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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Hola.

Aquí estoy nuevamente, y con una actualización. ¿Ven? Esto es lo que pasa cuando me mantienen feliz con sus comentarios. Wihihihi.

Quiero agradecerles grandemente por haber leído el capitulo anterior, me hizo muy feliz ver sus bellas lecturas. Sobre todo, muchas gracias a esas lindas personitas que me dejaron sus comentarios hermosos. Gracias, gracias.

Disculparan ustedes si hay faltas de ortografía, revise lo escrito pero supongo más de algo se paso.

Espero les guste.

Sin más que decir por ahora.

A leer.

 


JUST FRIENDS


—Capitulo 9—


La octava maravilla del mundo


 


 


Eithan no sabía cómo fue exactamente que sucedió, pero antes de darse cuenta ya estaba recostado bajo la sombra de un árbol en el jardín trasero del instituto. Pero no estaba solo. Junto a él estaba Jonna. Ambos observaban las nubes en el firmamento, como si fuesen la cosa más interesante del universo, y buscaban formas en estas.


—Ah, mira —dijo Eith, señalando con la mano—. Esa parece un pez.


—Sí, lo parece —respondió Jonna, sin muchas ganas—. Aquella se ve como un conejo —señalo.


—Sí.


Ambos suspiraron hondamente.


—Oh, aquel tiene la forma de un gato —retomo la palabra Eithan—. Un gato con su amiguita gata, pegada a su pata —dijo con desprecio.


—Aquella es un Buhito —hizo una mueca—. Un buhito besándose con su profesor Búho, sin portarle que le acaba de romper el corazón a otro Búho que lo quiere. Buhito insensible.


—El gato ni se da cuenta que está dejando de lado a su otro amigo gato, por esa gata. Pero de seguro lo hará y volverá con su amigo.


—El Buhito trata mal ese otro Búho que lo quiere. Aunque no es que el Búho lo odie, pero… ¿Por qué son su profesor? Si, es un Búho muy sensual pero, ese otro Búho también tiene lo suyo.


Hubo silencio por varios segundos. Entonces ambos volvieron a suspirar hondamente.


Repentinamente, Eithan se giro, quedo de lado y observo al rubio que yacía junto a él. Ante ese gesto, Jonna no tuvo más opción que también girarse y observar al oji-gris de media coleta. Se vieron a los ojos durante unos instantes antes de que Eithan hablara una vez más.


—Jonna, quiero preguntarte algo. Espero que seas completamente sincero al responder —el de ojos caramelo se encogió de hombros.


—Dispara.


—Liam jamás dejaría de ser mi mejor amigo, ¿verdad?


Antes, si Eith le hubiera hecho esa misma pregunta, Jonna le hiciera respondido que sí, que dejarían de ser mejores amigos, solo para molestarlo un poco. Pero ahora las cosas eran diferentes. Will estaba demasiado ilusionado con la estúpida de Alessa, e ignoraba todo a su alrededor cuando estaba con ella. Así como sucedía cuando estaba con Eithan, antes.


—No lo sé, Eith —respondió con sinceridad—. No sé que pueda pasar de ahora en adelante.


Observo la mueca adolorida que hizo el peli-negro. Quizá hubiera sido un poco divertido verlo hacer esa expresión cualquier otro día, pero ahora él sentía igual o peor que el oji-gris en ese momento.


Patético.


Patético que se sintiera de esa forma por un chico al que casi no conocía y que este parecía detestarlo, además de que estaba involucrado con su profesor de Historia Universal. Dio un bufido lamentándose de sí mismo.


 


Cristal caminaba con una sonrisa en el rostro, y dos botellas de agua en las manos. Ella tardeaba una canción mientras avanzaba por la gramilla del jardín, con destino hacia el árbol bajo el que reposaban sus dos tontos amigos.


Desde Kilómetros de distancia podía observar esa negra aura que ambos desprendía. Ella había querido animarlos, pero nada había funcionado. Eithan, demasiado deprimido con la nueva amiguita zorra de William. Y Jonna… no tenía idea de porque Jonna se veían tan lúgubre. Había preguntado pero el rubio no quiso decir nada.


—Tengan —dijo ella llegando a su destino. Dejo caer las botellas de agua pura, las cuales les dieron en las sienes a ambos chicos. Ellos se quejaron y maldijeron en voz baja.


