NORMANI. POV.
La noche había sido fantástica, cenamos a la luz de las velas y fue tan mágico; Oli era el chico más atento que había conocido. después de cenar compartimos una botella de vino tinto al calor de la chimenea en donde él me rodeaba con sus brazos, conversamos de lo que quería hacer en nuestro tiempo allí. Acordamos que si por la mañana todo estaba bien saldríamos a dar un paseo a caballo y me enseñaría su lugar secreto; eso era algo que me emocionaba mucho. Oli era el chico de los sueños de cualquier mujer sobre la faz de la tierra.
Era de tez morena clara, ojos azules como pozos profundos, sonrisa radiante y blanca dentadura, nariz respingada, cuerpo moldeado y músculos fuertes y firmes; hijo de uno de los empresarios más ricos de todo el país, capitán del equipo de Básquet en el instituto y el chico más codiciado. Nos habíamos conocido a principios de año, cuando descubrí que Arin me estaba siendo infiel con Abril, una chica de intercambio.
En ese momento de mi vida, no contaba con el apoyo de Dinah ya que para ese entonces yo me había distanciado de ella y Oliver llego como mi caballero de brillante armadura, luego de un tiempo, tiempo en el cual nos fuimos conociendo poco a poco, fue él el que me ayudo a retomar mi amistad con mi amiga polinesia. Y por fin, después de unas cuantas citas me había pedido ser su novia, ese había sido el día más feliz de mi vida, bueno uno de ellos, porque los mejores momentos los paso con él día a día.
Como ahora, que nos encontrábamos cabalgando hacia los prados lejanos que dividían sus tierras y las de los vecinos. Habíamos estado un tiempo andando a caballo, ahora nos encontrábamos bajo la sombra de un árbol mientras disfrutábamos de un pequeño picnic improvisado.
Me encontraba entre sus brazos disfrutando de la hermosa vista, siempre me había fascinado la naturaleza, era de algo que disfrutaba compartir con mi mejor amiga pues a ella también le encantaba el aire fresco que se podía respirar en medio de la naturaleza mientras la cubre un cielo tan despejado como iluminado por las estrellas y la luna.
-¿estás bien?- me pregunto Oliver, sacándome de mis pensamientos.
-sí, solo estaba admirando la hermosa vista y disfrutando de la agradable compañía- mentí, en realidad Dinah había venido a mi mente desde que habíamos llegado, no sabía nada de ella desde hace tres días y medio. Estaba comenzando a preocuparme.
-que bien, porque yo también disfruto de tu compañía- me susurro. Nos quedamos unos minutos en silencio solo disfrutando de la paz que se nos ofrecía, hasta que horas después volvimos a la casa a descansar un poco de la mañana-tarde que habíamos tenido.
LAUREN. POV.
Habíamos viajado a Cuba, pasaríamos las vacaciones en casa de la abuela. Hacía años que no veníamos y estaba contenta de estar en casa después de cinco años de habernos ido tras el sueño americano.
Me encontraba entre la multitud de gente que se movía al ritmo de la música, la fiesta era agradable, la música sonaba a un volumen realmente considerado, ni muy alto ni muy bajo. No había tenido ánimos de venir de no haber sido porque la tonta de Dj se había comunicado conmigo por la tarde para decirme que se encontraba bien y que nos veríamos al comienzo de clases. De no haber sido por esa llamada y porque mi hermano Chris me había sacado arrastras de mi habitación no me encontraría aquí ahora, perdiéndome en aquella mirada color chocolate que no se apartaba de la mía.
-lo siento- se disculpó en cuanto chocamos, su voz era suave y atrayente-soy realmente torpe-bajo la mirada avergonzada y jugaba con sus manos nerviosamente.
-no, discúlpame a mí, iba distraída- sonreí como tonta, jamás había estado con alguien que me dejara así. Era un sentimiento algo confuso pues tenía la necesidad de huir y a la vez de quedarme.
Su sonrisa era bonita, era ahora cuando me lamentaba estar en una fiesta de máscaras, no podía ver más allá de sus hermosos ojos en cuanto levanto la mirada y su blanca sonrisa aun lucia avergonzada. No sabría decir cuánto tiempo permanecimos así, pero si pudiera le hubiera puesto pausa al mundo solo para no perder detalle de ella.
