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Ahora soy uno de ellos. por javithabadeer

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Luego de la pequeña reunión salieron juntos para que pudiera explorar un poco la ciudad de Baltaazhar, dejó caer la capucha que tapaba su cabeza, ya no había necesidad de mantenerse "oculto" en ellas. Quitó sus cabellos que permanecían dentro de la prenda, dejándolos caer por su espalda, tenía un pelo grueso y de un tono blanco, sin pigmentación. Podía oír los murmullos de los humanos que estaban cercanos, ¿Acaso no sabían que tenía mejor audición que todos ahí? Al parece no, lo cual era bastante chistoso.

-Joven Maurice, ¿Qué le gustaría ver de la ciudad? -Preguntó Darrem mientras avanzaba junto a él.

Este lo miró de reojo y rió levemente por la forma en la que este había hablado, no necesitaba ser formal.

-No es necesario el "Joven" soy mayor que tu, pero no es necesario. Sólo dime Mau, todos lo hacen. -Comentó este mientras avanzaba.

Habían llegado al mercado, se asemejaba al suyo, aunque en este no vendían comidas excéntricas ni grandes porciones, todo era pequeño. Terminó acercándose a un puesto que tenía cristales. Tomó uno y sonrió al reconocer el color.

-A este lo matamos hace unas semanas. Casi morimos todos. -Dijo riendo un poco al recordarlo.

Había sido una expedición y la gárgola los había atacado de la nada. Lograron matarla con un arduo trabajo en equipo. La volvió a poner donde estaba y así siguió adelante. Se detuvo donde vendían cuerdas y plumillas de aves que tenían en la ciudad. Sacó una moneda y así pagó por algunas cuentas cuerdas y plumas.

-Gracias. -Dijo al final y así caminó mientras las guardaba en su bolsillo. -Y dime, Darren. ¿Qué haces en la biblioteca? ¿Cuidas los libros? ¿Los estudias?

-Soy un erudito. -Contestó Darrem. -Cuido, estudio y entiendo a los libros. La biblioteca es más una segunda casa para mi, me encargo de propiciarles los libros a las personas y evitar que ingresen a una zona donde no deberían... Y he leído suficiente de lo que no todos pueden leer.- Terminó encogiéndose de hombros ante su respuesta, no había más que decirle sobre ese tema, porque, realmente pasaba más tiempo ahí que en su hogar.

- Allá en Bartolome no tenemos bibliotecas, no son necesarias. Tenemos burdeles, ¿Hay aquí? Quizá sea distinto tener sexo con un humano que con un Lycan.

Este quedó mudo ante su pregunta, al mirarlo encontró que estaba ruborizado, ah, había olvidado que para los humanos tener sexo no era tan fácil como para ellos.

Darrem sabía que era considerado un tabú hablar de prostituirse, aunque tenía entendido que ellos necesitaban de eso.¿Cuál era esa diferencia entre el sexo con un Lycan y con un Humano? Aunque sabía que no estaba permitido aquella unión... era horriblemente mal vista, sobre todo en los conservadores creyentes de Sa.

-Tendrías que ir a los barrios más bajos para encontrar algo así, sigue siendo un tabú incluso pensar en eso, a mi parecer es solo miedo a intentar las cosas... Ahora que lo veo Mau, ¿Para qué llevas eso?- Le dijo señalando su bolsillo, aunque se refería más bien a lo que llevaba dentro.

-Los chicos del burdel aman adornar sus cabellos con lazos y plumas, se las daré a ver si me hacen algún descuento de paso. -Comentó sonriendo.

No hubo respuesta a eso, siguieron adelante por el basto mercado, Darrem se detuvo frente a un puesto atendido por una anciana un tanto robusta. Los bollos con azúcar y mermelada de frutas eran uno de sus placeres culposos, sin esperar más, terminó comprando un par de estos, tratando de apresurarse antes de que la señora comenzara a hablar demás.

