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Mi Vecino Ruidoso por Ali-Pon

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Notas del fanfic:

En Wattpad está dividido en caps, pero aquí, por comodidad, lo subiré todo :3

—¡Días de limpieza!

¿Quién en su vida se alegraba por limpiar su casa de dos plantas? Ni las sirvientas esperaban con ansias tocar la escoba. Entonces, ¿cómo un universitario promedio estaría con suficientes ánimos para sacudir, barrer, trapear y lavar? Es decir... ¡Es un universitario! Datos ciéntificos dados por la Universidad Di-no-a-los-quehaceres arrojaron que el 99.99999% de los jóvenes odiaban limpiar... ¡En fin de semana! ¡Oh, santo fin de semana! ¡Sagrado seas! ¿Quién fue el subnormal que se atrevió a blasfemar contra la tradición de "descansar" en los días sacros de todo joven? ¿Quién fue el retrasado que osó bautizarte como "días de limpieza"? ¡¿Quién?!

—A veces me pregunto si eres mi hijo, BaekHyun —habló una mujer de unos cuarenta y tantos con taza humeante de café en mano y aún vistiendo su pijama rosa pálido.

—¿Eh? ¿Por qué?

BaekHyun, chico de unos veinte años, estudiante de Animación Digital con notas promedio, hijo menor de los Byun, empleado de medio tiempo en un cine y con un gusto especial: el idol Loey. ¡Dios! ¡Madre que lo parió! Ese hombre carismático, cantante, actor y compositor lo traía... No había lugar en su habitación donde no hubiera algo de ese idol: discos, poster, photobooks, llaveros, mochilas, paraguas, chamarras edición limitada, lighstick...

¡Fanboy #1 que se respeta!

Y eso todo el vecindario lo sabía, incluso sus propios compañeros del curso. Más obvio no podía resultar su gusto por tal hombre. Su madre llegó a preocuparse puesto que se le hacía extraño que su hijo se comportara de tal manera por un idol... por un hom-bre. Suponía se trataba de una etapa de su hijo... Una etapa que estaba durando cerca de cuatro años. ¡Madre santísima!

¿Debía preocuparse?

—¿En serio te gusta limpiar? Es decir, hijo... ¿fin de semana? ¿Amigos? ¿Fiestas? ¿Algo?

BaekHyun le miró interrogante, sus gafas circulares y algo grandes le daban ese toque inocente que derretía hasta al más insensible. 

—Ah... Sí.

—¡Vamos, Baek! No conozco al hijo de alguna amiga mía que adore limpiar en fin de semana. La mayoría sólo quieren echarse en su cama y dormir lo que les faltó en la semana (quizás el mes entero), pero tú... ¡Tenemos a JiAh para hacer eso!

JiAh era la sirvienta de los Byun. Mujer dos años mayor que la madre de BaekHyun con una personalidad amable y muy trabajadora, siempre sonriente para Baek.

—Pero...

—¡Sal! ¡Hazme rabiar como SeHun a DaHye! ¡No sé, dame vestigios de que eres universitario!

Para BaekHyun era todo un misterio que su madre le pidiera actuar como el hijo de una de sus amigas. Oh SeHun, joven de veintiún años, codiciado por media universidad y tan problemático como su hermosura. No había lunes que no llegara con resaca o chupetones en el cuello. Invitado de honor en cada fiesta o reunión... incluso en la oficina del director. Para el menor de los Byun era incomprensible que, siendo alguien que sólo se dedicaba a sus estudios, trabajar y a ser fanboy de un idol, se le recriminara no ser como SeHun. Baek odiaba salir a menos que fuera estrictamente necesario. Verse rodeado de gente le tensaba y ni se diga que era un asco para ubicar tiendas o edificios del centro de la ciudad, tenía que usar a San Google para ello. Sus padres de vez en cuando le sacaban a fuerza de su habitación para que "conociera el mundo exterior".

Toda una odisea dejar su habitación.

—Mujer, déjalo —habló el padre de Baek, entrando a la cocina y besando la frente de su esposa que estaba a punto de entrar en una crisis —. Al menos ve el lado bueno de que Baek esté aquí: sabemos que está seguro.

—Querido, cállate.

—¡Oh, vamos! Mejor ve a arreglarte, que hoy debemos ir a "ya sabes dónde" y hacer "ya sabes qué".

La sonrisa cómplice que hizo el hombre a su esposa estremeció a Baek. Tenía la corazonada de que fuera lo que fuera, no quería saber.

—Uhm... está bien.

La mujer salió de la estancia y fue a su habitación, en la primera planta, para ponerse bella. Baek la miró irse hasta que desapareció y fue ahí cuando su padre carraspeó para atraer su atención. Con un gesto le pidió sentarse frente a él en el desayunador mientras se terminaba el café que había dejado su esposa.

—¿Pasa algo? —preguntó nervioso BaekHyun, pensando que quizás se había enterado de que estaba a punto de reprobar una materia.

—¿Debería pasar? —respondió juguetón su padre, dándole alivio a su alma porque era señal de que no sabía.

Mejor así.

—¡No! No, no… bueno... no sé.

—Tranquilo Baek, no te voy a regañar por esa materia a la ue irás a extraordinario.

Y sí sabía.

Jo-der.

—Oh...

—Sí, "oh". Será mejor que le digas en estos días a tu madre de que tendrás un "extra". Ya sabes, el golpe duele menos si es en caliente.

Era fácil decirlo, pues su padre no tendría que lidiar con su madre en modo berserk.

—Pero ese no es el asunto ahora, hijo. Sólo es para avisarte que regresaremos hasta el domingo.

—¿Qué?

¡¿Le dejarían sólo?!

—Es nuestro aniversario, hijo, y pues... tu madre y yo... Tú sabes, cuando mami y papi se quieren mucho, mucho, ellos demuestran su amor...

—¡Entendí! ¡Me queda claro! No hace falta detalles.

Baek juraba estar demasiado avergonzado. Odiaba su imaginación porque el pensamiento de su padre y madre en una situación íntima...

¡Demonios!

—Bueno, eso. ¿Estarás bien?

—Sí, sí, puedo lidiar con la soledad. Confía en mí.

Su padre sonrió amplio y asintió. En ese momento apareció esplendorosa la madre de BaekHyun, con una pequeña petaca en mano dejándola en el pasillo para acercarse a su hijo.

—Te dejo un poco de dinero en la mesa de tu habitación, por si vas a salir con MinSeok o YiXing. Hay comida en el refrigerador, sólo ponla en el microondas y ya está. No quiero que toques mi estufa, no otra vez. Mandas mensaje cuando salgas, puedes hacer una fiesta cuando no estemos...

—Mujer~

—¡Tú, cállate, aún tengo esperanza de que mi hijo haga algo así! Como sea, te vemos mañana por la tarde. Cuídate y te quiero.

—Nos vemos, hijo.

Y así es como quedó solo en esa casa de dos plantas que tendría BakeHyun todo un fin de semana. Durante unos minutos se dignó a mirar su alrededor, pensando qué disco de Loey debería poner. ¿El último? ¿Su primer mini-álbum? ¿Su tercer álbum?

—Creo que el último sólo lo he escuchado unas quince veces.

Sin más, Baek se levantó y fue a su habitación, tomando con cuidado el álbum en cuestión titulado "Cho-chogiwa!". Una obra maestra, si le preguntaban al castaño. Se colocó sus ropas para hacer el quehacer y bajó a la sala donde colocó el CD con sumo cuidado y puso el volumen a un 80%. Por algo sus vecinos sabían que adoraba a ese cantante.

¡Mundo! ¡Prepárense para escuchar al asombroso, al único e inigualable Loey!

¡Yeah, baby!

~*~*~*

ChanYeol despertó completamente alterado, los cabellos azules revueltos y un poco electrificados, saliva en la comisura de sus labios y unas ojeras del demonio adornaban sus grandes ojos. Era un sábado por la mañana. Un sábado normal para todo el mundo, un día de descanso. Pero para ChanYeol nada era normal, ningún día podía considerarlo normal debido a su trabajo y su querido vecino.

—¡No, por favor! —exclamó mientras se revolcaba en su cama.

Sip, ChanYeol era cantante, pero no cualquiera, era el tan afamado Loey. La vida de un idol era tan agitada y acelerada que había ocasiones que sentía que su cuerpo a duras penas podía con toda la carga de ser un solista. Su agenda por lo general se encontraba a tope: conciertos, programas de televisión, ensayos y un sin fin de actividades que su representante tenía que recordarle constantemente porque llegaba un punto donde ni recordaba su propia existencia.

Rara vez su compañía le daba una semana de descanso, y por esa ocasión se la habían dado porque iban a debutar un nuevo grupo y se apiadaron de ChanYeol. Durante esa reunión sonrió a más no poder cuando le dijeron: "Yeol, estarás inactivo por un mes". Putísima gloria, SiWon bendito redentor, al fin se le había hecho tener un mes de va-ca-cio-nes. Saliendo del edificio estuvo brincando y tarareando canciones de la radio, contagiando a su representante su alegría. Pero su sonrisa no duró más de doce horas. No señores... y señoritas. Porque a este pobre hombre trabajador, sensual, para nada egocéntrico y vanidoso, el destino le mandó a un vecino. Pero no cualquier vecino, oh no. Este era...

—¿Por qué, Dios? ¿Por qué?

Pu-ta ma-dre.

ChanYeol siempre se terminaba preguntando: "¿Por qué fui tan pendejo y me mudé a un vecindario? ¿Por qué? ¿Por qué no me mudo?". La misma mierda de siempre y con las mismas respuestas: flo-je-ra. Fue toda una aventura hacerle empacar todas sus pertenencias para trasladarlo a su nueva casa, en un lugar teóricamente tranquilo con posibilidades bajas de ser descubierto por fans, con la paz suficiente para un descanso y bueno, su primer patrimonio del que estaba totalmente orgulloso. O sea, lujo tener una casa, bitch.

Y todo pintaba para ser exactamente como lo imagino Yeol. Sí, nene, pura paz y tranquilidad... ¡Y una mierda!

El sonido excesivo de su último éxito retumbaba su casa y temía por su vida al tener la cabecera de su cama cerca de una ventana. Completamente enfadado salió de entre sus cobijas y con una pantufla de Ryan salió a su balcón y con toda su furia la lanzó con dirección a la casa contigua, fallando puesto que terminó entre los arbustos de su propio jardín. Al ver su "operación" fallida, se tiró de los cabellos gritando y atrayendo la atención de algunas señoras que caminaban con sus perros por la calle.

¿Por qué no podía tener un fin de semana tranquilo? ¿Por qué, Dios? ¿Acaso es un castigo por haberle hecho esa broma a JongIn? ¿Fue eso?

—¡Tú, persona, espíritu, lo que seas, lo siento ¿okay?! ¡Lamento haberle hecho esa broma al negro! ¡Perdón!

De repente, la música se apagó abruptamente y se sintió orgulloso y estaba por agradecerle al Todopoderoso cuando el sonido volvió y casi le hace caer desde el barandal.

—¡Puta madre! ¡Cállate! ¡Déjame tener un fin de semana tranquilo! ¡Nunca te daré autógrafo, quien quiera que seas! ¡Me oíste!

Refunfuñando se adentró a su habitación, tirándose en la cama, colocándose una almohada en la cabeza y pataleando cual niño.

¡Esto no estaba pasando!

~*~*~*

—En serio, hermano, tienes una cara como para hacer memes.

JongIn, amigo de dudosa procedencia de ChanYeol, llegó a la casa del más alto, luego de recibir una llamada tipo 911 por parte del cantante. De fondo se escuchaban las últimas canciones que había compuesto y pensó que había hecho una fiesta a la cual no había sido invitado. JongIn se sorprendió al llegar y encontrar la casa de su amigo sin gente, con su pijama, una frazada enroscada a su cuerpo y con cara de bulldog recién despierto. Material para dar risa.

—Y tú tienes cara de heterosexual, pero... ¿qué crees? ¡No lo eres!