Claro que el mundo es bien jodido, porque de un momento a otro, la voz de mi querido hermanito se escuchó a mi lado interrumpiendo aquel momento mágico con aquella hermosa desconocida.
-Lau, venía a decirte que me marchare antes- gire para mirarlo a él y asentir con la cabeza- nos vemos luego hermanita, te quiero y no llegues tarde o mamá y papá se disgustaran- me advirtió para después girarse y caminar hasta desaparecer de mi campo de visión.
Bien, él se había ido y me había abandonado en una fiesta en la cual no conocía a nadie y a la cual él me había arrastrado, pero será capullo. Bufe con algo de molestia me había interrumpido, cuando gire para encontrarme con aquel mirar cautivante, ella ya no estaba. ¡Se había ido!
Mire por todo el lugar tratando de encontrarla, pero ya no estaba. Rayos, me hubiera encantado poder saber de ella, no había tenido tiempo ni de saber cómo se llamaba y disculparme correctamente; suspire y me fui por un trago, tal vez debería tomar algo de aire fresco en la playa.
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Hacia un rato me había alejado de la fiesta y por alguna extraña razón aún conservaba mi antifaz. El aire era refrescante y la luna llena iluminaba las aguas calmas de la Habana.
El clima era templado, era realmente bueno para dar un paseo por la orilla; a lo lejos se podía escuchar perfectamente la música, toda la isla estaba de fiesta y todas las personas portábamos un antifaz para mantener el misterio.
Mis pasos se detuvieron a lo lejos de un par de chicos que se encontraban molestando a otras personas. Cinco contra dos era algo realmente bajo, los brabucones siempre me habían parecido de lo más despreciable.
Camine hacia ellos y llame la atención de las chicas que eran molestadas.
-al fin las encuentro chicas, las estaba buscando desde hace rato- me acerqué a ellas quienes me miraban desconcertadas; les hice un gesto que entendieron y me siguieron la corriente- nos están esperando para poder irnos.
-eh, claro. Ya íbamos para allá- una de las chicas me había seguido, pero estaba entre nerviosa y tensa.
-bien, pues vámonos- coloque mi mano sobre su hombro y le sonreí tratando de que se relajara. Ella solo asintió con la cabeza, sujeto de la mano a la otra chica y comenzamos a caminar.
-hola muñeca, que buena estas ¿te quieres unir a la diversión? - me pregunto uno de ellos haciendo que los otros rieran. Nos había cerrado el paso haciendo que las niñas se pusieran nerviosas.
-jamás saldría con perdedores tan patéticos como ustedes- bien, había tratado de hacer esto por la manera más pacifica posible pero este idiota me estaba haciendo perder la calma. Cogí la mano de una de ellas y pasé por su lado; sus sonrisas se borraron de inmediato y sus caras se deformaron con un gesto de molestia. Parece que herí algo de su ego.
-¿nos acabas de llamar perdedores y patéticos? – pregunto un moreno musculoso de chaqueta negra. Lo que me hizo preguntar ¿Quién va a una fiesta en la playa con chaqueta de cuero negra? Eso era tonto.
-¿también son sordos? - dije con chulería. Las chicas miraban la escena con miedo, yo solo les sonreí tratando de tranquilizarlas. Las coloque a mi espalda cuando el mismo chico volvió a ponerse en medio del camino.
-oh, tú te lo buscaste perra- dijo Mr. Musculo acercándose amenazadoramente hacia mi- a ver qué tan valiente eres ahora- escupió sus palabras quedando frente a mí con su mirada llena de enojo. Sus amigos se mantenían en su lugar, callados, pero sonriendo.
-¿se supone que es ahora cuando me das miedo? - le pregunte con algo de arrogancia, sabía que me estaba pasando pero también sabía que podía ganarles fácilmente a todos ellos, por algo no hbaia tomado clases de defensa personal y era buena, muy buena.
