Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aires del tiempo por RyuStark

[Reviews - 170]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los amo más allá del tiempo y el espacio. Gracias por siempre esperarme <3

///Grimmjow///

Y justo cuando todo estaba bien, la oscuridad de una vida pasada regresó y arruinó todo. Duele, mis piernas, mi pecho, pero sobre todo mi alma. Quema, me pesa y no soy capaz de soportarla en este momento por mí solo. Sin embargo, me fuerzo a seguir corriendo y huir de todo. De mi pasado doloroso, de mis crueles recuerdos y sobre todo de Kyoraku, que aunque dice amarme me rompió el corazón.

La respiración comienza a fallarme y las malditas lágrimas me nublan la vista por momentos, mi cuerpo está ardiendo y sudando abundante mientras yo me obligo a no detenerme, porque si lo hago él llegará y con ello todo lo que quise olvidar alguna vez. Por momentos miro al cielo, donde la luna me alumbra con tanta intensidad, casi suplicándome que me detenga y sí que lo hago al tropezarme de lleno con la gruesa raíz de un árbol que no alcancé a brincar en esta inquietante oscuridad.

Me caigo de bruces al suelo, gruñendo adolorido y lastimado por las piedritas que se incrustaron en mi piel e intentando ponerme de pie a la vez que escucho como gritan mi nombre. Me arrastro hasta que logro levantarme y sostenerme contra un árbol, asegurándome de guardar silencio ya que hay alguien cerca. Mi respiración está agitada, el cuerpo me duele, me arden los ojos y las heridas.

—¿Grimmjow? Seis soy yo...—me pregunta una dulce y preocupada voz que bien conozco.

—Aquí...—digo agitado. Ichigo qué está tan cansado como yo alcanza a vislumbrarme entre la oscuridad, se acerca y me abraza. De inmediato nos sostenemos el uno al otro y con ello el peso de esta alma dolida que compartimos. Mi esposo me consuela y yo simplemente me deshago entre sus brazos.

—Kyoraku-san te fue a seguir al final del bosque, pero yo sabía que vendrías aquí. —apenas a unos metros está el pequeño lago, en donde podría decirse que llegué a este lugar.

—No quiero verlo Ichigo. No quiero verlo...—mi esposo asiente, toma mi mano y nos vamos a sentar frente al lago. De inmediato me abraza contra su pecho y comienza a acariciarme el cabello. Ninguno dice nada por lo que pareciera ser una pequeña eternidad dejando que la noche y el silencio nos invadan.

—Cuando era un niño y el abuelo me pegaba siempre pensaba en cuánto quería abrazar a mi mamá y que mi padre me defendiera de él...—digo. —pero luego recordaba que nunca tuve un padre porque nos abandonó y mi mamá murió demasiado rápido. Sabes, ella...ella nunca dejó de quererlo, aun cuando el abuelo la hizo casarse con mi padrastro. —Ichigo simplemente me besa la frente y entrelaza nuestros dedos.

—No puedo hablar al respecto de tu pasado, pero sí de tu presente. Hay personas que aun mirándote a los ojos te dicen que te aman y te mienten, pero...no creo que Kyoraku-san sea una de ellas. Ambos se pelean todo el tiempo, él dice que no le importas y sin embargo, siempre que te ve sus ojos se iluminan con cariño y orgullo y simplemente no es capaz de abandonarte. —dice y yo simplemente permanezco en silencio.

—Solo quiero ir a casa, abrazar a mis hijos y a ti y dormir.

—Está bien, pero piensa lo que te dije, ¿Sí? Hay muchas cosas que aún no sabes de él ni él de ti, así que antes de apuntarlo con el dedo quizás deberías oírlo.

—No lo sé, tendré que pensarlo... —Ichigo me besa en los labios suavemente y finalmente nos vamos de regreso despacio. —Estás embarazado, no debiste haber venido tras de mí. —intento reprenderlo.

—Jódete, eres mío y soy el único que puede hacerte llorar. —me sonríe precioso provocándome lo mismo.

—No sé qué mierda haría sin ti, me desquiciaría probablemente.

—Probablemente sí. —sonríe.

Caminamos tomados de la mano y yo me siento un poco tonto, como un niño con lágrimas secas en las mejillas y el cual fue consolado. Una vez en casa vemos que ya todos están dormidos, por lo que en nuestra habitación, Ichigo y yo nos damos una ducha rápida y luego de besar a nuestros hijos nos vamos a la cama.

Esta noche me encuentro especialmente agresivo, por lo que apenas se sienta en la cama lo jalo hacia mí y lo besó con dureza. Ichigo apenas puede respirar entre besos mientras yo le meto las manos bajo la camiseta extra grande y suelta que trae puesta para estrujar su trasero.

