Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ahora soy uno de ellos. por javithabadeer

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Desde pequeño había aprendido a leer con facilidad, su padre era un Erudito o algo similar, administraba la gran biblioteca de Baltaazhar , se había leído todos los libros existente en aquel lugar. Para él, era algo sorprendente, con suerte podía acabar con uno en el día o la mitad si tenía demasiadas hojas. Lo bueno, es que gozaba de todo el tiempo del mundo para leer, vivían de manera cómoda, su padre recibía un buen sueldo por ser quien era, daba su opinión en asuntos de la ciudad debido a su gran sabiduría. Deseaba ser como él, alguien tan asombroso y lleno de conocimiento, a veces la gente acudía a él para poder empaparse un poco con su sapiencia. Un hombre respetable, sin embargo, no tenían un gran vínculo padre-hijo como sus hermanos mayores, era el menor de tres, Geo, fue el primero en nacer, él decidió especializarse en las estrellas y utilizó el conocimiento de los libros para eso. Theo en cambio era más aterrizado, ayudaba en la biblioteca como a su madre en el quehacer diario. Ambos tenían una buena conexión con su padre, se parecían bastante con sus cabellos de color rojizo y ojos claros, en cambio él... pues él tenía salud.


Siempre le habían hecho burla los otros niños que trabajaban en la biblioteca, decían que había sido recogido del basurero, que no era de su mundo. La verdad, luego de llorar por años, decidió sólo dejar de escucharlos y concentrarse en acabar de leer todos los libros. ¿Su sueño? Tomar el puesto de su padre, si bien Theo era el más indicado, este pensaba formar familia y marcharse a vivir cerca de los huertos.


En aquellos momentos, estaba sentado en la parte más alta de aquella estructura, le gustaba estar arriba, había una ventanilla con vitrales de colores que representaban a su deidad, Sa. Por las tardes el sol se colaba por el cristal y hacía que el libro se iluminara en distintas tonalidades, además de aquello, era cálido y silencioso. Usaba una túnica de color rojo oscuro, como el vino tinto o bobarita, así lo denominaban debido a un mineral especial. Sus cabellos eran de un tono castaño espeso y oscuro, se asimilaba más a su madre en aquel aspecto. Su padre siempre lo reprendía por eso y también porque llevaba el cabello desordenado, a palabras de su padre "un nido de pájaros".


-Darrem. -Llamó su padre. 


Miró hacia abajo encontrando una cabeza cana, cuando lo llamaba significaba algún deber o una mala noticia para él... no recordaba haber hecho nada malo, o tal vez era por aquello... Dejó el libro en uno de los estantes y así descendió de las alturas, saltó de la mitad de la escalera hasta el suelo, su túnica se elevó un poco debido a aquel acto. Alzó la mirada observando a su padre quien no lo esperó y fue directo a su oficina.


-Padre... -Comenzó este. -No lo hice con intención, la verdad no me di cuenta y el jarrón cayó, pero te juro que logré repararlo y...


-Darrem. -Dijo este con seriedad. -No te llamé por eso, es más importante.


Estaban en la oficina, era una pequeña sala llena de libros y papeles antiguos que su padre se dedicaba a transcribir y descifrar, muchos tenían un dialecto antiguo y poco conocido. No se sentó, esperaba no durara mucho la charla, pero él si lo hizo.


-Verás, me he reunido hace unos días con los médicos, han descubierto que en tres pacientes hay una extrañaba... situación. Hemos decidido prevenir aquello consiguiendo una planta que localicé en los libros, pareciera ser una cura bastante buena, aunque se usó en tiempo de antaño.


No, aun no entendía a donde quería llegar al decirselo, él jamas hablaba de lo que hacía con él, lo creería si se lo decía a Theo o Geo, pero ¿a él? debía ser muy malo.


-¿Entonces...?


-Darrem, he solicitado al Satrápa que me autorice una expedición con un equipo Slayer y me lo concedió ante noche. He mandado el aviso y petición a un equipo que conocía y accedieron. Cómo sabrás, yo no puedo y tus hermanos tienen mayores responsabilidades, es por ello que he decidido que irás tú.


Aquello lo dejó en blanco, todo se detuvo en la habitación incluso su corazón. Le estaba pidiendo ir fuera de los muros, arriesgar su vida antes que la hicieran sus hermanos. ¿Tanto lo odiaba su padre como para desear deshacerse de él de aquella manera?


-Padre yo no... -Había comenzando.


-Darrem, tu eres la mejor opción, ya te has leído los libros sobre la vegetación de las afueras, eres tan bueno como yo, por eso te nombro a ti para esta importante misión, salvarás la vida de muchas personas y evitarás que mueran más.


-Es teoría... no sabemos si la planta funcionará realmente. -Comentó este mirando su rostro. -No quiero ir, moriría con solo dar un paso afuera. ¡Podría aparecer una bestia y matarme! ¡¿Quién me asegura que los Slayers me van a cuidar?!


-Hijo, no te estoy preguntando, te estoy ordenando que vayas.


-¡Te he dicho que no quiero ir! Busca a alguien más para este suicidio.- Su voz sonó alterada.


Sin dar tiempo se marchó corriendo del pequeño lugar en el que estaban, a paso raudo avanzó acortando la distancia entre él y las grandes puertas de entrada de la biblioteca. Salió por ellas dando de golpe con la luz del día, de inmediato se subió la capucha, prefería evitar achicharrarse la cabeza. Pasó junto a algunas casas y luego por el mercado, ¿A donde iba? no sabía con certeza, quizá se acercaría a los acantilados a ver la ensenada, allá donde el mar lamía tranquilo la arena negra sin importarle absolutamente nada lo que a él le sucedía.


Bueno, ese era su plan, pero no logró concretarlo, luego de pasar el mercado tropezó con un trozo de madera que alguien había dejado tirado, la capucha le había tapado la visual por lo que no lo vio. Su cuerpo cayó hacia delante con fuerza, un jadeó se ahogó en su garganta y así terminó en el suelo logrando evitar con las manos el golpearse el rostro contra el suelo rocoso.


Logró levantarse apoyandose de sus rodillas, frente a él habían unas piernas, al alzar un tanto más la vista dio con unos bonitos ojos ambarinos. Este fue el primero en hablar, cuando logró darse cuenta era demasiado tarde. Era parte del grupo Slayer que venía por él... Maldijo para sí, podría haber huido en otra dirección y así no estaría aquí, frente a él.


Terminó por llevarlo hasta la biblioteca, de nada le servía escapar ahora, además tenía curiosidad, siempre había visto a los Lycans como seres exóticamente duros de tratar, al menos los guardias que los protegían nunca le dirigían la palabra a los humanos. Pero él parecía distinto... amigable incluso.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).