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El fin del mundo y más allá por Ghost princess Perona

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Notas del capitulo:

Espero que les guste este capítulo...

“Hemos perdido a la mayoría entre los edificios, prepárate para entrar” me señaló. Estábamos cerca de un hotel con un estacionamiento subterráneo. Felizmente no se había hundido y podíamos pasar. Lo malo… “Tendremos que soltar la puerta artesanalmente.”

“Yo me encargo” salí por la ventana, disparando con mi arco hacia las estructuras que la sostenía. La puerta cayó pesadamente, deteniendo a los cadáveres. Entonces centré mi atención en los que todavía los seguían, tratando de utilizar toda mi puntería. Era mediocre con el arco, Izuna era el que sí tenía puntería. Objetivos fijos y una cara en medio de un mar de zombies podía alcanzar, uno en movimiento no tanto. Solté la flecha, que cayó en el hombro.

“Dame eso” Madara dio un giro brusco, quitándome el arco de la mano. Casi salí despedido por la ventana, lo que me hizo paralizarme por un momento. Él se adelantó con su espada desenvainada, cortando al primero. Gruñendo, abrí la puerta para seguirlo. Tras la batalla, resoplando, nos adelantamos hacia puerta de acceso. En silencio, abrimos y nos pusimos en guardia. “Está vacío”

“Eso es bueno” comenté, bajando la espada.

“Al contrario, es preocupante” siguió avanzando en guardia. “Hace poco tiempo esta zona estaba infestada, ¿Por qué crees que ya no están aquí?” entonces lo entendí. “Lo que me sorprende es que no estén ya en Konoha”

“Quizás han ido a alguna otra parte junto con los otros…” pero esa perspectiva también era preocupante. Algo más tenía que haberlos atraído, posiblemente un asentamiento más grande que el nuestro. Si era así y este caía entonces estábamos en problemas. “Echaremos un vistazo después, ahora hay que buscar un lugar donde pasar la noche a salvo… no sería mala idea buscar comida y agua también.”

“Traje mi cantimplora” me la mostró, entregándomela. “No es mucho, habrá que tomar mitad y mitad” volvió a buscar en sus bolsillos, esta vez sin éxito. “Supongo que tendremos que pasarla sin comer”

“Por favor, es nuestro aniversario” bromee. “¿Cómo esperas tener uno sin cena romántica?” me sonrió con más humor y comenzamos la búsqueda. Pronto regresé con un par de melocotones en las manos. “Estaban en un árbol.”

“Genial” comentó, levantando a un pobre par de gatos ensartados en flechas. “Se han reproducido como la peste desde el brote, igual que otros animales” se sentó en el centro del bar de hotel. “Comeremos carne esta noche” hice un gesto de asco. “Que no te de pena, has comido gato más veces de las que crees.”

“¿Cuándo? Espera, no quiero saber” me senté, observándolo desollar a los animales. Rebusqué a mi alrededor en busca de objetos inflamables. Me vi recompensado en la forma de una alfombra que estaba tirada acumulando polvo en una esquina. Le prendí fuego, calentándome las manos en las llamas.

“Ten cuidado, vas a incendiar todo” me comentó con cierta preocupación. Nos las arreglamos para no convertir el hotel en cenizas mientras disfrutábamos de nuestra repugnante cena. Bueno, al menos no era rata o conejo, cosas que comíamos en tiempos de vacas flacas. Las hambrunas en invierno todavía eran comunes, sólo que más cortas y fáciles de sobrepasar si medías lo que comías. Cogí una brocheta que se veía apetitosa. “Podemos fingir que es un fino manjar…”

“Es suficiente para mí con que estemos juntos” lo interrumpí, cogiendo su mano. Sus ojos se iluminaron de una manera adorable, lo que junto con el rubor de sus mejillas hizo que mi corazón latiera más fuerte. “Eres hermoso”

“No di…” un ruido en un armario detrás nuestro nos puso sobre alerta. Agarramos nuestras espadas, dirigiéndonos a la puerta. Con una seña, abrí la puerta y una de esas cosas se arrastró fuera. Llevaba un ajado traje y un maletín de oficina medianamente conservado esposado a la mano. De un movimiento fluido, Madara clavó su hoja en el ojo de la criatura hasta el fondo, destrozando su cerebro. El cuerpo se desplomó sobre el suelo, levantando una nube de polvo. “Ya está”

“Sabes, podríamos haberlo dejado encerrado” comenté, deslizándome hasta el suelo.

