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Solo a tu lado quiero estar. por mariangel chan

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Notas del capitulo:

Hola!!! espero tengan linda semana.

Muchas gracias por leer y por sus comentarios.

Me gustaria mucho saber que les esta pareciendo la historia. Alguna idea haganmela saber que podria ser agregada en la edicion de los capitulos.

Paz y Besos Mariangel :)

CAPITULO 20

MI AVANCE

       La expresión de Naruto le confirmaba que no podía decir sus sentimientos tan a la ligera. Se golpeó mentalmente ¿Qué esperaba al decir eso? Se rio tratando de disimular la situación y el rubio lo miro confundido.

-Tu expresión es muy graciosa- se tapó la carcajada con la mano

-No hagas esa clase de broma, por favor- cerro la puerta dejando la cajita en las manos del otro. Sasuke guardo el regalo resignado; encontraría la oportunidad para entregárselo. –Te acompaño a la salida- ¿Porque en ocasiones se mostraba interesado y en otras era tan frio como el hielo? La noche anterior tuvieron una conversación tan agradable, porque no podía permitirle acercarse un poco más.

-¿Tienes algo pensado para hacer en tus días libres?- había decidido no rendirse. El menor levanto los hombros empezando a caminar.

-Lo de siempre, ver televisión, comer helado, limpiar mi apartamento y hacer algunos conjuntos- salieron del edificio.

-¿No te gustaría hacer algo diferente?- lo tomo por la muñeca antes de que se fuera camino a la tienda. El miro de mala manera el agarre y se soltó –Por favor Naruto, diviértete ¿Desde cuándo no lo haces?- Camino hasta su auto abriendo la puerta del copiloto una vez más.

-¿Por qué haces esto?- el rubio se paró firme; no podía permitir crecer una confianza, anoche se había pasado de la raya mostrándose tan amistoso con Sasuke.

-No estés a la defensiva. Entiendo, las cosas terminaron mal entre nosotros, pero fue hace mucho tiempo. Quiero remediarlo-

-¿Haciendo que?-

-Quiero volver hacer los amigos de antes- mintió.

-Eso nunca Sasuke. En serio crees eso posible, luego de todo lo que paso- Su corazón no paraba de latir; se sentía tan estúpido, al igual cuando tenía 16 años. El azabache se acercó; temía a perderlo para siempre.

-Solo inténtalo, no coloques muros, no volveré a cometer el mismo error- sus palabras sonaban sinceras, pero el rubio no sabía a qué se refería. –Te prometo que hoy te divertirás y si no es así- miro a todos lados buscando cualquier cosa –Correré desnudo gritando lo imbécil que fui-

-¿En serio?-

-Claro que no-Lo miro asintiendo con la cabeza. Trataría de arreglar las cosas, pero solo quedarían como amigos; se decía así mismo. Tenía que olvidarse de ese sentimiento por Sasuke, para siempre. Ahora Gaara era su novio y no merecía a un chico confundido…

       Naruto se metió en el auto cerrando la puerta, el otro se sorprendió felicitándose mentalmente; un paso hacia delante. Condujo a un lugar un poco lejos de la ciudad. En sus días libres aprovechaba para ir y sacar de su mente algún problema. De vez en cuando miraba de reojo al rubio, el miraba por la ventana con expresión aburrida.

      Estacionaron el auto y se bajaron. Varias murallas de diferentes tamaños se alzaban no muy lejos del estacionamiento, personas de todas las edades escalaban con esfuerzo.

-¡Sasuke! ¡Tenías un tiempo sin venir!- un chico de pelo blanco grito apenas lo vio. Ayudaba a un niño a colocarse el equipo de seguridad. Naruto se sorprendió al ver de quien se trataba.

-Suigetsu- saludo, el chico termino de ayudar al niño y se acercó a ambos -¿Te acuerdas de Naruto?- este lo observo igualmente sorprendido.

