Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aires del tiempo por RyuStark

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bebitos de mi corazón, estoy de regreso, sí oh sí :3

Les traigo buenas noticias para unos, luna de miel para otros y fluff rosadito para todos, además de un ligero toque de drama que les prometo no es momento random, ya que tendrá relevancia para los protagonistas más sensuales del universo.

Los amo carajo, los amo. Lean las notas finales, ¿Sí? <3

-----Grimmjow------

Aquí confieso que mentí al decir que quería tener quince hijos con Kurosaki. Digamos que después de este tiempo con los gemelos recién nacidos, mis ganas de llenarme de mocosos han disminuido considerablemente. De querer tener quince bebés pasé a doce. Un número normal, nada muy exagerado. Más que nada por Kurosaki, como dirían hay que ser considerados.

Lo sé, soy un maldito desgraciado.

¿Qué puedo decir? Amo a mi bebitos llorones —tan llorones como su madre— ósea bastante dramáticos. Son pequeñitos, llenitos, con mejillas gorditas y rosadas, grandes ojos como los míos y lo más bonito del mundo, con un precioso cabello de sol, justo como el de Ichigo. ¿Podrían ser más perfectos? No lo creo.

Me los quiero comer a mordidas a pesar de que gracias a ellos soy mitad hombre, mitad zombi con eso de que no duermo mucho por las noches con tanto llanto. Mierda, hijos de Ichigo —rey del drama— tenían que ser y ni mencionemos que beben mamilas hasta por los codos, justo como su madre se atasca con el tarro de chocolate.

Quisiera que el tiempo se detuviera, en serio. Más que nunca. Porque en apenas dos meses y medio me pareciera que son los niños más grandes y hermosos del mundo y quiero que se queden así por siempre. Míos para cuidar, mimar y proteger.

Y no quiero ni mencionar lo precioso y encantador que se ha puesto mi esposo. Ese tragón bobo y adorable, que como siempre me hace el hombre más feliz del mundo, tanto como me hace berrear y lo amo. Lo maldita sea amo.

—¿Qué tanto miras? —pregunta el idiota de Starrk.

Despego la vista de las fotos dobladas que ahora siempre traigo en mi cartera. Una es la del día de mi boda, yo y Kurosaki en el jardín, recién casados y abrazando su vientre lleno y en otra, justo un día después nosotros en el mismo jardín, pero esta vez cargando a nuestros dos hijos.

No hay palabras para describir la emoción que me llena por unas simples fotos y mucho más al saber que es una realidad que me espera en casa todos los días.

—Son lindos. —dice asomándose y mirando mis fotos.

—Los más lindos de todo el puto mundo estúpido. —aclaro guardándome la foto.

—Lo sé, hasta me dan ganas de tener hijos. —dice bostezando.

—¿En serio? —cuestiono.

—Nah, preferiría dormirme todo el día antes que cambiar pañales mojados.

—¿Disculpa idiota? ¡Los pañales mojados de mis hijos son una reliquia!

—Sí, sí, por cierto la pintura ya se secó y ya recogí todo. Después de comer podemos irnos. —Señala el feo pan de maíz con base de gelatina que nos dejó sobre una mesita en el jardín, la señora que nos contrató para pintar su casa de verde neón, porque el mundo se va a acabar y debe estar maldita sea chiflada, pero ¿Quién soy yo para criticar?

—¿Qué mierda tiene la gente de este pueblo con los colores neones y el pan de maíz? No lo entiendo. —suspiro agotado.

—Entonces, ¿Qué hacemos con el pan?

—¿Tirarlo al carajo? Esa mierda luce a punto de caminar.

—No luce tan mal Grimmjow.

—Perra el camino hacia el corazón de un hombre es por el estómago, esa mierda es verdadera como el oro. Pones amor en tu comida y cualquiera puede probarlo, pero mira esto, ¡Está verde como su puta casa! —menciono a la vez que miro al estúpido de Starrk pellizcar el pan y meterse un enorme pedazo a la boca.

—Sabe bien para mí.

—Verás perra, vas a desear nunca haber hecho eso, pero está bien. Mañana veré tu obituario en el periódico, muerto en la jodida tasa del baño.

—Creo que tiene pedacitos de algo. —dice masticando mientras yo lo miro con asco.

—Llévate tu cosa verde y vámonos, el reflejo de la pintura está por dejarme ciego.

—Más bien quieres ir a cenarte al pequeño Kurosaki.

—Oh sí, me tragaré todo su pan. Ahora larguémonos carajo. —Insisto casi arrastrándolo. El camino es rápido ya que Starrk me lleva en su camioneta a casa, donde apenas me despido bajo corriendo a la velocidad de la luz, sólo para ser tacleado por mi enemigo más peludo y no, no hablo de Kyoraku.

—¡Bola de pelos joder! ¡Abajo! ¡Perro malo, perro malo! ¡Deja de lamerme! —me quejo mientras me revuelco en el piso debido al perro bobo que no deja de juguetear conmigo.

—Kon deja al llorón de tu padre. —dice mi héroe que ha salido al rescate. Ichigo sonríe precioso, saliendo de casa con un bebé en brazos que me hace querer derretirme mientras me levanto después de ser liberado. Mi esposo suspira satisfecho al recibir un beso en los labios, seguido de otro más para nuestro bebito en la frente.

—Bienvenido seis.

—Estoy en casa. —sonrío para él, entrando y corriendo a lavarme las manos y todo cuanto puedo para regresar limpio y ahora si poder quitarle a mi hijo.

—¿Mi princesa? —pregunto mientras arrullo a mi bebé que se chupa adorable el pulgar y me mira con esos ojos encantadores.

—Dormida arriba. Hace un rato vinieron de visita el tío Ganju y Hanataro, pero tuvieron que irse.