-Gracias- Le dijo mientras se retiraba del lugar. -Toma, es para ti- Le ofrecía uno de los bollos que había comprado para que lo probara, ¿si podría comer eso? Ni idea. -Es de mis favoritos

Maurice lo tomó y apretó un poco viendo que era blando. No parecía carne... ni fruta. Lo acercó olfateandolo metiendo azúcar molida por su nariz. Estornudó haciendo su cabeza hacia abajo, refrego su nariz contra su antebrazo entregándole el extraño alimento al menor.

-No, gracias. -Dijo al final. -Somos como animales, podría morir si como alimentos de esta ciudad que no sean carne o frutas. -Informó al final.

-Lo siento yo no sabía eso- le dijo envolviendo los bollos en el pequeño papel que le habían entregado junto con estos.

Siguieron el paseo saliendo del mercado, ahora su nariz estaba algo roja por el azúcar. Se detuvieron frente a un árbol grande que estaba lleno de frutas. Sin dificultad logró subir entre las ramas y así agarrar algunas frutas.

-¿Quieres? -Preguntó desde arriba.

Se sentó en una rama mientras pelaba la fruta amarilla y redonda. Mordió cayendo jugo por su mentón y dedos. El menor asintió, limpio una de sus manos y así lo ayudó a subir al árbol con él. Sentados en ramas del árbol le entregó algunas frutas. Lo observó probar y degustar lo que le había dado, sonrió a ver escurrir el jugo por su mentón, esa si era la forma correcta de comer.

-¿Puedes contarme de como son esos burdeles? -Preguntó bajando la fruta e intentando limpiar su boca con un pañuelo.- Me dio curiosidad saber, ya que, aquí son solo las mujeres las que se venden de esa manera y tiene que ser en un caso de extrema pobreza y que utilicen como excusa el vender su cuerpo... Aunque dudo que sea tan bien pagado, ya que, esas chicas solo dan lástima.

-Mh... bueno, -Dijo mientras pensaba sacando otra fruta del árbol. -Cómo sabrás, hay mayor población masculina que femenina, creo que solo he visto una mujer Lycan en toda mi vida, que fue mi guardiana cuando era un niño. Pues, son casas grandes, hay cojines en el suelo, pieles y piedras perfumadas en el primer salón donde puedes esperar bebiendo. Los chicos se te acercan y tu escoges cual quieres. A veces nos agrupamos para acariciarnos. -Dijo esto último enterrando los colmillos en la fruta.

El líquido amarillento cayó por su mentón y luego por su cuello. Sus cabellos caían por su espalda y luego quedaban suspendidos en el aire. Pasó su antebrazo por sus labios para proseguir la platica.

-Y luego si quieres más privacidad vas a los cuartos de arriba. Los burdeles siempre están activos, después de todo, siempre necesitamos sexo. Es como la necesidad de comer.

Su rostro se había puesto demasiado rojo y acalorado, para Maurice era demasiado normal todo esto, mientras que para ellos era malo incluso mencionarlo, era casi antinatural, aunque por su parte, estaba interesado en su mismo sexo.

-A decir verdad desde pequeños nos dicen que deben gustarnos las mujeres, casarnos y tener una familia, pero... a mi no me gustan las mujeres, no quiero casarme tampoco, y no puedo decírselo a papá... Para ustedes es más fácil tener relaciones entre hombres ¿no?, ojala aquí hubiera esa suerte, sería por demás bueno, me gustaría intentarlo alguna vez, pero me matarían si lo hiciera, ya sabes, aquí hay políticas estrictas sobre eso.

El pañuelo que había utilizado lo volteó y lo entrego al Lycan para que pudiera limpiar su mentón, este lo recibió dando las gracias.

-Una vez oí de un humano estuvo con un Lycan, aunque son amores que no duran mucho, los humanos perecen con rapidez. -Comentó este mirando al ciudad.

Darrem no hizo comentario alguno de aquello. El ambiente se volvió algo tenso por sus palabras, buscó como volver a retomar el diálogo.

-¿Qué edad tienes Darrem? -Preguntó mirando sus ojos.

La brisa pasó rozando su rostro, cerró los ojos aspirando el aroma a las frutas del árbol.

- 20 años. -Soltó de forma breve

-Yo tengo 67 años. -Dijo sonriendo.

 


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