La manada fue completamente amable con él, aun cuando se acercaban dudosos de que fuera capaz de concebir de una raza opuesta a la suya los convenció dejando acariciar su vientre en el cual muy difícilmente se podía sentir algo, los lobos se emocionaban después de acariciar como si tuvieran la experiencia de la partera para saber diferenciar el vientre de un embarazo tan joven, YoungJae estaba tan feliz, a pesar de ser un poblado tan alejado de la civilización guardaban un color único en sus corazones, las hembras le decían lo celosas que estaban por que ganará el corazón de DaeHyun así que si de por sí ya era un gatito con los humos muy arriba, ahora se sentía de la realeza misma.
Hana fue tan amable que lo acompañó hasta la cabaña del alfa después de mantenerlo sano y salvo omitiendo lo muy bien alimentado que fue por cada loba, al despedirse en la puerta y entrar al hogar que iba a crear con DaeHyun encontró a los dos alfas en silencio sentados en la mesa cercana a la cocina esperandolos, el pensamiento de que tal vez tardó mucho se desvaneció al ver el rostro de su amado perro pulgoso.
—¿Pasó algo? —Los alfas se sorprendieron por aquella reacción tan rápida para captar el ambiente — Soy hijo de un alfa ¿saben? No me traten como cualquier gatito ingenuo.
—Disculpa YoungJae, no quería hacerte sentir menos — YooChun le regaló una sonrisa mientras le señalaba el asiento frente a él, justo donde DaeHyun se sentaba a un lado — Ven con nosotros, hay algo importante que tratar.
—¿Pudieron contactar a mi padre? —YoungJae pensó que tal vez los tigres estaban tan disgustados que deseaban pelea más que nunca —.
—Contacte a tu padre en la mañana con el teléfono que tenemos en la guarida de los centinelas, el alfa YunHo estaba muy molesto, está totalmente en contra de la unión que hay entre ustedes dos — YoungJae giró su rostro para ver a DaeHyun quien le tomó la mano —.
—Aun si mi padre está en contra, los dioses me eligieron para estar aquí… estoy enlazado con Dae y tendremos un cachorro, ¡la partera me lo dijo! —YoungJae no quería llorar así que trago saliva aguantando el nudo en la garganta — Por favor no me entregue a la manada de los gatos… yo ya no pertenezco ahí.
—Tienes razón, tú perteneces aquí — YooChun le mostró de qué lado estaba — Pero tu padre está muy molesto, perdió un negocio de mucho dinero y tierras, me amenazó con mostrar una queja frente al consejo acusando a los lobos de secuestro y violación a su hijo, le dije que la unión ya fue aceptada por los dioses, sin embargo se negó a creer que estas esperando un cachorro.
—Como puede hacer esto, ese maldito alfa ¡Voy a tragarmelo de un bocado! — DaeHyun estaba descontrolado, pero con una mirada de su padre fue suficiente para que cerrara la boca y entendiera que estaba hablando del padre de su pareja—.
—Al presentar la queja, es nuestra obligación ir y demostrar que estás aquí bajo tu propia voluntad y que ambos esperan un cachorro — YooChun suspiró y observó a YoungJae — Se que es una vergenza pedir que te exhibas frente al consejo, pero sería una forma de resolver todo de forma más pasiva.
—Papá no puedo dejar que YoungJae se humille de esa forma frente al consejo de cambia formas ¡estoy en contra de eso! — DaeHyun abrazó a su pareja negándose a la solicitud de aquellos dos alfas — ¡los viejos siempre nos han odiado, estoy seguro que usaran esto para atacarnos de nuevo!
—¡Cierra la boca! — YooChun se levantó golpeando la mesa y haciendo crujir la madera, YoungJae asustado se sumergió más en el pecho de Dae aun sin entender nada de lo que sucedía — No vuelvas a hablar de eso.
YoungJae escucho los dientes de DaeHyun tronar por la presión con la que cerraba su boca, lleno de coraje e impotencia, aunque llevan poco tiempo de conocerse el gatito sabía muy bien que YooChun era incapaz de lastimarlo o tomar decisiones que lo pusieran en peligro, recordando a la gente del poblado que lo recibió con una sonrisa se sintió estúpido por no ser capaz de cuidarlos como miembro de la manada, si se negaba a ir ante el consejo incluso podrían acusar a los lobos de rebeldes… y todo acabaría.