—Wow... ¿Era necesaria tanta crueldad? —respondió con indignidad fingida el modelo de la agencia a la que pertenecía Yeol.

—Sólo... cierra la boca.

JongIn casi se mofa de su amigo al verle tallarse la cara por quinta vez al escuchar cómo su último álbum era reproducido por novena vez en el día.

—¿Estás pensando seriamente en sacar un mini-álbum a partir de ahora?

ChanYeol le miró con enojo haciéndole soltar una carcajada, riéndose de la desgracia de su amigo.

—Te dije que hacer un álbum de diez canciones es un arma de doble filo.

—Te juro que estoy por ir a la agencia y renunciar.

—Tu contrato aún no vence.

—¡Demando!

—Sí, como Kris. Sólo que hay un pequeño problema

—¿Cuál?

—No eres exactamente chino, ¿crees que SooMan te dejará ir?

—No.

—Exacto, yo que tú pensaba en algo más inteligente.

—Me provocaré un resfriado.

—ChanYeol, un resfriado no te durará toda la vida. Es más, ¿cómo terminamos hablando de maneras de terminar tu contrato?

ChanYeol se levantó furioso, yendo hacia el ventanal que había antes de llegar a su balcón y abrir de golpe, permitiendo la entrada del estridente sonido de su propia música.

—¡Por esto!

JongIn volvió a reírse de su amigo que parecía estar a punto de entrar en una crisis nerviosa extrema. Se imaginó al más alto como un chihuahua. Sí, un chihuahua tembloroso, con mirada asesina y un caracter del diablo.

Esas cosas eran Satanás en miniatura.

—Vale, ¿cuánto tiempo lleva así?

—Cinco malditas horas, JongIn. ¿Sabes lo que es escuchar mis canciones durante cinco horas?

—Eh... no.

—¡De puta madre!

Justo en ese momento la música paró y ambos jóvenes voltearon a ver a la casa vecina, viendo a un chico de un metro setenta (aproximadamente), gafas circulares, cabello castaño, con ropas de quizás el doble de su talla y cargando lo que parecía una gran bolsa de basura. JongIn se acercó hasta el balcón, buscando la manera de ver mejor al chico. Siguieron sus movimientos de forma silenciosa mientras parecía hurgar en sus bolsillos algo: su celular. Gracias al silencio escucharon parte de la conversación que estaba teniendo el chico.

—¡Hyung! Sí, estoy en casa. Yah~ No es para tanto. ¿Eh? No. Sabes que odio... Exacto. ¿Eh? Amm... sí, no hay nadie. Sí, estoy yo. ¿YiXing? Sí, suena bien. Ya terminé la planta de arriba. Sabes por qué. ¡Yah! Vale, aquí te espero. Bye~

—Es lindo —comentó por lo bajo JongIn, ganándose una mirada incrédula del más alto.

—¿Lindo? Ese estúpido no me ha dejado dormir en lo que llevo del día.

—No seas un dramático, tienes un mes de vacaciones, dudo que haga esto diario.

ChanYeol le miró excéptico.

—Lo hace cada fin de semana y entre semana se pone a ver mis conciertos.

—¡Que fan tan dedicado!

—¡Tan más molesto!

—No creo que lo sea intencionalmente.

—¿Qué tan inocente eres? ¡Lo más seguro es que sepa que soy su vecino y haga eso para llamar mi atención!

JongIn miró intercaladamente a su amigo y al chiquillo que batallaba con meter la bolsa de basura en el contenedor.

—ChanYeol, en lo que llevamos hablando no se ha dignado a mirar hacia acá, dudo que sepa que eres su vecino.

El más alto estaba por responderle cuando nuevamente el joven pareció recibir otra llamada y que le había emocionado en demasía porque...

—¡¿Los conseguiste?! ¡EunJi, eres genial! ¡Sí, gracias, gracias! Claro, mañana voy a recogerlos, perdona haberte encargado tantas cosas de Loey-ssi~

JongIn no pudo evitar mirar a su amigo y susurrar un "Awww~", recibiendo un codazo de su malhumorado amigo.

—Sí~ Ya vi que está nominado~ Esta semana estaré haciendo stream no te preocupes. ¡Claro, volumen al cien! ¡Que todo el mundo sepa de él!

—¡Y una mierda, hijo de...!

En ese momento JongIn tapó la boca de su amigo y lo metió a la habitación con dificultad, esperando que el chico bonito no lo haya escuchado.

—¡¿Qué te pasa, idiota?!

—¡¿Quieres que en verdad se entere que eres su vecino?!

—¡¿Escuchaste lo que dijo?! ¡No dormiré en toda la puta semana porque estará haciendo stream! ¡Stream! ¡¿Entiendes el problema aquí?!

—Sí, que necesitas una cogida. Urgentemente.

—¡Deja de pensar en mi situación sexual, negro pervertido! —vociferó ChanYeol lanzándole una almohada con rencor, fallando en darle a su amigo.

—¡No soy negro, soy canela pasión! ¡Aprende a diferenciar!

—¡Canela pasión mi culo!

—Ah, no, yo sólo le veo el culo a Luhan y no es exactamente canela, es blanco y...

—¡No me interesa el culo de tu novio!

—De lo que te pierdes.

~*~*~*

BaekHyun seguía mirando con curiosidad la casa de su vecino. Le pareció escuchar que alguien gritaba y se alarmó.

¿Baek? ¿Hola? ¿Estás ahí?

Sí, sí, aquí sigo, EunJi-ssi. Lo siento, me distraje.

Está bien, entonces mañana te veo en el café a las doce. Anótalo antes de que se te olvide.

Sí, no te preocupes, mañana te veo. En serio, gracias por conseguir esos goods  y sobre todo ese el boleto a su concierto del próximo mes.

Lo bueno de tener contactos, nene.

Ambos rieron ante ese comentario porque era cierto. Aunque fue difícil convencer a EunJi para que le consiguiera tal boleto, los esfuerzos valieron la pena. Por fin podría asistir a un concierto y ver en persona a su idol favorito y su crush nivel Dios.

¡Uno de sus sueños se cumpliría!

¿Qué podía salir mal?

—Sí, lo sé.

Bien, chico, me tengo que ir, mi novio me está mirando feo~

Sí, hasta luego y gracias.

Hasta mañana, Hyunie~

Tan pronto colgó su amigo, BaekHyun se encaminó al interior de su casa, echándole un último vistazo a la casa del vecino. Desechando la idea de que había escuchado un grito, se metió a la suya y preparó la sala para cuando llegaran sus amigos. Tuvo que reprimir las ganas de ponerle play al disco de Loey, puesto que creyó que había escuchado suficiente ese día...

¡Mentira, nunca era suficiente!

Él no se consideraba un gran cantante, pero lo hacía con pasión así que a todo pulmón se dedicó a cantar una a una las canciones de su idol, tomando el palo de la escoba como si fuera un micrófono. ¡Bendita soledad!

~*~*~

—¡Ahora está cantando!

—Tiene unos excelentes pulmones.

ChanYeol asesinó con la mirada a su amigo, pensando que poseía retraso mental.

—No me mires así, Yeol, ese chico en verdad es todo un fanboy tuyo.

—Es una molestia enana.

—Creo que estás siendo demasiado duro juzgándolo así, ni siquiera lo conoces.

—¡Y en verdad agradezco que sea así! De sólo imaginarme que me siga a todos lados, que me busque 24/7... No, gracias.

—En serio, Yeol, cuando te enfadas dices puras estupideces... más de las normales.

ChanYeol simplemente siguió comiendo del ramyeon que habían preparado puesto que no estaba de humor para cocinarse algo decente.

—Llama a Luhan —comentó de repente ChanYeol.

—¿Para qué?

—Dile que prepare la habitación de huéspedes, me iré contigo.

El sonido de los palillos de JongIn caer en el piso fue lo que se escuchó (aparte del canto de morsa del vecino).

—Estás bromeando.

—Hablo muy en serio.

—P-pero...

—No planeo quedarme otra semana aquí, necesito paz y tranquilidad.

—¡Múdate!

—¡Me da flojera!

—¡No es mi problema! ¡¿En serio planeas irrumpir el departamento que comparto con Luhan sólo porque no puedes lidiar con tu vecino?! ¡No pienso interrumpir mis noches de sexo desenfrenado por ti!

—¡Por unas semanas de abstinencia no te vas a morir!

—¡Mi amigo necesita atención diaria, puede gangrenarse!

—¡¿Y me llamas exagerado?!

—Espera, una cosa es tu situación y otra muy diferente el sexo de cada día que debo tener. Es algo intocable, no quiero romper esa bella rutina por tu amorfa presencia. ¿Por qué no mejor planeas un viaje al extranjero?

ChanYeol sintió que el cielo se abría, que ángeles cantaban y todo se volvía brillante y hermoso. Putísimo genio tenía por amigo. ¿Por qué no lo pensó antes? Un viaje fuera del país, no más vecino ruidoso, no más gritos de morsa con rinitis aguda. ¡Sí! ¡Plan perfecto!

—Además, ¿no recuerdas que en Japón tienes un compromiso?

—¿Lo tengo? 

—Sí, fuiste invitado a la boda del sobrino de tu representante.

—Ah, ¿sí?

—¿Nunca checas tu agenda?

—No mucho.

—Como sea, prepara tu maleta y vete en esta semana, la boda es el próximo fin de semana. Te quedas a vacacionar por allá, después de todo es verano.

—Hermano, eres un genio.

Sin más ChanYeol se levantó de su lugar y fue a llenar de besos la cara de su amigo.

—¡Yah, ChanYeol!

—¡Te amo!

—¡Deja mi cara!

~*~*~

—¿Y cómo va tu hermano? —inquirió MinSeok, comiendo una papa frita, mirando a su amigo que detenía a medio camino un pedazo de pizza.

—¿Cuándo te vas? —habló esta vez YiXing, bebiendo de su soda.

Sus amigos habían llegado alrededor de las cinco de la tarde, con pizza, comida chatarra y su soda favorita. Ni se diga que llevaron también su equipo para poder jugar LOL. Sí, la boda de su hermano sería el siguiente fin de semana y por alguna razón no se sentía feliz, había crecido con su hermano hasta la adolescencia. Su hermano se había ido a estudiar a Japón, donde conoció a la que se volvería su prometida.

—Él... él va bien, recibimos su invitación esta semana. Nos vamos el miércoles.

—Vaya, no podré dormirme en clases durante tres días —dijo MinSeok con molestia, masticando con fuerza su bocado de pizza.

—Lo siento, hyung.

—Está bien, me pasaste las respuestas del parcial anterior. Es mi paga.

—¿Te agrada tu cuñada? —preguntó YiXing completamente curioso.

—Nunca hemos hablado, sólo la vi cuando mi hermano la trajo a casa para presentarla como su prometida.

—¿Por qué estás solo en casa?

—Es el aniversario de mis padres y ellos...

—Querían coger sin que su retoño los escuche. Típico.

—Seok-hyung, creo que te pasaste esta vez.

Y YiXing no mentía, lo rojo que se encontraba Baek era comparable a la antorcha humana. Todo su rostro cubierto de esa tonalidad, haciéndole ver tierno.

—¡Pero es la verdad! Y es mejor así. Aún recuerdo ese traumático momento. Nunca creí llegar escuchar a mi madre así.

—¡Yah!

BaekHyun lanzó unas papas fritas a MinSeok quien comenzó a reírse.

—¡No quiero saber eso!

—Lo siento, lo siento, recuerdos traumáticos son recuerdos traumáticos.

—Cambiando de tema, ¿se quedarán a dormir?

—Eso no se pregunta, eso está más que claro.

—Venimos preparados—comentó YiXing, señalando las mochilas que traían —. Todo lo necesario está ahí.

—Nunca dudes de nostros, Baek~

~*~*~

—¿A dónde vas, Baek? —preguntó MinSeok, mirando con el ceño fruncido a su amigo.