-¡Cuánto tiempo Naruto!- lo abrazo desconcertando al menor. Cuando estaban en el instituto no paraba de molestarlo ¡Porque ahora se comportaba de esa manera? El azache le pregunto si había escalado alguna vez y el negó con la cabeza.

      Suigetsu los acerco a una muralla no tan alta y ayudo al rubio a colocarse el equipo de seguridad. Este arqueo una ceja cuando observo al otro solo con un casco, le pregunto y rio respondiendo que estaba acostumbrado y no necesitaba la soga.

       Nunca había escalado, más bien, hasta ahora veía una de esas murallas solo las veía por televisión. Alzo su vista encontrándose a Sasuke en la punta de esta ¿Cuándo llego hasta allí? Parecía divertirse. Busco una piedra para sostenerse y empezar a subir pero le resulto más difícil de lo que parecía. El mayor bajo.

-¿Necesitas ayuda?-

-Puedo hacerlo solo- miro hacia abajo y ni siquiera iba por la mitad –Esto ya es personal- tomo aire y fuerza, buscando las piedras para seguir. Sasuke solo sonreía al verlo; se veía muy gracioso. Busco una muralla más alta y escalo.

      Así pasaron parte de la mañana cuando el rubio grito emocionado desde la punta de la muralla.

-¡Sasuke mírame!- el nombrado que llevaba su quinta muralla escalada lo observo -¡Estoy en la cima! ¡Soy el rey del mundo!- sonrió orgulloso; le había llevado tiempo, pero lo logro. El otro tapo una carcajada; Naruto siempre lo hacia reír. Se veía como un niño al celebrar aquel logro, se bajó y se acercó.

-¡Felicidades! Ahora baja- Naruto miro hacia abajo aferrándose a la punta.

-¡¿Cómo hago eso?!- Sasuke evito otra carcajada; le parecía tan tierno. Suigetsu lo ayudo soltando poco a poco la soga que lo sostenía, este piso el suelo alegre. -¡Me viste! ¡Me viste! ¡Hay que hacerlo otra vez! ¡Tengo que escalar una más grande!- los presentes rieron.

-Entonces podrás ganarme-

-Obvio que sí. Te reto- lo señalo. Sasuke lo miro con nostalgia; así recordaba a su amigo de la infancia, un chico alegre y seguro.

       Unas horas más tarde se quitaban el quipo entregándoselo al pelo blanco. Naruto inflaba las mejillas enojado por haber perdido, culpaba al azabache de hacer trampa y Sasuke solo lo provocaba con comentarios de ser un lento. Se despidieron y condujeron.

-Fue realmente divertido, nunca había escalado- el azabache asintió con una media sonrisa, el silencio se formó en el auto. Naruto miro por la ventana como se acercaban a la ciudad, miro el reloj; 2 pm –Suigetsu es un hipócrita- dijo como si nada.

-¿Por qué dices eso?-

-En el instituto no se cansaba de molestarme y ahora me saluda y abraza como si nada-

-Las personas cambian Naruto. Solo dejan ir el pasado- El rubio se mordió el labio, sabía muy bien como las personas cambiaban.

-Si lo sé, como tu- Este frunció el ceño, tomo el camino hacia el apartamento de este.

-Y como tú- el menor bufo.

-Si claro, fui yo quien cambio a sus verdaderos amigos por la popularidad o que se yo- el otro apretó el volante.

-Podrías dejar de recordármelo. Cometí un error y …-

-Un error que te costó mucho Sasuke y ahora quieres venir con tu cara de, no pasó nada, a tratar de curar heridas, que nunca cerraran- Naruto lo fulmino con la mirada; se maldijo así mismo por soltar información de mas ¿Por qué estaba enojado tan de repente? Sasuke freno de golpe, el rubio miro que habían llegado a su hogar.

      El mayor lo miro; si habían pasado un día tan divertido porque debían arruinarlo con esas cosas. El otro abrió la puerta.

-La gran diferencia, Naruto- este volteo su rostro para mirarlo –Es que yo no vivo en el pasado como tú- azoto la puerta y Sasuke arranco. Los dos terminaron molesto.

