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Aires del tiempo por RyuStark

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Notas del capitulo:

Hola bebitos de mi corazón, por fin estoy de regreso <3

Les traigo mucho humor, fluff rosadito y esponjoso y bueno, un poco de drama al final. Ya saben, hay que darles sabor a las cosas. Espero que lo disfruten muchísimo y me lo hagan saber. Ah sí, por favor lean las notas finales, hay información muuuuuy importante.

¡Los amo eternamente!

///Grimmjow///

No quiero sonar como una perra pretenciosa y decir que tengo una vida increíble, pero la verdad es que tengo una maldita-vida-de-ensueño. Oh sí carajo. Hay gente feliz, otra cumpliendo sus metas y luego estoy yo viviendo la fantasía más perversa y deliciosa de mi juventud. Y no me refiero a Ichigo con las piernas abiertas las 24/7, bueno en parte sí, pero más bien me refiero al simple hecho de estar de jodida luna de miel con el amor de mi vida, haciendo estupideces y gozándolo.

Estoy en el paraíso terrenal.

Entre playas, arena, calor, buena música, bebidas y Kurosaki encima de mí como si fuera un koala. Uno hermoso, bronceado y con un cuerpo de infarto —el cual me pertenece— muchas gracias. Lo único que haría esto aún más perfecto serían mis hijos aquí con nosotros, pero supongo que ya luego podré traerlos.

Por ahora no me queda más que sacrificarme y desayunarme, comerme y cenarme a su madre y si puedo hacerles un hermanito de paso. Digo, llevamos aquí apenas tres días y ya no me quiero ir con eso de que Kurosaki está más atrevido y candente que nunca. Justo como ahora que termina de colocarse una playera blanca, de manga corta y suelta que se anuda por el frente, además de esos diminutos shorts de mezclilla clara, que me hacen relamerme los labios por lo brutalmente sensual que se ve.

—Oe Kurosaki, ¿Qué tal si en lugar de ir a ver una película al cine, tú y yo hacemos una triple equis justo aquí huh? —pregunto mientras me acerco y lo abrazo por la cintura, pegando su espalda contra mi pecho y aprovechando para besarle el cuello. Mi esposo rueda los ojos y se ríe un poco, acariciando mis brazos y encontrando su mirada con la mía en el espejo que tenemos de frente.

—Eres un pervertido idiota seis. Nada de películas pornográficas.

—¿Seguro bebé? Podríamos hacernos millonarios.

—Jamás he deseado ser millonario.

—Si fuéramos millonarios podría comprarte todo el chocolate del mundo.

—Lo admito, quizás eso suena demasiado bien y me ha hecho reconsiderarlo, pero sólo un poco. —comenta haciéndome reír y girarlo entre mis brazos. Mi esposo se abraza a mi cuello y yo no dudo en darle un beso.

—Así que, ¿Hacemos la versión de la bella y la bestia para mayores de dieciocho años huh? —cuestiono con un juego de cejas que lo hace reír y darme un manotazo en el rostro.

—Así que cierras la boca y te mueves, prometiste llevarme de cita. —dice jalándome de una oreja y eventualmente tomándome de la mano para salir de nuestro bungaló.

Y claro que lo sigo, porque con tal de ver ese trasero de campeonato soy capaz de ir hasta Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno carajo. Una vez en el bote que cruza hacia el pueblo, Kurosaki se dedica a chismorrear con una pareja que supuestamente también están de luna de miel. Por supuesto no me interesa en lo más mínimo y en su lugar me dedico a ver el majestuoso mar y la enorme luna que hay en esta preciosa noche, antes de casi ahogarme de la risa cuando el viento se lleva volando una de las sandalias de Ichigo que se pierde en el mar.

—¡Seis no te rías estúpido! ¿Ahora qué vamos a hacer? —pregunta sobre la arena al llegar.

—¿Vamos? Me suena a manada. —digo entre carcajadas y ganándome de su parte un jodido puñetazo que deja estúpido al cabrón de Rocky en sus mejores tiempos. Mierda, además de romperme el brazo seguro que también ha roto algún récord de boxeo mundial.

—¡No puedo estar descalzo y deja de retorcerte no te pegué tan fuerte!