—Por unas cosas al centro de la ciudad.

—¿Vas a dejarnos así?

Sus amigos se encontraban aún semi recostados en su cama que habían compartido de forma impensable. ¿Quién diría que en una cama individual cabrían esos tres? Habían estado jugando LOL hasta muy de madrugada, hasta que el cansancio les venció y se durmieron enroscados. Baek despertó a eso de las nueve de la mañana para alistarse y terminar de limpiar la planta baja, usando sus auriculares para no despertar a sus amigos.

En cuanto terminó, se dio una ducha, con el tiempo justo para tomar el bus al centro y verse con EunJi. Se colgó al hombro una mochila mediana de color negro con un par de pines fanmade de Loey. (Nunca faltaría algo de Loey en su vida).

—Sólo será una hora, les traeré comida.

—¿La que queramos?

—Sí, hyung.

—Trae ese pollo que nos gusta, YiXing quiere romper la dieta.

—Vale, vuelvo en una hora, llevo celular por si acaso.

—Sí, ahora vete, quiero volver a dormir.

¿Saben que es incoherente? Que tu amigo te recrimine que te vayas y lo dejes, pero después te corra.

¿Por qué hay gente así?

~*~*~

¿Había muerto? Sí, eso debía ser.

ChanYeol se levantó con sigilo de su cama en cuanto despertó y miró el reloj que marcaba las diez de la mañana. En la casa contigua no se escuchaba su música a todo volumen como usualmente sería en domingo. Todo estaba sumamente tranquilo, y eso alertaba a ChanYeol. Caminó de un lado al otro en su habitación, sin despegar su mirada inquisidora de la casa vecina. Miles de teorías se formaban en su cabeza y en la mayoría su vecino perecía. No obstante, la intriga pasó a ser tranquilidad, por lo que feliz de que su día comenzara de esa manera, fue a darse una ducha.

¡Tocaba baño!

Al salir de bañarse, bajó a tomar su desayuno de forma tranquila, suspirando contento. Por fin un desayuno sin ruido.

Dieron las once y ChanYeol se encontraba en su sala, leyendo un manwha en su celular. Todo normal hasta que escuchó una puerta cerrarse con fuerza. Sin pensarlo dos veces sus ojos viajaron a su ventana más cercana, viendo a su vecino pasar con auriculares puestos y acomodando sus gafas. Unas enormes gafas de color negro. Iba tarareando y con una mochila tras su espalda.

¿Acaso iría a la escuela?

¡Bah, qué más daba!

ChanYeol suspiró y decidió que debía comenzar a empacar y preparar todo para el vuelo que haría por la noche. Se levantó de su cómodo sillón y subió a la otra planta, sacando su maleta más grande.

Sería una tarde atareada.

~*~*~

—Sección B, lo más cerca que pude conseguirte, Hyun-ie~ —explicó EunJi, sorbiendo de su café helado.

—No hay problema, lo importante es que estaré ahí.

—Cómo me gustaría que las demás pensaran como tú. Muchas chicas rechazan este tipo de boletos, ya sabes, quieren el sudor en su cara.

Ambos rieron por el comentario, porque era cierto.

—Al menos podré ver todo el escenario.

—Síp, todo. Afortunadamente no es en un estadio grande, ahí sí sería un problema.

—¿Por qué?

—Comparando la sección en la que estarás con la de un estadio... Tendrías que ver las pantallas y conformarte con ello.

—Oh~

—Sí, lindo. Pero bueno, es hora de la transacción.

EunJi levantó un bolso al parecer pesado y lo colocó en la mesa.

—Aquí están tus cosas y de otras chicas.

—Tienes muchos clientes al parecer.

—Soy buena en lo que hago, nene.

—No lo dudo.

—Bien, aquí está la lista. Irás tachando mientras lo saque, para confirmar y esas cosas.

—Protocolo.

—Exacto, chico, protocolo.

—A ver...

~*~*~

—¿A qué hora sale tu vuelo? —inquirió JongIn que se encontraba recostado en la cama de su amigo, viéndole empacar lo último.

—En la noche, ¿por qué? ¿Irás a despedirme como buena novia que eres?

—Sabes llegar al aeropuerto, ¿cierto?

—¿Dudas de mí?

—No, claro que no.

Lo cierto es que JongIn temía que su amigo se volviera a perder como ocurrió en Nueva York. ¡Dios! ¡Casi lo daba por secuestrado o algo!

—No creí que en verdad seguirías mi consejo de irte a Japón —continuó JongIn.

—Hyung me llamó hace como una hora, recordándome lo de la boda esa. Espero me pague.

—Es tu representante, sé menos interesado.

—No es interés, es lo justo. Iré a una boda a cantar y estar en ella, mínimo debería darme algo.

—Corrección, irás a la boda de un familiar de tu representante a cantar y acompañarlo. Y él debería recibir un sueldo extra por ser tu maldita niñera, brújula, casi segunda madre y secretario. Tú le debes mucho, Yeol.

—Tampoco es que él haga mucho.

—Hace más de lo que debería porque resulta que representa a un estúpido que se pierde en su propio país usando Google Maps buscando el restaurante de su madre. ¡De su propia madre!

—No tenías porqué recordarme eso.

—¿Y lo de Nueva York?

—¡Está bien! ¡No voy a cobrar ni nada porque hyung hace mucho por mí! ¿Contento?

—No realmente, hace falta que digas: ¡JongIn es mi amo y señor!

En eso ChanYeol le lanzó unos calcetines a la cara.

—¡En tus sueños, bastardo!

—¡En mis sueños quien me lo dice es Luhan-ie!

~*~*~

Y ahí estaba BaekHyun, aburrido en una joyería. Era jueves, dos días antes de la dichosa boda de su hermano. En ese momento sólo quería salir y caminar por las calles coloridas de Japón, visitando un templo o algo, pero no, estaba ahí, siendo un guardaespaldas de su madre que miraba con ilusión la joyería.

—¡Mira estos! ¡Están muy lindos!

—Mmmhmm...

—Baek —llamó seria su madre —, al menos demuestra algo de interés.

—No quería venir, sabes que no me gusta salir.

—No iba a permitir que te quedaras encerrado en la habitación del hotel, jovencito.

—¿Por qué no me dejaste ir con papá y mi hermano?

—Ellos están teniendo una charla de hombre a hombre, hijo.

—¿Y yo no soy uno?

—Sí, pero no estás comprometido, ¿o sí?

—No, madre, no lo estoy.

—Ahora que hablamos de eso, ¿por qué?

BaekHyun miró con el ceño fruncido a su madre, no comprendiendo la pregunta.

—¿Qué cosa?

—Se sincero hijo, ¿te gustan las mujeres?

Pre-gun-ta in-có-mo-da.

BaekHyun nunca se llegó a cuestionar sus gustos. Es decir, siempre había ido por la vida teniendo amigos y amigas, nunca pensando en enamorarse de alguien en específico. Nunca tuvo un noviazgo formal, tampoco clandestino. En pocas palabras, no sabía lo que era estar en una relación y eso se debía a su falta de interés en tener una.

¿Hombre o mujer?

¿No era una pregunta muy rudimentaria?

—¿Por qué preguntas?

—Nunca te he visto con una, hijo. ¿Eres gay?

Y fue ahí cuando a Baek se le subieron los colores a la cabeza.

—¿G-gay?

—Sí, ya sabes hombres que gustan de hombres... por ejemplo, ¿te gusta ese tal Loey?

¿Que si le gustaba? ¡Por Dios! ¡Ese hombre le encantaba, le hipnotizaba de una y mil formas!

—Ahh...

—Está bien, hijo. Son tiempos modernos, puedes sentir curiosidad, probar cosas nuevas. Entiendo si me ocultaste alguna relación por mi reacción. Aunque me frustra es que estés obsesionado con ese cantante.

—M-ma-má

—Sólo te pido te cuides y no sé, ve tutoriales para... pues, para lo que necesites.

—Esto es demasiado.

—Si aún así tienes dudas, el porno puede ser una ayuda extra.

—¡Mamá!

—¡¿Qué?! ¡¿Me vas a negar que ves porno?! ¡Tu madre estará algo vieja, pero sabe usar una computadora hijo y he visto tu historial!

Y, por si fuera poco, toda la gente les estaba mirando curiosas, sin comprender de qué hablaban, pero BaekHyun sentía que sabían.

¡Jodida vergüenza!

¡MinSeok se las iba a pagar!

~*~*~

—¡Gracias! —dijo una fan en inglés a Yeol después de haberse tomado una foto juntos.

ChanYeol le sonrió amable y le despidió. En cuanto la vio irse, se giró sobre sus talones y siguió andando. Era su cuarto día en Japón y se sentía revitalizado, tranquilo y feliz. Había visitado museos, cafés con temáticas de maids, la Torre de Tokio y en ese momento se encontraba en un centro comercial, en busca de una tienda de trajes para comprarse una corbata, porque sí, había olvidado empacar una jodida corbata.

¡Eres brillante ChanYeol!

—Al menos no olvidaste tu cabeza —se dijo a sí mismo.

Sus grandes ojos escudriñaron todas las tiendas que se abrían a su paso, hasta toparse con la de una marca en especial. Sonriendo triunfante, se dirigió a tal local con la esperanza de encontrar lo que tanto le urgía comprar. Al adentrarse, empleadas se inclinaron con una sonrisa en sus labios, dándole una bienvenida cálida a la tienda. Caminó por los pequeños pasillos, viendo los distintos trajes que había y pensando que quizás debía comprarse uno y así destacar entre la gente (aunque el color de su cabello seguía siendo de un azul pastel, él no lo consideraba llamativo).

Su mirada veía con interés todas las prendas, tocándolas de vez en cuando para saber su textura. Todo pintaba para ser una excelente compra, hasta que...

—¡Te ves tan varonil!

La voz un poco chillona de una mujer le atrajo y por poco se desmaya en el lugar. El mundo era demasiado grande, él lo juraba, las horas de vuelo a distintos países podían constarlo, pero no. ¡No! ¡El destino era tan hijo de puta que se encargaba de llevarle su desdicha a dondequiera que fuera! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡¿Qué más?! ¡¿Qué más?!

—Me queda algo largo de los puños.

—Un poco...

—Prefiero la de cuello alto —habló ese chiquillo, ese vecino que vio hace unas noches atrás usando gafas (aunque en ese momento no las traía puestas).

Por mero instinto se intentó ocultar tras un maniquí cercano, espiando todo el movimiento que se estaba suscitando en el lugar.

¡Olviden la puta corbata, su vida corría peligro!

¡Esto es un 33-12!

¡Repito, esto es un 33-12!

(¿Tenía sentido? ¡No importa!)

—Tienes razón, además que tiene tu número favorito. Sí, vete a cambiar ya pago el resto.

—¡Al fin!

ChanYeol vio cómo la mujer se iba hacia la caja con prendas en su antebrazo y al chico adentrarse al probador. Casi chocando con una empleada, con sigilo propio de un elefante, salió de la tienda, desconcertando a las empleadas e incluso a la mujer que se giró en cuanto escuchó una maldición en coreano.

Yeol corrió como si fuera Forrest Gump, llamando la atención de medio mundo con quien chocaba. Todo fue para peor cuando algunas fans lo reconocieron y comenzaron a perseguirlo.

¡Que esas piernas largas y chuecas rindieran de menos un kilómetro!

¡Corre ChanYeol, corre!

~*~*~

O sea, ¿lo viste en Japón? ¿En serio?

¡Sí!

Y huiste como alma que lleva el diablo... ¿verdad?

Sí, JongIn, sí.

Y terminaste siendo perseguido por toda una manzana... por fans.

Aún hay chicas afuera del hotel gritando mi nombre —comentó mientras se acercaba con sigilo a una ventana y medio abría una cortina, dejándole una vista de al menos unas veinte chicas ahí abajo.

Al menos habían bajado en cantidad.

¡¿En serio?! —preguntó divertido Jong para después reírse.