Bien, la castaña sonrió, misión cumplida.


—Cris —hablo Eithan, luego de darle un largo trago a la botella de agua. La chica había tomado asiento justo en medio de ambos chicos—. Will y yo volveremos a ser esos mejores amigos tan unidos de los que siempre hablas, ¿no es así? —necesitaba escucharlo de alguien más y no solo de su voz interior. Aunque esta ayudaba igual que Jonna respecto a sus dudas.


—Por supuesto. No tengas miedo de que la zorra de Alessa te lo pueda quitar. Pronto él solo se dará cuenta de la clase de arpía que es. Entonces volverá corriendo a tus brazos.


El oji-gris sonrió levemente y luego asintió.


Después de haberse remojado el rostro en los baños y decirse a sí mismo que debía apoyar a su mejor amigo en sus decisiones, decidió buscar a Cristal y hablar con ella de lo que le preocupaba. La verdad es que ella era una chica muy confiable, por lo tanto hablo sin pelos en la lengua de todo lo que cruzaba por su mente. Le pidió su opinión y que debía hacer para alejar esos pensamientos, y sobre todo, como demostrarle a Will que podía contar con él en cualquier decisión futura.


Cris lo había escuchado en completo silencio y con total atención.


Y luego, cuando Eithan al fin dejo de hablar y le dio la palabras, ella le dio un puñetazo en el estomago el cual lo dejo sin aliento.


—¿Agradable en personalidad? —le cuestiono luego—. ¡Ella es la más grande zorra de la vida! ¿¡No puedes enserio no hacer nada para separarlos!? ¡Siento que se retuercen los intestinos de solo verlos juntos! ¡Aaahh!


No, Eithan no iba a hacer nada. Por lo cual se gano otro golpe por parte de su amiga. Luego le soltó una retahíla de insultos que describían perfectamente, según ella, a Alessa. Lo cual hizo que el oji-gris frunciera el entrecejo, pues Cris le dejo muy claro que esa tipa no tenía nada de agradable y que sin duda, estaba actuando frente a Will. Eith le creyó. Pero aun así no iba a hacer nada para separarlos.


Si Alessa era tan zorra como decía Cris, Liam tenía que darse cuenta por sí mismo. Debía dejarlo vivir esa experiencia, aunque quería alejarlo de esa chica plástica. Porque estaba seguro que si llegaba y le decía a Liam la clase de persona que Alessa era, se molestaría con él. Lo mejor era dejarlo y que él lo descubriera. Si lloraba desilusionado, Eithan se dijo que estaría ahí para él, incondicionalmente.


Pero la verdad es que tenía mucho miedo de que su mejor amigo le fuera completamente arrebatado por esa chica. Temía perderlo, pero creía en las palabras de Cristal. Liam regresaría a él.


Pero, ¿y si terminaba completamente enamorado de ella? ¿Y si no se daba cuenta que toda ella junto a él, era una mentira, una actuación?


No quería pensar en ello. Pero no podía evitarlo.


Cris noto su semblante triste y fue como si fuera capaz de leer su mente y entender que era lo que cruzaba por la cabeza del chico. Ella suspiro.


—Pero si se tarda demasiado en volver a ti. Bien podemos ir y traerlo de vuelta a la fuerza. No hay nada que un buen par de derechazos no resuelvan.


Eithan lucio indignado y molesto.


—Jamás permitiría que lo lastimaras —aseguro.


—Oh, no. Los derechazos serian para la zorra de Alessa.


Jonna, quien se había mantenido al margen de la conversación, mostro los pulgares hacia arriba en señal de apoyo. Eithan no pareció del noto disgustado con la idea. Es más, bien se le antojaba darle un par él también. Estúpida, ¿Cómo se atrevía a engañar a su mejor amigo?


—Y dejando a Eithan y sus problemas amorosos de lado —retomo la palabra Cris—. ¿Te dignaras al fin, de decirnos porque tu aura luce tan tétrica? Y no me digas que también es por Will, porque ni tú te lo crees —dijo ella, clavando su ojos castaños en Jonna.


Él desvió la vista.


—No sé de que hablas.