Mi esposo parece comprender y no se queja, dejándome bajarle la ropa interior y jalarlo hacia mí. Ya me encuentro desnudo, por lo que Ichigo no tarda en sentarse sobre mi regazo y en sacarse la camiseta. Él solo toma mi erección dolorosamente dura, gruesa e hinchada para llevarla hasta su pequeño agujero mojado y dejar que entre hasta lo más profundo de su interior. Seguramente le duele por no haberse preparado, mas no lo demuestra gimiendo con los ojos cerrados.

Es rápido, es violento, es maravilloso.

Ichigo aferra sus manos a mi pecho, enterrándome las uñas y comenzando a mover sus caderas increíblemente. Mi esposo me monta tan duro y rico, dejándome salir hasta la mitad, sólo para volver a sentarse de golpe y dejar que me entierre hasta los testículos. Mis ojos se van para atrás por momentos mientras siento el sudor ardiente escurrir por mi cuerpo y escucho el incesante crujido de la cama.

—Ah...ah, Grimmjow...Grimmjow. —Ichigo me rasguña el cuello a propósito, ya que por la dureza con la que me lo follo, por momentos salgo de su cuerpo. Mismo que aprovecha para restregar su culo contra mi verga mientras se relame los labios y simplemente fricciona su cuerpo aceitoso contra el mío.

Me encanta sentir sus pezones rosados y duros rozarse contra los míos, al igual que nuestras lenguas que no paran de encontrarse en su boca hasta que una vez más se incorpora para tomar mi erección y meterla en él. Gruño al sentir lo deliciosamente caliente, mojado y apretado que está su culo tomándome entero.

—Uhm...¿Así te gusta? —me pregunta y yo como un maldito animal contesto entre gruñidos mientras le froto y estrujo las nalgas.

—Más duro...—demando dándole una buena nalgada que lo hace gemir y obedecer. Mi esposo que empezó siendo un adolescente primerizo, ahora coge como la mejor de las cualquieras. Es tan obsceno y desinhibido, acariciándose, masturbándose y gozando la forma en la que cogemos mientras sonríe descarado y continúa montándome.

Los segundos se vuelven minutos de una agonía electrizante, que me tiene temblando y sintiendo rayos y escalofríos recorrerme cada maldita vena hasta concentrarse en mi vientre bajo. Cuando finalmente lo veo venirse con sólo tenerme dentro, también termino en su culo, sintiendo que el universo se ha detenido sólo para nosotros.

Ichigo cae rendido sobre mí  para besarme torpemente mientras yo continuo moviéndome lento dentro de él hasta que se separa. Mi esposo me saca de su interior dejándome ver como mi semen comienza a brotar de su pequeño agujero.

—Deja de provocarme...—digo llevando mi mano al interior de sus muslos para meterle un par de dedos que lo hacen gemir. Ichigo se cubre la boca y me ve con los ojos llorosos, disfrutando y moviendo sus caderas para sentir mejor mis dedos hasta que lo hago venirse una vez más.

Esta vez se tira a un lado y se abraza a mí. Somos un maldito asco, empapados en sudor, saliva y semen, pero como me importa un carajo simplemente lo abrazo por la espalda y hacemos un enredo de piernas.

—Te amo...—suspira adormilado y yo le respondo besándole la nuca.

Lo abrazo especialmente fuerte y él no se queja ya que se ha quedado dormido. Indudablemente mi vista permanece fija en la ventana, donde intento ver más allá del mismo cielo y las estrellas.

Acabo de hacer el amor increíblemente, y entonces ¿Por qué los recuerdos de medianoche son los más tristes y dolorosos? Extraño a mi madre, su sonrisa y belleza que fueron tan fugaces como una lejana primavera. Y por otro lado, también extraño al padre que nunca tuve y que ahora aparece frente a mis ojos pretendiendo que nada pasó.

Suspiro profundamente y sonrío en cuanto siento a Ichigo girarse aún medio dormido para besarme los labios, porque él es el único hombre frente al cual me pudo mostrar vulnerable sin sentirme débil. Lo abrazo sintiendo como todo es mejor y más feliz entre sus brazos hasta que finalmente me quedo profundamente dormido.

Por la mañana no recuerdo si soñé algo, lo único que sé es que me despiertan montones de besos llenos de saliva de mis hijos y uno profundo de mi esposo. La mejor manera de iniciar el día que está especialmente soleado, cálido y muy bonito. Cargo a mis bebés y los lleno de mimos antes de bajar como me pide Ichigo. Abajo ya me espera toda mi familia, que también me besa y abraza.

A muchos les parecería algo tan trivial, pero para mí significa el mundo, porque este es mi lugar especial en el universo, justo aquí entre estas personas y en ningún otro sitio. Nos sentamos a desayunar en el comedor hasta que vemos a mi suegro bajar todo despeinado y con cara de resaca absoluta porque seguro bebió mucho anoche.

—¿Qué pasa suegro? ¿Hoy le toca hacer casting para El Amanecer de los Muertos? Seguro que lo contratan con esa carita. —por supuesto recibo un manotazo directo a la nuca de mi esposo que me hace reír.