—Sí, sí, sí, qué emoción rottweiler y chihuahua tembloroso...—digo ignorándolo y yendo hasta el sillón, donde me siento cómodo y continuo abrazando a mi hijo.

—Eres un idiota y qué bueno que pienses tan alto de nuestra familia huh. De hecho, se casan el mes que viene y vinieron a invitarnos a su boda. Será en Seireitei. —menciona sentándose a mi lado.

—Si bueno, a menos que yo pedalee y tú cargues a los niños, creo que será bastante difícil llegar hasta Seireitei en el triciclo del terror, con eso de que tu bazofia de Impala se queda parado a cada rato.

—¡No ofendas a mi bebé!

—Ni siquiera es tuyo.

—Pero algún día lo será.

—Tu padre vivirá cien años y esa porquería de carro seguirá igual de defectuosa, resígnate. Ahora, ¿En qué estábamos? Así, en que el triciclo no aguantará tu culo gordo y encima dos panteritas enormes además de a mí. Listo, no iremos a la boda.

—¡Eres un imbécil!

—Te tiras a este imbécil todas las noches.

—Quisieras tonto.

—Ahora que lo mencionas sí quiero, ¿Hace cuánto que no follamos? ¿Tres años?—pregunto burlón.

—Exagerado. —dice dándome un puñetazo en el brazo. —Dos meses y medio. Desde que nacieron los gemelos.

—Mierda Kurosaki, ¿Qué no sabes que si no la ocupas se te cae?

—Pues que triste por ti.

—Si claro, con lo insaciable que eres haber si sigues pensando lo mismo después. —Por supuesto me gano un pellizco, un jalón de pelo y un beso.

—Eres un tremendo idiota y te amo. Quizás si los niños se duermen temprano podríamos...pero hasta la noche.

—Tch, ¡Sonamos a una pareja de casados carajo!

—¡Sorpresa imbécil, estamos casados!

Ahora el que pone los malditos ojos en blanco soy yo, pero no quita que me termine riendo a carcajadas con Kurosaki, que no duda en abrazarme y juntos juguetear con nuestro hijo. Claro, hasta que mi estómago ruge diciendo que tiene hambre, por lo que Ichigo dice que se apresurara a hacer de comer mientras yo me ducho, después de dejar al bebé en su cuna portátil, donde puede ser observado por su madre.  

Utilizo el baño de abajo dejando la puerta abierta, porque es mi maldita casa, no hay nadie, estoy enjabonado y cantando mi mejor repertorio de canciones a todo volumen para Kurosaki que sé puede oírme desde la cocina.

Perfecta, tengo la vida perfecta.

O eso pienso dándome una prolongada y refrescante ducha, hasta que la cortina de la regadera se abre de golpe y grito histérico y como maldita perra rubia en psicosis a punto de ser apuñalada. Lo más patético es que mi agresor también grita como niña exploradora, tan desnudo como yo y hasta brincando de la sorpresa, hasta que ambos nos miramos como estúpidos y comenzamos a reírnos nuevamente.

—¡Santa mierda Kurosaki, casi te apuñalo!

—¡Tú parecías el apuñalado estúpido! ¡Por eso te dije que no viéramos esa tonta película anoche!

—¡Hitchcock es religión! —exclamo.

—¡Es un imbécil como tú! Joder Grimmjow, casi doy a luz y eso que no estoy embarazado. Sólo pensé que quizás podíamos darnos un baño juntos y...—su voz se va haciendo más pequeña a la vez que sus mejillas se tornan de un intenso rosado, que me hace sonreír y jalarlo para meterlo al agua tibia.

Ichigo suspira entre mis brazos, adecuándose no sólo al agua que se ha de sentir helada contra su cuerpo sensual y caliente, sino también a mi boca que ha decido estrellarse contra la suya justo como él contra la pared. Lo beso con pasión y deseo reprimido, notando como se abraza a mi cuello mientras yo recorro sus muslos tersos y escurridizos con mis manos.

Trazo círculos en su piel, deleitándome con la textura, justo como mis labios contra su cuello sensible, donde me dedico a morder y succionar, dejando montones de notorias marcas a mi paso. —Muero por estar dentro de ti, tan caliente, apretado y mojado. —le susurro contra el oído, sintiéndolo estremecerse y temblar.

—Uhm...yo también te quiero dentro de mí...—me dice contra los labios mientras sus ojos reflejan un toque de lujuria que me tiene endureciendo por él.

—UH-HUH. —Una clara interjección de alguien ajeno nos hace tensar por igual mientras nos miramos asustados. Oh mierda, de verdad nos van a apuñalar.

—¡Grimmjow sacrifícate por nuestra familia! —Kurosaki me empuja casi matándome mientras yo de pura suerte alcanzo a agarrarme y girar para toparme con Kaien que nos levanta una ceja.

—Vaya padres responsables, dejando a sus hijos y metiéndose a bañar tan temprano sobrinos queridos.

—En mi defensa Kurosaki fue él que se metió a atacarme primero.

—¡Seis!

—En tu defensa estás desnudo tonto y no eres nada creíble, vístanse ambos. Tengo un regalo para ustedes. —Kaien me arroja una toalla a la cara mientras Ichigo cierra las llaves del agua y también corre a vestirse a prisa.  

—¿Un regalo? ¿Qué regalo? —pregunto colocándome mi ropa interior.

—No tengo idea. —Una vez decentes, salimos topándonos con una inmensa sorpresa al ver a Urahara, Tensa, copito y lo más raro, a mi suegra.

—¿Mamá? ¿Qué haces aquí? —Pregunta Ichigo, corriendo a abrazar a su madre que lo estruja y besa como el bebé consentido que es.

—El doctor por fin me dio de alta y dijo que podía regresar a casa, aquí, contigo hijo. —dice dejándonos pasmados a ambos. Una inmensa sonrisa se dibuja en mi rostro, porque sé lo difícil que fue para Ichigo vivir tanto tiempo solo y lejos de su familia, en especial de su madre.

