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¿Quién será el padre? por Jessie Inuzuka

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La puerta de su departamento se abrió, dejando entrar la luz del pasillo. Encendió la luz de, se quitó su chaqueta naranja y la coloco en el perchero de la entrada. Al mirar su cabello revoltoso una enorme sonrisa se formuló en su rostro.  Siguió de largo hasta llegar a su sala, se detuvo un minuto para contemplar la soledad de aquel lugar, aquella que siempre imperaba, a cada minuto del año desde que tiene memoria. Se había acostumbrado pero en ocasiones resultaba complicado lidera con ese sentimiento y realidad que lo esperaba en casa todas las noches.


 


-Siempre ha sido así.- Pronuncio con pereza, resignándose. 


Se acercó hasta una pequeña e improvisada barra que había instalado en su departamento, tomo uno de aquellos típicos vasos de cristal puso en él un par de hielos y busco su mejor botella y se sirvió la mayor cantidad que pudo.


 


-Fue una gran noche, debo admitirlo.- Dio un largo sorbo saboreando el fuerte sabor del alcohol, pero que a la ves le resultaba muy refrescante.


Miro su reloj de pulsera 3 AM marcaba este. Cerro sus ojos por un momento y se dejó llevar por las escenas que su cabeza reconstruía de su encuentro de hace unos instantes. Cada picante minuto, cada beso y caricia que el rubio recibió, llevo su mano libre hasta darse un ligero masaje en su cuello como si pudiera sentir que las marcas en este estuvieran recién hechas por su amante, y cuando comenzaba a excitarse nuevamente, abruptamente recordó algo. 


Recordó como después de dar lo mejor en la cama como simplemente recibió aquellas palabras –“Adiós Naruto”- “Ya te di lo que buscabas esta noche ¿No?”-  paso de estar excitado a ¿Ofendido?.


 


-Ese idiota- Abrió sus ojos para sentir los primero efectos de tomar alcohol sin acompañarlo con nada. –Tiene suerte de ser… ¿Lindo?.- Se cuestionó al intentar terminar aquella frase.


 


Aquello no era normal, en realidad Naruto estaba acostumbrado a tener bastante sexo con un chico diferente por noche, normalmente no solía involucrar sentimientos, aquello le parecía idiota, el simplemente buscaba divertirse y gozar, no le importaba nada más. Pero si eso era así ¿Por qué se sentía tan ofendido?, se sentía como si fuera un sexoservidor barato al cual botan sin más después de llegar al orgasmo. Y eso no era así, o no claro que no, después de todo él es Naruto, cientos quizá miles y cuantos lo conocieran, querían disfrutar de una noche con él, así que no tenía derecho despacharlo como si fuera un cualquiera un ¿Puto?.  


 


-¿Qué se ha creído?.- 


Trato de juntar coraje, refugiándose en aquel falso orgullo, pero por más que lo intentaba, no lograba convencerse, aquel sentimiento simplemente estaba presente y lo hacía sentirse aún más solo.  


 


-Estoy dándole muchas vueltas, y no vale la pena.- Dio un fuerte y ultimo sorbo al contenido de su baso bebiendo todo de jalón.


 


Justo cuando intentaba incorporarse del sofá una extraña sensación de mariposas se sintió en su estómago, llevo sus manos debajo de su playera para sobar su abdomen. Dio un pequeño masaje circular con su palma, recordado aquel último beso que esta noche habían depositado en su abdomen, busco una marca pero no había, aquel beso simplemente fue un ligero contacto un soplo. 


 


-Tonterías.- Reacciono abruptamente al darse cuenta de que actuaba extraño.


 El simplemente no era así, no era de los que se sentaba reflexionar sobre una aventura sexual, ¿Por qué habría de ser hoy la excepción?.


-Bien es hora de ir a la cama.- Estiro sus brazos. –Creo que mañana visitare a Shikamaru, preferiría estar con Gaara es justo lo que necesito ahora, pero lo veré hasta dentro de un par de semanas, así que tendré que conformarme mañana con Shika, ¡hoo si ¡ valla premio de consolación.- 


 


Sonrió ampliamente y se dirigió a la cama, feliz de saber que no habían pasado ni siquiera una hora de su último encuentro y ya podía darse el lujo de planear sus planes de mañana en la noche. 


-Podría ver mañana también más tarde a Sai. Lo tengo un poco olvido al pobresillo. Ayer estuve con Neji, así que el sobrevivirá sin mi unos días- 


 


Bostezo cobijándose, apago la luz de su habitación. Pero luego de una hora de no poder dormir, de seguir dándole vueltas a aquello que le hacía sentir las aun presentes mariposas en su estómago y bastante entrada la noche, por fin se pudo quedar dormido.


 


Uzumaki Naruto un joven adolecente, de cabello rubio, piel anaranjada y ojos tan azules como el cielo. Naruto había saltado a la fama después de su increíble rescate de la aldea, se había convertido en el héroe para todos. Simplemente era la sensación del momento, los niños lo saludaban y corrían a donde él se dirigiera, los hombres le pedían su autógrafo o una foto con ellos, las chicas le coqueteaban y lo atiborraban de todo tipo de regalos que el amablemente aceptaba y que normalmente cada mes donaba a la caridad, pues raramente le interesaba algo que conservaba. Naruto se había vuelto rico, no se explicaba cómo ni de donde, pero los cheques a su nombre con fuertes sumas llegaban con regularidad a la puerta de su antiguo apartamento que aun habitaba intacto este tal y como había sido durante toda su infancia.   


 


La fama llego con fotos, entrevistas, actos públicos, eventos oficiales etc. Y también su rango dentro de la jerarquía Shinobi lo cual rechazo para evitar responsabilidades innecesarias. Todo había llegado a la vida de Naruto repentinamente. Incluso ahora se rumoraba que él era el más inteligente de los Shinobis, o el más atractivo y sexy, las chicas al verlo pasar abalaban del mítico y legendario aguante de Naruto en la cama con las señoritas y un sinfín de rumores acerca del rubio. 


 


Pero cuando todo eso llega a la vida de alguien que se podría decir nunca había tenido nada, más que el rechazo de la sociedad. Es natural que la persona pueda ser víctima de su propio éxito y se le suba a la cabeza. Y quizá eso le estaba pasando a Naruto, sobra decir que ya no era el mismo cambio. Luego de conseguir lo que quería y consolidar una relación con Sasuke Uchiha y una vez que cumplió su capricho, su relación con el azabache se vino en declive, lo que termino con lo que había anhelado tanto tiempo ¿Por qué?. 


 


La respuesta era simple. ¿Por qué conformase con uno? Si tenía todo un selecto grupo de Shinobis con los que podía divertirse. Nauto no supo cuándo ni cómo, pero se había convertido en un adicto al sexo, a la vida nocturna y a la bebida. Era muy normal que luego de una noche de copas, fiesta y de rechazar muchas propuestas, terminara en la casa de uno de sus amantes. Los cuales había escogido con sumo cuidado, pocos eran los que tenían el lujo de “convivir” con el Uzumaki. Se sentía orgulloso de tener solo lo mejor a su servicio, los mejores Semes de Konoha, ¿Para el mejor Uke?. Naruto simplemente se sentía lo mejor de lo mejor y por ello necesitaba lo mejor de lo mejor. 


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