-voy a disfrutar machacarte y borrar esa estúpida sonrisa que tienes- se lanzó hacia mí con el puño en alto y preparado para dar el primer golpe. Grave error el que había cometido. había sido descuidado dejando muchas aberturas en las cuales yo podía atacarlo, aproveche la oportunidad y para cuando él se dio cuenta ya se encontraba en el suelo retorciéndose de dolor.
Lo bueno de practicar Muay Thai, era que sabía tanto las partes vitales del cuerpo como las más débiles y en donde un pequeño golpe dolería como unos cien, era algo que se tenía que saber si o sí.
Nos quedamos en silencio por unos segundos, y de no ser por MR. Músculos que se encontraba en el suelo quejándose se pensaría que éramos un grupo de chicos conversando y pasando el rato.
-wow- soltó una de las chicas sorprendida, logrando que mi sonrisa volviera a aparecer.
-¿Qué mierda? Esto tiene que ser una broma- uno de ellos se acercó hasta el otro que yacía en la arena- John- llamo- ¿te encuentras bien? - lo sacudió. Eso era estúpido, el chico ya estaba inconsciente.
-¿qué carajos le hiciste?- me pregunto otro..
-lo puse a dormir- respondí alzando los hombros y quitándole importancia al asunto.
-estas muertas, perra- amenazo uno de ellos y de inmediato tres de ellos se lanzaron a atacarme.
DINAH. POV.
Por fin había podido comunicarme con Lauren. Mi teléfono móvil se había estropeado, no sé cómo, pero había terminado roto. Ayer había sido un poco incomodo al principio, pero ya todo había pasado. Ahora me encontraba tomando un café mientras comía un poco de estofado en Grannys. La comida era realmente buena.
Por la mañana las chicas me habían acompañado al mecánico del pueblo quien se encontraba reparando el desastre que había dejado en mi auto; según los cálculos del señor Stan, la reparación tardaría entre dos y tres semanas por lo que me tendría que quedar hasta ese entonces.
Pasar ese tiempo en un pueblo perdido de la mano de dios no era lo que yo tenía planeado como mis mejores vacaciones, pero ya estaba aquí y las personas eran raras pero buenas, así que tendría que conocer un poco el lugar. Las chicas eran personas divertidas y algo locas, sobre todo Emily.
A la morena de ojos verdes con destellos azules le gustaba llevar las cosas al límite, era algo explosiva y no lo digo porque tenga un carácter desagradable, no, te llevaba a hacer locuras, cosas que pensaste jamás en la vida harías. Ella podía sacarle una sonrisa hasta a la persona más amargada y lo digo porque cuando las acompañe hasta la granja del Sr. Thomson para que se disculparan como era debido; Emily había dicho una burrada que logro hacer reír al gran hombre, porque sí, él era de dimensiones grandes lo que lo hacía ver como alguien malo, pero si se le da el tiempo se nota que en realidad es una persona realmente agradable y amable.
Lana por el contrario era alguien tranquila y callada, no es de hablar mucho, pero cuando tiene que dar su opinión te la da y no tiene pelos en la lengua para decir las cosas. Ella siempre trataba de hacer entrar a Emily en razón, ya que esta siempre quería hacer algo loco.
Estas chicas me habían caído realmente bien así que no sería tan aburrido estar aquí el tiempo que reparan mi auto. Por otro lado, había tenido otra conversación con la sheriff Swan, quien me había invitado a su casa en lo que esperaba, pero había declinado la oferta amablemente no quería ser una carga para nadie y el dinero que tenía me alcanzaba para un mes o más.
En la tarde, después de ver al mecánico; Emily y lana me habían presentado a otros chicos, sus amigos.
Zack era un chico de 16 años, moreno de ojos marrones, hijo del carpintero y escritor en sus ratos libres.
Fergus de 15 años, blanco como una hoja de papel, hijo del Sr. Thomson. Él tenía dos hermanos, pero aún no los conocía.
Robin de 19 años, era una chica sonriente de ojos esmeraldas como los de Lauren, aunque era una de las chicas mayores, era quien más apoyaba a Emily en hacer travesuras.