Los ojos de Ichigo se llenan de lágrimas mientras vuelve a abrazar a la mujer de su vida tan fuerte como puede. Mierda, estoy tan contento que en cuanto Urahara me da un codazo no dudo en también unirme al ridículo y adorable abrazo familiar.

—No puedo creerlo, ¿En serio estás bien? ¿Puedes vivir aquí?

—Así es, terminé mi tratamiento.

—¿Y las niñas y papá?

—Se quedarán allá hasta que tus hermanas terminen este año escolar y luego vendrán todos aquí, pero quise adelantarme, porque tú y Grimmjow tienen algo pendiente.

—¿Algo pendiente? ¿A qué te refieres?

—¿Su luna de miel quizás?

—¿Eh? —cuestiona Kurosaki. —Bueno, la boda ya pasó, los gemelos nacieron y nos necesitan. No es necesaria una luna de miel, ¿Verdad seis?

—Así es. —confirmo. Digo, amaría una luna de miel con Ichigo, pero sí él dice que no es necesario pues...

—Lo sé hijo, pero ustedes también necesitan salir y aprovechar lo jóvenes que son. No quiero que se brinquen esa etapa, así que tu papá, toda la familia y yo les tenemos una sorpresa. —Ichigo y yo nos miramos confundidos mientras su mamá y los Urahara nos invitan a salir al jardín.

—¡Cierren los ojos! —chilla Tensa emocionado, porque más que una sugerencia ha sido una orden. Ruedo los ojos, pero eventualmente termino cerrándolos y siendo llevado a quien sabe donde con Kurosaki tomado de mi mano.

—Oe, ¿Qué pasa? —pregunto al no poder ver y sentir como claramente Ichigo se estremece, oprimiendo mi brazo y hasta conteniendo el aliento.

—Seis….

Su voz temblorosa me hace abrir los ojos, para ver lo que hay frente a nosotros y que me deja con la boca abierta. —Tus padres deben querer muchísimo verte embarazado de nuevo. —declaro ganándome un codazo que vale cada costilla rota, porque lo que tenemos enfrente es un puto sueño hecho realidad.

—Un auto nuevo...—dice Kurosaki.

—No, no un auto. —Digo moviéndome para admirar la bella carrocería que ha decidido alegrar mi vida. —Un ángel caído. —inicio. —Es un jodido Chevrolet Chevelle SS, del 70 si no me equivoco. —menciono con una sonrisa boba mientras paso mis dedos por la superficie totalmente negra y deslumbrante. —Oh mierda, ¿Es para nosotros? —pregunto no queriendo hacerme ilusiones.

—Así es, ya que volveremos tu padre querrá utilizar su Impala; además de que cada vez somos más en la familia y pensamos que sería bueno que tuvieran su propio auto. Y ya que gracias a Grimmjow le ha ido tan bien al negocio familiar, les quisimos dar un regalo.

—Oh mamá, no se hubieran molestado… —dice Ichigo abrazándola feliz.

—No, qué bueno que se molestaron. —digo eufórico, subiéndome tras el volante y casi teniendo un orgasmo por lo sensual que es por dentro. —Este Kurosaki, para que te informes, si es un bebé, no como esa chatarra de Impala.

—¡Eres un tonto, mi Impala es bonito! Defectuoso, pero bonito.

—Lo que sea, súbete, nos daremos una vuelta.

—Qué bueno que lo propones sobrino querido, porque de hecho ese es el plan. —dice Kaien pasándome un papel.

—¿Qué es esto? —cuestiono.

—Una reservación para un pequeño hotel que hay a cinco pueblitos de aquí. Hay una playita y pensamos que les gustaría. Eso sí, no se emocionen, no es un mes, sólo cinco días.

—Los tomo. —Declaro, inmediatamente guardándome el papel en la bolsita frontal de mi overol. —Kurosaki hay que empacar las cosas de los gemelos, nos vamos.

—Ah no, los niños se quedan. Es su luna de miel par de bobos.

—Así es, yo los cuidaré y Kaien me ayudará. —dice mi hermosa suegra.

—Mamá...—Kurosaki una vez más se arroja a abrazar a su madre que le corresponde efusiva mientras yo no termino de asimilar tantas buenas noticias.

—Dense prisa, si se van ahora seguramente llegarán para la cena.

Ni siquiera me tienen que rogar, porque ya me encuentro arrastrando a Kurosaki al interior, donde comemos rápido y empacamos una pequeña maleta. Digo, no es que necesitemos mucha ropa si mi plan es encadenar a Kurosaki y permanecer desnudos por cinco jodidos días seguidos.

—Los amo mucho, ¿Está bien? Les llamaré todos los días. —Les promete Ichigo a nuestros hijos casi llorando mientras los besa repetidamente en los brazos de su madre y Kaien.

Por mi parte también los abrazo y beso un pequeño millón de veces, mas no me preocupo. Son mis hijos y prácticamente pueden dominar el mundo si quieren aun con el pañal mojado. Así que una vez dentro de nuestra nueva y sensual adquisición, Ichigo se despide de la familia y finalmente emprendemos el viaje.

—Amo este auto. —digo al oírlo ronronear como un tierno gatito para mí conforme nos abrimos paso por el camino de terracería.

—No me hagas poncharle las llantas.

—Oh vamos, no te pongas celoso bebé, tú y los gemelos son los número uno en mi corazón, pero carajo que este auto es un segundo seguro. —Ichigo rueda los ojos, pero termina riéndose y tomando mi mano para entrelazar nuestros dedos, porque —obviamente— no necesito cambiar velocidades y es más importante nuestro tierno y rosado amor. Así de maravilloso es esto de estar casado, pienso sonriente.

 ---------Ichigo-----------

—Oe Kurosaki, despierta. Que despiertes joder.

