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Solo a tu lado quiero estar. por mariangel chan

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Notas del capitulo:

hola!! Espero que esten de maravilla mis amores.

Muchas gracias por leer y por sus comentarios.

Mi internet es lento y por eso aun no he respondido sus comentarios, pero ya me pongo en eso.

Ya falta solo 3 capitulos para terminar TT_TT

Saludos y Cuidense :) Mariangel

CAPITULO 27

MI CONFESION

    Cuatro pares de ojos furiosos y con la necesidad extrema de una explicación se enfocaban en un Sasuke que se limpiaba la sangre de su labio y nariz. Deidara insistió en quedarse pero el azabache le pidió disculpas y le dio dinero para tomar un taxi y así regresar al apartamento. Solo asintió no muy convencido, pero su amigo debía resolver eso por sí mismo.

     Los cinco restantes volvieron al salón. Una vez cambiado, el matrimonio lo esperaba en los sofás de cuero, sus padres al contrario se mantenía de pie. Sasuke suspiro.

-Pido primero disculpas por lo ocurrido, no era mi intensión terminar la fiesta de esta forma-

-Explícanos que ocurre, Gaara no te hubiera golpeado si no fuera por algo serio- Kushina sacudía un pie por la ansiedad.

-Amo a Naruto, eso es lo que ocurre-  volvió a dejar escapar un suspiro –Mama, papa soy homosexual- la pareja Uchiha se mantuvo tranquila.

-Eso ya lo sabemos hijo- Fugaku no dejaba su expresión seria, esta vez el sorprendido era el menor.

-Sabemos todo lo que sufriste cuando Naruto se vino a la universidad-

-Y también lo que pasó en el instituto. Al principio pensamos que solo era una curiosidad de jóvenes pero…-

-Vimos lo feliz que te pusiste cuando te ofrecieron trabajo aquí. Tu papa y yo lo hablamos, y ambos estuvimos de acuerdo en esos sentimientos- sus padres no dejaban de sorprenderlo mientras el otro matrimonio se sentía perdido en esa conversación.

-Sasuke- la charla se vio interrumpida cuando Minato se levantó –Naruto tiene a Gaara-

-Pero sé que no es feliz. Cometí errores de la cual Naruto me odie pero sé que también siente algo por mí-

 

.

.

 

-Si quieres puedo llevarte- un grito interno opaco sus pensamientos, volteo para ver a Itachi; se veía aún más guapo sin la bata blanca y los lentes. Pero aunque se odiara y pensara que perdía la única oportunidad en su vida, decidió seguir con su plan; esta vez dejaría de lado su método de conquista y colocaría en su actitud un poco de resistencia, así se daría cuenta si en verdad el menor sentía por lo menos algo de simpatía.

-No gracias, iré en taxi- camino por el extenso patio buscando la carretera mientras se decía así mismo “Por favor no te vayas, por favor no te vayas, por favor no te vayas” Itachi ladeo su cabeza, en serio el rubio estaba molesto y le frustraba no saber la razón.

     Deidara miro por encima de su hombro para cerciorarse si el hombre lo perseguía y para su gran decepción no fue así. Itachi era difícil, nunca en su vida se había esforzado tanto para llamar la atención de un hombre, siempre se acercaban a él, embobados por sus atributos y nunca eso le molesto, al contrario sacaba mucho provecho. Pero… Itachi no, en ningún momento se vio afectado por su apariencia y empezaba a sentirse muy inseguro, no se había sentido viejo a su 30 años pero iniciaba a reprocharse  por culpa de ese doctor antipático.

     Por la carretera no pasaba ni un alma, parecía los típicos escenarios de un desierto. Un auto se paró y bajo la ventanilla. Itachi mostraba la primera hilera de dientes en una sonrisa.

-Gastaras dinero innecesario. Móntate- Deidara quiso abrir la puerta del copiloto de inmediato y lazarse a los brazos del azabache “Volviste” estaba inmensamente feliz, pero su cara representaba una expresión totalmente diferente. –Debes estar molesto conmigo- se soltó el cinturón de seguridad y salió de carro, dio la vuelta y abrió la puerta del extremo. Deidara murió y volvió a renacer.