“Es de buena suerte matar unos cuantos cuando estás afuera” respondió, sonriéndome ladinamente. “Tranquilo” cogió la maleta, abriéndola para revisarla. “Hay papeles que de seguro podemos…” se quedó mudo de repente. “…”

“¿Pasa al…?” miré por encima de su hombro. Habían fotos de los zombies en diferentes partes y un email impreso acerca de efectos adversos de un medicamento. “¡Qué diablos!”

“Lo… lo mismo digo” de repente la noche cambió de tono completamente. Nos topamos con una mina de oro, una autentica fuente de conocimiento acerca de los inicios de esa plaga maldita que nos costó tanto. Incluso había una advertencia de que el virus había mutado para hacerse aeróbico dentro de los primeros inoculados. “Es… es…”

“Es un virus creado por la R-company” dijo él con total frialdad, enseñándome el símbolo en el inicio de página. “Al parecer su propósito original era fortalecer el cuerpo más allá de los límites humanos… crear supersoldados, si lo prefieres.”

“¿Tipo capitán américa?”

“Te golpearía por sonar todo freaky fan de Marvel si no fuera una descripción muy acertada” lo miré con mala cara. Él era tan fan de los comics como yo, sólo que prefería el manga… creo que eso se llama otaku. “La respuesta es sí, querían convertir a las tropas en una especie de réplicas por montón de capitán américa, pero algo salió mal… mal en plan Resident Evil” se cruzó de brazos, devolviendo los papeles al portafolio. “Por desgracia para entonces habían inoculado a batallones enteros… jamás tuvimos oportunidad.”

“¿Nunca?”

“Piensa, ¿quién podría detener esto?” sonaba muy divertido para ser algo tan serio. “Las fuerzas armadas quizás pudieran ponerles un alto, si lo habían bien, pero disminuidas no tenían oportunidad” suspiró. “Tampoco nosotros, que dependíamos de ellos… o los países que compraron esa medicina.”

“¿No la probaron antes?” pregunté, sin levantar los ojos del suelo. De repente nuestro aniversario se había convertido en todo menos romántico. Se nos habían quitado el hambre, la sed… incluso las ganas de intimar.

“Al parecer sí, y los resultados fueron excelentes… antes de que mutara” cogió un pinche de gato. “Vamos a necesitar fuerzas para llevar esto de regreso, así que come o te obligaré” me forzó a cogerlo y metió los condenados papeles dentro. Él mismo empezó a comer. “No puedo creer que hayamos encontrado esto.”

“Debe haber venido a encontrarse con un contacto de la milicia para ver qué había ido mal cuando… cuando todo empezó” trataba de no pensar en eso. La codicia iba a ser la perdición de la humanidad, había escuchado eso muchas veces, más no podía creerme lo real que podía ser. Una compañía… nos hundió una compañía.

“Infectar a las fuerzas especiales con un virus no identificado que no estaba totalmente probado… habrase visto” se levantó a buscar por la habitación, obviamente enojado. “Me pareció extraño que él estuviera aquí en primer lugar, que se marchara de improviso fue la…”

“¿Quién?” pregunté curioso. Durante unos segundos guardó silencio, pero luego suspiró y se sentó a mi costado. Parecía completamente agotado.

“Mi hermano, Haruka Uchiha” negó con la cabeza. “Desde que se alistó apenas lo habíamos visto, por lo que me sorprendí de encontrármelo en el supermercado el día anterior a que todo comenzara… ni siquiera le hablé, no sé si me notó” se pasó los dedos por el pelo. “Dios, debí haberle preguntado lo que estaba haciendo ahí.”