—Ay, por favor —ella lucia exasperada—. Ah, como sea. Si no quieres soltar la lengua haya tu. Nosotros solo queremos ayudarte pero si no quieres, sufre.


Jonna hizo un puchero.


—Eithan —hablo él—. No podemos solo quedarnos y lamentarnos. Si me estoy lamentando, sufro —dijo y saco la lengua viendo hacia Cris e impidiendo que esta dijera algo. Ella solo sonrió—. Hay que irnos de putas.


Cristal abrió los labios y frunció el entrecejo, indignada completamente.


—No hablas enserio, ¿verdad? —cuestiono la castaña.


—Oh, claro que sí —sonrió. Aunque su sonrisa no era muy alegre—. ¿Tú qué dices, Eith? Conozco un Bar excelente y nos dejaran entrar. He ido ya varias veces y el guardia de la entrada me conoce.


Eithan estaba igual o más indignado que la su amiga.


—No —dijo de inmediato.


Jonna suspiro hondamente.


—Que aguafiestas.


—Que tú seas bien puto, no significa que Eithan también vaya a serlo —Eith, Jonna y Cristal dieron un respingo ante la voz que se escucho a sus espaldas.


Los ojos color caramelo del rubio se posaron sobre los celeste hielo de Julian. Se observaron unos instantes y luego Jonna se levanto de la gramilla y se marcho sin decir nada. Julian, sin despedirse del oji-cris y la castaña, salió corriendo detrás de él.


Cristal alzo las cejas a la vez que una sonrisita se formaba en sus labios.


—Vaia, vaia —dijo ella.


—¿Qué? —cuestiono Eithan.


—No, nada.


El chico la observo unos segundos y luego se encogió de hombros.


 


—Jonna, detente —ordeno Julian detrás él. El rubio lo ignoro y continúo su camino—. ¡Te estoy diciendo que te detengas! —lo tomo del brazo y tiro de él.


Jonna se giro y se soltó bruscamente del agarre.


—¿Qué rayos quieres? —cuestiono molesto.


—Hablar contigo.


—Pues yo no quiero.


—¿Ah, no? recuérdame ¿Quién era él que estuvo siguiéndome una semana completa alegando que quería hablar conmigo, que quería que fuéramos amigos? —cuestiono con los brazos en jarra sobre su cintura.


El rubio torció los labios.


—Ni idea — dijo, como quien no quiere la cosa. A Julian le dio un tic en el ojo izquierdo. Tuvo que suspirar hondamente para tranquilizarse, o sentía que le daría algo. O golpearía algo. A alguien. A Jonna—. Me largo.


—Tú te quedas ahí —ordeno con los brazos cruzados sobre su pecho y el entrecejo más fruncido que antes. Luego reacciono que estaban en un lugar público—. Bueno, no ahí… Sígueme —comenzó a caminar.


Jonna no estaba dispuesto a hacer lo que el peli-negro quería. Pero entonces Julian le dirigió una mirada matadora, de demonio puro. No pudo evitarlo y se odio a sí mismo por sentir como toda la sangre se le iba a la entrepierna. No tuvo más opción que seguirlo.


Mientras caminaban, hacia Jonna no sabía dónde, no pudo evitar pensar que quizá y Julian iba a decirle que lo que vio el día anterior, no era como había pensado en un principio. Que todo era un malentendido. Pero, de todos modos, ¿de qué le servía que Julian le dijera eso? El de ojos somnolientos parecía detestarlo y lo peor era que Jonna no sabía porque. Era obvio que, incluso si no tenía nada con el profesor Evan, una relación con él era lo último que pasaba por su cabeza.


Suspiro hondamente.


—Aquí —Jonna se detuvo y observo el lugar que Julian indicaba. No pudo evitar que una gotita de sudor bajara por su sien.


—¿El armario de limpieza? ¿Enserio?


—Solo entra —ordeno el peli-negro con los dientes rechinando.


Jonna ingreso, y luego Julian quien cerró la puerta detrás de sí. Una vez cara a cara en el pequeño armario, el rubio se cruzo de brazos y espero que el más bajito hablara.


—No le digas a nadie lo que viste —dijo.


—Ah. Entonces si tienen algo —su pecho se oprimió.


—Maldición, no —Julian estaba indignado—. Es un profesor.