Abro los ojos de golpe al sentir como el imbécil de Grimmjow me muerde un hombro. Claramente frunzo el ceño y le doy un jalón de cabello mortal que lo tiene gritando.

—¡Carajo! ¡Me dejarás calvo!—se queja.

—No me despiertes estúpido, tengo sueño. Y además, ¿Por qué mierda hace tanto calor? —Gruño malhumorado, sintiendo mi cuerpo totalmente sudoroso y muy caliente, ahora adhiriéndose a los asientos de piel. Ugh, no hay nada que odie más que esa sensación chiclosa y pegajosa.

—Pues porque ya llegamos señorita sonrisas. Ahora baja tu culo gordo o te dejo. —declara el imbécil, bajándose y cerrando su puerta como si nada para ir a sacar la maleta de la cajuela. Berreo y pataleo un poco asegurándome de estropear todo a mi paseo, empujando la puerta y saliendo del maldito auto.

—¡Escucha tu idiota…! —más me quedo callado al ver lo que tengo frente a mí. Oh dios mío es el mar. —¡Grimmjow es el mar! —digo totalmente feliz porque literalmente el auto se encuentra aparcado frente a una pequeña costera donde hay algunos personas pasando. Aquí afuera hay una deliciosa brisa que hace contraste con los montones de palmeras llenas de cocos y flores que hay por doquier, justo como varios restaurantes y tiendas a mi espalda.

Aunque sin duda lo más bonito está al frente, el mar ahora de lleno oscuro, pero que a pesar de eso pareciera románticamente iluminado por las lucecitas de colores de la ciudad mientras sus pequeñas olas crean espumosas cubiertas sobre la arena pálida.

—Venga, vamos al hotel. —me dice Grimmjow dándome una nalgada que me hace brincar del susto mientras él huye riéndose como el mocoso de cinco años mentales que es.

—¿Dónde está el hotel? —pregunto ya llegando a su lado y jalándole una oreja.

—Según las instrucciones de tu tío, debemos bajarnos aquí y caminar al muelle porque de ahí nos llevarían al hotel. Ahora date prisa que de acuerdo esto, la última salida es a la media noche.

—¿Como que a la media noche? —pregunto siendo ignorado y jalado por Grimmjow, que nos mete a la playa. Aprovecho para quitarme las sandalias, sonriendo feliz al sentir la arena tierna y húmeda entre mis dedos.

—Por allá. —señala Grimmjow a un señor que está dentro de un pequeño botecito junto a un par de personas más.

—Grimmjow, ¿A dónde carajo vamos?

—Ya te lo dije joder, al hotel.

—¿En un barco?

—No luce como yate de lujo, ni creo que el hotel sea el maldito Hilton, pero seguro que tus papitos se lucieron.

—¿Qué es el Hilton?

—Sólo camina. —Grimmjow me jala aún más, mostrándole el papel al señor del bote que asiente mientras nos sentamos junto a las demás personas. No comprendo qué rayos pasa, pero no me queda más que sonreír porque en cuanto comienza a moverse y la brisa me golpea mientras surcamos el mar, sé que no podría estar más feliz.

—Sabes seis, es la primera vez que me subo a un bote. —menciono, mirando el cabello azul como el paraíso de Grimmjow volarse con el aire tibio.

—Yo solía tener un bote de carreras, se llamaba sexta. Era el más rápido y bonito de todos y siempre que me sentía solo, triste o perdido me gustaba dar largos paseos por toda la bahía de Sídney.

—¿Se quedó en Cindy? —pregunto mirándolo reírse y besarme.

—No Kurosaki, no se quedó en Cindy, más bien debe estar destruido en el fondo del mar de quien sabe qué mundo dentro de algún universo.

—Fingiré que te entendí, pero dime, ¿Lo extrañas?

—Por supuesto que no. Era algo material y nada material en este mundo se puede comparar con la felicidad que tengo contigo y los gemelos. —menciona haciéndome sonríe y también darle un largo beso.

—Bien, porque quizás yo no tengo un bote de carreras para ti, pero si muchos golpes y besos.

—Uhm...te gusta apelar a mi lado masoquista y sentimental ¿No es así?

Nos reímos como el par de idiotas enamorados que somos mientras la demás gente seguramente se pregunta de qué psiquiátrico nos acabamos de escapar. Lo mejor es que al parecer vamos a la islita de enfrente del pequeño poblado, que está extremadamente cerca por lo que llegamos en un cerrar y abrir de ojos.

El hotel más que tener varios cuartos, tiene diminutos bungalitos para turistas por toda la islita llena de espesa vegetación y obviamente mucha playa. No es un lugar muy conocido a pesar de lo precioso que es, así que además de ser barato no hay casi nada de gente. No sé como carajos encontraron este lugar mis padres, pero fue una estupenda decisión.

—Disfruten su estadía. —nos dice el hombrecito que nos acompañó por toda la jungla por cerca de veinte minutos hasta nuestro bungaló a mitad de la maleza. No sé si alegrarme de que estamos alejados de todos o preocuparme por las cosas de las que Grimmjow es capaz de hacer sabiendo que no hay nadie cerca.

—Venga Kurosaki, te cargo.

—¿Y a mí por qué? —pregunto harto y sudoroso, porque hace un calor endemoniado. Es de noche y parece el jodido infierno húmedo.

—Idiota, es nuestra luna de miel y ya sabes, el novio carga a su esposo en la noche de bodas para entrar al cuarto.

—Sólo quieres follar.

—Eso es obvio, pero soy un tradicionalista Kurosaki.

—Sobre todo porque me preñaste antes de casarte conmigo idiota. Ahora cárgame, pero cuidadito y hagas algo raro que te mato. —digo ganándome una sonrisa de su parte. Grimmjow me sorprende al cargarme en sus brazos de lado, por lo que rápido me abrazo a su cuello.