—¡Me rompiste el brazo Kurosaki! Y en cuanto a lo otro sí que puedes, por dios es un pueblo costero, así que deja de joder y mueve tu culo gordo que ya va a empezar la función. —digo tentando mi suerte y otro brazo al darle una nalgada y salir huyendo como maldito atleta olímpico.

Mi joven esposo por supuesto me maldice y comienza a perseguirme hasta nuestro auto, donde antes de entrar logra arrojarme su otra sandalia a la cabeza y casi noquearme. Juro que es ridícula la fuerza y puntería de este tipo. Ya dentro enciendo el auto y sigo riéndome de Ichigo que refunfuña precioso, hartándose y comenzando a patearme levemente con sus pies descalzos.

—Es raro verte sin tu overol. —menciona ya cansado y desparramado en su asiento, con una pierna saliéndose de la venta y con la otra sobre mi hombro.

—No puedo usar overol en la playa. —comento bastante satisfecho con mi camisa roja, de manga corta y diseño tropical con palmeritas y la mierda, la cual traigo abierta más mis bermudas.

—Si puedes, úsalo, me gusta.

—Deja tus fetiches para luego pervertido.

—¡Pervertido tú!

—Joder sí. Ahora bájate que ya llegamos. —digo aventando su pierna mientras termino de estacionarme en uno de los lugares afuera del cine del pueblo.

—No me bajaré descalzo, me da pena.

—Siempre estás descalzo en Karakura, salvaje sensual y depravado.

—¿A quién mierda le dices salvaje sensual y depravado? Sólo cómprame unas sandalias o mejor aún dame las tuyas seis, soy tu esposo. —menciona con un aleteo de pestañas que me hace bufar por su inocencia fingida.

—Consíguete las tuyas loco. —me bajo no sin recibir una última patada en el trasero. Kurosaki grita mi nombre un par de veces en espera de que me detenga sin resultado, así que no le queda más que bajarse y correr a mi lado. Intento abrazarlo, pero me empuja además de mostrarme su célebre dedo medio.

—Eres un imbécil y esta noche ni creas que tendremos sexo. Así que ni siquiera te me acerques.

—¿Quién te crees? ¿Madonna? Deja de hacerte la virgencita tocada por primera vez y dame la mano. Además tú eres el que siempre termina desnudándome y atacándome cada noche. —digo burlón. Ichigo berrea, pero termina tomando mi mano con muchísima fuerza y con toda la intención de romperme los dedos mientras compro las entradas.

—Todos me ven.

—Estás bueno, no puedes culparlos. Ahora escoge, palomitas de mantequilla o de caramelo.

—Quiero ahorcarte. —sisea con supuesto odio.

—Las de mantequilla serán.

—Esta es la peor cita del mundo. —se queja.

—Tienes razón, aún tienes demasiada ropa, en cuanto empieces a desnudarte seguro que las cosas mejoran. —Ichigo me jala el cabello mientras yo me rio y sorbo mi coca-cola con mucho hielo.

Una vez en la pequeña sala, Kurosaki y yo nos vamos hasta arriba, donde nos acomodamos a nuestras anchas aprovechando que aparte de nosotros apenas hay otras cinco personas. Y aunque estaba de boconcito ahora no duda en atragantarse con el mega bote de palomitas para diez personas y que seguro a él le durará apenas para la mitad de los comerciales.

—Así que…¿Cuál película veremos? —pregunta llevándose a la boca otro montón.

—Las colegialas traviesas en bikini…—comento obteniendo su mirada de muerte, que me hace doblar de la risa.

—Seis te juro por dios…

—Es broma, veremos ‘Pesadilla en Elm Street’.

—¿Estás jodiéndome Grimmjow? ¡Sabes que odio las películas de terror!    

—Oe, decídete carajo, aún podemos cambiar las entradas para la de las colegialas desnudas. —Claramente recibo otro puñetazo.

Lo admito, amo molestarlo excesivamente. Será que tengo algo intenso con ese hermoso ceño fruncido. Ichigo gruñe, pero al apagarse las luces me deja abrazarlo por los hombros y darle un par de besos, hasta que me avienta la cara ya que quiere seguir comiendo.

La película, que vi ya hace muchos años en Sídney y que aquí recién se va estrenando inicia. Por supuesto, más que ver la pantalla, me dedico a admirar a Kurosaki que no tarda en mojar sus shorts del maldito miedo. Así que mientras él grita del terror yo me carcajeo por sus adorables reacciones.