“No tenías por qué, podía ser cualquier cosa” me reacomodé más cerca de él en ese salón derruido, abrazándolo. Quería confortarlo mientras sabía se estaba culpando por la epidemia a nuestro alrededor. “Termina de comer ahora, tenemos que encontrar un lugar para dormir.”

“Claro” levantó otro pinche de gato, mordiendo sin ganas. “¿Hashirama?”

“¿Sí?”

“Lamento haber arruinado nuestra noche de aniversario” se disculpó, acurrucándose aún más cerca de él. “Debía ser una noche especial, si no hubiera encontrado ese…”

“Me alegro de que lo hayas encontrado” le sonreí. “Provee al menos unas cuantas respuestas a lo que nos hemos estado preguntando desde el inicio de esto” apreté mis brazos alrededor de él. “Y está más que bien pasar la noche acurrucados.”

“Sí… eso está bien” contestó tan feliz como yo.

Querido diario, mi día empezó prácticamente bajando al coche y atravesando una puerta para encontrarme con una manada de zombies. Suerte que teníamos un coche con el que atropellarlos. Ahora mismo estoy muy somnoliento para escribirlo todo, pero… voy a tratar por el bien de las generaciones futuras. Nos tomó bastante tiempo darle esquinazo a esos latosos antes de poder regresar a casa. Todavía teníamos una cola de perseguidores, más era notoriamente más delgada.

“¡Ahí vienen!” escuché en lo alto del muro, desde donde llovieron flechas para clavar a los muertos al suelo. Entonces las puertas se abrieron pesadamente, dejándonos pasar. Salí del coche con un suspiro, quitándome la banda que usaba para mantener a raya mi cabello.

“Demonios, aniya” Tobirama salió a mi encuentro, listo para golpearme. Retrocedí un par de pasos levantando las manos. Antes de que pudiera perseguirme, Madara se adelantó.

“Reúne al concejo, hay algo que deben ver” en la sala de conferencias rápidamente se reunió lo que podía ser el grupo de gente más influyente de la ciudad, por muy pequeña que Konoha pudiera ser. Pasamos por sus manos los papeles que hayamos en el hotel, sintiendo un poco de placer al ver la perplejidad en sus rostros. Durante un momento nadie habló, demasiado impresionados para saber qué hacer.

“¿Qué… qué significa esto?” preguntó uno de ellos. Era un representante de la parte civil de la aldea. Sabía que entre ellos todavía habían esperanzas de que las fuerzas armadas los rescatarían, aun tras tanto tiempo entre nosotros, pero esto realmente ponía fin a sus sueños de ser llevados a la tierra prometida. “¿No van a rescatarnos?”

“Aparentemente no” respondió uno de los gemelos Hyuuga, rodando los ojos como si fuera obvio. Aunque no lo culpaba, vivimos el suficiente tiempo aquí como para no albergar esperanzas en ellos. “Fueron los que propagaron la infección, así que…”

“¡Todavía deben haber algunos de ellos!”

“Sé realista, los que no fueron inoculados fueron enviados a luchar contra ellos y perdieron” comentó Hideyoshi, porque obviamente era el gemelo mayor, mirándose las uñas. “Lo único que nos queda es seguir con la vida como la conocemos y dejar de quejarnos por no tener lo que teníamos antes” le miró ceñudo. “¿O acaso tú y tu gente desean marcharse para ir en su busca?”

“Yo…” el hombre se estremeció. Su esposa y él eran los encargados de un segundo comedor junto con otros de su misma posición, uno que alimentaba diariamente a los guardias de la muralla, quienes debían comer rápido para volver al deber. “Creo que… podemos esperar un poco más… a estar seguros de que…”

“Admítelo, eres demasiado cobarde para salir” lo retó el Hyuuga, haciendo que se encogiera. No dije nada, a pesar de saber que era una injusticia. Hideyoshi era un guerrero consumado, el otro era… un cocinero gordo. “Bueno, supongo que deberíamos organizar una expedición para revisar la central de R-corporations o quizás algunas sucursales desde las cuales seguro que se distribuyó el virus.”