—re — YoungJae habló contra el pecho de DaeHyun y empujó para darle la cara al alfa de la manada — ré, alfa YooChun.
—Se que es difícil, pero no olvidemos que es tu padre de quien hablamos, seguro solo esta asustado de que te tengamos contra tu voluntad, cuando escuche de su unión con tus propias palabras los problemas se acabarán — El alfa sonrió y eso tranquilizó a DaeHyun quien confiaba en su padre, abrazó a YoungJae dándole fuerza a sus palabras — preparare todo para la reunión con el consejo, tendremos que viajar varias horas así que descansen ambos.
DaeHyun y YoungJae se dieron un suave beso antes de levantarse de la mesa, caminaron a la habitación dejando el alfa YooChun en la cocina, el lobo cambió su expresión a una más dura dejando en claro quién era el alfa ahí, la sensación que recorría su cuerpo era la misma que aquella vez cuando su padre y los centinelas fueron guiados a cazar por el robo sin explicaciones de las provisiones de la manada, también la sensación cuando HyoSung le pidió acompañarlos dejándola sola, la vez que su padre fue llamado ante el consejo de los cambiaformas sin escolta, y no podía olvidar aquella vez cuando su hijo pidió permiso para ir a jugar con los cachorros de la manada y en realidad fue al lago fuera de los territorios de la manada sin protección donde casi termina ahogado si no fuera porque corrió con la más prisa que pudo al darse cuenta que su cachorro no estaba cerca de su vista.
Tal vez, el alfa YooChun sentía que había tardado en aprender el significado de esa sensación, ni siquiera sabía si era algo que los dioses le dieron, un carisma, un don, o era algo natural de los alfas, observó el mantel colgado cerca de la vitrina con las provisiones de su casa, extrañaba a su pareja enlazada más que nunca, desear el calor de los brazos
de alguien muerto era una cruel tortura, muchas hembras estaban dispuestas a llenar ese espacio, sin embargo cada que la idea pasaba por su cabeza la esencia de Hyosung recorría su cuerpo como la primera vez que se enlazaron, así que se hizo a la idea de dar lo mejor para proteger a su cachorro que era la prueba de su existencia en sus vidas, cuando fuera el momento se unirían en la eternidad que los dioses les dieran.
DaeHyun observó a su pareja que en en cuanto entraron a la habitación se lanzó a la cama pidiendo ser acurrucado, el lobo no se negó y le acompañó en la cama abriendo los brazos para que el joven gato se acostara contra su pecho, entrelazaron sus manos sobre su abdomen observando el techo del cuarto que parecía muy entretenido en ese momento.
—Tal vez no me creas pero… mi papá es un buen alfa, si siente que estás en peligro o nuestro cachorro tomará medidas antes de que pase — YoungJae asintió sobre su pecho — Estaremos bien, iremos al consejo, explicaras todo y volveremos a casa — DaeHyun mencionaba todo lo que creía haría sentir mejor al gatito—.
—Es la primera vez que te vi tan desesperado, aunque tu padre parece saber cómo controlarte cuando estas así — Sonrió alzando su cabeza para verlo a la cara — ¿Por que odias al consejo? Hana y la maestra JiMin me contaron algunas cosas sobre la manada, el anterior alfa y tu madre… ¿Es por eso que los odias?
—Escucha, un día serás la pareja de un alfa así que te lo diré desde ahora, nunca confíes en esos viejos, no son los dioses y no pueden aceptarlo, son caprichosos y traicioneros — DaeHyun apretó entre sus brazos al menor — Me niego a la idea de llevarte pero si mi padre piensa que es lo correcto cedere, el sabe de estas cosas
—Las hembras me dijeron las características de un alfa… aun eres un cachorro Dae — El lobo gruñó al ser despreciado como hombre y atrapó al menor comenzando a hacer cosquillas — ¡asta, era una broma! — Reía con fuerza tratando de empujar al fuerte lobo que comenzaba a darle besos.
Las carcajadas y las palabras llenas de cariño llegaban incluso fuera de la habitación donde el alfa de los lobos escuchaba el inicio de la felicidad de su cachorro, tomó una decisión, esta vez no evitará la sensación, no abrazaría ningún cadáver más, un alfa capaz de proteger a sus hijos era capaz de proteger una manada.