—¡Es con el pie izquierdo seis! —le grito al ver que casi entra con el pie derecho.

—Mierda, casi lo jodo. No queremos un matrimonio defectuoso conmigo preñándote veinte veces más huh. —obviamente le doy un jalón de mejillas que nos hace reír mientras entramos. —¡Seis la maleta! —le recuerdo, lamentándolo en cuanto el imbécil gira rápido en busca de la jodida maleta, golpeándome y casi noqueándome con el marco de la puerta.

—¡Ay mierda! ¡¿Bebé estás bien?!

—Sólo llévame adentro estúpido. —Grimmjow me mira con su treta barata de ojitos tiernos para que no lo mate, que no le salen obviamente, porque todo el mundo sabe que tiene más probabilidades de parecer asesino serial que inocente.  

Debo admitir que después de un puñetazo que le meto al costado, el enojo se me olvida al ver lo bonito que es el bungaló. No es para nada espacioso ni lujoso, pero sí es elegante, tiene una tina decente y lo mejor, una enorme cama. Frente a ella hay unas grandes puertas de cristal con cortinas traslúcidas que dan directo hacia nuestra pequeña playita privada a un par de metros.

Obviamente como todo cliché barato, nuestra cama está llena de ridículos pétalos de rosa con eso de que mis padres compraron el paquete especial de “recién casados”. Quiero llorar por lo absurdo y que me trague la tierra de la emoción, todo al mismo tiempo. Soy raro supongo.

Grimmjow me sienta sobre la cama y el pervertido está más que listo para brincarme encima, pero rápido lo detengo con mi pie directo a su pecho.

—Primero un baño, estoy empapado en sudor. —amenazo.

—Uhm...eso me pone caliente.

—Basta degenerado.

—Vamos Ichi, de todas formas te haré sudar más.

—Dije que no. Una ducha rápida, comida y luego veré si te dejo tomarme de la mano.

—¿La mano? Quiero metértela.

—Lo único en lo que te meterás será en un ataúd cuando te mate imbécil. Ahora prepárame el baño mientras yo pido servicio a la habitación.

—Que romántico eres Kurosaki, pensando en comida en nuestra noche de bodas.

—Ahórratelo idiota. —digo tomando el teléfono y pidiendo todo cuanto se me antoja, más pastel de chocolate claro. Afortunadamente no se tardan tanto y mi guapo y bobo marido y yo terminamos dándonos una ducha extra eficaz y cenando en la terraza, donde tenemos una mesita con vista a la playa. Ahí como siempre me ataco de la risa por las estupideces de Grimmjow y el patán logra robarme mil besos que admito me encanta darle.

—Tenemos una alberca. —menciona Grimmjow.

—¿Llamas a eso alberca? —pregunto al ver la alberquita. Es apenas un círculo mediano, obviamente nada profundo, pero que por lo menos se ve agradable con agua burbujeando y más pétalos de flores flotando entre el agua clara. Una especie de jacuzzi austero.

Grimmjow no pierde tiempo y se desnuda, mostrándome con orgullo ese cuerpo brutalmente sensual y esculpido que tiene. Se mete y se sienta sobre el banquito con forma de media luna que hay dentro del agua. Mi marido suspira relajado, recargando sus brazos sobre la orilla de la alberca y mirándome como esperando que le brinque encima.

—No me voy a meter en eso.

—En ese caso, ¿Qué te parece si yo me meto en ti bebé? —esta vez su tono no es burlón a pesar de la insinuación, al contrario, ha hablado con esa voz aterciopelada que me sabe a sexo prohibido y caliente y que me tiene temblando y tragando saliva.

Me desnudo sintiendo mis mejillas arder rosadas al notar su mirada felina, libidinosa y voraz clavada en mí. Me introduzco en el agua tibia y burbujeante, apenas si logrando sostenerme de su pecho en cuanto me jala contra él. —Nunca puedes esperarte. —digo juguetón mientras meto mis dedos en su cabello húmedo y se lo peino para atrás. Mierda, debería ser un delito ser tan guapo, sexy y atractivo.

—¿Por qué esperar cuando me puedo comer todo esto? —inquiere sugestivo, sentándome bien sobre su regazo de frente y deslizando sus manos por mi espalda descubierta, trazando mi columna hasta mi trasero el cual estruja y frota sin decoro alguno sacándome un par de roncos gemidos.

Grimmjow me mira con esos ojos azules que parecieran tener un siniestro tono neón a contra luz de luna. Me dice en silencio lo mucho que me hará gozar y gritar esta noche, pasando mi largo cabello a un lado y besando delicadamente mi hombro al descubierto.

Entierro mis uñas en sus brazos gruesos y musculosos conforme sus labios van paseándose por mi cuello y descienden hasta mis pezones rosados y duros por la rica y húmeda fricción. Grimmjow me mata lentamente, mordiéndolos y jugueteando con ellos en su boca mientras yo me restriego lento y obsceno contra él, notando que ya comienzo a ponerme muy duro. Sin embargo, no soy el único.

Disfruto trazando las líneas definidas de sus pectorales, aventurándome por los cuadros perfectamente definidos de su abdomen y finalmente llegando hasta su miembro que ya se encuentra imponentemente erecto y firme. Me relamo excitado los labios al sujetarlo por debajo del agua, sintiendo que se encuentra tan deliciosamente enorme y extremadamente grueso, perfecto y listo para llenarme.

Grimmjow sisea y maldice directo a mi oído, besándome y mordiéndome la piel mientras yo le doy placer con mi mano. Mi marido sabe lo que me gusta, así que aparte de besos, mordidas y pequeñas marcas, una de sus manos me rasguña la espalda baja mientras la otra se mete entre mis piernas en busca de mi pequeño agujero.