Y no debería, pero amo abrazarlo contra mi pecho cuando ya no quiere ver nada por estar asustado. —Por eso te dije que viéramos la otra, para ahora tus gritos serían de placer y no de terror bebé. —Ichigo me jala hasta la consciencia, pero afortunadamente todo termina bien, aunque no nos pudimos poner traviesos como tenía en mente.

—Gracias seis, oficialmente por tu culpa no volveré a dormir en mi vida.

—Bien por mí, no me importaría mantenerte despierto toda la noche. —le guiño un ojo.

—A veces no sé cómo me convenciste de casarme contigo.

—¿Quieres que me baje las bermudas para mostrarte el por qué?

—Ya vas a empezar, creo que sólo buscas pretextos para quitarte la ropa. —dice entre risas mientras entramos a nuestro auto y esta vez nos llevo hasta un pequeño restaurante que nos recomendaron en el hotel.

El lugar se encuentra en el malecón del pueblo y está a la intemperie, por lo que puedes ver el mar en todo su esplendor y hasta la islita donde nos hospedamos. Hay mesas con sillas y lo mejor es que varias personas cenan y bailan con la música mixta de los ochentas brindando ese ambiente cálido. Claramente Ichigo se cobra todas mis burlas pidiéndose medio menú y bebiéndose todo cuanto puede.

—Oe, contrólate Kurosaki, que no pienso llevarme cargando tu obeso y ebrio trasero de regreso al bungaló.

—Es tu deber como mi marido.

—Mi único deber como tu marido es el de cogerte, así que deja ya esa botella. —intento quitarle su copa de vino sin resultado. Ichigo me saca la lengua adorable y simplemente sigue llenándose como mejor sabe.

—Grimmjow hay que bailar.

—¿Hah? —digo a punto de meterme un trozo de pescado a la boca, sin embargo, tengo que soltar mis cubiertos en cuanto soy jalado por un muy ebrio Kurosaki, que me arrastra hasta la pista de baile.

Kurosaki usualmente es desastroso, pero con alcohol es totalmente desinhibido, abrazándome, besándome y bailando para mí. Se gira chocando con los demás, se abre paso entre la gente y al final regresa a mis brazos para repetir sus pasos estrellas. Sus preciosos pies se mueven descalzos y sin parar mientras yo intento no morirme de la risa y la maldita ternura, porque jódanse todos mi esposo es perfecto, aunque sea una aspiradora de chocolate y golpee como demonio.

—Te amo...te amo seis. —me dice abrazado a mi cuello y dándome pequeños besitos.

—Te amo más borracho.

—No borracho...estoy...o eso, me entendiste. —se ríe hermoso, moviendo la cabeza y casi rompiéndome la nariz cuando intenta besarme de nuevo y en su lugar me da un cabezazo.

—Eso es, se acabó la fiesta, hora de volver. —lo arrastro aun a protestas a nuestra mesa, donde tengo que sentarlo en mis piernas, porque ha amenazado con salir corriendo, ya que quiere seguir bailando. No me queda más que cenar a codazos, risas y besos cuando intenta seducirme para que lo suelte hasta que finalmente pago, lo cargo en mi espalda y me lo llevo.

En el trayecto de una u otra manera un globo que vuela termina atado a su muñeca e inclusive le compro un par de chocolates que se atasca demasiado feliz y claramente ensuciándome todo ya que sigue en mi espalda.

—Fue la mejor cita del mundo seis.

—No puedes ni verte las manos, claro que lo fue.

—Hay que follar.

—Vaya técnica de seducción la tuya. —comento sarcástico y recibiendo un jalón de cabello. Ichigo se retuerce hasta que lo bajo de mi espalda y se cae directo a la arena ahora que vamos por la playa rumbo al muelle donde el bote nos llevará de regreso al hotel.

—¡No puedo creerlo! ¡Me tiraste!

—Corrección, te tiraste solo chiflado. Ahora mueve el culo que el bote ya se va.

—¡Me niego a irme contigo!

—Bien, nos vemos mañana. —digo comenzando a irme.

—¡Seis! —chilla con un muy masculino quejido, que sí me hace girar y ver que ha usado su arma suprema, su carita de perrito tierno que me hace gruñir y regresar para abrazarlo. —Me dejaste Grimmjow.