     Camino fastidiado a su apartamento. Como se suponía que arreglarían las cosas si seguían con esas indirectas; al decir verdad, fue el quien comenzó. Abrió la puerta tirándose al sofá.

      Pasaron los días libres y a la mañana siguiente se incorporó al trabajo. Tsunade le entrego los informes del desfile y se puso a transcribirlos para enviarlos a la oficina central. Sai lo recibió con un café y un panecillo de mantequilla como le gustaba. Tuvieron una larga conversación hasta la hora del almuerzo. Vio su móvil; Gaara no había escrito durante esos cuatro días. Almorzó y llego la noche.

      Fue al estacionamiento a buscar su auto y se asustó cuando Sai llego exhausto a su lado. La secretaria de Gaara acababa de llamar para informar la llegada del abogado. Naruto le marco varias veces sin éxito, tomo su auto y condujo a su apartamento.

        ¿Cuándo fue la última vez que vino? Se preguntaba frente a la puerta. Toco pero no hubo respuesta; se preocupó. Bajo la manilla percatándose que estaba abierta, el interior estaba oscuro y paso. El rubio miro a todos lados en busca de su novio y hasta grito su nombre, pero nada. Corrió a su habitación donde lo encontró acostado; respiro de alivio.

-Gaara ¿Por qué no me avisaste que habías llegado?- su antebrazo tapaba sus ojos, pero no duro mucho cuando se dio cuenta de unas lágrimas. Se acercó preguntando si estaba bien.

-Perdí el caso Naruto- dijo con voz ronca –Fueras visto su mirada. Él era inocente y lo condenaron a 20 años de cárcel, no pude hacer nada- Lo abrazo –El otro abogado falsifico unas pruebas, se veían tan reales que el jurado se convenció- siguió llorando en el hombro de su novio –Los familiares me culparon y me insultaron-

     Naruto se quedó esa noche junto a él dándole consuelo

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       El flash de la cámara invadía el estudio fotográfico. Deidara modelaba en el fondo blanco mientras era observado por los demás, el fotógrafo extasiado lanzaba comentarios para sentirse en el ambiente de la escena. Se sentó en un sofá a la vez que una maquilladora le retocaba el rostro; la información de su estadía por ese lugar se corrió muy rápido y su agencia en Europa no dejo de recibir trabajos, por eso tuvo que extender los días de su visita. Él estaba encantado, pasaría más tiempo con su amigo; todas las mañanas practicaba en el idioma y se le hacía un poco más fácil de entenderlo y hablarlo, pero palabras sencillas, si comenzaba hablar con alguien siempre terminaba perdido y disculpándose por no entenderlo.

      Dejo a la chica suavizar su tono de piel con un polvo. No podía dejar de pensar en Itachi; una semana entera paso desde el desfile, y desde esa vez no se atrevió a ir al hospital sino hasta que aprendiera el idioma. No podía ocurrir lo mismo, necesitaba hablar con el… Recordó el beso de hace 10 años, esa vez el menor fue dulce y solo lo abrazo sin decir nada más, él lo prefirió así ya que al día siguiente se devolvería a su país. Luego de todos esos años nunca se pudo olvidar del, intento buscarlo en las redes sociales pero fue como si no existiera.

      Le provoco un café con leche y una de las chicas se ofreció a cómpralo, pero quiso ir también. Aprovecho su descanso de 15 minutos y salió junto a la chica del edificio. La cafetería quedaba prácticamente al frente. Respiro hondo sintiendo el aroma a café recién hecho, se sentó en una mesa a charlar con la mujer mientras tomaba su bebida caliente.

        Reía por el encanto de su acompañante, estaba muy nerviosa por su presencia y acababa de confesarlo; estaba acostumbrado, pero las mujeres en un ámbito amoroso o sexual nunca le llamaron la atención. Tomaba su bebida con ambos manos mirando fijamente a la mujer, un chico pasó al lado de la mesa y no pudo evitar inhalar el aroma de la colonia dejado en el ambiente,  desvió la mirada hacia el mostrador: cabello largo y negro, alto, tez blanca. Esas características las podía tener cualquiera. Vestía una bata blanca, desde esa posición solo podía ver su espalda. La mujer le pregunto si estaba bien y el enfoco su mirada en ella avergonzado; se había olvidado que estaba allí.

