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El muñeco de Kaito. por Eliann

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Notas del fanfic:

¡ADIVINEN QUIÉN SE ESTÁ PREPARANDO PARA HALLOWEEN!
Se... esté que está acá.
Se muy bien que aun falta mucho para eso.
Pero yo ya ando preparándome para mi maratón.
por que bueno tengo que prepararme
¿no?

Notas del capitulo:

Los de halloween intentaré hacerlo más terrorificos..

si puedo.

En su quinto cumpleaños a Kaito una de sus tías le regalo un muñeco un hermoso muñeco que parecía hecho de porcelana, pero cuya piel era tan blanca como el mármol sus ojos parecían dos gemas similares al zafiro y con un hermoso cabello que hasta se veía real de color violeta, con ropas de estilo victoriano sería un regalo que le darías a cualquier niña y quedaría fascinada, pero su tía era excéntrica y decidió dársela a su sobrino.

 

Kaito era muy feliz con su muñeco, no solía tener muchos juguetes porque sus hermanos solían arrebatárselos pero ellos no querían un inútil muñeco de porcelana hecho para niñas, no ellos preferían los carritos, figuras de acción y cuanta otra cosa la regalaran que ese muñeco, así que el único juguete que le habían regalado y que sus hermanos no le habían arrebatado sin pudor ni pena era ese muñeco.

 

Los días pasaban y Kaito tenía aventuras con su muñeco, dormía con él, su muñeco era quien lo protegía de monstruos en la oscuridad luego de que sus hermanos le contaran historias de terror.

 

-Yo sé que no soy una princesa –murmuro el pequeño mirando a los ojos zafiros de su muñeco –pero… ¿puedes protegerme? –Sorbió los moquitos mientras lloraba limpiándose las lágrimas –porque… tengo miedo…porque no me gusta el dolor… y ellos me hacen daño –abrazo fuerte al muñeco – Tú eres lo único que tengo –Sus padres no lo defendían la mayoría del tiempo lo ignoraban no notaron ni que estaba golpeado, ni hinchada su mejilla, con raspones en sus piernas, porque sufría abusos en la escuela y sus hermanos no hacían nada –

 

El muñeco se movió entre sus brazos, pero el niño no se asustó en lo más mínimo se volteó y seco sus lágrimas por primera vez en sus momentos de juego le hablo –No necesitas ser mi princesa, serás mi príncipe y yo seré el guerrero que te proteja, los príncipes también necesita quien los cuide ¿verdad? –El niño sonrió asintiendo –Así como te protejo de los monstruos de las noches te protegeré de los monstruos que te lastiman tu solo dime de quien quieres que te proteja.

 

-Está bien –la lluvia se hacía más fuerte y un trueno ilumino su habitación oscura porque él tenía mucho miedo pero en ese momento exacto el niño vislumbro la silueta de su muñeco y no era algo pequeño para nada, la sombra mostraba grandes alas, cuernos y una cola y aun así él no tenía miedo –

 

-Para que yo pueda ayudarte tienes que decir Gakupo sálvame él dices su nombre, me hace daño ¿bien? –El niño asintió –Duerme tranquilo, yo te cuidaré de los monstruos.

 

-Sí, gracias Gakupo te quiero –Beso la cabeza de su muñeco para acostarse, él había dejado de llorar y se sentía muy feliz –

 

Porque tenía a alguien que lo iba a proteger.


Desde ese entonces comenzaron a suceder cosas extrañas por no decir perturbadoras alrededor del pequeño, el niño había cumplido con el pedido de su muñeco y cada vez que alguien le lastimaba se lo decía, Kaito no se enteraba de nada pero esas personas que le lastimaban morían de forma trágica.

 

Si Kaito supiera lo que hacía su muñeco por él ¿aún le seguiría pidiendo ayuda? ¿Aún podría sonreír ante el muñeco diciéndole lo mucho que lo quería? ¿Aún podría seguir pensando que era lo único que tenía? El muñeco fue creciendo durante un tiempo, ahora podría decirse que tenía una altura similar a la de él cuando tenía cinco siendo ahora que Kaito tenía nueve años.

 

Sus hermanos comenzaron a molestarlo porque a esa edad seguía jugando con el muñeco que parecía como nuevo, su ropa no estaba maltratada, pero Kaito no le pedía ayuda al muñeco para que le salvara de sus hermanos.

 

El muñeco no necesito que le dijera nada cuando su padre se había adentrando en su habitación en medio de la noche, cuando movía lentamente sus sabanas intentando no despertarlo acarició lentamente su mejilla y susurro; eres tan hermoso.

 

El muñeco no necesito de las palabras del niño ni mucho menos, un simple movimiento del muñeco espantó al hombre, la mirada fija de esos ojos zafiros, quiso alejar al niño del muñeco despertarlo y salir corriendo pero una corriente de aire hizo que saliera del cuarto golpeándose con la pared fuera de la habitación la puerta se cerró de golpe uno tan sonoro que despertó al dueño de la habitación.