—No te dejé bebé, sabes que iba a volver. —menciono sentándome a su lado y dándole un par de besos, los cuales profundizo hasta recostarlo sobre la arena suave y tersa como talco. Ichigo se abraza a mi espalda y yo no dudo en meterme entre sus piernas que se enredan alrededor de mi cintura.

Nos comemos la jodida boca como si no existiera mañana y juro que no hay nada más candente que escuchar a Ichigo suspirar y gemir entre mis labios a la vez que su cuerpo cálido y húmedo por el sudor dulce de su cuerpo vibra bajo mí.

Claro, hasta que entre besos húmedos un fuerte sonido llama mi atención. Me despego, sólo para volver a ser jalado por Ichigo que quiere más, besándome el rostro y casi arrancándome la camisa mientras yo busco con la mirada el sonido.

—¡Oh mierda! —exclamo al ver que el ruido se trata del último bote que ya ha partido de regreso a la isla. Me levanto a prisa, corriendo, gritando y haciendo señas sin resultado alguno. —¡Tienen que estar jodiéndome! ¿Y ahora cómo mierda volveremos al bungaló? —mi respuesta llega en cuanto soy tacleado brutalmente a la arena.

Ichigo se sienta sobre mi regazo y se saca la camiseta mientras me sonríe coqueto y de lado. Sonrío y miro el cielo mientras mi cuello y labios son besados a la vez que sus manos curiosas se meten entre mi camisa para palpar mi abdomen y pecho.

—Si sabes que se fue el último bote, ¿Cierto? —pregunto.

—Uh-huh. —dice entre besos.

—Y que ya no hay forma de que regresemos al hotel hasta mañana.

—Uhm…

—Mierda Ichigo, ¿En serio quieres coger aquí a mitad de la playa donde todos pueden vernos?

—Oh sí.

—Joder, como te amo. —menciono riéndome y acariciando su hermoso rostro. —Estás loco, eres un salvaje y un problemático de primera. Mi lindo tragón adorable. Y aun así no te cambiaría por nada.

—Eso es muy romántico seis, pero ¿Por qué no te estás bajando los pantalones?

—¿Por qué no me los estás bajando tú?

—Buen punto. —dice incorporándose y peleando con mi cierre hasta que su cuerpo se va de lado y cae de lleno contra la arena seguramente porque sigue ebrio. Ichigo se ataca de la risa y yo no tardo en pegarme a él y abrazarlo contra mi pecho.

—Kurosaki…

—¿Uh?

—Te amo. —declaro encontrando nuestras miradas. Ichigo finalmente se tranquiliza y en su lugar me sonríe dulce, acercándose y rozando su nariz con la mía.

—También te amo Grimmjow. —Ichigo me mata mordiendo y succionando sumamente lento mi labio inferior mientras mi mano acaricia su vientre.

—¿Quieres más? —pregunta y bien sé a lo que se refiere en cuanto coloca su mano sobre la mía.

—Sabes que sí. Muchos, muchos más. Amo verte lleno de mí.

—Yo también quiero más. —anuncia inflándome el pecho de orgullo, por lo que me le vuelvo a ir encima para besarlo hasta que se nos termina el aire.

—Mierda Grimmjow, me tienes mal por ti. Si te llegaras a ir…

—Jamás me iré. —lo interrumpo. —Nunca me iré. Eres mío y yo tuyo hasta el fin. —Ichigo y yo nos abrazamos con mucho cariño, acurrucándonos y observando el cielo tan inmensa y bellamente atiborrado de estrellas. Hace un rico calorcito y la brisa sopla tenue mientras que el aroma a sal se percibe sutil justo como el oleaje.

—Esto me trae recuerdos. —dice mi esposo.

—¿El pasado?

—Sí.

—Será que en todas nuestras vidas siempre has tenido esta alocada y hermosa alma salvaje que ama la naturaleza. Y ya que yo te amo, termino siguiéndote y con ello en más de una ocasión hemos terminado durmiendo a la intemperie.

—Lo sé. Me gusta esto. Grimm…

—¿Sí?

—¿Algún día nos iremos de Karakura?

—¿Quieres que nos vayamos?

—No realmente. Es nuestro hogar y donde quiero que los niños crezcan, pero si algún día quieres que nos vayamos yo te seguiré.