—¿Qué es tan divertido? ¿Sabes en el lío que estoy metido?

En el mismo que tú te metiste por imbécil. No debiste hacer eso, llevabas cuatro días en paz y por tu culpa arruinaste eso. Esta vez tu vecino lindo no tiene nada que ver.

Ni me recuerdes a ese tipo. Es su culpa que esté en este embrollo.

ChanYeol, usa tu cerebro y lógica: él ni siquiera debe saber que estabas ahí, probablemente la mujer que viste era su madre. ¿Dios, razona, amigo!

En un rato, tengo hambre ahora.

Sin más cortó la llamada, tomó una bocanada de aire e intentó tranquilizarse. Al menos la boda del familiar de su manager sería dentro de un par de días. Quizás aprovecharía para componer algo en lo que las fans se olvidaban de su existencia.

~*~*~

—¿Qué te parece esta? —preguntó BaekBoom a su hermano que se encontraba sentado en la orilla de la cama con el ceño fruncido.

—Demasiado colorida —respondió con un puchero BaekHyun.

—De acuerdo. Descartada. ¿Y esta?

—¿Vas a un funeral?

—Bien, suficiente. ¿Qué sucede?

BaekBoom lanzó las corbatas y se acercó hasta el otro con los brazos cruzados a la altura de su pecho. No era para menos notar el malhumor de su pequeño hermano, ni se diga de su falta de interés en las cosas. Esperaba verle sonriente, alegre y con esa chispa que contagiaba y enamoraba a cualquiera, pero no. BaekHyun se encontraba exactamente lo opuesto a lo deseado, preocupándole por ello.

—Nada.

—Baek~ Ya no eres un crío, se hombre y dime cuál es tu problema.

BaekHyun frunció sus labios de forma adorable y sus gafas puestas sólo le hacían más difícil mantener su rostro serio.

—No tengo alguno.

Berrinchudo a morir.

—¿Es sobre Yuki? ¿Es por ella?

—No.

—¿No quieres que me case?

—No...

—¿No?

—No, sí...

—¿No o sí? Decídete BaekHyun.

—¡No quiero que vivas aquí!

Y finalmente explotó.

Un silencio se creó entre ambos hermanos que se miraban fijamente a los ojos.

—¿Ah?

—¡Si te quedas aquí, cuando necesite de ti no estarás! ¡Si te quedas aquí, no volveré a verte! ¡Si te quedas aquí, te olvidarás de mí como lo has venido haciendo estos últimos años!

La respiración agitada de BaekHyun era lo único que resonaba en la estancia.

—Baek...

—No es que odie a Yuki, no sé hablar japonés de forma decente, así que no puedo juzgarla. Tampoco es que odie que te cases es solo... es que tú...

BaekBoom sin decir algo más, abrazó a su hermanito. ¡Diablos, el chico tenía veinte años y en ese momento parecía un niño de seis!

—También te quiero hermano.

Un sollozo fue lo necesario para pasar a un llanto.

—E-estoy feliz por ti, en verdad que sí. Pero... estarás lejos.

—Sólo es un vuelo de dos horas.

Estúpidas clases de Hapkido a las que asistió BaekHyun... Tenía la mano pesada el muy desgraciado.

—¡Cállate!

—¡Awwww! ¡Esto merece foto! ¡¿Dónde está la cámara, querido?! ¡Tus hijos están siendo adorables!

—¡Mamá!

—¡No se separen! ¡Esperen hasta que esté la cámara!

—P-pero...

—¡Ssssh! ¡Obedezcan a su madre!

~*~*~

—¡Yeol! —gritó el mánager a punto de tirar la puerta de aquella habitación.

Estaban a menos de treinta minutos de que la ceremonia se llevara a cabo y el desesperante joven que tenía que representar, se dignaba a tardarse en salir. ¿Por qué era tan jodidamente vanidoso? Juraba por lo más sagrado que tenía que su hermana lo asesinaría estando a solas si llegaba un maldito minuto tarde. Esa mujer podía convertirse en un arma mortal de un segundo a otro. Su cuñado era su héroe, puesto que siempre que podía, le salvaba el pellejo; esperaba esta vez no fuera la excepción.

—¡Park ChanYeol!

En ese instante la puerta de la habitación se abrió, dando paso a un idol perfectamente bien vestido, portando su traje blanco y zapatos lustrosos. Su cabello azul había sido peinado de tal forma que parecía algo desarreglado.

—¡¿Por qué tardaste tanto?!

—Ya estoy aquí, no dramatices, hyung.

—¡Tú no conoces a mi hermana! ¡Moriré si llegamos tarde!

Chan se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

—No se te olvida nada, ¿verdad? No quiero volver a pasar la vergüenza de pedir que te abran la habitación por haber dejado la llave adentro.

—Tranquilo, aquí la traigo —dijo sereno, mostrándole la pequeña tarjeta con el número de su habitación.

—Bien, en marcha, Yeol.

~*~*~

—¡Llegaste, hermano! —exclamó la madre de BaekHyun, yendo a abrazar al susodicho, quien le respondió el gesto.

—Te dije que vendría.

—Sí, a cinco minutos de que inicie —comentó con sonrisa espeluznante la mujer, causando que el hombre tragara en seco.

—P-perdón, pero... pero... ¡Mira! ¡Aquí está ChanYeol!

El cantante seguía petrificado, pues esa mujer era la misma que había visto en aquella tienda de ropa hace un par de días. Sus ojos la miraban con asombro y supuso que su cara no era la mejor porque la sonrisa de la mujer se fue desvaneciendo poco a poco.

—T-tú...

—U-usted...

Para la mamá de BaekHyun todo se volvió surrealista. ¡¿Por qué carajos estaba la obsesión de su hijo frente a ella?! ¡¿Qué no era un póster tamaño real?! Su cabeza se quedó en blanco al ver al cantante que su hijo adoraba.

No estaba pasando.

—¿Yeol? —habló extrañado su mánager, zarandeándolo un poco.

—¿Eh?

—¡Mamá, BaekBoom te está bus...! 

¡¿Qué?!

~*~*~

¡No era cierto! ¡Él estaba soñando!

¡Sí, era eso, joder!

BaekHyun se encontraba hecho piedra. ¿Qué hacía ahí su ídolo, su crush, su cantante favorito, Loey? ¿Por qué este le miraba aterrado? ¿Acaso lucía mal? ¿Qué estaba pasando?

—¡Hyun-ie! —gritó su tío, estrechándolo entre sus brazos.

No perdió de vista cómo el ceño de Loey se fruncía en demasía al ver tal gesto.

—¿Cómo ha estado mi pequeño sobrino? —comentó el hombre ya alejado del castaño.

—¿Eh?

—¡Cuánto has crecido, pequeño! ¿Cuánto hace que no nos vemos? ¿Desde hace dos años?

—S-sí —respondió Baek intercalando miradas entre su madre, su tío y finalmente Loey que seguía ahí parado con el ceño fruncido aún.

—¡Mira a quién te voy a presentar! Él es ChanYeol, aunque todo mundo le conoce como Loey, ¿sabes quién es él?

¿Que si sabía? ¡Claro que sí! ¡BaekHyun era su fan #1!

—A-algo...

Ante su respuesta ChanYeol entrecerró sus grandes ojos no creyendo lo que escuchaba.

—ChanYeol él es BaekHyun, mi sobrino.

Ambos jóvenes se miraron detenidamente. ¿Acaso ese chiquillo sería el que se casaría? ¿No era muy joven?

—Un gusto —rompió el hielo Baek, haciendo una reverencia de forma educada, tratando de sonreír para aligerar el ambiente que se tornaba cada vez más pesado.

—El gusto es mío —respondió cortés el alto, sonriendo de forma sarcástica, desconcertando al menor.

—¿B-baek? —llamó la madre del mismo —. ¿Pasó algo?

—¿Ah? Eh... ¡Sí! Mi hermano te necesita, ya sabes... ¿corbata?

La mujer estaba pensando seriamente si debía llevarse a su hijo de ahí o interrogar al tal ChanYeol o a su hermano que le había dicho que llevaría a un cantante para amenizar la ceremonia. ¡Jamás pensó que vería a ese chico que tanto BaekHyun escuchaba!

—Bien, vamos —dijo decidida la mujer, llevándose a rastras a su pequeño.

Algo le decía que no saldría nada bueno si su hijo se quedaba con ese poste con patas.

~*~*~

—¿Sabías, mamá? —cuestionó Baek a su madre quien le miró de una manera que no supo catalogar.

Ambos se encontraban en la sala de espera de su hermano, quien estaba con su padre luchando con su corbata que al final pasó a ser un moño algo apretado alrededor de su cuello. La mujer seguía sin saber por qué su hermano había llevado a ese idol. ¿Cómo se conocían? ¿Por qué ella no sabía de esa... amistad?

—¿Cómo me veo, mamá? —llamó esta vez BaekBoom, atrayendo la atención de su progenitora.

—¡Guapo! —exclamó con una sonrisa medio forzada.

—¿Ocurre algo?

—Ah...

—Es hora de ir abajo a esperar a Yuki —intervino el papá.

Y fue así como la familia pospuso una conversación teóricamente importante. Todos bajaron al salón, tomando sus lugares en la primera fila y BaekBoom en el altar. Por costumbre, llegó la novia algo tarde, haciendo sonreír con alivio al novio y resplandeciendo por lo hermosa que se veía. A un costado del tecladista, ChanYeol se encontraba sentado junto con su mánager. El cantante no podía despegar su vista de BaekHyun. Se sentía molesto, en su cabeza estaba haciendo una gran rabieta. Tanto estaba concentrado en la desdicha de tener cerca a su vecino ruidoso, que un golpe por parte de su mánager le despertó de su ensoñación, notando la mirada curiosa de todos los invitados e incluso de los novios a la espera de algo.

—¡Ve a cantar! —masculló su mánager de forma discreta.

Acomodándose el traje, se acercó al tecladista y le susurró la canción que cantaría, para después tomar el micrófono y cantar.

~*~*~

BaekHyun se sentía flotar en medio de nubes esponjosas: la voz de su cantante favorito la estaba escuchando, lo tenía a unos metros de distancia. Estaba en un sueño. Probablemente estaba durmiendo en ese instante. No quería despertar porque quizás se encontraría en su alcoba y su rutina de siempre.

—¡Felicidades! —exclamó Loey con una sonrisa bonita a los novios.

Todo pasó rápido y pronto todos se encontraban en el salón para el banquete y la fiesta. Y claro, en la vida de Baek nada era sencillo y a veces su torpeza le rebasaba en varias cosas. No podía faltar que manchara su traje con la copa de champagne cuando fue el brindis y tuviera que ir a su habitación de hotel (ya que la fiesta se estaba celebrando en uno) a cambiarse. Había hecho todo lo posible para no usar el traje nuevo que su mamá le había comprado un par de días atrás, pero el destino le decía: "¡Ponte ese jodido traje!".

Y así, con toda la vergüenza del mundo, bajó al salón a acompañar a su hermano en un día tan importante, topándose con miradas poco discretas. Cómo odiaba llamar la atención.

—¡Bebé! —llamó su madre, acercándose a él amorosa y viéndole con ojos brillantes —. Te dije que este traje te sentaría realmente bien.

—Nadie deja de mirarme.

—Cielo, es normal.

—¿Normal? ¡Es la boda de mi hermano!

—Bueno, sí, pero es tu oportunidad para encontrar a mi futura nuera o yerno... con eso de que son tiempos modernos.

—¡Mamá!

—Yah, no seas dramático y acompáñanos en la mesa.

La mujer tiró de su brazo, llevándole a la mesa principal donde estaban los novios, su padre, su tío y... ChanYeol.

Coño.

Tierra. Trágalo.

A unos metros de llegar a la mesa, su madre se detuvo abruptamente y se giró a verlo con ojos escrutadores. BaekHyun tragó grueso.