-Gracias Itachi, pero no- comenzó a caminar.

-¿Por qué estas molesto? Discúlpame si hice algo que te disgustara, pero he pasado todos estos días pensando en qué, pero no se me ocurre nada- Su voz sonaba preocupada. –Solo quiero llevarte a casa- el rubio se hizo de rogar un poco y luego con una expresión aburrida acepto la oferta. Debía admitir que ver a Itachi sonreír lo hizo luchar con sus deseos carnales.

            El camino fue silencioso, Deidara cruzaba sus piernas y brazos intentando no meter la pata en su actuación de “Chico difícil” en realidad esa actitud no le iba para nada, y maldijo al azabache por hacer ver esa actitud tan fácil.

-¿Me vas a decir?- conducía con una mano mientras la otra la reposaba a un lado, quiso estirar su brazo y tomarla entre las suyas, constantemente debía darse golpes mentales para no arruinarlo. Itachi se mostraba interesado por primera vez y no podía perder esa oportunidad. -¿O es que acaso sientes vergüenza por lo ocurrido en el bar?- iba a responder cuando sintió sus mejillas arder, lo había olvidado por completo. La noche en la discoteca se le confeso de una manera extraña, quiso morirse o esconder su cabeza como los avestruces. Itachi soltó una risilla. -Me divertí mucho, esa noche- miro de reojo a su copiloto y espero algunos segundos sin recibir respuesta, el rubio seguía con su cara volteada y sus brazos y piernas cruzadas, suspiro -Podrías decir algo, por favor- sonó como a suplica.

Deidara trago grueso y deshizo su cruce.

-No estoy molesto- Itachi mostro una sonrisa de lado, si supiera lo aliviado que estaba al escuchar esas palabras.

-Eso me alegra oírlo, estaba preocupado que me dejaras de hablar- el rubio se sorprendía como el método de Naruto era súper efectivo. Solo por tratarlo con un poco de indiferencia Itachi había cambiado repentinamente con él. –Por cierto…- encendió la radio con bajo volumen –Me gusta mucho como te vistes. Me parecieron raros los días que te vestiste muy sencillo- “Si supieras que fue por ti idiota” –Tenia la necesidad de decírtelo- El modelo arqueo una ceja “¿Itachi está nervioso?”

-Gracias- volvió su vista a la ventanilla.

-¿Cuándo regresas a Paris?- ese día estaba muy conversador, eso le daba la idea de lo exitoso de su plan. Tendría a Itachi en sus brazos más pronto de lo esperado.

-En un par de semanas. Seré modelo en un desfile y luego volveré- respondía hacia la ventanilla.

-¿Qué harás el sábado?- apretó el volante -Te invito a cenar- otro grito opaco sus pensamientos ¡Itachi lo invitaba a salir de nuevo! Mantuvo una lucha consigo mismo durante cinco minutos; no sabía si aceptar o seguir con su actitud dura. Le daba mucha gracia que pareciera hecho un nervio mientras manejaba.

-Estaré ocupado, otro día- hasta el mismo se sorprendió de su tono tan frio. Pensó haber escuchado un golpe contra el volante.

-No entiendo, si no estás molesto porque no aceptas mis invitaciones- apenas entraron en la ciudad le indico donde debía dejarlo. El azabache se impaciento en recibir en una respuesta -¿Ya no te gusto? ¿Te interesa otro tipo?- Deidara esta vez no pudo evitar voltear su rostro y enfocar su mirada, el otro se detuvo en un semáforo y lo miro apoyando su brazo del volante.

-¿Qué te hace decir eso?-

-Respóndeme-  era obvio al demostrar sus sentimientos al menor, pero si lo sabía desde el principio…por que…. Por qué nunca le dijo nada al respecto. Deidara rio.

-Solo juegas conmigo ¿Cierto?- el otro lo miro confundido. El rubio mando su plan a la mierda –Si sabias que me gustabas ¿Por qué me tratabas tan frio? O ¿Por qué simplemente no me rechazaste?-  Ahora todo era claro. Itachi siempre jugo con él, supo de sus sentimientos y aun siguió con esa actitud tan frívola –Si no te gustaba, por lo menos debiste decírmelo. No, yo soy un estúpido, sabía que no te gustaba y aun así trataba de conquistarte- su pecho dolió. El semáforo cambio de color y las cornetas de los demás autos no tardaron en escucharse.

