—Ha pasado solo una hora y estoy demasiado sorprendido. Primero, no invadiste el espacio personal del Uchiha bastardo, segundo, es estos instantes ya deberías de estar coqueteando con alguna chica para irte lo antes posible y divertirte con ella. Pero en su lugar, contemplo a mi mejor amigo acomodado a mi lado y bebiendo una copa de delicioso vino.
El blondo tan solo se limitó a sonreír. Kakashi le había aconsejado intentar seducir a muchachas de su edad, pero para él había limites que nunca cruzaría y eso incluía estrictamente no enamorarse mientras trabajaba y suplantaba a una persona. Durante quién sabe cuánto tiempo, mantendría la compostura a como diera lugar.
—Maravilloso-elogió, tomó un sorbo de la copa y le miró—Tus días afuera han rendido frutos-concluyó—Pareces otra persona, eso solo hace que me enamore más y más de ti-dijo seductor.
La conversación no estaba yendo tan bien como pensaba. Sai le ponía los pelos de punta, su mirada inquietante lo ponía demasiado nervioso. Naruto miró hacia otro lado, esperando cambiar de tema.
Sai no pudo evitar largar una pequeña carcajada, su amigo era muy evidente. Solo buscaba molestarle. Él muy bien sabía, que lo suyo había concluido en el pasado y jamás se retomaría.
—Incluso con la música y la exquisita comida, esto es muy aburrido ¿no?-decidió dejarlo ir.
—¿No son siempre así las fiestas extravagantes?-le sonrió, el ojiazul—Pero si, tienes toda la razón. Quisiera irme ya, pero a mi pesar, el invitado de honor todavía no nos ha complacido con su presencia.
—Ciertamente tu padre ya debería haber llegado. La gente ya comienza a murmurar. Imagina lo que dirán los periódicos y revistas. O quizás ha surgido algo de último momento en su agenda.
—¡Menma!-un apuesto pelirrojo que él reconocía en fotografías, venía en su dirección.
—Pero si es el joven enamorado de la música-se burló el alvino.
—Lamento que no tengas sentido del gusto por una refinada pieza musical, Sai-gruñó.
—Alabado sea-sonrió.
—Gaara, cuánto tiempo-saludó.
—Tu ausencia ha sido notablemente preocupante, querido.
¿Querido?
—¿Qué ha sido de ti todo este tiempo? ¿Algo grave?
—No, mi salud está bien. Digamos que necesitaba un cambio de aire y eso me ha sentado de maravilla-sonrió.
—Soy testigo de ello-añadió Sai.
—Pude notarlo. Te vi desde la mesa de cocteles. Sasuke y Suigetsu aparecieron frente a ti, pero tú, no reaccionaste como de costumbre. Es impresionante. Y ahora mismo, deberías estar cortejando una hermosa chica para llevártela a la cama.
—Pensé exactamente lo mismo-volvió a incluir, Sai.
Las palabras de Sai y Gaara, entraban por un lado y salían por el otro. Su cabeza comenzaba a doler. No quería escuchar lo mismo una y otra, y otra vez.
—¡Muchachos!-levantó un poco la voz debido a la música de fondo—¿Podríamos hablar de algo que no sea solo yo?-preguntó lo más amablemente posible, ya que palpitaba una venita en su frente a punto de hacer erupción.
—Oh-exclamaron al unísono—Lo sentimos.
—Viendo este cambio tan drástico, a mi parecer, ¿tienes planeado algo, querido?
¿Otra vez…?
—Me dejaré guiar por la corriente-fue su rápida respuesta.
—Me sentiría muy bien si puedes limpiar tu imagen. Mucha gente te odia y busca perjudicarte. Si realmente has cambiado en tu pequeño viaje, espero puedas remediar las cosas que has dejado pendiente, principalmente la relación con tu padre.
Ese chico verdaderamente estaba preocupado por Menma.
—Lo tendré presente-le sonrió—Gracias.
—Que te parece si empiezas por ir a ver a tu prima y pedirle perdón.
Oye, oye, este tipo, de verdad quiere que…
—Que sea de rodillas para que todo el mundo pueda quedar impactado con tu nueva personalidad-Sai seguía con sus chistes.