—Sé que ese cantante favorito tuyo está ahí y tu hermano me dijo que le había pedido a su tío que lo trajera porque mi nuera también es su fan. Aún no le reclamo a tu tío que no me haya dicho que es el mánager de ese muchacho, pero ya me va a escuchar. Sólo te pido una cosa: compórtate, ¿sí?

BaekHyun asintió frenéticamente, dudando si podría terminar esa celebración sin ningún incidente a causa de su torpeza.

¡Oh Dios! ¡Apiádate de esta alma en desgracia!

~*~*~

Y ahí estaba ChanYeol, encerrado en un cubículo del baño tratando de controlar su malhumor. No quería problemas con su representante, no claro que no.

—Lo siento.

Su quijada se tensó más y casi podía jurar que sus molares estaban por ser destrozados. Ese chiquillo de BaekHyun le había tirado la mitad de una botella de vino. Una jodida mancha roja se encontraba en su entrepierna pareciendo como si hubiera tenido su periodo a pesar de ser hombre. ¡Su traje, su jodido traje blanco estaba arruinado!

¡Puta madre!

—Mmhhmm...

Juraba estarse conteniendo, no queriendo abrir la boca porque sabía que diría cosas de las que probablemente se arrepentiría.

¡Ese niñato!

~*~*~

¡Lo sabía! ¡Su torpeza jodería todo!

Estaba recargado en el lavamanos con un pañuelo sucio en mano. Afuera estaban tocando canciones y se escuchaba que todos se estaban divirtiendo, pero ahí estaba él en el baño sin saber qué hacer además de pedir disculpas.

Un señor algo regordete entró, haciéndole saltar en su lugar por su repentina aparición. Le vio ir a los mingitorios y ahí se giró para no parecer un mirón. Miró su reflejo y pensó en lo que podría hacer para ayudar a su crush. ¿Darle su saco para que se lo enrede a su cintura? ¿Comprarle un pantalón? Aunque ya era algo entrada la noche y dudaba encontrar una tienda abierta. Era probable que tuviera una muda por el viaje que tuvo que hacer para asistir a la boda y...

¡Bingo!

Con sigilo se acercó al cubículo donde seguía encerrado el cantante. Se irguió un poco y tocó la puerta.

—Ch-chanYeol-sunbae, ¿u-usted en qué hotel se hospeda?

Pasaron segundos de silencio en los que decidió decirle su plan.

—Le pregunto porque bien puedo pedirle a mi tío que me lleve a su hotel y traerle otros pantalones y...

En ese instante la puerta se abrió de golpe, asustándolo y provocando que diera unos pasos hacia atrás. La mirada severa de ChanYeol le estremeció y pronto se quedó sin habla.

—Dame tu saco —ordenó el otro, extendiendo su mano hacia el menor.

BaekHyun le miró sin comprender, desesperando al mayor quien sin miramientos le quitó la prenda con algo de brusquedad para después amarrarla a su cintura.

—Vamos con tu tío —gruñó el alto, caminando con decisión fuera del baño.

BaekHyun lo siguió a pasos apresurados, viéndole acercarse a su tío quien se encontraba bebiendo como agua vino. Estaba sonriente, hasta que llegó ChanYeol.

En cuanto terminó de acercarse pudo notar que ChanYeol estaba tan rojo y con una expresión de enojo que desearía borrar de su memoria.

—¡¿Cómo que no quieres llevarme?!

—¿Quieres tener un accidente cool? Yo no quiero perder mi empleo, y menos por un capricho tuyo.

—¡Estoy empapado de vino!

—¿Por qué te atravesaste en el camino del vino?

—No estoy para bromas, hyung.

—¡Es mi día libre, déjame disfrutarlo!

—Necesito cambiarme de pantalones.

—No, tú te quieres largar porque se nota que BaekHyun no te cae bien y esto es una buena excusa para desaparecer. Aunque eso es imposible porque resulta que son vecinos.

¿Vecinos?

Para Baek eso fue tan sorprendente que sintió cómo su cuerpo se iba volviendo cada vez más frío.

¿Loey y él...? ¡¿Vecinos?!

—¡Si no quieres llevarme, bien! ¡Me iré a conseguir un taxi!

—¿Con qué dinero? Recuerda que sólo trajiste la llave de tu habitación y tu celular, genio.

ChanYeol abrió los ojos en demasía porque lamentablemente era cierto.

¡Joder!

—¡Consígueme un chofer entonces!

—¡Eres tan molesto! ¡Debiste aprender a manejar cuando te dije!

—¡Perdona ser un hombre ocupado!

—¡Si ocupado te refieres a dormir como un hurón, entonces sí!

—¡Hyung!

—¡Si tanto te urge irte, dile a BaekHyun que te lleve! ¡Él sabe manejar!

La mirada dura de ChanYeol cayó sobre el pobre de BaekHyun y sin decir una sola palabra se dirigió a pasos apresurados a la salida.

¡Ni muerto permitiría que ese niño le llevara a su hotel!

¡Preferiría irse caminando!

~*~*~

—¡Aish! ¡Ese mocoso! —espetó el tío de Baek, bebiendo otro trago de su copa ya medio vacía —. Es un cabeza dura.

—¿Se irá caminando? —cuestionó Baek algo preocupado.

—Lo más seguro, lo peor es que ese idiota se pierde incluso en Corea. ¡¿Puedes creerlo?! ¡Es una brújula al revés porque no tiene sentido de orientación!

—¿Quiere que lo siga?

—Sí y por favor llévalo a su hotel. Es el Prince Sakura Tower. Te doy permiso de golpearlo si se pone pesado el desgraciado.

¿Pesado?

—¡Suerte, Baek-ie!

~*~*~

¡Diablos, diablos, diablos!

¡¿Cómo se le ocurrió hacer semejante salvajada?!

No por nada su hermano le recriminaba que tenía la mano pesada y que al menor descuido podría ocasionar que una pobre alma sufriera de un aturdimiento capaz de convertirse en desmayo. BaekHyun no le creyó y siempre le decía a su mayor que exageraba. Aunque tal vez no era del todo una exageración… habiéndolo comprobado él mismo.

¡Santos bóxers, Batman! Ahora ChanYeol estaba en el suelo, tirado, desmayado. Jo-der.

La gente pasaba mirando con escrutinio al muchacho de cabellos azules tirado en la acera. El menor se acercó con cautela, con la punta de su pie le dio unos golpecitos en un costado, deseando que con ello se despertara y mínimo le reclamara por haber sido un impulsivo y sestarle un golpe en la cabeza sin reparación alguna. Al ver que el cantante no respondía a sus toques temerosos, BaekHyun comenzó a morderse las uñas con desespero, mirando en algunas ocasiones a las personas que pasaban por ahí y les dirigían una mirada extrañada.

Sin más decidió levantar el cuerpo enorme y pesado del mayor, rodeando su cintura por la parte de atrás y colocándose un brazo sobre sus hombros. Esperaba encontrar un taxi pronto.

~*~*~

Con dificultad BaekHyun por fin se adentró a la habitación del más alto. Había pasado bochornosos momentos con el taxista que miraba por el retrovisor a ChanYeol y después preguntar si era su novio. Obviamente dijo que no, aunque por dentro gritaba un “¡Es mi novio, aunque él aún no lo sabe!”, pero se abstuvo. Al llegar al dichoso hotel, después de pagarle al taxista que decía apoyar a la comunidad LGTB, la recepcionista fue otro cuento. Le interrogó como si se tratara de un posible oportunista o abusador en potencia pues resultaba que ChanYeol era un cliente honorable en el hotel y al ser un artista tenían que cuidar de él.

BaekHyun puso a prueba su fortaleza mental y física. ChanYeol pesaba como un elefante recién comido, causando que el menudo cuerpo de Baek resintiera el sobreesfuerzo que estaba dando para mantenerse en pie. Fueron los diez minutos más largos de su vida y todavía tuvo que llevar al cantante hasta su habitación. La recepcionista no mandó a alguien que le ayudara en su calvario y Baek se decía a sí mismo que no tenía que odiar a nadie.

Tras esculcar los bolsillos de Chan, dio con la dichosa tarjeta que servía como llave. En cuanto abrió, a paso presuroso se adentró e hizo que el cuerpo grande del otro cayera en el colchón lmpio y ordenado.

BaekHyun sentía su cuerpo sudoroso y que se podría morir de deshidratación. Estaba exhausto y aprovechó un sillón individual para sentarse y recuperar el aliento.

¡Misión cumplida! ¡Gigante en su hotel!

De pronto, su celular comenzó a vibrar, haciendo que el pobre chico buscara con desespero el aparatejo y casi desvanecerse al ver que le marcaba su tío. El menor intercaló miradas entre ChanYeol y su móvil, mordiéndose su labio de forma ansiosa. Se debatía entre responder la llamada o ignorarla, pero recordó que su tío era el mánager de Loey y cualquier cosa que le ocurriera al cantante estrella, resultaría en despido.

No, no iba a permitir eso…

—¿D-diga?

¡Baek-ie! —respondió su tío de forma alegre.

Al otro lado de la línea, Baek podía escuchar la música amortiguada, como si su tío estuviera afuera del salón.

—¡Tío! ¿Qu-qué ocurre?

¿Encontraste a ChanYeol?

—S-sí, logré… al-can…alcanzarlo —respondió nervioso Baek y formando una sonrisa nerviosa en sus labios, aunque sabía que su pariente no lo podía ver —. Ya está en su hotel.

¡Muchas gracias!

—No se preocupe.

Oye, ¿podrías pasarme a ChanYeol?

Mierda, mierda, mierda.

BaekHyun abrió la boca como un pez mirando al cantante desparramado en la cama.

¿Baek?

—¡No! Es decir, e-está dormido. ¡Sí, eso! Está dormido y… y no puede responder.

¿Dormido?

—S-sí —respondió algo dudoso sin apartar la mirada del desmayado —. M-muy dormido.

Eso es nuevo, normalmente no se duerme cuando está enfadado o de malhumor. Bien, hablaré con él en la mañana. ¿Vas a regresar a la fiesta?

—Estoy muerto, sólo quiero dormir.

Me imagino que sí. Si quieres quédate con Chan, debe tener una cama extra en la habitación, duerme ahí. Mañana paso por ti temprano.

—No sé si sea buena idea que me quede aquí.

No te preocupes, sigues con mi permiso de golpearlo, no lo olvides.

Baek sonrió agradecido y asintió.

—Sí.

Bien, le avisaré a tu madre. Descansa, Baek-ie.

BaekHyun ya no alcanzó a responder algo puesto que su tío había colgado. Bloqueó el celular y se acomodó mejor en el sillón, empezando a sentir el cansancio hacer estragos en él. Poco a poco fue cayendo en brazos de Morfeo, importándole poco que se fuera a dormir de forma incómoda.

~*~*~

ChanYeol abrió lentamente sus ojos, sintiéndose mareado y sin saber exactamente dónde estaba. Tardó un par de minutos para recordar lo que había pasado. BaekHyun. Copa de vino. Pantalón blanco manchado. Mánager negándose a llevarlo a su hotel y…

El ceño de ChanYeol se frunció al percatarse que el techo que estaba viendo era el mismo de su hotel preferido. Con lentitud giró su cabeza de un lado a otro, viendo que efectivamente estaba en su hotel. Un suspiro escapó de sus labios y con ello las pocas ganas de sentarse. No obstante, tenía que ir a mear, por lo que sin más remedio se incorporó, sintiendo un dolor horrible en su nuca.

¡Diablos!

—Duele, duele, duele —se quejó el cantante, cerrando sus ojos.

¿Qué le había pasado?

Su memoria sólo tenía el pequeño recuerdo de haber salido de la fiesta y caminar calle abajo en busca de algún taxista disponible. La caminata le estaba resultando placentera, pero siempre el destino le jodía y una voz que se le hacía familiar, le hizo caminar con mayor rapidez, buscando con la mirada un jodido taxista.

—¡ChanYeol-sunbae!