—Mi hogar es donde tú estés bobo adorable. Eso y qué me encanta Karakura, su gente chiflada y calor feo, pero sobre todo amo esos shortcitos ridículamente ajustados qué siempre usas. —comento. Ichigo por supuesto me pellizca mientras ambos nos reímos y miramos a los ojos. — ¿Sabes qué estoy total, estúpida y locamente enamorado de ti cierto? —pregunto acariciando su hermoso rostro.

—Lo sé, porque yo también lo estoy de ti.

La sonrisa qué me da mi precioso, lindo y tierno esposo es uno de esos momentos exactos en la vida, donde me doy cuenta qué él no es mi mundo, sino mi universo entero. Mi paraíso. Mi cielo. Mi eterno amor.


///Renji///

La vida es de buena lo que le sigue. Cada día cuando amanece y miro a Byakuya durmiendo adorable a mi lado sé que nada podría hacerme más feliz. Creí que le costaría acoplarse a esta nueva etapa, pero fue todo lo contrario. Inclusive hemos establecido una pequeña rutina.

Él ha empezado a estudiar de nuevo, ya que quiere entrar a la Universidad de Hueco Mundo y de paso ha conseguido un trabajo de medio tiempo en la cafetería de Ukitake-san, que tan gentilmente lo contrató sin replicar.

Yo por mi parte sigo con mi trabajo de jardinero un par de horas al día y así siempre podemos desayunar, comer y cenar juntos. Es una completa locura, no creí que algo tan trivial me haría tan dichoso. Obviamente no somos millonarios, pero considero que le doy un buen estilo de vida a Byakuya.

Suspiro contento ante ese pensamiento frente a la puerta de mi hogar, tomándome mi tiempo para mirar que las diversas y coloridas flores de nuestro jardín brillan preciosas ante la luz de la luna. Una noche encantadora sin duda, pienso mientras entro a mi lindo hogar.

—¡Byakuya estoy en casa! —anuncio.

—Renji, bienvenido. —me saluda a los pocos segundos. —Llegaste tarde.

—Lo siento, el trabajo me tomó más de lo esperado. —digo mientras lo observo. Luce algo, ¿Cómo decirlo? ¿Nervioso quizás? —Byakuya, ¿Estás bien?

—Uh...no sé cómo decirlo así que simplemente lo haré. Mi padre vendrá a cenar con nosotros. —comenta preocupado.

—Eso es una buena noticia, ¿Qué no? ¿Por qué la cara larga?

—Porque uhm...también viene mi abuelo. —confiesa finalmente, helándome la sangre. Oh mierda, ¿Acaba de decir que su abuelo vendrá a nuestra casa? —¿Lo ves? No son buenas noticias.

—No, no es eso, eso sólo que...uh, ¿Él ya sabe que estás viviendo conmigo?

—Mi padre ya se lo dijo. Digo, con algo tuvo que excusar el hecho de que jamás regresé a la mansión.

—¿Y tu abuelo qué opina?

—Se opone totalmente. —declara sin pena.

—Vaya, carajo en ese caso. Espera, no me digas que intenta venir para llevarte de nuevo con él.

—Según mi padre dijo que sólo vendrá a ver cómo estoy y qué le prometió comportarse. No te preocupes Renji, si te falta a ti, a mi o a nuestro hogar el respeto en cualquier segundo y se va.

—Pues uhm...supongo qué está bien en ese caso. —sonrío nervioso.

—Bien, entonces métete a bañar, ya casi está la cena y ellos no tardan en llegar.

—¿Tú cocinaste? —pregunto.

—¿Algún problema? —cuestiona con una ceja levantada haciéndome tragar saliva. Oh dios mío, ¿Cómo le digo qué su cocina es tan mala qué hasta revive muertos sólo para volver a matarlos del horror?

—Ninguno, pero ¿Qué tal si yo preparo algo más?

—No te preocupes, ya tengo el menú entero. Ahora a bañar dije. —Prácticamente me mete al baño a empujones, donde muy a regañadientes me doy la ducha más extrema y escaldante de mi vida. Una vez extra limpio me pongo mis mejores prendas y salgo para ver qué Byakuya ya ha servido una atrocidad contra la humanidad en la mesa.

—Use la vajilla bonita. —menciona con una linda sonrisa, como si la vajilla hiciera qué se viera mejor su horrible comida. —No babees Renji, tienes qué esperar a que lleguen los invitados.