“Inconcebible” respondió Madara, fulminándolo con la mirada.

“¿Por qué no?”

“No hay ninguna sucursal en esta ciudad” señaló él con sinceridad. “Además no habría manera de revisar la central de esa compañía, está en Tokio. ¿De verdad quieres visitar un lugar como Tokio?” ahora era su turno de ser intimidado. “No tendríamos oportunidad.”

“Creo que este maletín será toda la información que tendremos” suspiré, dejando los papeles en la mesa. “Deberíamos centrarnos en la segunda barrera y los puestos de avanzada para los exploradores que estamos colocando” extendí un mapa delante de ellos. “¿Se han encontrado edificios en buen estado para ponerlos?”

“Sí, al menos tres entre el campo y Konoha” Tobirama se adelantó. Pronto quedó todo decidido. Nos retiramos, conmigo ansioso por estar con los niños después de una noche sin ellos. Pero alguien más no tenía la misma idea. Madara me empujó dentro de un closet oscuro, cerrando la puerta detrás de nosotros.

“Madara, ¿Qué estás…?” me callé al ver lo que quería. Al parecer alguien no estaba dispuesto a dejar que nuestra fallida noche de aniversario se quedara así y, ahora que ya había pasado el mal trago, iba a tener lo que quería. Debo admitir que no podía estar más de acuerdo. Ahora, escribo después de haber terminado con todo esto… todavía me preocupa lo que R-corporation, pero ahora un poco menos. Supongo que es por tener la cabeza en las nubes, con la persona que quiero a mi lado y mis hijos en el cuarto. No hay nada más que pudiera desear.

-Off-diary-

“Madara… creo que deberías…”

“No quiero detenerme. Pasamos nuestra noche de aniversario sin acción por culpa de esos malditos papeles que encontré” se puso de rodillas, buscando el cinturón de tela con el que Hashirama sujetaba sus pantalones. “Realmente desearía no haberlos encontrado nunca.”

“Vamos, no… nos han brindado un conocimiento que nunca…” entonces su ropa cayó y él empezó a pasar su lengua por su miembro, haciendo que sus piernas casi se doblaran. El moreno buscó soporte, agarrándose de las barras semi oxidadas del anaquel. Echó la cabeza para atrás suspirando. No habían tenido mucha intimidad desde que Sakuya nació, sobre todo porque tenían que hacer malabares para cumplir con su trabajo y con el cuidado de los niños. “Ahhhhh…”

“Hummmm”

“No hagas… ahhhh” por desgracia, siguió emitiendo sonidos mientras pasaba la lengua por su falo, metiéndoselo poco a poco en la boca. Esas dulces vibraciones acompañadas por ese músculo húmedo hicieron que se viniera rápidamente. “Pequeño tramposo” lo observó mientras tragaba con una sonrisa ladina. “Eres malo”

“¿Y?” dijo, poniendo los brazos en sus hombros. Ohhh, la tentación. Iba a arrancar sus ropas si seguía así. Seguro que no le importaría. “¿Vas a castigarme?”

“Claro que sí” se distanció un poco. “Desnúdate”

“¿En serio?” trató de quitarse dos cosas al mismo tiempo, pero la punta de la katana envainada de Hashirama lo detuvo al rozar dolorosamente su erección. El movimiento también lo excitó más de lo que esperaba. “Lento”

“Como desees” dejó caer la ropa y primero se quitó el abrigo. Trató de hacerlo lo más lentamente que podía, queriendo disfrutarlo. Hace mucho que no tenían sexo duro, era demasiado complicado siquiera hacerlo teniendo que cuidar a dos niños. “Sabes… durante un tiempo pensé que te habías cansado de mí.”

“¿Por qué se te metió eso a la cabeza?” preguntó el moreno, devorándolo con los ojos. “Hemos estado ocupados con los niños, pero eso no quiere decir que no me excites” luchó por mantener las manos quietas. “Sigues tan sensual como el día que te dije que te amaba. Si pudiera te lo haría todas las noches.”