Grimmjow no conoce la decencia, justo como yo, metiéndome un par de dedos que se sienten tan deliciosamente familiares y perversos. Jadeo escandaloso, echando la cabeza para atrás y montando sus dedos que se abren paso dentro de mí cada vez más profundo.

—Uhm...tan apretado y caliente, listo para tomarme entero, ¿No es así? —pregunta perverso contra mis labios.

—Sí...Grimmjow sí, hah, así mi amor. —no me atrevo a abrir los ojos, en su lugar abriendo la boca para gemir y descubrir más mi cuello dejando que muerda mi manzana mientras yo continuo clavándome con saña y lujuria en sus dedos.

—¿Qué es lo que quieres Ichigo?

—Grimm…ah.

—Dilo bebé, dime lo que quieres y te lo daré.

Por fin me atrevo a abrir los ojos, abrazándome a su cuello y besándolo lento y fogoso. Derritiéndome, temblando y estremeciéndome en cuanto su lengua toca mis puntos más sensibles y hasta mi paladar, haciendo que mil escalofríos se dispersen por mi cuerpo y que mi boca se llene de saliva mientras sus manos vuelven a estrujarme las nalgas.

—A ti...te quiero a ti. —confieso entre besos mojados y gemidos mientras lo masturbo insistente. —Te quiero tan profundo dentro de mí y sentirte por días enteros. —susurro descarado y ganándome un gutural rugido, seguido de sostenerme de él en cuanto se pone de pie, cargándome y girándose para sentarme sobre el borde de la piscina.

Ni siquiera necesita hablar, que ya me encuentro recostándome y abriendo mis piernas tanto como puedo para él que se inclina metiendo su rostro entre ellas, chupando y succionando un poco mis testículos antes de bajar hasta mi tierno agujero, el cual disfruta abriendo un poco más con su lengua.

Me retuerzo respirando agitado, gritando y recargándome en mis codos para encontrarme con su mirada atrevida mientras continúa dándome placer con su boca y se masturba terminando de tomar dureza. —Grimm date prisa carajo, te necesito ahora. Cógeme. —exijo demasiado caliente y temiendo correrme con su lengua cremosa antes de tiempo.

Mi marido parece comprender, incorporándose y girándome para que le dé la espalda. Me acomodo como puedo, retorciéndome y maldiciendo al sentir un par de bruscas nalgadas que me tienen con la piel ardiente, al igual que su nariz enterrada en mi nuca y su pecho pegado a mi espalda.

—Métela seis...rápido. —suplico tembloroso y perdido, restregando obscenamente mi trasero contra su verga dura.

—Eres un niñato sucio y descarado, ¿No es así? —me susurra lascivo al oído mientras me jala el cabello con dureza, haciéndome girar el rostro y que lo mire a esos ojos de lujuria infinita.

—Lo soy...pero sólo contigo. —coqueteo cínico.

—Huh, en ese caso tendré que darte lo que tanto quieres. —Grimmjow es la violencia hecha hombre, un hombre bestial y apasionado, que no duda en enterrarse en mí agresivo y hasta las malditas entrañas. Grito entre dientes, sintiendo mis ojos mojarse y la cabeza darme vueltas porque hace demasiado calor que me comienza a joder la razón.

—Eso es...estrecho y perfecto para mí. —ruge malicioso, estrujándome las nalgas y saliendo un poco, sólo para volver a enterrarse hasta el fondo. Me ahogo con mi maldita saliva, viendo estrellas tras mis párpados y dejando que un remolino de placer se concentre frenético en mi abdomen bajo y todas mis extremidades.

Grimmjow me penetra errático y brutal haciendo mis codos raspar y friccionarse contra el piso por los bruscos movimientos. Mi culo se abre escurridizo y libertino, moldeándose a su enorme forma a la vez que mis pensamientos divagan por todo el lugar.

El deleite me carcome, mi cuerpo se quiebra, se siente caliente y deliciosamente lleno. Los aromas parecen concentrarse, tierra húmeda, almizcle por el sudor de Grimmjow y un toque a sal por el mar a unos metros.

La humedad en el ambiente también pareciera intensificarse con el cuerpo erótico, duro y aceitoso de Grimmjow restregándose impúdico contra mi espalda. De mi boca no salen más que gemidos escabrosos mientras que mi marido me recita una historia perversa y sucia al oído, casi tan inmoral como el golpeteo acuoso y asqueroso que produce su verga enterrándose en mi culo mojado y suelto para su placer.

—Justo así...mierda, voy a correrme dentro.

Apenas si puedo balbucear y asentir como un vil adicto recibiendo su dosis letal de fulminante satisfacción, intentando no gritar y morirme, debido a que Grimmjow no para de restregar y abusar de mi próstata.

No puedo, nunca he podido contra él. Soy débil ante lo que Grimmjow representa como hombre y el amor de mi vida, siempre amándome, destruyéndome y perdiéndome en un delirio caótico de emociones y sentimientos. Mi hombre que me hace gozar como una cualquiera y que me tiene absolutamente loco de amor y pasión por él.

Me corro entre suspiros, temblores y sagaces escalofríos que me tienen convulsionando y repitiendo su nombre una y otra y otra vez, para recordarle que es el rey y que siempre lo será. Grimmjow gruñe amando mi estrechez y calor hasta el límite, también enterrándose tan hondo como puede en mí y finalmente liberando toda su espesa y densa carga.

Grimmjow se corre dentro de mí, aun moviéndose brusco e intentando deshacerse de esa sensación electrificante. Me muerdo los labios, jadeando y disfrutando hasta que finalmente cae rendido sobre mí, besando torpemente mis hombros y enterrando su nariz entre mi cabello mojado.

Me retuerzo al sentir cómo sale de mí, dejándome espantosamente vacío mientras me ayuda a girar con cuidado. Apenas lo hago me abrazo a su cuello para chocar nuestros labios en un beso apasionante y agresivo. Grimmjow una vez más me carga y yo rodeo su cintura con mis piernas mientras él nos saca del agua con mucho cuidado.