-Deidara, lo estás malinterpretando. Yo…-

-Pensé que si me esforzaba sentirías algo por mí y dejarías tus sentimientos por Naruto. Pero solo era tu forma de divertirte-

-Claro que no- los carros comenzaron atravesarlo e Itachi le importo poco –Nunca he tenido sentimientos por Naruto, discúlpame si te hice pensar eso, pero…-

-Claro, y luego como me porto indiferente comienzas a tratarme con amabilidad y preocupación, porque solo soy tu medio de escape- apretó su mandíbula -¡Porque simplemente no tuviste sexo conmigo y ya! ¡Te fueras evitado el jueguito del chico difícil! ¡Soy tan estúpido!-  

-No es así. Deidara, nunca he estado en una relación con alguien y sentía miedo…- lo corto la risa del otro. Abrió la puerta y se bajó comenzando a correr, Itachi iba hacer lo mismo pero ya era demasiado tarde.

     Deidara corrió y corrió apretándose el pecho. Dejo escapar unas miserables lágrimas. Nunca iba a lograr que Itachi sintiera algo por él. El solo era un juego, un medio de escape a su amor no correspondido. Lo peor era que si Itachi se le fuera insinuado sexualmente, el fuera caído como idiota enamorado… a lo mejor en estos momentos solo sería su compañía sexual… pero nunca sería algo más.

      Le saco la mano al primer taxi que vio y se montó con brusquedad, le indico la dirección y cuando pensó que ya no lo miraba, dejo escapar sus lágrimas. ¿Por qué dolía tanto amar a alguien?

 

----------*-*-----------

     Una taza de porcelana se quebró al ser impactada contra la pared. Gaara se mordía sus labios con mucha fuerza, camino hasta la nevera y saco una cerveza de lata. Se la bebió de un sorbo para luego tomar otra.

     ¿¡Por qué demonios su novio se acercó primero a Sasuke!? ¿¡Por qué le hecho la bronca a el!?

      ¿¡Que quería!? Que se quedara como un idiota al ver como ese imbécil de su ex le lanzaba indirectas ¡Ni hablar! Cualquiera fuera estallado. ¡Maldición! Lo peor del asunto era que Sasuke tenía razón “Aun tiene sentimientos por mi” Aun si Naruto se lo negara, eso era mentira.

     Se terminó su segunda lata de cerveza y la tiro al suelo, tomo otra. Ahora por culpa de ese miserable, había abofeteado a Naruto, ver esa expresión le partió el corazón ¿Cómo se atrevió a golpearlo? Se jalo los cabellos.

No sabía en qué preocuparse o airarse más…

      Pero si Naruto ya no sentía nada hacia el ¡POR QUE COÑO NO SE LO DECIA! Dios mío estaba tan cabreado y lo único que lo haría feliz aunque fuera por unos minutos seria partirle la boca a ese imbécil, porque cuando estaba a punto de hacerlo se lo impidieron, ni siquiera los pocos golpes dados lo calmaban.

Alguien toco la puerta de su apartamento.

-¡NO HAY NADIE! ¡NO VENGA A JODER!- su fachada de hombre serio se había ido por la borda. Si sus compañeros lo vieran, sería una decepción como abogado ¡A la mierda! Él también era una persona normal con sentimientos, y tenía todo el derecho. Estaba cansado de mostrar un lado amigable. Tomo otra cerveza y se dejó caer en el suelo. Los golpes en la puerta no dejaron de sonar y él se volvió a jalar los cabellos.

-¡DEJAME EN PAZ!-

-Gaara, soy yo- la voz de Sai sonaba tan dulce como siempre, se levantó dando grandes zancadas hasta la puerta, la abrió y el otro dio un paso hacia atrás sobresaltado.

     El azabache miro de arriba abajo al mayor. Su corbata a media aflojar, su camisa abierta dejando ver sus abdominales, la correa casi cayendo de las hebillas del pantalón y su cabello todo alborotado. Aun sus ropas seguían algo mojadas

-¡Oh! E-eres tu… Sai- alzo la lata a la altura de su frente –B-brindemos, acompáñame- lo jalo de la muñeca hacia dentro.