—Buenos días para ti también mi teñido hijo. —me dice de mala gana mientras se sienta y recibe una taza de café.

—Papá, Grimmjow y yo iremos a comprar cosas hoy al centro del pueblo para mi fiesta. —dice Ichigo mientras termina de verter media caja de cereal de Fruity Pebbles en su tazón tamaño platón de fruta y no sin sacarme la lengua como diciéndome que no me dará un carajo.

—Obviamente...espera, ¿Qué? ¿Qué fiesta? —Kurosaki pone su cara de indignación mientras me arrebata la leche y se la sirve toda. —En primera esa era toda la leche que quedaba y en segunda ¿De qué fiesta hablas?

—De mi fiesta de divorcio cuando te deje imbécil.

—Oh vamos, dime qué fiesta, nuestro aniversario no es.

—Obviamente no con eso de que nos divorciaremos.

—¡Kurosaki! —mi esposo se ríe de mi cara de angustia.

—En dos semanas es mi cumpleaños bobo y haremos una gran fiesta porque soy especial.

—Más bien quieres tragarte un pastel entero sin sentir culpa. —por supuesto me da un puñetazo que una vez más le quita otro campeonato del mundo a Rocky.

—Para tu información estoy embarazado y como lo que yo quiero.

—Sí eso te deja dormir por las noches...¡Ah! —chillo al sentir un pellizco en el pecho. Ichigo me gruñe, me besa y me dice que por su culpa su cereal ya se aguadó. Sonrío y no me queda más que comer mi desayuno y luego acompañarlo.

Supongo que me ahorró el pretexto de que me siento mal y no puedo ir a trabajar hoy con eso de que no quiero ver a ese hombre. Así que apenas le aviso a Starrk que hoy no iré a trabajar, me voy en mi bonito Chevelle en compañía de mi esposo y hasta mis hijos que van en sus asientitos especiales en la parte trasera.

—Joder, a este paso vamos a necesitar un tráiler donde quepamos todos, porque aún no me rindo con lo de que hagamos un equipo de fútbol entero con banca incluida. —obviamente me gano un jalón de orejas.

—Ya te dije, tú ten el equipo...—me saca la lengua adorable. ¿Por qué es tan perfecto?

Una vez que llegamos al lugar estacionamos el auto sobre la avenida y me toca cargar a los gemelos, uno por el frente y otro en la espalda, ya que Ichigo está embarazado y no me gusta que se esfuerce. Nos tomamos de la mano y entramos a una tienda en algún lugar del barrio francés, donde venden globos, cosas de fiesta y la mierda.

—Oe Kurosaki, haz una fiesta de disfraces y a media cena finjo que me sale un alíen del pecho.

—Sólo que quieras matar a papá de un infarto.

—Oh vamos, usaré sangre falsa.

—Y real cuando yo te acabe a golpes. Deja eso y ven aquí. Mira esto...—me muestra orgulloso algo enorme.

—¿Acaso eso es una bola de espejos? —pregunto.

—¡Sí! Será genial, habrá música disco y tú bailarás para mí.

—¿Yo? Uh...supongo, pero en ese caso tú también bailarás para mí...en poca ropa. De hecho, mejor sin ropa, sí, eso suena muy bien. —mi esposo rueda los ojos y me besa sonriente.

—Esta es la muestra, ya la aparté y vendré por la mía la próxima semana. Aunque ahora que lo pienso quiero llevarme todo...

—Vivo o muerto vendrás conmigo.

—¿Ese eres tú intentando decirme que ya te cansaste?

—Ese soy yo imitando a RoboCop, pero gracias por notarlo. Ahora mejor vamos por un helado.

—Sólo por eso acepto. —dice besándome y tomándome de la mano. Salimos entre sonrisas, cuando cierta voz que pronuncia mi nombre me hace tensar. Kyoraku cruza la calle intentando alcanzarme y yo jalo a Ichigo a prisa.

—¡Grimmjow por favor! ¡Grimmjow espera!—me persigue. —¡Grimmjow enfréntame como un hombre! —exige Kyoraku y esta vez me detengo furioso, para girar y encararlo.

—No me digas cómo se porta un hombre, ¡Que un hombre de verdad no abandona a su familia como tú lo hiciste! ¡No quiero verte, entiéndelo! —grito y él me ve con tanta tristeza mientras yo vuelvo a tomar de la mano a Ichigo y me lo llevo a prisa de ese lugar.

—Seis...

—Estoy bien.

—Pero...

—¡Dije que estoy bien! —me altero un poco, pero rápido me tranquilizo en cuanto mis hijos comienzan a llorar. Ichigo me quita el que traigo en la espalda para abrazarlo mientras yo consuelo al otro. —Lo siento Ichi...es sólo que aún no sé cómo reaccionar frente a él.

—Está bien sino estás listo aún, pero sé consciente que tarde o temprano tendrás que hablar con él.