      El hombre tomo su pedido y Deidara vio que se trataba de esa persona.

-Disculpa, pero tengo que hacer algo- se levantó saliendo del lugar dejando a la chica confundida, estaba tan distraído que había hablado en francés.

      Salió de la cafetería y vio a la derecha ese hombre vestido con bata caminar entre la multitud. Se acercó y tomo su hombro, este volteo.

-Itachi- El azabache lo miro de arriba abajo.

-Disculpe, pero no lo conozco- se dio la vuelta y comenzó a caminar.

-¡Claro! ¡Haz como si no me conoces!- vio cómo se alejaba y corrió para alcanzarlo, se le colocó al frente – ¿Porque siempre eres así? Te cuesta mucho saludar a un amigo que no has visto en 10 años, fuiste igual de frio en el desfile--

-Hola- sonrió -¿Feliz?- su sonrisa se desvaneció casi de inmediato. El rubio suspiro, siempre lo trataba así. Nunca logro que lo tratara como  Naruto ni siquiera como un amigo. Era una molestia para él. –Veo que aprendiste rápido el idioma-

-Solo es cuestión de practica- aparto su mecho de la cara –Itachi quieres ir a comer algo, ya sabes…- se rasco la nuca pensando en las palabras a utilizar –Como ir a comer algo, hablar de nuestras vidas- hablaba un poco más lento.

-De acuerdo, si con esto me dejas en paz lo hare- pidió su teléfono para anotar su número en él. El rubio miro su reloj; habían pasado más de 15 minutos. Le comento con rapidez que estaba trabajando como modelo en un edificio cercano. Itachi se despidió retomando el camino y Deidara quedo con su móvil en las manos viendo su espalda alejarse; tenía el número de Itachi, casi no brincaba de la alegría, pero antes de pensar en cualquier otra cosa se fue corriendo al edificio.

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     Quedo mudo en su oficina a primera horas de la mañana cuando su padre llorando por el otro lado de la línea le informo que su madre había tenido una caída por las escaleras y entro en estado de coma. Tembló y aguanto sus lágrimas, Sai entro a la oficina percatándose del aspecto pálido de su jefe.

-Señor Uzumaki ¿Se encuentra bien? Siéntese- lo guio hasta la silla donde lo sentó. Naruto miraba a la nada. Debía irse ahora mismo, sus padres necesitaban de su presencia. Le ordeno a Sai que cancelara sus trabajos y se fue a la oficina de Tsunade explicándole su situación, la mujer entendió y le dio permiso de viajar.

      Tomo un taxi; no estaba en condiciones para manejar. Le había pedido a Sai que después llevara su auto a su apartamento. Quería llorar; su padre le conto que todo era su culpa, estaban discutiendo cuando su madre enojada junto a la escalera dio un paso hacia atrás y se fue de espaldas, rodo piso abajo y cuando Minato corrió hacia ella, su cabeza sangraba. Llego a su apartamento tomando ropa y metiéndolo a un maletín.

      Necesitaba apoyo, aun temblaba. Necesitaba de alguien que lo tranquilizara y le dijera “Todo va estar bien” Saco su móvil marcando a Gaara. Últimamente estaban distanciados, luego de que perdiera el caso se enfocó más en su trabajo y en esas dos semanas después, solo se habían visto unas dos veces por dos horas. No contesto a la primera y ni a la segunda. No acostumbraba a llamarlo más de dos veces, pero esta era una emergencia… por fin contesto…

-Naruto, ahorita estoy muy ocupado. No puedo atenderte. Cuando pueda te llamo-

-Gaara mama tuvo un…- su novio le corto la llamada. Quedo en blanco, ahora si quería tirarse a llorar. Pensó en llamar a Itachi pero el tenia guardias en las noches y hace unos días tomo el turno de la tarde por la cantidad de personas enfermas.