-Gaara cámbiate, pescaras un refriado- el lugar se sentí frio- Cálmate, deja de beber- el joven trato de quitarle la lata, este se la bebió de un tiro y lanzo el aluminio contra la pared.

-¡QUE ME CALME! ¡QUE ME CALME!- Sai coloco el índice en sus labios pidiendo que bajara el volumen de su tono de voz. Gaara formo una mueca y fue hasta la nevera para tomar otra lata –Sai ¡Mírame!- los efectos del alcohol comenzaban a subírsele a la cabeza; se consideraba más resistente a la bebida, pero esa noche quería comportarse como un maleducado -¿A-acaso…. soy u-u-un mal hombre?- arrastro las palabras.

-Gaara por favor siéntate, deja de beber. Te preparare algo para cenar- lo tomo del antebrazo para guiarlo al sofá, este cayo boca abajo.

-T-tu V-viniste- se sentó y atrajo al chico para que se sentara a su lado; olía a alcohol –Se supone que es mi n-n-novio el que d-d-debería estar a-aquí- Sai se levantó yendo a la cocina; prepararía un caldo de verduras, monto la olla en fuego mientras buscaba algunas verduras en la despensa. Gaara se le acerco por detrás cuando picaba la zanahoria –D-dime la v-verdad, soy un m-mal hombre-

-No lo eres- suspiro –Eres un hombre increíble- sintió un aliento gélido en su cuello, se mordió los labios.

-Y si lo soy ¿P-por qué?- Gaara empezaba a sentir un golpeteo en su cabeza –T-tu m-mientes- lo pico por la espalda varias veces –Eres un mentiroso Sai- inflo sus mejillas.

-No lo hago, juro que a cualquiera le gustaría tenerte como novio- se enfocó más en su labor de cortar las zanahoria. Gaara tomo otra cerveza, el azabache forcejeo para que la soltara pero al fin y al cabo no funcionaria. Paso alrededor de 30 minutos y durante ese tiempo Sai solo observaba al pelirrojo llenarse de cervezas, el piso estaba cubierto de las latas.

-Soy el peorHip novio del mundo, loHip abofetee- su mirada estaba húmeda y perdida –Naruto no meHip quiere… Sai- lo señalo, el solo se mantenía tranquilo en una silla de al frente –Eres un granHip amigo. Te quiero muchoHip- el pelirrojo se levantó pero tambaleo cayendo al suelo, este se empezó a reír –Todos estos añosHip y no le causo ni loHip más mínimo que le causa eseHip imbécil- se dejó sentar en el suelo. Sai lo ayudo a levantarse y lo guio hasta la mesa, le sirvió un plato de caldo, pero él se negó.

-Por favor come- se tapó la boca cuando Gaara tiro el plato al suelo.

-¡NO QUIERO NADAHIP, DEJAME SOLO!- golpeo la mesa varias veces. Sai no sabía cómo tratar la situación y no podía evitar odiar un poco a su jefe por hacer sufrir a la persona de quien estaba enamorado, verlo en ese estado de borrachera y enojo cuando Gaara no acostumbraba hacer así. Apretó sus ojos al sentir como el mayor lo tomaba por la muñeca y lo sacaba a la fuerza de su apartamento.

-Gaara espera, por favor, cálmate- en vez de abrir la puerta y sacarlo, lo estampo contra una pared colocando ambos brazos junto a su cabeza.

-¿QuéHip quieres Sai? No vez queHip estoy mal- lo dijo casi en un susurro, el menor abrió sus ojos al ver como a su amado le surcaban lágrimas, sintió un gran dolor en su pecho. Odiaba verlo así, dolía mucho ¿Qué podía hacer?... Gaara dejó caer su frente en su hombro –Vete, por favor déjameHip solo-

-No te puedo dejar solo-

-¿Por qué?- Sai respiro hondo, tomo sus mejillas en sus manos y levanto su rostro.