Y Samantha de 17 años, morena de ojos azules y sonrisa bonita, ella era alguien amable y linda hasta que se cruzaba con Lana y cambiaba su forma de ser, creo que no se llevan muy bien, ya que era con quien más discutían, aunque la rubia la ignoraba.
Estaba terminando de comer cuando apareció Emily y me hizo una seña con la cabeza para irnos, hoy pasaríamos la noche fuera, acamparíamos en el bosque con los chicos, era una forma de darme la bienvenida al grupo. A la manada como la había llamado Emily; aunque no entendía porque, supongo que era como le decían por aquí a los grupos.
-vámonos antes de que…- susurraba.
-¿antes que me dé cuenta?- le pregunto su madre que había aparecido detrás de la morena menor. La Sra. lucas se mantenía con una ceja elevada y las manos en la cintura- ¿A dónde señorita? - volvió a preguntar.
Emily volteo lentamente con una sonrisa nerviosa.
Ya había conocido a sus madres, porque si, ella tenía dos madres y eran dos personas realmente hermosas tanto por fuera como por dentro. Ruby era amable y divertida, creo que de ella era de quien Emily se inspiraba para hacer sus travesuras; por otro lado, Dorothy era alguien amable, pero tenía más carácter que su esposa, era ella quien ponía sobre las vías a Emily y quien le daba su zape cuando se portaba mal.
-oh, mami- saludo con media sonrisa nerviosa y las manos en la espalda mientras se mecía suavemente de lado a lado. Si no la hubiera conocido tras las rejas hubiera pensado que era una niña que no rompía un plato, pero la verdad era que ella rompía la vajilla completa- nosotras íbamos con los chicos, acamparemos en el bosque para darle la bienvenida a Dinah Jane, ya sabes, a la manada- bajo la mirada evitando la su madre. Es decir, la Sra. Dorothy sí que inspiraba respeto.
-ajam…- articulo sin despejar la vista de su hija- ¿y con el permiso de quién? - pregunto nuevamente ya cruzada de brazos y su expresión seria. Estaba comenzando a pensar que tal vez no iríamos, pero la mirada divertida que me dio la morena mayor me hizo saber que solo estaba jugando con los nervios de su hija.
-bu…bueno veras, ma… mamá Rub me le…levanto el castigo solo… solo por esta vez…- tartamudeo, los nervios los tenía a flor de piel. Sus manos se movían sin parar.
-bien- dijo llamando la atención de las dos- tendré que hablar muy seriamente con tu madre- ya para este entonces Emily había levantado la vista, aunque sus nervios estaban intactos- te dejare ir solo si prometes no meterte en problemas- le señalo con el gesto serio. La morena menor trago pesado asintiendo con la cabeza- Emily Susan Lucas Gael, te lo digo en serio, no quiero enterarme de que estas en la comisaria porque quemaste el bosque- apunto. Yo tan solo permanecía en silencio observando la escena y a una Emily agitar rápidamente la cabeza- bien ya puedes irte.
Ni siquiera tuve la oportunidad de despedirme de la Sra. Lucas pues Emily había salido como alma que lleva el diablo. Subimos a su deportivo clásico rojo y marchamos con dirección al bosque en donde ya nos estaban esperando.
Tal vez estas no eran las vacaciones que había planeado en un principio, pero era lo que había, y estaban resultando ser divertidas. Tal vez y si, si podría olvidarme por un tiempo de maní, tal vez sería lo mejor, dejarla ir y que sea feliz con Oliver, aunque yo sepa que es un idiota.
no quiero pensar en ella, hacerlo duele. Duele saber que es feliz con él, duele saber que jamás tendré mi oportunidad de demostrarle lo que me hace sentir, que mi corazón se salta latidos solo por ella dejándome tonta y sin respiración… realmente no quiero pensar en ella, no sabiendo que este en donde este, ella esta con Simons y talvez ahora, en estos momentos estén viendo las estrellas. No quiero pensar en ella, no al menos en lo que dura mi estancia en este pueblo. Ya que una vez regrese a Miami, ella de alguna u otra manera estaría en mis pensamientos día, tarde y noche, como siempre lo ha estado… y creo, creo que siempre lo estará…