El nombrado puso los ojos en blanco y con hastío se giró para ver a unos metros a BaekHyun que caminaba en su dirección.

También recordó la pequeña discusión que hubo (donde el alto parecía el más reacio a ser acompañado por su vecino) y después un golpe y todo negro.

¿Acaso el enano le había golpeado? Esperaba que no.

Bueno, ya se encontraba en su hotel, debía tomarse un baño y así quitarse su estropeado traje. Estaba levantándose de la cama cuando escuchó algo. Un sonido como de un cachorro llamó la atención del cantante, quien viró con velocidad y se percató que en esa habitación no estaba solo.

¡¿Por qué a él?!

~*~*~

Dicen que lo más importante son las primeras impresiones, ¿verdad? Y más cuando conoces a alguien por primera vez. Y todavía más cuando ese alguien resulta ser uno de tus cantantes favoritos. Sep, esa era la ley inquebrantable de todo fan. Y bueno, BaekHyun hizo una gran excepción a esa regla... 

Es por eso que seguía confundido, mirando atentamente cómo el más alto se revolvía los cabellos y decía una y otra vez que el destino era un jodido grano en el culo, entre otras frases cargadas de rabia y frustración. 

Por lo general, BaekHyun tiende a dormir mucho y cuando despierta su cerebro y cuerpo siguen en loading, por lo que su entorno y todo lo que suceda en una hora aproximadamente, no le afecta. Era como un  Internet Explorer versión humana, con la diferencia que tenía un botón de reset en su cabeza y que se mantenía presionado por un largo periodo, hasta tomar una taza de chocolate caliente. 

Un dato cultural que ChanYeol no sabía.

—¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿Qué más quieres de mí, niño?! —vociferó ChanYeol, parado frente a un desconectado castaño y que seguía abrazando la almohada que le había lanzado el más alto para despertarlo.

BaekHyun le miraba con una expresión imperturbable, ChanYeol juraba haberle dicho de todo creyendo que así se desharía del joven de una vez por todas. Pero ahí estaba, sin una emoción negativa o positiva a su desplante. La frustración inicial le estaba revolviendo el estómago y ya no sabía qué hacer. El chico parecía como ido, pero a la vez totalmente lúcido. 

¡¿Qué alguien le explique?!

La respiración del cantante estaba agitada, su cuerpo tenso por la situación y la mente hecha un desastre.

—¿Me escuchaste?

BaekHyun simplemente arqueó las cejas y ChanYeol lloriqueó por su mala suerte.

—Ahora resulta que estuve hablando como imbécil.

En ese instante la puerta de su habitación se abrió, espabilándolo por lo repentino que fue. Estaba por solicitar a la mucama que se retirara, pero toda palabra se le atoró al ver pasar a JongIn. El moreno vestía unos vaqueros algo desgastados de las rodillas, una camisa blanca abierta de los primeros botones y una chaqueta negra brillosa que combinaba con sus zapatos lustrosos.

La mirada de JongIn le recorrió de pies a cabeza con una sonrisa burlona adornando su rostro al ver la mancha roja en su entrepierna.

Eso iba a doler.

—¿Acaso estuviste con una de esas chicas con fetiches peculiares o explícame desde cuando los hombres tenemos visita de Don Andrés?

No podía esperar menos de su amigo.

—¿Qué haces aquí?

—¡Te vine a visitar, desgraciado!

—¡Mínimo avísame!

—¡¿Por qué debería d...?!

En cuanto JongIn se terminó de acercar a su amigo notó que no estaba solo. Oh, no. El bonito vecino estaba ahí, sentado en un sillón individual, abrazando una almohada y con una expresión difícil de interpretar.

—¿Por qué... tu vecino está aquí?

—Lo mismo le pregunté y no me responde. En todo el rato que le he hablado no me ha respondido nada, ni siquiera a mis insultos.

—¡¿Lo insultaste?!

—¡No daba señales de vida y pensé quue reaccionaría de esa manera!

—En serio, hermano, a veces eres un animal tan bruto que me pregunto cómo es que eres popular.

—Oye, él me golpeó anoche, así que yo no soy el animal aquí. ¡Me desmayé! ¡Ese tipo tiene la mano pesada! ¡Aún duele!

—¡De todas formas tú...!

Ambos artistas callaron al ver cómo BaekHyun se ponía de pie, dejaba la almohada y se iba al baño, pasando entre ambos jóvenes incrédulos ante la conducta del vecino ruidoso. El castaño caminó hasta el baño, cerrando la puerta y pronto escuchándose el chorro de orín cayendo en el váter. ChanYeol y JongIn se lanzaron miradas sorprendidas y escépticas. Tiempo después el sonido de flatulencias y el tiro de la cadena. La regadera fue activada y ahí cayeron en cuenta de que Baek se daría una ducha.

Una maldita ducha.

—¿Se va a bañar?

—Se está bañando, mejor dicho.

—¡Pero qué demonios!

—Sí que fue bastante ruidoso, ¿no? Quien diría que alguien con una carita así tendría un poder de esfínter impresionante.

—¡Kim JongIn!

—¡¿Qué?! ¡Vas a negar que no fue así!

ChanYeol no sabía cómo refutar ni qué decir. Estaba anonadado, sintiendo un colpaso mental que pronto sería físico. Por ello terminó sentándose en la orilla de la cama y tomándose de la cabeza. Esto no estaba pasando, se repetía constantemente.

—Yah... ¿Estás bien?

ChanYeol miró de mala manera a su amigo y terminó recostándose en la cama.

—¿Por qué el mundo es tan pequeño?

—No es pequeño, tu destino es bien perra, que es distinto.

—¿Gracias?

Tan pronto dijo eso, el más alto se puso de pie y fue hasta su maleta para sacar unos pantalones de chandal. Se quitó los sucios y los dejó arrumbados en una silla. 

—¿Vas a decirme cómo carajos tu vecino está aquí?

—Resultó ser el sobrino de hyung.

—¿Sobrino? 

—Sep, en realidad son dos; uno se casó ayer. 

JongIn chifló sorprendido comenzando a reírse por lo bajo.

—Vaya suerte la tuya, hermano.

—Lo sé.

En ese momento la puerta de la habitación se volvió a abrir, dejando ver a un fatigado mánager que venía cargando una maleta pequeña. 

—¿Hyung?

—¿D-dónde... dónde está... B-baekHyun?

—Se está bañando —rumió ChanYeol.

—Es bastante confianzudo —comentó JongIn.

El mayor frunció el ceño y estaba por preguntar, cuando la puerta del baño se abrió, dejando que vapor saliera y que la menuda figura del menor se viera. BaekHyun traía una bata que había encontrado doblada en un estante y con una toalla pequeña se estaba secando los cabellos.

—¿Baek?

El castaño miró a su tío de forma inexpresiva que hizo suspirar resignado al mayor.

—¿Lo despertaste a la fuerza, ChanYeol? —inquirió de forma acusatoria el mayor.

ChanYeol frunció su entrecejo y se cruzó de brazos.

—No tenía que estar aquí cuando despertara.

—Serás cabezota.

Sin más el mánager abrió la pequeña maleta y le entregó una bolsa negra al castaño, quien la tomó, hizo una reverencia y se volvió a encerrar en el baño.

—¿ChanYeol la cagó? —preguntó divertido JongIn, mirando a su amigo.

—Más o menos... más o menos. ¿Le dijiste algo, Park? 

El cantante asintió y murmuró: —Le estuve hablando y como no respondía comencé a insultarle.

—Que maduro de tu parte.

—¿Qué tiene que ver si le he dicho algo o no? ¡Me estaba dando miedo! ¡Además... me golpeó anoche!

—Le di permiso en caso de que te pusieras pesado.

—¡¿Que tú qué?!

Nuevamente BaekHyun hizo acto de presencia, completamente vestido y con los cabellos húmedos. Miró a todos los presentes y un retortijón en su estómago le hizo caminar directamente al teléfono que había en una mesa de noche. A un costado del dispositivo, se encontraba una hoja con los números correspondientes a los servicios del hotel. Baek la tomó y buscó el de comida. Digitó los números en el teléfono y cuando respondieron dijo con un inglés raramente fluido:

Buenos días, un desayuno completo. Chocolate caliente. A nombre de... 

— Park ChanYeol — susurró el tío de Baek.

— De Park ChanYeol. Gracias

ChanYeol abrió completamente los ojos y estaba por gritarle al tipo cuando su mánager le detuvo con una fría mirada. Baek se giró sobre sus talones y vio a todos los presentes sin interés, sentándose en la cama sin apartar la mirada.

El aire se sentía incómodo de cierta manera.

—¿H-hyung? —susurró JongIn al mánager de su amigo. —¿Qué le pasa al chico?

El mayor resopló y miró de reojo a ChanYeol.

—No es nada malo, sólo...

—¡Yah! ¡¿Con qué derecho te crees para hacer lo que te plazca?! ¡¿Ah?! 

BaekHyun le miró completamente frío, haciendo temblar ligeramente al cantante.

Ese mocoso superaba a cualquier fantasma.

Unos ligeros toquidos a la puerta y el castaño fue presuroso a abrir y permitir el paso de las mucamas que traían dos carritos repletos de comida. En cuanto se fueron, Baek tomó un plato de frutas y comenzó a comer, ignorando las miradas curiosas de los otros.

—Y-yah... ¡Tú...!

ChanYeol no terminó la frase pues el castaño tomó un pequeño bollo y se lo metió en la boca, casi ahogándolo.

—Hablas mucho. Eres muy molesto.

Y ChanYeol no supo qué decir.

~*~*~

Habían pasado cuatro días desde que regresó de Japón y JongIn seguía con la misma burla a su persona. ¿Cuándo superaría lo que pasó con BaekHyun esa mañana en el hotel?

—¡BaekHyun es mi héroe!

—Jong, creo que debes volver a meditar quién es tu pareja, porque se te anda olvidando —riñó LuHan de mala gana, mirándole con reproche.

—Sabes que yo te amo a ti, pero debiste estar ahí, Lu.

El susodicho rodó los ojos con fastidio.

—¿Cuándo superarás eso? 

—No lo sé.

JongIn se encogió de hombros aún sonriente. Todos se encontraban en la casa de ChanYeol. Era tarde noche y tanto LuHan como JongIn se encontraban libres en sus agendas, por lo que quisieron visitar al amargado cantante y pasar un rato de amigos.

—¿No te lo has vuelto a topar, Chan? —inquirió curioso el chino.

—Afortunadamente no, pero su mamá ha venido un par de veces.

—¿Su mamá? ¿Acaso ya te vio cara de yerno?

Almohadazo y golpe al pobre modelo.

No lo vio venir.

—¡Imbécil, no!

—Con eso de que eres medio liberal en cuanto a gustos. Además ya pasó un par de años desde que saliste con JooHyun y medio año de tu ruptura con JongDae. Creo que deberías intentar algo con tu vecino...

—¿Estás loco?

—¿Qué tiene?

—JongIn...

El tibre sonó y la sonrisa burlona de Jong se hizo aparecer.

—Debe ser tu suegra.

LuHan pateó al moreno en la espinilla y le dio de almohadazos.

—¡Por un momento deja de decir estupideces!

ChanYeol dejó a esos dos pelearse en su sala y caminó hasta la puerta. En cuanto abrió ésta sus ojos se abrieron de par en par y casi se ahoga.

—B-buenas noches... uhm... sunbae.

Ahí, frente a él, estaba un tímido BaekHyun quien llevaba otro pastel de arroz (supuso).

—Hola —respondió seco.

—Uh... Le traigo un pastel de arroz como disculpa por lo ocurrido hace unos días en Japón. Fui bastante grosero y... eso. Lo siento.

Además que es lo único que puedo hacer sin quemar la cocina de mamá, pensó BaekHyun.

ChanYeol internamente no quería aceptar tal regalo, pero su conciencia le hizo tomar algo brusco el pastel y musitar un "Está bien". Iba a cerrar la puerta, despidiendo al chico cuando éste le tomó de la manga de su sudadera.