—Si claro...— ¿De qué manera puedo provocar un incendio qué sólo consuma la comida y no la casa entera? Pienso hasta que escucho el timbre sonar. De inmediato Byakuya corre a abrir mientras yo permanezco como un idiota y mucho más al ver a mi suegro entrar. Soujun-san como siempre luce amable, abrazando a su hijo con muchísima fuerza y diciéndole lo bien qué se ve. Creo qué no me irá tan mal.

Olvídenlo. El abuelo de Byakuya viene detrás y a primera instancia a fruncido la nariz apenas ha entrado a la casa. No sé porque si es una muy linda casa, quizás no tiene lujos, mármol, oro o lo qué sea qué ocupen los ricos, pero si tiene un genial y apacible ambiente hogareño.

—Renji buenas noches, gracias por invitarnos. —me saluda cordial mi suegro.

—No hay de qué, es un gusto tenerlos con nosotros. —sonrío y estrecho su mano.

—Te presento a mi padre, Kuchiki Ginrei, el abuelo de Byakuya. —nos introduce. Rápidamente pongo mi mejor sonrisa y le extiendo mi mano al señor qué observa detenidamente mi gesto. Pasa una temible y pequeña eternidad hasta que decide tomarla y darme un apretón que casi me hace chillar. El hombre ni siquiera sonríe o cambia su expresión, soltándome y limpiándose la mano en el pantalón aprovechando qué su hijo y nieto no lo están viendo. ¿Qué se supone que significa eso?

—Abuelo, por aquí por favor. —Byakuya lo invita a una de las cabeceras.

—Toma Renji, trajimos regalos. —Soujun-san me entrega una botella qué tiene un nombre en otro idioma, ¿Eso es francés? y con fecha de hace casi cuarenta años. Carajo, debe costar lo de treinta de mis casas. Y además de eso me entrega una caja transparente con un bonito moño, etiqueta dorada y galletas o algo raro de colores.

—Son macarrones, los traje de mi último viaje a París, son los favoritos de Byakuya.

¿Dijo macarrones? Los únicos macarrones qué conozco tienen queso y los venden en Kurosaki’s, espera, ¿Fue a París? ¿Los favoritos de Byakuya? No puedo más qué sonreír abochornado porque no tengo idea de lo qué está pasando.

—Ah, y estos son para ti. —me entrega una caja rectangular con papel ridículamente precioso, de dragones y leones sobre un escudo del siglo pasado más un moño dorado. —Son chocolates. Espero te gusten. —¡¿Qué carajo?! Los chocolates que yo compro vienen sueltos y no tienen leones.

—Muchísimas gracias. —digo mientras dejo los regalos y paso a sentarme.

—Yo hice la cena, espero les guste. —comenta Byakuya mientras yo le ruego a dios que su abuelo no me arroje el plato a la cara, cuando pruebe el esperpento que cocinó su nieto. Porque tal y como lo pensé, apenas lo pruebo casi se me van los ojos para atrás de lo mal que sabe todo. Sin embargo, al levantar la vista me quedo sorprendido al ver que su abuelo y padre lucen bastantes satisfechos.

—Está muy bueno hijo, has mejorado mucho.

—Lo sé. —dice orgulloso Byakuya. Supongo que si no les importa terminar en urgencias yo tampoco tengo problema. La cena es bastante amena con Byakuya y su padre platicando de cómo le va en su trabajo de medio tiempo a mi joven novio, además de todos los amigos qué ha hecho.

—Así qué Renji...—interjecta el abuelo de Byakuya llamando la atención de todos. —Soujun me dijo qué trabajas de jardinero y cargador.

—Así es.

—Un trabajo pasajero supongo, al menos hasta que te consigas algo mejor.

—No comprendo. —hablo al ver su mueca desinteresada.

—Digo, no me dirás qué piensas ser un simple jardinero toda tu vida y con ello tener a mi nieto viviendo en este lugar.

—¡Abuelo!

—Padre, no inicies, lo prometiste...

—¿Qué? No dije nada malo.

—Está bien Byakuya, Soujun-san, tiene razón. Aunque amo las flores, ser un jardinero no es algo que tengo pensado hacer toda mi vida, pero tampoco es algo que tenga que compartir con usted señor. Byakuya y yo vivimos bastante bien, él es feliz a mi lado y es todo lo qué me importa. Estamos destinados.