 

-¿uh? mh… ¿qué pasa? –Murmuro el niño frotando su ojo mirando al muñeco quien estaba sentado mirando hacia la puerta – ¿Gakupo?

 

-No pasa nada solo te protejo de los monstruos –Respondió –Duerme yo te cuido –El muñeco acaricio su mejilla dejando un beso en la frente del niño quien se volvió a dormir, el niño ignoro los gritos de su padre quien golpeaba constantemente la puerta porque tenía quien le protegiera de los monstruos nocturnos –

 

Kaito durante su corta vida había sufrido de abusos, por parte de sus hermanos y por parte de sus compañeros de la escuela, su gran sonrisa y sus ojos grandes azules solo provocaba el enojo en otros, así que siempre buscaban de una forma u otra hacerle sentir miedo, que esos ojos tan brillantes no brillaran más querían apagar la luz que era el niño.

 

A  la mañana siguiente cuando el niño bajo con su muñeco su padre lo tomó diciendo que lo iba a botar y eso hizo tiro al muñeco a la basura cuando el camión estaba pasando, Kaito comenzó a llorar y llorar porque había perdido a quien le protegía a quien le quería, su padre le dio una bofetada y le dijo que dejara de llorar su madre no hizo nada, ese día se fue muy triste a la escuela.

 

Cuando regreso a la casa estaba demasiado triste y se acostó sin cenar, comenzando nuevamente a llorar a lo que escucho unos golpes en la ventana miro hacia la ventana para ver al muñeco rápidamente se levantó para abrirla, el muñeco estaba intacto su ropa completamente pulcra sonrió para abrazarlo.

 

Y así sucedía constantemente su padre intentaba deshacerse del muñeco, quemándolo, botándolo, vendiéndolo, destruyéndolo, el niño veía como aquel siclo se repetía una y otra vez llorando pidiendo que él regresara.

 

Siguió pasando hasta que el pequeño no pudo más y dijo unas palabras que no debió decir nunca un día de tempestad como aquel donde su muñeco le hablo por primera vez; mi familia me quiere hacer daño por favor protégeme Gakupo el nombrado le sonrió acariciando su mejilla asegurándole que le protegería, cuando Kaito miro al espejo que estaba cerca de su puerta donde estaba parado el muñeco logro observarlo nuevamente.

Alto de piel como el mármol su cabello de color violeta largo cuernos en su cabeza sus orejas eran puntiagudas y además sus ojos estaban vendados, tenía una larga cola negra que terminaba en punta alas de color negro tan grandes, el muñeco se volteó para sonreírle notando que esa vendas tenían un brillo violeta en la parte que debían ser sus ojos.

 

-Duerme todo estará bien yo te protegeré de los monstruos –el niño no le tenía miedo solo sonrió para asentí se acostó a dormir –

 

Cuando se despertó solo estaban el niño y el muñeco, el niño salía solo de su casa pensando que sus padres no le habían dejado nada, la vecina quien era amiga de la madre del pequeño fue a buscarla ya que no le respondía los mensajes encontrándose con una horrorosa escena.

 

Tanto el padre como la madre del niño estaban muertos en sus cuartos desmembrados con una gran expresión de terror en su rostro, los hermanos mayores del niño quienes ya eran unos adolescente se encontraban clavados a la pared con una nota escrita con la sangre de los adolescente; ¿no te alegras de haber estado durmiendo?

 

Todo parecía un acto demasiado macabro, donde el único que había quedado vivo era el pequeño que se encontraba durmiendo en su habitación, los policías no le dijeron nada de lo que había pasado y lo único que dijo el niño fue; Gakupo me protegió de los monstruos.

 

Refiriéndose a su muñeco.

 

Todos se lamentaron por el niño, quien termino en un orfanato porque ninguno de sus familiares luego de lo que había ocurrido quería tener al niño quien decía que estaba maldito, Kaito fue creciendo e incontables muertes rondaban a su alrededor de aquellos que se atrevieron a lastimarlo hasta el incendio del orfanato.

Cuando se incendió el orfanato el chico conocido como el niño maldito desapareció y con él su muñeco.

 

Muchos dicen que tuvo el mismo cruel destino que muchos niños que murieron incendiados en el orfanato otros dicen que escapo.

 

Otros murmuran que se encuentra en el infierno por ser un niño maldecido.

 

Nadie nunca supo del paradero real del niño.

 

En los años ven junto a dos hombres uno de cabello azul y ojos tan brillantes e iluminados como el mismo cielo de una gran sonrisa radiante como la de un ángel, su acompañante era un hombre que podía incitarte al pecado de la lujuria por su belleza, de ojos zafiros con un haló violáceo, cuya expresión estaba seria y ausente, a veces obteniendo una sonrisa depredadora cuando hacia alguna travesura que hiciera ruborizar a su compañero.

 

Notas finales:

¿Un comentarió? ¿Una critica? ¿Algo para comer? tengo hambre.
Sin más me retiro sayonara. 


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