—¡Sunbae! T-también le pido... una disculpa por los malos ratos que le pude ocasionar al... al poner su música... a... todo... v-volumen los fines de semana.

ChanYeol miraba fijamente el agarre en su manga y en cuanto el castaño se dio cuenta de su acción, lo soltó y se alejó un paso completamente avergonzado.

El cantante en ese momento no estaba con ánimos de discutir o siquiera reclamar algo, simplemente iba a dejarlo ir.

—Sí, no descansé varias noches, pero... me alegra saber que tengo fans... hombres.

ChanYeol puso su mejor sonrisa al terminar de decir la oración, maldiciéndose un poco por ser bastante lengua suelta. Quizo corregirse, mas el brillo en los ojos del menor le hicieron morderse la lengua y seguir con su sonrisa.

—Sí... eh... debo irme. Gracias por aceptar mi regalo —murmuró apenado Baek, hizo una reverencia y se retiró de ahí.

El cantante suspiró y se adentró a su casa, en cuanto cerró la puerta y se giró, dos pares de ojos le miraban con curiosidad y burla asomándose en ellos.

Claro, olvidó que tenía dos amigos cotillas.

Mierda.

~*~*~

—¿Sí le pediste una disculpa? —preguntó por enésima vez la madre de Baek.

—Sí, lo hice.

—En verdad, qué pena con él. Mira que debe llevar tanto rato ahí y tú con tus locuras. 

Si BaekHyun se sentía avergonzado, con lo dicho por su madre se sentía al doble. Tan pronto su tío, en una visita al regresar a Corea, les contó de su trabajo y que realmente el cantante vivía en la casa de a lado, el menor de los Byun quiso desaparecer. ¿Le habrá escuchado 'cantar'? ¿Qué pensará de él ahora? 

—Por cierto, hijo —llamó seria su madre.

Oh oh...

—Ya me enteré de esa materia que vas a reprobar. Así que, ¿qué castigo propones?

Y cómo siquiera hablar, si frente a él estaban aquellos ojos que miraban como cuchillas.

—¿Trabajar?

Su madre sonrió.

—Ya tienes un empleo.

—Uhm... ¿pagarme el extra?

—Me gusta cómo suena esa propuesta, ¿otra cosa? ¿No se te olvida algo? Un evento que ocurrirá en... ¿menos de un mes?

No.

Ella no se refería a...

—No —susurró con los ojos abiertos y pálido.

—Sí —contradijo su madre —, me parece que es tiempo que dejes de lado a Loey y te dediques a tus estudios. No irás a ese concierto y no hay reclamos ni negociación. Punto.

Su padre no intervino en ningún momento y simplemente negó al verle. Bien la había sugerido que le dijera a su madre sobre ese 'problema', pero no hizo caso.

Ahí las consecuencias.

Quería morirse.

~*~*~

—¡ChanYeol! —gritó su mánager desde la planta baja.

El cantante gruñó y se colocó una almohada en el rostro. ¡Quería dormir otro poco! ¡¿Era mucho pedir?!

—¡ChanYeol! ¡Te estoy hablando!

—¡¿Qué?!

Exasperado, el alto se descubrió y se sentó en la cama, mirando con furia a su mánager parado en el umbral de la puerta de su habitación.

—Baja. Es urgente.

ChanYeol frunció el entrecejo mientras se tallaba un ojos con el dorso de su mano.

—¿Por qué no me lo dices de una vez, hyung?

—Porque hay otra persona involucrada, así que baja.

El cantante salió de entre las sábanas hallándose desnudo.

—Ponte algo de ropa, que no es un amigo tuyo. No tardes.

—Sí, sí, ya voy.

~*~*~

Que los nervios no le fueran a traicionar. Que los nervios no le fueran a traicionar.

BaekHyun se encontraba sentado en el sillón de dos plazas en la sala. Estaba en la casa de Loey, aguardando a que éste bajara. Seguía sin poderse creer que estaba ahí, en un lugar tan personal para Loey... que diga, ChanYeol. Todo había ocurrido tan rápido que en su cabeza él seguía procesando los hechos.

Su tío había llegado a su casa con ánimos de comer en familia. La conversación fue fluida hasta que se tocó el tema de que probablemente reprobaría una materia. Su madre comentó su 'castigo' y su tío tuvo una mejor idea para quedar 'bien' con ChanYeol (y en parte con su tío): ser quien vigile, cuide y atienda al cantante.

"Un ayudante", había dicho su tío. Para una parte de Baek sonó a, "Un esclavo-que-no-sabe-que-es-un-esclavo-pero-es-feliz-siendo-un-esclavo-de-se-cantante-favorito". 

... Algo enredoso.

A su madre le pareció una buena idea, una forma de remendar sus 'errores'.

Sep, eso.

  ~*~*~ 

ChanYeol se puso sus mejores fachas porque: 

1) Estaba en su casa.

2) La flojera parecía gobernarlo ese día.

3) Es Loey... Pfff... ¿quién criticaría su forma de vestir? 

 Aún con el sueño en sus venas, el cabello algo húmedo, ChanYeol bajó las escaleras a paso de tortuga. Estirando sus extremidades y bostezando nuevamente, llegó hasta la sala, donde escuchó a su hyung hablar con alguien más.

—Ya estoy aquí —habló el cantante —. Puedes decirme de una vez qué es...

Mudo. Sin sueño. A medio estirarse.

—ChanYeol, BaekHyun será tu 'asistente' en mi ausencia.

  What?!  

 ~*~*~ 

Dos semanas.

Dos. Semanas.

Desde que BaekHyun se volvió su asistente, su rutina se volvió menos aburrida, a pesar de que sólo le quedaba una semana de sus vacaciones, no sentía pena alguna. Es más, no se preocupaba por el día que fuera.

¿Había cambiado? Quizás.

¿Se arrepentía de algo? De haber juzgado mal al chico que en ese momento estaba acompañándole en su estudio (a petición de él) haciendo unos dibujos para una de sus materias. 

Lo cierto es que, en ese tiempo que habían convivido juntos, aunque ChanYeol fue hostil al principio, poco a poco fue dándose cuenta del joven que se moría de nervios al estar cerca de él y le daba su espacio cuando se ponía a componer o escribir una nueva canción. BaekHyun podía ser torpe en ocasiones, pero era bastante listo, muy trabajador y aunque a veces parecía en su mundo, siempre le miraba de esa manera que le estremecía y causaba que Yeol fuera a esconderse porque era demasiado especial: ojos brillantes, sonrisa sincera y como si la frescura de primavera volviera en tiempos de verano.

Durante una semana entera se estuvo acoplando al hecho de que su mánager se había tomado en serio lo de "descansar" e incluso había apagado su celular. BaekHyun iba a su casa por la tarde-noche, y los fines de semana se estaba desde la mañana hasta la tarde, pues se había auto-impuesto el deber de limpiar la casa de ChanYeol (aunque nada más fuera la cocina, sala y el baño de la primera planta). Para el cantante fue desconcertante en un inicio, pero después parecía sentir alivio cuando el chiquillo se encontraba a su alrededor. 

Estaba pensando seriamente si debería acompañarle en las dos semanas de ensayos para su próxima gira...

—BaekHyun —llamó el alto, logrando obtener la atención del castaño, quien acomodó sus lentes de forma tierna.

—¿Sí? ¿Necesita algo... hyung?

ChanYeol sonrió al notar que el castaño al fin le hacía caso en llamarle de esa forma.

En algún punto se cuestionó si no se estaba apresurando en la manera de tratar al menor; después de todo, las primeras impresiones no fueron exactamente... buenas.

—Sí. Necesito tu opinión.

—¿Mi opinión?

ChanYeol asintió y le hizo una seña con la mano para que se acercara. BaekHyun dejó su libreta de dibujos y lápiz en la mesa del fondo del estudio y así acercarse al otro.

—Es sobre una melodía... nueva.

—¿Nueva? 

—Síp. Quiero que me digas la verdad cuando la escuches. 

—¿Por qué yo, hyung?

—Porque eres mi fan #1, ¿cierto?

¡Ahí estaba ese dulce sonrojo y nerviosismo!

Sin más, ChanYeol dio play  y se reprodujo una melodía que llevaba trabajando un par de días.

BaekHyun miraba el monitor de la computadora, enfrascándose en lo que escuchaba y comenzando a mover la cabeza a la vez que tarareaba un poco.

Cuando finalizó, ChanYeol miró al menor con una sonrisa y elevando las cejas, preguntando con ese gesto lo que opinaba.

  — Eh...

— ¿Qué opinas, pequeño Baek?

— Se escucha bastante animada, hyung. ¿Es para un nuevo álbum o algo?

El cantante lo sopesó y sonrió.

— ¡Secreto!

Al castaño a veces le sorprendían algunas reacciones, comentarios o actitudes por parte del mayor. Aún recordaba esa mirada asesina en la boda de su hermano, pero en ese momento el mayor le miraba de manera afable, sonriendo y de buen humor.

Curioso, ¿cierto?

~*~*~

— ¿No está tu novio aquí? — inquirió JongIn, entrando a la casa de ChanYeol una mañana.

El cantante rodó los ojos y simplemente siguió escribiendo una canción que seguía en su cabeza.

— ¿Nueva canción?

— Sí, pero no logro plasmar lo que quiero.

JongIn se acercó una silla para sentarse a un costado de un frustrado gigante.

— Déjame ver eso.

Hola, ángel, eres como una pintura

Cuando miro al cielo solo te veo a ti

Cuando las luces de la calle se apagan,

y la luna desaparece, sigue iluminando

porque la estrella que el cielo dejó caer

eres tu

  — De acuerdo, ¿quién eres tú y por qué estás usurpando el lugar de mi amigo?

ChanYeol le miró con el ceño fruncido.

— ¿De qué hablas, idiota?

— ChanYeol, en serio... ¿Esto lo escribiste tú?

— Sé que es muy poco, pero...

— No, no, no, no. Me refiero al tipo de letra.

— No entiendo.

JongIn le miró incrédulo para después estamparle en la cara la hoja.

  — ¡Es demasiado cursi, rosa! ¿Estás enamorado?

— ¿Qué? ¡No!

— ¡No me mientas, poste con patas! Si no te conociera te creerías a la primera, pero tú y yo sabemos que eres un enamoradizo de primera.

— ¡No lo soy!

Ambos se quedaron en silencio, hasta que escucharon la voz de Baek en la lejanía. Sin esperar mucho, ChanYeol salió del estudio, ignorando a su amigo. Al llegar a la sala, se topó con un BaekHyun con un look diferente...

 

En cuanto JongIn le alcanzó, lanzó un chiflido que espabiló al menor de todos.

— Vaya...

— No digas nada — susurró ChanYeol en cuanto se recuperó de su ligero trance.

— ¡Hola, vecino de ChanYeol, soy JongIn!

BaekHyun parpadeó confundido y miró al más alto, buscando una explicación.

— Mejor amigo.

— Ah... Hola.

— Eso fue demasiado frío — lloriqueó JongIn.

— Llegaste... ¿temprano?

BaekHyun ladeó su cabeza confundido.

— Es la misma hora a la que llego, hyung. 

  — Uuuuh... ¿Ahora te dice, hyung? ¿De qué me perdí?

ChanYeol se estaba cabreando por el bocazas de su amigo.

— ¡JongIn! Amigo mío, compañero de vida...

— Ah, no, estoy comprometido con mi bello LuHan. Lo siento.

—¿ Podrías hacerme un favor?  — ignoró Yeol.

—  Podría, pero no quiero.

— Lárgate de mi casa. 

Sin más, ChanYeol tomó del codo a su amigo y lo sacó de su hogar, cerrándole la puerta en las narices.

— ¡Pero hay un Dios que todo lo ve!

— ¡Sólo vete! 

— Hyung...

— ¡¿Qué?!   

En cuanto ChanYeol reparó a quién se dirigía, se tranquilizó.

— Perdón... eh... ¿qué pasa?