—Ustedes…-murmuró, sin gracia, sus supuestos amigos se habían vuelto cómplices efectivamente. Buscó no perder la paciencia, suspiró, les dio la espalda y fue en busca de Karin, dejando al dúo con la quijada al piso.
—No me jodas. ¿Realmente va a hacerlo?-Sai le observó perderse entra la multitud.
—Debí haber traído una cámara-respondió el pelirrojo.
Menma cruzaba el enorme salón con las mesas de por medio, su atractivo no pasaba desapercibido por las jóvenes de su edad que murmuraban a su espalda. Naruto se había propuesta una meta muy importante, no avergonzar al señor Namikaze, y que la fiesta siguiera su curso en completa armonía. Por más aburrido o soñoliento que estuviera, Menma esa noche no haría ninguna escena o caos. No avergonzaría a su padre.
—Oh, miren quién llegó.
—Sí que se estaba tardando…
—Es tan apuesto pese a su edad.
Naruto detuvo su andar unos segundos, la gente a su alrededor comenzó a hablarse los unos a los otros. Sus ojos se dirigieron a un solo lugar, la entrada. Entonces pudo ver a su padre siendo recibido por estruendosos aplausos de todos sus invitados. La banda contratada comenzó la tradicional pieza de cumpleaños.
—Así que es él… parece una buena persona-susurró.
Decidió ir a su dirección. Los invitados lo habían rodeado, no podía verlo, se metió al círculo pidiendo permiso para acercarse hasta él. Ya podía escuchar su voz.
—Muchas felicidades, Minato, la fiesta está hermosa.
—Me hace feliz oír eso, señorita Amira.
—Un muy feliz cumpleaños, Namikaze Minato.
—Muchas gracias.
Kakashi observaba detenidamente el tumulto que rodeaba a su jefe. Tuvo un mal presentimiento. Había invitados que no conocía y dudaba que su jefe invitara extraños porque sí.
—¡ES UNA TRAMPA!
El grito ensordecedor de Sasuke alertó a toda la multitud. El azabache se había subido sobre el escenario con un micrófono en mano, todo lo que podía hacer de esa distancia, era advertirle.
—¡Hay un asesino, quieren matarlo!-era corto y claro.
Kakashi corrió hacía la entrada. Minato escuchó y se puso alerta, la gente a su alrededor comenzó a despejarse, y entonces en un abrir y cerrar de ojos, el culpable había sacado de su saco una navaja. Todo fue muy rápido. El asesino apareció a su espalda y levantó la mano para apuñalarlo, la gente gritó aterrorizada.
Fueron escasos segundos de mucha desesperación.
—¡NO!-gritó, Naruto.
—¡Oh, dios mío!-gritó una mujer.
El rubio se había atravesado entre él y su padre. El asesinó observó por unos segundos el cuchillo incrustado en la persona equivocada, y huyó, empujó a todo el que estuviera delante y escapó por la puerta.
Kakashi no lograba asimilarlo. Sasuke del otro extremo vio todo en cámara lento y también quedó perplejo. Naruto se dio vuelta sonriéndole al blondo mayor con el arma punzante en su abdomen, el costoso traje comenzó a teñirse de carmín.
—¿Estás bien…?-tartamudeó.
—Menma…-comenzó a llorar.
—Que bueno…-cerró sus ojos y se desplomó contra su ya progenitor, Minato lo abrazó contra su cuerpo y se dejó caer de rodillas—¡Un médico! ¡¡LLAMEN UN MÉDICO!!-gritó con todas sus fuerzas. No podía dejar de temblar, jamás hubiera imaginado presenciar tal horrible situación.
Kakashi llegó a su lado, con el móvil en sus manos.
—Llame, jefe, pero tardarán…
—¡Vamos en mi auto!-un Sasuke agitado, empujó a todo el que estuviera en su camino, la gente estaba alterada y estúpidamente sin razonamiento—No quite el cuchillo, probablemente empeore más la herida.
—Cuento contigo, joven Uchiha-Minato cargó a su hijo, y salió detrás de Sasuke.
Kakashi también lo acompañó, con un gran peso en su corazón.
Sai y Gaara vieron el auto de Sasuke salir a toda prisa, ambos guardando silencio, deseando que su amigo no corriera peligro de morir esa noche.
(Continuará)