Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Nacido para conocerte por DMOll08

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

El buen amor

 

 

 

X

 

 

 

 

 

Las manos de Keith se aferraban al brazo de Lance. No lo soltaría. No lo soltaría nunca más. Ya no deseaba esconderse.

Lo único que pasaba por su cabeza era lo mucho que ansiaba a Lance a su lado. Ver su espalda alejarse lo asustó. Un miedo que desde pequeño no sentía. Creyó ser lo suficientemente fuerte como para estar el resto de su vida solo. Y luego apareció Lance. Entendió que no podría vivir de esa forma.

  — ¡Yo también te quiero! — grito de repente. Sus ojos oscuros miraron a los azules de Lance. Sus manos lo tomaban.

 El moreno lo sostuvo rodeándolo por la cintura.

Le sonrió. Estaba contento. Nunca se sintió tan feliz.

Keith también le sonrió. Entendió que Lance no iba a irse. No iba a dejarle.

  — Yo también.

 Unieron sus labios en un beso más apasionado, más íntimo que todos los anteriores. Sus sentimientos se desbordaron llenando a ambos. En ese instante no necesitaban nada más que él uno al otro.

Las húmedas lenguas se enredaron junto con sus sentimientos. El aire les faltaba, pero no pensaban separarse.

Keith nunca en su vida imaginó que un beso lograría comunicar tantas cosas. Ahora enredado entre los brazos de Lance entendía sus sentimientos y que los "Te quiero" no estaban vacíos ni obsoletos. Sabía que era real. Lo entendía ahora.

Lance se separó lentamente. Sus ojos azules permanecían fijos en los de Keith. Respiro tratando de recobrar el aliento.

Keith lo miraba con sus bonitos y grandes ojos oscuros. Sus mejillas ruborizadas y sus labios húmedos e hinchados por los besos.

  — Te quiero, Keith.

 El aliento de Lance lo lleno. Las dulces palabras se Incrustaron en su cabeza.

Lo abrazo sumergiéndose en los brazos dejando apoyada su cabeza contra el pecho de Lance. Escucho los latidos de su corazón.

  — Muérdeme— pidió —Muérdeme ahora.

 Lance lo alejó de sus brazos. Lo miro confuso ante la petición del omega.

No era que no lo deseara. Lo anhelaba con todas sus fuerzas y por eso debía negarse.

  — Keith...

 Los ojos grises de Keith ardieron ante la negativa de Lance. Se mordió el labio izquierdo.

  — ¿Por qué no? — cuestiono.

 Supuso la respuesta. No le gustaría.

  — No es como si no quisiera.

 Keith intentó apartarse. Lance no lo dejo ir. Nunca más iba a escapársele. No mientras estuviera vivo.

  — ¿Entonces?

  — No es algo que deseas realmente.

  — Lo deseo.

  — Dijiste que no querías ser propiedad de un alfa.

 Keith sabía exactamente lo que había dicho. Toda su vida pensó en eso. Ser tomado y dejado. Ser amado y deseado. Si era Lance estaba seguro de lo que anhelaba.

  — ¿No es eso lo que no querías?

  — Pero...— levantó la vista para mirar a Lance. Quería ver sus ojos, su cara. —Si eres tú no me importa ser propiedad de un alfa.

 Lance sonrió satisfecho ante la respuesta de Keith. Él no lo veía como su propiedad, para él Keith sólo es la persona que ama. A quien adora con todo su corazón.

  — ¿Quieres que te lo haga aquí? — le preguntó al oído.

 Keith observó a su alrededor, estaban fuera del apartamento, parados cerca del barandal. La gente podría verlos y sabia a que tenía que recurrir Lance para marcarlo. Se estremeció de solo pensar a dónde irían las cosas. Se vio siendo tomado y marcado. Ese era su deseo. Ardía en su pecho esa necesidad.

  — No— Keith escondió su rostro entre el cuello del Lance. Lo olfateo satisfecho —Tómame.

 Lance lo sujetó aún más firme contra sí.

  — Si, eso es lo que quiero— beso el cabello oscuro de Keith.

 Entraron al apartamento. Lucia pequeño y un tanto sombrío. No había mucho. Solo lo indispensable. Lance deseo llenar todo en Keith. Imagino al omega junto a él para el resto de su vida.

Keith clavó sus uñas en la espalda de Lance. Se paró de puntillas besar los labios del moreno. Hambriento de todo lo que podía ofrecerle.

  — Lance...— su voz sonaba ahogada en un gemido. Su piel se erizaba al rozar la piel de Lance.

 Lance pensó en todo. Los meses transcurridos. Los días. Toda su vida. El olor de Keith lo impregnaba todo. A él.

  — Bésame— pidió caprichoso Keith.

 Lance lo beso. Las caricias suaves. Las manos de Keith aferrándose a él.

  — Te quiero dentro.

 Lance miro la cama. La cama donde estuvieron antes.

Keith empezó a desvestirse.