—Lo dices como si el hecho de tener esas tontas iniciales significara algo realmente importante muchacho.

—Para nosotros lo es todo abuelo. —enfatiza Byakuya.

—Son jóvenes aún, por eso lo crees así, pero el día que te canses de la miserable vida que te da tu “otra mitad” —menciona con claro desprecio y burla para mí. —sabes qué puedes volver a casa.

—¡No volveré a ese lugar! Este es mi verdadero hogar, justo aquí con Renji. Creo qué tienes qué irte abuelo.

—Vaya insolencia, echando fuera al hombre que te dio todo. Eres un desagradecido Byakuya, que vergüenza, nosotros no te criamos así. Dándome la espalda y tratándome mal por este...muchacho. —eso definitivamente hace callar a Byakuya, que aprieta los labios.

—Padre es suficiente, hay que irnos. —reprime mi suegro poniéndose de pie.

—Tú también sabes que tengo razón Soujun, lo mejor será llevarnos a Byakuya. Imagínate que vuelva a enfermarse o peor aún, que acabe embarazado de este tipo.

—¡Padre por todos los cielos! Lo siento mucho hijo, también tu Renji. —insiste Soujun-san, jalando a su padre que nos mira con disgusto.

—Nunca te he dado la espalda. —dice Byakuya poniéndose de pie y yendo tras su abuelo. —Eres mi ejemplo a seguir y nunca querré a nadie como a ti, pero Renji es el hombre que amo e independientemente de que lo apruebes o no me quedaré con él pase lo que pase. Nunca quise echarte de esta manera, pero hasta que no aprendas a respetarme a mí, mi novio y nuestro hogar no hay lugar aquí para ti. Y para tu información, si algún día tengo hijos con Renji, ten por seguro que serán los niños más lindos y sanos del mundo. Sólo espero tu orgullo te permita conocerlos. —finaliza Byakuya. Su abuelo nos mira detenidamente, suspirando harto y yéndose con su hijo que no termina de disculparse hasta que se cierra la puerta.

—Fuiste muy valiente Byakuya.

—Gracias, tú tampoco estuviste tan mal. Además sabía que esto pasaría. Mi abuelo jamás sabe quedarse callado, pero mejor olvidémoslo, ¿Quieres postre?

—¿Tú lo preparaste? —pregunto viéndolo fruncir el ceño.

—Lo compré. Es tarta de manzana de Kurosaki’s.

—En ese caso sí quiero. —comento ganándome un puñetazo en el brazo de su parte. Me rio mientras él va por la tarta que sirve y la cual nos vamos a comer a nuestra terracita con vista al jardín.

—Por cierto, eso que dijo mi abuelo…

—¿Qué de todo? ¿Lo de simple jardinero? ¡Caramba, la tarta de Kurosaki’s es la mejor! —exclamo por lo rica que está la tarta de manzana con canela y corteza crocante.

—¿Podrías dejar de comer y prestarme atención un segundo? —me jala una oreja Byakuya.

—¿Qué pasa? —pregunto entre gruñidos e intentando meterme otro bocado a la boca, el cual no llega debido a que Byakuya me quita los cubiertos haciendo que lo mire.

—Uhm…¿Qué piensas sobre...los niños? —dice eso último tan bajito que apenas lo he oído.

—¿Sobre niños? ¿Qué niños? ¿Qué si me gustan? Uhm...pues además de mi hermanito que vive en Hueco Mundo, sólo he jugado con Nel, la hija de Kyoraku-san y con los gemelos de Ichigo, son bebitos adorables, nada que ver con la bestia de Grimmjow, ¿O por qué lo preguntas? —cuestiono al ver que se ha puesto todo rojo.

—¿Quieres tener hijos conmigo Renji?

Lo admito su pregunta me toma cerca de un minuto comprenderla, de inmediato sintiendo mis mejillas también arder un poco mientras intento aclararme la garganta, ya que pues aún no hemos...eso.

—Uhm, me...me gustaría mucho, pero no ahora. Quiero que vayas a la universidad y antes de pensar en niños quisiera agrandar la casa. ¿Estás de acuerdo con eso?

—Sí, creo que es una buena idea. —afirma con una sonrisa más decidida.

—Además tenemos todo el tiempo del mundo, sin mencionar que bueno, aún no...No nos hemos casado. —juro que ambos parecemos idiotas, yo rascándome la nuca apenado y él asintiendo con las mejillas rojas.