Me atrevo a mirar una última vez hacia atrás y ahí lo veo. Kyoraku sigue detenido entre la multitud, mirándome cabizbajo, quizás esperándome y luciendo más solo que nunca. Sin embargo, sigo mi camino con mi esposo e hijos. Admito que el helado no me sabe tan dulce como de costumbre y me veo obligado a sonreír cuando no lo siento.

Ichigo me mira fijamente porque puede ver a través de mí, ya que le pertenezco en todos los sentidos. Y a pesar de eso me hago el tonto, abrazando a mis hijos, besando sus mejillas rellenitas y rosadas y diciéndoles cuánto los amo y como no me iré de su lado jamás. Miro en la tierna inocencia que hay en sus miradas cuánto esperan de mí y al saber de primera mano lo que es la decepción, les juro en silencio que les daré mi todo y más.

Por la tarde vamos al restaurante a comer y a ayudar y a la mañana siguiente es hora de volver al trabajo. Y aunque pensé que Kyoraku me perseguiría de nuevo, la verdad es que ni siquiera me volteó a ver. Quizás ha comprendido que quiero distancia, pero entonces, ¿Por qué mi corazón se estruja de sentirlo tan lejano? Me niego a darle vueltas a esos pensamientos y mejor me animo a seguir con mi vida tal y como de costumbre.

Los días pasan rápido para mí, trabajando, siendo amigo, padre, yerno, cuñado, esposo y al final un mero hombre más. Ichigo todos los días me abraza cuando las pesadillas llegan y las borra con apenas un beso. Por las mañanas le da sentido a mi vida con su sonrisa y por las tardes me deja hacerle el amor despacio. No sé qué haría sin él.

///Ukitake///

Han sido días buenos y malos, por un lado mi embarazo va bien, mi hija también crece de maravilla y cada día se pone más linda, la cafetería es todo un éxito y gozo de salud. Sin embargo, no todo es perfecto. Y lo digo por Shunsui que sigue tan graciosito y ocurrente como de costumbre, pero cuando cree que nadie lo ve su mirada permanece en la nada. Esperando a algo o más bien a alguien. A su amado...hijo.

No sé mucho, nada que él no haya querido decirme que no es casi nada. Pero está bien, si ellos pueden pretender que nada pasa yo también y veremos quién aguanta más o al menos eso charlé el día de ayer con Ichigo. Ahora de nuevo me encuentro en Kurosaki’s, porque con mi embarazo tengo muchos antojos y el día de hoy han sido unas papas a la francesa con mucha mostaza y miel y yo odio la mostaza. Raro definitivamente.

—Oh Kisuke, estoy tan contento, Karakura se llena de bodas. Yo me casaré con Shunsui apenas nazca nuestro bebé. —le digo a mi buen amigo que está tras la barra mientras yo como y me froto el vientre. —Y tú volverás a casarte con Kaien el próximo mes...

—¿Qué te puedo decir? Kaien-chan no se pudo resistir a mis encantos…—claramente apenas dice eso un pan que pareció más proyectil que pan impacta contra su cabeza, proveniente de la cocina por parte de Kaien que ahora le muestra el dedo de en medio. —Definitivamente lo traigo loco por mí.

—Ya lo creo…—me río.

—Buenas tardes Ukitake-san, Urahara-san. —nos saluda cordial Renji.

—Renji, que gusto verte, ¿Cómo está Byakuya?

—Muy bien, está en la escuela y le va de maravilla. Es un muchacho muy listo y ahora tiene un par de amigos. Está muy cambiado. Le ha sentado bien salir a conocer el mundo, pero disculpen, seguro que interrumpí su plática.

—No, que va, estamos hablando que Karakura se llena de bodas. Yo y Shunsui, Kisuke y Kaien...

—Ah, en ese caso creo que tendrán que anotarme...—dice tímido y sorprendiéndonos.

—¡Por fin te casas con Byakuya! —exclamo alegre.

—Bueno, él ya aceptó y también su padre, la cosa es convencer a su abuelo. Como todos saben no le caigo muy bien al señor Ginrei. Y a pesar de todo sé que es importante para Byakuya que nos dé su bendición.

—Ya, pues ese señor es un estirado, mira que no querer de yerno a un chico tan lindo como tú...—le pellizco una mejilla haciéndolo sonreír. —Aunque ahora que lo pienso, el señor Ginrei siempre ha sido mejor amigo de mi padre. Así que quizás yo pueda intervenir un poco por ti. —Renji me sonríe diciendo que no es necesario. —Tú no te preocupes, déjamelo a mí.

—Muchas gracias...—me dice amable, cuando de repente miro a Grimmjow entrar por la puerta. Me mira y por un momento baja la mirada haciéndome fruncir el ceño.

—Grimmjow, tienes un segundo para venir aquí antes de que te dé el jalón de orejas de tu vida jovencito. Te juro que ni Dumbo tendrá las orejas tan grandes como tú. —lo amenazo en voz alta y sin pena mirándolo rodar los ojos y acercarse.