      Miro a un punto fijo de pared para poder tragar ese nudo en su garganta. No importa, él podía arreglárselas solo, tomo fuerza y agarro su maletín. Un pensamiento le mostro a Sasuke y lo borro de inmediato… después de salir aquella mañana no volvieron hablar, ambos estaban molesto como para dar el primer paso, y para Naruto era mejor así.

       Abrió la puerta y se sorprendió al verlo agachado, este se levantó de sopetón escondiendo algo detrás de sus manos “Deja vu” pensaron ambos.

-Naruto yo vine porque…- se calló porque el rubio se le había tirado en los brazos, bajo su mirada y este trataba de esconder las lágrimas en su pecho -¿¡Estas bien!?- se sobresaltó. El menor no pudo resistirse a buscar calor humano, lo necesitaba. Necesitaba a alguien que lo apoyara en esos momentos.

-Mama está en coma- Sasuke no pudo creerlo –Voy saliendo para allá- se apartó cerrando la puerta, el otro vio sus ojos llorosos y quedo paralizado. No lo había visto llorar nunca, ni siquiera cuando lo humillo en el instituto y mucho menos cuando terminaron.

-Iremos en mi auto- Naruto se sorprendió y negó con la cabeza.

-¿Y tú trabajo?-

-Puedo explicar la situación. Kushina es como una segunda madre para mí. Nos necesita- el menor lo agradeció. Salieron y se montaron. Sasuke telefoneo a la jefa y ella comprendió. Tomaron la autopista para volver al pueblo donde estaban todos sus recuerdos.

-----------*-*---------

       Gaara hablaba por teléfono tomando su saco, salió del edificio subiendo al auto. Debía estar en los tribunales en media hora y para su mala suerte el tráfico era terrible como de costumbre, y para colmo una suave llovizna empezó a caer. Toco la bocina, veía como las personas caminaban por las aceras con sus paraguas. Miro su reloj; se le haría tarde. Mientras esperaba el semáforo en verde pensó en porque Naruto insistiría tanto en llamar, no tenía tiempo en esos momentos para atender su vida personal, sus clientes lo necesitaban.

       El semáforo cambio a verde y cuando se disponía a acelerar un chico se le interpuso, freno de repente. El chico de cabellos negros se disculpó y siguió su camino; se veía apresurado. Lo detallo y se trataba de Sai, no llevaba paragua y trataba de no mojarse con un bolso en su cabeza. Bajo la ventanilla y grito su nombre, el chico dio la vuelta.

-Te doy un aventón- el asintió y corrió hasta el auto, los carros de atrás tocaban las bocinas antes de que el semáforo cambiara a rojo. Sai se montó y el pelirrojo acelero.

-Gracias señor, me estaba mojando-

-Es nuestra cultura llevar un paraguas en el bolso- le sonrió y Sai suspiro una vez más.

-Debo ser un extraño. ¿A dónde va señor?-

-Me haces sentir viejo, voy a defender un caso. ¿Y tú?-

-Iré a la empresa- no paso mucho tiempo en que Gaara dejara al chico en la entrada, este le agradeció.

-Estoy para cualquier cosa que me necesites-sonrió y Sai se sonrojo; no podía ser más perfecto –Salúdame a Naruto- subió la ventanilla y arranco, Sai quedo confundido… acaso el señor Gaara no sabía del accidente, subió los hombros restándole importancia, entro a la empresa con un ánimo por la nubes.

      El abogado miro su reloj; iba tarde, pero que más daba

Notas finales:

Dato Curioso


La escena de la "cita" de sasuke y naruto no existia, simplemente el azabache soltaba aquellas palabras y Naruto se tiraba a el, terminando los dos teniendo sexo. Me parecio tonto que Naruto lo perdonara asi como asi y esto fue totalmente descartado, sin mencionar que apartir de aqui ya faltaban como dos capitulos para terminar la historia. Eso tambien fue cambiado.


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