Entre los brazos de Grimmjow, muchos besos y mordidas miro a su espalda el mar brillando majestuosamente debido a la luz de la luna reflejándose preciosa sobre su superficie ondulante. El calor es rico, las flores caen esporádicamente y mi cuerpo pareciera nunca dejar de arder.

Mi marido me lleva hasta el interior de nuestra habitación, donde me arroja sobre la cama casi tan caliente como mi cuerpo. Los pétalos se adhieren a mi piel mojada, pero poco me importa, porque rápidamente Grimmjow se trepa y se me viene encima, una vez más metiéndose entre mis piernas y de paso penetrándome hasta el fondo.

Me retuerzo, arqueando la espalda y gimiendo descontrolado en cuanto aferra sus manos a mi cintura e inicia otro ritmo duro y brutal que me tiene mirando estrellas, luces, galaxias y malditos colores. —Grimm...Grimmjow te amo. Grimm...ah. —repito sin cesar, recibiendo como respuesta montones de suspiros y gruñidos que me elevan el ego por el cielo, debido a que soy el único que lo pone de esta manera.

—Uhm...también te amo y cómo lo hago. —Grimmjow se relame los labios y sonríe siniestro, gozando de mi cuerpo mientras cierra los ojos dejándose llevar. También sonrío, porque es perfecto, no sólo nuestro amor, el lugar, ni la ocasión, sino él como tal. Mi perfecto y guapo marido que me ama con locura, desenfreno y obsesión. Y al cual si dios, la vida, suerte o destino me dieran a elegir para amar una vez más, escogería siempre.

-------Ukitake---------

No tiene sentido. En serio no lo tiene, ¿Cómo me pudo haber pasado esto? Bueno sé que la vida siempre te da sorpresas, pero nunca me esperé algo así, porque mientras miro a Kyoraku y a Nel abrazarse por la noticia que acabamos de recibir como familia, sé que debí haber hecho algo muy bueno en mi vida pasada para merecerme semejante dicha.

—¿Podrías por favor repetir lo que acabas de decir Retsu? —pido.

—Jushiro, ¿No la oíste? ¡Tendremos un bebé y tú un hermanito Nel!

—Así es, los análisis no mienten. —confirma Retsu pasándome el papel.

Tal y como hace cinco minutos la noticia vuelve a caerme de golpe, porque hoy por la mañana me sentí tan mal que terminé desmayándome y afortunadamente Shunsui estaba en casa, por lo que apenas desperté me trajo a la clínica. Retsu me hizo un par de estudios y claramente esperaba que me dijera que tenía cualquier cosa, ¡No que estoy embarazado!

—Jushiro, ¿Qué pasa cariño? ¿No estás feliz? —me pregunta Shunsui preocupado.

—No, digo sí, estoy...estoy muy feliz. —digo sintiendo mis ojos mojarse y como Kyoraku me abraza con fuerza por eso.

—Estoy aquí Jushiro y te amo.

—Y yo a ti. Es sólo que...no se supone que yo...yo no puedo. —intento explicar. —Creí que no podía tener hijos.

—¿Te lo confirmó un doctor? —cuestiona Retsu.

—Bueno no, pero lo intenté con mi ex-marido y no hubo resultado.

—Huh, seguro que no daba el ancho el idiota ese. —Kyoraku se burla y haciéndome rodar los ojos.

—Y luego dices que no te pareces a Grimmjow. —menciono contento y riéndome al verlo fruncir el ceño. —Por cierto, tenemos que avisarle que tendrá un hermanito.

—Lo dices como si fuera tu hijo cariño. —comenta ahora haciéndome fruncir el ceño a mí mientras le pego. —Grimmjow es familia Shunsui.

—Sí, sí, sí...ya le avisaremos cuando regrese.

—¿A dónde fue? Shunsui ya te he dicho que no lo mandes lejos, tiene que estar con Ichigo y sus bebés.

—Huh, de hecho lo tengo muy consentido y debería darle más trabajo, pero esta vez no es por mí. Kaien me contó que Grimmjow se llevaría de luna de miel tardía a Ichigo-chan a una playa que hay por aquí cerca.

—Oh, eso es muy lindo, pero bueno, será mejor que nos vayamos. Muchas gracias por todo Retsu.

—No hay de qué, nos vemos en tu próxima cita, ¿Está bien?

Shunsui y yo le agradecemos mil veces y salimos de lo más felices de la vida, cargando a nuestra preciosa hija que no deja de abrazarme. Caminamos por el bello barrio francés de Karakura, en donde entramos a mi cafetería para revisar que todo esté bien y de paso por un par de pastelillos y café, ya que tanto Nel como Shunsui tienen un dulce antojo. Nos sentamos en una de las mesitas, donde Shunsui y yo planeamos como decirles las buenas noticias a todos.

—Aquí están sus pastelillos, café y leche tibia para Nel.

—Muchas gracias. —le agradecemos los tres a mi querido Toshiro, que me sonríe hasta que escuchamos las puertas abrirse de golpe. Se trata de nadie menos que Shirosaki, el hijo mayor de Kaien y Kisuke, el cual luce furioso y pareciera buscar algo por todas partes.

—¡Tú maldito! ¡Estás tan muerto! —le grita a Toshiro apenas lo ve.

—¡Shiro-nii no! —el pequeño Tensa llega corriendo y casi ahogándose, intentando abrazar a su hermano que no se deja sujetar y en su lugar camina hasta nosotros, rápidamente tomando a mi sobrino por el cuello de la camiseta.

—¡Este es el día en que te haces agua hielitos! ¡Te dije que si lo tocabas te aplastaría!

—¡¿Hah?! ¡¿De qué hablas?! —inquiere mi sobrino intentando soltarse.

—¡¿Ahora te haces el idiota huh?!