—Hey...

—Nada de “hey”. ¿Qué pasa contigo? ¿Acaso ya te olvidaste de mí y de tu hermana eh? ¿Sabes cuánto ha llorado porque piensa que gatito no la quiere más? —lo reprendo.

—Lo siento...luego iré a verla a la cafetería.

—No, mejor ve a la casa, así podrás jugar con ella a gusto.

—Preferiría no hacerlo...—dice nervioso.

—Grimmjow...es tu hermana.

—Lo sé y la amo. En serio que sí, pero este no es un buen momento.

—¿Por lo que pasó con Shunsui? —parece tomarlo por sorpresa que lo enfrente tan directamente, pero él suspira.

—No sé de qué hablas, sólo no es un buen momento ahora, ¿Sí? Dile a Nel que la amo, a ti también y al bebé...—dice mientras me frota el vientre. —Por ahora tengo cosas que hacer y me debo ir, sólo vine a dejarle sus vitaminas a Ichigo. —le da un frasco a Kisuke. Por su lado, en cuanto Ichigo sale de la cocina y ve su marido corre feliz a besarlo y a dejarse frotar el vientre.

Sonrío ante eso, más no estoy satisfecho, no quiero que sigan así de distantes. Por lo que en cuanto lo veo salir voy tras de él, pero al cruzar la puerta un horrible dolor me aborda la espalda. —¡Ah! —exclamo y Grimmjow gira viniendo a prisa al verme agarrar de la pared.

—Oe, ¡¿Qué pasa?! ¡¿Estás bien?! —me sostiene mientras yo tiemblo sintiendo el dolor nublarme la vista y los sentidos. Oh no, he estado teniendo contracciones desde hace un par de días, pero no creí que ya hubiera llegado el momento. Intento resistir a la vez que veo a Kisuke e Ichigo salir y verme preocupados.

—Ukitake-san, ¿Qué tiene? —me pregunta angustiado Ichigo.

—Creo...creo que ya va a nacer mi bebé.

—Te llevaremos al hospital. Ichigo ve y avísale a Kaien para que me acompañe y luego tú y Grimmjow vayan y avísenle a Kyoraku. —su sobrino sale disparado mientras Grimmjow se queda pasmado.

—Hijo por favor...ve por él, dile que lo necesito. —le acaricio el rostro mientras respiro agitado. Grimmjow parece pensárselo, pero termina asintiendo y yéndose no sin darme un gran beso en la mejillas. De alguna manera eso me deja mucho más tranquilo y simplemente me dejo llevar. Durante el camino mientras Kisuke y Kaien me dicen que respire y que pronto toda mi familia estará conmigo, me dedico a mirar todo a mí alrededor.

Si bien el dolor es terrible, de alguna manera me recuerda que esto es real y los ojos se me llenan de lágrimas. No sólo porque pronto tendré a mi hijo entre mis brazos, sino porque todo lo que he vivido ha hecho que llegara a este punto exacto en el tiempo. Ahora estoy en mi mejor momento, siendo feliz junto al hombre que amo, con una familia maravillosa y rodeado de lo que más dicha me da. No creo que pueda pedirle nada más a la vida.

///Grimmjow///

Fue cuestión de minutos en lo que llegué a la casa de Kyoraku, le grité la noticia de que pronto sería padre y él salió a prisa en su camioneta. No tardé en seguirlo a la pequeña clínica del pueblo y mientras que él entró a ver a su esposo, yo me quedé con Ichigo y Nel afuera, al igual que Urahara y los familiares de la “feliz pareja” que llegaron a prisa. Ichigo me abrazaba diciendo que seguramente todo saldría bien, pero que obviamente lo de tener un bebé lleva su tiempo.

—Vas a tener un hermanito Grimmjow. —me dice Ichigo y sus palabras me pesan tanto.

—Él no es mi padre.

—Te quiere como uno...deja de huir de tu destino. —me besa mientras me mira directo a los ojos. No es sino hasta que anochece que Kyoraku por fin sale con una cara de agotamiento, pero satisfacción absoluta.

—¡Es un niño! —declara feliz y pareciera mirarme directamente a mi antes de ser abrazado por su suegro.

—Supongo que ya podemos irnos. —digo.

—Sí, pero después de felicitarlo. —mi esposo me empuja y Kyoraku no tarda en extenderme su mano como si no fuéramos más que extraños. La cosa es que apenas la tomo él me jala para abrazarme con tanta fuerza que no tarda en quebrarme. Luego me sorprende al sostenerme igual de voraz mientras le sonríe a Ichigo diciendo que me robará un minuto.

—Oe, ¿Qué carajo? —soy llevado a la fuerza hasta las afueras de la clínica, al estacionamiento donde está el inicio del bosque. Sin embargo, ahí me suelto de mala gana y comienzo a caminar muy lejos de él.