Lance lo observó embelesado. Miro cada detalle, cada gesto. Como Keith se quitaba la chaqueta, luego su camisa, se sentó en la orilla de la cama para quitarse los zapatos. La cama emitió un chirrido. Los dedos delgados y blancos desatando las agujetas, dejando los zapatos a un lado. Keith se paró, quitó su cinturón, desabrochó su pantalón. Su rostro estaba rojo.

Quedó completamente desnudo.

La piel blanca casi lechosa. Los pezones de un café oscuro adornando su pecho. Lance quería besarlos, chuparlos y morderlos. Tantas cosas que pensaba hacerle al chico.

Keith estaba avergonzado y feliz.

Lance se acercó a él. Lo beso por todas partes. Beso y mordisqueo los pezones, dejó marcas de besos en el cuello que brillaban rojas sobre la pálida piel.

  — Aférrate a mí.

 Keith se aferró del cuello de Lance. Envolvió sus brazos alrededor de él. Sus piernas se enredaron en la cintura de Lance. Estaba completamente a merced del alfa. No tenía miedo. Solo el deseo lo invadía. Deseoso de ser tomado. Ansiaba sentirlo todo. Los sentimientos y a Lance dentro de él. Duro y ardiendo en su interior. Palpitando excitado entre sus entrañas. Llenándolo de su esencia y su amor.

  — Lo quiero todo— meneó sus caderas exigiendo el contacto. Sentía la erección de Lance contra la suya.

  — Te daré todo— dijo en un gemido Lance.

 Lo dejó sobre la cama. Se colocó sobre él. Lo envolvió en un beso ardiente. El sudor y el aroma. Beso, mordisqueo, lamio y succiono el blanco cuello de Keith.

El omega sólo se retorcía bajo él dejándose llevar por las sensaciones. Liberando gemidos de placer.

  — Más...— pidió.

  — ¿Como lo quieres? — preguntó Lance.

  —Yo solo te quiero dentro.

  — Si— río Lance entre dientes — ¿No quieres algo en especial?

 Keith alzó sus manos tomando el rostro de Lance por los costados. Lo miro entre enojado y excitado.

  — Follame.

 Lance trago saliva sorprendido. Las cosas se estaban poniendo interesantes.

Keith abrió sus piernas dejándose expuesto por completo. No sentía vergüenza. Ser observado le excitaba.

Lance levantó las piernas de Keith. Se alejó un poco para observar todo con detalle. La blanca piel del chico sonrojada en lugares estratégicos. Los ojos resplandecían de la emoción. Keith mordía sus labios tratando de acallar sus gemidos. Su intento fracasaba, por momentos soltaba quejidos y gemidos bajos.

  — Vaya que flexible— dijo colocando las delgadas piernas sobre sus hombros.

 El rostro de Keith completamente rojo le excitaba. La respiración agitada.

Keith se removió inquieto.

Lance acercó su mano derecha al rostro de Keith.

  — Lamelos— pidió.

Keith movió su cabeza acercándose a los morenos dedos. Los lamió succionandolos. Dejó caer su cabeza contra la almohada.

Lance bajo su mano. Curioso jugueteo con la rosada entrada del chico. Rozándola, pero sin penetrarla. Solo sus dedos deslizándose.

Keith soltó un gemido al sentir los dedos de Lance jugar con ese lugar tan sensible. Bajo sus caderas ansioso por sentir aún más.

  — ¿Serás un buen chico?

 Lance dejó sus dedos apunto de entrar en el omega.

Keith trato de sentir aún más los dedos, pero Lance los alejo.

  — ¡Si, seré un buen chico! — grito desesperado. Su oscuro cabello caía sobre la almohada —Por favor...

  Lance accedió de buena gana. Se estaba aguantando mucho. Pronto terminaría por la estallar dentro del chico.

Se quitó su ropa apresurado lanzándola por donde sea. No le importaba donde cayera. Quedó completamente desnudo. Su erección se alzaba.

Keith lo observaba. La ansiaba en su interior.

Lance metió sus dedos nuevamente en la estrecha cavidad, separado los muslos para dilatarlo. No quería lastimarlo. Keith debía disfrutarlo tanto como el disfrutaría su interior. Caliente y húmeda apretandolo.

Se inclinó para besar a Keith. Beso su frente, labios y mejillas.

  — Voy a entrar— dijo con la voz ronca.

  Keith solo se dejó tomar.

Primero la punta.

Lance se movía entre los muslos de Keith. Se metía lentamente. El calor y la humedad lo engulleron por completo. Sujeto las piernas de Keith acercándolo a un más. Se sumergió de nuevo en el interior de Keith. Suave como el terciopelo. Cálido como un día de verano.

El aroma de Keith lo embeleso. Embriagándolo de amor.

Apasionado se movió en un vaivén lento que se transformó en una danza desesperada por llenar a Keith de él. Keith solo debía sentirlo a él en ese momento. Apoyó sus manos sobre la cama para así tener apoyo. Balanceaba sus caderas metiendo toda su extensión en el interior de su amante.

Keith solo gemía y se retorcía bajo él. No sabía qué más hacer o si debía hacer algo. Tomaba por completo a Lance. Lo percibía en su interior. El aliento de Lance sobre sus labios y las gotas de sudor deslizándose por su piel.