— ¿Puedo usar su baño para cambiarme de ropa? Me siento incómodo con esto.

El más alto tuvo el descaro de mirarle de pies a cabeza, tragando grueso.

— S-sí, no tienes que preguntarme.

— ¡Gracias!

Sin más, vio correr al menor con mochila en mano y encerrarse en el dichoso baño.

Resopló mientras se recargaba en la puerta de madera y decidió ir a su estudio, porque doña "inspiración" había llegado como un relámpago.

~*~*~

— ¿Qué hace, hyung? — habló  BaekHyun  muy cerca del oído de ChanYeol, asustándolo.

— ¡Woaaah! ¡No me asustes!

— Lo siento.   

—  E-está bien, aún respiro —dijo el alto, colocando su diestra sobre su pecho —. Estaba escribiendo una letra.

— ¿Letra? 

—  Sí, para esa pista que te enseñé hace unos días.

—  ¿Puedo verla?

— Aún no está terminada, pero... toma...

Hola, ángel, eres como una pintura

Cuando miro al cielo solo te veo a ti

Cuando las luces de la calle se apagan,

y la luna desaparece, sigue iluminando

porque la estrella que el cielo dejó caer

eres tú

las más elegantes joyas en el cielo

No pueden ser tan deslumbrantes como tú

Para BaekHyun todo significaba que el mayor estaba enamorado de alguien. La letra era muy diferente a lo que solía escribir o sacar en sus álbumes, por lo que algo en su pecho dolió. 

No eran nada, ¿y sentía decepción amorosa?

A lo mejor se había ilusionado con el hecho de convivir un tiempo con él y que las cosas sucedieran, sabiendo que la probabilidad de que ChanYeol llegara a interesarse en él fuera nula.

—  ¿Qué opinas, Baek?

El aludido sonrió un poco forzado y devolvió la hoja.

— Creo que será el gusto de muchas fans. 

— ¿Crees? 

— Sí, las mujeres gustan mucho de ese tipo de letras.

—  ¿Y a ti?

Buena pregunta, mi querido Watson. Buena pregunta.

— Ah...

— Tengo una duda, ¿por qué ese cambio?

Llámenlo ChanYeol-cambia-temas-level-professional.

  — ¿Cambio?

— Sí. Cabello plata, traje... maquillaje. ¿Eres modelo y no me lo dijiste? 

— ¿M-modelo?

— Te ves bien con ese tono, quizás te robe la idea y me lo tinture así para mi concierto.

El concierto.

Shit, man! Se había olvidado de ese detalle.

— Oh...

— ¿Mmh? ¿Sucede algo? Irás a mi concierto como buen fan, ¿verdad?

BaekHyun se abrumó por esa mirada ilusionada que tenía el mayor. Debate mental: 1) le decía que no iría, 2) le decía que sí y al final no iba, 3) fingía una llamada... sí, bueno, las primeras dos son más realistas... ¿cierto?

— No...no iré, hyung — dijo con una sonrisa apenada.

ChanYeol se sorprendió y por unos instantes se alteró.

— ¿Por qué? ¿No alcanzaste?

¿Decir que no alcanzó es mejor a decir que fue castigado por su mamá aun teniendo 20 años y un empleo? Una vergüenza menos.

  — S-sí... 

  — Es una pena, me hubiera gustado que fueras.

¡Código rojo! ¡Algo le está pasando a ChanYeol!

~*~*~

— Five, six, seven, eight... Otra vez... ¡Pam, pam! 

¡Cómo odiaba las coreografías! La danza existía para hacer su vida un infierno, pues sus piernas se enredaban y varios pasos se le dificultaban demasiado. Estaba exhausto, había estado ensayando cerca de cinco horas y aún faltaba ir con las vestuaristas para verificar que los trajes que iba a ocupar en sus conciertos estaban bien, además que fueran de su gusto y el concepto.

Estaba a media semana de que fuera el evento y tenía programadas unas entrevistas que hablarían de ello y demás.

En realidad, lo que seguía rondando en su cabeza era esa canción que llamó "Heaven", pues seguía estancado. Desde que dejó de ver a BaekHyun, ya que su mánager le dijo que el chiquillo no podría acompañarle en sus ensayos, la inspiración se fue como un suspiro y él odiaba dejar las cosas a medias, y más si se era algo relacionado con la música.

  — ¡Descanso!

Y ChanYeol se tiró en el suelo, regulando su respiración. 

Quizás debía seguir el consejo de JongIn: conseguirle boletos especiales para alguno de sus conciertos. 

Sería una gira larga.

~*~*~

  — ¿No le pediste su número en todo el tiempo que estuvo aquí? — recriminó JongIn, sorbiendo de su malteada.

El alto simplemente hizo un mohín y volvió a menear con la pajilla de su café, el líquido oscuro. Llevaba ya cinco meses sin saber de BaekHyun, ya que no había vuelto a pisar su casa en cuanto inició su gira. Japón, China, Filipinas, Singapúr, Malasia, América... Sumando a que su agenda se encontraba apretujada por tantas entrevistas, sesiones de fotos, programas de variedades y radio, fan meetings, promociones de unas marcas de maquillaje con las que tenía contrato, premiaciones de fin de año.

¿Qué es vida?

  — Hombre, sólo falta tu último concierto que dará final a esta gira. Afortunadamente te dieron un respiro de una semana y media hasta ese día.

  — Lo sé — suspiró ChanYeol.

JongIn le miró con esa sonrisa pícara y que tanto jodía al cantante, ya que significaba que le molestaría con algo

  — ¿Qué?

— Nada, sólo me da risa que estés tan colgado de un chiquillo que decías odiar por ser tan "molesto" y... mírate ahora, todo pendejo y casi al borde de la depresión por no saber nada de él. Ya te dije que podías preguntarle a hyung; es su tío, ¿no?

— Lo había pensado, pero...

— No empieces con tus excusas, Park.

— ¡No! Es decir, tengo una idea, pero no sé qué le parezca a hyung.

— ¿Qué clase de idea?

— ¡No pienso decirte!

— ¡Tienes que hacerlo! ¡Recuerda que yo las apruebo! Después de todo, la mayoría de tus ideas resultan en algo vergonzoso. 

Damn!! Cuánta razón.

  — Aish... está bien.

~*~*~

— ¿Tú qué? — inquirió su hyung, viéndole con el ceño fruncido y dejando de lado los papeles que le había llevado.

ChanYeol se sentía nervioso, como si estuviera frente a su suegro o algo.

— Eso... hyung. ¿Cree poderme ayudar?

— ¿Por qué quieres que BaekHyun vaya como un invitado especial? 

— Ah...

— Dime, ChanYeol, ¿de qué manera ves a mi sobrino? Dependiendo de lo que digas es como te ayudaré. Espero que lo que digas, me agrade.

Glup!

~*~*~

— ¡Baek! ¡Te buscan!

— ¡Voy!

BaekHyun estaba tomándose un par  de analgésicos para que su dolor de cabeza bajara, y es que ese proyecto final de modelado 3D, le estaba matando las pocas neuronas que aún funcionaban luego de dos días y medio sin dormir. Se miró en el reflejo de su monitor ya apagado, pues había hibernado la computadora, y notó unas crecientes bolsas bajo sus ojos cansados. Necesitaba dormir.

— ¡BaekHyun! 

— ¡Ya voy!

De malhumor, el de cabellos negros bajó las escaleras con pesar. Quien quiera que fuera que le buscara, más valía que fuera importante.

— Ya estoy aquí — murmuró de malhumor, tallándose un ojo.

— Discúlpalo,  no ha dormido en varios días y se pone de malhumor.

—  Entiendo, señora, no se preocupe.

Y tal parece que el dolor de cabeza ni existió pues en cuanto escuchó esa voz tan conocida, posó su mirada en aquella figura alta. 

¡Y él con esas fachas!

— Les dejo, voy a la cocina.

La mujer salió presurosa de escena, dejando a ambos jóvenes solos.

— Y...

— Vamos a la sala, hyung, quiero recostarme un poco, ¿sí?

ChanYeol sonrió y siguió al menor hasta aquella habitación acogedora, sentándose en el sillón de dos plazas. 

  — ¿Cómo has estado BaekHyun?

— He tenido mejores días, hyung. Siento que mi cabeza me va a estallar.

— Así estuve hace unas semanas.

— Le creo, estuve al pendiente de usted.

BaekHyun sin dormir = bocazas.

— Vaya, alguien me cuida de lejos — bromeó el más alto, escuchando la risa amortiguada del menor.

— Hago lo que puedo.

— Me alegra saber eso. 

— ¿A qué se debe su visita? No es normal tener una celebridad bajo mi techo y menos que me venga a ver.

BaekHyun sin dormir = directo.

— Hemos convivido un tiempo, creo que... te considero alguien cercano.

— Sólo mándeme  a la friendzone y ahórrese muchos problemas conmigo, hyung.

ChanYeol carraspeó incómodo, removiéndose en su lugar.

—  Vine a darte esto.

Del interior de su chamarra, sacó un sobre blanco que se lo tendió al menor.

— ¿Mis honorarios por haber trabajado con usted? 

—  No, Baek.

—  A ver — susurró el pelinegro, tomando el sobre y rasgándolo, para después sacar de su interior un boleto para el concierto final de Loey  —. No es bueno jugar con los sentimientos de un fan, sabe.

—  No estoy jugando, BaekHyun. Recordé que no habías conseguido boleto para mi primer concierto de esta gira así que...

— Grecias, hyung. Aunque... ahora me siento culpable.

— ¿ Por qué?

—  Le mentí. Mamá me había castigado por haber reprobado una materia en la universidad. Aún tengo el boleto de su primer concierto, hyung.

— ¿Por qué me mentiste?

—   No creía cool que usted supiera que a mis veinte años, mi madre siga restringiéndome algunas cosas.

ChanYeol no pudo evitar soltar una carcajada. El pequeño preocupándose por verse genial. En realidad se veía tierno.

  — Creo que el resultado hubiera sido el mismo si me lo hubieses dicho BaekHyun.

— Quizás... De todas maneras, gracias.

— ¿Irás?

— Iré.

~*~*~

— Y sí lo invitaste, grandulón.

— Sí, y fue tierno.

— Me quedó claro. Llevas todo el maldito día diciendo que es tierno. Bro, no lo niego, pero en serio... Acepta que estás enganchado de ese niño.

ChanYeol se reincorporó y miró sus manos. Tal vez era así.

— Tienes razón, Jong.

— Yo siempre la tengo.

— Agh, siempre la cagas.

  — Tienes diez minutos, Yeol, apúrate.

El show iba a comenzar. 

~*~*~

 Para BaekHyun, fue el mejor día de su vida. Había llegado a un acuerdo con su mamá, así que había logrado asistir al evento, maravillándose con la producción, el setlist y que alguien que en algún punto pensó que nunca le notaría, le sonrió cuando le vio entre la multitud. Quizás se estaba anticipando, quizás era muy apresurado, pero tenía una corazonada y esperaba estar listo en caso de que algo sucediera. Porque BaekHyun, después de conocer al gran Loey fuera de reflectores, terminó enamorándose del gigante torpe y risueño que era. Porque se dio cuenta que en realidad, sólo había visto la punta del iceberg cuando debajo había algo mucho mejor y más interesante: Park ChanYeol.

—  Y esta canción, será lanzada en el próximo álbum, espero les guste. Esta es Heaven.

   

Y en el momento que la presentó, BaekHyun y ChanYeol se sonrieron, sabiendo que esa melodía comenzó con un "¿Te gusta?".

¿Quién diría que el Vecino Ruidoso del que ChanYeol se quejaba tanto, se volvería alguien tan especial en tan poco tiempo?

~*~F I N~*~

Notas finales:

¿Y bien? ¿Qué les pareció?

En Wattpad hay imágenes y algunos videos que ilustran un poco más la historia. 

Espero les haya gustado ^^

Ali se despide~

AliPon fuera~*~*


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