—Grimmjow espera por favor...—Kyoraku suplica ahora que casi me ha alcanzado.

—No quiero verte. Vete. —digo mientras vuelvo a empezar a caminar con él pisándome los talones.

—Por favor...por favor, tenemos que hablar.

—No tenemos nada que hablar. —digo hostil.

—Grimmjow, hijo...por fa...—ni siquiera puede terminar de hablar en cuanto giro ya que ha intentado tocarme el hombro y lo empujo agresivo.

—¡No me llames hijo! ¡No soy tu hijo! ¡Yo no tuve padre! —grito enojado y mirándolo con rencor. —Tú no eres absolutamente nada mío. Nunca lo fuiste, jamás lo serás. —Kyoraku parece herido ante mis palabras, ¿Pero qué va a saber él de dolor? Vuelvo a caminar tan rápido como me es posible, alejándome de él hasta que siento como me sujetan con fuerza y me estrellan contra un árbol.

—Tu madre, ella...—una vez más no lo dejo continuar al golpearlo con tanta fuerza como puedo, inclusive tirándolo por la rudeza.

—Nunca te atrevas a mencionarla. Ni siquiera la pienses, ella es prohibida. —digo sintiendo mis ojos mojarse de solo recordarla.

—Siempre fue prohibida. —me dice mientras se levanta despacio y se sacude. —¿Por qué dices que los abandoné? —pregunta mientras nos miramos fijamente hasta que yo sonrío cínico.

—Sabes, fui...fui un estúpido, porque desde que llegué a este lugar sabía que el nombre de Karakura me sonaba tanto y es porque mi madre siempre me dijo que ahí había conocido al amor de su vida, a mi padre.

Al hombre que la ilusionó y que luego la dejó cuando ella más lo necesitó. Y ahora Kyoraku, estoy absolutamente seguro que ese hombre fuiste tú. Lo sé dentro de mí. Y lo que más me enoja y me duele es que tanto en ese lugar como en este tú la abandonaste. —Kyoraku de inmediato niega dolido.

—Yo jamás la abandoné, no puedo hablar de ese otro lugar, pero sí de aquí Grimmjow y créeme si te digo que yo no la dejé.

—¡No me interesan las mentiras de un hombre que no conoce el verdadero dolor!

—¡No son mentiras! Ella...ella era la luna de mi vida. Ella era todo para mí y me la quitaron. Se la llevaron de mi lado, me arrancaron la mitad del alma. ¿Dolor? Tú eres el que no sabe lo que es el verdadero dolor. Jurar dedicarle tu vida a alguien y que luego te lo arrebaten de la manera más cruel, eso es dolor. Verla llorar, verla suplicar y estirar su mano mientras yo corría tras el auto que se la llevaba lejos de mí. —por primera vez veo sus ojos llenarse de lágrimas.

—Corrí Grimmjow, corrí tan rápido como pude, corrí aun cuando ya no la veía y al final no pude alcanzarla. Eso es el dolor del que tú hablas y no conoces. Vi delante de mis ojos cómo se iba para siempre de mi lado, porque tal y como lo dijo su padre nunca fui lo suficientemente bueno para ella. dice mirando al suelo y luego a mí. Trago saliva sintiendo un feo nudo en mi estómago, porque mamá dijo que el abuelo los separó, pero eso sólo es un pretexto.

—Eso no importa, si la amabas tanto, ¿Por qué no seguiste buscándola?

—¿Crees que dejé de hacerlo? La busqué por años enteros Grimmjow, de día y de noche. Me fui de este lugar y viajé a todos lados, pero obviamente su padre jamás me la dejaría fácil. Siempre me odió, me dijo que era una basura, un muerto de hambre y que haría todo para que su hija nunca estuviera conmigo y lo consiguió. —sus palabras me hacen callar y pensar todo por un momento.

—El abuelo siempre me dijo que la abandonaste porque estaba embarazada de mí. —Kyoraku simplemente me mira atento.

—Jamás habría echo eso. Mírame a los ojos y dime si crees que estoy mintiendo. —me dice con los suyos cristalizados. Quiero gritar, decirle que es un mentiroso y que lo detesto, pero es como si todo en mi supiera que es la verdad. Él nunca me habría dejado.

—Escucha hijo. No sé mucho del tiempo como Jushiro, pero lo que sí sé, es que en ese otro mundo o lugar tú y yo nunca nos encontramos, ¿Y sabes por qué? Porque nos teníamos que encontrar justo aquí. Aquí donde puedo abrazarte, besarte y ser el padre que siempre quisiste. ¿Aún no lo entiendes Grimmjow? Este es tu tiempo perfecto, con un esposo e hijos que te adoran y con padres que darían todo por ti.