El olor del sexo y las feromonas. El olor de la pasión ardiendo en ese pequeño apartamento. Oscuro y solitario donde dos amantes se entregaban ofreciéndose el uno al otro sin miedos y tapujos. Sin vergüenza ni prejuicios.

  — Mueve tus caderas para mí— le susurro con voz ronca al oído.

 Keith meneó sus caderas sin saber si lo hacía del todo bien. Solo quería satisfacerlo. Solo quería sentirlo.

El movimiento de las caderas del omega complementaba las rudas embestidas de Lance. Sus caderas se mecían en un ir y venir. El cuerpo de Keith lo tragaba todo. Entraba y salía de la cálida abertura. Keith se amoldaba por completo a él. Como si su cuerpo hubiera sido diseñado para complementarse con el de Lance.

El chico ahogó sus gemidos contra la almohada. Lograba engullir en su interior a Lance. La sensación de Lance revolviéndose en sus entrañas. Lo quería dentro de sí mismo. Quería sentirlo todo. Todo lo que Lance podía ofrecerle.

  —Levanta las caderas— le ordenó Lance.

Keith soltó un chillido cuando Lance lo tomo por las caderas acomodándolo en la posición que le apetecía. Keith solo se acomodó. Sumiso se dejó tomar por completo.

  — ¿Te gusta? — le preguntó Lance lamiéndole la oreja derecha.

 Keith balbuceo algo que Lance no logro entender.

  — ¿Que pregunto? — entre un jadeo.

  Keith lo aceptaba por completo dentro de sí.

  — Sí...— gimió —Me gusta ¡Me gusta!

  Apretó sus manos contra las sábanas.

Lance lo embistió sin piedad. Las contracciones de Keith lo volvían loco. Los gemidos agudos lo entusiasmaban y el delicioso aroma que desprendía Keith era exquisito. Podría hacérselo todo el día y no se cansaría de estar dentro de él. No se cansaría nunca.

  — ¡Lance, Lance! — Keith gemía su nombre. Lo llamaba. — ¡Muérdeme!

 Lance acepto a Keith. Lo mordió en el cuello marcándolo para siempre. Como su amante, como su compañero. La persona a la que siempre le sería leal. Keith y nadie más.

Keith grito no de dolor. Las emociones brotaron de su corazón mezclándose con el dolor. Las lágrimas se le escaparon entre gemidos y contracciones. Tuvo un exquisito órgano. Lance seguía embistiéndolo en busca del suyo.

  — ¡Lance!

  Las caderas del moreno chocaban con sus muslos clavándose en lugares que lo volvían loco.

Las contracciones de Keith lo ceñían en su interior. Termino por correrse dentro.  Quedó exhausto en la cama. Su cuerpo pegajoso.

Escucho la respiración agitada de Keith. Quedo a su lado. Se miraban el uno al otro. No querían moverse. Ni siquiera tenían fuerzas.

  — Te amo.

  Keith sonrió al oír lo dicho por Lance.

  — Yo también— correspondió.

Ambos cayeron dormidos sin darse cuenta. Satisfechos el uno del otro.

 

Lance se despertó, quedó sentado sobre la cama. Keith no estaba con él. El olor del chico lo llenaba todo. La cama hecha un desastre y el aun con rastros de sudor.

Escucho ruidos venir del baño. Se paró dirigiéndose hasta el lugar. Abrió la puerta para ver a Keith bañándose.

Keith se sorprendió. Cubrió su cuerpo por inercia.

Lance se río ante la reacción de Keith. El por su parte estaba completamente desnudo.

  — ¿Por qué no me despertaste?

  — Lo hice, pero no me hiciste caso— Keith hizo un puchero.

 Lance entro al baño. Era pequeño, pero entraban los dos.

  — Debiste insistir— lo abrazo. Aspiro el olor de Keith. Su aroma permanecía incluso con el tenue olor del jabón.

  — Quería bañarme— Keith correspondió el abrazo.

  —Si, sudamos mucho— Lance se apartó manteniendo sus manos en la cintura de Keith.

  — Ya está oscureciendo— Dijo Keith con la cabeza baja.

  — Es verdad— Lance supo al mirar por la pequeña ventana que probablemente ya eran pasadas las ocho.

  — Tu familia debe estar preocupada.

  — Bueno, cuando te conozcan se les pasara— besó a Keith en la frente apartando su oscuro flequillo.

  — ¿Vas a hablarles de mí?

  — Sí— respondió Lance apretando sus labios contra los de Keith.

  Keith se encogió de hombros. Lance estaba feliz y el también. Conocería a su familia y temía no agradarles. No se le daba bien conocer gente nueva.

Lance deslizó sus dedos por el cuello de Keith. Con las puntas rozo la marca de la mordida.

  — ¿Te duele? — la beso. El agua caía por su espalda.

  — No mucho.

  — Me alegro— la beso. Lamió el cuello de Keith subiendo hasta sus labios.

  — ¿Crees que le agrade a tu familia?

  — Les vas a encantar.

  Solo necesitan permanecer un poco más el uno con él otro.

  Solo eso.

Lo demás llegaría después.

 

Notas finales:

¡Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).