—¡Shunsui haz algo! —agito a mi novio que estaba tan pasmado como yo, pero que de prisa se levanta e intenta separarlos.

—Vamos, vamos, no sé qué está pasando aquí, pero seguramente es un malentendido. —interviene Shunsui.

—¡¿Malentendido?! ¡Se aprovechó de Tensa! —Por toda la cafetería resuena un murmullo de estupefacción y horror mientras Tensa niega repetidamente y mi sobrino tiene la boca abierta hasta el piso.

—¡Eso no sucedió! ¡Yo jamás le haría eso a Tensa!—se defiende indignado.

—¡No pasó nada Shiro-nii, en serio, te lo juro!

—¡Tú cállate, no lo defiendas! ¡Y deja de llorar, que cuando le cuente a papá y a mamá lo que este te hizo yo quedaré como un angelito a su lado! Y tú ven aquí pedazo de basura, que cuando acabe contigo…

—Alto ahí todos. —Shunsui finalmente logra separarlos y toma a Shirosaki por los hombros para llevárselo aun a protestas al rincón junto a Tensa. Mi novio me dice con la mirada que él se encargará. Asiento para Shunsui, frotándole un brazo a mi sobrino mientras Nel se abraza a su pierna como señal de cariño.

—Sabes que nunca le haría eso, ¿Verdad? Es un bobo, infantil y torpe, pero también es el chico más lindo que he conocido y nunca haría nada que lo hiciera llorar. —habla mi sobrino mientras mantiene la vista fija en Tensa que se seca las lágrimas que por fin han dejado de brotar de sus tiernos ojos.

—Lo sé. —confirmo sonriéndole y él a mí.

Miro como Shirosaki se descontrola por momentos, inclusive sacando un papel de su bolsillo y mostrándoselo a Shunsui. Después de ello poco a poco comienzan a calmarse las cosas, hasta que el par de hermanos suspiran y vienen para acá.

—Sólo dime algo, ¿Vas en serio con él? ¿O sólo son besitos tontos detrás del restaurante? —le pregunta Shirosaki a mi sobrino.

—¡Shiro-nii! —interviene Tensa muy avergonzado.

—Voy en serio, pensaba hablar con tus padres hoy mismo y pedirles permiso para que Tensa sea mi novio. —declara muy decidido mi sobrino. Las mejillas del pequeño Tensa arden mientras se abraza al costado de su hermano que suspira derrotado.

—Ya, pues al parecer hay alguien que no ama la idea de verlos juntos e intentó meterme ideas raras en la cabeza.

—¿A qué te refieres? —pregunto.

—Alguien me mandó una carta contándome que cierto copito de nieve se aprovechó de mi hermano y como entenderás no iba a esperar a comprobarlo. No sé quién haya sido, aunque creo tener una idea. Sólo te lo advierto una vez más Toshiro, no tengo problemas con los besitos tontos, pero lo tocas de más y en serio estás muerto. —amenaza. —Ahora vámonos, que tienes un permiso que pedir y no me iré de este pueblo hasta no verlo con mis propios ojos.

Mi sobrino no se deja intimidar, quitándose el mandil y despidiéndose de nosotros antes de tomar a Tensa de la mano como retando a su “próximo” cuñado. Shirosaki levanta una ceja ante el acto, pero termina sonriendo y yéndose con ellos.

—No cabe duda que le sacó el carácter a Kisuke.

—Lo sé, cualquiera diría que es a Kaien, pero los que lo conocemos de verdad, sabemos que nadie es tan brutal e impulsivo como Kisuke.

—Creo que nuestro sobrino no lo tendrá tan fácil cariño.

—Supongo, pero si en serio se quieren todo estará bien. —digo sonriente.

—Por cierto, ya que pasamos las malos momentos, ¿Qué te parece si yo también voy a pedirle permiso a Yamaji para casarme contigo huh? ¡Y más ahora que sepa que estás realmente embarazado!

—¡No lo grites!

—¡Sí lo grito! ¡Embarazado, embarazado, embarazado! No espera, tu padre va a agarrarme a bastonazos de nuevo como con Nel ¿No es así? Ugh, supongo que valdrá la pena. —refunfuña haciéndome reír. No me queda más que brincarle encima y besarlo montones de veces en compañía de nuestra pequeña Nel.

—Te amo Shunsui, aunque estés totalmente loco.

—Somos el uno para el otro en ese caso.

Notas finales:

La familia Kurosaki está a punto de reunirse de nuevo gente. #PorUnMundoConMásMasaki <3

El GrimmIchi gozando a todo lo queda, porque no hay nada que ame tanto como ponerlos a darse amor en la playita, porque ahí la vida es más sabrosa y ahí los quiero mucho más, khá (?) Ustedes entienden jajaja Por otro lado el ShunUki, ya se lo veían venir, así es, mami Jushiro de verdad tendrá un bebé con el peludo de Kyoraku y felicidad para todos. En cuanto a lo de Tensa y Toshiro me lo pidieron, pero además ese pequeño pleito tendrá relevancia, ya verán porque.

Es verdad, olvidé al RenBya, pero no porque quisiera, sino porque se me hizo demasiado largo el capítulo y decidí pasarlos al próximo, donde ya saldrán sí o sí, lo prometo.

Por otro lado la próxima semana es mi cumpleaños y de regalo para mí misma y también para ustedes (?) publicaré un capítulo de Pantera ¡Yay! Espero hacerlo entre el Martes y el Jueves :3 Y ya ahí les diré que día saldrá Aires de nuevo, ¿Sí? Espero se alegren, me han pedido al rey pantera mucho y ya viene en camino. En fin, los amo demasiado, besos y abrazos.

PD: Si alguien es fan de Hitchcock como Grimmjow y yo, vengan y únanse a nuestro culto perverso de cinéfilos, tenemos pizza y cerveza <3 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).