Tú lo sabes...lo sabes, seguramente te sentías solo, desubicado, perdido, fuera de sitio, ibas a todos lados en busca de algo que te dijera que pertenecías ahí, pero jamás lo encontraste ¡Y es porque ese jamás fue tu lugar, sino este! ¡Este es el lugar al que siempre perteneciste! Te perdiste en el tiempo hijo...te perdiste muchos años y sufriste algo que no te correspondía, pero por fin estás en casa. Ya estás aquí...dónde puedo verte y donde no te dejaré ir. —Kyoraku sostiene mi mano mientras yo siento que podría caerme al piso.

—¿Puedes darme otra oportunidad? Por favor...—pide y aunque aun no comprendo muchas cosas, mi cuerpo reacciona antes que mi mente y simplemente lo abrazo por todo el tiempo interrumpido que no estuvimos juntos. No sé qué está pasando, no sé quién soy en realidad, no sé cómo llegué aquí y la verdad…la verdad es que al sentir ese abrazo que anhelé toda mi vida de su parte, todo ha dejado de importarme.

Porque por primera vez es como si todo el rompecabezas de mi vida encajara perfectamente. Ese nunca fue mi lugar, sino aquí, algo o alguien me pusieron en el tiempo equivocado, sin embargo, ya estoy en casa. Entonces, ¿Por qué debería seguir cuestionándome algo que no tiene respuesta? No debería, eso es lo que tengo que hacer.

Sólo vivir como si en un parpadeo todo se fuera a terminar, tal y como si fuera el último abrazo que le daré a este hombre que ha sido más mi padre que nadie en el mundo. Lo quiero y lo odio, pero aun así ya no me imagino una vida sin él y todo lo que me rodea en este lugar. Permanecemos ahí un buen rato hasta que ambos nos despegamos limpiándonos la cara.

—Le dices esto a alguien y te acabo viejo. —digo limpiándome la nariz y haciéndolo sonreír mientras él también se limpia la cara con su camiseta.

—Sabes hijo, toda mi vida sentí que algo me hacía falta. Cada mañana desde que tengo memoria sentía un vacío dentro de mí, por más que sonriera siempre había algo que me hacía falta, pero desde que llegaste ese vacío se llenó, porque siempre fuiste ese algo que anhelé y que por fin tengo. —me revuelve el cabello. —Ahora creo que debo volver antes de que despierte Jushiro...—me dice y yo asiento extrañamente feliz, como si sus palabras me complementaran porque yo sabía lo que era ese vacío que se vio llenado con Ichigo a mi lado. Me abraza una vez más y me dice que vaya pronto a ver a mi hermano.

—Ahora hay demasiada gente, pero iré apenas se instalen en casa. —me sonríe y se va a prisa.

—Me gusta cuando lloras. —dice una voz que casi me provoca un ataque.

—Santa mierda Rambo, no puedes emboscarme así, casi me orino en los pantalones. —le digo a Kurosaki al verlo salir de detrás de un carro. Mi esposo rueda los ojos, pero no quita que venga y me abrace.

—Eres un idiota...—me sonríe y me acaricia el rostro antes de pellizcarme la nariz. —¿Todo bien? —pregunta y yo asiento contento.

—Todo bien.

—¡Ya era hora carajo! Ahora me debes mucho pastel y chocolates por haber aguantado tu deprimido trasero las semanas pasadas.

—Huh, total, vida sólo hay una ¿Qué no? Y por cierto, hablando de traseros, el tuyo está para comérse...¡Ah! —exclamo en cuanto me jala una oreja. Esta vez terminamos muertos de la risa y tomamos nuestro auto para irnos.

Conforme el auto avanza a prisa por el camino de asfalto caliente por el calor que aún se conserva a pesar de estar oscuro, Ichigo y yo entrelazamos nuestros dedos. Mi esposo me saca la lengua adorable y hasta enchueca los ojos con tal de verme sonreír y yo...yo sé que esto es la felicidad pura. Por fin en paz con mi pasado y viviendo al límite mi presente.

—Ichigo...

—¿Sí?

—Te amo.

—Lo sé, lo siento todo el tiempo.

—Hay que dar un largo paseo. —declaro girando y mirándolo, mi esposo no hace sino abrocharse el cinturón y sonreír.

—Maneja niño bonito. Tenemos toda la noche y todo el día, tenemos todo el tiempo del mundo...

—¿Juntos por siempre?

—Para toda la eternidad. —me promete. Manejo alejándonos de absolutamente todo lo que conocemos hasta que un par de horas después llegamos a unos inmensos pastizales de una ciudad desconocida. Ahí me estaciono, nos bajamos y estiramos viendo que seguramente no tarda en amanecer.

—Tu viejo se va a enloquecer cuando sepa que nos fugamos.

—Sólo será un día, no es la gran cosa…—dice sonriente mientras nos subimos al toldo del auto. Ahí me recargo contra el parabrisas e Ichigo se acomoda entre mis piernas para reclinarse un poco pegando su espalda contra mi pecho. Lo abrazo y me dedico a frotar su vientre donde crece nuestro hijo mientras juntos observamos las estrellas tan bonitas.

—Cuéntame algo que no sepa de ti…—pido.