“Uhhhh, tentador” terminó de desnudarse la parte de encima del cuerpo. Puso las manos en su cinturón, lentamente deshaciendo el nudo que sostenía su pantalón en su lugar. Entonces deslizó la prenda hasta el suelo, quedándose en sus interiores. Dio una vuelta completa antes de poner sus manos en la cintura de estos, quitándoselos y arrojándolos hacia él. Luego se adelantó, sentándose sobre las piernas de Hashirama, que se había colocado sobre una caja. Maniobró la camisa, deslizándola por encima de su cabeza. “¿Qué planeas hacer conmigo?”

“Querido, muchísimas cosas” besó su cuello con pasión, acariciando con la lengua su manzana de adán. Su piel estaba deliciosa, era tan increíble… incluso más de lo que recordaba. Su boca lo buscó, metiendo la lengua dentro de la suya. Sus dedos también fueron al lugar, humedeciéndose por la saliva de ambos. El moreno los sacó de ahí y los llevó a su entrada, que penetró con uno sin dudarlo.

“Ahhhhh… con cuidado” pidió mientras el otro metía y sacaba su dedo en una tentativa de encontrar la próstata. Madara se llevó una mano a la boca cuando lo hizo, acallando el gemido que salía por su garganta. “Nos escucharían… hummmm”

“Que nos escuchen, no me importa” le respondió, lamiendo uno de los pezones. La cara de su esposo ya estaba roja, cosa que trataba de ocultar con la mano. “Vamos, démosles un show que les muestre lo mucho que podemos atraernos el uno al otro a pesar del tiempo que llevamos juntos.”

“Eres un… ahhh” el segundo dedo entró con un impacto directo a la próstata. Mordió su labio, si Hashirama quería un show, entonces tendría que trabajar por él. Además, de ninguna manera se lo daría, no era exhibicionista. Por desgracia su cuerpo respondía cada vez más ante la necesidad. Y demonios, cómo lo necesitaba. “Ahhhhh… no… ahhh… ahhhh… diablos… um… con cuidado… ahhhh”

“¿Con cuidado? Creí que te gustaba más… duro” sacó de improviso los dedos, reemplazándolos con su miembro. Entró de golpe, arreglándoselas para golpear la próstata desde el primer momento. Un gemido alto salió de los labios del otro, que lo soltó sin poder reprimirlo. Hashirama mordió uno de sus pezones, succionando fuertemente al mismo tiempo que se empujaba dentro y fuera, haciéndolo gemir más. “Ahhhhh… delicioso… sí… ahhhh… apretado… cómo me gusta…”

“Ahhhhhh… ahhhhhh… más… sigue… ahhhhhhh” el Uchiha no se podía resistir. Los golpes en su próstata lo volvía loco, su miembro rozándose contra el pecho de su esposo. Sus uñas se clavaron en la piel de la espalda del moreno, dejando sendas marcas rojas. “Más fuerte… más rápido… ahhhh”

“Hummmm” cambió de pezón, haciéndolo gemir aún más altamente. Le encantaba. Sin dejar de empujarse lo apretó más cerca de su cuerpo, ayudándolo a subir y bajar.

“Ahhhhh… sí… ahí… sí… cerca…” el pelinegro se apretó más también, sintiendo el orgasmo arañando sus nervios. Un grito de placer señaló el momento de su liberación, después del cual sintió humedad en su interior, junto con un susurro en su oído. Su propio nombre de los labios de su amante. “Oye…” susurró. “No tenemos que salir tan pronto del armario”

“Creo que salimos hace mucho tiempo de él… pero no, de este armario no salimos” Madara sonrió, dejando que él se deslizara fuera de él. El pelinegro se echó en el piso, abriendo los brazos, recibiéndolo entre ellos con un beso de pasión. Este sin duda iba a ser un tiempo que no olvidarían nunca.

Notas finales:

¿Qué les pareció? No fue el aniversario que esperaban, pero al menos lo compensaron, ¿Verdad? Otra pregunta, ¿hay alguno de mis previews que les guste especialmente? Review!!!


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