le hacía volver a ilusionarse y creer que quizá y podía hacer que sucediera algo. Quizá si se esforzaba podía captar su atención de la forma que quería. Y si, Julian en realidad jamás le dio esperanzas, pero aun así, Jonna las había tenido. Esa ilusión de que lo tomara enserio para algo.

Pero no, claro que no.

A él nadie lo tomaba nunca en serio.

 

Notas finales:

Hasta ahí llego.


¡¡OH, MI SHINZOU!!


¡¡AAAAAHHHHH!!


No me odien. Esto es sumamente necesario en la historia.


Aahh mis niños. Mis bebes.


¡¡WWAAAAHHH!!


Si les gusto el capitulo pueden hacérmelo saber por medio de un comentario, es muy importante para mí el saber que opinan, pues los review son una fuente de inspiración hermosa.


Hasta luego.


Sayo. 


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