—Sabes absolutamente todo de mí, seis.

—No, no lo sé...no sé con qué sueñas.

—Sueño contigo…y conmigo. De hecho, es curioso y creo que no te lo había dicho, pero desde hace varias semanas suelo tener un sueño parecido. No todos los días, pero si es frecuente.

—¿Ah sí? ¿Y qué pasa en tu sueño? —pregunto.

—Estamos juntos frente al mar.

—¿El mar? ¿Cómo en la playa?

—No, no es la playa es otro lugar, una ciudad. Sí, una especie de ciudad. Atrás de nosotros hay muchas luces como de edificios y casas y todo se refleja en el mar.

—¿Cómo una especie de bahía?

—¡Sí! Una bahía, estamos juntos ahí frente a un largo barandal y vemos el mar moverse, es un lugar muy bonito, pero tú estás llorando. —pensaría en burlarme, pero la cara que pone Ichigo me deja callado. —Lloras y no paras de decir mi nombre aun cuando estoy a tu lado, pero luego te abrazo…entonces, tú por fin me notas. Sin embargo, aunque me ves pareciera que no me reconoces. No sé qué te digo, sólo sé que tú parece sorprendido y luego triste. Quizás te digo que me comí tu helado. —dice adorable y yo sonrío.

—Si estás conmigo todo me hace feliz, el Grimmjow de tus sueños es un idiota.

—El Grimmjow de mis sueños eres tú…—dice girando su rostro y acariciando el mío. —Seis…sí tú alguna vez quisieras irte, yo…—no lo dejo seguir besándolo.

—Deja de decir eso. Nunca me iré y si me voy te llevaré conmigo, ya te lo dije carajo. —lo abrazo y beso haciéndolo sonreír.

—Más te vale. Aunque de todas formas te seguiría y luego te golpearía por dejarme atrás.

—Yo sólo existo en este lugar porque tú me amas Ichigo. Por tu amor es que atravesé las barreras del tiempo, del espacio y hasta el espacio. Y lo volvería a hacer siempre. —le beso la nuca e Ichigo sonríe regresando su vista al horizonte donde el sol ya comienza a salir de nuevo.

—Di que me amas. —pide.

—Te amo…te adoro, te quiero. Por siempre. En esta vida y en un millón más.

—Sabes, lo mismo dices en mi sueño. Entonces debe ser cierto. —dice contento y acariciando mi mano que reposa sobre su vientre.

—¿Qué pasa al final del sueño?

—Aun no llego a esa parte, siempre me despierto antes, pero…no me siento triste, porque como en el pasado aun si el que se va de tu lado soy yo, basta con que pienses en mí y siempre volveré a ti, porque ese es nuestro destino Grimmjow, reencontrarnos una y otra vez…

El sol sale deslumbrante y precioso, deslumbrándonos con rayos naranjas y dorados y esta vez Ichigo se gira para sentarse de lado y abrazarse a mí. Miramos el comienzo de un nuevo día y si me atrevo a decir, de una nueva vida, porque estando con Ichigo cada segundo pareciera ser una nueva aventura por disfrutar al máximo. Esta vez el pecho me arde en llamas, pero no es doloroso, al contrario, es cálido y agradable. Ah, así que esto se siente estar más vivo que nunca.

Notas finales:

Grimmjow amante de la cultura pop y su esposo el adicto al chocolate más sexy del mundo están de regreso. Se aman, en serio, están locos de amor, son…tan el uno del otro. Sólo diré que presten atención a los detalles pequeños. Carajo, este capítulo se conecta tanto con otro fic que publiqué en esta página hace milenios. Y si entienden todas las referencias LOS AMO A MORIR, GRACIAS POR EXISTIR EN MI VIDA <3 jajaja

En cuanto a lo de Kyoraku como papá de Grimmjow…siento que por lo que me han dicho la mayoría entiende la complejidad lineal y temporal en la que se separa la historia. El actual “presente” de Grimmjow con su “futuro” de donde viene. Si no lo entienden sólo recuerden lo que dijo mami Jushiro de la teoría de las cuerdas “Existen millones de universos paralelos. Muchos pueden ser similares al nuestro, pero con algunas diferencias. Otros totalmente diferentes e incluso algunos idénticos”.

Piensen que de donde viene Grimmi era muy “parecido” más no igual obviamente, sin embargo las historias se cruzan. Pero como diría Grimmjow dejen de hacerse preguntas y sólo gócenlo bebés. En fin, saben que son mi absoluta adoración. En cuanto a Fics…

Actualicé Pantera ya hace más de dos semanas.

Y el fic de 14 de febrero, perdón, pero no logré terminarlo. Aunque sigo trabajando en él, es un shot de omegaverso súper sexy y perverso. No diré más, sólo espérenlo. Obviamente adoraría saber sus opiniones, comentarios y teorías sobre lo que pasará con el GrimmIchi.

Los amo. Los amo. Los amo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).