—Un profesor jodidamente atractivo.


—¿Y eso qué?


—¡Hmph!


Julian suspiro una vez más. Ten paciencia, se dijo a sí mismo.


—Escucha. Obviamente malentendiste la situación…


—Si, como no.


—¡Solo cállate y escúchame! —grito en susurros. Jonna guardo silencio—. Si, Evan es muy atractivo pero, ¿y eso qué? No me interesa de esa forma. No te niego que es muy agradable hablar con él, y me permite dormir en su clase y luego me pasa los apuntes. Es muy amable. Pero solo eso. Como profesor, solo está ayudando a un alumno enfermo que lo necesita.


—Sí, se notaba que te estaba ayudando cuando yo entre.


—¡Por eso digo que lo estas malentendiendo! —Julian cerró los ojos con fuerza y se obligo a tranquilizarse o le daría otro ataque de cataplejía. Abrió los ojos nuevamente y continuo—. Tenía algo en el ojo, y él me lo estaba quitando.


—Oh, es la excusa más cliché de la vida


—¿Sabes qué? No me importa si me crees o no, yo se que digo la verdad. Solo te pido que no estés divulgando tus estúpidos malentendidos por ahí. Puedes perjudicarlo seriamente… él es una buena persona y no se lo merece.


Jonna se mostro seriamente molesto ante las palabras de Julian, con el entrecejo tan fruncido que sus cejas casi eran una sola.


—No sé qué idea tienes de la clase de persona que soy —dijo de forma seca—, pero no soy alguien que va por la vida divulgando secretos que no son suyos. Si hubiera querido decir algo respecto a ustedes dos, lo hubiera hecho en el instante en el que los vi.


Julian lo observo a los ojos durante unos instantes, y luego desvió la vista.


—Lo siento —susurro. Y Jonna alucino.


Casi se ponía a dar brinquitos de pura felicidad al escuchar a Julian disculpándose con él, además de que estaba levemente sonrojado. Se veía tan lindo, ¡Joder! ¡Su sus mejillas sonrojadas bien podían ser la octava maravilla del mundo! Pero se abstuvo, fue fuerte, no grito y trato de no demostrar lo que Julian provocaba en él.


«Estúpido y sensual enano malhumorado y escuálido», pensó divertido.


Se quedaron en silencio durante un par de minutos, minutos un tanto incómodos debido al lugar en el que se encontraban, y además de que ninguno sabía que más decir en ese momento.


—Oye —la voz de Jonna se dejo escuchar. Fue tan solo un susurro.


—¿Si? —Julian clavo sus ojos celeste hielo en él.


—¿De verdad no tienes nada con él profesor Evan? —Julian negó con la cabeza—. Es bueno saberlo —dijo, y sonrió. Fue una sonrisa muy sincera y radiante… bella.


Julian se sintió un tanto abrumado, por lo cual volvió a desviar la vista.


—aamm, yo... Solo eso quería decir. Me marcho —no espero ninguna respuesta por parte de Jonna. Se apresuro a abrir la puerta del armario y salir rápido para luego perderse en los pasillos.


—Quizá, por primera vez, no esté todo perdido —susurro para sí mismo el rubio, al verlo marchar.


Ah, se le había olvidado preguntar porque tenía que tener un horario de siestas. ¿Se debía acaso a esos periodos en lo que parecía completamente ido? Lo más seguro. Quería saber qué clase de enfermedad tenia Julian, pero la idea de que él mismo se lo dijera se le antojaba muy tentadora.


«Ah, que imbécil soy. Ya volví a caer».


Negó con la cabeza y se dispuso salir él también del armario de limpieza.


 

Notas finales:

Hasta ahí llego.


¡¡¡ZAAAAHHHHHHHHH!!! LSKJDFLASKJDFÑ


HEHEHE


La verdad es que tenía pensado echarle más tiempo al drama de Jonna y Julian pero, naah. Igual tengo otras cositas planeadas por ahí. Hahaha. No solo para ellos, si que para Liam y Eithan también… obviamente hehehe.


Si les gusto el capitulo pueden hacérmelo saber por medio de un comentario, es muy importante para mí el saber que opinan, pues los review son una fuente de inspiración hermosa.


Hasta luego.


Sayo. 


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