 –Yo…Yo- sus miradas estaban firmes. A pesar de verse tan devastado Gaara seguía siendo tan atractivo. Su corazón latía a gran velocidad, sus sentimientos estaban a flote –Yo te amo- dejo de respirar sin dejar de mirarlo. Las mejillas del mayor se sentían calientes al tacto de sus palmas.

-De acuerdo- fueron las únicas palabras que dijo antes de comenzar a besarlo. Sai quedo en blanco ¡Gaara lo estaba besando! Correspondió casi al instante; sus besos sabían a cerveza. Enredo sus manos alrededor de su cuello parándose de puntas. Ese abogado besaba muy bien, abrió ligeramente la boca para sentir su lengua, sintió como su cuerpo dejo de responder y solo se dejaba llevar por esa cercanía.

      Gaara se apartó y lo jalo del brazo hasta su habitación. El menor tembló al ver la cama con sábanas blancas ¿Acaso… se sentía fría la cama cuando su espalda desnuda la toco, el mayor no dejaba de besarlo y de quitarle la ropa. Sintió mucha vergüenza al verse totalmente expuesto con una erección. El otro se quitó la corbata y la camisa quedando solo en pantalón, Sai se mordió los labios; era tan sexy. Una mano se deslizo en su pecho al mismo tiempo que bajaban dejando un camino de besos; comenzó a temblar, no sabía si por el frio o por sus nervios de ser la primera vez. El simple hecho de pensar que su primera vez seria con él, le dejaba de importar donde fuera y como fuera.

     Una mordida en su labio inferior y una mano en su miembro lo hicieron gemir. Se tapó la boca avergonzado. Observaba a Gaara con un semblante serio a pesar de la poca iluminación de la habitación, lo tomo de la cadera y lo puso encima del, el mayor relajo su espalda en el respaldar de madera de su cama y se desabotono el pantalón para sacar su pene, su pantalón ya estaba lo suficiente seco.

-Espera…- Sai controlaba sus deseos al notar como las manos del mayor manoseaban su trasero –S-soy virgen- Gaara se sorprendió, el menor anhelaba escuchar algo de sus labios pero solo se limitaba a algunas expresiones. Volvió a estar acostado boca arriba, vio cómo su amado se lamia tres dedos hasta dejarlos bastante húmedos. Una pequeña incomodidad le hizo soltar un chillido, un dedo se movía en círculos dentro, el otro veía como el menor hacia muecas de dolor. Saco el dedo y se estiro a una de las mesas con cajones al lado, de allí saco un lubricante. Sai tembló.

-Relájate, mientras más relajado menos te dolerá- el trabajo con lubricante no fue sencillo, Sai aunque quería disimular su dolor Gaara lo sabía, y como pudo lo preparo hasta asegurarse de que estuviera suficiente dilatado. Se masturbo para volver a retomar la erección y busco en el cajón un preservativo. Tomo a Sai nuevamente de las caderas y se lo coloco encima, poco a poco lo fue bajando. El chico gimió al sentir la punta.  Lo beso dándole pequeñas mordidas para poder apaciguar un poco el dolor de la intromisión, el resto fue más sencillo. El chico no paraba de gemir tomando el control de los movimientos y aferrándose a sus hombros.

     Gaara solo pensaba en su placer, el alcohol se le iba bajando y cada  vez tenía más conciencia de lo que estaba haciendo. Estaba teniendo sexo con su amigo y asistente de su novio. Pero el interior de ese azabache se sentía tan jodidamente bien, lo apretaba. Cambiaron de posición para tenerlo más expuesto, lo volvió a penetrar esta vez el llevando el control absoluto, Sai no paraba de gemir mordiendo las sabanas; las embestidas eran profundas y fuertes. Iba a explotar en cualquier momento de todo el placer, el pene en su culo tocaba un punto exacto que lo hacía enloquecer. Ambos se corrieron.

      Miro los cabellos negros que dormía a su lado dándole la espalda, los acaricio. Su corazón latía muy fuerte. Hace mucho que no se sentía de esa forma al tener sexo, no con Naruto. Deslizo sus yemas por esa espalda; además de ser delgada, era muy pálida. Miro un lunar cerca del hombro y sonrió; era un lindo lunar.