—Gracias por respetarme Renji. —dice mientras toma mi mano. Esta vez ambos encontramos nuestras miradas y nos sonreímos, acercándonos y dándonos un pequeño beso. Quizás parezca extraño para personas ajenas, pero Karakura al igual que su gente es bastante tradicionalista —excluyendo casos como el de Ichigo— por lo que antes de pensar en niños, tiene que haber boda y para ello primero la familia de Byakuya me debe de aceptar. Lo cual por el momento parece un poco complicado.

—Todo estará bien Renji, mi abuelo es testarudo, pero sé que comprenderá y entonces nos dará el visto bueno. —ameniza afable mi novio.

Sonrío y lo abrazo, entrelazando nuestros dedos y aprovechando para disfrutar el simple hecho de estar juntos. E indudablemente, cuando miro al cielo sé que si además de Byakuya, el universo supiera cuanto lo amo, se avergonzaría de ser tan pequeño.

—Renji, ¿Qué es eso? —Byakuya llama mi atención, señalándome algo muy a lo lejos. Ya que vivimos en una pequeña colina, desde esta parte alta se puede ver una gran parte del bosque que rodea Karakura y justamente al final se ve una inmensa humareda.

—No lo...no lo sé, ¿Un incendio? Luce peligroso. —apenas menciono eso, suena el teléfono de casa, por lo que me levanto y entro para tomar la llamada sin dejar de mirar el humo muy a lo lejos. Debe ser un incendio grande para verse aún a esta distancia. —¿Hola? —contesto.

—¡Renji, qué bueno que contestas! ¡Necesitamos tu ayuda urgentemente! —es la voz alarmada de Kyoraku-san sin duda, de fondo se oye movimiento, gritos de muchas personas y un tremendo alboroto.

—¡¿Kyoraku-san?!¡¿Qué pasa?! ¡¿Es por el incendio?!

—¡Así es! —dice mientras tose estrepitosamente. —Necesitamos tanta ayuda como se pueda, tienes que venir ahora y llama a cuantos conozcas.

—¡Iré de inmediato! Espere, ¿Dónde es el incendio? —pregunto sumamente angustiado y más al comprender que conozco muy bien la ubicación, por favor, por favor, que no sea donde pienso que es.

—Muchacho, los Kurosaki necesitan ayuda…—declara dejándome catatónico.

Oh no...No la familia de Ichigo, ellos no merecen esto. Instantáneamente suelto el teléfono y salgo corriendo tan rápido como puedo, escuchando a Byakuya gritar mi nombre. Me subo a mi auto con toda la intención de volar y esperando ser de ayuda. ¿Qué habrá pasado? ¿Todos estarán bien? Será bueno que me comunique con Ichigo y Grimmjow. Sólo espero llegar a tiempo.

Notas finales:

Bueno como pueden ver Grimmjow e Ichigo se la viven disfrutando su tierno y estúpido amor jajaja nadie como esos dos. Sin embargo, parece ser que pronto tendrán que volver a casa con ese final tan preocupante, ¿Qué creen que haya pasado? (Además del evidente incendio)

Por otro lado el RenBya, miel sobre hojuelas para el mono hasta que llegó su suegro y el abuelo. Sabíamos que no se le dejarían fácil, pero por ahora todo marcha bien (?)

Por cierto, el próximo mes es el cumpleaños de los amores de mi vida el GrimmIchi, tanto de Ichigo como de Grimmjow y obviamente haré dos súper one-shot porque se lo merecen tal y como el año pasado, pero quería preguntar que temáticas son más populares y quieren leer. Algo como omegaverso (para que se siga expandiendo la lista)

En fin, espero que también me cuenten cuales han sido sus partes favoritas del capítulo, sus predicciones y todo. Los amo muchísimo. Mil gracias por siempre apoyarme y leerme ¡Son los mejores! ¡Nos vemos! <3

PD1: ¡Actualicé pantera la semana pasada para que corran a leerlo! (Por si no lo han echo :3)

PD2: ¡¡¡Nueva actualización de 'Enamorado del Comandante' la próxima semana sin falta!!! Para todos los que lo han estado esperando por años, por fin llegó el momento <3

PD3: Como siempre besos extras para los que entienden todas las referencias de Grimmjow ;)


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