      Cuando dejo de detallar la espalda cayó en cuenta en las condiciones en que estaba. Las sábanas blancas arrugadas, tapaban sus desnudeces.

       Fue infiel, paso el antebrazo por su frente mirando el techo, fue infiel, se lo repetía. Se dejó llevar por el momento, ese chico se le confeso, encima estaba borracho y para colmo dolido, una mala combinación… un balde de agua fría se dejo caer.

¡Fui infiel maldita sea! Dejo escapar unas lágrimas.

----------*-*----------

     Los días transcurrieron y una vez más Sai revisaba su móvil, desde ese día había perdido contacto con Gaara y no pudo ir a su apartamento por lo ajetreado de su trabajo. La revista estaba en su fecha de publicación, además del desfile, la cual su jefe estaba muy estresado.

      Esos días evito quedarse a solas o por lo menos enfrentarle la mirada. Ni siquiera podía hablar sin ponerse nervioso ¡Por los cielos, se había acostado con su novio! Obvio que le iba a despedir. Su estrés iba en aumento; Gaara no lo llamaba, Naruto estaba muy estresado y le exigía a niveles sorprendentes, solo tenía cuatro horas de sueño encima por esos días y para colmo, estaba preocupado de ser despedido o peor aún, ser golpeado por su jefe.

      Se recostó en el marco de la puerta cerrando los ojos por un minuto. Estaba muy agotado; el café era su mejor aliado en esos días.

-¡Sai!- abrió sus ojos de golpe corriendo hacia el taller. Naruto estaba junto a un maniquí con muchos alfileres en su boca, un grupo de asistentes lo ayudaban a confeccionar. Apenas sus diseños fueron aprobados se puso como loco. – ¿Pediste la piel de leopardo?-

-Llegara en dos días-

-Necesito un café con doble carga en cinco minutos- el joven asintió corriendo hacia la cafetería más cercana del edificio. Regreso faltando poco para cumplirse los cinco minutos y se lo entrego, el rubio tomo e hizo una cara de asco – ¡Le falta azúcar! Sabes cómo me gusta, Sai- se disculpó, debía tener paciencia su jefe estaba pasando por un momento muy difícil en su vida y más cuando se enterara que su novio le fue infiel con él.

     Su móvil sonó; debía arreglar algunos asuntos del desfile y eso prácticamente le llevaba todo el día pegado al móvil. Volvió hacer llamado por Naruto.

-Trae la seda que encargue- bajo al depósito y volvió a subir -¿Qué es esto?- tomo la seda entre sus manos, Sai le recalco lo obvio – ¡Te dije que era seda color azul eléctrico, no azul rey! ¡Lo has arruinado!- le lanzo la seda en la cara.

-¡Naruto, cálmate!- Lady Tsunade entro al taller, los encargados veían la escena y apenas observaron entrar a la presidente volvieron a sus tareas. Sai tenía muchas ganas de llorar, recogió la seda del suelo y la miro con horror –Se volverá a pedir la seda azul eléctrico, Sai solo cometió un error-

-Un error que me puede costar un conjunto- El rubio se le acerco –Sai si sigues así, significaras una carga para mí, será mejor entonces que no sigas en este trabajo- hablo con un tono superior. El menor cerro sus ojos con fuerza… listo… fue despedido.

-Señor Uzumaki, discúlpeme no volverá a pasar- Lady Tsunade abrió su boca ¿Qué rayos le estaba pasando a su pequeño diseñador? Vio como el asistente bajaba su rostro tratando de calmar sus temblores, miro a Naruto que volvía a poner su atención en el conjunto.

-Por favor retírate, Sai- 

-Si estas teniendo un mal día, no es justo que te desquites con tu asistente –Lady Tsunade detuvo al chico y luego con paso firme le corto el trabajo al rubio -Y si no puedes con la presión entonces no necesito personas como tú en mi empresa, es mejor que seas tú, quien se retire- Naruto abrió sus ojos posándolos en la rubia, sus palabras eran muy serias.

    Sai se aferró a la tabla entre sus brazos. Hasta allí pudo aguantar el joven azabache, su cuerpo le paso factura y las luces se le fueron cayendo al piso. Todos los presentes gritaron.

 

 


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